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domingo, 2 de junio de 2013

LA FUNCION DEL MANDIL



La función ordinaria de un mandil, por supuesto, es absorber las manchas de toda sustancia que no sería bien recibida si se depositara sobre la ropa de una persona. Sirve para mantener la porquería donde puede quitarse fácilmente con un lavado. En caso de tratarse de un mandil de ceremonias, dicha prenda equivale a "un escudo protector del ca¬rácter" que puede ser limpiado del barro figurado que arrojan otros se¬res humanos o simplemente de la suciedad común que se adhiere en la vida ordinaria. Es un recordatorio simbólico de que necesitamos el equi¬valente espiritual de un mandil que impida que nuestras almas se ensu¬cien psíquicamente y que mantenga la suciedad donde ha de estar, es de¬cir en la superficie de una prenda que nos podamos quitar con facilidad y lavarla. Algo para que realmente no penetre la polución en nuestros caracteres dejando en ellos unas manchas imborrables. Ésta es una fun¬ción extremadamente importante del mandil simbólico y ha de tomarse muy en consideración.

Lo que acabamos de decir se refiere a la polución externa, es decir, a la polución procedente de fuentes exteriores que afecta al individuo, pero también hay que tener en cuenta, a un nivel mucho más íntimo, la polución que parte de él/ella y afecta a aquellos que están muy en contacto con esa persona. Si se trata de una hembra, la colocación de un mandil sobre los genitales protege en cierta medida a los demás de la mens¬truación tan temida en otro tiempo, y si se trata de un varón el mandil cumplirá la misma función protectora de cualquier descarga espontánea de esperma. Este simbolismo parece mostrar que las otras personas de¬berían estar protegidas de las emisiones desagradables procedentes de las profundidades del individuo. Dicho de otro modo, por lo menos deberíamos intentar resguardar a aquellas personas que están en contacto di¬recto con nosotros de aquello que pueda salir de nosotros y causarles un daño, al igual que ponemos las manos delante de nuestra boca al toser o al estornudar. Así pues, con el mandil simbólico estoy diciendo: "Co¬loco este elemento protector entre mis poluciones y tu pureza. ¡Que nada ofensivo procedente de mí te contamine!" El mandil equivale a la bata y la mascarilla quirúrgicas.

¡Cuánto significa una prenda tan pequeña! Uno se pregunta con qué frecuencia el Masón de tipo medio medita sobre el significado de este mandil y trata de no limitarse a su aspecto externo y a sus elementos exclusi¬vamente decorativos. ¿Se han preguntado los Masones alguna vez por qué este símbolo dirige la atención de los otros a la zona sexual? ¿Acaso no equivale a afirmar que este "lugar de vida" es la primera piedra sobre la cual han de construir su propio Templo y no el de Salomón? El símbo¬lo que oculta consistente en un pene, en el sentido más literal, y dos testí¬culos, puede representarse por medio de un triángulo, que es un esbozo de la Escuadra y los Compases, junto con el ojo eterno del Supervisor omnisciente.

Al centrar la atención en los genitales, el mandil también hacer resaltar la significación e importancia vital de la genética para el desarrollo de la propia persona. En estos tiempos que se llaman demócratas, se con¬sidera absolutamente censurable asumir una superioridad motivada por el linaje o la educación, pero esto no es nada realista. Verdaderamente, una buena aplicación de los conocimientos de genética produce los me¬jores especímenes humanos, a pesar de lo que digan los ambientalistas más liberales. Es posible desarrollar los genes con los cuales él/ella na¬cieron, estimulando los mejores y tratando de reorganizar los peores. Esta tarea dura toda una vida y es el "trabajo" que se reconoce tácitamente mediante la utilización del simbólico mandil por parte de los trabajado¬res espirituales.

De todo ello se deduce que la significación genética de un mandil apunta a una herencia de Sangre Bendita o Sangreal, de la cual se supone que se deriva la Divinidad inherente al hombre. Al igual que el Santo Grial, y todas las leyendas relacionadas con el mismo, se convirtió en un factor fundamental del misticismo esotérico occidental y en la motivación de una gran parte de nuestras prácticas. Al considerar, por simple deducción, que el mandil simbólico indicaba la posesión de la mejor sangre, lo más alto de la sociedad decidió que merecía la pena llevarlo. Final-mente, hay en el Nuevo Testamento una referencia al hecho de que Jesús tomó un mandil para una determinada tarea: "Se levantó de la mesa, se quitó los vestidos y, tomando una toalla, se la ciñó; luego echó agua en la jofaina, y comenzó a lavar los pies de los discípulos y a enjugárselos con la toalla que tenía ceñida" (San Juan 13: 4-5).

Alta Magia- MAGIA DEL TEMPLO :los Mundos Interiores
William Gray

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