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miércoles, 31 de diciembre de 2014

El uso de símbolos en la masonería


Tradicionalmente la masonería se define como “un sistema moral, velado en alegorías e ilustrado por medio de símbolos”. Pero ¿qué son los símbolos y por qué su uso en las logias? ¿Por qué no decir las cosas simplemente como son y listo? Para eso debemos entender primero algo de los orígenes de esta sociedad y del método por el que transmite sus enseñanzas.


La masonería, tal y como la conocemos ahora, es la más reciente encarnación de una tradición filosófica que se remonta a tiempos tan antiguos que los estudiosos del tema no logran ubicar, pero que ha absorbido influencias de escuelas tales como los misterios egipcios, la escuela pitagórica, los misterios de Eleusis y muchas otras.

En estas organizaciones no estaba permitido poner por escrito el conocimiento impartido a sus miembros, pues se consideraba que alguien ajeno al grupo no tendría el criterio ni el entrenamiento adecuados para poder comprenderlos y utilizarlos correctamente. Además, la lectura y escritura estaban reservadas a quienes pertenecían a familias adineradas y de otras formas privilegiadas, mientras que la membresía a estas escuelas por lo general no tenía tal requisito.

Las enseñanzas se impartían por medio de historias y narraciones simbólicas, utilizando imágenes de la vida cotidiana para remitir a ideas y conceptos abstractos difíciles de explicar; no se buscaba un conocimiento meramente intelectual, sino una experiencia vital, un salto de consciencia.

Además de servir para mejorar la retención memorística, estos símbolos e historias ayudaban a conservar a buen resguardo el conocimiento contra la curiosidad de las personas ajenas al grupo (muchas de tales enseñanzas incluían conocimiento científico y secretos profesionales que se guardaban tan celosamente como cualquier gobierno o corporación actual protegería sus secretos militares o estrategias de mercado). Dichas enseñanzas se transmitieron de esta manera y, cuando salieron a la luz pública, lo hicieron en la forma de fábulas o narraciones mitológicas que no han sido correctamente interpretadas por los arqueólogos y académicos, principalmente por carecer de las bases esotéricas de tradición oral solo disponibles a los miembros de cada escuela iniciática. Es así como el sistema masónico, heredero de tales tradiciones, está “velado en alegorías”, y aunque no poseemos secretos comerciales ni científicos propiamente, sí mantenemos el método que por cientos de años ha demostrado ser extremadamente útil en el desarrollo moral y filosófico de sus miembros.

Ahora bien, los símbolos no son solamente una forma de decir las cosas de otra manera (como pretenden los semiólogos), sino una especie de “llaves” que estimulan un tipo de pensamiento poco frecuente en la mayoría de la gente. En lugar de dar una fórmula preestablecida y un conjunto de creencias y posturas fijas, la masonería pretende formar libres pensadores, capaces de lograr descubrir por sí mismos las profundas verdades filosóficas de su tradición. En lugar de decir las cosas directamente (cayendo con eso en el peligro del dogmatismo filosófico), se enseña a sus miembros a estudiar, reflexionar y meditar sobre sus símbolos, hasta que cada cual logre descubrir intuicionalmente sus antiguas verdades.

De cualquier otra forma, el estudiante recibiría una serie de datos y pautas que memorizar y seguir como receta de cocina, y se perdería la oportunidad de ejercitar el pensamiento abstracto y la intuición, además de la posibilidad de formarse un criterio propio sobre cada tema estudiado. En lugar de llegar por sí mismos a las causas y motivos detrás de sus leyendas y representaciones simbólicas, se quedaría en la superficie de un rito mecánico y una palabra vacía de experiencia vital.

El encanto del simbolismo masónico para cada generación de iniciados reside en la recreación en carne propia de la maravilla y el chispazo de consciencia que, desde tiempos remotos, han tenido sus predecesores, quienes respetaron el método tradicional y se atrevieron a buscar la verdad más allá de los disfraces externos adoptados por la sabiduría ancestral en cada época y cultura.

http://elportico.wordpress.com/2011/07/27/el-uso-de-simbolos-en-la-masoneria/

martes, 30 de diciembre de 2014

La trampa en la Reencarnación y el Proceso natural de Muerte.



El proceso de la muerte es el que más dudas y temores ha causado en el ser humano. Distintas corrientes han tomado este proceso de formas distintas creando un gran abanico de tendencias que finalmente se han transformado en creencias, y una vez que algo tan natural en apariencia, como la muerte se mezcla con el desconocimiento que aportan esas creencias, se transforma en una de las formas de miedo y control mas antiguas y exitosas que arrastra nuestra civilización. El miedo a morir, a la nada, ha sido el recurso fácil para asentarse sobre esa creencia, a los principales sistemas de control de masas, como la religión. Venderte un paraíso a través de las creencias que ignorantemente en el umbral de la muerte, el miedo impulso, a que los ignorantes que abrazaban esas creencias, llenasen las arcas que esas religiones con voto de pobreza escondían.

Tenemos vidas cortas, nacemos indefensos y vulnerables, sin recordar quienes somos, ni para que venimos, crecemos en un traje a medida de los patrones que la sociedad marca para nosotros y morimos la mayoría de las veces en la misma inconsciencia e ignorancia que portábamos al nacer. Nos vamos con el mismo sentimiento inocente que trajimos, de no saber a donde vamos. El sistema que tiene recursos para todo, mitiga la curiosidad humana a través de las herramientas que la cultura popular ofrece, la curiosidad de saber que hay tras la muerte. El arte a través de pintores iluminados e incomprendidos, reflejaron esa transición entre mundos en sus obras, posteriormente la cultura pop, reflejo en las películas ese peculiar transito, un viaje de ida a través del oscuro túnel hacia una luz. “Ve hacia la Luz” esta frase se ha repetido miles de veces en cientos y cientos de filmes, convirtiéndose en un cliché, una frase programada que queda en nuestro subconsciente y salta convenientemente en el momento de la muerte haciéndonos ir a la luz como polillas.


El mecanismo que se activa por defecto al morir, el túnel, la paz, la luz al final, y el ser que nos recibe para ayudarnos en esa traumática transición, es una programación que dentro del holograma se activa para capturar ese alma y reinsertarla nuevamente en el sistema, a través de un mecanismo de reencarnación antinatural, donde la voluntad del alma es confundida y controlada. El holograma que habita en la tierra consta de esta capa virtual, para que aquel que fallece en la inconsciencia, sea reinsertado en el sistema casi de inmediato. Al igual que aprendemos a vivir, debemos aprender a morir, es importante morir conscientemente, lucido y en plenas facultades, esto quiere decir, que cuando llegue ese momento, sea como fuere que lleguemos a el, lo sepamos reconocer y no caigamos ni en las redes del apego, ni en la trampa de la Matrix.

Al morir debemos desprendernos de todo aquello que nos apega a lo físico, nuestra identidad, nuestra cultura o nacionalidad, nuestras creencias, nuestro genero, nuestros bienes materiales, nuestro ego, todas esas capas de programas que durante tu vida hicieron que se escondiera tu verdadero ser manando amor a través de tu conciencia. Una vez te despides de todo eso y te das cuenta de lo que realmente eres y lo realmente importante que te llevas, sueltas lastre y estas listo para emprender viaje. Puede que se despliegue ante ti ese túnel oscuro y su luz amarillenta o anaranjada al final de ese túnel. La paz y la liviandad que sientes son solo la consecuencia de no tener que sentir a través de un cuerpo tan denso y pesado como el que dejas atrás, esos instantes de relativa confusión, pueden hacernos creer que esa tranquilidad tan palpable es por el medio al que nos adentramos, pero no es así. Es el fruto de la reconciliación y el encuentro con uno mismo, eres amor y en esos instantes te sientes libre.

Al final del túnel, estará esperándonos un ente que se nos presentara como alguien conocido, tu padre, tu madre, un familiar o sencillamente un ser de luz, es solo una proyección que ese ser toma de tu mente o adopta de tus creencias, ese ni es tu padre, ni tu madre y por supuesto menos aun, un ser de luz. Este avatar que aguarde en ese umbral tratara de convencerte de buenos modos que lo acompañes, te dirá que el trayecto puede ser duro y que él, te va ayudar en ese trance, que vuelves a casa y que todos te esperan allí. Esta situación estudiada y planeada al milímetro, apelara a que sea tu voluntad la que a través de tu libre albedrío elija finalmente esa opción, en realidad nos están tentando para que elijamos la opción incorrecta y voluntariamente decidamos escoger esta opción, como siempre, confundidos y engañados. Una farsa bien pertrechada, en la que nuestra única defensa es nuestra voluntad que es nuestra mejor arma y nuestra aliada, nuestra voluntad es sagrada y si nos negamos a ir, esta trampa no funcionara.


Si dentro de nuestra inconsciencia nos dejamos convencer y elegimos seguir a ese falso ser y cruzamos el umbral del túnel, ese ente nos acompañara y nos programara durante un periodo, por el cual, nos ira condicionando mentalmente, nos dejara en un entorno idílico, una simulación virtual de un hipotético paraíso, donde estaremos esperando hasta nuestra reentrada. Mientras esperamos inmersos en esa simulación que no es mas que una operación de control mental, estaremos siendo ordeñados, la energía que emana nuestra alma será extraída para servir como alimento a estos entes parásitos insaciables. Una vez agotada tu estancia allí (aproximadamente entre un mes y medio a unos pocos años según el caso), se te ira condicionando para que elijas la opción de reencarnar, para solucionar tus cuentas karmicas, saldar deudas, que se supone todos tenemos, se nos incoa a creer que esta es nuestra mejor opción. Una vez nos convencen y elegimos volver, se procede al borrado de memoria, lo que también se conoce como el velo, y entramos en nuestro vehículo nuevo, justo en los primeros instantes en que se inicia el parto. Esta entrada del alma en el feto, será la señal, de que el momento ha llegado y se esta listo para nacer de nuevo. Una reencarnación trampeada para mantenernos atrapados hasta el infinito, siempre y cuando continuemos viviendo en la ignorancia, llenos de creencias inútiles y una lucidez escasa hasta el día de nuestra muerte.

Por el contrario, si no caemos en la trampa y no seguimos el camino que nos lleva a esa luz, si no hacemos caso a ese ser que se disfraza de un ser querido o un ángel y nos tienta a elegir el camino incorrecto, iremos al verdadero reino, a nuestro hogar donde realmente pertenecemos, donde la reencarnación es una opción, una decisión donde dentro de tu sagrada libertad, elijes para ayudar a tus hermanos en un momento concreto, no como una constante rueda del samsara en la que estar limpiando tu karma hasta el infinito, esto es solo una creencia y no obedece a la realidad. No existe la culpa, no existe el juicio, eres un ser libre e inocente, desde que naces hasta que mueres y volver, es solo una opción que se elije por amor, no por cuentas pendientes.


El instante de volver a casa y eludir la trampa, es natural, una vez hemos desencarnado, tenemos un periodo de unas horas en el que tú como ser consciente, tomas conciencia de tu situación y te vas desprendiendo de tus apegos, te despides y te quitas el traje, dejas atrás la mayor parte de ese personaje que durante un tiempo encarnaste. Una vez pasado ese margen de tiempo que ronda aproximadamente los dos días, tu conciencia se trasporta inmediatamente al lugar que le corresponde, apareces literalmente a las puertas de ese reino que es tu verdadero hogar y allí, si que estarán todos los seres afines a ti. Allí si eres libre de decidir encarnar si la experiencia es un ejercicio puro de amor, algo altruista y desinteresado, un gesto hacia tus hermanos que necesitan tu ayuda. No hay saldo pendiente, el karma es solo la consecuencia de no sanar debidamente el transito entre vidas, debido a ese sistema de trampa antinatural, en el que cambias de cuerpo, pero para el alma sigue acumulando experiencias como si de una misma encarnación se tratara, por eso se arrastran todas nuestras decisiones y experiencias pasadas de una vida a otra. La encarnación previa no se ha sanado, no se ha soltado lastre y se reencarna de forma antinatural con un simple borrado de memoria, que en el subconsciente del recién nacido comienza aflorar poco a poco, no siendo la muerte un punto y final, si no un obligado punto y seguido, donde nacemos sufriendo las consecuencias que en otro tiempo y en otras circunstancias, no impulsaron a cometer ciertos errores, que hoy sin culpa aparente, pagamos como consecuencia de la ley de acción reacción, que continua operando tal cual.

Eludir la trampa no solo es sencillo, si no que es lo natural, la muerte es un proceso en el que todo tu ser vuelve al lugar que le corresponde por pura atracción. La trampa fue puesta para asegurarse un numero constante de almas dentro del holograma. Los que diseñaron este sistema, recortaron tanto la capacidad y la vida física del Ser, que corrían el riesgo de llegar a pasar hambre, así que se encargaron de desviar el flujo a través de las creencias y el miedo, para asegurarse una perpetua población en la granja, un mecanismo que evita que haya deserciones y que solo funciona dentro de las primeras horas post mortem, una vez superado ese periodo de tiempo, el alma vuelve a casa. Solo debemos llegar a ese trance lo suficientemente lucidos como para no quedarnos pegados a esta realidad, ni entrar en la falsa luz.

Ahora por fin tenemos la información y los detalles básicos como para saber a que enfrentarnos llegado el caso, es hora de dejar de tropezar en la misma piedra una y otra vez, de seguir manteniendo, el sustento a estos falsos dioses parásitos. Morir y volver a casa de forma natural es nuestro verdadero cometido, reposar, limpiarnos de todo lo vivido y encarnar por decisión propia y libre. Esta será solo una opción propia tomada de forma libre y voluntaria, un gran gesto de amor. Hay salida y de hecho muchos salen, el holograma esta empezando a dar signos de fatiga, su desaparición será un hecho en unos pocos años y todo lo aquí expuesto será solo una curiosidad, una anécdota dentro de nuestra eterna e infinita existencia.

Publicado por Ruben Torres

lunes, 29 de diciembre de 2014

¿Cuánto tiempo hay que dedicarle a la masonería?


La decisión de si su agenda tiene lugar para la masonería es suya. No se deje paralizar por la idea de que se necesita mucho tiempo; pero tampoco se engañe pensando que esta es una organización para llegar una vez y desentenderse. Si usted desea incursionar en un proceso de autotransformación y servicio a la humanidad a través del método masónico, la asistencia y el estudio regular son la clave.


Desde el punto de vista del tiempo, la actividad masónica se compone de dos partes: el trabajo grupal de la organización y lo que cada quien le dedica en su vida privada.

El trabajo grupal se realiza en fechas preestablecidas, según un calendario anual. La asistencia a estas actividades semanales proporciona grandes beneficios: se fomentan las buenas relaciones humanas; se comparten opiniones, ideas y descubrimientos; se despejan dudas e inquietudes; se amplía el conocimiento y se transmite el bagaje de la propia tradición.

El trabajo privado o personal lo administra cada quien en su diario vivir, a su ritmo y según sus necesidades e intereses. Implica el estudio, la lectura, la meditación en los símbolos masónicos y, sobre todo, la aplicación práctica de lo aprendido. El conocimiento se traduce en formación de actitudes, valores, comportamientos y puntos de vista que paulatinamente nos van transformando a un nivel interno y estructural. El objetivo es ser diferente, no solo hacer algo diferente.

El trabajo grupal consiste en una sesión a la semana, en un día y hora ya establecidos por la agrupación a la que la persona desea unirse. Para el trabajo individual no hay obligaciones ni fórmulas. Puede ser algo tan sencillo como incluir un libro de masonería en las lecturas usuales.

Conforme pasen los años, si así lo desea, puede aumentar su nivel de compromiso y responsabilidad al asumir alguna labor activa a nivel organizativo, siempre y cuando se lo permitan sus actividades y obligaciones personales. Ya para entonces podrá valorar cuánto desea aportar al grupo. A partir del momento de su admisión, una persona puede seguir asistiendo a la masonería hasta el final de su vida, si así lo elige.

Siempre la decisión será suya: infórmese sobre los beneficios de pertenecer a una organización masónica, defina sus prioridades, analice su agenda y valore si los beneficios superan los potenciales sacrificios. Si es así, tal vez ya ha llegado el momento de solicitar admisión.

http://elportico.wordpress.com/2011/10/30/%C2%BFcuanto-tiempo-hay-que-dedicarle-a-la-masoneria/

domingo, 28 de diciembre de 2014

Contactados : Instrumentos para difundir confusión.



La figura del contactado es de las mas atrayentes y atractivas que viajan en la órbita del despierto. Un Ser humano, que toca esa realidad a la que muy pocos logran acceder, y que tan atractiva y romántica nos es pintada. Un privilegiado que ve y toca un tema tan tabú como es el extraterrestre y que relata en primera persona una experiencia que roza lo onírico. No es cuestión de desprestigiar a estas personas ya que ellos solo son victimas inocentes, almas humanas con buena fe que desean hallar esos buenos deseos en aquellos que lo contactan. Tecnología, información privilegiada y esa pizca de distinción, es lo que permite que caiga en la trampa y viva una realidad de contacto que dista mucho de ser la realidad. No quiero dar a entender que ese contacto no sea real, si no que las intenciones que esconden esos “extraterrestres” no son puras.

Tras un proceso en el que el contactado va pasando por una serie de distintas fases de contacto, finalmente acaba haciendo su particular travesía viajando en las naves y palpando en primera instancia “eso” que solo en las películas o en la literatura aparecían como algo remotamente posible, pero hay están surcando el espacio, con esos hermanos cósmicos, con intenciones humanitarias y tecnología revolucionaria. Para mi, estos viajes no serian distintos, a lo que sentiría un niño en Disneylandia, ellos pueden y saben como hacer creer a cualquiera lo que quieran que crea, lo llevan haciendo miles de años, por que ahora iba a ser distinto, antes fueron considerados dioses ahora toman el rol extraterrestre, peor básicamente son los mismos haciendo lo único que saben hacer, manipular. El proceso del contacto es otra muesca mas en el fenómeno ovni, el cual parece responder a un plan de creencia global, mas que ha unos hechos aislados y puntuales de naves que pasaban por aquí. Tampoco sus operaciones parecen obedecer a un proceso de acercamiento para una posterior presentación en sociedad, ni siquiera algo que pudiéramos tomar como examen y evaluación de una civilización en proceso de progreso tecnológico.

Libros, conferencias, cursos, terapias... un negocio, en el que los únicos beneficiados son estos entes.

Nos pueden decir que son del planeta que sea, de la estrella que elijan, en la constelación que se les antoje, por que sin duda toda esa información será literalmente falsa. Tenemos la engañosa tendencia a creer lo que se nos dice sobretodo si es alguien que se supone superior tecnológicamente, y al dejarnos deslumbrar por su tecnología, sus naves y su telepatía, caemos inocentes embriagados en su halo sobrenatural, pero es mas que probable que todo eso lleve aparcado en los sótanos de La Tierra desde hace eones. El trastero de los dioses de la antigüedad, hoy son hermanos cósmicos que desean la evolución de la conciencia humana para preservar el rico ecosistema terráqueo o cualquier otra cosa que despierte nuestra empatía, también nos dirán que han averiguado que hay malos, muy malvados ocultos, manejando los designios de la humanidad (son ellos mismos) pero jamás dirán quienes son, ni donde están, ni darán detalle alguno, solo vagas referencias ¿curioso no?

Extraterrestres jugando a la conspiración con el contactado, que desde ese mismo instante tendrá pulpito para entregar la buena nueva a todo aquel incauto que se aproxime a comprar su humo, porque esa es otra de las cualidades del contactado, publicar y publicar una retahíla de verdad cósmica y experiencias de realidad virtual con la que llena de paja las mentes de aquellos que se aproximen. En el mejor de los casos el contactado se forja una reputación y crea un “negociete” con el que sufragar su causa y mantenerse en ese circo, en el peor, el contactado acaba en el ostracismo, usado, desprestigiado y arruinado. No son pocos los contactados que se han visto envueltos en el halo de la atención y han caído presas de esa misma atención, otros se dedican en cuerpo y alma a aquello que creen que es, una experiencia real y se olvidan de mantener un modo de vida mínimo que te mantenga dentro del sistema, los hermanos cósmicos usan al contactado, pero se olvida que este come, tiene familia y necesita dinero para mantenerla, así que si no es de los que quieren hacer negocio con su experiencia, será exprimido como un limón y repudiado entre aquellos que le aportan la experiencia, y los que la reciben con ansia.

El contactado jamás es consciente de la clase de entidades que le contactan, no averigua jamás sus verdaderas intenciones, ni su verdadero aspecto. Estos se presentan como seres humanos nórdicos amigables, atractivos y amorosos, con naves y domos luminosos, con tecnologías inéditas en nuestro paradigma. Extraterrestres que no pueden ser catalogados así, ya que llevan aquí desde antes que nosotros pisáramos la Tierra, por lo tanto, solo se limitan a simular una situación de hipotético avistamiento programado y posterior contacto. Lo curioso es que a nadie le choque que unos seres vengan a la Tierra desde esas distancias y se limiten a contactar exclusivamente con un individuo y montar todo ese circo, para posteriormente olvidarlo y dejarlo en una paupérrima situación. Una victoria pirrica de un individuo que se cree especial, tocado por la fortuna al vivir esa experiencia, y al final acaba en la cloaca del frikismo, ante una audiencia que solo pide más.

Los contactos de 1ª fase ritualizados una vez al mes o con cita previa se asemejan mucho al fenómeno mariano.

La mayoría de ellos suelen ser contactados y citados a través de escritura automática, lo que nos da una pista de que muy extraterrestres no son, estos contactados canalizan mensajes previos al contacto. Unos avistamientos programados en los que no es difícil imaginarse la agenda que el piloto de la nave puede llegar a tener (a las 7:00 am desierto de Atacama, a las 20:00 pm Monserrat, a las 00:00 pm Sochi…) una gira de contactos programados en la que realizar el consabido teatrillo, movimientos en zigzag, la caída de la hoja, desplazamientos en L y los famosos cambios bruscos de velocidad y dirección. Después del espectáculo en el que dejan a unos cuantos borregos mirando al cielo con la boca medio abierta, se marchan y hasta el mes que viene.

No trato de crear polémica, hay muchos hambrientos de este tipo de experiencias, pero no es difícil percatarse, que todo responde a un patrón que se repite hasta la nausea, en la gran mayoría de los contactados y que forma parte de una ritualistica de la que no es fácil que se salgan, una especie de guión muy estudiado, tras miles de años de experiencia con cientos y cientos de humanos que ayer fueron profetas, y hoy son solo herramientas de usar y tirar, para estas entidades, que tienen poco de “extra” y menos aun de “terrestres”. Deberíamos desconfiar de todo esto, deshacernos de la idea romántica que nos dieron de ese contacto las películas y pensar que estos entes asumen distintos y diversos roles, extraterrestres, dioses, guías, arcángeles, maestros, vírgenes… Todo se reduce a los mismo y todo guarda relación solo quieren mantenernos presos, llenarnos de creencias, mezclarlas para atraparnos aun mas, no dejarnos pensar, e impedir liberarnos de nuestras cadenas.

Al final el contactado no es más que una victima, que por desgracia jamás se da cuenta de donde se han metido y cual es su probable final. Si ellos deciden no prostituirse vendiendo su experiencia y la información intoxicada que le dan esos "extraterrestres", acaban arruinados, enfermos y olvidados. Son un juguete roto, son los tontos útiles para estos entes y un articulo de consumo mas para la sociedad, que lo paseara por los distintos medios del circo y lo olvidara al poco. Todos hemos seguido la trayectoria de estos contactados, todos hemos seguido su ascenso y su posterior debacle, podía dar ejemplos con nombres y apellidos, pero respetare a esas personas a las que considero victimas inocentes en manos de psicópatas.

Publicado por Ruben Torres

sábado, 27 de diciembre de 2014

¡NO A LA SIMBOLATRIA, SI AL SIMBOLISMO!

¡NO A LA SIMBOLATRIA, SI AL SIMBOLISMO!

Desde hace unos treinta años, se asiste, en cierto número de logias masónicas, al retorno de un concepto según el cual el simbolismo masónico constituiría un medio privilegiado para alcanzar « Verdades de Orden Superior ». Esta creencia lleva pues a algunos Hermanos a buscar significados profundos para nuestros símbolos en ámbitos que a menudo no guardan relación con la Masonería. Conduce también a que la mayor parte de los trabajos de esas logias sean trabajos dichos « simbólicos ». El resultado es el desarrollo de un simbolismo tal que los símbolos son venerados por sí mismos, que el simbolismo se vuelve una fin en sí mismo, y que se asiste a veces al establecimiento de un nuevo culto, la « simbolatría », o adoración excesiva de los símbolos masónicos.

Les propongo, pues, proceder primero al análisis de la « simbolatría », análisis que nos llevará a rechazar esta interpretación del simbolismo como errónea e ilusoria. Podremos entonces reflexionar sobre la naturaleza, las funciones y el modo de acción de la herramienta simbólica en la masonería del Gran Oriente de Francia. Esta reflexión nos permitirá entonces comprender la importancia de los símbolos y de un buen uso de esas herramientas en la Masonería.

I – ¡NO A LA SIMBOLATRÍA



La simbolatría se origina en la idea de que existe un « Conocimiento de Orden Superior », inaccesible por los medios habituales de que dispone el Hombre, pero que puede alcanzarse gracias a la utilización de los símbolos en general y masónicos en particular. Este concepto estuvo muy en boga desde el origen de la masonería y constituyó una de las ramas principales de las preocupaciones tempranas de los masones (cf. los trabajos de los Philalètes). Este concepto lo han vuelto a poner de actualidad Wirth, Boucher, Bayard, Berteaux y otros… Así, Boucher ha escrito: « La Masonería abre la vía a la iniciación, es decir, al Conocimiento, y sus símbolos permiten acceder a él ».

Esta frase contiene dos afirmaciones:

En primer lugar, existe un Conocimiento con C mayúscula, y hoy dejaré de lado el examen de la naturaleza de ese Conocimiento (he hablado largamente de ello en mi libro Simbolismo y masonería).

En segundo lugar, los símbolos masónicos constituyen los medios de acceder a ese Conocimiento. De hecho, la simbolatría es una desviación de esta segunda afirmación, una exageración de esa teoría. Posee cierta cantidad de características, de las cuales cuatro particularmente típicas: una ausencia de método, la exacerbación interpretativa, la teoría de la libre interpretación de los símbolos, y también, la pérdida del más elemental sentido común por parte de los masones.

Además, reposa sobre un contrasentido en la palabra « símbolo », y por todos esos aspectos, la simbolatría nos aleja de un « buen uso » del simbolismo masónico.

1. Ausencia de método o las afirmaciones sin prueba.

Guénon escribe por ejemplo: « el simbolismo es el medio más adaptado a la enseñanza de las verdades de Orden Superior » (Símbolos de la ciencia Sagrada).


Bayard prosigue: « Este lenguaje mudo (el símbolo), reflejo de la tradición y del orden cósmico, permite desentrañar la esencia de las cosas », y también: « el simbolismo es el crisol de todas las ciencias, así como su síntesis » (Chaîne d´Union, 1948-49, nº 8, p. 353). Pues bien, esas alabanzas ¡nunca vienen acompañadas por las instrucciones que permitirían pasar del símbolo al Conocimiento! No existe ninguna exposición sistemática de algún método de acceso al Conocimiento mediante los símbolos masónicos. Y sin embargo, si dicho método existiese, uno se pregunta: ¡para qué gastar millones de euros en investigación científica! A falta de método, hay que buscar y encontrar otra cosa, los catálogos de símbolos másonicos servirán de apaño.

2. La exacerbación interpretativa

La mayoría de los trabajos que tratan de los símbolos masónicos proporcionan, para un símbolo determinado, todas las interpretaciones que se puedan imaginar. Esas interpretaciones deberían, por su riqueza, permitir al masón que alcance el Conocimiento. La interpretación moral de los símbolos se considera generalmente trivial, insuficiente e indigna de la « verdadera » masonería; es, por tanto, rechazada. Boucher escribe al respecto: « Cuando (como se observa en la mayoría de autores que han tratado el simbolismo masónico) los comentaristas se explayan en disquisiciones morales, puede uno estar seguro de que los comentaristas no han recibido siquiera la inteligencia elemental de los símbolos ». Gracias a los antecesores, « nuestros venerados Maestros », que adoptaron la mayor parte de nuestros símbolos fundamentales a causa, precisamente, de la enseñanza moral que contenían. Se preferirá por tanto las explicaciones extraídas de las ciencias ocultas: numerología, astrología, tarots, magia, alquimia, cábala…. constituyen las fuentes interpretativas privilegiadas.


Boucher es un adepto de la magia; escribe por ejemplo, acerca del hermano guardatemplo: « está provisto de una espada mágica destinada a disolver los conglomerados fluídicos. El guardatemplo requiere pues una calificación mágica. » Wirth es aficionado a los tarots, Berteaux se dedica a la numerología, pero Pitágoras lo hubiese despedido por los numerosos errores que comete. Numerosos autores se lanzan a la Cábala, sin conocer ni una palabra de hebreo.

Desafortunadamente, todos estos simbolistas se copian mutuamente, y tiene que esforzarse, para existir, por proponer nuevas interpretaciones, cada vez más excesivas, y como a veces los autores no conocen el tema que tratan más que por la lectura o el «copia y pega» de obras de segunda o tercera mano, la cosa desemboca en catástrofes conceptuales. Citemos dos ejemplos entre otros:

Irène Mainguy quien, en la « Symbolique du 3ème millénaire », 1ª edición, Dervy 2001, p.162 escribe: « … Guénon desarrolla que 2 es el primer número par, y que es 3, y no 1, el que se considera como primer número impar; por consiguiente, 2 es el número de la Tierra y 3 el número del Cielo. »

Para empezar, no ha habido que esperar a Guénon para considerar que 3 era el primer impar, los griegos ya lo pensaban. Que 2 sea el número de la Tierra o el de la cantidad de cabellos sobre la cabeza de Matías, porqué no, aunque nadie sabe lo que es el «número de la Tierra», y lo que significa. Pero lo que es aberrante es el «por consiguiente»: es lícito preguntarse cuál es el razonamiento que permite pasar «por consiguiente» de la afirmación: «2 es el primer número impar» a «2 es el número de la Tierra». ¡Misterio simbólico donde los haya!

Otro ejemplo, extraído del Diccionario de los símbolos masónicos, Jean Ferré, le Rocher 1997, p. 84-85; partiendo de las dimensiones de las columnas J y B, el autor nos dice:

«La Cábala permite otra interpretación [de esas columnas], desarrollada por numerosos autores, que reproducimos aquí a fin de facilitar el trabajo del lector. Cada columna, ornada por su capitel, mide, en codos: 18 + 5 = 23, es decir 46 para las dos columnas.

Adán: Aleph, Daleth, Aleph, Mem = 1 + 4 + 1 + 40 = 46,

Edén: He, Daleth, He, Nun = 5 + 4 + 5 + 50 = 64, es decir la inversa de 46.

El espacio delimitado por las dos columnas sería pues el lugar terrestre donde se invierten los mundos. Se deja el mundo profano para entrar en lo Sagrado, en lo divino. »

Dos observaciones: 
Los hebreos no conocían los números « árabes », utilizaban, como cifras, las letras del alfabeto. Así, cuarenta y seis se escribe: mem/vav, es decir: מו , y sesenta y cuatro se convierte en: samekh/daleth: סד. Así pues, no hay ni inversión, ni simetrías numéricas. 
Más grave: si bien es cierto que, en francés, Adán y Eva se escriben como indica el autor, no es así en hebreo, donde Adán se escribe: aleph/daleth/mem, valor numérico 45, y Edén: ayin/daleth/nun, valor numérico: 114. Quod erat demonstrandum. 


La única observación pertinente que cabe hacer es que «Adán» posee el mismo valor numérico, 45, que la palabra «qué», lo que permite afirmar que ¡el hombre es un interrogante perpetuo!

3. La libre interpretación de los símbolos

La simbolatría opina que cada cual puede interpretar libremente un símbolo, ya que, como escribe un hermano: «el símbolo que no significa una realidad evoca necesariamente todo y su contrario» … y viceversa, claro. Dicho de otro modo: «sin comentarios».

4. Pérdida del sentido crítico

A esto se añade la pérdida de sentido crítico que aqueja a los masones en cuanto se habla de simbolismo. Y eso que, en el mundo profano, el masón es un hombre o una mujer a quien «no se la dan con queso», cuyo sentido crítico está particularmente desarrollado, y que se considera representante de un pensamiento libre ya que liberado. Pero en cuanto se trata de hablar de símbolos y de simbolismo, entonces me parece que hay una abolición total de todas esas cualidades, y vemos al masón aquejado de ceguera mental y dispuesto a tragarse todos los errores y sinsentidos que se le presentan, puesto que se trata de símbolos.

II – SÍ AL SIMBOLISMO.

Para afirmar: sí al simbolismo como herramienta de los masones, debemos responder a tres preguntas: 1 – Qué es un símbolo, 2 – Por qué los masones utilizan símbolos, 3 – Cómo funciona el símbolo.

1. ¿Qué es un símbolo?

Pienso que las dificultades que encontramos cuando hablamos de símbolo provienen de un contrasentido que cometemos cuando utilizamos esa palabra.

Estamos tan acostumbrados a utilizar expresiones como « el mandil es un símbolo » que no nos damos cuenta de que, en realidad, esa frase no quiere decir nada por sí misma. Esto resultará evidente si sustituyo la palabra « mandil » por la palabra « mantequilla » y digo: « la mantequilla es un símbolo », frase que nadie comprenderá si no preciso para quién y de qué, en la masonería, es símbolo. Por ejemplo, ponerse un trozo de mantequilla en la cabeza es un símbolo de cambio de estátus social en el seno de la etnia dorzé (cf. « el simbolismo en general », D. Sperber, colección savoir, ediciones Hermann). Dicho de otro modo, en un símbolo entran en juego tres elementos: 

Un «objeto» soporte de otra cosa, a saber, un sentido: 

Aquí el cambio de un estátus social pero ¿para quién? 

El grupo humano que reconoce la validez de la relación entre el objeto soporte y el sentido: el miembro de la etnia dorzé. 


Un símbolo no es pues el mero «objeto» soporte del símbolo, sino el conjunto de un ternario indisociable: objeto soporte + sentido significado + grupo humano.

Obsérvese que esta definición es conforme a la definición primera del símbolo: objeto cortado en dos (soporte), utilizado por dos personas (grupo), para reconocerse (sentido).

Las confusiones

La fuente

La práctica, o mejor dicho la pereza humana, han consagrado, desafortunadamente, la práctica de denominar símbolo tanto el objeto soporte como el conjunto: soporte + sentido + grupo humano. Este procedimiento es erróneo. La confusión de la parte con la totalidad es análoga a la que hacemos cuando invitamos a alguien a «venir a tomar una copa en casa»: ¡nos extrañaría mucho que nuestro invitado se dirigiera al armario y se apoderara de una copa! (en este caso, hay confusión entre contenido y continente).

No hay que olvidar nunca el doble sentido de la palabra símbolo, y hay que recordar que no designa al soporte, sino al ternario soporte, sentido, grupo humano.

Las consecuencias

Esta confusión conlleva cierta cantidad de derivas. Como en el caso de ese aprendiz que hizo aullar de indignación a los HH.·. de su logia cuando dijo: «El pavimento es el símbolo del apartheid ». En ese caso, sí hay un un binomio soporte-sentido (grupo racista, por ejemplo). Ya no estamos en el contexto del símbolo, sino en el caso de una interpretación personal de un soporte. Para ser coherente, nuestro aprendiz debería decir: « Para mí, el pavimento mosaico representa el apartheid ». No existen los símbolos personales, stricto sensu, sino las representaciones personales, ciertamente simbólicas, pero individuales. Otro ejemplo: para todos los hombres (grupo), la nube (soporte) y la lluvia (sentido) forman un símbolo, pero cada hombre (individuo) puede ver en la nube (soporte) la representación de todas las formas (sentido) que le place ver. Es esta confusiónentre símbolo y representación simbólica personal la que origina toda esa literatura esotérico-simbólica que hace las delicias de tantos masones, pero que no guarda relacion alguna con la utilización del símbolo como herramienta masónica y que no proviene, realidad, sino de un mal uso de las palabras.

2. ¿Por qué los masones utilizan símbolos?

Si los símbolos masónicos no son el medio para alcanzar el Conocimiento con C mayúscula, ¿cuáles son las razones que pueden llevar a un grupo humano a utilizar un símbolo, es decir a emplear una formulación diferente de la formulación explícita habitual, que parecería más normal y más fácil de emplear? Estas razones provienen de los caracteres específicos del símbolo, de los cuales tres son esenciales: 

En un símbolo, sólo el soporte es visible por todos 
En un símbolo, el sentido dado al soporte es diferente de su sentido habitual 
¡Ese sentido nuevo dado al soporte sólo lo conocen los miembros del grupo que reconoce como pertinente ! 

Esto tiene por consecuencias:

a. En un símbolo, sólo el soporte es visible por todos:

Para nosotros, masones, la consecuencia, es el artículo V de la Constitución:

«La masonería posee signos y emblemas cuyo alto significado no puede ser revelado sino mediante la iniciación. Estos signos y emblemas (…) permiten a éstos (los masones) reconocerse y ayudarse en toda la superficie del globo.»

El soporte oculta a los ojos de quien ignora el sentido: es pues, también, el protector del secreto de esa pertenencia.

b. El sentido significado por el soporte es diferente de su sentido habitual:

Varias razones explican que se utilice el soporte en un sentido diferente al habitual:

b.1 La primera es tener una formulación más simple, más económica y a menudo más fecunda que una formulación explícita: es el caso de las ciencias matemáticas, físicas, químicas, etc. Admitidos, comprendidos y adoptados por el conjunto de miembros de la comunidad científica, lo símbolos permiten una expresión y una comprensión universales.

b.2 Además, existen también conceptos abstractos y/o complejos que resulta mucho más fácil traducir por símbolos. Así Moshe Idel, gran cabalista contemporáneo, escribe: « Los símbolos tienen por función ayudar a percibir lo que es difícil comprender. El símbolo es pues mucho más comprensible que la propia entidad o los propios procesos simbolizados. »


b.3 Finalmente, uno puede tener que caracterizar algo ausente o indefinible, y el símbolo permite esa suplencia. Es el caso, por ejemplo, de una vela que ocupe, en una familia, el lugar de un muerto, o bien, en el judaismo, la utilización del tetragrama iod/he/vav/he que simboliza a Dios en su carácter trascendente y por tanto totalmente indefinible.

c. El nuevo sentido otorgado al soporte no lo conocen sino los miembros de aquel grupo que reconocen como pertinente ese sentido diferente:

La razón esencial y primera de esta forma de proceder es la de callar el contenido de un secreto: se utiliza entonces el símbolo para ocultar bajo un soporte visible el sentido secreto de ese contenido, al tiempo que dicho sentido permanece comprensible para todos los miembros del grupo que lo conocen y comparten.

Es el célebre caso de los alquimistas, que recurrían sistemáticamente a los símbolos para expresar y ocultar sus teorías y sus operaciones prácticas.

Así, los símbolos masónicos son, efectivamente, portadores de sentido, pero ¿cuál? Por supuesto, no poseen ningún contenido secreto, el único secreto de la masonería ¡es que no hay secreto! Sencillamente, a cada momento de nuestra vida masónica, los símbolos, bajo sus variados soportes, están ahí para expresar las cualidades que un masón debe poseer, las virtudes que debe practicar, los valores que debe promover y defender. Puede parecer un flaco programa, pero diré que, si concediéramos algo menos de importancia a la glosa simbólica y prestáramos algo más de antención a los valores ilustrados por nuestros símbolos, entonces, quizá los masones serían un poco mejores que los profanos y el brillo de la masonería algo más esplendoroso.

Pero además, cada símbolo se integra en un conjunto más amplio, un sistema completo, el Simbolismo masónico, a saber: obrar por la mejora material y moral del hombre y de la sociedad. Este proyecto está contenido en el título que nos otorgamos: franc, guión, masones; franc: nos proponemos, pues, liberarnos de todos los obstáculos exteriores e interiores que impiden el nacimiento y el desarrollo de un pensamiento libre; guión: nos invita a la unión de todos los masones de buena voluntad para que nuestra acción sea más fecunda; finalmente, masón: el proyecto masónico nos impone ser constructores de un mundo más justo e ilustrado.

Se impone una última pregunta:

3. ¿Cómo « funciona » el símbolo?

Recurriré a la Biblia para la respuesta, y más precisamente a un extracto de los versículos 38 y 39 del capítulo 15 de Números. Cito: «El Eterno habló a Moisés, diciendo: Habla a los hijos de Israel y les dirás que se hagan franjas en los bordes de sus prendas. (…) Y cuando las vean, recordarán todos los mandamientos del Eterno y los aplicarán.»

He aquí un símbolo con sus tres elementos constitutivo: un soporte (las franjas en los bordes de las prendas), un sentido (recordar los mandamientos y ejecutar los mandamientos del Eterno), un grupo humano (los hijos de Israel). Pero el punto más importante es el siguiente: « … y cuando vean las franjas, recordarán… » Esta frase nos indica cómo funciona el símbolo. El texto no dice: « cuando interpreten las franjas », o « cuando hagan 5, 10 ó 15 minutos de simbolismo sobre las franjas », sino « … cuando las vean… »


Dicho de otro modo, el símbolo no se dirige en primer lugar a nuestra inteligencia discursiva, a nuestro razonamiento. Actúa sobre nosotros mediante otro canal, el de nuestros sentidos, en particular, la vista. El símbolo, cuando vemos su soporte, activa un reflejo condicionado que nos recuerda el sentido del símbolo. Ese reflejo se apoya en una información y una reflexión anteriores, cuando aprendimos el sentido dado al soporte y nos adherimos a ese sentido. Con el tiempo, ese reflejo, muchas veces repetido, nos impregna y nos condiciona.

Llegado al término de nuestra reflexión, es posible medir la validez de la tesis propuesta. En la acepción que vengo de desarrollar, la naturaleza, los roles y el modo de acción del símbolo en la masonería se inscriben de manera pertinente y coherente. El rechazo de toda simbolatría no conlleva ni reducción ni empobrecimiento del valor del símbolo, sino, al contrario, saludables aclaraciones, ampliación y enriquecimiento. Porque lo fundamental son los valores vehiculados gracias a su expresión simbólica, y no una simbolatría confusa, errónea e infantilizante que Lenin, si hubiese sido masón, habría calificado sin duda de enfermedad senil de la masonería franco-francesa.

Jean-Charles Nehr, 

https://mandilesazules.wordpress.com/tag/simbolatria/

viernes, 26 de diciembre de 2014

El inicio de la Cosecha.




Existe mucha información sobre el poder de los números, su influencia en los acontecimientos cotidianos, su relación con el éxito o el fracaso en la consecución de nuestros propios proyectos, como nos marcan en el desarrollo definitivo de nuestras vidas y como los estudian distintas ciencias y filosofías. Los números son un lenguaje universal y en todo a lo que conciernen nada es casual, todo esta debidamente orquestado, y todas y cada una de las piezas terminan encajando numerológicamente.

Desde la fecha del fin del calendario Maya el 21 del 12 del 2012, mucha información se ha volcado sobre el numero 11, de hecho, la suma de esa fecha da 11, 2+1+1+2+2+0+1+2=11 esto no puede ser tomado como casual. Hay completísimas tesis basadas en el 11 que podéis encontrar fácilmente, pero yo me voy a centrar en el 9, número maestro que encierra una importancia para mí, vital. El numero 9 representa el fin de un ciclo, es el numero que encierra la divinidad, la conciencia del todo, la trinidad de la trinidad, es la representación fractal de Dios, representa la maestría, la sabiduría y el autoconocimiento pleno.

En artículos anteriores en los que hablaba de la cosecha, el único dato que me faltaba siempre ha sido el cuando y la respuesta la tuve siempre delante, pero no fui capaz de verla hasta hace relativamente poco. Aun a riesgo de ser etiquetado y dar una fecha concreta a algo que no depende de mí, me arriesgare y procurare dar un periodo de tiempo aproximado en el que la cosecha tendrá inicio (aunque algunos han asegurado que la cosecha ya se inicio, personalmente no tengo constancia de esto) y La Tierra comenzara a dar síntomas de este cambio.


Como decía el 9 indica un fin de ciclo, tenemos por delante dos años en el que el numero 9 regirá nuestros acontecimientos, si bien este 2014 es año 7 (2+0+1+4=7) repasa los acontecimientos de este año y veras que el 7 esta muy presente en cada uno de ellos. En 2016 estaremos en un año 9 (2+0+1+6=9) lo que indica que llego el inicio del final de un ciclo y puede que con ello se inicie el desencadenante de todos los acontecimientos que se han ido previendo durante estos últimos años. Antes de eso debemos ir notando un desarrollo en los acontecimientos que indiquen que este fin de ciclo es efectivo. En 2016 veremos las primeras espumas de lo que mas adelante será un océano. Tenemos que tener en cuenta que este arranque no será algo instantáneo, como muchos pensaron en 2012, es algo que se sucederá, poco a poco y de manera escalonada, quitaros de la cabeza esos apocalipsis peliculeros, de hecho apocalipsis significa "revelación" o "quitar el velo" así que podéis haceros una idea la clase de apocalipsis que enfrentamos, una caída del velo, una recuperación de la memoria, histórica y espiritual, todo terminara quedando expuesto y a la vista, nada que ver con el caos y la destrucción hollywoodiense.

La disminución de elementos de control, un cambio brusco en los modos en los que operan los integrantes de la negatividad, una progresiva exposición de esos elementos negativos y una mayor y forzosa desclasificación de información, todo poco a poco quedara expuesto y plenamente visible. Todo esto concluirá con una huida de esos elementos que representan el polo negativo en este juego, la nueva vibración que poco a poco vaya adquiriendo La Tierra obligara a mudarse a estos elementos y otros serán destruidos o transformados. Ahora están tratando por todos los medios, retrasar lo inevitable, lo saben y lo temen, el fin de la esclavitud y el sometimiento esta cerca.

Debemos dejar de tenerles miedo, esta partida la han perdido y no pueden hacer nada para cambiar algo que es a todas luces inevitable, solo debemos saber que cuando se marchen lo harán haciendo mucho ruido, querrán ritualizar su marcha de este planeta, que de hecho ya no les pertenece y provocaran un gran evento, para que muchos de nosotros volvamos al paradigma del miedo. Como decía, estamos en un periodo de transición, un ciclo en el que se abrió un paréntesis, doy por hecho que ese paréntesis se cerrara entre 2016 y 2025, parece mucho tiempo, un periodo de 9 años en el que estará en nuestra mano ampliar nuestras conciencias y abrazarnos al polo positivo, que cada vez se hará mas y mas evidente. La negatividad será cada vez menor, pero en sus últimos estertores provocara que alguno caiga en el miedo y sea arrastrado por ella.

En ese periodo de 9 años entre 2016 y 2025 viviremos un pequeño periodo de tiempo en el que tendremos la oportunidad de comprobar como los elementos negativos y de control que influían en nuestro libre albedrío desaparecen, y tendremos ante nosotros la oportunidad para demostrar lo que somos capaces como civilización, una oportunidad de oro para potenciar el servicio a los demás, elevar la conciencia humana a los niveles necesarios, para provocar nuestra trascendencia y llegar a la masa critica necesaria para ser cosechados de forma positiva, esto no quiere decir que no haya que hacer un esfuerzo personal, no basta con estar despierto, todos debemos pasar por un proceso de depuración, en el que someteremos a examen todas y cada unas de nuestras creencias, nuestras programaciones, nuestros egos y nuestro conocimiento.

Los elementos de control desaparecerán, los medios de comunicación cambiaran su línea argumental, las sociedades mercantiles y los bancos se transformaran o desaparecerán, si no consiguen adaptarse, y las caras que ejercen el poder cambiaran radicalmente, el dinero no será un elemento para esclavizar, si no una herramienta de intercambio. Todo esto será un periodo momentáneo de trabajo mientras continuemos en la tercera densidad, una vez seamos cosechados y vayamos a la densidad superior todo esto será un recuerdo. Un recuerdo, porque a partir de ya, todos empezaremos a recordar, todos empezaremos a saber quienes somos y lo que fuimos, nos daremos perfecta cuenta del papel que jugamos y desecharemos para siempre el miedo y las creencias.


Sea como fuere debemos empezar a trabajar, cada uno de forma individual para tirar abajo todos nuestros viejos dogmas y crear una nueva realidad en la que los elementos negativos no puedan adaptarse. Debemos dejar de prestar atención a sus eventos para evitar caer en el miedo, la indignación y la frustración. Hay que pensar que solo les queda el recurso del pataleo y debemos hacer oídos sordos a su ruidosa propaganda de caos y destrucción, dejar de alimentarlos con nuestros temores, ser fuertes y decididos en aquello que queremos conseguir, esa meta utópica esta al alcance, solo debemos querer. 2025 se antoja lejano, pero nos da la oportunidad de remangarnos y ponernos en serio, esa fecha marcara un antes y un después en el planeta, todo lo negativo, lo que hoy palpas como irrefutable será destruido, nada quedara en pie, la civilización del miedo será anegada y otra realidad saldrá a flote, para aquellos que entendieron y recordaron su verdadero Ser, ellos son los que se quedaran tras la cosecha, ellos son los que heredaran la nueva Tierra, libre.

Toda la tecnología del demiurgo para evitar que lo que esta por llegar, los abrase es inútil, la geoingeniería para el control del clima, es inútil y solo alarga su agonía, no solo tratan de evitar nuestra activación, si no que tratan de evitar su inmolación, sus mantas químicas no bastaran para que el alma humana tome el lugar que le corresponde y rompa sus cadenas de una vez. En su agenda esta marcado 2025 como fecha tope, saben que todo su trabajo se concentra antes de que ese evento se aproxime y los arrase.

No alimento esperanzas, no soy profeta, no canalizo, solo escucho mi corazón y este me confirma que ya ha comenzado, es el principio del fin, del fin para los parásitos que nos han oprimido y nos han contaminado, con sus creencias y su miedo, ahora seremos verdaderamente libres encarnados en un vehículo humano sin mutilar, completo y capaz. El amor, la hermandad y las tres haches son lo único que necesitas para lograrlo, es una ocasión excepcional que no se volverá a dar en mucho tiempo, desviarnos del camino por objetivos vacíos o miedo, puede ser la peor decisión que habríamos de tomar. No habrá grandes eventos, no habrá salvadores, no habrá guías, solo nosotros y nuestra capacidad para elegir de forma correcta. Las opciones están claras, ahora te toca elegir y trabajar en esa elección.

Publicado por Ruben Torres

jueves, 25 de diciembre de 2014

Jano


El dios Jano, con sus dos —o, en raras ocasiones, cuatro— caras es una de esas figuras míticas a menudo asociadas con la masonería, como herencia de los collegia fabrorum, los gremios artesanales de construcción romanos, que veneraban a este dios (Daza, 1997: 216).


Para los romanos, Jano protegía las puertas y el tiempo y, por lo tanto, se convirtió en símbolo de todo inicio, pasaje y transición: el paso de un estado a otro, del pasado al futuro, e incluso, según señala Guénon, de la iniciación en los misterios (referido por Cirlot, 1958/2003: 266).

Era el primer dios en ser invocado para iniciar cualquier empresa y tenía la potestad de “abrir” cualquier puerta. Extendía su protección a todo aquello que estuviera a punto de comenzar o incluso de nacer. En estrecha relación con la diosa Juno, protegía a las mujeres que estaban a punto de dar a luz (Poupard, 1985/1987: 888).

Así como Jano presidía los nuevos comienzos, Vesta, la diosa del fuego del hogar, presidía los finales. Si bien esta pareja de dioses no estaba emparentada entre sí, ambos representaban una dualidad: el inicio y el final, el afuera y el adentro, la puerta de entrada y el fuego sagrado. Jano presidía tanto las puertas de la ciudad como las de la casa. Las puertas de la ciudad estaban bajo la autoridad del gobernante; mientras que las de la casa, del pater familias. Jano velaba porque nada amenazante o destructivo entrara a la ciudad o a la casa. Asimismo, se le invocaba cuando el marido hacía pasar por primera vez a su esposa por la puerta de la nueva casa. Vesta, a su vez, protegía el fuego sagrado de la ciudad, así como el del hogar (Fowler, 1918: 825a).

El templo de Jano, en sus orígenes, no era una edificación, sino una puerta. En tiempos de paz, las puertas del templo de Jano se mantenían cerradas; pero en tiempos de guerra, se abrían, para que el dios pudiera acudir en ayuda de los ciudadanos romanos si así lo necesitaban. Esta tradición se origina en un milagro atribuido a Jano durante la época en que Rómulo y su gente raptaron a las mujeres sabinas. En su ausencia, Tito Tacio y los sabinos atacaron Roma. Tarpeya, la hija del guardián del Capitolio, les entregó la ciudad; pero cuando estaban a punto de rodear a sus defensores, Jano hizo brotar un surtidor de agua caliente. Los atacantes huyeron y la ciudad fue salvada (Grimal, 1951/1981: 295-296). También protegía a los soldados cuando entraban de regreso a la ciudad y a los jóvenes en su ritual de iniciación cuando alcanzaban la edad de portar armas (Poupard, 1985/1987: 889).

Los romanos celebraban el 9 de enero las Agonalia, una festividad dedicada al dios Jano, en la que se sacrificaba un carnero en su honor (Fowler, 1918: 823a; Schrader, 1909: 37a).

Aunque Jano es más conocido como una deidad romana, ya aparece mencionado en un oráculo etrusco. Su significado exacto es incierto, pero aquí es más bien un dios del cosmos: representaba ya sea el sol, el cielo, el éter o la luz (MacCulloch, 1911: 175b; Burns, 1911: 175b-176a). Su relación con el sol no es casual: la salida del sol marca el inicio del día y, su ocaso, el cierre. Por lo tanto, Jano, que guarda las puertas de la tierra (de los humanos), también guarda las puertas del cielo, junto con las Horas. Durante la mañana deja entrar el día y, por la noche, cierra la puerta y se hace la noche. Por eso tiene en su mano derecha una llave y en su mano izquierda un cetro (MacCulloch, 1916: 123a).


Como regente del tiempo en todas sus manifestaciones solares, guarda tanto las puertas del día, como las del año. De ahí que su nombre también se le haya asignado al primer mes del año, que sobrevive hasta nuestros días en numerosas lenguas: ianuarius, january, janvier, enero. Puesto que guarda los ciclos anuales, se le relaciona con los solsticios de invierno y verano, las puertas que marcan el paso de los momentos de máxima oscuridad (o menor cantidad de luz solar en la tierra, los días más cortos) hasta el punto de máxima luz (los días más largos del año).

El simbolismo de Jano se mantuvo vigente en el cristianismo en la forma de las fiestas de los dos Juanes: san Juan Bautista, en verano, y san Juan Evangelista, en invierno, ambas situadas en fechas muy cercanas a los solsticios.

Lista de referencias

Burns, I. F. (1911). Cosmogony and cosmology: Roman [Cosmogonía y cosmología: romanos]. En J. Hastings (Ed.), Encyclopaedia of religion and ethics, vol. 4: Confirmation-Drama (pp. 175-6). Edimburg/New York: T. & T. Clark/Charles Scribner’s Sons.

Cirlot, J. E. (2003). Diccionario de símbolos (7.a ed.). Madrid: Siruela. (Obra original publicada en 1958).

Daza, J. C. (1997). Diccionario de la francmasonería. Madrid: Akal.

Fowler, W. W. (1918). Roman religion [Religión romana]. En J. Hastings (Ed.), Encyclopaedia of religion and ethics, vol. 10: Picts-Sacraments (pp. 820-47). T. & T. Clark/Charles Scribner’s Sons: T. & T. Clark/Charles Scribner’s Sons.

Grimal, P. (1981). Diccionario de mitología griega y romana (P. Payarols, trad.). Barcelona: Paidós. (Obra original publicada en 1951).

MacCulloch, J. A. (1911). Door [Puerta]. En J. Hastings (Ed.), Encyclopaedia of religion and ethics, vol. 4: Confirmation-Drama (pp. 846-52). Edimburg/New York: T. & T. Clark/Charles Scribner’s Sons.

MacCulloch, J. A. (1916). Locks and keys [Cerraduras y llaves]. En J. Hastings (Ed.), Encyclopaedia of religion and ethics, vol. 8: Life and death-mulla (pp. 120-5). Edimburg/New York: T. & T. Clark/Charles Scribner’s Sons.

Poupard, P. (1987). Diccionario de las religiones (Diorki, trad.). Barcelona: Herder. (Obra original publicada en 1985).

Schrader, O. (1909). Aryan religion [Religión aria]. En J. Hastings (Ed.), Encyclopaedia of religion and ethics, vol. 2: Arthur-Bunyan (J. Hastings, Ed.). (pp. 11-57). Edimburg/New York: T. & T. Clark/Charles Scribner’s Sons.

http://elportico.wordpress.com/2012/01/03/jano/

miércoles, 24 de diciembre de 2014

Las figuras del antiguo testamento que anuncian al Mesías



Adán 

Es la primera figura del Salvador prometido. Prefigura al Mesías por semejanza y por contraste. Por semejanza es la obra maestra de Dios, tanto de la creación terrestre como de la celeste. Adán fue establecido rey del universo: Dios le dio el poder de dominar sobre los peces del mar, las aves del cielo y sobre todo animal terrestre; Jesús declara que “todo poder le ha sido dado, en el cielo como en la tierra”. Adán duerme; de una de sus costillas Dios le forma una compañera; Jesús duerme sobre la cruz con el sueño de la muerte; su costado es abierto y la Iglesia, su Esposa, surge prefigurada por la sangre y el agua.

Entre Adán y Eva existe una sociedad insoluble; entre Jesucristo y su Iglesia existe una sociedad que no terminará nunca: “He aquí que estoy con ustedes todos los días hasta la consumación de los siglos”.

Adán peca y es arrojado del paraíso terrestre; Jesús se hizo pecado por amor a nosotros, después de haber descendido del paraíso celeste.

Por contraste, Adán es el padre de todos los hombres según la carne; Jesús es el padre de todos los hombres según el espíritu.

Por el pecado de Adán, todos los hombres cayeron en la condenación; por la justicia de Jesús, todos los hombres reciben la justificación. Por Adán vino la muerte; por Jesús, la resurrección de los muertos. Todos mueren en Adán, todos revivirán, igualmente, en Cristo.


Abel

Abel, el segundo hijo de Adán es, también, una figura del Mesías: Abel fue pastor de ovejas: Jesús es el pastor de almas, llama a los cristianos sus ovejas y a la Iglesia su rebaño: “Yo soy el buen Pastor, y conozco a mis ovejas y mis ovejas me conocen”.

El sacrificio de Abel fue agradable a Dios y el Caín, rechazado; el sacrificio de Jesús es el único que Dios acepta para la remisión de los pecados; los de la antigua ley carecen de valor para este efecto: “Lo que se ofrece según la ley no te complació. Digo entonces: Heme aquí, vengo para hacer, Dios mío, tu voluntad; abolió el primer sacrificio, para establecer le segundo (Hebr X, 9-9).

Abel por su piedad y su inocencia, excitó la envidia de Caín, su hermano; Jesús, por su santidad y sus milagros, se atrajo el odio de los judíos, sus hermanos. Caín dijo a Abel: “Salgamos”, y cuando estuvieron en el campo, lo mató; los judíos condujeron a Jesús fuera de los muros de Jerusalén y lo crucificaron en el Gólgota.

“La voz de sangre de tu hermano clama hasta mí” dice Dios a Caín; la aspersión de sangre de Jesús es más elocuente que la de la sangre de Abel”, dice San Pablo.

Adán es consolado por el nacimiento de Seth, hijo de bendición, perpetúa la raza de los justos; Dios es, por así decirlo, consolado de la muerte de Cristo, por el nacimiento de una multitud incontable de cristianos, hijos de Dios por adopción.


Henoch

El Mesías es también prefigurado por el Patriarca Henoch, que Dios llevó vivo al cielo:

Henoch llevó una vida pura y “caminó siempre con Dios”, dice la escritura; Jesús conoció todas las miserias humanas, excepto el pecado, dice san Pablo.

Henoch, según el testimonio de san Judas, profetizó en estos términos: “He aquí que viene el Señor, acompañado de todos sus millones de Ángeles, para juzgar y condenar a todos loa malvados y todos los impíos (Jud. XIV); Jesús, sin dejar de hacer al bien por todos lados, no dejó de amenazar a los malvados con la cólera celeste.

Henoch fue llevado vivo al cielo: Jesús, después de su resurrección, subió al cielo por su propia virtud, los santos Padres aplican a Henoch y a Elías estas palabras del Apocalipsis: “Daré a mis dos testigos e poder de profetizar… la bestia que sube del abismo les hará la guerra, los vencerá y los matará; … sus cuerpos permanecerán tres días y medio sin sepultura… pero después Dios soplará sobre ellos un espíritu de vida… y subirán al cielo en una nube, a la vista de sus enemigos (Apoc. II 3 y ss); “¿esta profecía no se ha realizado en el Salvador? Jesús fue matado por los judíos, instigados por el demonio, y, luego permaneció tres días en la tumba, resucitó glorioso y subió al cielo cuarenta días después de su resurrección.


Noé

Noé fue la consolación de su padre Lamech: esto es lo que significa el nombre Noé; Jesús (este nombre significa Salvador) es, por la salvación que procura a los hombres, la consolación del Padre Eterno, que el pecado había irritado.

Noe fue un hombre justo y perfecto en medio de los hombres de tu tiempo; Noé, por orden de Dios, construyó un arca que debía salvar a todo aquellos que estaban con él. Jesús estableció la Iglesia, especie de arca providencial, fuera de la cual no hay salvación.

A la vez que construía el arca, Noé no dejaba de predicar la penitencia y no dejaba de decir a los judíos: “Hagan penitencia; si no hacen penitencia, perecerán todos”; y nadie le escuchaba.

Después del sacrificio ofrecido a la salida del arca, Dios Hizo alianza con Noé; después del sacrificio de la cruz, Dios lo hizo con Nuestro Señor, y mediante Él con los hombres, una alianza que será eterna.

Noé repobló la tierra; nuestro Señor la pobló de justos, y el cielo de santos.

Noe fue ultrajado por Cam; Jesús expuesto sobre la cruz, fue ultrajado por los judíos. Cam, hijo de Noé, fue maldito en su posteridad, y sus hermanos, benditos de Dios; los Judíos insultadores fueron malditos de Dios y los verdaderos hijos de Israel, los discípulos de Jesús, fueron colmados de bendiciones.


Abrahán

Abrahán, dice la escritura, “estaba cargado de años (tenía cien) cuando engendró a Isaac; Jesús es llamado por Daniel “el Anciano de los días” (Dan. VII.9)”.

Abrahán es el padre del pueblo de Dios: “Te haré padre de un gran pueblo, te bendeciré, haré célebre tu nombre y serás bendito. Bendeciré a los que te bendicen y maldeciré a los que te maldigan (Gen XII. 2.3); Jesús es el Padre del pueblo cristiano; es el bendito de Dios y “recibió en heredad las naciones y en posesión las extremidades de la tierra. “Los que bendicen son bendecidos y malditos los que maldicen.

Las figuras que precede nos han presentado al Mesías como “el rey de un mundo nuevo, como un justosufriente y perseguido, como un profeta amado por Dios y despreciado por los hombres, como un salvador y, finalmente, como el padre de un pueblo nuevo.


Melquisedec

San Pablo, en persona, nos muestra en Melquisedec la figura de Jesucristo (Hebr VII. 2.3)

“No se conoce ni a su padre ni a su madre, ni su genealogía, ni el comienzo ni el fin de su vida “; Jesucristo no tiene padre sobre la tierra ni madre en el cielo; no tiene comienzo y no tendrá fin.

Melquisedec quiere decir: rey de justicia y de paz: ¿Jesucristo no es por excelencia el rey de la justicia y de la paz?

Melquisedec era sacerdote del Altísimo; Jesucristo fue hecho “sacerdote eterno, según el orden de Melquisedec”.

Melquisedec, en su calidad de sacerdote, ofreció pan y vino; Jesucristo instituyó el santo sacrificio de la misa bajo esas mismas especies de pan y de vino.

Melquisedec bendijo a Abrahán y en él a todas las naciones; Jesucristo bendice a la Iglesia, cuyos miembros son los verdaderos hijos de Abrahán, padre de todos los creyentes.

Melquisedec ejerció su sacerdocio, no sólo respecto de los paganos, sino también respecto de Abrahán, padre de los judíos; Jesús, el sacerdote por excelencia, instituyó su sacerdocio para la conversión tanto de judíos como de gentiles.

Melquisedec era a la vez sacerdote y rey; Jesús, también, es sacerdote y rey eterno.


Isaac

El nacimiento de Isaac fue anunciado a Sara por un ángel; de manera semejante, un ángel fue el que anunció a María el nacimiento de Jesús.

Isaac, hijo único de Sara, inocente, fue condenado a morir; Jesús, hijo único de María, la inocencia misma, fue también condenado a muerte.

Isaac debe ser inmolado por su padre; es Dios Padre que ejecuta, por la mano de los judíos, la sentencia de muerte pronunciada contra su Hijo.

Isaac subió el monte Moriah cargando la madera que debía consumirlo; Jesús subió la montaña del Calvario, cargando su cruz sobre sus espaldas.

Isaac consiente a su inmolación y se deja amarrar a la hoguera sin resistencia; Jesús se ofrece a la muerte y se deja clavar a la cruz, abandonándose a sus ejecutores.

Isaac no se inmola ni resucita más que en figura; Jesucristo muerte y resucita en realidad.

Isaac es recompensado por su obediencia por la promesa de una posterioridad numerosa: Jesucristo, “se hizo obediente hasta la muerte de cruz. Por ese motivo, Dios lo exaltó y le dio un nombre por encima de todo nombre”.

Esta figura agrega dos cosas a las figuras precedentes: nos dice en qué lugar será inmolado el Salvador, y nos enseña que morirá por orden de su Padre.

De esta manera, el gran retrato del Mesías-Redentor se forma poco a poco.



El carnero inmolado por Abrahán

No es sino hasta el carnero que substituyó a Isaac por el sacrificio, que se encuentran trazos de semejanza con el Mesías:

El carnero, emblema de la inocencia, de la paciencia, está consagrado a la muerte desde su nacimiento; Jesucristo, la inocencia misma, no vino a este mundo sino para morir y, durante el curso de su pasión, jamás abrió la boca para quejarse.
La lana del carnero sirve para hacernos vestidos; san Pablo nos invita a “revestirnos” de Cristo (Rom XIII. 14).”

La carne del cordero sirve para nuestro alimento; Jesús mismo nos dice que “si no comemos su carne y si no bebemos su sangre, no tendremos vida en nosotros (Jn VI. 50)”.

El carnero de Abrahán estaba cogido de los cuernos por las espinas de una zarza; es la imagen de Jesús coronado de espinas.

Abrahán percibió al carnero detrás de sí; el Mesías no debía salir de su raza sino mucho tiempo después de su muerte.

El carnero fue sacrificado en lugar del hijo de Abrahán; Jesús sufrió la muerte en lugar de los hombres, hijos de Dios, que lo habían merecido.

El carnero fue inmolado sobre el monte Moriah, no lejos de Jerusalén; Jesús fue crucificado sobre el monte del Gólgota, igualmente cercano a Jerusalén.



Jacob

De Padre a Hijo, los patriarcas van, uno tras otro, como pintores que darán según su turno algunas pinceladas a un retrato, a suministrar algunos elementos de semejanza con el Salvador:

Jacobo, dulce y virtuoso, fue perseguido por su hermano Esaú, debido a las bendiciones que recibió de su padre: Jesús, la dulzura y la santidad mismas, fue también odiado por los judíos, porque recibió de Dios, su Padre, omnipotencia en obras y en palabras.

Jacob, hijo de un padre muy rico, y él mismo muy rico, se pone en ruta solo y a pie; Jesús, hijo de Dios, y Dios mismo, desciende del cielo en la absoluta indigencia.

Jacob, sorprendido por la noche, se vio obligado a dormir en medio del desierto, y a colocar una piedra debajo de su cabeza para servirle de almohada; Jesús, es tan pobre que no tiene siquiera una piedra donde descansar la cabeza.

Jacob, por mandato de su padre, va a buscar una esposa en un país lejano; no la obtiene sino luego de largos y rudos trabajos y regresó a su patria para recibir de nuevo la bendición de Isaac; el Hijo de Dios fue enviado por su Padre a la tierra para adquirir, al precio de su sangre, la Iglesia que es su Esposa, y regresa al cielo donde será objeto de una bendición eterna.

Por sus doce hijos, Jacob se convierte en el jefe de una multitud innumerable de elegidos.



José

Entre los hijos de Jacob, es una de las imágenes más sorprendentes del Mesías Redentor:

José estuvo expuesto a los celos de sus hermanos porque era más amado que ellos por su padre, quien les anuncia su grandeza futura; Jesús, objeto de las complacencias del Padre, se proclama el Mesías y se convierte, por eso, en el objeto del odio y de la envidia de los judíos, sus compatriotas.

José, enviado a sus hermanos, fue vendido por ellos a mercaderes extranjeros. Jesús, enviado a los judíos, fue vendido por un judío, Judas, y entregado a extranjeros, a los romanos.

La túnica de José fue empapada con la sangre de una cabra; la túnica de Jesús fue embebida con la sangre de su flagelación.
José fue vendido como esclavo a Putifar; Jesús padeció el suplicio de la cruz, reservado a los esclavos.

José, detenido con dos prisioneros, anuncia a uno su muerte, y al otro su liberación gloriosa; Jesús crucificado entre dos ladrones, promete a uno la felicidad del cielo y abandona al otro a la condenación, a causa de su impenitencia.

José pasa de su prisión a las gradas del trono; Jesús sale glorioso de la tumba.

José nutría al pueblo con el trigo que había almacenado; Jesús es el pan de vida bajado del cielo.

El faraón cambió el nombre de José y lo llamó Salvador del mundo; Jesús es, verdaderamente, el Salvador por excelencia.
José perdona a sus hermanos; Jesús perdona a sus verdugos.

El Faraón colma a José de honores; delante del nombre de Jesús toda rodilla se dobla sobre la tierra y en los infiernos.

Esta figura nos enseña que el Salvador será condenado por un crimen que no cometió y que perdona a sus enemigos con la mayor bondad.



Job

Job, hombre justo y temeroso de Dios, fue afligido por toda clase de penas; sufrió las pruebas más terribles; pero en medio de tantos males, mantuvo una paciencia inalterable reconociendo el supremo imperio de Dios y su sabiduría infinita: "Dios, dice, me lo dio, Dios me lo quitó, ¡alabado sea el nombre del Señor"! Jesucristo, el justo por excelencia, es despojado de todo, abandonado por sus discípulos, cubierto de llagas de los pies a la cabeza; no abre la boca para quejarse: "Padre mío, dice, que se haga tu voluntad".


Moisés

Como es fácil darse cuenta, cuanto más se avanza en la historia del pueblo de Dios, la más grande figura del Mesías se dibuja de una manera luminosa: el gran profeta de la antigua ley, Moisés, él sólo, nos a va a suministrar muchos puntos de semejanza con el Salvador esperado.

Cuando Moisés Nació, u rey cruel hizo perecer a todos los hijos de los hebreos; cuando Jesús nació, Herodes, hizo morir a todos los hijos de Belén y de los alrededores.

Moisés escapó a las órdenes bárbaras del faraón, y pasó los primeros de su vida en Egipto; Jesús escapó a furor de Herodes y fugó a Egipto.

Moisés fue preparado a su misión de libertador de Israel por 40 años de exilio en el desierto y 40 días de ayuno en el Sinaí; Jesús se preparó para su misión de Salvador del mundo durante 30 años de vida retirada en Nazareth y 40 días de penitencia en el desierto.

Moisés hizo milagros y condujo al pueblo hebreo a través del mar rojo, para liberar de la servidumbre de Egipto. Jesús hizo milagros e hizo pasar a los hombres por las aguas del bautismo, para liberarlos de la servidumbre original.

A la voz de Moisés, legislador del pueblo hebreo, profeta de la antigua alianza, ordenó inmolar el cordero pascual; Jesús, legislador de todos los hombres, profeta de la nueva alianza, verdadero cordero pascual, se inmola a sí mismo y manda continuar su sacrificio.

Moisés, condujo a los hebreos a través del desierto, hacia la tierra prometida, los nutrió con el maná caído del cielo y les dio a beber una agua milagrosa; Jesucristo, conduciendo a los cristianos a través del desierto de esta vida, hacia el cielo, que es la verdadera tierra prometida, la nutrió con el verdadero pan de vida bajado del cielo y les dio a beber las aguas de la gracia. Prodigios sorprendentes la publicación de la ley de Moisés; prodigios de caridad y de bondad acompañarán la publicación de la ley cristiana.

Moisés descendiendo de la montaña

Moisés, cuando descendió de la montaña tenía el rostro resplandeciente de luz; Jesús, en el Tabor, tenía el rostro como el sol. Moisés, mediante su oración, apaciguó la cólera de Dios; Jesús apacienta sin cesar la cólera de Dios irritado contra los hombres.

Moisés elige entre el pueblo un senado compuesto de sesenta y dos ancianos que estableció jueces y jefes del pueblo, y Dios extendió sobre ellos su espíritu de consejo; Jesús envía a diversas comarca sesenta y dos discípulos que eligió para predicar su Evangelio y lo colmó de su espíritu.

Moisés curó a María, su hermana, atacada por la lepra; Jesús curó una multitud de leprosos.

Moisés envió doce hombres a explorar la tierra de Canáa, en la cual no debía entrar él mismo; Jesús envía a los doce apóstoles a convertir el mundo y sólo Él abrirá el cielo a los elegidos.

Moisés fue el más celebre de todos los profetas suscitados por Dios, sea respecto de las profecías, sea respecto de los milagros que operó; Jesús está por encima de todos los profetas que lo precedieron.



El cordero pascual

El cordero que los judíos inmolaban y comían en la fiesta de la Pascua no debía tener mancha; Jesús es el cordero inmaculado y sin mancha.

Para comer este cordero, los judíos debían ceñir sus riñones, calzar sus pies y tener un bastón en la mano; cuando se come la carne del Cordero de Dios, hay que tener los riñones ceñidos, es decir, ser castos, un bastón a la mano, es decir, ser fuerte contra el demonio; los pies calzados, es decir, ser un viajero que camina al cielo.

El sacrificio del cordero era ofrecido en expiación de los pecados; Jesús, el Cordero de Dios, borra, con su muerte, los pecados del mundo.

La sangre del cordero, impresa sobre las puertas de las casas de los hebreos, los preservó de la plaga que abatió a los egipcios; la sangre de Jesús salva a los hombres que se aplican sus méritos.

Estaba prohibido quebrar los huesos de la víctima; los soldados enviados para asegurarse de la muerte de Jesús no le quebraron las piernas.

Había que comer el cordero pascual con el pan sin levadura: "Comamos la Pascua, dice san Pablo, no con una vieja levadura, ni con una levadura de malicia y de maldad, sino con los ázimos de sinceridad y de verdad". Después de haber comido el cordero pascual, los hebreos fueron liberados de la servidumbre de Egipto; Jesucristo, en la Sagrada Eucaristía, nos hace triunfar de nuestras pasiones y del demonio. Esta figura nos hace conocer que el Mesías será de una admirable dulzura, que se unirá a los hombres como la comida se une a nuestro cuerpo, y que no habrá más salvados que los unidos a Él.


La nube luminosa

Se lee en San Pablo: “No quiero que ignoren, hermanos míos, que nuestros padres estuvieron todos bajo la nube, que pasaron todos el Mar rojo, que uniéndose a Moisés, fueron bautizados todos en la nube y en el mar; que todos comiendo de una misma carne espiritual y que bebieron todos una bebida espiritual; porque recibían esta bebida de la piedra espiritual que los acompañaba, y esta piedra era Jesucristo (I Cor. X, I)

Estas palabras nos dan a entender que la columna que iluminaba a los hebreos durante la ruta, el maná que caía del cielo para su alimento y el agua que brotaba de la roca golpeada por la vara de Moisés. Eran misterios y profecías para el futuro.

Si para limitarnos al significado de la nube luminosa, los hebreos fueron como bautizados bajo la conducción de Moisés en la nube y en el mar, no es permitido ver en ellos la figura de los cristianos que “eran bautizados en nombre de Jesucristo” (Hech.).

La columna de nubes, sombra durante el día, luminosa durante la noche, era para los hebreos, a la vez, una luz, un fuego, una guía; Jesucristo es llamado por los Profetas, la Luz, el Fuego, el Jefe que conduce.

La nube acompañaba a los hebreos durante todas las peregrinaciones del desierto; Jesús nos acompaña y camina con nosotros cuando derrama sobre nosotros sus gracias; por otro lado, ha prometido estar con nosotros hasta la consumación de los siglos.



El maná y la peña de Horeb

El maná es llamado en la Sagrada Escritura el pan de los Ángeles, el pan del cielo. “Diste a tu pueblo el alimento de los ángeles; tu le hiciste llover pan preparado sin trabajo alguno, que contiene en sí todo deleite (Sab XVI 20-21); Jesucristo es el verdadero pan de los ángeles bajado del cielo: moisés, dice, no le dio de ninguna manera el pan del cielo… soy yo quien soy el pan de vida. Sus padres comieron el maná del desierto y murieron; este pan ha bajado del cielo y el que coma de él no morirá (Jn IV 32, 48-51).

El maná fue dado a los hebreos después de la salida de Egipto, en el desierto, hasta su entrada a la tierra prometida; el verdadero pan del cielo es para aquellos que, salidos del pecado, atraviesan esta vida como un desierto, aspiran al cielo, donde verán a Aquél en quien creen.

Para calmar la sed del pueblo en medio de las arenas candentes del desierto, Moisés golpeó la roca y sacó benéficas aguas; para calmar las inquietudes de los hombres en medio de las sequedades de esta vida, Jesús permitió que de sus llagas dolorosas cayera sobre ellos el rocío de la gracia divina: EL que beba del agua que yo le diera, dice a la samaritana, no volverá a tener sed; pero el agua que le de será para él una fuente de agua que brotará hasta la vida eterna”.



El chivo expiatorio

No es sino hasta el chivo expiatorio, que no hay semejanza con Jesucristo (Huet). El chivo expiatorio recibía la maldición de todos los pecados de Israel, era cazado a través del desierto donde iba a perderse; Cristo, siguiendo las palabras del Apóstol, quiso ”tomar todos nuestros pecados en su cuerpo” y, cargado de este fardo, fue conducido fuera de Jerusalén condenado a muerte.

Los sacrificios

En la antigua ley, había dos clases de sacrificios: el sacrificio sangriento y el sacrificio no sangriento; desde que Cristo confirmó su nueva alianza, hubo, en los cristianos el sacrificio sangriento del Calvario y permanece el sacrificio incruento de nuestros altares.

La materia del sacrificio incruento, bajo la ley antigua, era harina y vino; la materia del sacrificio incruento bajo la nueva ley es el pan y el vino.

Todos los sacrificios de la Antigua Ley era ofrecidos por cuatro fines principales: adorar, agradecer, pedir y expiar; el sacrificio de la Nueva Alianza encierra en él sólo todas estas ventajas: es un sacrificio de adoración de acción de gracias, de petición y expiación.

En la Antigua Ley, para realizar todos los sacrificios, se inmolaba cada día, mañana y tarde, un cordero sin mancha; para perpetuar el sacrificio del calvario, que reemplaza todos los sacrificios antiguos, el Cordero de Dios se inmola cada día y a cada hora del día y de la noche sobre nuestros altares.

En resumen, todos los sacrificios de la Antigua Ley no eran sino la figura del sacrificio de Jesús como la Antigua Ley misma no era sino figura de la Nueva.


La serpiente de bronce

Moisés, por orden de Dios, hizo fabricar una serpiente de bronce cuya contemplación curaba las mordeduras hechas por serpientes venenosas: “De la misma manera, es necesario que el Hijo del Hombre sea elevado, para que cualquiera que crea en el no perezca, sino que tenga la vida eterna” (Jn III, 14, 15). Con excepción del veneno, la serpiente de bronce se asemejaba a las otras serpientes; el Hijo de Dios fue enviado en una carne semejante a la del pecado. Con excepción del pecado, experimentó, como nosotros, todas las tentaciones.

La serpiente erigida por Moisés fue elevada en el aire; Jesús mismo fue elevado en el aire y suspendido sobre una cruz.

La serpiente de bronce fue elevada como un signo de curación; Jesús de acuerdo a la profecía del anciano Simeón, fue enviado para ser un “signo de contradicción”.

Aarón

Aarón es el pontífice de la Antigua Alianza; Jesús es el Pontífice de la Nueva Alianza.

Aarón está consagrado al servicio de Dios con el óleo santo; la palabra Cristo significa consagrado por unción santa.

Aarón entraba solo, una vez al año al Sancta Sanctorum, no sin llevar sangre que ofrecía por si ignorancia y por la del pueblo; Jesucristo entró una vez en el Santuario con su propia sangre, a cuyo precio nos conquistó una eterna redención
Aarón debía cargar las iniquidades de los hijos de Israel por las faltas cometidas en los sacrificios; Jesús “tomó sobre él nuestras debilidades y cargó nuestros dolores; fue herido por nuestras iniquidades y quebrado por causa de nuestros crímenes”, dice el Profeta Isaías.

Aarón era el mediador entre Dios y el pueblo hebreo; no hay más que un mediador entre Dios y los hombres, dice san Pablo, es Cristo Jesús”.

Cuando el fuego del cielo caía sobre Coré, Dathán y Abirón, Aarón de pie entre los muertos y vivos, oraba por el pueblo y la peste cesó; para impedir que la humanidad pereciese bajo la multitud de los pecados, Cristo vino a liberarnos y a ponernos a salvo.



Josué

El nombre Josué quiere decir Salvador; el nombre Jesús, también, significa Salvador.

Josué era guerrero; Jesús vino a manejar la espada de la palabra.

Josué sucedió a Moisés después de su muerte; Jesús vino a traer al mundo ka ley nueva para reemplazar la ley mosaica.

Fue Josué, y no Moisés quien introdujo a los hebreos en la tierra prometida, después del paso del Jordán; es la nueva ley de Cristo y no la ley antigua dada por Moisés, la que nos introduce en el cielo, después de hayamos sido purificados por las aguas del bautismo.

Josué hizo elevar un altar con doce piedras tomadas del lecho del Jordán; Jesús eligió doce apóstoles que destinó a ser el fundamento de su Iglesia y les da un jefe cuyo nombre es Pedro (piedra).

Josué fue “grande para salvar a los elegidos de Dios, para derribar a los enemigos que se elevaban, con el fin de conquistar la herencia de Israel”; Jesucristo es el “león de la tribu de Judá, que domina a sus enemigos y los quebrará como vaso de alfarero”.



Gedeón

Entre los patriarcas, si pasamos a los jueces de Israel, encontramos, también, en algunos de ellos, elementos de semejanza con Aquel que un día ha de juzgar a los vivos y a los muertos.

Gedeón es el último entre sus hermanos; Jesucristo quiso aparecer como el último de los hombres.

La misión de Gedeón le fue manifestada por milagros; de la misma manera, fue por medio de milagros que Jesucristo demuestra su misión divina.

Gedeón, a pesar de su debilidad, fue elegido por Dios para liberar a su pueblo de la tiranía de los Madianitas; Jesús, a pesar de su debilidad aparente, fue elegido por Dios para liberar al mundo de la tiranía del demonio.

Gedeón, antes de liberar a su pueblo, ofrece un sacrificio; Nuestro señor no libera al mundo sino después de ofrecerse como sacrificio en la cruz.

Los soldados de Gedeón no se detenían ni para beber; para convertir al mundo, los apóstoles olvidaban las cosas más necesarias para la vida.

Los soldados de Gedeón no tienen más que trompetas y antorchas; los apóstoles de Jesús no tienen más que la trompeta de la predicación y la antorcha de la caridad.

Gedeón triunfa sobre los madianitas con una pequeña hueste; con doce apóstoles, Jesucristo hace la conquista del mundo.

Esta figura, agregada a las enseñanzas precedentes, nos muestra que nuestro Señor salvará al mundo por los medios más débiles.




Sansón

El nombre Sansón significa sol; Jesús es llamado “Sol de justicia”. Un ángel apareció a la madre de Sansón y le dijo: “Eres estéril y no tienes hijos, pero concebirás y parirás un hijo que será nazareno de Dios. Es él quien comenzará a liberar a Israel de los filisteos. El ángel Gabriel dijo a María: He aquí que concebirás en tu seno y parirás un hijo a quien pondrás por nombre Jesús. Él salvará a su pueblo de sus pecados”. Y Jesús habitó en Nazareth, cumpliendo la profecía: “Será llamado Nazareno”.

Sansón eligió su mujer de entre los filisteos y le confió sus secretos; Jesús forma su Iglesia de pueblos paganos y le confía el depósito de su doctrina.

Sansón, sin armas, encontró un leoncillo que separó en partes. Jesucristo, si armas, domó a los gentiles y les hizo aceptar su yugo.

Sansón mató mil filisteos con la quijada de un asno; Jesús triunfa sobre sus enemigos por medio de la simplicidad de sus apóstoles y sus santos.

Encerrado en Gaza, Sansón arranca, en medio de la noche las puertas con los cerrojos y las lleva a través de una emboscada de soldados hasta lo alto de una montaña; encerrado tres días en la tumba, Jesús quiebra, durante la noche, las puertas y los cerrojos de la muerte, y las carga a través de sus gradas hasta el cielo, donde la muerte nada puede contra él ni contra sus elegidos.

Sansón muere voluntariamente, bajo las ruinas de un edificio que derriba y, a través de su muerte, destruye más enemigos de los que mató en vida; Jesús, muriendo voluntariamente, derriba el poder del demonio a quien hizo más daño mediante su muerte voluntaria que durante su vida.

Esta figura de sansón nos revela que el Mesías nacerá de una manera milagrosa, que elegirá la Iglesia, su esposa, entre los gentiles, y que a través de su muerte obtendrá una victoria completa sobre el demonio, coronamiento de todas sus obras.



Samuel

Samuel, hijo único de una madre hasta entonces estéril, fue consagrado por ella al nazareato: Jesús, hijo único de una Virgen, pasó la mayor parte de su vida en Nazareth.

“El joven Samuel, leemos en el primer libro de los Reyes, crecía y complacía tanto a Dios como a los hombres (I Re, XX 26)”; “Jesús, dice el evangelista, crecía en sabiduría lo mismo que en edad y en gracia delante de Dios y delante de los hombres (Lc II.52)”.

Samuel fue sacerdote y profeta; Jesús es el sacerdote eterno y el profeta por excelencia.



David

Después de los Jueces, llega el turno de los tres Reyes, que van a aumentar aun más y precisar la semejanza con Jesús, el Rey eterno de los siglos.

David, nacido en Belén, recibió de Samuel la consagración real por orden de Dios; Jesús, nacido en Belén, fue establecido rey por Dios sobre Sión, su montaña santa.

David, con un golpe de honda, derribó al gigante Goliat; Jesús, con su cruz doma a Satán, príncipe de los infiernos.

David no llegó a reinar sobre la casa de Israel sino luego de grandes trabajos y de numerosas persecuciones; Jesús no fue reconocido como el Rey de reyes sino después de 33 años de humillaciones, y después de tres siglos contra su Iglesia.
David regresó a Jerusalén el arca de la alianza que había sido secuestrada por los Filisteos; Jesús, después de haber quebrado el poder del demonio, estableció su Iglesia sobre una base firme.

David fue el triste testigo de la división y de la guerra entre sus hijos: Jesús, nuestro padre, es todavía el testigo de las caídas y de los crímenes de los hombres que son sus hijos.

David es a la vez rey y profeta; Jesús es el Rey de reyes, desde la fundación de su Iglesia, fue frecuentemente traicionado, abandonado, expuesto al odio de muchos.

David terminó por triunfar sobre todos sus enemigos; Jesucristo triunfa siempre sobre todos sus enemigos.

Esta figura nos enseña que el Mesías será rey y que no es sino a fuerza de trabajos y contradicciones que llegará a fundar su imperio.



Salomón

A pesar de su caída, los santos Padres, no sólo no dejaron de ver a Salomón como una figura del Mesías, sino que lo vieron glorioso y triunfante.

El nombre Salomón significa paz; Jesús es Príncipe de la paz; la mayor parte de los profetas lo llaman el “conquistador pacífico”.

Salomón toma por esposa a la hija del rey de Egipto; Jesús elige la Iglesia, su esposa, entre los Gentiles.

Después de las guerras y las conquistas de David, Salomón tuvo un reinado tranquilo y glorioso; después de sus luchas y sus victorias terrestres, Jesús sube al cielo donde su reino no tendrá fin.

Los judíos y los tirios, invitados por Salomón, se unieron para la construcción del templo e Salomón; los judíos y los Gentiles, llamados por Jesucristo, se unieron para fundar la Iglesia.

La sabiduría de Salomón era renombrada en tierras lejanas y atraía a los reyes de las naciones con ricos presentes; la sabiduría de Jesucristo, conocida en el mundo entero, hace afluir hacia él a los reyes y los pueblos que ponen a sus pies sus corazones y sus riquezas.

La reina de Saba, atraída por todos los elogios que se hacía a Salomón, fue a admirar su sabiduría y sus riquezas; la Iglesia primitiva, compuesta en gran parte de paganos convertidos, se entregó enteramente a Jesús, vencida por la sublimidad de su doctrina, por sus virtudes y su gracia.


Jeremías

Jeremías, santificado en el seno de su madre, permanecerá virgen durante toda su vida; Jesús es la santidad misma, la pureza por excelencia.

Desde su infancia, Jeremías fue elegido por Dios para enseñar al pueblo la voluntad divina; Jesús vino a la tierra para traer a los hombres la nueva ley que debían cumplir.

Jeremías vino a desviar a muchos judíos del culto a los ídolos Jesús vino a sacar a los hombres de las tinieblas de las idolatría para conducirlos al conocimiento del verdadero Dios.

Jeremías fue, por causa de su piedad y de sus actos buenos, maltratado por el pueblo judío, al que quería sacar del mal camino; Jesús, debido a los milagros y a las curaciones que operó, fue acuitado y condenado por los judíos.

Jeremías soportó con dulzura y paciencia las injurias y los malos tratos, pidiendo incluso perdón por aquellos que lo maltrataban; Jesús aguantó sin decir nada los insultos y los golpes y, sobre la cruz, pidió a Dios perdón por los sayones.
Para vengar a su servidor, Dios castigó duramente a la nación judía; algún tiempo después de la muerte de Jesús, Dios permitió que en expiación de sus crímenes, el pueblo judío perdiera su nacionalidad.



Jonás

Jonás, durante una tempestad espantosa, cuando los marineros temblaban por sus vidas, dormía tranquilamente; Jesús, sentado en una barca con sus apóstoles, duerme en medio de los furores de la tempestad.

Antes de arrojar al mar, los marineros oraron al Señor para que no se les imputara el crimen de la muerte de un inocente; Pilatos, antes de entregar a Jesús a la muerte, se lava las manos diciendo: “Soy inocente de la sangre de este justo”.

Jonás fue arrojado al mar para salvar el equipaje y de inmediato las olas se apaciguaron; Jesús da su vida para salvar al mundo.

“Jonás estuvo tres días y tres noches en el vientre de la ballena; igualmente, el hijo del hombre estaría en el seno de la tierra tres días y tres noche (Mat XII 40)

Jonás clamó al Señor: “He sido rechazado delante de tus ojos”; Jesús sobre la cruz exclamó: “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?

Jonás, arrojado vivo del seno de la ballena, predicó la penitencia a los ninivitas, que se convirtieron; “Hagan penitencia, dice Jesús, porquen el reino de los cielos está cerca”


Zorobabel y Jesús, hijo de Josedec

Finalmente, los dos jefes que sacaron a los judíos de la cautividad son también figuras del Mesías: Zorobabel, como Jefe civil, Jesús, como jefe religioso.

Zorobabel, de la raza de David, se encargó de conducir a Jerusalén a los judíos liberados de la cautividad de Babilonia; el Mesías, hijo de David, vino a la tierra para sacar a los hombres de la servidumbre de este mundo y conducirlos a la Jerusalén celeste.

Zorobabel reconstruyó el templo de Jerusalén; Jesucristo construyó el edificio de su Iglesia con las “piedras vivas” que son los cristianos. (I Pe 5).

El sumo sacerdote, hijo de Josedec, fue, con Zorobabel, el guía de los judíos que regresaban de la cautividad; la sagrada Escritura lo representa revestido con hábitos sórdidos, con Satán a su derecha, para hacerle la guerra (Zac III, 1 a 3); Jesús, sumo sacerdote de la nueva ley, vino a liberar a los hombres de la cautividad del pecado. Para esto, se revistió con nuestra débil y humana naturaleza y declaró a Satán una guerra sin cuartel.

“Un ángel, dice el profeta, hizo quitar a Jesús, hijo de Josedec, sus vestiduras, lo revistió con un hábito precioso y le colocó sobre la cabeza una tiara resplandeciente”; Jesucristo, después de haber dejado sus despojos humanos, para revestir la inmortalidad, fue a recibir en el cielo la diadema del triunfo.

El ángel dijo al hijo de Josedec: “Gobernarás mi casa y guardarás mi templo (zac III 7)” Jesucristo fue establecido por su Padre Juez soberano del universo y guardián de toda la Iglesia.

El hijo de Josedec trabajó en la restauración del templo; Jesús fundó una Iglesia que es el templo del Dios vivo.

Es así como, en el curso de los siglos, el Dios de bondad, consolaba, y alentaba a los hombres en sus desventuras, recordándoles frecuentemente, por imágenes sensibles. Al Redentor que los libraría de sus males, que daba ya merito a sus obras y que les devolvería todos los bienes que habían perdido.

Dios hizo aparecer esta larga secuencia de figuras también para nosotros. Afirmaba, mediante ella, nuestra creencia, mostrándonos que la religión cristiana extiende sus raíces hasta los tiempos más alejados, y que es el cumplimiento de un designio comenzado en el origen del mundo y desarrollado sucesivamente durante cuarenta siglos.

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