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martes, 29 de septiembre de 2020

Gnosis

Gnosis


GNOSIS

Etimológicamente: conocimiento (gnosis griega) 
Significa, de hecho, conocimiento iniciático.
El término gnosis designa diversas tendencias que siempre han existido en las grandes religiones monoteístas y que tienen puntos en común tanto con el pensamiento neoplatónico como con las espiritualidades orientales.
Gnosis significa conocimiento. Se trata de un conocimiento interior, por el cual el hombre aprehende lo divino, independientemente de todo dogma, de toda enseñanza; La gnosis es, pues, similar al misticismo. 
Los gnósticos consideran que Dios no puede estar en contacto con el mundo, esencialmente malvado, obra del Demiurgo. 
La materia se asimila a la ignorancia, al mal, y la vida terrena resulta de una caída del espíritu en esta materia, pérdida de la unidad original con Dios. 
El hombre, prisionero de las dualidades (bien / mal, alma / cuerpo, conocimiento / ignorancia), ya no guarda de su origen divino sino la vaga nostalgia de un paraíso perdido.
Pero el principio divino, el alma, está en él, y la investigación espiritual puede llevarlo a la salvación al liberar al alma de su prisión corporal.
Según las últimas investigaciones, la Gnosis encuentra su origen en los círculos judeocristianos al inicio de nuestra era y en la crisis que atravesó el pensamiento apocalíptico durante los dos primeros siglos de nuestra era (R.-M. Grant, Gnosis y orígenes cristianos, París, 1964). 
Esto no significa que muchos temas y concepciones gnósticas no existieran antes de esta fecha. El simbolismo gnóstico de hecho tiene sus raíces en épocas mucho más tempranas de la filosofía pitagórica. 
Por otro lado, existe una relación indiscutible muy clara entre los esenios y la gnosis. 
Posteriormente, en la segunda generación, los gnósticos se interesaron por las revelaciones antiguas, orientales y griegas, para constituir un movimiento religioso donde se recogen todas las especulaciones cosmológicas y teosóficas: las doctrinas filosóficas de Pitágoras y Platón, aportes de la Cábala, hermetismo, alquimia, astrología.
Los temas fundamentales de la Gnosis son:

la teoría del conocimiento (autoconocimiento y conocimiento de Dios);

dualismo (luz-oscuridad, pneuma-psique, vida-muerte);

el mito del Salvador-salvo que inspira el cuarto Evangelio (el mensajero celestial desciende para traer la revelación divina a los hombres);

el mito de la ascensión de las almas.
Según trabajos recientes, podemos distinguir dos tipos de Gnosis: una Gnosis Siro-Eygptiana y una Gnosis Iraní; este sería el más importante y habría dado a luz: el maniqueísmo.
En la masonería. Uno de los significados de la letra "G" reveló a los Compañeros durante la ceremonia de aumento de salario. Esta interpretación no existe en el Rito de Emulación o en el Rito Escocés Rectificado.
Por tanto, podemos, con Wirth, entender la palabra "Gnosis" en el sentido de "conocimiento iniciático". 
La gnosis es el conocimiento característico de cualquier espíritu que haya sabido penetrar los misterios de la Iniciación. Estos tienen la particularidad de que son estrictamente incomunicables: tienes que descubrirlos tú mismo para tenerlos ... 
La gnosis sólo puede adquirirse mediante meditaciones personales sobre los símbolos: múltiples que invitan a la mente a adivinar su significado oculto ... " 
Los Mémentos du Grand Orient de France, después de haber recordado que el término está ligado al lenguaje de los primeros filósofos ”, dan a este término un significado moral. Es "el conocimiento moral más extenso, el más generoso también, el impulso que impulsa al hombre a aprender cada vez más y que es el principal factor de progreso".
La gnosis es conocimiento universal.
La gnosis es conocimiento universal. Cuando estudiamos civilizaciones antiguas (egipcia, maya, celta, griega, hindú), básicamente descubrimos las mismas enseñanzas. Es este conocimiento único el que los verdaderos sabios de todos los tiempos (Confucio, Sócrates, Buda, Jesús, Krishna, Blavatsky, Steiner…) vinieron a entregar a la humanidad.
La gnosis revela las claves teóricas y prácticas esenciales para el hombre y la mujer modernos que desean liberarse de sus estados negativos y despertar sus facultades latentes.
"Conócete a ti mismo y conocerás el universo y los dioses".
En todos los tiempos y en todas las edades, el hombre busca aquí y allá, en el mar, en el cielo y en la tierra, riquezas y miles de tesoros. Recorre día y noche, kilómetro a kilómetro, la superficie de la Tierra, en busca de algo que nunca encontrará: felicidad, amor, alegría, paz ... 
La gnosis nos ofrece un camino increíble, que nos lleva dentro de nosotros mismos, a lo más profundo de nuestra alma. 
De esta manera, el hombre se conoce a sí mismo y comprende lo que realmente está sucediendo en él. Es entonces cuando despierta su conciencia y eso se desarrolla en él: felicidad, amor, alegría, paz ... 
La gnosis nos revela, en un lenguaje sencillo y claro, cómo descender a nuestro interior, con la ayuda de maravillosas claves como nuestra “Ennoïa”.

http://www.franc-maconnerie.org/gnose.html

domingo, 27 de septiembre de 2020

Hermetismo

Hermetismo


HERMETISMO

HERMETISMO: Es una doctrina de Egipto que tuvo cierto éxito en el mundo antiguo y en la Edad Media. Encontramos en su origen muchas obras atribuidas a Hermès (ver esta palabra). Habían sido publicados, traducidos al griego, latín y copto. Esta doctrina, conocida desde los tiempos más remotos del antiguo Egipto, también fue denominada con los nombres de arte hermético, de arte sacro.
El hermetismo intentó adaptar los medios de expresión de la filosofía al pensamiento tradicional. Una obra, el Corpus hermeticus, contiene textos de auténtica inspiración egipcia: en particular, una definición del lenguaje tal como lo concebía Egipto, el retrato de un faraón ideal, elegido por los dioses y, sin duda, el definición e interpretación exacta del papel de un templo egipcio.
La decadencia de los misterios de la antigüedad, ya sensible a la IV ª siglo aC, la influencia de la civilización griega que había penetrado en toda la región oriental del Mediterráneo, ha contribuido en gran medida a la realización de la síntesis sacerdotal Greco-egipcio, uno de cuyos efectos más importantes y duraderos fue la formación del mito de Hermes Trismegistus, ahora definitivo y capital apoyo del hermetismo.
Durante cinco siglos, la II ª aC al III después de la hermética influenciados por todas las doctrinas con las clases en Egipto y en toda la región. Estos aportes externos, si influyeron en el hermetismo, tenían sin embargo una ventaja: en virtud de su flexibilidad y facilidad de recepción, la doctrina tradicional supo adaptarse notablemente a los diversos entornos a los que fue transportada. Gozaba del precioso privilegio de estar en perfecta sintonía con la filosofía dominante.
La doctrina. El primer principio de la enseñanza hermética es la unidad. Encontramos la prueba y la declaración en la Tabla Esmeralda (cf. esta palabra)
“Todas las cosas son y se originan en Uno, a través de la mediación del Uno. Todas las cosas nacen de esta cosa única ... "Su símbolo es el círculo u que termina en sí mismo" o la serpiente que se muerde la cola (ourobouros). Este símbolo expresa el universo a Uno el Todo ”.
La inmanencia, la presencia en el hombre de toda posibilidad es otro principio fundamental del hermetismo: “Tú eres Todo ... Todo está en ti. Este principio encuentra su correspondencia en las primeras frases de la Tabla Esmeralda: a Lo que está arriba es como lo que está abajo. Lo que está abajo es como lo que está arriba. Todo lo que posee el macrocosmos, también lo posee el hombre.
En torno a estos principios fundamentales, nos encontramos ante un conjunto de nociones tan diversas, tan heterogéneas, que resulta sumamente difícil encontrar una coherencia de concepciones. Su difusión, sumamente amplia y radiante, dará a la doctrina inicial una impronta diferente.
La expansión del hermetismo. En Grecia, el hermetismo se convirtió rápidamente en sinónimo de alquimia. La alquimia griega, de hecho, podía permitirse, dados sus orígenes muy antiguos, pretender ser Hermes, maestro de toda la ciencia. Trabajos recientes permiten considerar su nacimiento en la isla de Samotracia. Esta isla fue famosa en la Antigüedad por el culto de los Cabires, un culto misterioso, quizás de origen fenicio, seguramente prehelénico, que se practicaba allí en el 4500-4000 a. C. Era una isla sagrada. Los Cabires de Samotracia, con los Dáctilos de Ida (los que sabían usar los dedos), los Telquinos de Rodas, los Curetes de Creta, fueron considerados magos y artistas porque fueron los inventores de la herrería. . Hicieron las primeras herramientas. Cuando sabemos que toda la actividad social dependía casi exclusivamente de su fabricación, que sin la herramienta la mano humana es ineficaz, entendemos que quienes tenían esta herramienta estaban a cargo de toda la civilización. Eran guías, líderes. Sus dioses constituyeron la primera tríada: Hefesto (Vulcano, dios de los herreros), Helios (el Sol), Hermes (Logos). En el Cratylus, Platón identifica al Logos con Hermes. Fueron estos pueblos los que trajeron a los primeros grupos humanos dedicados a la vida pastoril, la escritura, el metal, las herramientas, las técnicas de construcción (viviendas fijas, en tierra y barcos) y la navegación. Conocemos al respecto el papel iniciático y complejo del temido y despreciado herrero africano,
La religión de los cabires se extendió primero por la cuenca mediterránea y luego por todo el oeste. Llegó a los árabes como una tradición metalúrgica ... y luego no era ni secreto ni oculto. Mucho más tarde, esta religión fue la de las asociaciones de tipo corporativo que utilizaban jerga técnica destinada a preservar el valor de mercado de su fabricación: en definitiva, una especie de jerga profesional. Pero bajo esta cubierta artesanal se esconden sociedades secretas, realmente herméticas, estas. Ciertamente, había "operativos" en estos nuevos grupos, que todavía estaban trabajando con el metal. Eran raros. Probablemente las técnicas operativas no fueran más que un aprendizaje, una preparación del neófito para la comprensión de las verdades iniciáticas.
En Roma, los hábitos sincréticos de Egipto se adaptaron al entorno y sus tendencias. La teogonía egipcia se había adoptado allí durante mucho tiempo y se admitía muy bien que los dioses podían tener varias personalidades, que se encontraban en el dios único adorado por los romanos.
Los sabbean también incluyeron a Hermes en su ascendencia más lejana. Para los maniqueos, Hermes fue uno de los cinco grandes profetas que precedieron a Mani. De los maniqueos, el hermetismo pasó al Islam. Numerosas obras figuran en su tradición hermética. Hermes encajaba perfectamente con su doctrina. Hermes, Platón y Zoroastro dominaron su filosofía: por un lado, la sabiduría hermética y por otro lado la conjunción Zoroastro-Platón que inspiró, en los albores del Renacimiento, la filosofía medieval.
El hermetismo, como podemos ver, fue el resultado de un largo esfuerzo por reconciliar las tradiciones egipcias con la astrología caldea primero y luego con la civilización griega. Era una doctrina estrictamente filosófica y literaria. No hay rastro de clero o religión. Y esta doctrina habrá servido de etiqueta a otras doctrinas muy diversas y heterogéneas, como dijimos anteriormente, que sin embargo tenían un carácter común: el esoterismo. La alquimia y la gnosis parecen haber sido los puntos fuertes de esta diversidad.
Y encontraremos estos dos “puntos fuertes” durante los siguientes siglos creando, no una filiación muy difícil de demostrar, sino una “atmósfera iniciática” en la que se desarrollará un simbolismo fundamental que conducirá a rituales correspondientes ya menudo idénticos.
La gnosis (cf. esta palabra) fue un movimiento religioso no cristiano en sus inicios, ya que probablemente fue precristiano, que tomó prestado mucho de los cultos misteriosos y del hermetismo, antes de convertirse en cristiano o maniqueo y cátaro. Una de las formas modernas de gnosis cristiana se manifiesta en la doctrina de las Fraternidades de la Rosa-Cruz. Se trata de sociedades secretas iniciáticas que ejercieron una gran influencia en la masonería. A Valentin Andraee y un círculo de iniciados que lo rodeaban se les atribuyó el origen de estas fraternidades. En realidad, la doctrina rosacruz no dejó listo su cerebro. El movimiento se benefició de toda la tradición alquímica y la terminología hermética.
Valentin Andraee publicó, en 1616, tres obras, Confessio, Fama y Noces chymiques que exponían la doctrina y especialmente inventaban el mito de Christian Rosenkreutz.
Las primeras asociaciones se crearon en Alemania y luego se extendieron a Europa. En Francia, se empezó a hablar de ella en 1622. En Inglaterra, R. Fludd difundió y desarrolló la doctrina. Dos seguidores famosos, Ashmole y T. Waughan, continuaron su trabajo.
Ashmole jugó un papel principal en la transformación de la llamada Masonería operativa en Masonería especulativa. La influencia rosacruz se manifiesta en la masonería de los tres primeros grados y encontramos en los rituales de iniciación muchas huellas de esta influencia que proviene de la alquimia y el hermetismo. La palabra VITRIOL inscrita en las paredes del Cabinet de Réflexion está formada por las iniciales de una fórmula hermética. El despojo de metales (cf. esta palabra) es la técnica más pura de transmutación alquímica. La famosa letra G, finalmente, que vemos en el centro de la estrella llameante y que adorna todos los templos masónicos, puede ser la inicial de la palabra gnosis. Esta estrella es parte del pentagrama regular construido por Pitágoras,
Terminaremos con una interpretación hermética de ciertos términos usados ​​en el vocabulario masónico: Azufre (Venerable), Mercurio (1 "Supervisor), Sal (2` Supervisor), Fuego (Orador), Aire (Secretario), Agua (Hospitalario), Tierra (Tesorero).
Aquí tenemos los tres principios y los cuatro elementos de los alquimistas.
El fuego está seco y caliente; el aire es caliente y húmedo; el agua está húmeda y fría; la tierra es fría y seca.

http://www.franc-maconnerie.org/hermetisme.html

lunes, 7 de septiembre de 2020

LA TUMBA DE HIRAM ABIFF





En esta entrada vamos a ver un elemento de enorme importancia simbólica pero que no suele ser comprendido correctamente. Nos referimos a la tumba de Hiram Abiff, la cual aparece en varias ocasiones a lo largo del ritual masónico de distintos grados.


1) La indicación del Ritual de Emulación: "Tres pies al este y tres pies al oeste del centro; tres pies al norte y tres al sur; y de cinco pies o más en perpendicular".



La primera vez que la ubicación de la tumba del arquitecto aparece en el ritual es en la divulgación masónica Masonry Dissected (1730). Dado que en los catecismos anteriores no aparece, es de suponer que el peculiar texto que describe la sepultura se gestó durante el primer cuarto del siglo XVIII. En el relato de Masonry Dissected correspondiente a la historia de Hiram Abiff nos la encontramos relatada del siguiente modo:

Un hermano (…) llamó a los demás que le acompañaban, y prosiguiendo su búsqueda, le encontró decentemente enterrado en una espléndida tumba de seis pies al este, seis pies al oeste, y seis pies en perpendicular. Y esta estaba cubierta por musgo verde y hierba.



Tanto en el Rito de York como en el Rito Antiguo encontramos que la descripción de la tumba de Hiram Abiff ha sido ligeramente reelaborada, con cierta pérdida de contenido. En Three Distinct Knocks (c.1760) la tumba es descrita de este modo:

(…) lo escondieron bajo un montón de escombros hasta que fue medianoche en punto, momento en que hallaron los medios para enterrarle en una tumba decente, de seis pies de este a oeste y seis pies en perpendicular.

Y en el Ritual Masónico y Monitor de Duncan, ritual del Rito de York de 1866, nos encontramos con un texto muy semejante al anterior (es el Primer Rufián quien habla):
P.R. Bien, todos nos hemos puesto de acuerdo. La pregunta es, ¿qué haremos con el cuerpo? Ya ha pasado la medianoche, y si no actuamos con decisión, la luz del día nos sorprenderá, y seremos descubiertos y capturados. Llevaremos el cuerpo en dirección al oeste, desde el Templo hasta la ladera de la colina oeste del Monte Moriá, donde he excavado una tumba orientada de este a oeste, de seis pies en perpendicular.

El hecho de que la tumba midiese seis pies en perpendicular es la clave para acceder a su significado. Esto no significa que Hiram Abiff fuese enterrado a seis pies de profundidad, ni tampoco que lo fuese de pie. Seis pies de altura es lo que mide un cuerpo humano de alto, y el texto nos indica que Hiram Abiff, el Centro, está sepultado en nuestro interior. Las referencias a la orientación de la tumba de este a oeste podrían interpretarse de dos maneras distintas: 1) puede que nos indiquen que nos hallamos en nuestro estado de naturaleza caída, y que nos hemos precipitado del paraíso (el este) al mundo terreno (el oeste); por ello, durante el cierre del Tercer Grado el Primer Vigilante repite esta misma expresión. 2) o bien quieren decir lo mismo que en el actual ritual de Emulación, y que vamos a explicar a continuación.

En 1816, momento en que se creó el Rito de Emulación, sus redactores consideraron muy importante resaltar el simbolismo de la tumba de Hiram Abiff, por lo que la presentaron del siguiente modo, que se sigue manteniendo inalterado:

V.M. (apunta los elementos con el lápiz sobre el Tablero a medida que los va mencionando) — Se ordenó que nuestro Maestro fuese sepultado tan cerca del Sancta Sanctorum como la ley israelita permitía, en una tumba que se extendiese tres pies al este y tres pies al oeste del centro; tres pies al norte y tres al sur; y de cinco pies o más en perpendicular.


..tres pies al este y tres pies
al oeste del centro; tres
pies al norte y tres al sur;
y de cinco pies o más
en perpendicular.

Esta descripción, a pesar de su apariencia, no tiene nada que ver con unas coordenadas geográficas, sino que es una forma de enfatizar aún más que el Centro se halla dentro de nosotros. Si nos situamos de cara al norte y extendemos un brazo hacia delante y otro hacia atrás, abarcaremos tres pies al norte y tres pies al sur. Si extendemos los brazos a los lados, abarcaremos tres pies al este y tres pies al oeste. En este caso la altura ha sido reducida de seis a cinco pies. Pero llegamos a la misma conclusión: el Centro se halla en nuestro interior.

A título de curiosidad, diremos que un hecho que llama la atención es que la descripción de la tumba que aparece tanto en el ritual de Rito Escocés Antiguo y Aceptado como de Rito Francés difiere de manera esencial de la que aparece en el Rito de Emulación y en el Rito de York. En el memento del Tercer Grado del Rito Escocés Antiguo y Aceptado podemos leer lo siguiente:

P. Cuáles eran las dimensiones de la tumba de Hiram?
R. Tres pies de ancho, cinco de profundidad y siete de longitud.
Por otra parte, en el Rito Francés encontramos el siguiente texto:
V.M. (…) (Salomón) le hizo un funeral magnífico y lo puso en una tumba de tres pies de ancho, cinco de profundidad y siete de longitud.

Esta coincidencia es lógica, dado que el ritual de los tres primeros grados del Rito Escocés Antiguo y Aceptado fue construido sobre el chasis del Rito Francés. El momento en que el texto fue deformado en el Rito Francés, o si este cambio se debió a un deseo de suprimir su carácter esotérico o a un simple desconocimiento de su simbolismo, resulta irrelevante. Pero teniendo en cuenta que en el propio contexto británico se produce la pérdida de contenido que hemos visto y que solo fue subsanada por el Rito de Emulación, es más lógico pensar que los traductores que vertieron el Rito Moderno al francés lo modificaron al ignorar el verdadero significado.

2) "Tan cerca del Sanctum Sanctorum como la ley israelita permitía".



Los acontecimientos que narran tanto el ritual de Tercer Grado como el del Arco Real nos hacen plantearnos dónde fue sepultado definitivamente Hiram Abiff. El punto de partida no puede ser otro que la frase que nos ofrece el ritual de Emulación y que afirma que «se ordenó que nuestro Maestro fuese sepultado tan cerca del Sanctum Sanctorum como la ley israelita permitía», lo que muy probablemente sea una referencia solapada al Arco Real.

No existe constancia de dónde fue sepultado Hiram Abiff, aunque el relato sí afirma que fue enterrado. En el grado de Maestro Masón del Ritual de Emulación hay una afirmación negativa, pues se nos informa de que no fue enterrado en el Sanctum Sanctorum, lo que es lógico. Puesto que los cadáveres eran considerados impuros, bajo ningún concepto hubiese podido el Rey Salomón dar sepulcro al arquitecto en el Sanctum Sanctorum. El mismo ritual introduce una una frase críptica que sugiere que Hiram Abiff fue enterrado muy próximo al Templo con el que se le asocia.

En el Ritual Americano Antiguo encontramos una afirmación llena de intenciones, pues la tumba es descrita de la siguiente manera:

…estaba situada debidamente al Este, cerca de la cumbre del Monte Moriá… Hubimos de excavar seis pies en perpendicular hasta que llegamos al cuerpo.

El Monte Moriá es identificado, en la
tradición judía, con el monte del Templo.

El Monte Moriá es identificado, en la tradición judía, con el monte del Templo. A este respecto, F. de P. Castells afirma lo siguiente, recurriendo a los Tres Originales del Arco Real (Primera o Santa Logia, Segunda o Sagrada Logia, Tercera o Gran y Real Logia):

El citado Ritual Americano situaba la primera tumba «en la cima del Monte Moriá», mientras que nosotros creemos que la segunda se encontraba «en el seno del Santo Monte Moriá», que son los lugares donde ubicamos la Primera o Santa Logia y la Segunda o Sagrada Logia. Ahora bien, ¿es concebible que se hubiese permitido que nuestro Maestro hubiese reposado de manera permanente en la tumba «indecente» donde le enterraron sus asesinos una vez que la tumba fue abierta y el cuerpo expuesto? (...) En el Arco Real no afirmamos taxativamente que Hiram fuese enterrado en la bóveda; pero parece inferirse de lo que se dice. Todo lo que se afirma es que sus iniciales, así como las de los otros dos Grandes Maestros, figuraban grabadas en el pedestal que marcaba el centro de la bóveda. Pero reflexionemos. Mientras que sobre la sillería del Templo se apreciaban numerosas marcas y caracteres correspondientes a los muchos masones que trabajaron en él, jamás se descubrió rastro alguno del Arquitecto Jefe. Por otra parte, sus iniciales aparecieron grabadas en el plinto de la piedra homenaje que creemos que indicaba el centro de la bóveda. En otras palabras, Hiram Abiff yace enterrado bajo el pedestal, que es un monumento erigido en memoria suya y de las otras dos dignidades responsables de la construcción. (...) La inspiración del Rey Salomón ingenió una estratagema por la cual el Arquitecto Jefe podría ser honrado sin violar la ley común. Sin duda no estaba enterrado en el Sanctum Sanctorum.



3) ¿Dentro o fuera del Sanctum Sanctorum?

Como hemos visto, el Ritual de Emulación afirma que que Hiram Abiff fue enterrado «tan cerca del Sanctum Sanctorum como la ley israelita permitía», es decir, fuera del Sanctum Sanctorum.

Sin embargo, esto parece que solo fue así a partir de 1816.

Cuando se contempla la evolución de los rituales en su conjunto, enseguida se aprecia un llamativo cambio en el emplazamiento de la tumba definitiva de Hiram Abiff, cambio que ofrece importantes connotaciones. En Masonry Dissected (ritual de los Modernos, 1730), Three Distinct Knocks (ritual de los Antiguos, c.1760) y en Jachin and Boaz (Antiguos, 1762) se afirma que Hiram Abiff fue sepultado dentro del Sanctum Sanctorum, la parte más íntima del Templo del Rey Salomón, a la que no se podía acceder, salvo el Sumo Sacerdote y solo una vez al año, para expiar los pecados del pueblo. Sin embargo, el Rito de Emulación (1816) y el Rito Escocés Estándar, compilado a lo largo del siglo xix, lo sacan de ese lugar, haciendo constar que la ley hebrea no lo permitía. 



A partir de la reforma, y con el
propósito de ajustarse a la ley
hebrea, dejó de enterrarse a los
difuntos dentro de las iglesias
británicas, sacando las sepulturas
al patio-cementerio (churchyard).

El Rito Irlandés no menciona el lugar de enterramiento, pero el Monitor de Duncan, ritual estadounidense del Rito de York de 1866, hace una cosa aún más curiosa: Hiram Abiff no es enterrado en el sagrado lugar, pero sus cenizas sí son depositadas en él. Si nos fijamos en los rituales franceses, el ritual del grado 5º Maestro Perfecto del Rito Escocés Antiguo y Aceptado de 1805 también afirma que el insigne arquitecto fue enterrado en el Sanctum Sanctorum, aunque en este caso la afirmación quizá no sea tan relevante, dado que estamos en una nación de cultura católica, donde se veía normal enterrar difuntos dentro de las iglesias. 

Bien seguros podemos estar de que, en el caso de los rituales anglosajones, todos los autores eran perfectamente conscientes de que enterrar un muerto en el Templo, o cerca de él, era algo totalmente prohibido por la religión judía. De hecho, es por esta razón por lo que, en los países anglosajones, es inhabitual ver sepulturas posteriores a la Reforma protestante en el interior de las iglesias, con excepción de la abadía de Westminster. Lo normal es que esas tumbas se hallen en el patio – cementerio (churchyard) exterior a la iglesia. Por todo esto suponemos que los autores estaban obrando de manera intencionada, pues tanto quienes ubicaban el sepulcro dentro, como quienes los hacían fuera, eran conscientes de la norma hebrea. Ello nos hace plantearnos tres preguntas:

1) ¿Por qué, si sabían que la ley hebrea lo prohibía, los primeros ritualistas mantuvieron la tumba dentro del Sanctum Sanctorum?
2) ¿Por qué la sacaron de allí al confeccionar el Rito de Emulación?
3) ¿Por qué en el Rito de York se reintroducen las cenizas de Hiram Abiff en el Sanctum Sanctorum?

Una hipótesis que serviría para responder a estas preguntas es que los autores que ubicaban la tumba dentro del Sanctum Sanctorum no estaban entendiendo el Templo del Rey Salomón como un templo hebreo sino como un templo pagano. Si comparamos la planta de un templo griego con la del Templo de Salomón, encontramos la siguiente semejanza:

En el adyton es donde, en teoría, tendría lugar la teofanía, que en el caso griego sería un trance místico (con ello queremos decir un trance astral, como hemos visto en la entrada titulada LA SOGA). Lo que se hace en el Templo de Salomón es cambiar el tipo de teofanía, sustituyendo el modelo primigenio por uno mucho más avanzado teológicamente, pues implica una manifestación, o contemplación, de un Dios único. El ritual de Emulación habría sacado el sepulcro del Sanctum Sanctorum por dos razones: en primer lugar, porque la ley hebrea no permitía que estuviese dentro del Templo, y, en segundo lugar, porque en Londres no hacían una lectura de la masonería tan esotérica como en el norte de Inglaterra, y sus interpretaciones de la Biblia y el ritual masónico eran más literalistas. Por estas dos razones la opción de sacar afuera la tumba del Arquitecto Jefe resulta una opción muy londinense. Posiblemente el hecho de que, en el Monitor de Duncan, se coloquen las cenizas en el Sancta Sanctorum, indica un deseo de recuperar un contenido simbólico importante que se estaba perdiendo. A pesar de la diferencia geográfica, y de que el Monitor de Duncan fuese publicado en 1866, sin duda esta peculiar reformulación del ritual debe haber sido adoptada décadas antes, posiblemente a raíz del cambio introducido por el nuevo Rito de Emulación. En cualquier caso, no contamos con elementos para realizar una afirmación definitiva al respecto, por lo que este tema queda necesariamente abierto.



Supuesta tumba de Hiram, Rey de Tiro, unos seis kilómentros al sudeste de Tiro, en el actual Líbano. Aunque es considerada habitualmente como sepulcro del monarca, el hecho es que Hiram, Rey de Tiro vivió entre 969 y 939 a. C., mientras que la tumba data del período persa (539-332 a.C.).

Tomado de:

sábado, 5 de septiembre de 2020

LOS JACOBITAS EN AMÉRICA Y EL VOCABULARIO DEL ÁGAPE.

LOS JACOBITAS EN AMÉRICA Y EL VOCABULARIO DEL ÁGAPE.


Réplica del estandarte jacobita izado en 1745 por el Duque de Atholl tras la victoria de Glenfinnan. La leyenda "Tandem Triumphans" fue añadida tras la victoria de Glenfinnan por James Murray, 2º Duque de Atholl, y significa "Por fin triunfantes".



Es posible que algún Hermano ya conozca el origen de los términos del Ágape en francés y en español, pero a título personal yo he de reconocer que lo desconocía, y seguramente a algunos Hermanos les resulte interesante. Sí sabemos todos que en el universo del R.E.A.A., y en general en el universo masónico francés, es costumbre refererirse a los elementos del Ágape bajo formas militares. El agua es pólvora floja, el vino es pólvora fuerte, las bebidas destiladas son pólvora fulminante, los vasos son cañones, los cuchillos son espadas, los platos son tejas, etc.

Este vocabulario es desconocido por completo en el Reino Unido. Para ellos, el empleo de estos términos en el Ágape es una cosa francesa. Realmente parece sensato pensarlo así, máxime si tenemos en cuenta que durante la Masonería francesa ha convivido la extraordinaria actividad militar de Francia de la época napoleónica. ¿Cómo no iban a entrar términos militares en unas Logias en las que los militares abundaban?

Sin embargo, es casi seguro que estos términos proceden de la Masonería jacobita, y que fueron llevados a Francia por los jacobitas exiliados en Francia tras las sucesivas revueltas.

El elemento que arroja luz sobre este tema poco trascendente pero curioso es el hecho de que, pese a que este vocabulario es desconocido en el Reino Unido hoy en día, sí se está bastante extendido entre las Logias estadounidenses. Y las Logias que suelen alardear de este vocabulario responden invariablemente al mismo nombre: Logia de San Andrés.


Tras la definitiva batalla de Culloden en 1745, las represalias de la corona hannoveriana en los Highlands no solo fueron militares sino también culturales: la religión católica ya estaba prohibida, pero ahora se prohibió también la protestante episcopaliana (los prebiterianos sí siguieron siendo permitidos). Se abolió el sistema de clanes y se prohibió el kilt y el tartán, así como la gaita. Únicamente se permitió el kilt para las tropas escocesas leales a Londres. En general, ser montañés era sinónimo de ser desleal a la corona.

A partir de 1760 numerosas familias jacobitas comenzaron a desplazarse a las Colonias americanas, concretamente a las del sur: Carolina del Norte, Carolina del Sur y Georgia. Se daba además la situación de que la corona estaba enviando algunos regimientos formados por montañeses a estas mismas colonias. La expansión de las colonias británicas hacia el este iba a hacerse a expensas de la Luisiana francesa, inicialmente por el sur, que además era la zona más poblada dentro de una Luisiana gigantesca pero literalmente vacía de colonos franceses. 


Si nos fijamos en el mapa de la derecha vemos la enorme extensión que correspondía a los franceses. Ante la falta de colonos y de tropas, los franceses se apoyaban en tropas indias. Estos regimientos de montañeses había sido llevados al sur de las colonias precisamente para combatir contra franceses e indios.

Con el fin de reducir la presencia de soldados desleales en los nuevos regimientos reclutados (es decir, para evitar jacobitas) se exigió que todos los soldados reclutados fuesen de fe protestante. En algunos casos fue posible, pero conforme se subía más al norte, la parte más inaccesible, los católicos eran mayoritarios, de modo que había que hacer "la vista gorda" so pena de no poder reclutar el suficiente número. Los regimientos montañeses que se enviaron fueron:

Regimiento nº 42 de infantería.

Regimiento nº 54 de infantería. Este regimiento tenía adscrita la Logia de Campo nº 106 con Patente de la Gran Logia de Escocia.

Regimiento nº 77 de infantería.

Regimiento nº 78 de infantería de Fraser (este tenía numerosa tropa católica).

Para dar una imagen de conjunto, se enviaron también a las Colonias:

Regimiento nº 14 de infantería.

Regimiento nº 29 de infantería. Este regimiento era de origen irlandés, y tenía adscrita la Logia de Campo Ejército Británico nº 22, con Patente de la Gran Logia de Irlanda.

Regimiento nº 14 de infantería. Este regimiento era de origen inglés, y tenía adscrita la Logia de Campo Estrella Rutilante nº 58, con patente de la Gran Logia de los Antiguos.

Estos tres últimos regimientos 14, 29 y 54 fueron enviados al norte de las colonias (Massachussets) con el mismo objetivo: ayudar en la guerra contra franceses e indios.

Actualmente, entre la pléyade de Logias de origen escocés que encontramos en Estados Unidos figuran las siguientes:

Logia de San Andrés nº 1 de Charleston (Carolina del Sur)

Logia de San Andrés nº 10 de Charleston (Carolina del Sur)

Logia de San Andrés nº 40 de Charleston (Carolina del Sur)

Logia de San Andrés nº 367 de Charleston (Carolina del Sur)

Logia de San Andrés nº 529 de Andrews (Carolina del Norte)

Logia de San Andrés nº 702 de Charlotte (Carolina del Norte)

Logia de San Andrés nº 32 de Sandersville (Georgia)

Logia de San Andrés nº 1 de Boston (Massachussets). Esta Logia fue la primera Logia creada en las Colonias con Patente de la Gran Logia de Escocia, en 1754, y tiene el privilegio de que fue en ella donde se gestó la última jugarreta que los jacobitas le hicieron a la corona británica: el Motín del Té en el Puerto de Boston (Tea Party). A partir de la Hambruna de la Patata Boston fue el puerto de entrada de la inmigración irlandesa, pero en 1750 llegaron también a él jacobitas huidos de las Islas Británicas. En 1764 la Logia adquirió el lugar donde se reunía, la Taberna del Dragón Verde. Sobre la puerta de entrada figuraban una escuadra y un compás, así como un dragón de cobre que se había vuelto verde por la oxidación. En el piso de abajo se encontraba la taberna, pero en el salón de arriba se reunía no solo la Logia de San Andrés nº 1 sino también la Gran Logia de Massachussets (Antiguos). Los historiadores estadounidenses la denominan el Cuartel General de la Revolución Americana. En esta Logia se formó la Guardia del Té, una especie de cuerpo paramilitar que debía impedir que se descargase el té de los barcos, y a cuya cabeza estaba el Hno. Edward Proctor, de esta Logia de San Andrés nº 1. En la correspondencia de la Logia se oculta el nombre de los cabecillas de la revuelta bajo el nombre de los mohawks. Pero fue en esta Logia donde se dio la orden de destruir todo el té de los barcos, momento icónico en el comienzo de la Guerra de Independencia de las colonias americanas.




A la izquierda, la Sociedad de San Andrés de Utah pasea, en el día de San Andrés, los estandartes de los clanes escoceses. A la izquierda, directiva de la Sociedad de San Andrés de Charleston. Esta última, la más notoria de las asociaciones escocesas de Estados Unidos, se reúne todos los años en el día de San Andrés para celebrar una cena en la que manteles, servilletas y toda la decoración se hace con el tartán de la Casa Estuardo.

Y a lo que íbamos...

Como decíamos, aunque los ingleses desconozcan esta terminología, los estadounidenses sí la conocen, lo que se debe a que la terminología militar del Ágape no es cosa francesa, sino jacobita. Hay algunos que posiblemente sean creación francesa, como denominar al tabaco pólvora del líbano o pólvora negra al café, pues en inglés americano estas metáforas no aparecen. Hay algunos términos que denotan especialmente la antigüedad de esta terminología en inglés, como es el hecho de que se refieren a la "mesa" como "taller" (workshop). Comparemos ambos vocabularios:

mesa workshop gran plato
botella barrel barrica
copa o vaso cannon cañón
vino red powder pólvora roja
cerveza o sidra yellow powder pólvora amarilla
bebidas destiladas fulminating powder pólvora fulminante
brindis fire fuego
echar vino en la copa to load cargar
comer masticate masticar
cuchillo sword espada
tenedor mattock (azadón) tridente
cuchara trowel (paleta) llana
sal sand (arena) arena blanca 
pimienta dust (polvo) arena roja 
luces stars estrellas
servilleta flag bandera
mantel veil (velo) gran bandera
pan rough ashlar piedra bruta
plato tile teja
mostaza paint (pintura)

Tomado de:

jueves, 3 de septiembre de 2020

MIGUEL DE CERVANTES Y LA INICIACIÓN

MIGUEL DE CERVANTES Y LA INICIACIÓN

Sirva esta entrada del blog para reivindicar el reconocimiento que los Masones de habla española tenemos pendiente de tributar al inmortal Miguel de Cervantes. Los anglosajones pronto supieron reconocer la presencia de la Iniciación en la obra de Shakespeare, de modo que en todos los países de habla inglesa aparece una Logia con el nombre del dramaturgo. Sin embargo, en el entorno de habla española parecemos ignorar el legado iniciático de figuras tan universales como Velázquez o Cervantes, con la única excepción de un puñado de hispanohablantes en suelo australiano que tuvieron el buen criterio de denominar Miguel De Cervantes Lodge a su Logia de Sydney, Australia, aunque esté por discernir si el propósito de estos Hermanos fue honrar a Cervantes como icono de su idoma o por la introducción de la Iniciación en el Quijote.


El paradigma imperante actual parece convertir en tabú todo aquello que parezca tener relación con la Iniciación. De hecho, buena parte de la Masonería actual parece más bien destinada a esconderla y negarla que no a buscarla, que es al fin y al cabo el objetivo de cualquier orden iniciática. La situación era notablemente distinta en el Siglo XVIII, donde, a pesar de la existencia de un entorno religioso férreo, la élite intelectual tenía más nociones de la Iniciación de lo que es habitual actualmente. No es por ello extraño que un adalid del catolicismo como Felipe II tuviese una notable biblioteca esotérica en El Escorial, o que posteriormente Velázquez concediese a la realidad iniciática tanto protagonismo en su obra pictórica.

La Cueva de Montesinos


Entrada y sección de la Cueva de Montesinos

Creo que cualquiera que se haya adentrado en el Quijote se habrá percatado de que el público al que se dirige Cervantes es un público distinto del masificado público actual. En pleno Siglo XVI el público era mucho más reducido, y necesariamente más elitista desde el punto de vista intelectual. Ello provoca que Cervantes se permita unas audacias inconcebibles hoy en día, que le llevan a jugar con el lector en una dinámica casi interactiva. Al adentrarnos en su obra conviene tener en cuenta no únicamente lo que dice, sino también a qué clase de público se dirige.

La obra cumbre de la lengua española no podía ignorar el tema de la Iniciación, de modo que Cervantes la plasma en un episodio de contenido simbólico complejo que ha dado lugar a todo tipo de interpretaciones: la Cueva de Montesinos. Hoy en día nos encontramos demasiado alejados, tanto en el tiempo como culturalmente, del universo de Miguel de Cervantes, y por ello no pretenderemos interpretar toda la simbología de este episodio, pero si intentaremos mostrar las líneas en generales en las que el autor se basa.


Don Quijote es descendido a la Cueva de Montesinos.

Lo primero que llama la atención al leer el relato del descenso en la gran similitud que hay entre la forma en que descienden atado a Don Quijote y el ritual de Exaltación del Arco Real, en el que tiene lugar un episodio idéntico. En realidad, tanto en uno como en otro caso se está reproduciendo un antiquísimo patrón europeo de descenso a la gruta cuya primera versión conservada probablemente sea el descenso de Timarco al antro de Trofonio descrito por Plutarco, aunque la Odisea y la Eneida también narran sendos descensos a las cavernas. Una vez descendido a la cueva, Don Quijote debe optar entre la senda que lleva a la derecha o el camino que lleva a la izquierda. Esto es otra referencia a las estrechas sendas del la virtud y los amplios caminos del vicio, a los que el propio Cervantes hace referencia en el Capítulo VI de la obra. Del mismo modo llama la atención a la ubicación que otorga Cervantes a la cueva, pues mientras que Ossa de Montiel se encuentra en el extremo inferior de La Mancha, el autor dice que se encuentra en el corazón de La Mancha, otorgándole un peculiar cariz de ómfalos u ombligo del mundo (por cierto, la palabra Ossa tiene la misma etimología que Huesa: era un lugar de enterramientos).



El protagonismo de las cuerdas no es menor al que se observa en la Masonería tradicional, donde la cuerda es un elemento omnipresente: en el Grado de Aprendiz es la Soga que el Candidato lleva en su cuello. En el Grado de Maestro es la Lienza, y en el Arco Real son las cuerdas de que se sirve el Candidato para descender a cripta (en el Grado de Compañero no aparece, pues se trata de un Grado de génesis tardía). La presencia de la cuerda es un recordatorio del elemento más socorrido de la Iniciación, mencionado en el Eclesiastés:

Acuérdate de Él antes que se rompa el cordón de plata, se quiebre el cuenco de oro, se rompa el cántaro junto a la fuente, y se haga pedazos la rueda junto al pozo.
Eclesiastés 12:6 

A título particular, he de decir que otro elemento que me llamó la atención es la secuencia que se produce durante el descenso de Don Quijote a la Cueva, en el siguiente párrafo:

Iba don Quijote dando voces que le diesen soga y más soga, y ellos se la daban poco a poco; y cuando las voces, que acanaladas por la cueva salían, dejaron de oírse, ya ellos tenían descolgadas las cien brazas de soga y fueron de parecer de volver a subir a don Quijote, pues no le podían dar más cuerda. Con todo eso, se detuvieron como media hora, al cabo del cual espacio volvieron a recoger la soga con mucha facilidad y sin peso alguno, señal que les hizo imaginar que don Quijote se quedaba dentro, y creyéndolo así Sancho, lloraba amargamente y tiraba con mucha priesa por desengañarse; pero llegando, a su parecer, a poco más de las ochenta brazas, sintieron peso, de que en estremo se alegraron.

El hecho de que me llamase la atención se debe a que la secuencia esfuerzo - comodidad - esfuerzo es un tópico muy antiguo de la Iniciación. Walter Leslie Wilmshurst lo comentaba al explicar cómo era el corredor que lleva a la Cámara del Rey en la Gran Pirámide: primero un pasaje muy bajo que obliga a recorrerlo penosamente agachado (que Wilmshurst relaciona con el esforzado Grado de Aprendiz). A continuación viene una parte de mayor altura que se puede recorrer cómodamente erguido (que Wilmshurst relaciona con el Grado de Compañero, mucho menos oneroso en términos de purificación), para finalmente tener que acometer un esfuerzo supremo y tener que introducirse por una angosta apertura que transforma ese momento en un auténtico parto (y que Wilmshurst relaciona con el momento del Tercer Grado). Realmente me pregunto si esa forma de mostrar la dinámica de Don Quijote en la cueva, desde la perspectiva de los que quedaron fuera, no sería un guiño a los lectores versados en la Iniciación.

Son interesantes también las expresiones que emplea Sancho Panza, quien le dice antes de descender: "Dios te guíe, otra vez, y te vuelva libre, sano y sin cautela a la luz desta vida". Al salir de la cueva Sancho lo acoge con estas palabras: "Sea Vuesa Merced muy bien vuelto, Señor Mío, que ya pensábamos que se quedaba allá". Si recordamos que para los antiguos la iniciación suponía una conversión (metanoia), comprenderemos que la expresión "muy buen vuelto" no puede ser más acertada. Sea como fuere, el Ingenioso Hidalgo permanece en el interior de la cueva "como media hora", saliendo de ella "con muestras de estar dormido". Al despertar, "mirando a una y otra parte como espantado" exclama: "Dios os lo perdone, amigos; que me habéis quitado de la más sabrosa y agradable vida y vista que ningún ser humano ha visto ni pasado. En efecto, acabo de conocer que todos los contentos desta vida pasan como sombra y sueño, se marchitan como la flor del campo".

Don Quijote es despertado a su salida de la cueva.

En la narración del Quijote este descenso a los infiernos es más bien una visión de los Campos Elíseos. Cuando Sancho y el primo del licenciado intentan despertar a Don Quijote, sacudiéndole, le suplican que les diga " lo que en aquel infierno había visto". "Infierno le llamáis" -contesta don Quijote- "Pues no le llaméis ansi porque no lo merece, como luego veréis". 

El Romance de Durandarte y Belerma

Belerma es un personaje creado por los juglares del Siglo XVI que viene a representar el arquetipo de la Dama ideal, de modo que protagoniza numerosos romances. En el relato Oh, Durandarte, dos primos, Durandarte y Montesinos vuelven de una batalla. Durandarte está muy malherido y está a punto de morir. Pero antes de fallecer, Durandarte se acuerda de su amada, Belerma, a la que había estado cortejando durante siete años, y ahora que ella le hacía caso, el moría. Durandarte le pide a su primo Montesinos que cuando muera le saque el corazón y se lo entregue a Belerma, ya que así su amor estará siempre con ella. Durandarte muere y Montesinos le cava una tumba, pero antes de enterrarlo, cumple la promesa que le hizo, le saca el corazón con una daga y lo envuelve en una tela para entregárselo a Belerma.


La manera en que narra Cervantes lo que acontece en esta curiosa experiencia es una curiosa mezcolanza de referencias literarias y humor. El guión básico está extraído de una gran obra iniciática: La Eneida, de Virgilio. Don Quijote ve a Dulcinea encantada en el mismo lugar que Eneas contempla a Dido. El lector versado en La Eneida deduciría entonces de manera refleja que ese lugar sería el infierno, pero Don Quijote se apresura a afirmar que no es el infierno, sino un lugar maravilloso. Del mismo modo Cervantes da la vuelta al relato de Virgilio cuando afirma que salen cuervos y pájaros de la gruta, pues en el caso de Virgilio...

(...) abre una profunda caverna su vacío inmenso, (...) y las aves no pueden tender las alas y surcar impunemente los aires por allí, (de donde viene que los griegos hayan dado el nombre de Aornos a este lugar).



Eneas, como Ulises antes que él y Don Quijote siglos más tarde, desciende a la caverna del infierno. La indiferencia que Dido muestra ante el dolor de Eneas se ve reproducida en la que ahora muestra Dulcinea ante Don Quijote, pero si en el caso de Eneas la aparición de Dido es dramática, pues aparece sangrando, cuando finalmente Dulcinea se aparece al caballero andante lo hace para ¡pedirle doce reales, mientras Don Quijote dice que solo tiene cuatro!

Ovidio

En la época de Cervantes, Ovidio era apreciado entre otras cosas por el hecho de que su versificación estaba muy unida con una narración dinámica, pero era apreciado además por la ironía de sus textos al hablar de los misterios y los tesoros poéticos y filosóficos que encierra la mitología. Las transformaciones de Durandarte y Belerma, Dulcinea, Montesinos, Merlín y todos los caballeros andantes que habitan la cueva de Montesinos, responden a las mutaciones que imperan en las Metamorfosis, donde Lineo se transforma en Lince, Níove es convertida en piedra, unos labriegos en ranas, etc., de modo que Cervantes juega con el cambio de estado que sufren los personajes por raptos alucinatorios o encantamientos, aunque nuevamente vuelve a introducir el humor:

-¿Y los encantados comen?- dijo el Primo-. "No comen -respondió don Quijote-, ni tienen excrementos mayores; aunque es opinión que les crecen las uñas, las barbas y los cabellos. "¿Y duermen por ventura los encantados, señor?" -preguntó Sancho-. No por cierto -respondió don Quijote; a lo menos en estos tres días que yo he estado con ellos ninguno ha pegado el ojo; ni yo tampoco.

La procesión de doncellas en la cueva de Montesinos.

Otro aspecto a tener en cuenta para un correcto entendimiento del episodio es el discurso del primo, que por momentos va exponiendo puntos de vista de Virgilio, Ovidio, y de otros autores contemporáneos de Cervantes a los que este contesta e incluso ridiculiza, como Virgilio Polidoro de Urbino o Villén de Vieda,. La inesperada alusión a la invención de los naipes pretende mofarse de Villén de Viedma, quien en su Suplemento a la invención de las antigüedades de Virgilio Polidoro pretende atribuirse la invención de los naipes.




Ya que soy manchego, discúlpeseme la vanidad de poner una foto mía a los 22 años en los campos de Albacete, de donde procedo (el peculiar saturado de esta foto tomada con cámara de carrete se debe al sol abrasador del verano). Tras 18 años de vivir en la Comunidad Valenciana, donde el entorno es más amable, creo que he tomado progresivamente conciencia de lo ásperos que son los campos de La Mancha para el ser humano. Creo que jamás leí una descripción tan acertada de La Mancha como la escrita por Benito Pérez Galdós:

Don Quijote necesitaba aquel horizonte, aquel suelo sin caminos, y que, sin embargo, todo él es camino; aquella tierra sin direcciones, pues por ella se va a todas partes, sin ir determinadamente a ninguna; tierra surcada por las veredas del acaso, de la aventura, y donde todo cuanto pase ha de parecer obra de la casualidad o de los genios de la fábula; necesitaba de aquel sol que derrite los sesos y hace locos a los cuerdos, aquel campo sin fin, donde se levanta el polvo de imaginarias batallas, produciendo al transparentarse la luz, visiones de ejércitos de gigantes, de torres, de castillos; necesitaba aquella escasez de ciudades, que hace más rara y extraordinaria la presencia de un hombre, o de un animal; necesitaba aquel silencio cuando hay calma, y aquel desaforado rugir de los vientos cuando hay tempestad; calma y ruido que son igualmente tristes y extienden su tristeza a todo lo que pasa, de modo que si se encuentra un ser humano en aquellas soledades, al punto se le tiene por un desgraciado, un afligido, un menesteroso, un agraviado que anda buscando quien lo ampare contra los opresores y tiranos; necesitaba, repito, aquella total ausencia de obras humanas que representen el positivismo, el sentido práctico, cortapisas de la imaginación, que la detendrían en su insensato vuelo; necesitaba, en fin, que el hombre no pusiera en aquellos campos más muestras de su industria y de su ciencia que los patriarcales molinos de viento, los cuales no necesitaban sino hablar, para asemejarse a colosos inquietos y furibundos, que desde lejos llaman y espantan al viajero con sus gestos amenazadores.

Bailén, de Benito Pérez Galdós.

Don Quijote y Sancho Panza, por Antonio Mingote.

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