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lunes, 31 de agosto de 2015

El Escocismo como clave interpretativa de la Francmasonería moderna

El Escocismo como clave interpretativa de la Francmasonería moderna
por JMRR
http://www.arbil.org/108esco.htm


Cuando nos introducimos en el estudio de la Francmasonería moderna, habitualmente nos abrumamos ante la diversificación ritual; esto constituye un verdadero obstáculo intelectivo para la correcta comprensión de éste fenómeno dado que solemos tener la idea preconcebida de la Francmasonería de un todo compacto y ante tal diversidad nos encontramos ante una aparente atomización de este institución. Para ello nos hace falta comprender antes de donde proviene tal diversidad, lo cual nos permitirá entender que tal atomización no es más que aparente, pues procede de un origen común bien claro

Tal dificultad habitualmente conduce a los diversos autores a contentarse con una descripción genérica de la filosofía de la masonería y su origen histórico obviando este dificultad, cuando es precisamente esta dificultad, que tiene su origen en la diversificación ritual acaecida a mediados del XVIII, el camino para interpretar rectamente la mutación de la francmasonería operativa en la francmasonería moderna, que es lo que nos ocupa.

Y dentro de esta diversificación ritual, especial atención hemos de prestar al denominado “escocismo” pues supone la primera toma de conciencia por parte de los francmasones de que son algo distinto en relación a aquellos gremios de constructores que conoció la Europa del medievo y asimismo es el primer esfuerzo que realiza la Francmasonería por vincularse de manera directa e incluso histórica –con más convicción moral que hechos netos y auténticos- a los más diversos fenómenos iniciáticos de los que desde entonces – el Siglo XVIII- se considerará deudora.

¿Cuál es el origen de los ritos modernos de la francmasonería?¿De dónde proviene su diversificación ritual?

Sin pararnos a estudiar ese proceso histórico que lleva a la francmasonería operativa a convertirse en especulativa [1], cuyos primeros resultados se comienzan a vislumbrar entre 1717 y 1730 con la aparición primero de la Gran Logia de Inglaterra y más tarde la Fran Logia de Francia, precisamos que este proceso no se entenderá nunca sin la presencia de masones “aceptados” en las logias operativas de constructores; un hecho debido a la decadencia del afán constructor que percibiremos en Escocia de una manera temprana y que lleva a las diversas logias a aceptar personalidades bien situadas social y económicamente para mantener la existencia y prestigio de las mismas. Se trata de un proceso sin duda más complejo, que exigiría un mayor desarrollo que imposibilitaría dedicarnos al tema que nos ocupa. Sin embargo este dato es capital para cualquier acercamiento a la cuestión del paso de la Francmasonería operativa a la especulativa.

Llamamos “masonería simbólica” a los conocidos tres primeros grados de cualquier sistema ritual : aprendiz, compañero, maestro. Los lugares donde se trabajan esos tres primeros grados se denominan por eso “logias simbólicas”. También nos encontramos con la denominación de estos fundamentales tres primeros grados como “masonería azul”, por el color del techo de las logias simbólicas representando el firmamento.

Los grados presentes en la masonería especulativa de “aprendiz” y “compañero” son una sublimación simbólica de los grados profesionales en que se encuadran los constructores medievales. Precisamente, en las cofradías medievales, no existe un ritual específico para el grado de maestro, sino un ritual común para el compañero y el maestro, tanto en Escocia como en Inglaterra. Sin embargo, es en Escocia –y aquí es donde hemos de fijarnos con especial atención- donde los masones de oficio están encuadradso en los tres grados de aprendiz, compañero, maestro. ¿No existe acaso el grado de maestro en las logias operativas inglesas? En Inglaterra el maestro no es más que un compañero en posición de presidir las tareas de los demás profesionales de su logia.

Ya refiriéndonos a la masonería especulativa, la creación del tercer grado simbólico fue la consecuencia de proyectar la figura del maestro constructor escocés; en el Siglo XVIII son muy numerosos los masones aceptados en los talleres escoceses, de ahí su influencia en la francmasonería posterior.

Pronto, después de la creación del tercer grado, movió a algunos a reunirse para reflexionar juntos sobre las potencialidades virtualmente contenidas en el grado de maestro y que no parecía oportuno tratar en las tenidas ordinarias en la logia simbólica. Es aquí donde encontramos la génesis de la variedad de “escuelas” diferenciables por su sistemática. Dado el carácter gradual e iniciático, esto provoca que se vayan formando a través del tiempo sistemas rituales condensados en lo que llamamos “Ritos”, con distinto número de grados, siempre complementarios al tercer grado, aunque manteniendo la unidad básica en los tres primeros. La diversificación de los Ritos son el resultado de variados métodos de desarrollar el grado de maestro y se encuentran por tanto vinculados a este grado.

El primer Rito de la Francmasonería moderna.

El rito de la primera Gran Logia de Inglaterra sólo trabajaba los tres grados básicos. El primer método ritual de la masonería simbólica es el del manuscrito de Edimburgo (1696). La nueva Gran Logia de Inglaterra adoptaría más tarde muchos elementos rituales de la Gran Logia de Antiguos masones, más impregnados del Rito de York.

La masonería simbólica inglesa siempre se mostró (y se muestra) reacia a atribuir el carácter de grado a cualquier desarrollo filosófico posterior.

La Gran Logia Unida de Inglaterra, tras la unión de estas dos corrientes que acabamos de mencionar se consolidó en 1813, incluyó en su sistema la leyenda del “Arco Real” si bien subrayando que se trataba de un enriquecimiento del tercer grado. La leyenda trata de la búsqueda de la Palabra Perdida tras la muerte del maestro Hiram Abiff, encontrada bajo un arco por tres maestros que preparaban el terreno para la reconstrucción del templo de Jerusalén después de la destrucción babilónica. Esa palabra contendría también el principio trinitario pagano-gnóstico (Jahbulon; compuesto de Yahvé-Baal-Osiris) que la masonería anglosajona atribuye al gran arquitecto del universo. Este desarrollo del grado de maestro se perfecciona en los “Capítulos del Arco Real”, que no interpretan como un grado superior, sino, según la terminología de la masonería regular inglesa un “cuerpo masónico colateral”.

En 1823 se crea una logia de investigación llamada “Emulation Lodge of improvement” orientada a fijar los desarrollos rituales del método simbólico; método que recibe el nombre de “Emulation” y que consta de tres grados, pudiendo después integrarse los masones en un “capítulo del Arco Real” cuyo trabajo masónico no tiene lugar en las logias simbólicas que sólo trabajan los tres grados básicos, cuya administración controla un “Supremo Capítulo del Arco Real”, constituyendo un organismo masónico no dependiente de la Gran Logia. Así, el desarrollo del grado de maestro del que hablábamos antes de desarrolla en los maestro ingleses en el Capítulo del Arco Real, al que acceden por “cooptación” esto es por “invitación” del Capítulo.

La masonería regular, de tradición inglesa no acepta, basándose en las constituciones de Anderson y en los antiguos usos y costumbres el concepto de “grados superiores”, sino que este tipo de organismos que desarrollan el grado de maestro los conceptúan como hemos señalado más arriba como “cuerpos masónicos colaterales” [2] a los que un maestro masón accede por cooptación.

Los grados masónicos superiores del Rito Escocés Antiguo Aceptado (o “y aceptado”) que denominaremos en adelante como REAA, que comprenden los grados cuatro al treinta y tres son también practicados por algunas logias inglesas vinculadas a la Gran Logia Unida de Inglaterra (regular) pero en en sus logias básicas no trabajan los primeros tres grados del REAA cuya administración depende de un Supremo Consejo del Rito establecido para cada obediencia.

El Escocismo

La aparición de los sistemas denominados escocistas en el continente europeo, a lo largo del Siglo XVIII, tuvo una importancia capital en el desarrollo de la masonería simbólica. La existencia de tres niveles profesionales de la masonería escocesa del orficio y la cuantiosa presencia en sus logias de masones aceptados, no profesionales, dio al maestro masón escocés un carácter especial durante el Siglo XVII.

Los maestros escoceses residentes en Inglaterra y Francia se distinguían por practicar una masonería “a la antigua” más compleja en sus rituales que la “ordinaria” practicada por los maestros ingleses, sin que tales diferencias lleguen a constituir un método diferenciado. Podemos definir como “escocismo” a los sistemas graduales que desarrollan el conocimiento del tercer grado, entroncando a través de la simbología de sus grados posteriores con la tradición bíblica relacionada con el templo de Salomón, de la tradición gnóstica (crístico-gnóstica) y la tradición esotérico-templaria.

A pesar del nombre, hemos de puntualizar que los sistemas escocistas no se originan en Escocia, sino en Francia, donde la presencia de masones estuardistas esoceses refugiados fue notoria durante la segunda mitad del siglo XVII, que se vio incrementada al tomar allí asilo la dinastía exiliada con Jacobo II Estuardo.

En general se señala como punto de partida del escocismo el discurso del caballero Ramsay en 1736 ante una asamblea de la Gran Logia de Francia.

Andrew Michael Ramsay, caballero escocés, licenciado en Teología, doctor honoris causa por la universidad de Oxford y miembro de la Real Academia de ciencias de Londres ( la célebre Royal Society fundada por Elias Ashmode) se convirtió al catolicismo influido por el obispo Fénelon y estuvo al servicio de Carlos Estuardo, de cuyos hijos fue preceptor algún tiempo. Fue iniciado como masón en Francia en 1730. En su famoso discurso se realiza un análisis histórico vinculando el desarrollo de la Francmasonería medieval con la actividad de las órdenes de caballería, tomando como modelo los hospitalarios de San Juan, y presentando todo ello entroncado en una tradición más amplia, de carácter iniciático.

Aunque ni los sistemas escocistas surgidos y practicados a lo largo del siglo XVIII tuvieran vinculación directa con Ramsay, ni la masonería hubiese tenido una vinculación directa con las órdenes de caballería, lo importante del discurso es cómo Ramsay destaca los símbolos iniciáticos presentes en los mitos caballerescos, campliando el simbolismo más allá que el meramente constructivo. Es el primer intento sistematizado de la francmasonería moderna por presentarse como heredera de los fenómenos iniciáticos de la humanidad en una relación de identidad. Los “mojones” serían la antigua destrucción del Templo de Salomón, que llegarían secretamente al cristianismo gnóstico, más tarde a la orden del Temple –a la que Ramsay no alude- a través de la cual habría llegado hasta los masones escoceses, desembocando en la moderna francmasonería. Esto, aparte de carecer de fundamentación histórica alguna y una fabula bastante absurda, nos muestra de qué manera es a partir de la mitad del siglo XVIII cuando los francmasones a través de esta historia mítica se van retratando a sí mismos, en un proceso que culminará a fines del XVIII. Con la revolución francesa nos encontraremos una francmasonería completamente transfigurada, sin resto alguno de las viejas tradiciones operativas. ¿Cuál es el eje que unifica todos estos mitos ejemplares? Sin duda la vieja corriente gnóstica que rebrota de diversas maneras a través de la historia. Es desde el punto de vista gnóstico como la Francmasonería emplea la tradición bíblica, sus rituales y símbolos, los mitos caballerescos y ciertas imágenes crístico-gnósticas con una especial vinculación a los misterios iniciáticos del Antiguo Egipto al que la Francmasonería se siente cada vez más vinculada. La leyenda de Hiram Abiff cuya muerte y resurrección es el tema clave y central del grado de maestro, es desconocido por la vieja masonería operativa y solamente aparece a partir de 1725 como hace notar el primer masón disidente, Pritchard cuando, aparte de publicar las prácticas rituales de las logias critica duramente esas novedades, extrañas a la vieja tradición. Es el primer momento en que la Francmasonería asume esta identidad profunda tal como llega hasta nuestros días, insertándose en el orden de las tradiciones esotérico-iniciáticas de la humanidad.

Fueron numerosos los sistemas rituales escocistas que se configuraron entre 1742 y 1801 (los años del desarrollo y consolidación del escocismo) pero reseñaremos solamente algunos de ellos, por ser los que han perdurado y siguen practicándose.

El Rito Escocés Antiguo y Aceptado [3]

Es el sistema de trabajo masónico más extendido por el mundo. Sus antecedentes remotos se encuentran en la ya mencionada calidad del Maestro escocés que dio origen en las ciudades inglesas de Londres y Bath hacia 1730 a sendas logias especiales de “maestros escoceses”. Sin embargo, su lenta configuración como método de trabajo masónico tiene lugar a lo largo del siglo XVIII en Francia completándose en Ame´rica. Los maestros escoceses establecidos en Francia bajo la protección que Luis XIV diera a su pariente Jacobo II de Inglaterra y VII de Escocia, son mencionados por primera vez en las ordenanzas de la Gran Logia de Francia en 1743, negándoles la distinción que ellos reivindicaban como masones de mayor rango. Representa una corriente que consideraba que la iniciación no se dirige al individuo orientado a la mera ilustración –que era lo que las más de las veces se producía en la incipiente masonería especulativa- sino para su transformación. Así, el escocismo ponía de relieve que la tradición de los constructores medievales hundía sus raíces en un terreno mucho más profundo: la tradición iniciática de las antiguas culturas. [4]

En 1744 se mencionan en Francia frecuentemente los “grados escoceses” en publicaciones divulgativas, por lo que la existencia de los mismos viene a ser simultánea al tercer grado, establecido en la década que oscila entre 1730-1740 y aún no estabilizado en todas las logias. Por ello, y porque el grado iniciático de Maestro masón contiene el germen de todo el desarrollo gradual escociste, señalábamos anteriormente que constituye el primero de los grados superiores. Notemos la consecuencia necesaria de lo que acabamos de decir, a pesar de que ponemos el año 1717 como el año de aparición de la Francmasonería tal y como la conocemos en el siglo XX, en base a esto debiéramos subir algo más esa fecha, haciéndola coincidir con la generalización del grado de maestro, esto es, no antes de 1740 y quizá aún más adelante como veremos.

Por otra parte, la Gran Logia de Francia había visto aumentar su número de miembros a costa de un descenso cualitativo, que, a mediados del siglo XVIII alertaba a las autoridades masónicas. Este cambio en la composición social de la Francmasonería ya a partir de 1750, dejando de predominar como había sido la tónica general hasta entonces de la aristocracia, nos habla asimismo de una cada vez más definida orientación ideológica de la masonería de un mero club de ilustrados hacia aquello que hemos apuntado: una sociedad iniciática de fuerte componente gnóstico.

Ese cambio sociológico en la Orden decidió el Conde de Clermont, Gran Maestre de la Gran Logia de Francia desde 1743 a aprobar la creación de un “taller-modelo” en París: el de San Juan de Jerusalén, en cuyos estatutos (publicados en 1755) se atribuía a los maestros escoceses cierta responsabilidad en la custodia del legado de la Tradición masónica en las logias simbólicas.

La multiplicidad de temas propuestos a la reflexión masónica en las logias en forma de grado, hizo necesaria la creación de organismos coordinadores que facilitaran una estructuración coherente de los mismos. Éstos solían adoptar el nombre de Capítulos o Consejo. Así nacieron el Capítulo de Clermont (1754) y el Consejo de Emperadores de Oriente y Occidente (1758) cuyo referente escocista se hallaba en la logia de San Juan, antes mencionada.

La creación de la logia de San Juan se realizó al margen de la Gran Logia de Francia, aunque en estrecha vinculación con ella. Esta dicotomía formal inspirará después el desarrollo de los Supremos Consejos del grado 33, que aunque están formados por masones de una misma obediencia que practican el REAA, sin embargo el Supremo Consejo del rito es formalmente independiente de la obediencia, si bien cuando los masones pertenecientes al Supremo Consejo abandonasen la obediencia, también dejan por ese hecho de pertenecer al Supremo Consejo.

El Capítulo de Clermont tuvo corta vida. Sin embargo, extendió su sistema de grados a Alemania, donde los temas basados en la leyenda templaria darían lugar a importantes estructuras escocistas. El consejo de emperadores fue fundado en 1758 en París con el subtítulo de sublime logia escocesa. Lo importante del consejo de emperadores fue que armonizó el escocismo a través de un sistema de 25 grados, llamado Rito de Perfección que, tras su desaparición en 1782, serviría de base al REAA.

Señalemos que el Consejo de Emperadores habría creado un Consistorio en Burdeos, del que emanarían las constituciones del Rito de Perfección aunque no hay pruebas irrefutables al respecto.

Lo que sí es irrefutable es la autorización en 1761 de la logia de San Juan de Jerusalén a Etiénne Morian, caballero y príncipe de todas las logias de perfección, a establecer logias del Rito de Perfección en América y allí a donde fuere. En 1762 el Gran Maestre de la Gran Logia de Inglaterra, Conde de Ferrest, extendió tal autorización al nuevo mundo. Así lo Morin creando la logia de la perfecta armonía en Haití y pasando a Jamaica, donde nombró inspector adjunto a Harry H. Francken quien introduce el Rito en los Estados Unidos.

El primer texto completo del REAA conteniendo los veinticinco grados del Rito de Perfección más otros ocho se dio a conocer en 1802 por circular emitida por el Supremo Consejo de Grandes Inspectores Generales del Grado 33 y último del REAA. Este primer Supremo Consejo del Rito había sido creado en 1801 en Charleston por masones franceses procedentes de Haití y refugiados en los Estados Unidos, junto a masones americanos, todos ellos Inspectores Generales del Rito de Perfección.

El sistema de 33 grados de este Rito habría sido estudiado y aprobado por Federico II de Prusia, protector de la masonería, que lo sancionó en las Constituciones de Berlín en 1786.

La división del REAA

Llegados a este punto hemos de hacer unas aclaraciones acerca de la relación existente entre la obediencia masónica, el Supremo Consejo del grado 33, y el trabajo que desarrolla el masón. En primer lugar, como hemos señalado antes, una obediencia masónica en cuyas logias se practica el REAA y el Supremo Consejo son cuerpos masónicos formalmente distintos. El Supremo Consejo administra los grados del Rito desde el cuatro al treinta y tres. Los grados simbólicos (aprendiz, compañero, maestro) son competencia de la obediencia. Así pues, el masón que es exaltado al grado de Maestro puede ser invitado por el Supremo Consejo a participar del trabajo masónico que realiza allí, el maestro masón en cuestión pasaría a pertenecer al Supremo Consejo del Grado 33 en uno de sus cuerpos dependiendo del grado. El trabajo masónico realizado en los distintos cuerpos del Supremo Consejo no interrumpen el trabajo desarrollado en la logia simbólica en la que tiene grado de maestro. No interfiere su pertenencia al Supremo Consejo con las tenidas ordinarias en la logia simbólica. Así , un maestro secreto (grado cuarto del REAA) para nombrar su grado diría: tercero simbólico y cuarto filosófico. Si bien esta terminología es propio de obediencias “irregulares” no vinculadas a la tradición inglesa, nos sirve para entender que se diversifica y aumenta el grado de trabajo masónico para un masón que habiendo sido invitado por el Supremo Consejo acepta para aumentar su acervo masónico. Muchos otros masones declinan la invitación y no pasan del grado tercero y no suelen participar en otros trabajos masónicos que los desarrollados en su logia simbólica. A medida que se “aumenta el salario” (aumento de grado) se multiplican también las obligaciones y trabajos para un masón. De ahí asimismo que los masones que alcanzan el grado treinta y tres o se encuentran en otros cuerpos masónicos colaterales sea más bien escaso. En España por poner el caso no pasan de doscientos los que tienen el grado 33 del REAA.

Los cuerpos masónicos pertenecientes al Supremo Consejo se estructuran de la siguiente manera, si bien hay variaciones en algunas obediencias:

a) Logias de Perfección: Grados 4-14

b) Soberanos Capítulos: Grados 15-18, que a su vez confieren los grados 4-18

c) Areópagos: Grados 19-30, que a su vez confieren los grados 19-30

d) Consistorios: Grados 31-32

e) Supremo Consejo del grado 33 y último del REAA que confiere el grado 33En algunas obediencias hay que añadir soberanos capítulos, a partir del grado 30. Estos nombres que hemos mencionado constituyen el nombre de las logias en las que se reúnen –además de la simbólica- los masones que han alcanzado dichos grados en el REAA. A través de los diversos grados del REAA podemos constatar que recogen aspectos de la tradición iniciática universal, implícitos en tradiciones características de la historia europea y mediterránea, de forma que permite acceder a un fondo iniciático común de la cultura judeocristiana y a las culturas en las que ésta surgió. A través de un oficio que engloba otros muchos como es el de constructor se ectiende a profesiones ideales como la caballería o el sacerdocio. Cada Supremo Consejo está formado por un mínimo de nueve y un máximo de treinta y tres masones del grado treinta y tres y presidido por un Soberano Gran Comendador con jurisdicción sobre logias del grado cuatro al treinta y tres del REAA; la jurisdicción sobre logias simbólicas, como hemos apuntado ya, corresponde a las Grandes Logias presididas por sus respectivos Grandes Maestros.

El primero de los Supremos Consejos de Europa, fundado en 1804, tras haberse fundado el de Charleston, fue el de Francia. El primer Supremo Consejo de España fue fundado en Madrid en 1811.

Así nos encontramos con que el proceso que cristaliza con el desarrollo del REAA dura nada menos que unos cuarenta años. Son estos cuarenta años en que la Francmasonería va abandonando sus viejas tradiciones y las vinculaciones que pudiesen quedar con la Francmasonería primitiva para ir adquiriendo su moderna identidad. Es un proceso que podemos hacer coincidir con la promulgación del primer ritual del REAA en el año 1786, donde podemos hablar ya claramente de Francmasonería tal como la conocemos hoy.

El Rito o Régimen Escocés Rectificado [5]

El movimiento masónico escociste se extendió también a Alemania, produciendo ahí una síntesis entre el esoterismo cristiano y los ideales caballerescos templarios en el sistema que caracterizó a la estricta observancia templaria. Su promotor fue el barón Karl Gotthelf Von Hund quien, iniciado en la masonería en 1742 en Francfort recibió luego los grados superiores impartidos por el capítulo de Clermont, afirmando él mismo haber sido admitido poco después, en un capítulo de templarios londinenses. La gran tarea que se marcó Von Hund fue nada menos que la restauración de la Orden del Temple, tarea a la que dedicó gran parte de su vida, mezclando los ideales masónicos de su juventud con las leyendas templarias.

Hacia 1752, y tras su conversión al catolicismo, fundó la orden de la estricta observancia templaria, contando pronto con el apoyo de la burguesía y de la nobleza alemana. Tras treinta años de agitadas controversias internas, puestas de relieve en sucesivos conventos de la Orden, se produjo su definitiva transformación en el convento de Wilhemsbad (1782) con la aceptación de algunas de las reformas llevadas a cabo en Francia por el masón lugdunense Jean Baptiste Willermoz, quien, renunciando al ideal de la restauración del Temple recondujo la orden a la ortodoxia masónica dando lugar al rito llamado régimen escocés rectificado. La estricta observancia, reformada, se extinguió durante la primera parte del siglo XIX, si bien en Dinamarca sobrevivió hasta 1855.

El sistema escocés rectificado, puesto a punto por Willermoz en torno a 1784 comprende los siguientes grupos graduales:

a) Logias de San Juan: Abarca los tres primeros grados básicos de la masonería, aprendiz, compañero, maestro.

b) Logias de San Andrés: Maestro escocés o de San Andrés de Escocia.

c) La Orden interior: formada por los grados de caballero novicio y Bienhechor de la Ciudad Santa.Las logias de cada uno de estos tres grupos graduales son presididas por un hermano del grado superior inmediato. Así, una logia de San Juan estará presidida por un maestro escocés y una Logia de San Andrés lo estará por un Caballero Bienhechor. La administración de la Orden Interior está organizada en encomiendas (grupos de al menos tres caballeros bienhechores pertenecientes a una Logia de San Andrés) presididas por un Prefecto; Capítulos y Grandes Capítulos o Prioratos Provinciales. EL gobierno de la Orden lo ejerce un gran directorio escocés, compuesto por diez caballeros bienhechores. Las funcione de conservación del Rito y de los Reglamentos de la Orden está a cargo de un organismo denominado “regencia escocesa” (equivalente al Supremo Consejo del Rito Escocés Antiguo y Aceptado) integrado por el Gran Maestre Nacional, el ex Gran Maestre precedente, el Gran Prior, el Gran Canciller, y el Visitador General, todos ellos caballeros bienhechores y miembros, a su vez, del Gran Directorio escocés.

El Régimen Escocés Rectificado es un sistema masónico “crístico”[6] en el sentido de que las leyendas simbólicas que sirven de base al método iniciático en los diversos grados son substituidos por misterios de la fe cristiana, aunque buscando la concienciación personal del conocimiento contenido en ellos. Es el esoterismo cristiano (gnóstico) lo que se abre al iniciado que trabaja dentro de ese sistema. La leyenda de la muerte y resurrección de Hiram Abiff, tema central del tercer grado simbólico de la masonería es substituido por la narración de la muerte y resurrección de Jesucristo con idéntico fin, acceder al significado cósmico de ambos conceptos.

Otros sistemas graduales

Muchos fueron los otros sistemas graduales que el escocismo produjo en el siglo XVIII, hoy desaparecidos y cuya mención sólo tiene interés erudito, como el Rito llamado de Ramsay con seis grados, el Rito primitivo ( o de los filaletas de Carbona), el Rito de Lyon (con 25 grados), el Rito Escocés Filosófico que practica alguna logia belga y que fue el de la Logia Madre Escocesa de Francia, luego absorbida por el Grande Oriente, el Rito de Namours, el Rito Español que se practicó a fines del Siglo XIX y del que se ha perdido, por lo que parece toda referencia, más un etcétera que compondría una larguísima lista. Tenemos también el Rito Sueco , país en el cual los francmasones nunca siguieron la Tradición ritualística inglesa ni francesa sino que elaboraron un ritual crístico-templario en donde también podemos hacer sentir la influencia del escocismo.

Conclusiones que podemos extraer

La importancia capital de este movimiento procede del hecho de que el escocismo es la misma autoconciencia de la Francmasonería de mediados del XVIII francés; de que ha evolucionado, se ha transformado buscando una nueva identidad, que parece hallarla en los ritos esotérico-iniciáticos de la historia mediterránea. Quiere entroncar por ello, con el cristianismo gnóstico, con el templarismo,siempre reinterpretado por la masonería desde su época de aparición y desarrollo.

De ahí que la configuración de la Francmasonería tal como la conocemos hoy la podemos poner en paralelo con el desarrollo del escocismo. Tendremos una Francmasonería netamente especulativa sin rastro de las antiguas tradiciones de la masonería operativa cuando el sistema escicista se halla plenamente consolidado.

¿Cuándo se produce este momento? Se produce a lo largo de todo ese proceso que va consolidando los rituales del Sistema escocés; sin duda no antes del discurso del Caballero Ramsay, que recoge los tópicos escocistas de una manera sistemática y muestra la nueva conciencia de la Francmasonería. Por lo tanto un desarrollo que iría de 1740-1782. Descubrimos el eje de los nuevos elementos del escocismo en el rebrotar del viejo gnosticismo que parecía agotado desde los tiempos de la experiencia cátara, y que confluyó, por las vías de diversas y variadas corrientes renacentistas, como el rosacrucismo, la alquimia y el hermetismo en el nacimiento de la nueva masonería especulativa. Ahí está la importancia de este sistema; no en vano se fue imponiendo como el principal sistema-método de trabajo masónico. Quizá porque refleja y explicita mejor que cualquier otro aquellos principios por los que los francmasones especulativos se reconocen a sí mismos.

JMRR

Fuentes:

Daza, Juan Carlos, Diccionario de la Francmasonería, Ed. Akal

De La Cierva, Ricardo, El triple secreto de la Masonería, Editorial Fénix, 1994

La Masonería invisible, Editorial Fénix

Hurtado, Amando, Nosotros los Masones, Edaf. 2005

Knight, Christopher y Lomas, Robert, La clave masónica, Martínez Roca

Ridley ,Jasper, Los masones la sociedad secreta más poderosa de la tierra, Ed. Javier Vergara

Vidal, César, Los masones la sociedad secreta más influyente de la historia, Ed. Planeta, 2005

[1] Respecto a este asunto cabe mencionar el imprescindible libro El Triple Secreto de la Masonería, Ricardo de la Cierva, Ediciones Fénix,pp.38-69; Jasper Ridley, Los Masones, ed.Javier Vergara, pp.37-49; obra consultada entre otras para tratar el origen histórico de la Francmasonería moderna por Cesar Vidal en su obra Los masones, ed. Planeta, pp. 15-37; Hay obras masónicas que rozan la comicidad como La clave Masónica de Knight y Lomas,ed. Martínez Roca, obra realmente peculiar en la que los autores, afirman descubrir el cadáver de Hiram Abiff a quien identifican con el rey egipcio Seqenenra Tao II, encuentran la momia de uno de sus presuntos asesinos, descubren que la verdad del templarismo está en los secretos encontrados en las que excavaciones que presuntamente éstos habrían realizado en el templo de Jerusalén y que más tarde pasarían a la Francmasonería; finalmente disfrutando ,como no, una tarde primaveral –con documento gráfico y todo- en la inevitable capilla de Rosslyn:¿curioso paralelismo con la trama del Codigo Da Vinci?
[2] Para poner un ejemplo de esto, si acudimos a este apartado de la página web de la Gran Logia Española (masonería regular) en este lugar nos encontramos con que se nos dice que la GLE mantiene relaciones con una serie de cuerpos. Estos cuerpos en la masonería regular son los que en la irregular desarrolla el sistema de altos grados. Visto desde fuera es sólo una cuestión de matiz, sin embargo para los masones es uno de los indicios de que una obediencia sea regular o irregular. Un masón regular perteneciente a la GLE, por ejemplo, siendo maestro masón, puede ser invitado a participar de un Capítulo del Arco Real, y para formar parte después del Gran Priorato de Ordenes Unidas debe antes pertenecer al Capítulo del Arco Real y después ser invitado por el Gran Priorato. Estos cuerpos masónicos colaterales desarrollan trabajo masónico pero con distinto ritual. El Arco Real tiene un ritual propio y el Gran Priorato sigue el ritual templario. La vinculación por parte de un masón a uno u otro cuerpo masónico colateral está en estrecha vinculación del Rito en el que trabaje.
[3] Aquí no nos detendremos en explicar cada grado del REAA,simplemente nos limitaremos a consignar el tipo de logias en las que se reúnen los diversos grupos graduales del rito. Para una exposición pormenorizada podremos acudir a La Masonería Invisible, Ricardo de la Cierva, ed. Fénix, pp.284-328; asimismo la exposición que hace el masón estadounidense Albert Pike en su interesantísima obra Morals and Dogma of the Ancient and Accepted Scottish Rite of the Freemasonry –con el hecho de haber sido publicado con la aquiescencia del Supremo Consejo del grado 33 para los Estados Unidos- que podemos leer en el siguiente sitio de internet: www.illuminati-news.com/e-books/morals-dogma/apike.htm
[4] Cfr. Nosotros los masones, Amando Hurtado:., Edaf, 2005, pp.152-167
[5] Al Régimen o Rito Escocés Rectificado en sus mismos orígenes de la orden de la estricta observancia pertenecieron un nutrido núcleo de católicos que pretendían con esta ramificación volver al ideal caballeresco medieval y utilizarlos como medio de explicación de los dogmas del catolicismo. Con la reforma llevada a cabo por Willermoz, la Estricta Observancia, más tarde Régimen Escocés Rectificado volvería al esoterismo gnóstico propio de la masonería. La mayoría de estos católicos abandonarían la institución sobre todo tras la Revolución Francesa.
[6] Nótese que aquí les llamamos a este tipo de grados “crísticos” en lugar de cristianos como hacen algunos tratadistas masones. La razón es que el término “cristiano” implica una confesión de fe y una relación a la persona y doctrina de Jesucristo que en este caso no aparece en ninguna parte. Crístico indica que hace referencia material a misterios del cristianismo, pero cuyo contenido carece de relación alguna con el hecho cristiano. También les damos el apelativo de crístico-gnósticos, debido a la extendida opinión entre algunos tratadistas masónicos –interpretando este dato de manera histórica o simbólica- que Jesucristo habría sido iniciado en los misterios del Antiguo Egipto cuando estuvo allí hasta la muerte del Rey Herodes, y tales conocimientos iniciáticos los habría transmitido en secreto a un grupo selecto de discípulos los cuales después serían marginados por el “cristianismo” oficial. Como vemos, rezuma gnosticismo por los cuatro costados.

domingo, 30 de agosto de 2015

LA BUSQUEDA SECRETA


https://centauro996.wordpress.com/la-busqueda-secreta/

Objeto y sujeto se vuelven uno en el fenómeno de la manifestación. Para el ser humano, nada existe fuera de su consciencia, de tal modo que el universo solo existe en la medida que el hombre lo percibe y lo experimenta.

Una flor como la “Rosa”, bien podrían tener una forma armónica y proporcionada, textura suave y aterciopelada, color rojo intenso o una blancura virginal, aroma agradable al olfato y belleza sublime a la vista. Pero estas características no tienen existencia real sino que son producto de nuestros sentidos y consciencia, pero el hombre va más allá hacia lo subjetivo, y le otorga además un valor simbólico de amor al ofrecerlo como tributo u homenaje a un ser amado, y se extiende aún más hacia el plano místico o espiritual cuando se refieren a ella como “La Rosa de Sarón y El Lirio de los Valles” haciendo referencia a Jesús el Cristo.

El hombre para atribuirle cualquier valor o cualidad a la “Rosa” como a cualquier objeto, persona o evento, es menesterexperimentarlos subjetivamente en él mismo. Nuestra consciencia y mente han venido haciendo esto desde que nacimos, de tal modo que no nos detenemos a ser conscientes del proceso de percibir y experimentar, sino que lo hacemos automáticamente en fracciones de segundo o en un tiempo indeterminado.

El hombre busca aquello que conoce o intuye su existencia. A Dios nadie ni aún Moisés lo ha visto jamás, porque No tiene una realidad objetiva o concreta, sino que es un “ideal” abstracto de perfección, y cuya búsqueda o realización no es posible encontrarla fuera del hombre, porque es “algo” subjetivo que solo puede encontrar existencia en el interior humano, esta es la búsqueda secreta, interior, personal y espiritual, donde el hombre experimenta en diferente grado y forma la divinidad de su Dios.

La búsqueda de Dios por el hombre, Es la búsqueda de él mismo, de su propia y verdadera identidad, porque toda realidad humana solo existe en el interior del hombre. Todo cuanto percibimos y comprendemos, nos refleja a nosotros mismos, porque en últimos términos, son obra de nuestros sentidos, consciencia y mente, nosotros somos los “escultores” de nuestra propia realidad.

Aceptar que somos “polvo de estrellas” es muy pobre. Nuestro cuerpo biológico es nuestro soporte y fundamento de nuestra psique, pero el “yo” que nos identifica va mucho más allá de la materia organizada, y busca refugio o identidad en nuestro propio pensamiento o mente… De ahí la frase de René Descartes:“Cogito Ergo Sum”.

Somos seres espirituales o mentes conscientes si prefieren llamarle así, que partimos desde cuerpos materiales altamente organizados con células, tejidos, órganos y sistemas biológicos que culminan con un maravilloso sistema cerebro espinal, y más específica y particularmente el órgano llamado “cerebro” que nos ha permitido obtener y evolucionar como consciencia y mente… ¿Sera acaso el cerebro la alegórica manzana que Adán comió en el jardín del edén cobrando consciencia de su desnudez?

El ser humano nace con un grado de consciencia biológico, que despierta ante los estímulos de nuestras fuerzas instintivas que jamás nos abandonaran, y conforme crecemos, nuestra mente y consciencia evoluciona a través de nuestras experiencias vivenciales.

Consciencia y autoconsciencia. La primera nos vuelve conscientes del universo que nos rodea y de nuestra existencia dentro de él. La autoconsciencia la definen como poseer consciencia de nuestros propios estados, recursos y facultades que poseemos, pero más claramente es ser consciente de la acción de nuestra consciencia… Porque al final de cuentas, podríamos llegar a la conclusión de que somos consciencia.

“Dios deseo conocerse y para observarse a sí mismo, formó un espejo llamado humanidad” (1). El hombre es algo similar, y se observa a sí mismo a través de lo observado, pero no siempre es así, sino que observa sin ser consciente de su estado como observador. El hombre crea su propia realidad de la realidad que observa o percibe. Y en ese proceso se descubre a sí mismo al volverse observador y autocritico de sus propias creaciones.

La psicología actual define al “ego” como el “yo”. Que viene siendo esa parte de nuestra mente que administra nuestra relación con el universo que experimentamos. Pero es un “Yo” o “Ego” que no refleja exactamente nuestra verdadera identidad, porque fue modelado por las exigencias de nuestras propias fuerzas inconscientes, más las exigencias de la sociedad según el tiempo y espacio en donde vivimos.

La relación de “Dios” y “hombre”, es la misma que la relación que guarda “alma” y el “hombre-ego”. Dios trata de conocerse observando su imagen reflejada en la humanidad, y el alma del hombre hace lo mismo tratando de conocerse observando el actuar y sentir del “hombre-ego”.

La pulsión secreta del hombre, es la búsqueda de Dios, porque éste es en últimos términos su verdadera realidad de sí mismo, o al menos su realidad ideal que desea llegar a ser. Porque ambos son una misma cosa y un solo ser, porque no hay nada más. De ahí que al pregunta Moisés a Dios por su nombre, él responde: “Yo Soy Yo”, ya que no puede ser Pedro, Juan o maría, porque no hay nada ni nadie después de él. Solo existe Dios expresándose y experimentándose en múltiples formas, y convirtiéndose en el ideal más elevado y perfecto que el hombre imagina y desea ser.

Dios es el subconsciente cósmico. Como el verdadero hombre permanece oculto en el subconsciente humano. Ambos, Hombre y Dios son solo uno solo, esforzándose en experimentarse para llegar a conocer su propia capacidad y potencialidad a través del proceso evolutivo de la vida.

El problema de muchos hombres, es el concepto o idea que tienen de Dios, y sobre todo, que han dejado de buscar, y en forma indolente y en un estado de confort reprobable, aceptan las ideas que las religiones han depositado en sus mentes. Estos conceptos, ideas y cualidades que los religiosos le han asignado a Dios lo han vuelto inalcanzable para todo ser humano.

Para conocer a Dios, solo existen dos alternativas. Que Dios se convierta en hombre o que el hombre se convierta en Dios. Y según la biblia, Dios ya se hiso hombre: “Y el Verbo (logos) se hizo hombre y habitó entre nosotros” Jn. 1:14. Ahora solo falta que el hombre se convierta en Dios… Atrevidas palabras que en tiempos pasados sería motivo para que la “Santa” Inquisición con su rígida e intolerante mente que posee, decretar mi muerte en la hoguera e infligiendo como muchas veces lo hiso, el quinto mandamiento de la ley de Dios: “No Mataras”. Pero negar la posibilidad de que el hombre algún día llegue a ser uno con Dios, es negar la estirpe y linaje divino del alma humana como una emanación o hijo de Dios.

El hombre para encontrar a Dios, primero debe ser libre. No es posible alcanzar a Dios caminando con pies ajenos, y mucho menos con cadenas en los tobillos de miedos a un infierno eterno y a demonios que solo existen en la mente de quienes lo pregonan, o de un Dios vengativo y cruel donde sus deseos que emergen de la boca de los religiosos, deben seguirse al pie de la letra, porque de lo contrario la ira de Dios será sobre ellos… Cada quien tiene sus propios Dioses y demonios, y el de los religiosos no son los míos.

Conclusión:

El hombre ha tenido y tiene muchos Dioses, sin embargo, Dios la causa primera permanece inefable por ser incognoscible para el ser humano. El presente no habla del “Dios primero”, habla del “Dios del hombre”, del alma, consciencia y mente humana, porque el hombre solo se tiene a sí mismo para encontrar respuestas, y él mismo es la llave para comprender todos los misterios del hombre, universo y Dios. Negarse este legitimo derecho por temor a ofender una inteligencia suprema o deidad alguna, es una estupidez que minimiza a cualquier deidad, sería tanto como si nosotros como adultos nos ofendiéramos por algún comentario infantil de algún niño.

Intenta buscar respuestas más allá de la simplicidad de lo aparente. No asumas palabras ajenas como ciertas sin antes haberlas pasado por el discernimiento de tu mente, lógica y razón. Las palabras son importantes, pero no tanto como la idea que intentan transmitir. El problema del hombre sobre la idea y concepto Dios, es que no ha comprendido la idea fundamental de la palabra Dios, y sobre todo, que Dios no tiene religión, ni es mercancía de nadie…Sino que es universal.

Una gran mayoría de personas que siguen el sendero del misticismo, y que es común encontrarlas en ordenes y fraternidades como “La Rosacruz” o La “Masonería Escocesa” entre otras, aceptan la existencia de Dios bajo la óptica “Deísta” (2), y fue a una de ellas que escuche a una Sóror decir: “Dios es un estado de consciencia”… A lo que se le podría agregar: Todo es consciencia, el hombre, el universo y Dios.

“No saben, no entienden, caminan en tinieblas; Tiemblan todos los cimientos de la tierra. Yo dije: Vosotros sois Dioses, y todos sois hijos del Altísimo. Sin embargo, como hombres moriréis, y como cualquiera de los príncipes caeréis. ¡Levántate, oh Dios, juzga la tierra! Porque tú heredaras todas las naciones” Sal. 82: 5-8.

Jesús el Cristo repite: “Yo os dije, vosotros sois Dioses” Jn. 10:34.

“Homo Est Deus”

Pax Vobiscum.

Nota:

Palabras, símbolos y alegorías no son verdades por sí mismos, solo señalan hacia ella.

El presente son reflexiones y meditaciones personales, no necesariamente representan la opinión de la orden.

No escribo para todos, sin embargo, todos son invitados a leer.

(1).- Kábala y Psicología.- Zev Ben Shimon Halevi.

(2).- Deísmo es la postura filosófica que acepta el conocimiento de la existencia y la naturaleza de Dios a través de la razón y la experiencia personal, en lugar de hacerlo a través de los elementos comunes de las religiones teístas como la revelación directa, la fe o la tradición. Dios es un Creador u Organizador del universo, es la Primera Causa. En palabras más sencillas: un deísta es aquel que se inclina a aseverar la existencia de Dios, pero no practica ninguna religión, 1 y además niega la intervención de Dios en el mundo.

sábado, 29 de agosto de 2015

LA VERDADERA HISTORIA DE LOS MASONES 2 de 2

LA VERDADERA HISTORIA DE LOS MASONES
D. Santiago Río
Asesor del Gran Maestro de la Gran Logia de España 
Bilbao, febrero de 2006
http://servicios.elcorreo.com/auladecultura/santiago_rio2.html

Nosotros pensamos que Newton fue el padre de la masonería especulativa. El científico inglés es conocido por sus teorías sobre la gravitación y porque dirigía, como científico, la Casa de la Moneda de Inglaterra. Además, era un gran alquimista, saber que constituía su devoción. Pues bien, Newton, a través de otros miembros de la Royal Society, pensó en asumir la organización de las logias que quedaban y que se remontaban a los canteros (masonería operativa). Cuatro de estas logias se unieron el día de san Juan de 1717 en la Gran Logia de Inglaterra. El creador, evidentemente, nunca fue masón.

Esta sociedad comenzó a trabajar con un cierto éxito. El papa Clemente XII, y no por motivos de fe o religión, sino quizá de temporalidad, prohibió la masonería mediante una bula. Excomulgada y hereje, la propaganda fue tal que la masonería se expandió. Debo decir, por cierto, que ya no estamos excolmulgados, gracias a Juan XXIII.

En la institución empezaron a ingresar los restos de las sociedades iniciáticas que había por Europa: templarios, alquimistas, espiritistas, magos, etc. Todos ellos aportaron sus conocimientos, que quedaron reflejados en los rituales, como un cajón de sastre donde se han mezclado conocimientos diversos que están al alcance de quien desee estudiarlos.

Posteriormente ingresó la nobleza en la institución, así como más científicos. Los problemas llegaron cuando entraron los empresarios, quienes deseaban utilizar (no todos, desde luego) la institución para sus fines. Ahí empezó su desvirtuación.

Los requisitos para ser masón son muy sencillos: ser mayor de edad, libre (con todo lo que ello implica) y de buenas costumbres. Son precisos, además, ciertos conocimientos intelectuales para entender el mundo complicado que encierra.

Las diferencias entre los masones y las religiones son grandes. La célula madre de la masonería es la logia, reunión soberana de hermanos maestros (siete como mínimo) que se junta para trabajar. La obediencia del país correspondiente la reconoce, la logia tiene autonomía propia y las divergencias entre logias pueden ser grandes en cuanto a los conocimientos, algo que no sucede, en cambio, en la Iglesia. En efecto, la normativa aplicable a dos mil millones de personas debe ser homogénea para que a todos se les apliquen las mismas normas, algo que no sucede en la masonería. Hay logias cuya forma de trabajo y conocimiento avanza mucho, mientras que en otras no sucede así.

La relación de la masonería con algunos países es curiosa. Los ingleses se apoyaron en la masonería para sustentar la Commonwealth. Asimismo, la masonería funciona en Cuba, donde cuenta con unos cincuenta mil miembros. Cuando Fidel Castro se hizo con el poder, aparte de descubrir que José Martí y algunos de los que le habían ayudado eran masones, se dio cuenta de que la única organización viva en la isla eran las logias masónicas, por lo que le interesó su funcionamiento. Como se puede comprender, está domesticada por el régimen, y las actas de las reuniones son conocidas por el aparato castrista; no obstante, el día en que falte el dictador, es posible que se produzca una explosión de la masonería en Cuba.

También es interesante detenerse, aunque sea brevemente, en la relación de la masonería con las mujeres. La Gran Logia de Inglaterra no las admite, pero hay otras obediencias mixtas e, incluso, femeninas, en las cuales ha habido mujeres brillantísimas. Pienso, por ejemplo, en la arpista catalana Clotilde Cerdá, hija de Ildelfonso Cerdá, arquitecto del Ensanche barcelonés. Por cierto, en España jamás decimos, por prudencia, si alguien es masón, salvo que lo autorice. La Vanguardia ha publicado recientemente, por ejemplo, que Caterina Mieras, consejera de Cultura de la Generalitat, es masona.

La situación actual de la masonería española es diferente de la vivida en otros países cercanos. Tras la dictadura, no fuimos legalizados -como lo fue, por ejemplo, el Partido Comunista de España-. La petición fue denegada por Martín Villa. Ruiz Jiménez defendió nuestro caso, y el Tribunal Supremo nos dio, finalmente, la razón. En los últimos veintitrés años, la trayectoria es la siguiente. Inicialmente salimos "domesticados", y aquello fue un fracaso: éramos pobres, pocos y mal avenidos. Teníamos graves problemas, discusiones, hermanos mayores que habían regresado del exilio...; España había cambiado, las visiones eran diferentes y otros hermanos, como yo, nos habíamos iniciado en el exterior. Actualmente somos unos tres mil, cuando en un elemental examen prospectivo deberíamos llegar a los cincuenta mil para equipararnos con otros países. En los últimos años nos hemos centrado, y nos encontrado lentamente a nosotros mismos.

En España, la masonería entró en 1728, cuando en Madrid se creó una logia por los ingleses, concretamente por el duque de Wharton, enterrado en Poblet. Sus vicisitudes a lo largo de los años son conocidas. Con Carlos III y con Napoleón funcionó bien, pero fatal con Fernando VII. Las Cortes de Cádiz le fueron propicias, así como la I República (Figueras, Salmerón y Castelar eran masones). Nos fue achacada la pérdida de las colonias, cosa en la que no creo, y con Primo de Rivera fue tolerada. La II República supuso un momento importante, con ministros y diputados masones en las Cortes... En definitiva, cuando el sistema ha sido liberal, la masonería ha funcionado bien en España, pero, cuando ha sido cerrado y arcaico, no ha resultado así.

En cuanto a la situación actual, y a pesar del aletargamiento, hemos notado que en los dos últimos años se acerca a nosotros mucha gente; son números a los que no estamos acostumbrados. Desconocemos los motivos del fenómeno, por supuesto. Puede deberse a alguna novela histórica exitosa o, quizá, a una película taquillera. Desde luego, es indudable que la situación política nos es favorable (el presidente del Gobierno ha reconocido que su abuelo era masón); además, la juventud no encuentra dónde aparcar para decir algo.

En cuanto a nuestro patrimonio -y salvo el reconocimiento moral, realizado por el Parlamento de Cataluña hace unos años, de que la masonería había ayudado en el campo de las relaciones humanas-, no hemos recibido ningún desagravio moral ni económico. Cuando Felipe González ganó las elecciones, la masonería reclamó su patrimonio, pero nadie hizo caso. Hace más o menos un año, ERC (partido de tradición masona entre sus creadores) presentó una proposición no de ley a las Cortes para que se reconociera nuestro patrimonio. Dicha proposición fue transformada por este partido en de ley, junto con otras cuestiones, a nuestro juicio, quizá fuera de sitio. En el mes de febrero de este año debía votarse si este asunto se admitía a discusión en las Cortes. No se admitió, pero el PSOE se comprometió a presentar, antes de junio, este proyecto ante las Cortes.

viernes, 28 de agosto de 2015

La Francmasonería contada a mi Hijo.

La Francmasonería contada a mi Hijo.
https://centauro996.wordpress.com/la-francmasoneria-contada-a-mi-hijo/


Jean-François Pluviaud , de la Gran Logia de Francia. Extracto del artículo “aparecido en el número 136 de la revista Points de Vue Iniciatiques.

Estoy leyendo, cómodamente sentado en mi sillón; mi hijo, sin dejar de acariciar al gato, que está hecho un ovillo sobre sus rodillas, mira distraídamente una emisión de televisión que no parece entusiasmarle; la atmósfera de esta tarde de domingo primaveral es suave, algo somnolienta.

Sin apartar los ojos de la pantalla, me pregunta casi distraídamente, como si pensara en otra cosa:

– Oye, papá, ¿qué es la Francmasonería?
Sorprendido y un poco intrigado, espero unos segundos, antes de responder.

– ¿Por qué me preguntas eso?
Sin dejar de mirar la pantalla, me dice:

– ¡No sé, son los compañeros, en la escuela!
– ¿Los compañeros?
– Sí, el profe nos estuvo hablando de eso y hemos estado hablando en el recreo.
– ¿Qué habéis dicho?
– No lo he entendido muy bien, algunos decían que era una secta, otros que era una sociedad secreta que hacía chanchullos con la gente que formaba parte de ella.
– Pero tú sabes que yo soy francmasón
– Sí, se lo he dicho a mis compañeros. Les he dicho que no era verdad, que tú no hacías negocios sucios, pero lo de las sectas no he sabido explicarlo bien.
Di, papá, ¿es o no es una secta?
– No, cariño, no es una secta; pero primero, ¿qué es una secta para ti?
– Una sociedad en la que la gente está prisionera y se suicida con sus niños.
– ¿Qué historia es esa?
– Lo he leído en el escaparate del quiosco de periódicos.
– No es exactamente eso, pero si sirve para tranquilizarte, te diré que yo no soy prisionero de nada; puedo dejar la Masonería en cualquier momento, si lo deseo, y, por otro lado, no he tenido nunca intención de suicidarme con toda mi familia, os quiero demasiado. Si quieres, un día, más adelante, te explicaré lo que es una secta; de momento prefiero hablarte de la Masonería, para que entiendas mejor de qué se trata. Me gustaría también, ya que estamos, que me escucharas en lugar de mirar la tele.
– Pero si te escucho…
Sin embargo, no deja de mirar la televisión; entiendo que es, quizá, una forma de pudor: por un lado le interesa mucho y por otro siente que es un asunto profundo, muy importante para mí y que le da un poco de miedo. La seguridad de su corta edad choca a veces con misterios que le perturban más de lo que él querría, lo que explica su aire vagamente remiso, fanfarrón a veces; es su manera de afrontar los problemas, un poco de refilón.
Con el pretexto de haber visto un pájaro en la terraza, el gato se ha eclipsado con presteza para ir a rondar, dejándonos solos.
Decido respetar la actitud de Julián, sin dejar de observarle a hurtadillas. Parece esperar que yo hable.
– Para empezar, has de saber que la Masonería es un compromiso que algunos hombres y algunas mujeres adquieren consigo mismos.
– ¿Como los que se casan?
– Sí y no; cuando uno se casa se trata de un compromiso mutuo y recíproco. La Masonería es un compromiso solitario, pero ante múltiples testigos.
– No lo entiendo.
– Uno se compromete consigo mismo, pero se toma a los otros como testigos.
– ¿A qué os comprometéis?
– ¡A hacernos francmasones!
Cuando no entiende algo, mi hijo hace una especie de mueca, abriendo los ojos como platos y apretando los labios con las comisuras hacia abajo. Es lo que yo llamo su cara de mochuelo.
Pienso que hay que volver a empezar desde el principio, de manera más clara y sobre todo más ordenada, si no, corro el riesgo de que no lo comprenda.
– Cuando naciste, tú no te acuerdas, pero no sólo eras débil y frágil; no sabías nada de la vida y eras un animalito. No sabías hablar, ni leer, ni escribir. Después, con los meses y los años que iban pasando y porque así es la naturaleza, creciste y te desarrollaste para hacerte el muchachito que eres ahora. Pero si tus padres no te hubieran enseñado no sabrías hablar y si no hubieras ido a la escuela no sabrías ni leer ni escribir. En una palabra, si no se te hubiera criado y educado seguirías siendo un animalito. Sin embargo, lo que has llegado a ser lo llevabas en ti al nacer; sólo hacía falta desarrollarlo.
– Lo comprendo, pero los francmasones son adultos, padres, ya saben leer y escribir y todo lo demás; entonces, ¿qué es lo que necesitan aprender?
– Muchas cosas, te lo voy a explicar.
Continúo muy tranquilamente en un tono que intenta ser natural, aunque algo profesoral, sin embargo.
– Lo que tú has aprendido de mamá y de mí y lo que tus profesores te han enseñado en la escuela forma parte del saber que te servirá para vivir tu vida, tener un trabajo y criar a tus hijos, a tu vez. Pero existe otra cosa, algo que no puedes aprender, sino que tienes que descubrirlo.
– ¿Dónde?
– ¡En ti!
– No lo entiendo.
– Sé que no es muy fácil, pero sólo podrás hacerte una idea sobre la Masonería a partir de ahí. Nosotros, los masones, pensamos, aunque no somos los únicos, que todos los humanos llevan consigo una parte invisible que sería un poco como su doble. A esa parte la llamamos el espíritu y es la que nos diferencia de los animales.
– Es la inteligencia.
– Para algunas cosas quizás, pero es mucho más que eso. Vamos a poner un ejemplo; hay cosas que tú sabes, o que adivinas, sin haberlas aprendido.
– ¿Qué, por ejemplo?
– Lo que sientes cuando estás contento o no, los sentimientos que tienes hacia tus padres, hacia tus compañeros o tus profesores. Todas esas cosas que no analizas bien pero que a veces sientes muy fuertemente.
– Sí, es verdad, a veces también tengo miedo, incluso de día, sin saber por qué.
– Así que existe una parte de ti, bien real, pero que te cuesta definir y sobre todo imaginártela. Pues bien, es lo mismo para el espíritu; puede decirse que es todo lo que constituye ese mundo bien real, pero inaccesible, que sólo te pertenece a ti.
Me escucha con mucha atención, con el ceño un poco fruncido y los ojos brillantes por el esfuerzo que está haciendo.
– Esa parte del espíritu que tú posees, que hace que puedas decidir por ti mismo y tener conciencia de tus sentimientos, es la que, por ejemplo, te diferencia de Pussy, tu gato. Él es un animal que obedece a su instinto y tú eres un ser humano, que también obedece a su instinto, claro, pero también y en primer lugar a su pensamiento. Un pensamiento que le permite analizar y escoger entre varios comportamientos posibles.
Sonríe con algo de malicia y me dice:
– ¡Como cuando prefiero ir a jugar al fútbol, en lugar de ir a la escuela!
– Es un poco eso, creo que lo has entendido, pero te aconsejo que evites el asunto del fútbol, no sea que me enfade, si sabes a lo que me refiero…
Agacha un poco el morro sin hacerse demasiado el listo, a causa de una regañina reciente. Prosigo:
– Así que dispones de una forma de autonomía de decisión, pero para usarla debes de obedecer ciertas reglas, como en el fútbol: hay faltas que no puedes cometer, si no, el árbitro te sanciona.
– ¿Qué árbitro?
– El árbitro de tu vida eres tú, es tu conciencia. Ella es la que te dicta las reglas, los principios que debes respetar.
– Mi conciencia es como mi pensamiento, ¿no?
– El pensamiento es lo mental, el funcionamiento de tu cerebro; la conciencia, si bien forma parte de lo mental, es mucho más, porque es ella la que te dice si lo que haces está bien o mal; es una especie de juez y al mismo tiempo un instrumento de medida.
Aquí parece perdido. Ha adoptado su aire de “mochuelo”; tengo miedo de que no lo entienda. Voy a intentar arreglármelas de otro modo.
Es él el que habla primero:
– Si lo he entendido bien, soy yo el que tengo que juzgar, pero ¿cómo puedo saber lo que tengo que hacer? ¿Cómo puedo aprenderlo?
– Precisamente, es el trabajo de cada hombre: descubrir e integrar los valores que le permitirán construir su conciencia. Lo aprenderás a lo largo de toda tu vida, porque te vas perfeccionando. En el campo del espíritu, como en la escuela, eres capaz de progresar.
– ¿Qué clase de progreso puedo hacer?
– A tu edad, hay infinidad de cosas posibles, ya sabes, tu vida está abierta. En función de tu trabajo, puedes aprender inglés, chino, latín (si estudias un poco más en la escuela), puedes aprender a pilotar un avión y muchas cosas más aún.
– ¿Una nave espacial?
– Sí, ¿por qué no? ¡Y también puedes ser un buen mecánico, piloto de carreras o un gran cirujano! Así que, como ves, los humanos poseen esa parte inestimable que hace que sean perfectibles. Partiendo de esa base se dice que el hombre puede progresar en el ámbito del espíritu.
– O sea, que puede crecer. Pero yo también crezco cada año, sin darme cuenta, y mi hermano pequeño también; no hay que trabajar para eso, basta con esperar.
– Eso es verdad para todos los animales, pero tú no eres un animal; tú posees un espíritu, tu conciencia. Pero tu conciencia, si bien existe al nacer tú, sólo vive en forma de una semillita; si tú no la haces eclosionar, si no la cultivas, se queda intacta y se muere.
– ¿Es lo que tú haces en Masonería?
– Sí, lo intento construyéndome una conciencia de ser un hombre.
– ¿Por qué? ¿Todos los hombres no son hombres?
– En el terreno del espíritu, no, desde luego.
– ¡Ah, ya!
– Para ser un hombre no es suficiente con comer, beber, casarse y tener niños; eso la mayoría de los hombres lo hacen. No basta con ser grande y fuerte, conducir un coche y jugar al fútbol; para ser un hombre hay que saber qué hombre quiere uno ser, por qué quiere uno serlo y cómo puede uno serlo.
– Yo lo sé, yo quiero ser médico del mundo.
– ¡Está muy bien! Pero para ser médico no basta con aprender medicina, hay que creer en un ideal.
– ¡Es para cuidar a la gente pobre por todo el mundo y en África también!
– Muy bien, ese deseo que tienes es generosidad. ¿De dónde te viene esa generosidad? De tu corazón, claro, pero no es el corazón que está en tu pecho, es un sentimiento que viene de tu espíritu, de tu parte espiritual. Esta parte es el lugar donde se asientan todos los bellos y nobles sentimientos que notas aparte, representa el hombre completo que tienes que llegar a ser, un hombre evolucionado acorde consigo mismo.
– ¿Qué es un hombre completo?
– Es un hombre que ha conseguido desarrollar su parte espiritual de manera que venga a completar y dirigir su parte material.
– ¡No es fácil de hacer!
– No, no es fácil, hay que trabajar mucho.
– ¿Cómo?
– Intentando realizarse conforme a un modelo que uno haya escogido. Si quieres ser jugador de fútbol, por ejemplo, es para parecerte a Zidane, tu modelo. Para poder progresar en la vida espiritual necesitas también un modelo.
– ¿Tú tienes un modelo?
– ¡Claro! Cuando tenía tu edad, hace mucho tiempo, mi modelo era Pelé; hoy que he crecido, sería más bien un hombre libre, capaz de escoger y de respetar sus opiniones y las de los demás, un hombre capaz de transmitir sus valores con el ejemplo.
– ¿El padre Pierre?
– Sí, por ejemplo; alguien cuyos actos son conformes a sus palabras.
– Si te entiendo bien, tú quieres ser un Francmasón, ¡vaya!
A veces me siento orgulloso y al mismo tiempo sorprendido por los atajos que es capaz de encontrar ; los niños aún poseen en ocasiones esa gracia luminosa de la inteligencia intuitiva.
– Oye, papa, ¿puedo tomarme una coca cola?
Siempre es así: al cabo de un momento de atención necesita moverse y romper la tensión mental; es todavía demasiado joven para permanecer concentrado demasiado tiempo. Anda un momento por la cocina antes de volver a sentarse, en otro sillón. El gato, alertado por la apertura de la puerta del frigorífico, ha vuelto y se acurruca sobre sus rodillas.
– Perdona, papá, ya puedes seguir; te escucho.
Lo ha dicho un poco ceremoniosamente, para hacer el payaso. Le respondo en el mismo tono:
– Gracias, verdaderamente eres muy amable. Así que continúo.
– Sí, quiero ser Francmasón, como tú dices; es mi ideal.
– Ya lo sé, lo había adivinado; te oigo a veces hablar con tus amigos cuando vienen a casa. Pero ¿qué hacéis en esas reuniones vuestras de las que habláis?
– Hablamos, reflexionamos, intercambiamos ideas, buscamos juntos cuáles son los medios que cada uno ha de poner en práctica para progresar individualmente. Porque has de saber que esa parte del espíritu de la que te he hablado, si bien existe en cada hombre, sólo se encuentra en un estado embrionario, un poco como si hubiese sido ahogada; hay que redescubrirla y hacerla crecer y cuidarla diariamente para que no se marchite. Nuestras reuniones nos ayudan y nos permiten realizar ese trabajo que se obra en nosotros mismos.
– He comprendido un poco lo que es el progreso espiritual del que hablas, pero, ¿por qué hacéis eso? Puesto que es personal, como me dices, ¿tienes que ir a esas reuniones?
– Sí, necesito a los demás y la Masonería me propone un método de trabajo, y, sobre todo, un ideal que me va perfectamente.
– ¿Cuál?
– El método me propone recorrer treinta y tres etapas, durante las cuales aprenderé a descubrir mi parte espiritual y después a construirme como ser espiritual.
– ¡Es como en la escuela, que cambias de clase!
– No, en la escuela aprendes, aquí voy descubriendo. A lo largo de los diferentes grados se estudia siempre y únicamente sobre uno mismo, en cuanto ser a la vez humano y espiritual. Cada grado no es sino un punto de vista, una iluminación nueva que se me propone, diciéndome: “¿crees haberlo entendido?, ¿y si te cambio de lugar, si modifico el ángulo, sigues viendo lo mismo? No, evidentemente, y sin embargo se trata del mismo objeto”. Así, lo veo poco a poco; cambiando la mirada, lo veo en su totalidad, en su objetividad.
Se queda pensando un rato; estoy un poco preocupado por el largo silencio que se produce. Sólo está pensando, su pregunta me lo demuestra:
– Pero, ¿por qué hacéis todo eso?
– Nosotros a eso lo llamamos iniciarnos; es para renacer y crecer en nuestra dimensión espiritual, pero no es por gusto o por vanidad; lo hacemos para estar preparados para combatir en el mundo, para hacer triunfar el ideal de la Masonería.
– ¿Qué ideal?
– ¡Hacer progresar a la Humanidad!
– Entonces ¿hacéis política?
– No, en absoluto; claro que cada uno tiene derecho a tener sus ideas. Pero el progreso para el que trabajamos es un progreso moral y espiritual. Nosotros deseamos que todos los hombres puedan llegar a un nivel de conciencia suficiente para tomar las riendas de su destino individual.
– Los compañeros han dicho que había muchas clases de francmasonerías, ¿cuál es la tuya?
– Es la Gran Logia de Francia.
– !!!
– Hay sólo una Francmasonería, pero hay diferentes familias. Cuando vas a casa de tus primos, su piso no es como el nuestro y no siempre hablan de lo mismo que nosotros en casa, pero somos de la misma familia. Pues es igual; nosotros también tenemos primos, los llamamos obediencias.
– ¿Cómo os diferenciáis?
– Nosotros, somos una sociedad tradicional; eso quiere decir que tenemos una Tradición que se remonta a la noche de los tiempos.
– ¿Desde los hombres de las cavernas?
– ¡No, pero muy antigua de todos modos! Nuestra tradición expresa el conjunto de valores en los que creemos y es ella la que asienta y justifica nuestros comportamientos, para los cuales nos da razones. Además, trabajamos sobre todo a la gloria del Gran Arquitecto del Universo; es una actitud que nos caracteriza.
– ¿Qué es el Gran Arquitecto?
– Es un Principio que representa el poder del espíritu y su primacía sobre la materia. Nosotros decimos que es un principio creador, el del universo.
– ¿Como Dios?
– No del todo; es y sigue siendo un Principio y cada cual es libre de imaginárselo como quiera. Nosotros no le dirigimos nunca ninguna oración y él no interviene en nuestras vidas; es un símbolo, el símbolo de la vida espiritual de la que te hablaba antes; por esa razón no hablamos nunca de religión en nuestras reuniones.
– ¿Qué es el progreso de la humanidad?, ya no me acuerdo de lo que me has dicho.
– Me agradaría que estuvieses un poco más atento, ¿sabes?
He sido algo impetuoso… Molesto, baja la cabeza. Continúo.
– Nosotros, en la Gran Logia, pensamos que a la mayor parte de los hombres lo que les gobierna es su parte material, su parte animal, su instinto, si prefieres. Cada día en la televisión ves y oyes que sólo se habla de guerras y matanzas. Nosotros pensamos que la única manera de cambiar eso, lo que sería, reconócelo, un gran progreso para la humanidad, es cambiar a los hombres. Si los hombres son capaces de cambiar, cambiará la sociedad, y no al contrario.
– ¿Cómo queréis hacerlo?
– Para ello sólo existe un método: cambiarnos nosotros mismos, primero y antes que todo, iniciándonos. Por eso decimos que somos una sociedad iniciática… no hagas como si no entendieses, ya te he dicho a qué llamamos la iniciación, ¿te acuerdas?
– Sí, sí, el progreso personal. Pero no podéis convencer a todos los hombres, ¡hay demasiados!
– Desengáñate, tenemos un arma temible, la más fuerte de todas.
– ¿Láser, como en la guerra de las galaxias?
– No seas tonto, nuestra arma absoluta, pero también nuestra única arma, es el ejemplo.
– ¿Qué ejemplo?
– El que debemos dar, diciendo bien a las claras cuáles son nuestros principios, los valores que constituyen nuestra conciencia, y viviendo según esos principios, siendo uno siempre verdadero y haciendo lo que dice.
– Entonces ¿todos los francmasones, todos esos hombres y mujeres, trabajan juntos por el progreso de la humanidad?
– Sí, incluso si no trabajan siempre juntos, trabajan todos al mismo tiempo.
– ¿Ah, sí?
– Sí, hay Grandes Logias, por ejemplo, que son exclusivamente reservada a los hombres, pero otras grandes obediencias lo están para las mujeres y también hay otras que son mixtas. Como ves, todos, hombres y mujeres, pueden trabajar por el mismo ideal.
– Papá, papá, perdona, pero es la hora de la serie.

Comprendo que es preferible dejarlo aquí por hoy. El gato lo ha entendido perfectamente y espera, ya sentado y bien acomodado, ante el aparato de televisión. Me reservo el derecho a continuar esta conversación más tarde.

jueves, 27 de agosto de 2015

Las palabras “masón” y “francmasón”

Las palabras “masón” y “francmasón”
http://ianzarate.bligoo.es/las-palabras-mason-y-francmason#.VczLWfl_Oko

la palabra masón es de origen fráncico (la lengua germánica de los francos, antes de latinizarse y convertirse en francesa). procede del germánico mattjion, que deriva en metze, en antiguo alemán, y en makyon en lengua franca, para transformarse en maskun o machun, en francés antiguo. significaba “cortador” o “tallador”. steinmetzer era, en alemán, el cantero o labrador de piedras.

la palabra más próxima, en bajo latín medieval, sería massa, pero con el significado de “amasijo”, “masa” o mazo”. el diccionario de la real academia española recoge el término mazonero y la palabra mazonar, aplicadas, respectivamente, al que hace la masa o mortero para unir las piedras de una construcción y a la acción que realiza. así es que, en español, el que mazona podría recibir el nombre de mazón o mazonero. con ello se estaría aludiendo a alguien que trabaja en la construcción, pero no a un tallador de piedras. el equivalente español del término germánico metzer y del fráncico mascan, aunque sin relación etimológica con ellos, sería cantero, palabra probablemente céltica que aparece en castellano hacia el siglo xiii, según corominas.

las canteras de las que se extrae la piedra se llamaban, en latín latomiae o lautumiae y de ahí que “latomia” sea otra forma de denominar a la masonería entre nosotros. 

el prefijo franc, añadido al término “masón”, parece consolidarse en inglaterra, en el siglo xiv, para subrayar la situación social de los masones dedicados a un tipo de construcción cualificada. en relación con el origen de esta designación existen, al menos, dos criterios: el de los historiadores que defienden la aparición de la palabra “free- mason” (masón libre o franquiciado) relacionándola con el trabajo de la “free stone” (piedra libre o caliza, de fácil cancelación), por oposición al “roughmason” que realizaba trabajos más elementales (con piedra dura), y el de quienes consideran, sin duda apoyándose en datos históricos muy consistentes, que la “franquicia” a la que aludía la palabra “francmasón” o “masón franco” era la gozada por aquellos artesanos de la piedra que no se hallaban sujetos estrictamente a las reglamentaciones municipales o reales obligatorias para los practicantes de oficios en la edad media.

en escocia, quienes pasaban a ostentar el rango de “maestro” en las guildas en que se agrupaban los obreros de cada oficio, eran “liberados” o hechos libres de ciertas obligaciones municipales. en francia, el libro de los oficios, que escribió esteban boileau en 1286, recopilaba y detallaba las normas estatutarias por las que se regían las diversas cofradías parisinas.

el término masón se introdujo en la lengua española durante el siglo xviii para designar específicamente a los miembros de la orden francmasónica, y carece en este idioma de cualquier otro significado. por ello, resulta innecesario, en nuestra lengua, utilizar el prefijo “franc” (franco, libre) para aludir a los hermanos masones, a diferencia de lo que ocurre en francés o en inglés, en que macon y mason, sin prefijo, designan a los albañiles, recibiendo el nombre de franc-macon y freemason solo a los iniciados como constructores simbólicos, o masones pertenecientes a la orden masónica moderna.

lo expuesto pone de relieve la estrecha vinculación de los masones antiguos con la talla de piedras y con la subsiguiente construcción realizada con ellas.

Hurtado Armando
La Masonería

miércoles, 26 de agosto de 2015

LA VERDADERA HISTORIA DE LOS MASONES 1 de 2

LA VERDADERA HISTORIA DE LOS MASONES
D. Santiago Río
Asesor del Gran Maestro de la Gran Logia de España 
Bilbao, febrero de 2006
http://servicios.elcorreo.com/auladecultura/santiago_rio1.html

Nadie conoce la verdadera historia de los masones, que está llena de especulaciones y sobre la que se ha escrito infinidad de títulos desde la aparición del fenómeno. Desde la humildad, mi libro aporta una serie de datos importantes y en algunos casos inéditos, gracias a la labor de investigación del periodista Jorge Blaschke, con quien he escrito el libro. La razón de esta búsqueda se resume así: en los últimos tiempos, han sido publicadas obras sobre la institución que responde a visiones distintas de lo que la masonería es en sí misma. Por ello, la institución pensó que algún hermano (en este caso, yo) debía elaborar un libro sencillo, humilde y ameno que transmitiera nuestra labor.

La masonería es, en fondo y forma, una iniciación espiritual por medio de símbolos. Esta definición proviene de la que los grandes maestros dieron en Suiza por los años cincuenta. Dice un apartado de un libro japonés del siglo XII que el pez vive muy feliz bajo el agua, y el pájaro muy feliz en el bosque; sin embargo, es necesario ser pez o pájaro para entender qué se siente. Igual sucede con la masonería; resulta complicado, y resbaladizo, transmitir el mundo iniciático. Sin caer en el sincretismo ni en la mezcla de opiniones, puede decirse que presocráticos como Anaxágoras, la masonería espiritual y el esoterismo cristiano dicen lo mismo y hablan el mismo idioma, sólo que de maneras distintas.

Soy católico practicante y masón de tendencia inglesa, como ha ocurrido tradicionalmente con la Gran Logia de España. Una de sus premisas es creer en el gran arquitecto del universo, algo que cada cual entiende como considera. Trabajamos con un libro sagrado que, en nuestro caso, es la Biblia, igual que nuestros hermanos árabes lo hacen con el Corán o los judíos con la Torah.

Jung dice que el símbolo se expresa en mil lenguas a la vez, penetra en el subconsciente colectivo y allí despierta arquetipos que provocan energías psíquicas. Al interpretar el símbolo debemos distinguir dos elementos: la explicación científica (el número cinco, por ejemplo, son cinco unidades) y la definición iniciática, más complicada. Nuestros símbolos son el triángulo, el compás, la escuadra y la acacia; todos ellos responden a tradiciones antiquísimas, algunas de las cuales, sin embargo, han sido superadas por la propia sociedad civil.

Los orígenes de la masonería son oscuros. Para intentar explicarlos, parto de dos premisas: la masonería operativa y la masonería especulativa. Por un lado nos encontramos con la masonería operativa, gremio de canteros que, sobre todo, construían catedrales góticas. Se trataba de un gremio muy cerrado, por los conocimientos que manejaba sobre el levantamiento de catedrales y por los códigos de comunicación que empleaban sus miembros. Hay que pensar que la construcción de una catedral era una labor larga que abarcaba varias generaciones. Los canteros vivían en las posadas de los pueblos, y en las horas de descanso se reunían en una choza -de donde proviene el término logia- para cambiar impresiones o comer. Con el devenir de los tiempos, estas construcciones góticas proporcionaron algún tipo de conocimiento iniciático. Un grupo así, que se mantiene tanto tiempo junto, termina derivando ineludiblemente hacia las inquietudes del ser humano.

En efecto, el ser humano -aunque sigue en evolución- se encuentra incompleto. Las explicaciones bíblicas no nos convencen. El ser humano había nacido con unas posibilidades muy concretas y se mecanizó, es decir, derivó hacia la especie incompleta que ahora somos. Es impensable que una especie con la capacidad cerebral que tiene se dedique a matar a su hermano por nada.

Por ello, la masonería intenta hacer evolucionar a la especie para que retome la forma que fue. Las religiones hacen lo mismo, salvo con una diferencia. La masonería llega hasta un punto en el que no tiene explicaciones. La fe puede llenar las grandes dudas que quedan por resolver, pero la masonería no las da: sólo intenta hacer evolucionar a la especie humana en sus reuniones, con el fin de que, mediante ella, pueda entender mejor la figura del gran arquitecto del universo.

La masonería pretende trabajar en esencia, en el nivel primario. Siempre explicamos que, cuando el presidente de la I República, Manuel Azaña, se inició -de todos es conocida su vasta cultura-, el Venerable Maestro de la logia era un camarero de Madrid. Es posible que este camarero se moviera más en esencia que Azaña, cuya personalidad y conocimiento son reconocidos por todos. Eso es la masonería, y no otra cosa.

Entre 1050 y 1350, y al calor del fervor religioso de las Cruzadas, se construyeron alrededor de mil edificaciones en Francia, entre las cuales destacan unas noventa catedrales. La masonería, el gremio, creció; permanecía cerrado en sí mismo, se llamaban entre sí hermanos y no dejaban entrar a nadie ajeno. Hubo un momento en el que se dejaron de construir catedrales. El gremio empezó a decaer.

Llegamos así al verdadero origen de la masonería, fuera de cualquier especulación. En Inglaterra, un grupo de científicos de la Royal Society, institución dedicada a la investigación, se dio cuenta de que, a diferencia del oriental, el mundo occidental no tenía, más allá de las religiones, instituciones que abordaran los temas esotéricos e iniciáticos. No para competir con las instituciones del mundo oriental, sino para dotar al occidental de aquello de lo que se merecía, decidieron crear una institución en la que, independientemente de las religiones, nuestra especie humana pudiera desarrollarse.

martes, 25 de agosto de 2015

LOS VIAJES DEL APRENDIZ, SU SIGNIFICADO, SU SIMBOLISMO Y SU INTERPRETACIÓN


https://centauro996.wordpress.com/los-viajes-del-aprendiz-su-significado-su-simbolismo-y-su-interpretacion/

En términos generales, la palabra VIAJE, deriva de la lengua latina “VIATICUM”, que literalmente quiere decir, Jornada, Etapa, Paseo, Traslado, Peregrinación; es el acto que se ejecuta para ir de un lugar a otro, así como el camino por donde éste se hace, de ida a cualquier parte; también se dice que se lleva un VIAJE, cuando se trata de conducir a determinado lugar, un cargamento; igualmente se le denomina de esa manera, a una relación, al diario o a la memoria, que se lleva sobre el curso de una larga expedición; del mismo modo se le designa, a la cantidad de Agua que por medio de cañerías o de acueductos, se surte a una población, y en el sentido figurado, se llama también así, al golpe o al acometimiento, iniciado por medio de una arma blanca y corta; se dice que se hace VIAJE REDONDO, al recorrido que se ejecuta de ida y vuelta, entre dos puntos; también se le da ese nombre al resultado satisfactorio que se obtiene, al emprender cualquier negocio o empresa.

Por lo que respecta al significado simbólico, que la Masonería atribuye y aplica a los VIAJES, en la Primera Cámara, y cuyo acto se lleva a la práctica, dentro del ceremonial de la INICIACIÓN, se les considera como una de las partes ritualísticas más solemnes, de las PRUEBAS Físicas y Morales, a que invariablemente se somete a los Candidatos.

Estos VIAJES, no son más que una imitación de los recorridos que se obligaba hacer, a los antiguos Aspirantes a la INICIACIÓN, dentro de los Grandes Secretos que ocultaban los Misterios Naturales, Espirituales y Científicos remotos, a través de la cortina impenetrable de reservas que se enseñaban dentro de los Subterráneos, las Catacumbas o las Cuevas, en las que tenían lugar tan emocionantes como imponentes Ceremonias; y como todos los Rituales, los Dogmas y las Prácticas filosóficas que se relacionan con la Masonería y sus enseñanzas MORALES, hoy resultan de carácter puramente SIMBÓLICO en todos sus aspectos; por lo tanto, debemos comprender que en la actualidad, estos VIAJES podemos considerarlos únicamente como PRUEBAS Físicas, Morales, Espirituales e Intelectuales, para el fin de que el Candidato demuestre palpablemente que es FUERTE, de VOLUNTAD PROPIA y de CARÁCTER INDEPENDIENTE.

En consecuencia, debemos estar seguros de que cuando se trata de poner en práctica las PRUEBAS MASÓNICAS, se entiende que nos referimos a todos aquellos actos a los que, durante la INICIACIÓN, se somete a los Profanos; con el objeto de tratar de conocer sus condiciones de RESISTENCIA FÍSICA, del VALOR PERSONAL, de su TEMPERAMENTO INDIVIDUAL; así como de sus CUALIDADES MORALES, de su CAPACIDAD INTELECTUAL y de su FIRMEZA DE ÁNIMO, por ese motivo, las PRUEBAS Ritualísticas se dividen en Tres clases, MORALES, FÍSICAS e INTELECTUALES; las primeras llevan como principal finalidad, como ya dijimos antes, la de calcular y apreciar con absoluta seguridad los conceptos Sociales, la PREPARACIÓN EDUCATIVA y las COSTUMBRES del Postulante; las segundas se ejecutan para conocer prácticamente la FUERZA FÍSICA y la SALUD del Candidato; a las terceras se le somete al Recipiendario, para el fin de apreciar sus más ELEVADOS PRINCIPIOS, sus SENTIMIENTOS PARTICULARES, y sus CREENCIAS RELIGIOSAS, juntamente con sus CONCEPTOS que tenga o se haya formado de la DIVINIDAD.

Consiguientemente, al principiar la INICIACIÓN de algún Candidato, dentro del Simbolismo y la Filosofía Masónicas, que se imparten en nuestros Talleres, prácticamente se le sujeta a las Tres PRUEBAS que proporcionan los elementos Primordiales que le dan la vida a la MADRE NATURALEZA; como lo son el AGUA, el AIRE y el FUEGO, las que en forma de VIAJES, ejecutan los Aspirantes, haciéndoles dar TRES VUELTAS hacia los Cuatro Puntos CARDINALES; lo que tiene por objeto darle a conocer, que ni los HIELOS que cubren las regiones desoladas del Norte, ni los ARDIENTES rayos del Sol de Mediodía, que ni los DESLUMBRANTES destellos de la Luz de Oriente, ni mucho menos las tinieblas que invaden las apartadas regiones del Occidente, son capaces de DETENER, o de IMPRESIONAR el ánimo de los INICIADOS, durante su peregrinación, por conseguir la conquista de sus IDEALES, mismos que luego tendrá que PROPAGAR, sobre toda la superficie de la Tierra, en bien de sus semejantes.

Al mismo tiempo debemos considerar, que esos Tres Elementos son CAUSA y EFECTO de todos los fenómenos que conocemos dentro de la Naturaleza, puesto que su ACCIÓN es IRRESISTIBLE, porque todo lo DESTRUYEN o lo TRANSFORMAN y al mismo tiempo le dan VIDA y VIGOR, para perpetuar todas las Especies.

Por esa razón la Masonería ha establecido por medio de su Ritualismo, la interpretación Simbólica de los Tres VIAJES, porque se tiene la convicción de que el Hombre bajo la influencia de sus PASIONES INSTINTIVAS, desde la época inmemorial de su aparición en el mundo y posteriormente desde su Nacimiento hasta su Muerte, y muchas veces aún después de ésta, las ha venido conservando Material y Espiritualmente, al grado que ha sido necesario establecer y aplicar en todas sus acepciones, las teorías MORALES y las nociones de VIRTUD, que nuestra Institución propaga por medio de sus Miembros, y para Honra y Gloria de los fundadores de la Masonería; puesto que el Edificio Espiritual en que se alojan todos nuestros Ideales, nuestros Principios y las Máximas que de ellos emanan, se encuentran cimentadas, sobre esas POTENTES BASES, para mantener eternamente, los más elevados preceptos que encierra la MORAL MÁS PURA.

Pero también debemos tomar en consideración que el simbolismo Masónico en lo general, ha clasificado a la EXISTENCIA DEL HOMBRE en Tres Grandes ETAPAS, que vienen correspondiendo al NACIMIENTO, a la VIDA y a la MUERTE, aún cuando por lo que respecta a su educación Científica, la Masonería lo distingue y lo presenta bajo otros Tres distintos períodos que son: la JUVENTUD, la VIRILIDAD y la MADUREZ, mismos que se encuentran representados por medio de las Tres Cámaras de que se compone el simbolismo de los Grados en que se divide la Masonería Azul, o sean las Etapas en que se prepara al Hombre para que pueda hacer frente a las vicisitudes de la Vida, y a la vez, para que se le considere como persona útil, a la Sociedad que lo recibe en su seno; por lo tanto, el GRADO DE APRENDIZ, representa al período de la JUVENTUD HUMANA, el GRADO DE COMPAÑERO, a la época de la VIRILIDAD DEL HOMBRE y el GRADO DE MAESTRO, es representativo de la etapa de la MADUREZ DEL INDIVIDUO, y en esa forma, en cada una de éstas CÁMARAS; se imparten todos aquellos conocimientos MORALES y FILOSÒFICOS, que se hace necesario inculcar a los INICIADOS, para el fin de lograr mantener a la Humanidad en estrecha UNIÓN, lo que irremisiblemente nos podrá traer la PAZ y la CONCORDIA UNIVERSALES.

Por lo que se ven, dentro de la esencia de estos conceptos, no hacemos referencia al período de la INFANCIA del Hombre, tomando en consideración que constituye una etapa de su vida, para la que no existe estudio Filosófico especial, puesto que está considerada únicamente entre las enseñanzas del Simbolismo Científico; como la Tierra que aún no recibe la PREPARACIÓN adecuada o el abono respectivo que la FECUNDE, y por lo mismo en esas condiciones se le considera INCULTA e IMPRODUCTIVA.

Tampoco nos referimos al período de la VEJEZ, porque en contraposición del anterior concepto, sabemos perfectamente que es la época en que el individuo cae postrado ante el AGOTAMIENTO FÍSICO, y del cansancio natural de sus ENERGÍAS INTELECTUALES; es decir que en este caso, simboliza también a la propia Tierra, ya muy trabajada y explotada hasta quedar ESTÉRIL, y por lo consiguiente, resulta también INFECUNDA, en consecuencia vamos a demostrar aquí, mediante una serie detallada de razonamientos y de extensas explicaciones, basadas en el Simbolismo Masónico, el porqué de los Tres VIAJES que ejecuta el Postulante, como una verdadera interpretación, de lo que tendrá que aprender, para lograr el triunfo de sus nobles ambiciones, a la vez que constituye una serie de actos, que jamás deben olvidar los INICIADOS.

Sin embargo, antes de entrar en materia, podemos asegurar en términos generales, que el acto de la PREPARACIÓN de un CANDIDATO a INICIACIÓN, en su aspecto Simbólico, representa al NACIMIENTO DEL NIÑO con sus elementos, su llanto y su impotencia para poder subsistir por SÍ SOLO, es la realidad de la vida del hombre durante su INFANCIA, principalmente cuando principia a dar sus primeros, vacilantes e inciertos PASOS, cuando su inocencia y su inexperiencia lo cubren de INCERTIDUMBRES y de DUDAS, sobre la verdadera Misión que está llamado a desempeñar en el Mundo; pero que finalmente, logra DISIPAR ese cúmulo de vacilaciones, para salvar radicalmente los obstáculos y resolver sus problemas, gracias a los solícitos cuidados y a las sabias mismo, sin esos poderosos apoyos, sin los desinteresados consejos, de seguro que PERECERÌA, dentro de un MAR DE DUDAS.

Ahora bien, por lo que respecta al primer VIAJE, que viene representando a la JUVENTUD, según el Cientificismo Masónico; es lo que se refiere a su interpretación Filosófica y Dogmática, porque el Postulante se encuentra en el período en que recibe su educación y preparación Intelectual, y por ese motivo llegamos al convencimiento de que se trata especialmente, del NACIMIENTO de sus ideas, de sus principios y de sus acciones; las que por sí solas le conducen hasta adquirir el conocimiento exacto de las TENDENCIAS materiales y espirituales que poseen los hombres; esta etapa simboliza también al estado de ánimo, en que el individuo debe luchar en forma denodada, en contra de las INCERTIDUMBRES, de la IMPOTENCIA, de la CONFUSIÓN y de los ERRORES humanos, para que posteriormente sus pensamientos y sus propias acciones estén ajustadas a la PRÀCTICA DE LAS VIRTUDES; puesto que al observar esa línea de conducta, irremisiblemente logrará apartarse de todos los MALES que produce la OCIOSIDAD, la INDOLENCIA y la IGNORANCIA, que la mayoría de las veces conducen al hombre hasta hundirse en lo más profundo de los VICIOS abominables, nacidos a través de las BAJAS PASIONES, por lo que no hay que olvidar, que esos defectos son propios de quienes NO TIENEN VOLUNTAD, o que se dejan arrastrar por la DEBILIDAD que produce la FRAGILIDAD HUMANA.

En el sentido MORAL, el primer VIAJE también es Simbólico de enseñanzas que le prodigan sus Padres y Maestros, sin cuya ayuda, jamás podría afrontar los peligros de la escabrosa SENDA DE LA VIDA, ni hacer uso de su propia VOLUNTAD en sus primeros años; y por el nacimiento de los CONCEPTOS o las OPINIONES que el Recipiendario se haya formado, respecto a lo que es el HONOR, el DEBER y el DERECHO, como Virtudes que le harán olvidar radicalmente sus pasiones vulgares, sus falsas apreciaciones, sus pensamientos insanos y en general todas aquellas desdichas que como LACRAS SOCIALES, afligen y conducen a la humanidad por el camino de la degeneración y de las miserias que asolan al Mundo; por lo tanto, este viaje en su interpretación Moral, nos proporciona la oportunidad que se concede a la JUVENTUD, para que adquiera una adecuada educación y la forma de llegar a modelar científicamente sus COSTUMBRES, para el fin de poder vernos transformados en hombres útiles a Nosotros Mismos y a nuestros Semejantes.

El segundo VIAJE, es representativo de la VIRILIDAD, y en consecuencia lo es también de la segunda época de la VIDA HUMANA, puesto que dentro de este período, es cuando el hombre principia a demostrar con hechos la ILUSTRACIÒN que ha recibido, en el desarrollo de sus actividades Sociales, las Públicas y las Privadas, las que convertidas en una realidad, indican claramente que ha llegado a la Meta de su Preparación Intelectual, y por lo mismo, esto quiere decir, que el Individuo ya se encuentra CAPACITADO para hacer uso del libre ejercicio de sus FACULTADES MENTALES, que lo obligarán siempre, a cumplir en forma consciente, con sus DEBERES, haciendo a la vez uso moderado, de sus DERECHOS SOCIALES, cosa que el hombre HONRADO puede lograr, en cualquier circunstancia de su vida; aunque sin duda alguna sea a base de Esfuerzos y de Sacrificios, para llegar a conservar incólumes sus IDEAS, para realizar sus ACCIONES , y para ejecutar sus OBRAS.

Este segundo VIAJE, en el sentido MORAL, simboliza a la lucha que se entabla entre la VERDAD, en contra de la MENTIRA o el ENGAÑO; entre la EDUCACIÒN y la IGNORANCIA o la SUPERSTICIÒN; entre la REALIDAD y el ERROR o la FALSEDAD; entre el BIEN y el MAL o la PERFIDIA, etc., para el fin de poder definir en forma categórica, a las nobles VIRTUDES, que sirven de apoyo a la EQUIDAD, a la RAZÒN y a la JUSTICIA, lo que indiscutiblemente indica, que el hombre, en todas las circunstancias o vicisitudes de la vida, por difíciles que se le presenten; tiene derecho a ejercitar sus facultades intelectuales, para el fin de que pueda luchar, por conquistar el lugar que justamente le corresponde, dentro del Conglomerado social.

De la misma manera este VIAJE, nos recuerda constantemente la cualidad que nos permite hacer PLENO USO de nuestro LIBRE ALBEDRÌO, al iniciar cualquiera de nuestras actividades, puesto que también es emblemático de esa contienda interminable y constante, que el hombre sostiene, en contra de sus propias pasiones, puesto que de esa manera viene a limitar sus AMBICIONES, convirtiéndolas en acto de nobleza y de más pura sinceridad, como sentimientos nacidos de un Corazón Benévolo, porque de otro modo, se podría fomentar la PERFIDIA HUMANA, la que en determinados casos, se apodera de la Conciencia de nuestros semejantes; y esto incuestionablemente, viene a constituir a la PUGNA o el DESEO, de escoger entre el conocimiento y la aceptación que nos obliga a alejarnos del MAL; o el HÁBITO o la INCLINACIÒN que nos empuja hacia él; o lo que es lo mismo, tener la noción o el concepto más PURO de lo que puede ser la práctica de las VIRTUDES HUMANAS, en contraposición a la perniciosa acción que nos acarrean los VICIOS.

Finalmente podemos asegurar, que la verdadera ideología que encontramos en el simbolismo Masónico respecto a la EDAD VIRIL del hombre, asume un caracter de realidad Moral tan evidente y radical, que en lo material nos obliga a salir del estrecho círculo en que permanecía oprimida, para entrar de lleno bajo la benéfica influencia de los Estudios CIENTÌFICOS, FILOSÒFICOS Y ESPIRITUALES que demanda el conglomerado social, aún cuando el hombre no posea todavía un Oficio, un Arte o una Profesión; que le asegure un porvenir o una alta posición Pública, tomando en consideración que este segundo VIAJE, en que se demuestra la VIRILIDAD del individuo; sólo se estudia, se comprende y se Traza un PLAN DE CONDUCTA DEFINIDO, no solamente de utilidad particular en beneficio propio, sino para BIEN y HONRA de todos los Seres que nos rodean; pero sin que esa actitud, pueda perjudicar los INTERESES o los DERECHOS de los demás.

En cuanto al tercer VIAJE, que simboliza a la EDAD MADURA HUMANA; o sea la época en que se demuestra el Talento, la Pericia y la Experiencia adquiridas por el hombre, durante su preparación, es un período que se cuenta entre la VIRILIDAD y la VEJEZ o SENECTUD, y por lo mismo viene siendo la etapa en que el Individuo, aspira a una JUSTA RETRIBUCIÒN, cuyo premio a sus esfuerzos, siempre será el fruto que logre adquirir durante su verdadera actuación; tomando en cuenta que todo lo que ha logrado obtener mediante su Inteligencia, y haciendo uso de sus más nobles acciones, ha sido impulsado por su espíritu de sinceridad, como una cualidad propia del Hombre de TALENTO y de CRITERIO.

Es por esa actuación Sana del individuo, que se pueden adquirir los HONORES, las RECOMPENSAS, los TÌTULOS y toda clase de DISTINCIONES Sociales, para Bien, Felicidad y gloria de nuestros Padres y Maestros; por ese motivo también, nosotros los Masones, siempre procuraremos rendir el JUSTO HONOR y los merecidos HOMENAJES, a quienes nos han sabido encumbrar o conducir, hasta alcanzar el triunfo definitivo, que demanda esa penosa senda de la VIDA; por medio de la propagación de sus LUCES Y CONOCIMIENTOS.

De la misma manera este VIAJE, simboliza a la PURIFICACIÒN MORAL y MATERIAL del hombre, así como al perfeccionamiento de su EDUCACIÒN INTELECTUAL, puesto que en este caso, se supone que ya ha conseguido su completa emancipación, de las PASIONES DENIGRANTES, consiguiendo MODELAR su Espíritu, y emplear conscientemente los sentimientos emanados de su VOLUNTAD; por cuya razón, durante esta época de la vida humana, el individuo demuestra que aprendió a dominar sus MALAS INCLINACIONES, renaciendo a la verdadera VIRTUD, puesto que ya no existe ni domina en él, la IGNORANCIA que aprisiona y estrangula al hombre; tampoco la HIPOCRESÌA que envilece y degenera; ni la SUPERSTICIÒN que pervierte los instintos naturales; ni mucho menos las AMBICIONES Vulgares, que llevan a la RUINA al Género Humano, esta es también la etapa en que el individuo demuestra igualmente que sabe PENSAR con SERENIDAD, y aplicar su CRITERIO con cordura y equidad; y de ese modo, seguir luchando hasta lograr distinguirse y superarse, manteniendo en su conciencia, la realidad que le brinda esa labor NOBLE y FRATERNAL, para propagar entre sus Hermanos, los conocimientos que de cualquier manera, le harán convertirse en un PALADÌN de sus Propios PRINCIPIOS.

Pero tampoco cabe duda, que el tercer VIAJE que ejecuta el Aprendiz Masón, constituye una PRUEBA FÌSICA, que Simbólicamente puede catalogarse como un verdadero Sacrificio Material, a favor del Espiritualismo, que anima a las conciencias de los hombres CREYENTES o CATÒLICOS; puesto que sintetiza a la Meta de todas las VIRTUDES MORALES; tal y como nos las presentan las doctrinas Religiosas; lo que viene a ser un timbre de gloria, conquistable sólo a costa de una marcada ABNEGACIÒN para bien propio, para el de nuestros Semejantes y aún hasta para la DIVINIDAD.

Sin embargo, tampoco hay que negar que en la época de la MADUREZ, es cuando ya se ha adquirido la FUERZA DE VOLUNTAD y la EXPERIENCIA que todo hombre de talento debe demostrar, como producto de la PERICIA que necesita, para llegar hasta el triunfo de sus IDEALES, de sus ACCIONES, y de la ejecución de sus OBRAS, como dueño absoluto de sus actos, llevados a la práctica, mediante la aplicación de un CRITERIO PURO Y FIRME, dictado a base, de razón de equidad y de JUSTICIA.

Para dar término a las explicaciones que hasta aquí hemos logrado exponer, sólo podremos agregar que esos son los motivos, por medio de los cuales, nosotros los Masones siempre hemos rendido un fervoroso HOMENAJE al HONOR, un eterno CULTO a la LEALTAD, una respetuosa VENERACIÒN al VALOR, una altísima ADMIRACIÒN a la equidad, a la RAZÒN y a la JUSTICIA, así como que hemos demostrado siempre, un espíritu de SUMISIÒN a la PRUDENCIA, a la NOBLEZA, a la MAGNANIMIDAD, a la TOLERANCIA, a la DISCRECIÒN, etc., puesto que son las más poderosas Columnas de apoyo, en que descansan la LIBERTAD, la UNIÓN y la FUERZA, tomando en cuenta que todas esas cualidades Morales, viene siendo la GUÌA de la totalidad de nuestros actos, porque mediante esas prácticas de ÉTICA SOCIAL, hemos logrado abatir a las Pasiones Insanas, a los Defectos Espirituales, a las Malas Tendencias o Inclinaciones, que la mayoría de las veces tienden a mantener o alimentar a nuestros VICIOS, a los que como LACRAS SOCIALES, combate abiertamente la FILOSOFÌA MORAL MASÒNICA.

También es de nuestro deber, advertir que la ÉTICA MASÓNICA dentro de sus más elevados conceptos, a que se refieren los Tres VIAJES, que durante su peregrinación por la senda del estudio, ejecuta el Aprendiz Masón; en síntesis se reducen a los tres siguientes PRECEPTOS SIMBÒLICOS:

1 – Que durante la JUVENTUD, debemos aprender a comparar y apreciar, todas las materias de enseñanza que se hacen necesarias, para poder aplicar nuestro CRITERIO o nuestro TALAENTO, de conformidad con los Principios Filosóficos, Morales y Científicos, adquiridos por medio del esfuerzo que demanda la Inteligencia, para el fin de lograr ser útiles a nosotros Mismos, a la Sociedad en general y a la DIVINIDAD.

2 – Que durante la VIRILIDAD, debemos emplear toda nuestra Buena VOLUNTAD, para lograr formarnos un porvenir, cuya base principal lo sean la DEDICACIÒN, el Amor al ESTUDIO y el APROVECHAMIENTO absoluto del tiempo necesario, para iniciar la ejecución de nuestras OBRAS, en bien PROPIO, en el de nuestros Semejantes y en el de la DIVINIDAD.

3 – Que durante la MADUREZ, tenemos derecho a disfrutar, de las ventajas adquiridas, por medio de nuestra Inteligencia, para tener la satisfacción de haber sabido CUMPLIR con nuestros deberes, para consigo Mismo, para con nuestros Semejantes y para con el SER SUPREMO; y que finalmente, a la hora de rendir nuestro último TRIBUTO a la MADRE NATURALEZA, y sin TEMOR a la MUERTE, llevemos la convicción y la esperanza, de alcanzar una GLORIOSA INMORTALIDAD.

Por último, sólo nos resta recordar a nuestros Queridos Hermanos INICIADOS en el Primer Grado, que todos los razonamientos, detalladamente expuestos hasta aquí, viene a justificar el PORQUÈ al Postulante, se le hacen dar Tres VIAJES SIMBÒLICOS; durante los cuales, debe pasar bajo la acción del AGUA, como un elemento FECUNDANTE, por la acción del AIRE, como un fluido VIVIFICANTE, y por la acción del FUEGO, como un elemento PURIFICADOR de la Materia, de que están constituídos todos los Seres y las Cosas, conocidos hasta ahora, sobre la Superficie de la Tierra.