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viernes, 31 de mayo de 2013

La apertura hacia la Gran Luz por la puerta secreta del Sexo


La apertura hacia la Gran Luz por la puerta secreta del Sexo

El sexo es una fuerza poderosa y determinante en nuestras vidas, ya para bien o para mal. Pero sigue siendo poco entendido en el sentido correcto. 

Sabemos hoy gracias a la ciencia de la medicina profana mucho de su mecanismo fisiológico, como también aspectos de la libido por medio de la psicología convencional, pero se ha puesto poca atención a la influencia del sexo en nuestro ser interior, y la capacidad del sexo para despertar poderes insospechados por la mayoría. 

Si estamos buscando una transformación de nuestra naturaleza interior, o al menos una manera de salir de la cárcel de nuestra personalidad artificial, poco se sabe del papel que puede desempeñar el sexo. El rechazo moral de la "vieja usanza religiosa" ha dejado un vacío grave. 

Privados hoy de normas y inhibiciones, hombres y mujeres persiguen en su actividad sexual en un placer siempre difícil de alcanzar, pero el placer por el placer, ha traído consecuencias más graves al ser humano, que la morbosa posición de la religión de antaño, hoy vemos gente dañada por sus desenfreno sexual. El resultado es un desprecio del acto sexual o disfrutar sin un significado superior, sin una búsqueda legitima por alcanzar un estado de consciencia superior que nos fue arrebatado por el condicionamiento social emanado de la nefata instrucción académica, sobrias Universidades que han robotizado al ser humano al extremo ya de no cuestionar absolutamente nada, pero la Masonería hace la advertencia, diciendo oye, no creas nada por el hecho de creerlo, solamente porque académicos, políticos o religiosos lo dicen. 

Nuestra vida sexual se puede mejorar, pero sólo si hemos establecido en nuestra la intención de profundizar en nuestro interior y para cultivar más la profundidad de nuestro ser. Este movimiento dentro de nuestro ser es el verdadero significad de la vida y su trabajo por alcanzarlo por nosotros es la piedra de toque, la explicación del significado de las relaciones sexuales a un nivel de apertura hacia el interior. Porque el hombre duerme, porque que no trabaja sobre sí mismo, el acto sexual es la forma natural en que se ejercen los resultados de la energía sexual en sí mismo. Para una persona que obra en sí mismo, la acción del sexo en sí misma es de gran importancia, pero el sexo puede ayudar o entorpecer su camino, por ello es necesario encausarlo.

 Alcoseri

¿Cristo un masón del pasado?



¿Cristo un masón del pasado?

Cristo: Personaje polémico, individuo que extrañamente a través del tiempo ha sido excluido de sus propias iglesias, y retomado por otras instituciones como la de los masones, si ese Cristo antidogmatico, anticlerical y luchador social por excelencia, sabía.



Cuando vi esta mañana la foto de Cristo con Mandil, que está alzaría polémicas, levantaría algunas ámpulas y no pocas críticas. Y es que quien manda la foto El Q:.H:. Roberto Flores Garza es un masón con años de experiencia, y quien lo secunda es otro masón El Q:.H:. Ulises Rendón Urreta de también muchos años de vida masónica, masones azules de la vieja cuña y de rancia extirpe masónica revolucionaria. 



Si fueran masones filosóficos, bueno, diríamos son de esos masones del Grado 18° Rosacruz, esos masones de la cena mística que tiene como costumbre recordar a Jesús el Cristo constantemente, y portar en sus masónicas tenidas cruces y crucifijos, conmemorando a Cristo comiendo pan y vino. No dudo que quien envió foto, haya medido de antemano las consecuencias. 

La Masonería esa alma secreta del misticismo occidental, la masonería va mucho más allá de una religión dogmatizada, y eso al parecer era lo que Cristo pretendía. A través del tiempo la Masonería ganó adeptos en todos los medios, todas las religiones, todas las formas de fe. 

Incluso, todas las formas de incredulidad llegando incluso a atraer a los mismos ateos. Ateos que hay que decir, han llegado a incluso negar su ateísmo para formar parte de nuestra excelsa asociación masónica, y después de eso en cada tenida levantar loas a Dios (Invocación al Gran Arquitecto del Universo- Dios) y leer pasajes salmos bíblicos. A eso tienen que rebajarse los anticristianos y ateos para estar entre nosotros los Hijos de la Viuda, bueno hablo de los auténticos masones los Masones Regulares, porque hay por ahí unas Masonerías Irregulares, a la que llamamos técnicamente Espurias que ni son Masonería, pero que han tergiversado toda le idea original; y han fabricado una cosa que parece masonería, huele a masonería, sabe a masonería; peor no es masonería. Es más bien una monstruosidad. 

La Masonería: fenómeno social, que cuenta entre sus miembros a algunos de los más extraños personajes que van desde Papas Católicos, hasta filósofos ateos, de Pastores Protestones, hasta genocidas; la Masonería es como una madre que no ve diferencias entre sus hijos y los acoge sin dudar. Nuestra Masonería es Madre de multitudes, que es ante todo liberal lo mismo que espiritual, a la vez que Libertaria y Generosa. Pero hostil a todo despotismo y tiranía tanto exterior como interior. Es, en suma, una forma de Vida regulada por el Amor Fraternal y el Amor a Dios. 

Cirineo 

jueves, 30 de mayo de 2013

Los Enemigos de la Masonería 4


Los Enemigos de la Masonería 

4ta parte


-El político, o el politiquero más bien, cuyos comentarios en logia llevan siempre un sesgo político y que desearía que la Masonería se involucrara un poco más, o bastante más, en la política contingente del país, que, por supuesto, no es el objetivo fundamental de la verdadera Masonería.




-El agnóstico o ateo que no cree en nada espiritual, para quien lo espiritual es sinónimo de intelectual y que vería con sumo agrado que se eliminara el concepto y la alusión al G.•.A.•.D.•.U.•. en los rituales con que opera la verdadera Masonería, principio Supremo, sin el cual la logia no pasa de ser una especie de club social con un techo intelectualoide.



-El alérgico a la Biblia, el Libro de la Ley o Libro Sagrado, y que desearía verla reemplazada por la Constitución política del país, convirtiendo a la logia en un taller social, intelectual y político. Esto no es Verdadera Masonería en ninguna parte.
Y así tantos otros.

En conclusión, los verdaderos enemigos de la Masonería están en la propia mente y personalidad de algunos de sus enclenques adherentes. Estos elementos viciosos destruyen logias y ordenes. Son perversos adeptos que nunca lograron despejarse de su profanidad, profanos amandilados, que mancillan el templo que los aceptó y cobijó con fraternal afecto.




Y a propósito de la expresión “profano amandilado”, el profano con mandil es quien la iniciación no surtió ningún efecto; es quien no se produjo un cambio de consciencia de lo inferior a lo superior, de lo profano a lo propiamente iniciático; es quien la transmutación alquímica de los “metales” fue un rotundo fracaso.



¿Qué correspondería hacer con estos malos elementos?



Son delincuentes psicopáticos que tienen necesariamente que se eliminados y expulsados de la Orden para que la Verdadera Masonería siga viva y sana. Son como tumores malignos que aparecen en el cuerpo de la Orden y que hay que extirpar por doloroso que sea.



Y, al exponer a la luz a estos siniestros personajes, verdaderos demonios encarnados y camuflados que medran en la tierra feraz de la Masonería (y en cualquier otra institución religiosa o iniciática por espiritualista que sea), no estamos propiciando una suerte de persecución o quema de pseudo-iniciados, sino, más bien, para que permanezcamos alertas y no permitamos que personajes de esta calaña socaven y destruyan una institución tan respetable y digna de ser preservada para bien de la humanidad.

HERNANDO SEQUERA.

miércoles, 29 de mayo de 2013

Los Enemigos de la Masonería 3


Los Enemigos de la Masonería 

3a parte



-El “vivo” que logra grados adulando o comprando grados que no tiene ni merece.

-El que se otorga a sí mismo grados para poder liderar y mandar.
-El divisionista, el separatista, que quiebra la Orden para crear otra según su personal estilo, y que a su vez es víctima de otros divisionistas que inventan otra Orden, etc. (carioquinesis masónica).
-El moroso que siempre se encuentra atrasado en sus cotizaciones pretendiendo que la Orden le proporcione comodidad y enseñanza.
-El inventor de grados superiores no precisamente para mejor exponer una doctrina superior, sino para liderar una Orden con aparentemente mayor autoridad que sus antecesores. (De este linaje fueron Ramsay, Esteban Morin, Grasse-Tilly, entre otros)
-El que apela a la “fraternidad”, mal entendida obviamente, para que se ayude y que después de recibir la ayuda se olvida de la “fraternidad” y se aleja de la Orden sin dar aviso ni explicaciones.
-El que hace caso omiso de las normas institucionales cuando le conviene.
-El que se ausenta de su logia cuando le da la gana y que pretende volver a ella y ser recibido en gloria y majestad, abusando de la tolerancia y fraternidad.
-El que no cumple no con sus trabajos ni con su asistencia, y pretende igual que se le considere para un grado superior.
-El que en una actitud psicológica bipolar saluda a todos con aparente afecto fraternal para criticarlos el retirarse de su logia.
-El que evade asumir un cargo oficial de menor cuantía aparente como no sea el de S.•.V.•., P.•.V.•., V.•.M.•. u Orador.
-El que no cumple bien el cargo asignado y libremente aceptado
-El impuntual que siempre llega atrasado a la tenida, sin sus paramentos a veces, y que se retira lo antes posible con pretextos increíbles.
-El que al hacer uso de la palabra para dar su opinión sobre el tema presentado en logia, comenta cualquier otra cosa sin atingencia con el tema, pero que pretende que se le escuche igual.

HERNANDO SEQUERA

martes, 28 de mayo de 2013

Los Enemigos de la Masonería 2


Los Enemigos de la Masonería 

2da parte



El falsificador de documentos.

-El calumniador que difama a su H:. a sus espaldas.
-El plagiador de trabajos, tomados de otras personas o bajados de Internet.
-El acosador de HH:. . con mentiras, con ofrecimientos de grados, si está en posición tal de otorgarlos; que pretende “purificar” el “aura” de sus HH:.. con ceremonias de su demencial invención.
-El ladrón que se queda con los fondos de su logia u Orden. Lo curioso e inexplicable es que este espécimen siempre tiene cómplices y defensores.
-El borracho que en su falta de control y de criterio se aprovecha del ágape para embriagarse.
-El cómplice de las malas acciones de otro.
-El perjuro que no respeta ninguno de sus juramentos prestados en diferentes grados.
-El irrespetuoso y anarquista que no está dispuesto a acatar el orden jerárquico de la Orden y actúa individualmente a su conveniencia promocionando su imagen, pese a haberse comprometido a trabajar en equipo, por la Orden y no por satisfacer su ego.
-El aprovechador que trata de obtener beneficio personal de su condición de masón, pecuniario o de influencia social y política, y que seguramente ingresó a la Masonería con esta intención.
-El intolerante que no soporta las ideas, opiniones ni comentarios contrarios a los que él detenta no obstante que la Masonería preconiza la tolerancia (principio que debe tener necesariamente un límite para que se conserve como una virtud).
-El que ve en la Masonería una especie de “carrera de grados”, una escalera jerárquica al estilo militar.

HERNANDO SEQUERA.

lunes, 27 de mayo de 2013

Los Enemigos de la Masonería 1


Los Enemigos de la Masonería 

Parte 1



He aquí una lista negra de esos indeseables enemigos:


-El mentiroso convencido de que dice la verdad.
-El ignorante que pretende saber y en realidad no sabe.
-El innovador que pretende cambiar esto y lo otro, a su estilo, especialmente el que viene de otro Rito.
-El prepotente, con ínfulas de pavo real, sobre todo si ha alcanzado un alto grado.

HERNANDO SEQUERA.


Lo expuesto por el H:. Hernando Sequera nos pareció una opinión sicera y con mucha verdad, por ello lo compartimos con vosotros para vuestro deleite.
Publicaciones Masónicas.

domingo, 26 de mayo de 2013

EL VERDADERO ROSTRO DE LA FRANCMASONERIA


EL VERDADERO ROSTRO DE LA FRANCMASONERIA 


Tal es el verdadero rostro de la masonería universal. Nosotros quisiéramos describir ese rostro en un esbozo rápido y fiel, no según los hombres alistados bajo su bandera, sino según la tradición de la cual ella debe sacar partido. 

Esta tradición se alteró en el curso de las edades, de forma casi inevitable, en consecuencia de las relaciones humanas normales. Los principios de libertad, igualdad y fraternidad, carta inamovible de los individuos y de los pueblos a la cual la masonería está ligada hasta la muerte, fueron desconocidos, o igual pisoteados, por todos los gobiernos y los partidos. Los intereses particulares y los de las castas, parásitos venenosos engendrados por el no desenraizable egoísmo, fueron mucho tiempo favorecidos por los poderes públicos, en detrimento del interés general. 

La verdadera masonería se levantó contra la injusticia y la intolerancia; ella quiso, por todas partes y siempre, restablecer el equilibrio roto. Porque, siendo humanos los medios empleados por ella tal vez haya sobrepasado el límite de la sabiduría. Para luchar contra la angustia material, descendió sobre el plano estrictamente físico, perdió de vista, así, su papel espiritual y su oficio de mediadora. En algunos casos, ella también se prestó a las realizaciones partidarias. Pero su acción era legítima en su esencia, cuando no en sus modalidades. 

Los hombres que en su seno dirigían la lucha eran, en la mayoría, plenos de fe y de buena voluntad y tenían un único objetivo: el bien; es preciso absolverlos. Igualmente, si su obra es condenable, la masonería es inocente, pues ella no proclama el error, sino la verdad. Contrariamente a las afirmaciones de sus detractores, ella no es, en efecto, una empresa de demolición, un organismo gangrenado cuya actividad nefasta propaga la enfermedad por la cual él está alcanzado. 

Numerosos masones pueden errar y lo contrario sería sorprendente, muchos de entre ellos pueden actuar en vista de intereses personales más o menos confesables. Es inadmisible jugar la interdicción sobre la orden entera por el hecho de que ovejas negras, sean ellas la mayoría, se abrigan en sus templos. 

Es por eso que nos esforzamos en hacer revivir, en su pureza ideal, la doctrina verdadera de la masonería iniciática; en mostrar el ascenso individual y colectivo de la cual ella es el soporte; en elevar los adeptos hasta la noción del apostolado y, por ese medio, conducirlos a las realizaciones exteriores de la cual los errores serán excluidos. 

Nosotros escribimos sin revelar ninguno de los “aborrecibles” de la orden, como único objetivo de ser útil a la verdad y de destruir, en la medida de nuestro entendimiento, los rumores del odio levantados contra ella. 

Aquellos que, eventualmente leyeran este estudio de él obtendrán tal vez: sea una más justa comprensión y un poco de respeto por una alta doctrina venida de las profundidades de la historia, sea el deseo de poner sus pensamientos y sus actos en el diapasón de su enseñanza tradicional. Para esos últimos, les decimos nuevamente, ellos emprendieron una obra ardua, y, en algunos momentos, dolorosa. Pero su realización no es imposible. Algunos la realizan, a pesar de las dificultades materiales y la lucha por la existencia: debemos imitarlos. Ella es, en estas páginas presentada en su aridez metafísica, no para amedrentar, sino para dar el valor necesario al proseguimiento de ese noble ideal. 

Es siempre bueno de hecho, antes de emprender una tarea, medir su extensión. Veamos en torno de nosotros, el esfuerzo está por todas partes, es una ley vital a la cual ningún ser puede sustraerse. La vida humana es, sobre todo, el prototipo de lucha perpetua. 

Es preciso combatir por el lugar al sol y el pan de cada día, combatir por la verdad contre el error, por la paz contra la guerra, por el bien contra el mal. Ningún hombre, digno de ese nombre, puede negar la oportunidad del esfuerzo cuya tensión, de otra manera, es beatifica a las grandes almas, puesto que él trae con él la esperanza de la victoria y la alegría anticipada del triunfo. 

Las dificultades, desde el comienzo, parecen intransponibles, pero se revelan luego, y casi siempre, como coadyuvante de la verdad. Cuando un alpinista se encuentra al pie de una muralla rocosa casi vertical, su primer movimiento es volver sobre si. El no obstante no vacila, él la ataca con la voluntad de vencerla. 

A lo largo de la ascensión, él encuentra fisuras, plataformas, rampas más suaves y descansos invisibles de poca altura. A pesar de la fatiga y del peligro mortal, él llega al fin sobre la cumbre y respira el aire de las cimas. El se siente maestro de las fuerzas naturales, porque él venció el pavor y abatió la materia. Así hace el verdadero masón, caballero sin miedo y sin censura él conquista la espiritualidad contra todos los obstáculos. 

COMPLEMENTO 

Prólogo Entre los profanos e igual entre los masones que se quedaron atrás en leer las páginas precedentes, muchos, tal vez, quedaron decepcionados. Ellos esperaban encontrar ahí, no sólo un rostro desconocido de la multitud, sino también un tema preciso capaz de concentrar todo esfuerzo intelectual, un dogma al cual bastaría entregarse para ser, irresistiblemente, encadenado en el reflejo de la luz. 

A la fuerza de oír decir: la Masonería confiere la verdad a sus adeptos, los masones pueden creer en la instantaneidad de una revelación milagrosa y como el amor propio humano los guía aún en sus primeros pasos en el templo, ellos sufren, sin duda, por no quedar deslumbrados. 

En cuanto a los profanos, ellos piensan no tener necesidad de entrar a la Masonería para llegar a ese resultado: las ciencias, las filosofías y las religiones son, también, mentores seguros. Esta fraternidad no innova nada; ella no enseña nada; ella se atribuye un derecho hipotético y se sirve de un símbolo puro para convencer a los hombres de su utilidad. 

Abramos una ética cualquiera, lo mismo un sencillo catecismo, y nos encontraremos, bajo una forma menos vanidosa, las mismas enseñanzas y los mismos preceptos. Los masones estarían errados al reclamar una revelación donde se encuentra únicamente la continuidad de una tradición milenaria; los profanos, de desconocer los beneficios de un método y de una disciplina cuya eficacia se concibe por las subordinaciones, en otros lugares aplicados bajo la cobertura de leyes punitivas; unos y otros, de imaginar una pretensión injustificada. 

Es por eso que queremos abordar aquí la cuestión de la luz masónica, en el límite impuesto por la obligación del secreto, para mostrar a todos, y sobre todo a los iniciables, sus características, su papel y la manera por la cual es preciso comprenderla y conquistarla, fuera de toda ilusión incompatible con la positividad de la doctrina. 

Entonces aparecerá a los ojos de la buena fe, por un nuevo análisis y una meditación más profunda y correlativa de nuestro primer ojear, como la masonería es desconocida de la generalidad de los hombres y cual es el valor de su testimonio en la apreciación de la verdad humana, testimonio de una importancia, única, por cuanto completamente en al conciencia de lo místico. Retornaremos, de alguna manera sobre nuestros pasos, para medir mejor el alcance y la dirección, encontraremos los mismos conceptos y las mismas ideas, pero en un ciclo más limitado, porque asistiremos, en cierta medida, al nacimiento de un hijo de la viuda.

VICENTE ALCOSERI

sábado, 25 de mayo de 2013

EL PIE DESCALZO Y LA POSTURA RITUAL


SOBRE DOS ASPECTOS DEL RITUAL:
EL PIE DESCALZO Y LA POSTURA RITUAL 
DURANTE LOS TRABAJOS DE LOGIA
Lascaris


El pie descalzo 
"Antiguamente, era costumbre en Israel, en caso de rescate o de compra, que para ratificar todo negocio, uno se quitara la sandalia y la entregara al otro. Esta era la manera de atestiguar en Israel. Dijo, pues a Boaz el que tenia derecho de rescate: Cómpralo tú; y se descalzó la sandalia." (Rut 4, 7-8). 
Considerando la cantidad de elementos hebraicos presentes en la Tradición Masónica no puede sorprendernos que uno de los primeros actos que el graduante realiza sea descalzar su pie derecho. Este simple acto, en apariencia, lo vincula con Boaz, nombre presente en el simbolismo del grado de Aprendiz como sabemos, y a través de él entra a formar parte de la filiación espiritual de Salomón, el constructor del Templo. 
"El relato de Rut, entre otros aspectos, exalta la intervención de la Providencia Divina." Sabemos que en el orden iniciático poco o nada depende de nuestros esfuerzos, sino de la Gracia que nos pueda ser concedida, lo que no quiere decir que uno no haya de esforzarse, por el contrario hay que poner la parte que a cada cual corresponde en el trabajo; pues, ¿a quién sino a la Providencia debe el graduante haber ligado con la Iniciación, alcanzando así la posibilidad de la muerte en vida y por tanto el segundo nacimiento? ¿Quién sino la Providencia ha dispuesto que su existencia desemboque en el camino de la  Regeneración? 
Que tremenda responsabilidad y que soberbio don ante el cual lo demás resulta empequeñecido. 
El graduante, lo sepa o no, sea o no consciente de ello, al quitarse el calzado y desnudar su pie está realizando el más importante negocio que se pueda hacer, en realidad el único que merece la pena, a través de la Orden y por el vínculo iniciático con el G:. A:., Principio Constructor del Universo. 
Negocio que no es otro que el rescate de su propio Ser y la compra de la parte de Conocimiento que desde siempre le corresponde. De él exclusivamente depende llevar a buen término semejante negocio. "Si os ha llamado el Amo a trabajar, es que la empresa es de la mayor envergadura, digna de los proyectos divinos (...) Este es un negocio en grande y nuestros egos pequeños no tienen cabida, por su propia condición."1 
El Sepher Yetsirah por su parte vincula el pie derecho con el signo de Aries y con la facultad del habla. 
Respecto a su sentido astrólogico señalemos tan sólo que Aries simboliza el comienzo de la Primavera, y que ésta es señalada como la estación adecuada para iniciar los trabajos de la Obra. 
Sobre la facultad del habla la instrucción del Aprendiz dice que este no sabe leer ni escribir, sólo deletrear, y hasta que sea capaz de hablar debe ejercitarse en la disciplina del silencio. 
La postura ritual durante los trabajos 
"-¿Está vacía la silla donde estás sentado? 
- Eso es rídiculo! ¿Cómo es posible? 
- Es cierto, no es posible... pues de hecho tú estas sentado en ella.   
- Pero sí es posible que la persona que está sentada en esa silla se sienta vacia.
- Entonces esa silla está vacia, aún estando ocupada!"2
En todas las tradiciones existen posturas rituales; sentado, de pie, caminando, incluso las hay especialmente diseñadas para comer e incluso para dormir acostado. El objetivo y la finalidad de estas posturas no es otro que promover, facilitar y mantener una actitud meditativa o, cuanto menos, concentrada cualquiera sea la actividad que se esté realizando, siempre en el contexto de la práctica espiritual. 
También en la Masonería existen las posturas rituales; hay una postura para permanecer de pie inmóvil, para caminar, para estar sentado, hay, si no una postura, sí un ritual para comer, y si se piensa en ello hay también una postura para permanecer acostado. 
La postura más frecuente y en la que trascurren la mayor parte de los trabajos en Tenida es la de sentado. Y no se permanece sentado por comodidad, o porque de alguna manera hay que estar; antes bien responde a una práctica ritual, a la parte individual que a uno le toca trabajar dentro del trabajo colectivo ritual de la tenida. 
Julius Evola, en su obra El Yoga tántrico, dice hablando de los "asana" o posturas rituales: "El punto de partida reside en una imagen vivificada y, en cierto sentido mágica, que el gesto del hombre debe reproducir ritualmente. Hay pues en la inmovilidad del cuerpo algo de igualmente mágico...". Más adelante continúa diciendo: "En la doctrina de la antigua realeza egipcia, por ejemplo, se concebían la estabilidad y la inmovilidad como un verdadero fluido que poseía un poder sobrenatural y penetraba en el soberano. En los misterios clásicos, el rito que exigía que estuviera sentado inmóvil sobre el trono, tenía una importancia tal que estaba en una relación estrecha con la iniciación o con la identificación con un dios." 
Todo esto nos lleva a la certeza de que permanecer sentados inmóviles en unos asientos no especialmente cómodos, responde a una ascesis cuyo objetivo es ejercitar la voluntad en el dominio de ese fuego interior que nos impulsa a agitarnos continuamente; si conseguimos dominar ese movimiento expresado exteriormente en la incapacidad o dificultad de permanecer en una postura durante un cierto tiempo dominaremos la agitación mental y lograremos "fijar el espíritu", de manera que la inmovilidad y el silencio se transformarán en el gesto preciso y la palabra justa. 
Al inicio de los trabajos, el V:. M:. invoca la presencia del G:. A:. . mantengamos una actitud adecuada para que esa presencia espiritual invocada encuentre receptáculos dignos de Ella.


Notas 
1
En el vientre de la Ballena. Textos alquímicos. Federico González. 
2 La silla vacía. Rabí Nachman de Breslau. 

viernes, 24 de mayo de 2013

¿ES LA MASONERÍA RELIGIÓN O NO? 2



Otro grupo de argumentos es, que la masonería también posee ceremonias solemnes, para las grandes ocasiones de la vida, seguidas por prácticas litúrgicas.

Estas son tres: la ocasión de nacer, de formar familia y de morir. Cada religión reserva un ramillete de lo más bello de sus ceremonias para comunicar en estos momentos. Una lo denomina ritos, otra magia y la Iglesia con todo derecho los llama sacramentos. El hecho con que la masonería también pide la palabra para estas tres ocasiones fundamentales de la vida, demuestra su concepto de sí misma, porque ni a la Real Academia Española, ni tampoco al Círculo de Prensa jamás se les va a ocurrir lo mismo.

Lowton es el nombre del hijo de un masón que ha sido adoptado por una Logia. Esta adopción acontece en medio de un rito simbólico de significado profundo, que los masones conciben como un equivalente del bautismo.

Mucho más interesante es el Reconocimiento Conyugal, que denominan impropiamente de Matrimonio Masónico. La belleza de su liturgia y su riqueza sólo es superada con la de la iglesia ortodoxa. No lo voy a describir, porque cualquiera puede presenciarlo, ya que se efectúa en "Tenida Blanca". Citaré sólo una frase de la introducción del Venerable: "El espíritu de unión, de amor y de paz, que emana de nuestra Institución y de nuestros trabajos, puede contribuir mucho a mantener en la concordia la indisolubilidad del matrimonio". No hace mucho, estuve presente en un acto de reconocimiento conyugal y observé todos los detalles del acto solemne: decoración floral, un pequeño altar, el colocar de las alianzas en los dedos y cuando el Venerable extendió sus brazos encima de la cabeza de los jóvenes, consagrando el acto de ratificación del matrimonio, tuve la impresión de que no existe dialéctica que pudiera restarle su carácter sacerdotal y la Institución en cuyo nombre esto se efectúa, tiene que ser una de las tantas religiones.

La tercera gran ocasión de la vida es, cuando se sale de ella. Los masones dicen que se fue al Eterno Oriente.

Al oírlo por primera vez, confieso que me sonó algo peculiar, y lo tomé con cierta reserva; me pareció un legado de los libros de Carlos May donde los indios al morir van al Eterno Coto de Caza. Traté de desligarme de los pre juicios y de la idea afincada en mí por mi educación, según la cual después de la muerte, se sube al cielo; para ser justo en mi apreciación llegué a juzgar que el Eterno Oriente es una expresión simbólicamente indicada; puesto que no subimos al cielo ni vamos al Oriente después de la muerte, porque el Más Allá está fuera de la forma, del espacio y del tiempo; pero para indicar una dirección, Oriente expresa el nacimiento de la luz y éste puede significar la nueva vida.

Una vez al año los masones recuerdan sus muertos en medio de ceremonias funerales. Con estas ocasiones todos dan vuelta sus mandiles que están forrados por atrás de negro y guardan una pequeña calavera aplicada de paño blanco; se coloca en el medio del templo un catafalco con un modesto ataúd negro, del mismo modo como en las misas de exequias y lo rodean don velas y adornos de flores. Esta recordación de los muertos, aunque está vestida de negro, se denomina Tenida Blanca, porque está libre a la participación de profanos. Por lo general, la frecuentan muchos de los parientes y amigos de los masones. Los visitantes son recibidos por el Maestro de Ceremonias en la entrada del Templo Grande, quién los conduce a sus lugares. La ceremonia comienza con la entrada de las autoridades de la Gran Logia, igual, como cuando un obispo hace su entrada con su cortejo solemne, sólo que éste último con su cola, báculo pastoral, ínfula, etc., es más majestuoso. Pero aquí entre los masones tampoco faltan los anchos collares de oro, que ostentan las autoridades de la Gran Logia y la actitud solemne. No voy a describir la ceremonia con detalles, porque cualquiera puede presenciarla: se efectúa en medio de los diálogos usuales entre los cuales, en un momento preciso el primer Vigilante se acerca al ataúd y, lo golpea tres veces con el mallete y a la pregunta del Gran Maestro, si recibió respuesta del Hermano, contesta que no, ya que éste se fue hacia el Eterno Oriente. Todas las veces que participé de estas recordaciones, me puse a observar al público, que en todos los casos demostró: emoción, devoción y profundo silencio. Más de una vez, recordé en esos momentos las afirmaciones, del Cardenal Caro, de las ceremonias masónicas: "Lo grotesco en lo solemne" y me pregunté: ¿Con qué derecho se puede burlar de una ceremonia simplemente porque ésta es efectuada por otros? Todas las ceremonias del mundo son grotescas al mismo tiempo que solemnes, de acuerdo a la predisposición de ánimo con que se participe de ellas. Sería más instructivo sacar en conclusión de esta ceremonia, que la institución, que la adhiere a su programa, cree en la inmortalidad del alma.

Cualquiera que fuera guiado por intenciones maléficas; no podría acaso burlarse de las ceremonias de la religión católica para ridiculizarlas? Y sería el mismo error el que se comete contra los masones. Después de la encíclica Pacem in Terris esta conducta la pueden seguir únicamente aquéllos, para quienes la palabra de Roma es vana o un simple camuflage.

La conclusión en cambio está en pie: he aquí que la masonería puede ser considerada como religión, porque dispone de una liturgia desarrollada. Este hecho se colma con la norma según la cual el Venerable con el motivo de su instalación promete en su juramento, guardar las "dogmas masónicas". Las dogmas son siempre base de las religiones.

Entre las demás ceremonias masónicas está el año litúrgico con sus fiestas como por ejemplo los días del solsticio y el jueves de la semana santa, cuando se hace la cena mística de los del grado 18.

Pese a todos los argumentos enumerados, mi opinión responsable y sentada es, que la masonería no es religión. Con la ayuda de mis estudios de teología y filosofía, analicé para mí todos los detalles de esta cuestión, Para poder hablar de religión, deben haber presentes tres factores sin que falte ninguno de ellos: primero un sistema de dogmas sobre Dios y sobre su criatura dependiente de Él y quien tiende retornar hacia Él; segundo: un sistema de normas morales; tercero: un culto organizado que reconoce el poder Supremo de Dios y la dependencia de Él. (Tanquerey: Brevior Sinopsis Theologiae Dogmaticae, pág. 11). Ya la primera condición falta en toda la masonería: no tienen ningún sistema de dogmas. He investigado los reglamentos masónicos, todo el sistema de sus reglas, todos los textos de su liturgia y exceptuando el juramento del Venerable, no he encontrado ni un punto, que hablara de un sistema dogmático. La palabra dogma en el texto señalado según mi convicción, debe ser por un error, puesto que el que lo redactó no ha previsto las consecuencias del grave significado de esta palabra, que puede tener relación únicamente con los principios masónicos y en ningún modo puede ser empleada sin un sistema dogmático existente. Si a toda costa quisiéramos hablar de dogmas, la masonería reconoce uno solo: la libertad y la tolerancia y esto es demasiado poco como base de una religión. La segunda razón perentoria es, que la masonería no posee sacerdotes dedicados al ejercicio de un culto, cosa que es parte esencial de una religión. Los protestantes niegan al sacerdocio como sacramento fundado por Cristo, pero en la práctica no pudieron menos que adoptar el sistema e instruir en escuelas superiores de teología a sus pastores. Y si aquí o allá, los masones ejercieron alguna actividad similar a la de un sacerdote, a ésa jamás la traducen en una transmisión de la gracia divina. No debemos olvidar que la masonería en todo tiempo negaba rotundamente que fuera una religión, y a mi entender, nadie sabe mejor que ella misma lo que quiere ser, y los fines que persigue.

Aunque posee un sistema de moral definido, éste no es suficiente para integrar una religión, del mismo modo, como las instituciones educacionales profanas también tienen su sistema de moral, sin embargo a nadie se l e ocurre que por eso la denominaran como religión.

A lo que respecta a las prácticas de su liturgia, está lejos de imputarles fuerza sobrenatural alguna, cosa que es elemento indispensable en la liturgia de todas las religiones; pues bien, si falta el elemento indispensable, queda el simple simbolismo que es propiedad eterna del hombre. Es tan eternamente humana que las religiones mismas también lo adoptaron de la misma fuente para sus fines. Y si bien tienen el mismo origen en la aplicación, difieren por su naturaleza.

Las liturgias masónicas no son más que interpretaciones de la psicología humana.

Sus ritos parecidos a las prácticas religiosas se sostienen, no para ejercer una religión, sino porque éstos encierran una fuerza eterna para enlazar a los hombres, motivo por el cual también las mismas religiones los adoptaron. Hasta el yudo posee ciertos ritos, sin dejar de mencionar a los clubes universitarios. Yo mismo he experimentado en distintas oportunidades en Alemania cuan rica en símbolos es la vida universitaria. La Masonería recibió la mayoría de sus ritos como legado de las asociaciones de cofradía de los masones operativos y éstas como todas de esa época estaban llenas de los más diversos símbolos y de prácticas de sucesos simbólicos. Éstos fortalecieron en parte la unión entre ellos, y, por otra parte, sirvieron fines profanos para una defensa lógica y permitida frente a los intrusos, quienes sin autorización alguna, querían penetrar en los secretos del oficio. El conocimiento de algunos ritos y su práctica, fue adoptado a fin de mantener una estricta disciplina interior. Los oficiales de cofradías deambulaban a través de los distintos países a fin de ampliar sus conocimientos sobre el oficio, para probar su calidad de operarios instruidos, tuvieron que conectarse hábilmente a través de estos ritos. Después de que se incorporaron en las obras y llegaba el día de pago, la suma de los salarios dependía de los grados que ostentaba cada uno. Como en ese tiempo carecían de lista de salarios, el obrero le dijo al oído al pagador la palabra secreta, o sea la que determinaba su grado o instrucción, y la cantidad de dinero correspondiente. Este fue el origen de la "palabra de paso" que vive hasta hoy en la masonería y su ejercicio pertenece a su liturgia. Un ejemplo es, cuando se cierra una tenida, el Venerable, pregunta: ¿Cuál es el segundo deber del segundo Vigilante? Cuidar que cada obrero reciba su salario.

Vistas a través de su evolución histórica, las liturgias masónicas pierden inmediatamente su significado religioso y se apreciará la fuerza educativa que encierran. Descubren alguna enseñanza ante el hombre, sin querer instituir vínculo alguno entre Dios y el hombre, base esencial para una religión. Un factor primordial para la liturgia religiosa es el reconocimiento, por parte de la misma del supremo poder de Dios y de la dependencia de él. Como la liturgia masónica no hace mención de este factor, no puede tener carácter religioso.

El conjunto de esas pequeñas reglas, que en su totalidad p arecen fortalecer la presunción de que estamos ante una religión, se dispersan una vez que nos ponemos a juzgar sin prejuicio. El hecho de que no se pueda colgar cuadros en sus "templos", no prueba nada, ya que con ese criterio las salas de los tribunales serían también templos, puesto que no se puede colgar en ellas por ejemplo, una linda reproducción del cuadro "Silenio ebrio" de Rubens. En los salones de conferencias por regla general está prohibido fumar, como también el silencio exige respeto, sin que esto despierte devoción religiosa alguna. La apelación con insistencia al Gran Arquitecto del Universo tampoco significa que la Institución se deba convertir en secta alguna, sino el simple reflejo de su fe en Dios, que cree estimar al recordarlo a menudo. Pero deja liberado el ejercicio religioso de esta estima, a la convicción o libre albedrío de cada uno; más aún, espera de sus miembros que pertenezcan a alguna religión. Este hecho en sí es argumento completo de que no se considera capacitado para desempeñar exigencias religiosas, aunque ante la observación superficial impresione lo contrario. El único gesto sacerdotal en toda la liturgia, es el brazo extendido en pos de bendición del Venerable, con motivo del Reconocimiento Conyugal a lo que se puede alegar, que un gesto es muy poco para hacer una religión; además, en todos los actos consagratorios y juratorios juega papel importante la espada extendida encima de las cabezas que es una remembranza de los tiempos de caballería. Huelga decir, que este gesto típico, quedaría de pésimo gusto en el caso del Reconocimiento Conyugal, don de sobre las cabezas de la pareja nueva, en vez de la espada, en este único caso, el Venerable extiende sus brazos.

Para terminar, debo añadir que jamás ni por un segundo me he sentido como miembro de una nueva confesión. A la afirmación de un hermano entusiasta, al querer persuadirme que la Logia era un templo verdadero, yo le respondí, que entonces la masonería es una religión y en caso que esto fuera cierto, me vería obligado a abandonar la Institución.

DR TÖHÖ TÖM  NAGY, JESUITAS Y MASONES, Buenos Aires 1963, Págs. 212-2189

jueves, 23 de mayo de 2013

¿ES LA MASONERÍA RELIGIÓN O NO? 1



Reconozco que tenía momentos en qué yo mismo no pude dar respuesta concreta y para hacerlo tuve que reunir con prolijo esmero los argumentos en pro y en contra. No podemos atenernos a impresiones infundadas para juzgar, sino buscar una base sólida de hechos concretos para esclarecer posibles dudas.

En posesión de experiencias y un cúmulo de argumentos al respecto, di una conferencia sobre el mismo problema en mi Madre Logia. El problema despertó gran interés entre Los Hermanos y era obvio que los inquietaba. A lo largo de los años el tema volvía a aparecer en tapete en más de una oportunidad cosa que dejaba traslucir una inquietud latente. En una oportunidad, hablando con uno de los personajes de la Suprema Dirección de la masonería argentina, a gran sorpresa mía, dejó traslucir que le agradaría si la masonería fuera una de las sectas de la cristiandad. Una vez al realizar uno de los actos litúrgicos me sorprendió el recogimiento y dignidad con que se desempeñaba, parecía asemejarse a un sacerdote. En la Logia Estrella del Oriente, el Hno. Lloverás que es el superior inmediato de los aprendices disciplinó al grupo de sus numerosos neófitos a tal punto que no les permitía ni cruzar las piernas durante las tenidas. Me rebelé contra este rigor, especialmente a causa de uno de los aprendices, ya hombre maduro y muy entusiasta.

El Hno. Defendió su disciplina diciendo que él se sentía ahí como en un templo verdadero. A todo esto me puse a reflexionar sobre los argumentos y los puse en la balanza.

A primera vista, la masonería posee muchas prácticas que prueban que estamos frente a una religión. El local donde se hacen las tenidas, se denomina templo, y estos suelen tener sólo las religiones; toda la sede puede ser llamada como tal. El edificio de Buenos Aires se presta especialmente para esta denominación.

Recuerdo que mientras buscaba la masonería, en una ocasión pasé delante del edificio y éste me llamó la atención, me detuve un segundo para adivinar de qué clase de confesión sería; al no poder precisarlo seguí, buscando los masones.

Aunque hay muchas sedes de la masoneria que no parecen en absoluto templos, también hay iglesias modernas que no reflejan su calidad de tal. Una vez, un destacado escritor húngaro denominó a una de estas iglesias modernas de Budapest, no sin razón de "Garage de Dios".

No sólo el aspecto externo, sino también la instalación de la Logia indican que no es una sala de reunión profana, sino un templo. En primer término, el templo masónico, al menos en teoría, está orientado con su eje hacia Oriente y Occidente, como los templos ortodoxos y demás iglesias de muchas otras confesiones. Esta orientación está acentuada con el fresco del cielo raso, que frente de la entrada representa el sol saliente con algunas nubes que la oscurecen cada vez más en su lado, hacia la puerta, donde se apaga en la noche oscura.

Junto a las dos paredes laterales de la entrada se ubican dos columnas altas que llevan los nombres de las columnas colocadas en el templo de Salomón. Si no fuera templo verdadero, se podrían colgar cuadros en las paredes; ¡pero no se puede! Ni los retratos de los grandes masones famosos: éstos están en los pasillos y en las salas* de reuniones.

Esta distinción indica que la Logia misma es un templo donde se realizan ceremonias religiosas. Según prescripción no puede tener más ventanas, que algunas rendijas arriba para la ventilación, que comunica con el exterior. Esto era una característica de algunos templos en las épocas antiguas; por ejemplo: los santuarios subterráneos en honor de Mithra. Es posible que esta prescripción de los templos masónicos es una reminiscencia de las catacumbas cuyas capillas disponían de ventiladores semejantes. Además, en los templos masónicos existe un pequeño soporte denominado ara, para la Biblia que permanece abierta durante las tenidas. Al menos así es como lo prescribe con firmeza el reglamento de la masonería clásica y únicamente las Logias de los masones ateos herejes, son los que no respetan este reglamento y en vez de la Biblia, colocan un libro cualquiera de legislación, o bien un libro en blanco que, según ellos, sustituye para cada uno su libro sagrado. Pero estos masones están excluidos de la comunidad masónica, que guarda la tendencia sajona. Es precisamente esta diferencia la que demuestra que la Biblia tiene para los masones una característica litúrgica de confesión, cuya relación religiosa es innegable.

En la glíptica, la espada flamígera es expresamente de significado religioso, según la liturgia masónica; el Gran Maestro, durante las tenidas usa esta espada a diferencia con las de los hermanos que son lisas. En algunos casos se prescribe el acompañamiento de órgano y es a este fin, que las Logias mejor instaladas poseen este instrumento. Se percibe mejor su significado religioso si observamos el argumento por su lado opuesto: no podría imaginar que en los momentos de tensión de la ceremonia de iniciación, cuando el Venerable llama al neófito a reflexionar sobre si quiere verdaderamente entrar en la masonería y cuál es su motivo, tocara alguna orquesta de jazz una canción alegre para animar en su decisión al candidato de los ojos vendados. El órgano tuvo su nacimiento en las iglesias y es ahí donde sigue escuchándose con familiaridad.

Dentro de la Logia, los cargos y algunos grados tienen nombres especiales que distan mucho de la terminología de las instituciones de carácter profano; estas denominaciones tienen origen en las más diversas religiones: el superior de la Logia es el Venerable Maestro, el que está sentado a su lado es el diácono, a quién envía con algún mensaje si es preciso. Al lado del primer Vigilante se sienta el Subdiácono. De las numerosas denominaciones de carácter clerical, pongo de ejemplo el nombre del presidente de los grados 18 Athesatha cuyo significado original es: Jefe de los Sacerdotes.

Las instalaciones del templo, los utensilios a emplear en las prácticas litúrgicas, dan testimonio de que estamos frente a una religión El uso de velas y la prescripción según el caso de su cantidad 3, 7, 9, 11 son cifras sagradas. Durante la práctica de alguna liturgia en que se apagan las velas una por una, encontré semejanza con las ceremonias católicas de la Semana Santa. En más de una de las ceremonias queman incienso sobre brazas; someter al neófito con motivo de uno de sus viajes a la purificación por medio del agua, que es una reminiscencia lejana del bautismo.

Todo grado tiene su cuadro simbólico, que está lleno de dibujos: los signos más diversos de la Deidad y símbolos de religión son ancestrales. Quien observa estos cuadros peculiares, puestos sobre la alfombra cuadriculada en el suelo, al medio de la Logia, no va a sentir nunca que está frente a una creación de la pintura profana, sino despertará en él recuerdos religiosos.

Los textos de las ceremonias masónicas parecen indicar el ejercicio de una religión. La misma masonería los denomina liturgia y habla de distintos ritos; ambos términos salieron del diccionario de los términos religiosos. Y no sólo sus nombres son de carácter religioso, sino sus prácticas también. En cada tenida, el libro de actas y cualquier escrito o formulario oficial se encabeza "A la gloria del Gran Arquitecto del Universo". Más de una ceremonia termina con un vigoroso amén de los concurrentes pero no en su forma hebrea, sino en español: ¡Así sea! La liturgia de algunas exaltaciones a los grados, está entretejida con motivos religiosos y alusiones a sucesos bíblicos; la construcción del templo de Salomón, la actuación del personaje legendario Hiram Abif, arquitecto encargado de los trabajos, es rodeado por la mayor parte de las tradiciones; además, la búsqueda de la "palabra perdida" a lo largo de los grados, es la gracia perdida; o la verdad escondida que el masón, al subir a los grados, al fin la encuentra. Según apariencias esto también encierra un carácter religioso. La estructura de los grados y su mecanismo superior pese a sus denominaciones pomposas, guardan orígenes antiguos y presentan señales de una purificación y superación constante, recuerdan también la fuerza religiosa de la purificación y perfeccionamiento.

Visto a través de una crítica imparcial, que traté de conservar en todo momento, puedo afirmar que en el curso de los grados existe una tendencia hacia lo más noble y lo más purificado que merece respeto. Únicamente la mala intención puede traducirlo en poses teatrales y en esnobismo fanfarrón, olvidando completamente, que aquél que juzga esto con ironía mordaz, practica cosas similares, a unas cuadras de ahí y no las considera grotescas, porque nació en su tradición y desde monaguillo participa de ellas.

Ninguna de ellas es grotesca, ya que se funda en tradiciones y toma su origen de los tiempos, cuando el hombre acompañaba a las cosas dichas con una multitud de gestos, hasta llegar a la representación. A primera intención puede parecer un absurdo, para aquél que no conoce, pero el significado del curso de los grados, su enseñanza y lo que espera de sus adeptos, me evocó una verdadera semejanza con la estructura de los ejercicios espirituales de San Ignacio. Se podría exponer el tema en un estudio esmerado, pero no es mi meta, lo acabo de citar por ser argumento comprobante respecto a que la masonería es una especie del ejercicio religioso.

Aumenta el carácter litúrgico o sea religioso de las tenidas y de sus prácticas el hecho de que las dirige un Maestro de Ceremonias; además que cada frase esté prescripta y que durante las prácticas reine el silencio. No puede uno levantarse ni caminar de un lado a otro, y por supuesto está prohibido fumar. Participé de alguna tenida, donde durante la cual se fumaba y en donde, en vez de la Biblia pusieron un código nacional como protesta contra los principios de la Gran Logia Unida de Inglaterra, cosa que pueden hacer, ya que tienen libertad para ello, hasta que no se enteren en Londres o en E. U. en cuyo caso los excluirán s in emoción alguna, de los grupos masones de tradiciones clásicas, convirtiéndolos en heréticos de la familia original. Este es otro hecho que aumenta el carácter religioso de la masonería, puesto que la historia de religiones ha practicado esta clase de cismas y excomuniones por causas análogas.

DR TÖHÖ TÖM  NAGY, JESUITAS Y MASONES, Buenos Aires 1963, Págs. 212-2189