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domingo, 31 de diciembre de 2017

El Pilar y la controversia de los ritos chinos

El Pilar y la controversia de los ritos chinos

De forma coetánea a la fecha de construcción del Pilar, siglo XVll - XVIII, (el día del Apóstol Santiago del año 1681 se puso la piedra fundacional del nuevo Templo), se desplegaba la influencia de la Compañía de Jesús en China, y los intentos, por sus miembros, de la traducción de los conceptos Metafísicos, Religiosos, Cosmológicos, con los consiguientes intercambios culturales.

Se puede afirmar que el estamento religioso y científico de la época, especialmente el P. J. Kressa, matemático que asesoró en la construcción de la Basílica del pilar, recibió una gran influencia intelectual del monje cisterciense Juan Caramuel de Lobkowitz. Según Menendez y Pelayo este abad del Císter fue: " El más erudito y fecundo de los polígrafos del siglo XVII El crítico de arte Bruno Zevi dice: “Cuando Alejandro VII hablaba de arquitectura se sabía que su fiel asesor era el monje cisterciense Juan Caramuel”.




Debemos tener en cuenta que en el año 1655 subió al solio pontificio el Papa Alejandro VII, y que fue el mayor defensor de las tesis jesuíticas sobre el asunto de los “ritos chinos”. El obstáculo principal a la expansión del cristianismo residía en los desacuerdos entre las comunidades cristianas, que llevó a la querella de los ritos. Los jesuitas, por su lado, y los dominicos y franciscanos, por otro, discutían cómo había que traducir al chino el concepto cristiano de Dios y, sobre todo, si se debía permitir a los cristianos chinos el culto a Confucio y a los antepasados.


Para las tésis de los Jesuitas y de Caramuel, estos «pueblos», de las naciones gentiles eran descendientes de Noé. Entre ellos la figura de Melquisedec, rey de Salén, lo atestigua de forma impresionante. Todas estas personas pertenecen a la alianza de Noé, que en cierto modo puede considerarse como el ámbito de las religiones de la humanidad. La Iglesia, al venerar a esos «gentiles santos», atribuye también cierta validez a sus actos de culto y de servicio divino.

El sacrificio de Noé, ofrecido en el altar erigido por él, encuentra el agrado de Dios. Dios le promete a continuación que el orden cósmico será estable a partir de entonces: «Mientras dure la tierra habrá sementera y cosecha, frío y calor, verano e invierno, día y noche» (Gén 8,22). Y Dios sella su alianza con la humanidad y con toda la vida mediante el signo celestial del arco iris (Gén 9,12-17).


El arco iris, probablemente el más común y bello de todos los fenómenos ópticos del cielo a la luz del día, se forma cuando la luz del Sol ilumina la lluvia al caer. La luz entra en las gotas y se dispersa en un espectro pero, al mismo tiempo, es interiormente reflejada por lo menos una vez antes de abandonar las gotas. Aunque la luz abandone cada gota en todas las direcciones, existen fuertes concentraciones en ciertos ángulos fijos, determinadas por el número de reflexiones internas. Esta reflexión interna del rayo de luz en las gotas de agua presenta una angulación de 42 grados, determinando así que el rayo del arco sea de 42 grados. 


Este número es el que me permitirá en lazar toda esta exposición.

Esta vinculación entre el culto y el orden cósmico significa que en las religiones de la humanidad se viven genuinas adoraciones de Dios (Religio Perennis).

La controversia sobre los Ritos Chinos.

La primera controversia fué de índole interna entre los mismos y solos jesuitas, en torno al vocablo más conveniente para designar a Dios; y posteriormente se produjo la controversia entre los jesuitas y los mendicantes, franciscanos y dominicos, todo ello alentado por los Jansenistas y por B. Pascal, además de los masones ya caídos en la decadencia de sus órdenes especulativas. En 1633 llegaba a China el p. Juan Bautista Morales con algunos otros dominicos y franciscanos, entre éstos el p. Antonio Caballero de Santa María, estos tuvieron de abandonar muy pronto sus misiones, desterrados por las autoridades chinas, viéndose forzados a retornar a Manila. Estos nuevos misioneros no habían tenido tiempo. como es natural. para profundizar en las cosas de China, y no habían tratado más que una mínima parte de los cristianos formados por los jesuitas. Sin embargo ya se habían formado un juicio bien desfavorable del método seguido por aquellos jesuitas. Inmediatamente denunciaron aquel proceder al arzobispo de Manila y al obispo de Cebú, quienes creyeron ser obligación suya informar a la Santa Sede. Bien es cierto que, mejor informados, volvieron a escribir a Roma para retractar su denuncia como basada en informes equivocados. Pero su retractación llegaba tarde, pues la polémica entre jesuitas y mendicantes estaba encendida ya, al recusar los jesuitas como calumnias, las acusaciones que lanzaban contra ellos franciscanos y dominicos. El P. Morales resumía en Macao las principales dificultades, y el franciscano Santa María, las suyas. El provincial de los dominicos propuso resolver la cuestión mediante una reunión de teólogos de ambas partes. Rechazó la proposición el provincial de los jesuitas, por haber enviado ya a Roma a uno de sus súbditos. el P. Alvaro de Semedo. con el fin de informar a la Propaganda y ver de que todos los misioneros procedieran con uniformidad. Entonces acudieron a Roma también los dominicos. 


Quedó destinado el P. Morales como diputado suyo Llegando a Roma a finales del 1643, cuando Semedo ya había abandonado la Ciudad Eterna. Un año transcurriría antes de que los calificadores de la Inquisición, desde marzo basta junio de 1644, realizaran el examen de la cuestión en sesiones quincenales. Las cuestiones que en nombre de franciscanos y dominicos presentó Morales, estaban redactadas en varios puntos. De éstos, los cinco primeros se referían a los preceptos eclesiásticos del ayuno, etc., y al cobro de los impuestos, los dos últimos a la oración por los difuntos y a la predicación de Cristo Crucificado. Los restantes tocaban la cuestión más candente, de la supuesta cooperación a la idolatría. Las dificultades van expuestas en forma de preguntas, y no precisamente en forma de acusaciones.

La respuesta de Roma constaba de varios puntos, exhortando a la unión de todos, y trata de las penas que corresponderían a los misioneros que hubieran practicado, enseñado o alterado lo que se contenía en los anteriores puntos. La Congregación no condenaba en todos sus respectos la conducta descrita en los puntos. pero en conjunto la resolución fue tomada en sentido favorable a Morales. El decreto de la Propaganda del 12 de septiembre de 1645 contiene la primera condenación de los ritos chinos. Pero en esta ocasión, al revés que en otras posteriores. no abordaba la cuestión de si las acusaciones de Morales eran fiel reflejo de la realidad. Los acusados lo negaban. Como respuesta a estas acusaciones los Jesuitas por medio del Padre Philippucci, redactaron un escrito de descarga, en el que como en la confesión negativa del juicio de los muertos egipcios, enumeraba cuarenta y dos falsedades de que adolecían las acusaciones.


Las respuestas concernientes a los ritos relativos a Confucio y a los antepasados así presentados por Morales no se ajustaban a la realidad, eran todas negativas, es decir, que los ritos, tal como los exponía Morales, quedaban condenados por supersticiosos e idolátricos. Ante la duda, decidieron recurrir a Roma. Fue enviado el P. Martín Martiní. Tras un viaje bastante accidentado, llegaba a Roma en septiembre de 1655 y obtenía la facultad de poder presentar sus asertos de que la decisión de 1645 se basaba en exposiciones manifiestamente inexactas. Tras cinco meses de deliberación en el Santo Oficio, aparecía el 23 de marzo de 1656 un segundo decreto, confirmado por Alejandro VII. De hecho venían a aceptarse los ritos condenados en el decreto anterior, a la luz de la nueva exposición hecha por el P. Martini. 


Es pertinente añadir una relativa digresión que relacionaría todo esta controversia de los ritos, con la presencia de signos numéricos chinos, en base binaria, en la Basílica del Pilar, y es que el P. Martini enseñó el idioma chino al cisterciense madrileño Juan Caramuel, amigo y consejero del Papa Alejandro VII, y que fué el que primero describiera el sistema de numeración binaria, en su obra Mathesis Audax (1644), traducida y editada parcialmente por Altafulla, como "Filosofia de la Matemática(1989), y esto treinta años antes que lo hiciera Leibniz, al que se le atribuye inadecuadamente su invención. 


Volviendo al asunto del desarrollo de la polémica de los ritos, vemos que tres años más tarde, en 1659, la misma Congregación daba instrucciones a sus vicarios apostólicos. Las normas eran para los mismos vicarios, para que supieran a qué atenerse en su apostolado oriental. Es importantísima por su contenido, toda ella basada en los más depurados principios de la recta adaptación misionera, como si quisiera reconfirmar la decisión de 1656.- "No pongáis afán ninguno, ni aconsejeis con razón ninguna a aquellos pueblos para que cambien sus ritos, usos y costumbres, con tal de que no sean decididamente contrarios a la religión y buenas costumbres opertissime Contraria. Pues ¿qué cosa seria más absurda que tratar de introducir en China, a Francia, España o Italia u otra región de Europa? No es esto lo que habéis de importar. sino la fe. que no rechaza los ritos y costumbres de nación ninguna. a no ser que sean malos, antes quiere conservarlos intactos. Y como es propio de la misma naturaleza el preferir a todos los demás sus propios usos y costumbres nacionales, sobre todo las que han recibido por tradición de sus mayores, sobre todo si en lugar de ellas se introducen las costumbres de otra nación. Por tanto, nunca compareis las costumbres de aquellas naciones con las europeas, antes bien procurad de acomodaros vosotros a ellas."

http://jose-chamorro.blogspot.pe/2012/11/el-pilar-y-la-controversia-de-los-ritos.html

sábado, 30 de diciembre de 2017

El Compás y la Escuadra en el Taoísmo

El Compás y la Escuadra en el Taoísmo

En el taoismo, la Izquierda y el Cielo triunfan en cierto modo sobre la Derecha y la Tierra, como el Yang triunfa sobre el Yin, el Tao sobre el Tö y la Obra Real sobre las tareas ministeriales. La oposición se reduce, sin embargo, a una diferencia de grado o a una distinción de empleo.

En el signo que representa la Derecha 右手 (mano + boca), los etimologistas saben leer un precepto: la mano derecha sirve para comer." La Derecha corresponde, pues, a las cosas de la Tierra. El elemento "mano" se vuelve a encontrar en el signo adoptado para la Izquierda, junto, esta vez, a otro elemento gráfico que representa la escuadra. La escuadra es el símbolo de todas las artes, y sobre todo de las artes religiosas y mágicas. Es la insignia de Fu-hi, primer soberano, primer adivino. Fu-hi es el marido o el hermano de Niu-Kua, de quien el compás es la insignia. 


Esta pareja primordial ha inventado el matrimonio: por eso para decir "buenas costumbres", se dice: "compás y escuadra". Los grabadores ' re­presentan a Fu-hi y a Niu-kua enlazados por la parte inferior del cuerpo. A Niu-kua, que ocupa la derecha, le hacen tener el com­pás con la mano derecha. Fu-hi, a la izquierda, sostiene la escuadra con la mano, izquierda. La escuadra, que produce el Cuadrado, emblema de la Tierra, sólo puede ser insignia del Macho después de un cambio hierogámico de atributos; pero (como enseña el Tcheu pei) produciendo el Cuadrado lo Redondo (al que con­tiene), la escuadra merece al punto ser el emblema del brujo que es yin-yang, y sobre todo, de Fu-hi, sabio en las cosas del Cielo lo mismo que en las de la Tierra." Fu-hi puede, pues, llevar la escua­dra con la mano izquierda, y la mano izquierda (con la escuadra), evocar la Obra Real, la hierogamia primera, la actividad mágico­ religiosa. Los chinos no oponen fuertemente la religión a la magia, como tampoco lo puro a lo impuro. Lo sagrado y lo profano no forman en sí mismos dos géneros separados. La Derecha puede estar consagrada a las obras profanas y a las actividades terrestres sin convertirse en antagonista de la Izquierda. El pensamiento chino no se interesa por lo contrario, sino por los contrastes, por las alternancias, por los correlativos, por los cambios hierogámicos de atributos.

http://jose-chamorro.blogspot.pe/2012/05/el-compas-y-la-escuadra-en-el-taoismo.html

viernes, 29 de diciembre de 2017

Breve historia de la masoneria universal

Breve historia de la masoneria universal

Nadie sabe a ciencia cierta cuándo o dónde se inició la masonería. Lo que sí sabemos es que la historia de la masonería está íntimamente ligada a la historia de los constructores, arquitectos y albañiles de la antigüedad.

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Algunas personas creen, erróneamente, que la masonería es una fraternidad milenaria. Cuando los masones alcanzamos el tercer grado se nos dice que la masonería jugó un papel importante en la construcción del Gran Templo de Israel a cargo del rey Salomón, Hiram de Tiro e Hiram Abif. Algunos documentos masónicos van más allá y la sitúan en el antiguo Egipto, Grecia o Roma. Otros se han remontado a las caravanas de constructores bajo la tutela de los Papas y no pocos la relacionan con los Caballeros Templarios o los Rosacruces. ¡Incluso las Constituciones de Anderson se remontan a la era de Adán y Eva y pasan por Jesucristo hasta llegar a la Inglaterra del siglo XVIII! Todo esto es absolutamente falso. La masonería no existía ni remotamente por aquellos años, como tampoco existieron Adán y Eva, y la leyenda del Gran Templo no es sino una metáfora que diseñamos muchísimo después para ilustrar los principios y valores de la masonería. La Gran Logia Unida de Inglaterra, la primer institución masónica del mundo, lo ha aclarado hasta el cansancio.

De cualquier forma, la masonería es una fraternidad antiquísima. Los primeros indicios de su existencia se remontan al siglo XIII, época en que algunos albañiles (en francés, maçons) comenzaban a independizar sus gremios de la tutela de los benedictinos. Los nuevos gremios, algo así como los sindicatos de la actualidad, monopolizaban la construcción de las catedrales y los castillos, que a su vez eran los proyectos más lucrativos de la época. Para descansar se reunían en chozas o talleres (en francés, loges) en donde a su vez llevaban a cabo sus juntas y reuniones. Como era común en esos años, los gremios adoptaron ceremonias y rigurosos procesos de admisión y selección para proteger sus técnicas y conocimientos de albañilería y construcción del gótico. Asimismo, los conocimientos eran impartidos de acuerdo a su jerarquía en las obra: maestro, compañero o aprendiz. Dada su relación con la Iglesia, basaron todos sus ceremoniales en la Biblia, y dado que eran constructores, recurrían frecuentemente al único pasaje bíblico que detalla un proceso de construcción: la construcción del Templo de Salomón.

Con el tiempo los gremios se fueron creciendo y diseminando en varias ciudades. Como no existían los certificados ni las membresías, comenzaron a adoptar palabras que les permitían comprobar su jerarquía en otra ciudad. De esta forma, si alguno de ellos decidía emigrar a otra parte sólo tenía que entrar en contacto con alguien de su jerarquía en el gremio y hacerle saber la palabra secreta, lo que le aseguraba entrar con un mejor sueldo que el de aprendiz y no estar en observación por varias semanas.

A finales del siglo XVI los gremios estaban a punto de desaparecer tras la entrada del estilo renacentista que los había sacado del mercado. Deseosos de conservar su organización, dado que la fraternidad no solo les ofrecía seguridad en el empleo sino un estatus en la sociedad, comenzaron a adoptar miembros honorarios, personas ricas e influyentes que aceptaban entre sus filas y que les servían de tutela y protección frente a la nueva competencia. Dado que ya no sólo se componían de constructores, los gremios comenzaron a identificarse como Fraternidad de los Masones Libres y los Aceptados, mismo que ha conservado hasta la actualidad. Una de las primeras evidencias de esta evolución es el diario de Elías Ashmole, el fundador del Ashmolean Museum de la Universidad de Oxford, que en 1646 detalla su iniciación en la casa de su suegro en Warrington.

La fraternidad fue evolucionando con el paso del tiempo. Dado que las políticas y procesos de selección eran muy rigurosos y el nivel cultural de los miembros era alto en comparación con los estándares de aquella época, pronto se convirtieron en el destino favorito de los intelectuales, mismos que al pasar a formar parte de la masonería obtenían el respaldo de un grupo influyente en la comunidad y la tranquilidad de poder discutir cualquier tema sin miedo a filtraciones o represalias de las autoridades civiles o religiosas debido al juramento de secrecía que se practicaba.

Ya para el siglo XVIII la composición de la fraternidad había cambiado por completo. Los miembros dedicados a la construcción habían pasado a ser la minoría y los intelectuales habían asumido el control de la organización. El 24 de junio de 1717 cuatro logias de Londres acordaron reunirse en la Goose and Gridirion Alehouse (la Taberna del Ganso, destruida en 1894) para formar la primera institución formal que regiría a la fraternidad en lo sucesivo: La Gran Logia Unida de Inglaterra. Tres de esas cuatro logias fundadoras sobreviven en la actualidad: Antiquity No. 2, The Lodge of the Rummer and Grapes (ahora llamada Royal Somerset House and Inverness Lodge No. 4) y The Lodge at the Apple Tree Tavern (ahora llamada Lodge of Fortitude and Old Cumberland No. 12).

Como era de esperarse, la creación arbitraria de una institución directora de toda la masonería no fue bien recibida por todos y en 1751 se fundó en Londres una segunda gran logia: La Gran Logia de Antiguos, Libres y Aceptados Masones, idéntica a la primera pero con un ceremonial distinto para el grado de Maestro. Los partidarios de la nueva gran logia se hacían llamar antiguos porque decían representar fielmente los principios de la fraternidad original. Los partidarios de la primera institución fundada en 1717 pasaron a llamarse, irónicamente, los modernos. Ya para esas fechas se habían reclutado a destacados personajes y miembros de la nobleza europea y en 1786 uno de ellos, Federico II de Prusia, encabezó el primer intento de unificación de la fraternidad al proponer un reglamento, ceremonial y estructura de grados muy completos pero basadas ampliamente en la religión Cristiana, lo cual impedía o dificultaba el acceso a la orden a personas de otra religión.

Sin embargo, la rivalidad entre ambas terminó en 1813 con la reforma a la Gran Logia original, misma que pasó a llamarse Gran Logia Unida de Inglaterra de Masones Antiguos, Libres y Aceptados. Al unificarse acordaron crear una Logia de Reconciliación que durante 2 años recibió propuestas de ceremoniales y estándares de todas las logias. En 1816 la Logia de Reconciliación presentó su propuesta final de liturgias y estándares completamente laicos. Desde entonces se acordó reconocer a la Gran Logia Unida como autoridad rectora de la masonería a nivel mundial, y es ella quien reconoce y da legalidad a las demás grandes logias del mundo. A partir de esa fecha la fraternidad ha crecido de forma estandarizada (las logias y grandes logias que siguen esos estándares se denominan regulares y son las únicas logias oficiales) de tal forma que en la actualidad se encuentra presente en casi todos los países de la Tierra y su lista de miembros abarca millones de personas que, día con día, se reúnen para ejercer su libertad de expresión, aprender, y recabar fondos para la institución filantrópica más grande del mundo.

Fuentes: (1987) La Enciclopedia de México y la Gran Logia Unida de Inglaterra.
http://freimaurer-wiki.de/index.php/Es:_Breve_historia_de_la_masoneria_universal

jueves, 28 de diciembre de 2017

La Masonería Universal, ¿Es Teista o Deista?.

La Masonería Universal, ¿Es Teista o Deista?.
Fernando Edmundo del Camen Laredo


Hace algunos días leía una biografía de George Washington en Wikipedia, donde se resumía en forma magistral la vida del primer Presidente de los Estados Unidos de Nortamérica, y se destacaba su activa participación en la masonería yanki de aquellos años, y mostraba fotos de un famoso cuadro en que sale con un mandíl masónico a las puertas del templo de la sabiduría, con los pies en escuadra y una llana de cemento en la mano derecha. Pero a pesar de lo completo de ese resúmen biográfico se deslizaba entre líneas un grave error conceptual teológico.

Se afirmaba en dicho artículo, varias veces, que aquel ilustre y poderoso hermano era un seguidor de las doctrinas del Deismo, que era un Deista. Pero parece que el redactor del artículo en cuestión no tenía claro que es ser Deista, a diferencia de un Teista. Es cierto que algunas logias masónicas, en particular en Chile, en Mexico y en Francia, se auto califican de Deistas, pero en el 90 % de las logias del mundo anglosajón sus creencias se califican de Teistas.

Vamos a explicar la diferencia y después vamos a aplicar esas definiciones al caso de George Washington. Un Deista es un creyente-librepensador que considera que Dios es un ser que creó en universo, pero que no se interesa en la historia del hombre, ni en lo colectivo ni en lo individual. Es un Dios indiferente al destino de la humanidad, pues simplemente echó a andar el mecanismo cósmico y basta. Solo contempla el universo, desde su empíreo por encima del tiempo y del espacio, como un ser trascendenmte, pero no es un Dios providente ni inmanente al mundo y a la historia del hombre.

El pensamiento de un deista es semejante a la posición teológica de un notable personaje como Albert Einstein, o la de los enciclopedistas franceses del siglo 18, que es el mismo siglo de nuestro ejemplar gobernante norteamericano, que motiva esta columna.

Por añadidura un Deista no cree en la inspiración divina de los libros sagrados de cualquier religión, y tampoco hace oraciones al ser supremo, pues es imposible que le escuche y que intervenga en su vida, ya que sólamente Dios es el mero gestor de las leyes del cosmos, como una razón impersonal de la existencia. Tampoco cree en avatares, en profetas de Dios, ni en intermediarios angélicos entre Dios y los hombres.

En cambio, un Teista es un creyente que considera que Dios, además de ser un creador y ordenador del cosmos, es un Dios providente, que dirije la historia hacia algún fin, aunque sea muy lejano, un Dios misericordioso que escucha a los seres humanos en sus plegarias, y se hace inmanente al mundo, un Dios presente en la vida de cada uno y de los pueblos, aunque desde luego, invisible a la mayoría de los humanos, excepto a los profetas videntes. Un teista cree en los ángeles, o en enviados de Dios, que hacen la función de puentes entre el Ser Absoluto y los seres contingentes racionales, para darles a conocer su Voluntad y propósitos, o la misión de cada uno.

A diferencia del Deista, que no participa en ninguna iglesia, el Teista participa de alguna congración religiosa específica, y cree que Dios puede ayudarlo a él o a su país en el camino azaroso o doloroso de la existencia terrenal.

Hecha estas aclaraciones, nosotros afirmamos que, de acuerdo con los datos de aquella biografía de Washington en la Wikipedia, es un masón teista, como lo son la gran mayoría de los masones del mundo anglosajón y de los masones latinoamericanos, que en su gran mayoría han sido formado por la iglesia católica, entidad teista, como también lo son quienes han sido formados en iglesias evangélicas.

Es un Teista, pues aparece rindiendo un especial culto a la Biblia, haciendo su juramento del cargo de presidente de la nación poniendo las manos sobre la grande y hermosa biblia de su propia logia masónica. Y porque se conservan oraciones redactadas por él mismo, en las que ruega al PADRE DE LA MISERICORDIA, que envie su luz para apartar las sombras del camino de su pueblo. Y también se sabe que participó muchas veces en las eucaristías dominicales de la iglesia Anglicana y Episcopaliana de norteamérica, entidades teistas.

Creer en un Dios de Misericordia es ser Teista, y que, además, ese Dios es mi Padre, y que por lo tanto, yo soy su hijo, o soy su criatura amada, y me escucha, y puede enviarme su luz para mi entendimiento y el de mi pueblo, es creer en un Dios Providente, que puede intervenir en la vida humana, que acompaña a los humanos en su viaje por el devenir del tiempo, y que por lo tanto la historia tiene algún sentido o propósito bajo el control de Dios. Creer de ese modo, es ser un Teista, no un Deista.

La masonería acepta a los deistas en su seno, como criaturas racionales en evolución, capaces de modificar gradualmente sus convicciones y hacerlas más afines con los principios religiosos originales de la fraternidad.

Tal expansión de conciencia es la señal del auténtico y sincero buscador de la verdad. La tolerancia masónica es un intrumento pedagógico de conducción espiritual suave hacia la verdad, la que, ayudada por el rito y el simbolismo, y el estudio de los libros sagrados y la introspección, lleva a los adeptos hacia una más elevada concepción de la Divinidad, que el simple deismo en que algunos militan.

Y si no quieren modificar sus convicciones religiosas también se les acepta así, pues el landmark N° 19 de la institución así lo estipula. Son libres de ser deistas o teistas, pero la doctrina global de la masonería está establecida sobre la roca eterna del Teismo y sobre las Sagradas Escrituras del Judeo-cristianismo, la Biblia, la misma sobre la cual juró George Washington al asumir su cargo como presidente del gran país del norte.

Y es el mismo Texto Sagrado sobre el que juraron Bernardo O´Higgins, Arturo Alessandri, José de San Martín y Simón Bolivar, al asumir los cargos de gobernantes de sus respectivos paises en su momento, pues todos ellos eran masones y teistas, y por tanto piedras fundamentales en la construcción de sus respectivas naciones.

https://www.reeditor.com/columna/3741/8/cultura/la/masoneria/universal/es/teista/o/deista

miércoles, 27 de diciembre de 2017

Las joyas masónicas y sus precedencias

Las joyas masónicas y sus precedencias

Alegoria de la Geometría“El masón toma el símbolo como un vehículo de conocimiento y no como un objeto de “culto”,  pues sabe que no hay que confundir al símbolo con lo que éste simboliza”  (Ariza, 2007, p. 15)
La Masonería toma del “Arte de la Construcción”  sus herramientas y filosofía.   Cuando un albañil construye una casa lo hace siguiendo patrones de medición. Parte de la forma del terreno para establecer si la casa será cuadrada o rectangular.   Con el área definida, empieza a levantar cimientos y columnas sobre esa forma geométrica. Utiliza agua, arena, cemento, hierro y  madera para edificar lo que será el hogar de alguien.
De niña, vivía en un pueblo pequeño donde casi todos nos conocíamos, por lo menos, en mi barrio. Teníamos un vecino albañil, José, quien tenía fama de trabajar bien y rápido. Además de hacer reparaciones y mejoras, también construía casas.  Él construyó la nuestra. Yo era  muy curiosa y  cada vez que mi madre me lo permitía me acercaba y le preguntaba  porque hacía esto o lo otro.  José siempre tenía a la mano un lápiz, un nivel, una regla y una cinta métrica…Así lo recuerdo.
Vi paso a paso como se edificaba mi casa y en  mi mente curiosa se quedó grabado todo el proceso.   Ese mismo proceso  que vive el profano cuando se inicia en la Masonería. Por eso,  hoy quiero hacer mi propia alegoría sobre la filosofía masónica asociada a la construcción en cada una de sus  etapas:
  • Un terreno vacío.   Así debe llegar un profano  aspirante a masón: vacío  y ávido de conocimientos. Pero consciente de que existe un principio creador.  Alguien o “algo” que diseñó y construyó el universo. No puedes ser un “constructor” si no crees en  lo que profesas.
  • Los cimientos.  En ese terreno vacío se levantan los cimientos que soportarán el peso de la edificación. Y es, en el grado de Aprendiz, donde el aspirante a masón  aprende –con la ayuda del Segundo Vigilante– la simbología  masónica: el lenguaje universal de la hermandad.
  • Obra en gris.  Sobre los cimientos firmes se empieza a levantar las columnas, paredes y techos. La estructura de la casa está definida y casi completa, pero aún no puede ser habitada.  Así se llega al grado de Compañero o la segunda edad del hombre,  con una estructura o  formación que le permite ser auxiliar de sus maestros y acompañar a sus hermanos aprendices.
  • Obra blanca.   En esta etapa la casa está completa.  Tiene su propia identidad porque ha sido decorada al gusto de sus propietarios y está lista para ser habitada. Como una casa pulida y terminada se  llega el  grado de Maestro Masón, en el proceso se ha edificado a sí mismo y tiene una formación completa. Ya no tiene  secretos por descubrir.
Todo lo que conforma el universo masónico tiene un profundo significado emanado del racionalismo, de conceptos geométricos y de construcción. Ningún profano puede llegar a los grados sin aprender, entender y aplicar su simbología. Como ningún arquitecto o constructor puede llegar a diseñar o construir una edificación sin sus herramientas de medición: La Escuadra (la unión de dos reglas) y el  Nivel. Estos elementos, junto con otros símbolos, son las llamadas  “Joyas masónicas”.
Masón
Las Dignidades y Oficiales de las Logias Simbólicas llevan al cuello una cinta  azul en forma de collar, de cuyo vértice cuelga la joya distintiva del cargo que ejercen. Estás reciben el nombre de Joyas Móviles porque pasan de un Masón a otro al ser elegidos o designados para  otro cargo. En ausencia del Venerable Maestro o el Gran Maestro, pueden designar pro tempore (por un tiempo)  al Maestro Masón que cumpla las condiciones para el cargo.
Las joyas masónicas que a continuación se describen están en orden de precedencias de acuerdo al cargo y corresponden al Rito Escocés Antiguo y Aceptado.
Joyas masónicas 1Joyas masónicas 2Joyas masónicas 3Joyas masónicas 4
Una de las  principales funciones   del Experto Guardián del Rito es  “la protección armada de la Logia”.  Por está razón, en  algunos textos, su joya se representa como  una espada.
 Fuentes:
Ariza F. (2007)  La Masonería Símbolos y Ritos. Obtenido en http://www.libroselinnombrable.com   
Mateo Tesija P. (2007) Arte y Masonería. Editorial Kier S.A. Buenos Aires, Argentina.
Imágenes de las joyas elaboradas por Laura Berdugo Serpa, a partir de la descripción  de los símbolos en el texto antes citado.
Alegoría:  https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Geometria_(Geometry).jpg#/media/File:Geometria_(Geometry).jpg
https://entreloprofanoylosagrado.wordpress.com/2015/09/19/las-joyas-masonicas-y-sus-precedencias/

martes, 26 de diciembre de 2017

Arquitectura sagrada

Arquitectura sagrada
 Álvaro Rendón

Las construcciones sagradas, desde la más remota antigüedad, estaban destinadas a alojar al dios imperante. Respondían a una estructura también sagrada, derivada de formas geométricas consideradas secretas, basadas en el círculo, triángulo equilátero, cuadrado y rectángulos irracionales. 


Durante muchos milenios, este conocimiento geométrico estuvo regido por las castas sacerdotales, reticentes a su divulgación, y tuvo su origen, según se cree, en los templos egipcios. De Egipto pasó a la civilización de Occidente por dos vías: el Génesis de Moisés, y por los escritos de los más grandes iniciados, que demostraron su habilidad para mantener el secreto una vez que tuvieron acceso a este conocimiento. Pitágoras, Herón de Alejandría, Platón, Apolonio de Perga, etc.

Los egipcios conocían las unidades físicas, como nuestro metro, pero jamás las aplicaron. Preferían medidas más casuales, como el codo. Comprendieron, como los pitagóricos después, que las medidas reales son sólo unidades abstractas.

A nosotros nos ha costado cientos de años llegar a comprender el mundo de las ideas de Platón, donde tienen existencia la abstracción geométrica de la realidad, como la línea recta real imposible en un Universo en continua expansión.

Sólo desde la abstracción es posible concebir la existencia de ejes de rotación, diámetros imaginarios de circunferencias, diagonales y mediatrices. Esta imposibilidad nos lleva a creer que realmente es imposible adoptar una base comparativa inmutable que sirva de aplicación para todo, puesto que el universo se mueve. Incluso, si la medida es el propio ser humano o cualquier otra referencia tomada como canon.

En estos casos, sería una solución paliativa, no definitiva. De ahí que los egipcios aplicaran a sus templos medidas casuales –posiblemente por imitación a los sumerios y acadios, que la aprendieron de las civilizaciones antediluvianas, muy anteriores a la egipcia-, conscientes de que los muros y cubiertas de un edificio son planos que, al reunirse, delimitan un espacio interior que debía ajustarse al ser humano para hacerse habitable.

La misión del geómetra arquitecto era fundamental. Nada menos que ajustar las medidas del Templo para ser habitado por la divinidad. En el origen de la humanidad, cuando las divinidades eran femeninas e identificadas con la Madre Tierra, el ser humano las localizaba en grutas y cuevas –de las que hemos citado algunas de las más espectaculares-.

Más tarde, cuando la humanidad prefirió adorar a dioses masculinos, levantó piedras puntiagudas de enormes proporciones, denominadas menhires –individuales, alineaciones de diferentes ordenaciones, círculos concéntricos, o como pilares de sustentación de otras piedras adinteladas-. Para volver a las navetas, talayots, taulas y construcciones más complejas, cada vez más parecidas a las pirámides mesopotámicas. 

Pero, si Dios se manifiesta en los cielos, en el aire, en el agua y habita en la tierra, es el dueño de la vida y de la muerte, ¿cómo acotar un espacio material, en mi pueblo, junto a la casa del párroco, y pretender que duerma allí el Creador del Mundo? Si esto fuera posible, ¿cómo construir un espacio así?

Resulta evidente que debió ser una tarea imposible y los grandes iniciados optaron por recurrir a los símbolos para representar en medidas humanas la infinitud de Dios. Un claro ejemplo de este simbolismo es la figura tetraédrica de la pirámide egipcia, síntesis abstracta de un montículo de arena del desierto, siempre cambiante y vencedor de las más terribles tormentas.

Al ser escalonada y acabada en forma puntiaguda, representa al sol –el vértice superior de la pirámide cuadrada de base cuadrangular regular-, siendo las aristas laterales, los rayos benéficos del mismo, que se hunden en la Tierra fecundándola. 

Este conocimiento sagrado pasó al pueblo de Israel a través del Libro del Génesis, escrito por Moisés que, como se recordará, fue educado por los egipcios para convertirse en sumo sacerdote. No hay otro pueblo sobre la faz de la Tierra que haya inventado tantos mitos como el hebreo, experto en asimilar las costumbres de las naciones que han ocupado o bajo las que ha vivido esclavizado.

De todos ellos ha sabido extraer, sintetizar y divulgar primitivas creencias, ancestrales ritos y saberes de iniciación con los que ha conformado una religión ecléctica y sincrética con la que, a lo largo de su larga y obligada trashumancia, ha inoculado también a muchas otras.

Durante mucho tiempo, la geometría sagrada se transmitió encubierta en una disciplina cabalística denominada Gematría que, indirectamente, formaba parte de las enseñanzas esotéricas que el maestro de obra iba mostrando al aprendiz.

En Gematría, al triángulo qquilátero se le asigna la letra Alef (a); al Cuadrado, Mem (m), y al Pentágono, Shin (c). Alef, Mem y Shin son letras-Madre porque originan las restantes letras. Efectivamente, si tomamos los polígonos regulares simples como punto de partida y tratamos de generar polígonos de número de lados múltiplo de los anteriores:

Triángulo Equilátero (3 lados) –> Hexágono regular (6 lados = 3 x 2) –> Dodecágono regular (12 lados = 6 x 2 = 3 x 4) –> Polígono de veinticuatro lados (24 lados = 12 x 2 = 6 x 4 = 8 x 3); es decir, todos ellos múltiplos de tres y obtenidos por el duplicado del anterior.
Cuadrado (4 lados) –> Octógono regular (8 lados = 4 x 2), consecuencia de duplicar el número de lados del Cuadrado.
Pentágono regular (5 lados) –> Decágono regular (10 lados = 5 x 2) –> Polígono regular de veinte lados (20 lados = 10 x 2 = 4 x 5) –> Polígono regular de cuarenta lados (40 lados = 20 x 2 = 10 x 4 = 8 x 5); es decir, todos ellos múltiplos de cinco y obtenidos por duplicado del anterior.

Durante la Edad Media, en la época de las catedrales, románicas y góticas, el maestro de obra, “qui messoribus prærat”, y el “magister muri” optaron por la majestuosidad, por espacios interiores grandiosos, por estructuras parecidas a una nave invertida –la nave de Pedro capaz de surcar el firmamento-, por el primitivo método de poner una piedra sobre otra. En realidad, un pilar sobre otro, que no es lo mismo. 

Lo más apasionante de estas construcciones sagradas que podemos disfrutar de ellas, porque en la arquitectura española hay un itinerario de edificios sagrados con marcados significados esotéricos, labrados por una geometría vital y trascendente, y cuya lectura queda reservada a unos pocos escogidos. Sólo les falta indicar con un cartel, a la entrada, la famosa frase de Platón: «No entre quien no sepa geometría».

https://geometriaparatodos.wordpress.com/2014/05/21/arquitectura-sagrada/

lunes, 25 de diciembre de 2017

Masonería y número

Masonería y número
 Álvaro Rendón


La Masonería es una institución iniciática. Lo fue en su primera etapa operativa y lo sigue siendo en su actual momento especulativo. Durante el trabajo de la Obra, en cada iniciación el masón recibe los conocimientos y herramientas necesarios para superar los retos y avatares de su naturaleza cambiante; ilustrando los diferentes cambios en su estado y viviendo lo oculto que se esconde en el interior de cada individuo.


Este proceso de búsqueda evolutiva no culmina al alcanzar el grado de Maestro. En la atalaya que ese estado de gracia le permite, observa desde otra óptica el sendero que ha de seguir. Como ser imperfecto ha alcanzado un punto sin retorno, sabe utilizar con propiedad las herramientas del libre albedrío, conoce dónde está el bien y cuando se convierte en mal, y puede elegir entre la virtud y el vicio, entre avanzar o retroceder, entre mostrarse tal cual es o seguir con la máscara que disfraza su verdadero yo interno.

Cada masón pule su piedra bruta, su personalidad, mediante el estudio de los símbolos masónicos; en una disciplina hermética donde misterio y ritual son claves para acercarse a la verdad. Una verdad, por otro lado, vivencial y revelada a cada individuo durante la soledad introspectiva, al alcanzar el momento dramático y trascendente donde la cera que ciega los ojos de su interior, se funde y cae.

Durante la iniciación el neófito ve la luz al final del túnel, comprende la arista que ha de tallar, la forma final que adoptará la piedra; consciente de que la Perfección está en el oriente, de que la luz cegadora únicamente la posee el Gran Arquitecto del Universo (G.A.D.U.).

Números y conocimiento

El significado profundo del uno se reserva a estadios superiores del aprendizaje esotérico. Entraña tal trascedencia que su transmisión oral se reserva a los iniciados superiores, a los que han logrado desarrollar ciertas habilidades introspectivas. Para muchos masones, el uno es la letra “G”, y su amplia gama de significados.

En griego, gé significa engendradora, madre. Es la primera letra de Geometría, Generación, Genio, Gnosis, Gravitación o Gracia. Palabras, todas ellas, que recogen los símbolos más secretos de la Masonería, omnipresentes en el G.A.D.U.

Será a través del estudio de la Geometría, de las medidas de la naturaleza y de sus principios, como se manifiesta la creación. La Geometría actuaría, así, como el orden en que la Mater Genitrix, la Diva-Mater, equivalentes a Demeter (de-mater), genera y conserva la vida.

La dualidad

El dos es la suma de lo uno consigo mismo y encierra el germen de la Creación. Todo procede del Uno a través del Dos. No es su antítesis, su contrario dual. El dos tiene entidad propia, es uno y uno, en idénticos valores. Es Géminis, los Gemelos, las identidades que no se suman pero interactúan: Dios y el Verbo, durante la Creación del Universo. El Verbo es Dios, y la creación es la Tríada, creada mediante un acto de interacción introspectiva.

«Él formó del Tohu (vacío) algo e hizo de lo que no existía algo que sí existe. Talló grandes columnas del éter inaprehensible. Él reflexionó, y la Palabra (Memra) produjo todo objeto y todas las cosas por su Nombre uno». (Sepher Yetsiráh, IV, 5)

Tres ventanas

En el grado de Compañero, el aprendiz dispone de tres ventanas abiertas a oriente, occidente y mediodía; y su aprendizaje dependerá de sí mismo. La luz de la ventana de oriente representa el conocimiento metafísico, necesario para comprender y asimilar los principios y leyes que lo gobiernan, cuyo fundamento geométrico debe dominar.

La luz de la ventana de oriente simbolizaría a la ciencia adquirida por la experiencia y el conocimiento de lo externo de los seres y objetos de la Naturaleza. Finalmente, la luz de la ventana de mediodía, simbolizaría la luz que emana del interior imprescindible para diferenciar los conocimientos que entran por cualquiera de las dos ventanas anteriores.

Cuatro velos

Durante la primera iniciación, el neófito atraviesa cuatro velos disponiendo de tan sólo tres modos de conciencia: Conocer; Sentir; Obrar. El color del primer velo es azul, que exotéricamente es el color de la amistad. Esotéricamente es el color espiritual. Es el color de la verdad eterna, el símbolo de inmortalidad. En hebreo es “teklet” derivado de la raíz que significa “perfección”. El emblema es el águila, el que se desarrolló del escorpión del Egipto, uno de los signos fijos del zodíaco, un signo acuoso. La tribu de Israel que corresponde al primer velo es Dan, de la que Jacob dijo:

«Dan juzgará a su pueblo, como una de las tribus de Israel. Dan será una serpiente en el camino, una culebra en el sendero, que muerde el talón del caballo, de tal manera que su jinete se caerá de él». (Génesis 49: 16)

El color del segundo velo es púrpura, combinación de azul y rojo, y color de la realeza. En la antigüedad, la púrpura se reservaba para las vestiduras de los reyes. Durante el ritual del Arco Real se denomina el color de la unión1. El emblema es Acuarius y la tribu de Israel, Rubén, de quién Jacob dijo: «Tú eres mi hijo primogénito, mi autoridad y el inicio de mi fuerza, la excelencia de la dignidad y 1a excelencia del poder: “Inestable como el agua”, tú no te distinguirás». (Génesis 49: 3)

El color del tercer velo es escarlata, emblemático para las emociones. Hace referencia al cuerpo emocional o del deseo, el tercero en la escala ascendente de los cuatro cuerpos del hombre. La simbología se refiere tanto a lo mental como a lo emocional del ser humano. El emblema es el Toro2, y el signo astrológico Taurus. La tribu de Israel que le corresponde es la de Efraim, de la que Jacob dijo: «Mira, yo haré que seas fecundo y que te multipliques; haré de ti una asamblea de pueblos, y daré esta tierra a tu posteridad en propiedad eterna». (Génesis 48: 4)

El color del cuarto velo es blanco, símbolo de pureza e inocencia. El emblema es el león, uno de los signos fijos del zodíaco. Leo es un signo del sol; de modo que, en muchas representaciones, el sol se asemeja a un león con las melenas extendidas a alrededor de la circunferencia, como si fueran irradiadas.

La tribu de Israel que le corresponde es la de Judah, de quién Jacob dijo: «A ti, Judah, te alabarán tus hermanos, pondrás tu mano en la cerviz de tus enemigos, se inclinarán ante ti los hijos de tu padre. Como cachorro de león, Judah, te has levantado, hijo mío, de la presa. Se ha agachado, se ha agazapado como un león y como una leona, ¿quién lo hará levantar? No se retirará de Judah el cetro, ni la bengala de entre sus pies, hasta que venga Aquél cuyo es el mando y a quién deben obediencia los pueblos. A la vid ata su jumentillo y a la cepa el pollino de su asna; lava en vino su vestido y en sangre de uvas su manto».(Génesis 49: 18)

Cinco viajes

Antiguamente, cuando el aspirante a ingresar en la Hermandad era aceptado, se le asignaba un Maestro Instructor que le enseñaba las reglas del oficio, y los deberes y derechos que adquiría al convertirse en compañero de la Camaradería. A cambio, se comprometía a servirle por cierto número de años. Después, cuando se convertía en compañero y adquiría las habilidades del oficio, viajaba por diversas obras a fin de perfeccionar el arte. Cuando creía hallarse preparado para adquirir el grado de maestro, se sometía a un examen teórico-práctico que, generalmente, acababa en una iniciación.

Actualmente, la instrucción se realiza en la Cámara del Aprendiz para que todos los hermanos se percaten de sus progresos. Una vez superada la prueba de grado se le someterá a cinco viajes simbólicos; consistentes en un paseo que se inicia en el norte y continúa en el oeste, para acabar en el este.

Como ocurría en la antigüedad para probar al mysto, recién convertido en epopto o vidente, que está capacitado para seguir el resto de la instrucción por sus propios esfuerzos y bajo la guía de su propia luz Interior, en cada uno de esos puntos se le hará entrega de un instrumento. Así, el primer viaje, iniciado en occidente y acabado en el norte, el aprendiz lleva el mallete y el cincel, con los que ollar y pulir la piedra irregular.

En el segundo viaje, con la finalidad de que actúe en armonía y equilibrio, se le entrega la escuadra y el compás; imprescindibles para medir y trazar círculos. Durante el tercer viaje, se le muestran la regla de 24 pulgadas y la palanca. Utilizará la primera para medir y ordenar las actividades. La segunda le servirá para desarrollar fuerza con un mínimo de esfuerzo; para ello, deberá emplearla con ambas manos a la vez, coordinando y equilibrando lo activo y lo pasivo que hay en él, añadiendo voluntad y pensamiento.

Es decir, armonizando las capacidades de potencia, resistencia y punto de apoyo. El viaje comienza en el este y acaba en las proximidades del Segundo vigilante. En el cuarto viaje, provisto de regla de 24 pulgadas y escuadra, que simboliza la Tau egipcia, la empleará para verificar la rectitud de los ángulos triédricos de la piedra y así adaptarla al trabajo del edifico en conjunto.

Inicia su viaje en el norte, próximo al Segundo vigilante, y acaba en el sur, próximo al Primer vigilante que le pedirá el signo y la palabra de pase. Si supera la prueba, iniciará el quinto y último viaje, denominado de retrogradación, consistente en una revisión, o reflexión en voz alta, de todas las actividades realizadas en los viajes anteriores, para que los examinadores tasen los esfuerzos y currículos del candidato.

Este repaso se realiza en este quinto viaje porque el cinco simboliza la caída del hombre, la involución del espíritu, la caída del yo en los lazos de la espiritualidad. Se inicia en la columna del norte y acaba en la del sur; es decir, siguiendo la altura de la escuadra que configuran los recorridos de los anteriores viajes.

Seis caras del Cubo

Es la auténtica piedra filosofal del masón, la representación de la Gran Obra masónica es el hexaedro regular o cubo, una figura geométrica compuesta por seis caras regulares, cuadrados, y ocho ángulos triédricos. En contraste con la tosca piedra vulgar, amorfa y sin tallar, el pilar cúbico representa al Maestro masón y, como él, está preparado para cumplir la función que el edificio social le demande.

Ideal de la perfección humana, el cubo representa las tres dimensiones físicas del espacio: Longitud, Anchura y Profundidad; que el masón interpreta como deberes que ordenan y rigen sus quehaceres, tanto mundanos como espirituales; que mide y organiza empleando la regla de 24 pulgadas, dedicando ocho horas para cada una de estas dimensiones espirituales, que cumplirá con rigor y justicia equitativa.

Llenará de trabajo y obligaciones las ocho horas de la longitud; de descanso y elevación individual e intima la dimensión de anchura; y, por último, empleará las ocho horas de la dimensión de profundidad para alimentar el cuerpo y el espíritu.

No es una casualidad que el desarrollo plano del hexaedro regular resulte una cruz latina compuesta por seis cuadrados que señalan dos direcciones planas (dirección vertical, con los sentidos norte-sur; y dirección horizontal con los sentidos este-oeste); las verticales vienen indicadas por cuatro cuadrados, y las dos horizontales, por tres.

De modo que, el cuadrado que sirve de unión a la verticalidad y a la horizontalidad, es común y superpuesto a ambas direcciones bipolares, correspondiendo al plexo solar, los pulmones y el corazón, cuando simboliza al microcosmos humano.

Siete dimensiones del espacio constructivo

El Santo Palacio o el Palacio Interior, en el Sepher Yetsirah, es el Centro del Mundo y está en el centro de las seis direcciones espaciales; es decir, las que establecen los cuatro puntos cardinales más los dos sentidos de la verticalidad, el arriba y el abajo.

Estas siete dimensiones componen el Septenario, insertado en el nombre divino, Jehová, representado por las cuatro letras iod [iey], hé [h], vau [a], hé [h], hyha; de las cuales, tres son distintas y una se repite, la hé [h]. Esta letra repetida sería el séptimo elemento, el centro alrededor del que giran las otras seis; y simbolizaría la inmanencia de Dios en el Mundo, la manifestación del Verbo Creador, el punto primordial del cual las extensiones indefinidas no son más que la expansión o el desarrollo.

https://geometriaparatodos.wordpress.com/2014/03/21/masoneria-y-numero/

domingo, 24 de diciembre de 2017

Las logias masónicas: origen y fundamento de la masonería

 Escrito por Antonio Acevedo Linares



En la historia de la masonería es conocido que muchos de los caudillos criollos que participaron en las guerras de independencia en América pertenecían a las logias masónicas que tenían su sede en Europa. Bolívar, San Martin, OHiggins y muchos otros próceres de la independencia pertenecían a la masonería.

En 1812 se fundó en Buenos Aires la logia Lautaro, que tomó su nombre del caudillo americano que se sublevó en contra de los conquistadores españoles, una sociedad secreta de patriotas que tenían los mismos ritos y formulas de la masonería, creada por Francisco de Miranda, adoptando el nombre de Logia de los Caballeros Racionales y a la que pertenecían importantes militares llegados de Europa y tenían sus filiales en Uruguay, Chile, Perú y Bolivia.

La logia masónica es una institución de origen burgués, la burguesía en su confrontación con el clero feudalista utilizó la clandestinidad de la organización masónica y sus fondos económicos que recogían como organización secreta en la conquista de la independencia de América, sirviendo a los intereses del capitalismo en la apertura de los mercados en las colonias en su desarrollo y expansión. La masonería fue un fenómeno europeo a la que pertenecían las castas oligárquicas y los criollos y, que fue utilizada posteriormente en las guerras internas de la oligarquía por el poder político y que se inscribe en la defensa de las nuevas fuerzas progresistas de la burguesía que se opusieron a las órdenes religiosas reaccionarias.

La masonería tiene su origen en los sectores de la construcción que conformaban asociaciones de arquitectos y obreros, por eso muchos de sus símbolos se originan de elementos pertenecientes a la arquitectura. El triángulo, el compás y la escuadra son sus símbolos y la palabra masón quiere decir Arquitecto y tuvo su origen en Egipto. La masonería tiene tres grados en orden jerárquico; el grado de Aprendiz, Oficial o Compañero y Maestro y la logia es el lugar donde se reúnen sus miembros que tiene como fin la formación y educación de sus afiliados y se procura el servicio social a través de la instrucción, el trabajo y la beneficencia, es la célula base de la masonería y es la derivación histórica del logos griego o conocimiento donde se da la libre expresión del pensamiento. Hay dos sistemas masones que se conocen como el rito de York y el rito Escocés con jerarquías con base a categorías y grados. 

El pensamiento de la masonería es de carácter liberal, conformado generalmente por librepensadores que son los que sustentan ideológicamente la organización de la Logia. Sin embargo, la esencia de su teoría y práctica se han desvirtuado y muchas de ellas se han convertido en la actualidad en logias secretas al servicio de la reacción. Las secretas logias masónicas fueron las que ejecutaron el golpe de estado contra Salvador Allende en Chile en 1973.

Los símbolos de la masonería sólo son reconocibles por sus iniciados y adoptan el principio de fraternidad mutua entre sus miembros, los principios racionalistas que abogan por la justicia, la caridad y la paz; tienen todo un ritual de símbolos, contraseñas y gestos como modo de reconocimiento entre sus miembros. Los principios filosóficos de la masonería están regidos como una alianza universal basada en la solidaridad humana, su fin es el perfeccionamiento del hombre bajo un principio regulador del mundo que llaman el Gran Arquitecto del Universo cuyo lema es el de la libertad, la igualdad y la fraternidad. La fraternidad como un modo recto del amor, la libertad como el respeto al Ego como fuente o valor originario y la igualdad como la admisión del Tú o de cualquier Otro, como un nuevo Yo mismo. [1]

Se define a la masonería como una “institución atípica” de carácter humanista que se encuentra atravesada por lo político, lo cívico, lo religioso, lo intelectual y lo humanitario, y que posee una orientación ética que trata de formar hombres responsables y libres, su ética es la de la libertad, la razón, la tolerancia y la moderación y, la idea del bien como su motivación esencial. La masonería surge en el siglo XVIII en 1717 cuando se funda la Logia de Londres que es considerada como la logia madre de todas las logias del mundo. Han sido prohibidas y perseguidas por las iglesias y los estados comunistas y fascistas por constituirse en sociedades secretas y por ser una sociedad “aconfesional” que la hace sospechosa de herejía; desde Hitler, Stalin, Franco y Mussolini, hasta los absolutistas, tradicionalistas e integristas de la Iglesia, excepto en Cuba donde funciona la Gran Logia de Cuba con más de 350 logias y más de 22.000 miembros. La masonería es heredera de la filosofía humanista de los siglos XVI y XVII y de la Ilustración del siglo XVIII; Diderot, Hobbes, Locke, Voltaire, Rousseau, Montesquieau y D`alambert hicieron parte la masonería y fueron miembros de la logia Les Neuve Soeurs en la que se fraguaron muchos de los ideales de la Revolución Francesa.

En el siglo XVIII se establece la masonería en América y en 1733 en Boston se crea la primera logia. Benjamín Franklin, George Washington y Tomás Jefferson fueron sus miembros, contribuyendo las logias a la Independencia Americana, a la implantación de gobiernos democráticos y republicanos y a la abolición de la esclavitud, por eso en los dólares americanos figuran impresos el triángulo y el ojo que representa la mirada de Dios que observa los actos de los hombres. En 1793 se establece la masonería en Colombia, Antonio Nariño fue uno de sus miembros fundadores que tenía como objetivo político difundir las ideas de libertad y justicia a través de la declaración de los derechos del hombre y del ciudadano, sus reuniones clandestinas eran encubiertas a través de la tertulia literaria. En Cartagena se funda en 1809 la primera logia que luego desaparece. En 1820 en Bogotá, Francisco de Paula Santander funda la logia masónica que se camufla con la coartada de dar clases de idiomas, Bolívar y Santander eran “hermanos masones” pero luego en la lucha por el poder se distancian por la “conspiración septembrina” y Bolívar expide un decreto prohibiendo las “asociaciones o confraternidades secretas” y cualquier violación a la norma era castigada con multa o prisión. En 1833 surgen nuevamente en Cartagena y en Bogotá en 1864.

La masonería tuvo vínculos con el liberalismo ideológico de la burguesía, el krausismo y la fusión de tres corrientes; una corriente racionalista, una corriente esotérica y una corriente practicista. El principio de racionalidad significa que la masonería debe luchar contra la ignorancia y los prejuicios, en basar el conocimiento en el libre examen que se basa en la razón critica, a la que debe someterse las tradiciones, los utopismos y las demagogias, el principio esotérico significa que debe ser una sociedad secreta para la generalidad de las personas y sólo transmitida a sus miembros o afiliados y la corriente practicista que se basa en el pragmatismo de los anglosajones y la filantropía; como Orden establecida tiene un compromiso existencial, un vínculo que une entre sí a sus miembros de manera permanente. Una hermandad que es como una familia que se elige y que se yuxtapone a la consanguínea, aunque se afirma que ya no es una sociedad secreta sino una sociedad discreta con cierto factor de reserva, su secreto básico es el simbolismo, un carácter cerrado en las reuniones rituales, prohibición de divulgar los ritos y ceremonias y un secreto de pertenencia a la logia. 

Las logias masonicas en Santander

La masonería en Santander tiene sus orígenes en el Socorro en 1865 durante el establecimiento del Estado Soberano de Santander y en Bucaramanga en 1913; en los años veinte constituida en su mayoría por comerciantes y en los años treinta en Rionegro por funcionarios municipales y en esa misma década en Bucaramanga y Socorro por comerciantes, profesionales, empleados y funcionarios públicos.

Durante el periodo radical del Estado Soberano de Santander se destacan Manuel Murillo Toro, Dámaso Zapata y Aquileo Parra Gómez como miembros de la masonería que contribuyeron al proyecto liberal del radicalismo y cuya filosofía política postulaba “un mínimo de gobierno con un máximo de libertades”. Los Clausen y los Garnica son apellidos conocidos en Santander que pertenecieron a la logia masónica como el poeta y periodista santandereano Tomás Vargas Osorio, el escritor y político Gustavo Cote Uribe, el médico y político Carlos Toledo Plata y el historiador Horacio Rodríguez Plata.

En el ámbito social y cultural de Bucaramanga son conocidos igualmente la Radio Bucaramanga, la Corporación Instituto Caldas, la Universidad Autónoma, el periódico Vanguardia Liberal, El Compás y el Centro de Rehabilitación Infantil San Juan Bautista como instituciones creadas por miembros de la masonería. El colegio Santander fue objeto de atención por parte de la masonería santandereana como proyecto educativo que siempre fue de su interés desde finales de los años treinta y muchos de sus rectores y profesores fueron miembros de la logia.

En la actualidad en nuestro medio la masonería está constituida en una confraternidad que hace posible acceder a la burocracia estatal y privada de la clase política dominante. La relación entre política y masonería por tradición histórica en Colombia ha tenido sus nexos en tanto muchos miembros de la clase política han sido sus afiliados. La actividad política ha estado siempre reservada a los grupos de élites y como las logias en Bucaramanga agrupan a sectores de la élite la relación entre ambas es estrecha. [2]

En sus orígenes la burguesía ascendente consideró a la masonería como un medio para obtener el éxito social y se cree que hoy en el mundo hay más de seis millones de miembros. En los países de habla inglesa la masonería en su rasgo caritativo y protector se ha caracterizado por la fundación de hogares para la atención de ancianos y viudas, y orfanatos y escuelas para los hijos de sus miembros, la fraternidad actúa motivada por principios altruistas para con la humanidad, su país y su familia. 

Amadeus Mozart como miembro de la masonería compuso la ópera La Flauta Mágica que gira en torno al ritual masón y Tolstoi en su novela Guerra y Paz enaltece los ideales de la fraternidad. La francmasonería surgió como una de las mayores sociedades secretas del mundo; otras son los Rosacruces que mezclaban ciencia y misticismo; los Carbonarios en Italia, sociedad secreta revolucionaria de comienzo de siglo XIX que buscaba la libertad política y un régimen constitucional; los Fenianos en Irlanda, movimiento nacionalista revolucionario del siglo XIX que luchaba por liberar a Irlanda del dominio de Gran Bretaña y los partidarios del Nihilismo en Rusia, jóvenes intelectuales que bajo la influencia de las ideas occidentales, repudiaban el cristianismo por considerar a Rusia una sociedad atrasada y opresiva. Iván Turgueniev en su novela Padres e hijos (1862) hace protagonizar al nihilismo a través de su personaje Bazarov. En el siglo XIX y XX se crearon en Estados Unidos sociedades secretas con fines terroristas como el Ku Klux Klan y los Caballeros del Circulo Dorado, y en el siglo XIX una característica de las sociedades secretas en Europa y Estados Unidos fue también la filantropía y el beneficio mutuo de sus miembros que en la vida universitaria norteamericana el elemento fraternal ha predominado por tradición en la organización de sociedades de hermandad.

Antonio Acevedo Linares

Referencias 

1. Francisco Espinar Lafuente. Esquema filosófico de la masonería. Ediciones Istmo. Madrid, 1981, Pág. 58.
2. Nectaly Ariza Ariza. La masonería en Bucaramanga. Escuela de Historia, UIS, 1996, Pág., 125.

http://www.panoramacultural.com.co/index.php?option=com_content&view=article&id=4847&catid=45&Itemid=171

sábado, 23 de diciembre de 2017

Libertad, Igualdad, Fraternidad y la Masonería en el mundo actual

Libertad, Igualdad, Fraternidad y la Masonería en el mundo actual

Tradicionalmente se piensa que la divisa “Libertad, Igualdad, Fraternidad” tiene su origen en la Revolución Francesa, pero la historia es más compleja de lo que parece.





@Montagut5 | Tradicionalmente se piensa que la divisa “Libertad, Igualdad, Fraternidad”, propia de la Francmasonería, tiene su origen en la Revolución Francesa, pero la historia es más compleja de lo que a simple vista parece. Intentemos aportar algunas ideas sobre la misma, para terminar con algunas reflexiones a propósito de los tres principios que animan a los masones ante los desafíos de intolerancia y violencia que nos asolan en España y en todas las partes del mundo y con muchas caras.

Al parecer, las ideas de libertad, igualdad y fraternidad, íntimamente asociadas, aparecen por vez primera en el Libro VIII de Las Aventuras de Telémaco (1699) de Fénelon, obra que se inscribe en el género de literatura política crítica hacia el absolutismo en la etapa final del reinado de Luis XIV. Pues bien, en dicho Libro VIII, Telémaco y Mentor son rescatados del mar por un navío fenicio conducido por su capitán Adoam. Este personaje les explica cómo es la Bética feliz con la que comercian los fenicios. En la Bética habitaría un pueblo que tendría las tierras en común, y que no dividía la propiedad de los frutos de la tierra. Se trataba, pues, de un pueblo que vivía bajo la ley natural, y que no recurría a la guerra. Sus moradores “se aman con un amor puro, fraternal, inalterable; y esta paz, esta unión, esta libertad se deben a la privación de las vanas riquezas y de los engañosos placeres: todos son libres, iguales todos.” La libertad, la igualdad y la fraternidad van íntimamente unidas entre sí, dando una evidente importancia a la fraternidad.


Así pues, casi un siglo antes vemos prefigurados algunos principios de la Ilustración y las Revoluciones liberales, aunque en el último tercio del siglo XVIII adquirieron un contenido más concreto y político para combatir la tiranía del absolutismo y la injusticia de la sociedad estamental. En las Declaraciones de Derechos norteamericanas fueron comunes los derechos de libertad de cultos y de expresión, pero no fue unánime la aparición de los derechos de reunión, posesión de armas y exención de alojamientos. Más rara es la aparición del derecho de petición, aunque sí aparece en algunas. Por su parte, en las primeras Declaraciones francesas se enunciaron muchos más derechos que en las de América, en línea con un planteamiento más claro de la Revolución Liberal, bajo la trilogía de Libertad, Igualdad, y Propiedad. La libertad se relaciona con los movimientos, con la de expresión y con el derecho de petición, es decir, derechos de tipo individual. En relación con sujetos plurales sólo se concibe el derecho de reunión. Después, aparecerían la libertad de cultos y la libertad empresarial. La igualdad ante la ley se relaciona con la admisibilidad a los empleos y la fiscalidad, aunque para el primer caso existiría el matiz de la capacidad, y para el segundo el de la proporcionalidad, ya que la progresividad sería una conquista posterior. La fraternidad no sería un derecho ni un principio político ni económico, sino moral, que inspiraba a las Declaraciones de Derechos y a las Constituciones, y que parecía tener un evidente componente religioso, aunque no entraría en contradicción con el carácter no confesional de los cambios que se estaban produciendo.

En realidad, el lema “Libertad, Igualdad, Fraternidad” no fue el de la Revolución Francesa. Cuando surgieron las primeras protestas se emplearon muchos lemas, frases y proclamas que servían para dar nombre a las reivindicaciones políticas sociales y económicas, tanto populares como de la burguesía. En casi todas de ellas era común encontrar “libertad” e “igualdad”, que solían combinarse con otras como “unidad”, “virtud”, “justicia”, “razón” y “fraternidad”. Pero no todos los sectores sociales tenían la misma concepción de la libertad y, ni mucho menos de la igualdad. La burguesía defendía la libertad política y, especialmente, la económica frente a las trabas a las leyes del mercado fruto de la intervención del Estado absolutista y del sistema gremial. Para la burguesía, la igualdad solamente lo era ante la ley, dinamitando el privilegio legal estamental, pero sin connotaciones sociales. Los sectores más radicales de la Revolución insistían en la igualdad social, en la disminución de las enormes diferencias económicas, no sólo derivadas de esos privilegios estamentales, sino también de las que podía generar el creciente capitalismo. La fraternidad, ¿era una apelación temporal para unir a la burguesía y las clases populares en la lucha contra el Antiguo Régimen para luego olvidarla, o era un deseo sincero de luchar todos unidos, realmente, para cambiar un mundo caduco y establecer uno nuevo verdaderamente justo? No cabe duda, que se pueden dar varias respuestas a este interrogante, según estudiemos a unos grupos y otros, o a los protagonistas de la Revolución.

El lema apareció en un discurso de Robespierre sobre la organización de las milicias nacionales en 1790. El “incorruptible” proponía inscribir la expresión “El Pueblo Francés” y “Libertad, Igualdad, Fraternidad” en los uniformes y banderas. Pero su proyecto no fue aprobado. En 1793 se pinta en las fachadas de las casas la siguiente leyenda: “unidad, indivisibilidad de la República, libertad, igualdad o muerte”. Pero muy pronto se borraría por su asociación con el Terror, y por la llegada de la época termidoriana, mucho más conservadora.

El lema de “Libertad, Igualdad, Fraternidad” caería en desuso con Napoleón, más interesado en el orden como valor supremo del Estado. Volvió con fuerza en los años cuarenta del siglo XIX, enriqueciéndose su contenido, ya que los liberales insistían en la libertad y la igualdad ante la ley, mientras que los primeros socialistas, muchos de ellos utópicos, potenciaron la idea de la fraternidad. Al final, parece que ambos sectores llegaron a una especie de acuerdo tácito a la hora de establecer ya, por vez primera, el lema de un nuevo régimen político, que trajeron en 1848, la Segunda República. Los segundos renunciaron a la bandera roja frente a la tricolor de los primeros, pero éstos, los liberales, aceptaron que la divisa fuera “Libertad, Igualdad, Fraternidad”.


La caída de la Segunda República ante el bonapartismo del Segundo Imperio terminaría también durante un tiempo con el lema. La III República lo recuperaría no sin intensos debates ideológicos, ya que la igualdad podría ser interpretada como el camino hacia la nivelación social, algo que no deseaba la burguesía enriquecida, siempre interesada más en la igualdad estrictamente jurídica, frente a lo que había supuesto para ellos la Comuna de París, y porque para los más anticlericales la fraternidad se asociaba a la religión. Pero en las fiestas del 14 de julio de 1880, ya asentada firmemente la República, después de la inestabilidad de los primeros años en los que no estaba claro en qué derivaría el sistema político francés, el lema se inscribió en las fachadas de los edificios públicos de toda Francia.

En el nuevo siglo el régimen colaboracionista de Vichy derogó este lema y lo sustituyó por otro propio de sus connotaciones corporativistas y filofascistas, con tres nuevos componentes: “Trabajo, Familia, Patria”. La llegada de la libertad asentaría definitivamente la trilogía de “Libertad, Igualdad, Fraternidad” en las IV y V Repúblicas. Así aparecería en las Constituciones de 1946 y 1958.

Los masones son herederos directos de todo este devenir histórico por su doble condición de ciudadanos y ciudadanas de Estados de Derecho, o aspirantes a serlo, pero también como hermanos y hermanas en la Masonería. Lamentablemente, estos tres principios no existen o no rigen en gran parte del mundo, no los disfruta toda la Humanidad, pero, además, no es necesario viajar para comprobar que son maltratados también en el mundo desarrollado y democrático, en el entorno más cercano y cotidiano. Conocer estos orígenes en esa doble dimensión es fundamental en la ardua tarea en la que los masones se comprometen en el momento que deciden libremente ser iguales y fraternales con sus hermanos y hermanas, pero, ¿sólo con ellos y ellas?, ¿se terminan el ejercicio de la libertad, la defensa de la igualdad y del amor fraterno cuando se despojan de sus vestimentas masónicas y salen al mundo? En realidad, el verdadero trabajo comienza, precisamente, en ese momento de la salida, en las vidas familiares, con amigos y allegados, en los empleos, afanes y responsabilidades, en los compromisos políticos, económicos, sociales o culturales, allá donde estén, aunque no porten collares, vistan mandiles y no lleven manos enguantadas, sin obedecer consignas de nadie ni de organización, institución u orden algunos, alejados de las doctrinas e instrucciones, con el espíritu crítico siempre presente, y luciendo en su ánimo otras vestiduras mucho más importantes, como son la Libertad, la Igualdad y la Fraternidad. Ese espíritu, tan poco conocido, tan atacado en la Historia reciente de España por una dictadura que demonizó y persiguió con saña redoblada a quiénes buscaban el progreso en todos los órdenes y el entendimiento entre los ciudadanos, hoy es más que necesario que nunca ante el horror que supone el terrorismo, la desigualdad, el recorte de derechos, la carencia de educación y sanidad, la pobreza, el hambre, la violencia de género, la homofobia, el fanatismo y el ataque al diálogo, la falta de empatía, el racismo y la intolerancia, en fin.

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