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jueves, 6 de junio de 2013

¿PUEDE UN CATOLICO SER MASÓN?


xix. ¿PUEDE  UN  CATOLICO  SER  MASÓN?
No, porque la masonería va directamente contra las principales verdades de nuestra fe.
El cardenal José María Caro dice en su libro El misterio de la masoneríaEn ciertos grados se blasfema de Cristo y se blasfema de Dios, diciendo que Él es el principio malo. Se profanan las hostias consagradas atravesándolas con un puñal. Yo mismo he visto un diploma en que se daba poder para fundar logias. Este diploma, emanado de alguna Gran Logia tenía varias figuras o emblemas que manifiestan el espíritu de la Logia. Una de estos emblemas era un cáliz, derramándose, y una hostia atravesada por un puñal. Otro era el mundo con una cruz para abajo. Otro, el del Corazón de Jesús con las palabras Cor execrandum (Corazón execrable)[104].
La masonería es particularmente nociva para el cristianismo, porque no tiene la apariencia de una secta, sino de una asociación filosófica, pero después de 300 años ha impregnado las ideas y legislaciones de todos los países modernos con su laicidad. Ha promovido todas las leyes que favorecen el libertinaje sexual, el divorcio, la contracepción, el aborto, los pactos de convivencia (también entre homosexuales), la manipulación de embriones, y pronto, la despenalización de drogas suaves y la legalización de la eutanasia. Como diría el doctor Pierre Simon, antiguo Gran Maestre de la Gran Logia de Francia: Es todo el concepto de familia el que está a punto de cambiar[105].
Por otra parte, al querer glorificar al hombre y ensalzarlo como un dios, ha rebajado a Cristo a simple hombre. Los masones operativos anteriores al siglo XVIII construían grandes y hermosas catedrales para glorificar a Dios, pues eran católicos convencidos. La masonería especulativa, al rechazar a Cristo, se alejó de Dios, considerándolo como una figura decorativa que no interviene en la vida humana. Ahora sólo hablan de la construcción del propio templo interior por la formación personal integral con la ayuda de los “hermanos”. Eso es como decir, en términos masónicos, que cada uno labra su propia piedra desde su nacimiento hasta su muerte, momento en que pasa el Oriente eterno, donde sólo queda el recuerdo para los masones vivientes.
Además, hemos visto que para ellos la VERDAD no existe, sólo hay verdades pequeñas, que pueden cambiar. Los dogmas de la Iglesia los ven como mentiras y supersticiones. ¿Y nosotros católicos debemos dejar de creer en Cristo Dios, en su Encarnación, en su Pasión, muerte y Resurrección para ser masones? Podemos concluir con seguridad que es imposible creer a la vez en las verdades de la fe católica y creer, al mismo tiempo, que son mentiras supersticiosas que la Iglesia trata de imponer.
Ellos hablan de tolerancia, pero en la práctica es una gran mentira, porque tratan de imponer sus ideas, persiguiendo a la Iglesia, como hemos visto a lo largo de estas páginas. Cuando el Papa Juan Pablo II vino a Reims (Francia) en 1996, los masones reunieron varios centenares de adeptos en Valmy para oponerse a su viaje. Y ¡cuántas veces lo han hecho a través de manifestaciones y de los medios de comunicación social, tratando de magnificar los errores de los sacerdotes para desprestigiar al Papa y a la Iglesia!
En el periódico El Mercurio de Chile, del 11 de noviembre del año 2001, el Gran Maestre de la Gran Logia de Chile, Jorge Carvajal, atacó a la Iglesia católica por su oposición al aborto y a la píldora del día  siguiente. ¿Dónde estaba el respeto y la tolerancia?
Por eso, Maurice Caillet, por propia experiencia, nos dice: La vida de las logias, que ha sido la mía durante quince años, revela una animosidad particular contra la autoridad papal y contra los dogmas de la Iglesia[106].
Mi experiencia y mis lecturas me llevaron a la            conclusión formal de que en buena lógica no se puede ser a la vez un buen católico y un verdadero masón, sean cuales fueren las obediencias que sigan. Y para mí supone un gran sufrimiento saber que numerosos laicos y algunos eclesiásticos se han dejado seducir por los cantos de sirena masónicos. El caso más concluyente (triste) es el del padre Jean Claude Desbrosse, que, en diciembre de 1999, ordenó que a su fallecimiento, la esquela en “Le Figaro” incluyese todos sus títulos masónicos de la Gran Logia Nacional francesa, y anunciaba su retorno al Oriente eterno, lugar de los masones fallecidos[107].
Ciertamente, es muy triste que algún sacerdote sea masón y que muchos católicos no vean en la masonería ningún peligro para su fe o, peor aún, que vayan a la iglesia y comulguen, cuando está expresamente prohibido. Quizás no conocen el fondo de la masonería por estar en los tres primeros grados, pero deben abrir los ojos y seguir a Cristo (Camino, Verdad y Vida) y no a unos dirigentes, que nos apartan de Cristo, de la Iglesia y de Dios.
No olvidemos nunca lo que dijo Jesús: Yo soy la luz del mundo, el que me sigue no andará en tinieblas sino que tendrá la luz de la vida (Jn 8, 12). Andad como hijos de la luz… sin participar en las obras infructuosas de las tinieblas, antes bien, denunciadlas y reprobadlas, pues lo que estos hacen en secreto es vergonzoso hasta el decirlo (Ef 5, 8-12).
Y, para terminar, hay un texto en el profeta Isaías que parece a propósito para que se lo apliquen los masones: Esperábamos la luz y hubo tinieblas, esperábamos la claridad y estuvimos en oscuridad. Palpamos la pared como ciegos y vacilamos como los que no tienen ojos. Tropezamos al mediodía como si fuera al anochecer y habitamos entre los santos como los muertos. Gruñimos como osos y gemimos como palomas. Esperábamos el derecho, pero la salvación huyó de nosotros. Porque fueron muchas nuestras rebeldías contra Ti y nuestros pecados testifican contra nosotros… Conocemos nuestras culpas: Rebelarse y renegar de Dios y apartarse de Él… La verdad ha tropezado en la plaza pública… la verdad ha desaparecido (Is 59, 9-15).
Título: ¿Católico y Masón?
Autor: R. Padre Ángel Peña, O. A. R.
Nihil Obstat P. Ignacio Reinares Vicario Provincial del Perú Agustino Recoleto. Imprimatur Mons. José Carmelo Martínez Obispo de Cajamarca (Perú) Lima, Perú

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