AMIGOS DEL BLOG

domingo, 30 de abril de 2017

¿Por qué la vida de Jesús se parece tanto a la de otros dioses antiguos?

¿Por qué la vida de Jesús se parece tanto a la de otros dioses antiguos?

¿Recuerdas el juego del teléfono descompuesto?

Un mensaje tenía que pasar por varias personas y llegar lo más íntegro al final de la cadena. Por lo general, la frase se distorsionaba y llegaba una versión ajena a la original. No era un juego fascinante, pero mostraba la ruptura en la comunicación de nuestra sociedad.

No es algo nuevo. Desde hace milenios perturbamos las interacciones a nuestra conveniencia y moldeamos los hechos para que encajen con la percepción que poseemos. Es el caso de las religiones y los mitos que han nacido a lo largo de la historia; una mezcla de fábulas fantásticas que pasaron por generaciones, cambiando datos y adaptándolos para crear una identidad. Por ese motivo podemos encontrar similitudes entre la vida de Jesucristo y otros entes míticos, aportando mayor prueba a la teoría de que el personaje no es más que una invención de un colectivo de personas de una época determinada.


Antes de hablar acerca de las similitudes, es necesario resaltar algunas de las consecuencias de este teléfono descompuesto. De acuerdo a distintos expertos, las principales religiones parten de mitos similares, pero sostienen distintos dogmas; tanto así que 200 millones de personas han muerto en nombre del cristianismo –según un cálculo que suma los decesos de las guerras de ese tipo–, sin contar los crímenes de odio y demás casos aislados. 

¿Por qué existen similitudes?

Existe un término acuñado por el antropólogo C. Scott Littleton llamado “mitología comparativa”, que se refiere al estudio y búsqueda de similitudes entre las creencias de diferentes religiones y comunidades monoteístas o politeístas. La mayoría de las investigaciones de este tipo experimentaron un alza desde el siglo XVIII, cuando los historiadores compararon las distintas religiones a través de la historia. Al notar que no existían paralelismos claros sobre los hechos reales que tuvieron lugar, descubrieron que existían vínculos entre cultos, particularmente desde sus concepciones mitológicas.


Es decir, se dieron cuenta de que había elementos de estructura lingüística y psicología que compartían, creando así la teoría de que la mayoría nacieron de los mismos puntos y se dividieron en múltiples facciones, dependiendo de sus contextos o el mundo que querían crear. Las leyendas que cuentan en sus textos tienen características similares, no sólo en el cristianismo, sino desde la mitología griega, hindú, budista y hasta la azteca. Por otro lado, hay un elemento que ha generado más controversia desde su concepción: Jesucristo, quien a su vez, tiene paralelismos en religiones que no son la suya. Haciendo una revisión de esos personajes, se explica con mayor plenitud el sistema del teléfono descompuesto.

¿A quién se parece Jesucristo?

Distintos historiadores hallan un agudo parecido entre el mesías cristiano y el Dios griego Dionisio, quien es el único nacido de una madre humana y una figura divina que también murió y resucitó (una escena constante en casi todas las mitologías). Otra figura a la que se asemeja es la deidad principal del Mithraismo, una religión mística que nació en tiempos del Imperio Romano, con rituales similares a los del cristianismo, pero no tan calmos y positivos. Algunos aseguran que la idea de Jesús nació a partir de ese movimiento, pero también es mezcla de otros personajes.


De acuerdo con estas investigaciones, gran parte de los mitos judíos y cristianos fueron influenciados por conceptos egipcios, particularmente la historia de Horus, Isis, Osiris, Set y Neftis, las principales deidades de sus cultos. Además tiene unas cuantas características similares a las de Buda, con excepción de que en el budismo no hay una historia de génesis, y tal filosofía no comparte la visión de un mundo posterior a la muerte, sino que la realidad se desdobla en un único plano. 


Joseph Campbell, uno de los investigadores más dedicados a ese tema, afirmó que existe un mito que le da vida a Buda, Apollonius de Tanya, Krishna, y por supuesto a Jesús, entre otros. En términos más simples: se creó un arquetipo, como un héroe de película. Cuando se creaban cultos, fue inevitable acceder a esa tradición y tomar elementos de un mito más antiguo para ganar credibilidad. Después de todo, las religiones del planeta responden más a una explicación de la cosmovisión y la realidad material de los distintos pueblos a lo largo de la historia, que a una explicación sobre el origen divino de lo que existe a nuestro alrededor.

Es increíble que aún creamos en cuentos falsos. El adoctrinamiento comienza desde que somos niños para tenernos bajo control, usando un mito destruido desde hace miles de años y nos encerramos en una historia falsa. Los paralelismos que existen en la mitología son demasiados y muy específicos como para dejarlos ir; afortunadamente estamos en una época en la que incluso el Papa ha admitido que su religión tiene fallas y que ha sido malinterpretada. Así que –por fortuna– el teléfono se arreglará y las consecuencias serán mínimas.

http://culturacolectiva.com/por-que-la-vida-de-jesus-se-parece-tanto-a-la-de-otros-dioses-antiguos/

sábado, 29 de abril de 2017

EL TAOÍSMO DE LAO-TSÉ

EL TAOÍSMO DE LAO-TSÉ

A menudo se confunde el taoísmo; los occidentales no precisamos si es una filosofía o más bien una religión. Tiene algo de los dos ingredientes, pero, siendo más exactos, podemos decir que el taoísmo tuvo un inicio filosófico y desembocó en una fe. El iniciador de este movimiento fue Lao-Tsé, nombre aproximado en español, un chino que al parecer vivió en el siglo VI a.n.e., y el cual, deseoso de no participar del caos, la anomia y los descontentos humanos, se retiró lo más posible de estos problemas que acaecían en su sociedad. Su nombre quería decir algo así como Viejo maestro y una leyenda cuenta que cuando su madre le dio a luz, su cabello ya estaba convertido en canas. Se sabe también que fue un archivero en la corte china de Chou o Chu, donde residió gran parte de su vida. Al parecer cuando el gobierno de turno entró en decadencia, Lao Tsé abandonó su cargo como funcionario público y marchó hasta las fronteras de China. Antes de su desaparición, pues nadie nunca supo su paradero inicialmente, según la tradición, un aduanero llamado Yin Hsi le solicitó que por favor escriba un libro. Lao lo hizo en dos partes, y lo llamó Tao-Te-King, o Libro de la fuerza de la vida o sobre la virtud del Tao. Después efectivamente desapareció y nadie sabe dónde, cuándo, ni como murió…

EL TAOÍSMO DE LAO-TSÉ

Obviamente todo lo que hemos dicho hasta ahora es demasiado vago y hasta confuso. Tampoco se explica cuál fue la razón que le decidió escribirlo. Respecto al texto, considerado el principal libro del taoísmo, como es notorio, su antigüedad, ha generado controversias, primero en cuanto a su autenticidad, sus partes y su integridad, pues ha estado expuesto a múltiples interpretaciones. Pero veamos que decía, pues de este modo, podremos entender un poco más acerca del taoísmo. Para los seguidores, esta filosofía-religión, es decir creer en ella, implica a su vez creer en la existencia del “tao”, algo así como una gran fuerza mística responsable de todo lo que nos rodea en el universo y el mundo material. Buscar aquel “tao” implicaba vivir en unión y paz con la misma naturaleza, es decir todo lo creado. No es tan desacertado explicar la razón por la que los chinos de aquella época se fijaron tanto en esta filosofía, pues su país atravesó en la antigüedad muchas crisis sociales y económicas. Pero el taoísmo tuvo un gran empuje con la llegada de un segundo maestro, llamado Chuang-tsé, el cual vivió entre los siglos IV y III a.n.e.. Este personaje escribió otro libro, en el cual se ahondaba más en el asunto del Tao y se explicaron ideas como las del ying-yang, es decir ambas caras de la moneda, “todo es y no es”, en la naturaleza. Es decir todo en ella tiene dos lados opuestos. Esta filosofía continúa diciéndonos que todo muere que nada es eterno, sólo el Tao es aquel que dura para siempre. Así entonces lo que un día puede ser bueno, al día siguiente, sencillamente puede ser malo, y viceversa; por tanto había que respetar esos designios de la naturaleza, alejándonos de la vida mundana común y corriente.


Los taoístas de la época creyeron que si uno vivía en comunión con la naturaleza, podría con el tiempo conocer sus secretos y resolver el dolor, las enfermedades, las penas, las fallas y hasta la muerte. Si Lao Tsé no tuvo suficiente tiempo o no fue lo bastante claro, entonces allí estaba Chuang-tsé, quien ayudó bastante a que el movimiento cobre fuerza. Entonces los taoístas seguidores empezaron a diseñar todo un sistema de prácticas, ritos y enseñanzas, los cuales se creía, ayudarían para que la persona alcance un estado de comunión con la naturaleza. Como es común en este tipo de casos, existieron algunos afortunados, los cuales, se rumoreaba, había encontrado los secretos de lo natural, pudiendo llegar a desafiarla, viviendo varios siglos, volando por los cielos, o alcanzando una sapiencia más allá de toda comprensión. También empezaron a crecer las historias de supuestos lugares donde existían brebajes o elixires de la vida eterna, algo en lo cual los nobles se interesaron muy pronto. Esto le dio cierto apoyo estatal al taoísmo, como en efecto sucedió durante la dinastía Han, siglo III a.n.e., al siglo III d.n.e.. Por entonces el confucianismo también había surgido, y a pesar de todo convivió en paz con el taoísmo. A propósito, los seguidores de esta última fe, habían llegado muy lejos en sus creencias, generando los primeros alquimistas destacados en China, los cuales trataban de buscar…pues justamente aquella fórmula sagrada que dé la vida eterna, en este caso fundiendo plomo y mercurio, oscuro y brillante, fuerzas opuestas, ying-yang, pensando que esta combinación daría el mentado brebaje. Pronto, el taoísmo se había convertido en toda una amalgama de costumbres; ya sea desde el comportamiento en la vida sexual, con ejercicios y determinadas posiciones, hasta las prácticas yoga, el modo en como respirar, etc. Los símbolos no se hicieron esperar, y estos se hallaban en armas, edificios y collares que protegían un lugar o una persona de lo malo. Obviamente con el tiempo, el taoísmo combinó algunas de sus creencias con elementos místicos tomados de las costumbres chinas más antiguas. No sería sino hasta el siglo II d.n.e. cuando Chang Ling o también conocido como Chang tao-ling, creó una sociedad taoísta en China occidental, la cual parecía usar la alquimia y otros métodos para poco ortodoxas curaciones contra los males terrenales y otras enfermedades. Lo curioso es que a cada uno de los miembros le cobraban una cantidad considerable de arroz, y por ello, este movimiento nacido dentro del taoísmo se conoció como el de los “cinco celemines de arroz”, el celemín es una medida.


Pero el citado Chang no dejaba de ser importante, pues era considerado una especie de “gran maestro revelador”, al cual se le había dado gran cantidad de información y sabiduría, según cuenta la tradición, a través del mismo Lao-Tsé, obviamente mediante apariciones, pues como acabamos de analizar, ambos no coinciden en cuanto a fechas respecto de su existencia. El impulso de Chang no debe ser subestimado, pues se le dio un gran empuje al movimiento, uno nuevo en su historia, y los rumores acerca de que por fin se había encontrado el gran remedio de la inmortalidad, se hicieron cotidianos. Además se dijo también que había conseguido llegar al cielo subido en un tigre y partiendo desde el monte Lung-hu. A partir de aquí entonces se inició una tradición en el taoísmo, acerca de estos maestros celestes, los cuales, tienen revelaciones, un poder superior, son expertos en el área, y por si fuera poco reencarnaciones de Chang. Todo parecía ir bien para la religión, hasta que en el siglo VII, cuando gobernaba la dinastía Tang en China, el budismo empezó a filtrarse, llegado recientemente desde la India. Esto generó gran recelo en los taoístas, y pronto se declaró a la religión que defendían, como exclusiva de los chinos. En efecto, si la resistencia al budismo, la cual parecía también ganar muchos adeptos, debía ser efectiva, entonces habría que abarcar aspectos hasta el momento no tocados por el taoísmo. Lao-tsé prácticamente fue ascendido al grado de una deidad, los escritos taoístas fueron calificados como sagrados, se erigieron gran cantidad de templos y monasterios, se creó una jerarquía de monjes, sacerdotes y sabios mucho más especializada, entre otras medidas de defensa.


Además, por si fuera poco, pronto los taoístas encontraron un buen medio para así poder agregar dioses de la tradición china como el dios del hogar, el de las ciudades, los guardianes de la puerta y los llamados Ocho Inmortales; si bien hay que reconocer, esta fe no tienen ningún dios máximo. Pero como era de esperarse y con el pasar de las décadas, las enseñanzas budistas no parecían ir tan en contra del taoísmo, y sutilmente se generó un acercamiento tácito, en el cual se intercambiaron ideas. De todas maneras, resaltamos que esto no fue total ni una fusión en todo el sentido de la palabra. Así entonces, el taoísmo se había ido transformando en China, o mejor dicho, adaptando a las circunstancias y momentos que padeció el país donde el movimiento nació y creció, y lo que había sido engendrado como un movimiento filosófico que buscaba librarse de lo mundano, terminó mezclándose con varios elementos, como la religión, la política, la alquimia, el misticismo, otras fes extranjeras, otorgándole una variopinta y llamativa nueva forma que se aleja ciertamente de lo iniciado por Lao-tse…[1]

[1]Elorduy, Carmelo (1983). El libro de los cambios (I Ching). Primera versión directa del chino al español. Madrid: Editora Nacional. ISBN 978-84-276-0643-2; Lao Tse (2006 (2ª edición 2010)). Tao Te Ching: Los libros del Tao. Traducción directa del chino a cargo de Iñaki Preciado Idoeta. Madrid: Editorial Trotta. ISBN 84-8164-835-3; — (2009). Tao Te King. Edición de Richard Wilhelm. Barcelona: Editorial Sirio. ISBN 978-84-7808-625-2; – (1998). Tao te king. Libro del curso y de la virtud. Traducción del chino y notas de Anne-Hélène Suárez. Madrid: Ediciones Siruela. ISBN 84-7844-427-0; Lie Yukou (1987 (4ª edición 2008)). Lie Zi. El libro de la perfecta vacuidad. Traducción directa del chino, introducción y notas a cargo de Iñaki Preciado Idoeta. Barcelona: Editorial Kairós. ISBN 978-84-7245-336-4; Maspero, Henry (2000). El taoísmo y las religiones chinas. Madrid: Editorial Trotta. ISBN 84-8164-308-4; Sun Tzu (2001 [7ª edición 2010]). El arte de la guerra. Traducción directa del chino antiguo a cargo de Albert Galvany, coautor de la segunda traducción directa y completa del Yijing del chino al castellano. Madrid: Editorial Trotta. ISBN 978-84-8164-492-0; Vila, Jordi & Galvany, Albert (2006 [2ª edición]). Yijing. El libro de los cambios. Con el comentario de Wang Bi. Segunda versión directa del chino al español. Girona: Ediciones Atalanta. ISBN 84-934625-9-4; Watts, Alan (2006 (9ª edición)). El camino del Tao. Barcelona: Editorial Kairós. ISBN 978-84-7245-082-0; Wilhelm, R. (1960/2007 [32ª edición]). I Ching. El Libro de las Mutaciones. Prólogo de C. G. Jung. Barcelona: Edhasa. ISBN 978-84-350-1902-6; Zhuang Zi (1996 (3ª edición 2007)). Zhuang Zi. «Maestro Chuang Tsé». Traducción del chino a cargo de Iñaki Preciado Idoeta. Barcelona: Editorial Kairós. ISBN 978-84-7245-335-7; — (1998 [2ª edición 2005]). Los capítulos interiores de Zhuang Zi. Tercera versión en castellano de los siete capítulos iniciales y presumiblemente los únicos auténticos. Traducción directa del chino a cargo de Pilar González España y Jean Claude Pastor-Ferrer. Madrid: Editorial Trotta. ISBN 84-8164-239-8.

https://factoriahistorica.wordpress.com/2011/09/08/el-taoismo-de-lao-tse/

viernes, 28 de abril de 2017

El día que la Iglesia arrestó a Galileo y lo culpó de herejía

El día que la Iglesia arrestó a Galileo y lo culpó de herejía

La necedad es más fuerte que cualquier hecho comprobable, cualquier doctrina contraria o imposición de ésta. Es por eso que algunas veces se reacciona de manera violenta ante hechos o acciones que chocan y ponen en crisis los sistemas de creencias aparentemente fijos y naturales.

Una persona lo entendería pero la masa es volátil, es el argumento que le da Tommy Lee Jones a un inexperto Will Smith, al comienzo de “Men In Black” (1997), cuando le explica porqué se mantiene en estricto secreto la existencia de alienígenas en el planeta Tierra. Ante hechos que cambian la estructura del conocimiento y las maneras de relacionarse con su entorno, la violencia y la ceguera fanática, han sido el común denominador en la historia humana.

Tal vez el cambio de pensamiento de geocéntrico a heliocéntrico ha sido uno de los más fuertes e importantes. No sólo implicaba aceptar que la Tierra gira alrededor del Sol, junto a otros planetas; sino que epistemológicamente significaba reconocer que el ser humano no es el centro del universo.

La vida humana es tan importante como la la vida de las moscas que dura dos semanas; tan relevante para el cosmos y el flujo de todo lo irremediablemente vivo, como las centenarias tortugas gigantes de las islas Galápagos; como las vida de los pichones y los gavilanes en granjas de Rumania sin comunicación; como todas las ratas que pelean por sobrevivir en los callejones y avenidas de Shanghái.


Ante este choque epistemológico se encontró la Iglesia cuando, primero Copérnico y después Galileo Galilei, establecieron gracias a pruebas comprobables, que, efectivamente, la vida del ser humano no era más especial que la de los gusanos de seda y que, por lo tanto, la existencia de un Dios se subyugaba al deseo de algún ser que quisiera visualizarlo a su imagen y semejanza.


Todo el poder acumulado hasta el siglo XV se fisuraba gracias a una persona. Entonces la Iglesia evaluó la situación, balanceó los pros y contras de la situación y decidió que la vida de un científico experimental con ideas peligrosas no valía, ni competía, con la estabilidad del pensamiento geocéntrico en el que sustentaban sus nociones y bases de creencia.


Así que el 12 de abril de 1633, fue llevado ante un tribunal eclesiástico ese científico de ideas peligrosas. Un año antes Galileo Galilei había publicado su libro “Diálogo sobre los dos máximos sistemas del mundo”, donde defendía el modelo heliocéntrico y ridiculizaba la creencia geocéntrica que también encajaban con las Sagradas Escrituras Cristianas.


Durante dos meses el Santo Oficio, a través de sus agentes inquisidores comandados por el cardenal Belarmino, mismo que había mandado a la hoguera al filósofo Giordano Bruno, se encargaron de hacer enflaquecer física y mentalmente al científico italiano. Hasta que el 22 de junio de 1633, Galileo fue obligado a pronunciar de rodillas y ante el tribunal de “justicia” la abjuración del modelo heliocéntrico.

La Inquisición quería que Galileo afirmara que ese modelo descentralizado de la vida era una mera suposición fanática, una loca hipótesis matemática descartable inmediatamente, y lo hizo. El castigo: arresto domiciliario hasta su muerte, que ocurrió en 1642, mismo año que nació Isaac Newton.

Ese día, de rodillas, Galileo Galilei salvó su vida negando el modelo en el que nunca dejó de creer y sobre el que siguió haciendo investigación después de todo el proceso penal. La historia absolvió la terquedad de Galileo y la tradición popular ha creado el mito, expandido y felizmente aceptado, de que ahí, arrodillado y humillado por su acertado modelo físico, al levantarse dijo, casi susurrando, golpeando el suelo con su pie, casi creyendo en que alguien escucharía esas palabras de persistencia y resistencia en un futuro: eppur si muove.


http://culturacolectiva.com/juicio-de-galileo-galilei/

jueves, 27 de abril de 2017

MOVIMIENTO LGTB, HISTORIA DE LA LUCHA POR LA IGUALDAD

MOVIMIENTO LGTB, HISTORIA DE LA LUCHA POR LA IGUALDAD

Esta importante lucha social de la que les vamos a narrar es reconocida como movimiento LGBT, cuyas siglas representan a las distintas identidades sexuales involucradas: transexuales, bisexuales, gays y lesbianas. Les traemos un breve resumen de la historia del movimiento que esperamos sea un puntapié más para apoyar la reflexión, la aceptación y la convivencia de todos los integrantes de nuestras sociedades por igual, simplemente hablamos de libertad…

MOVIMIENTO LGTB, HISTORIA DE LA LUCHA POR LA IGUALDAD

El mes de Junio es internacionalmente reconocido como el momento del año para las principales acciones y marchas de reivindicación y de lucha por la igualdad de derechos para las personas gays, lesbianas, bisexuales y transexuales. La mayor trascendencia del movimiento LGBT llegó en las últimas décadas. Pero los inicios de lucha por la reivindicación de los derechos de los homosexuales son entre finales del siglo XIX y la Segunda Guerra Mundial. En estos tiempos en muchos países la homosexualidad era considerada un delito. La principal acción de los activistas consistió en abogar por la despenalización, entre ellos: Heinrich Hössli, Karl Heinrich Ulrichs y Károly Mária Kertbeny. Algo después surgieron las primeras agrupaciones que lucharon por la despenalización de la homosexualidad. Fueron el Comité Científico Humanitario y luego el Instituto para la investigación sexual y la Comunidad de los propios, todas ellas en Alemania. Si bien existían diferencias de política y de ideas entre ellas colaboraron en lucha por la igualdad. Comenzaron las acciones culturales con encuentros, películas, revistas y libros dedicados a la temática gay, ganando así espacios de expresión dentro de la sociedad.

La despenalización llegó a ser aprobada por los diputados alemanes, pero el proyecto se vio frustrado al desatarse la crisis del 29. Luego, el ascenso al poder del Partido Nazi, sumamente intolerante de cualquier diferencia, dio por tierra con los avances culturales y políticos logrados por las asociaciones LGBT. El Movimiento LGBT retomaría nuevamente su impulso acabado la Segunda Guerra Mundial, en 1945, etapa que se conoce como Movimiento Homófilo. El nombre “homófilo” significa que ama a un igual, y busco centrar el debate en torno al tema del amor, y no solamente a lo sexual. Trabajaron en pos de la difusión de información científica y del debate público. Por su forma de actuación, dentro de la historia del Movimiento LGBT se considera políticamente moderados a estos grupos, por su habitual cautela, salvo excepciones como Harry Hay, en las acciones. En esta época surgieron muchas nuevas asociaciones de homosexuales en diferentes países como Holanda, Estados Unidos, Inglaterra y Dinamarca, y un gran número de revistas para la difusión del tema. En 1969 se produjo un verdadero punto de inflexión en la lucha por los derechos de la comunidad gay. En este momento se inicia la última etapa en la historia del movimiento LGBT: el Movimiento de Liberación Gay. El 28 de Junio de 1969 se produjo un episodio de acoso policial en una redada en el bar de ambiente gay Stonewall Inn, en Greenwich Village, Nueva York. Los disturbios ocasionados en reacción se extendieron por las calles del barrio durante tres días.

Por primera vez la comunidad homosexual se involucraba en un enfrentamiento directo con las fuerzas del orden. Y semejante conflicto obró como aglutinante de las muchas y pequeñas organizaciones homófilas, hasta entonces desarticuladas entre sí. Poco después se formó en Nueva York el Frente de Liberación Gay (GLF), reemplazado luego por el grupo Gay Activists Alliance. La repercusión mundial de los hechos en Greenwich Village fue muy importante. El tema había saltado a la opinión pública indefectiblemente. El movimiento tomó fuerza y en muchos otros países se desarrollaron organizaciones LGBT nacionales: Canadá, Francia, Bélgica, Reino Unido, Países Bajos, Argentina, México, Australia y Nueva Zelanda. El objetivo es obtener la total equiparación de derechos y la igualdad social. Llegado el aniversario de la revuelta de Stonewall, el grupo GLF organizó una marcha pacífica en Nueva York, con más de 5.000 participantes. De allí nace la tradición de conmemorar el surgimiento del movimiento de liberación gay, los 28 de Junio de cada año con las festividades y el famoso Desfile del Orgullo Gay. Actualmente el Movimiento LGBT ha cobrado una gran fuerza. Consiguiendo la despenalización en la mayor parte de Europa y América. La principal reivindicación hoy día es el derecho a la unión civil y al matrimonio entre personas del mismo sexo. Se busca la igualdad de derechos en materias como herencia, seguridad social, beneficios fiscales, o la adopción.

Se ha logrado todo ello en algunos países, no sin una ardua lucha social y política, en naciones como Países Bajos, Bélgica, España, Canadá, Sudáfrica, Noruega, Suecia y Portugal. También en seis estados de Estados Unidos, en la ciudad de Buenos Aires y en el Distrito Federal de México…[1]

[1] Jordi M. Monferrer Tomàs (2010). Identidad y cambio social (Transformaciones promovidas por el movimiento gay/lesbiano en España. Barcelona: Egales. ISBN 978-84-92813-13-1; Juan Antonio Herrero Brasas (2001). La sociedad gay. «Los inicios de un movimiento emancipatorio: Alemania, las dos tradiciones.». Focas Ediciones. (en español). ISBN 84-95440-15-6; Fuentes, Pablo (1999). Homo. Toda la historia. «En marcha: El primer movimiento homosexual». Bauprés Ediciones. Salvat Editores. (en español). ISBN 84-345-6842-X; Adam, Barry (1987). The Rise of a Gay and Lesbian Movement, G. K. Hall & Co. ISBN 0-8057-9714-9; Bronski, Michael (ed.) (2003). Pulp Friction: Uncovering the Golden Age of Gay Male Pulps, St. Martin’s Griffin. ISBN 0-312-25267-6; Cain, Paul (2007). Leading the Parade: Conversations with America’s Most Influential Lesbians and Gay Men, Scarecrow Press, Inc. ISBN 0-8108-5913-0; Carter, David (2004). Stonewall: The Riots that Sparked the Gay Revolution, St. Martin’s Press. ISBN 0-312-34269-1; Clendinen, Dudley, and Nagourney, Adam (1999). Out for Good, Simon & Schuster. ISBN 0-684-81091-3; D’Emilio, John (1983) Sexual Politics, Sexual Communities, The University of Chicago Press, Chicago; Deitcher, David (ed.) (1995). The Question of Equality: Lesbian and Gay Politics in America Since Stonewall, Scribner. ISBN 0-684-80030-6; Duberman, Martin (1993). Stonewall, Penguin Books. ISBN 0-525-93602-5; Edsall, Nicholas (2003). Toward Stonewall: Homosexuality and Society in the Modern Western World, University of Virginia Press. ISBN 0-8139-2211-9

https://factoriahistorica.wordpress.com/2011/09/06/movimiento-lgtb-historia-de-la-lucha-por-la-igualdad/

miércoles, 26 de abril de 2017

La misteriosa faraona de Egipto que fue borrada de la historia sólo por ser mujer

La misteriosa faraona de Egipto que fue borrada de la historia sólo por ser mujer

La memoria humana es frágil y olvidadiza. Su consistencia depende de quienes ostentan el discurso oficial que toma lo que resulta funcional y elimina todo lo demás, a través de una sutil pero efectiva maquinaria de olvido. Los libros de texto, monumentos y días de asueto o fiesta se enmarcan con la galantería de los grandes héroes que a través de sus gestas forjaron el presente, pero al mismo tiempo, ocultan un sinfín de historias que no responden a los mismos intereses. La vida de Hatshepsut es una prueba viva de que el relato histórico nunca es objetivo y puede exaltar, tergiversar u olvidar a quien resulte inconveniente.

A pesar de formar parte de la dinastía de los tutmósidas, que ostentó el poder durante el Reino Nuevo, construir una voz de mando en Egipto nunca fue fácil, mucho menos para una mujer. En el caso de Hatshepsut, su padre, Tutmosis I, fue uno de los faraones más queridos por la sociedad egipcia, pues extendió el Imperio más allá del Nilo y conquistó territorios en Asia y Nubia, acompañados de una mejora sustancial en las condiciones de vida para las clases más favorecidas.


Durante su infancia disfrutó de todos los privilegios del poder de su familia, aunque Ahmose, su madre, era poco respetada por el faraón. Esta situación despertó un instinto de supervivencia en Hatshepsut, que desde entonces se distinguió por su inteligencia y astucia por encima de sus dos hermanos, llamados a ocupar el trono cuando su padre faltara.

Tutmosis I falleció después de trece años al frente de una exitosa gestión en Egipto, mientras su vida personal se caía a pedazos. Sus dos hijos varones que recibían educación para ocupar su lugar también murieron y ante la falta de un primogénito para ocupar el cargo, Hatshepsut se convirtió en la sucesora natural de su padre. Cuando la situación política parecía favorecerle, una conspiración entre el visir y el arquitecto real logró arrebatarle el mando del pueblo egipcio y en su lugar, lo cedió a Tutmosis II, hijo ilegítimo del faraón.


Para entonces, el carácter de Hatshepsut la llevó a tomar acciones contra el machismo imperante en la sociedad egipcia y contra Tutmosis II, su medio hermano. La joven ganó popularidad a través de favores a los grandes líderes religiosos y desarrolló una relación cercana con muchos de los sirvientes del faraón, pero un movimiento político inesperado le obligó a convertirse en Gran Esposa Real y subordinarse al poderío de su hermano.

Llena de coraje pero con la obligación de honrar el nombre de su padre y al pueblo de Egipto, Hatshepsut se mantuvo al tanto de las obligaciones del faraón y, poco a poco, superó en carácter y sabiduría a su esposo mientras la corte faraónica descubría su capacidad para gobernar. 


Tras la repentina muerte de Tutmosis II, su hijo relevó el trono, pero Hatshepsut se impuso y ante el asombro de los jefes de misión se autoproclamó como Esposa de Dios y faraona de las dos tierras de Egipto. El joven Tutmosis III de apenas doce años no pudo hacer nada para evitarlo. Aunque se trató de la tercera faraona en ostentar el cargo, la imposibilidad de que una mujer gobernara era absurda para la sociedad egipcia y Hatshepsut decidió hacer lo impensado: eligió los ropajes propios de los gobernantes y ocultó sus rasgos femeninos para adquirir una apariencia varonil. No sólo eso, también ordenó una barba postiza para lucir como un hombre y tomar todas las decisiones de la corte.

Durante su reinado, Hatshepsut estableció una política de embellecimiento del reino de Egipto, golpeado por las guerras y los conflictos que azotaron a la civilización al borde del Nilo en los años anteriores. Algunas de las obras más majestuosas de Tebas fueron construidas durante su gobierno y alcanzó un estatus casi místico cuando a mitad de su reinado, se presentó frente al pueblo como hija directa de Amón, dios secundario del Sol y del aire.


Sin embargo, el legado de la faraona desapareció misteriosamente de la historia antigua de la civilización que se estableció sobre el curso del Nilo. Los nombres de grandes gobernantes, sus relieves y estatuas se mantienen en pie, pero no existió registro alguno de Hatshepsut en todo Egipto. Tal parece que a partir de su muerte, los faraones que la sucedieron decidieron hacer a un lado su importancia y mandaron destruir todo vestigio de su administración, poniendo en marcha una maquinaria de olvido que se mantuvo en pie hasta 2005, cuando la historia dio un giro inesperado.

Después de perecer durante milenios, la historia de la reina que gobernó durante 22 años una de las civilizaciones más poderosas del mundo antiguo cobró un segundo aire. Un grupo de arqueólogos descubrió su tumba en el Valle de los Reyes y a partir de entonces, el legado y esfuerzo de Hatshepsut para gobernar fue reconocido con justicia, como la historia de la mujer que luchó hasta el final por convertirse en reina de Egipto.

http://culturacolectiva.com/hatshepsut-la-misteriosa-faraona-de-egipto/

martes, 25 de abril de 2017

EL HINDUISMO

EL HINDUISMO

Ninguna religión es sencilla de comprender o debe ser subestimada en cuanto a su dogma, historia, estructura y feligreses. Todas son complejas y exigen a los creyentes un determinado sacrificio personal, que van desde el tener que orar varias veces al día hasta evitar comer ciertos tipos de animales. El hinduismo no es la excepción y aunque para un occidental puede llegar a ser verdaderamente complicado comprender una fe tan ancestral. En este presente trabajo trataremos de acercar al lector occidental a esta religión, una de las centenares que existen en la India y Asia, pero que sin duda alguna es una de las más reconocidas a nivel mundial, aunque sea sólo de nombre. Ahora bien, definir hinduismo no es una tarea fácil, o al menos no tanto como cuando sucede con el Cristianismo, Judaísmo o Islamismo. En sí, se trata de una religión que abarca creencias desde que sus escrituras más antiguas, o sea los Vedas, se crearon, hasta la fecha actual. Religión en la cual se honra a dioses como Shiva, Visnú o Sakti, por tan sólo citar a algunos, pues según señalan algunas fuentes, el hinduismo tiene alrededor de más de 330 millones de dioses…

EL HINDUISMO

Antes que nada, la palabra “hinduismo” es una invención europea exportada por los ingleses a todo el mundo. En realidad cuando se habla de este mal llamado hinduismo, hablamos de un conglomerado de muchísimas creencias, como ya dijimos, pero que conforman diversas religiones y sectas, las cuales se han creado a lo largo de varios miles de años. ¿Cómo empezó todo?, pues como era de esperarse, el hinduismo tiene también sus inicios en mitología desde luego. Obviamente un trabajo acerca de la historia de este conglomerado de creencias y religiones nos llevaría varias páginas, por tanto trataremos de ser lo más breves y concisos posible, omitiremos algunas cosas, pero nada como para confundir o tergiversar. Empezaremos diciendo que actualmente el hinduismo tiene alrededor de unos 700 a 800 millones de feligreses. Se cree que todo empezó hace 3500 años, cuando los arios cayeron sobre las actuales Pakistán e India, invadiéndolas, esparciéndose y asentándose. Estos trajeron algunas creencias de Irán y Babilonia, las cuales al parecer se mezclaron con las existentes en la India. Otros investigadores prefieren decir que ya desde antes los indios veneraban a unas piedras sagradas, los Sivalinga. Al parecer todo esto fue conocido y trasmitido de modo oral por varias generaciones. Si es que existió alguna fuente escrita, no se conoce o no se han descubierto datos acerca de que se haya producido antes un gran cambio. Decimos esto pues alrededor del año 900 a.n.e. estaban listos los escritos conocidos como los Vedas, los cuales contienen himnos, oraciones y alabanzas. En total son cuatro: el Rigveda, el Samaveda, el Yajurveda y el Atharvaveda, los cuales llegaron a tardar varias décadas, inclusive siglos en concluirse. Como vemos, ahora esta creencia o “creencias” que conformaban el llamado hinduismo en occidente, ya tenían sus correspondientes libros sagrados. Luego se agregaron los Brahamanas y los Upanisads (Upanishads). Los primeros hablan acerca de los ritos y sacrificio, su significado, importancia y trascendencia, y tal parece que datan del año 300 a.n.e. Los Upanisads son los libros que se encargan de dar respuesta a toda acción o pensamiento según el dogma que compone las creencias del hinduismo. No se precisa su fecha pero tal parece que es entre el 600 al 300 a.n.e.

Aquí se hace mención a algunas conocidas doctrinas tales como el samsara y el karma, esta última característica es la tendencia a creer de que todo lo que se padece en esta vida es consecuencia, premio o castigo, de lo que se hizo en la vida anterior, los hindúes creen en la inmortalidad del alma. También se tiene a los libros como los Puranas, que reúnen mitos acerca de los dioses y héroes hindúes, entre las cuales se encuentran la célebre epopeya del Ramayana y el Mahabarata. Otro de los asuntos vitales de esta religión, es su relación con las clases sociales de la India, un país con varios millones de seguidores en el hinduismo, fe que exigía una inexorable jerarquización de los grupos sociales. Veamos; según cuenta la mitología, había cuatro castas principales asimismo basadas en las partes del cuerpo de Purusa, la figura paternal en los orígenes de la humanidad: el brahmán era su boca, de sus dos brazos fue hecho el rajanya, de sus muslos el vaisía y de sus pies producido el sudra. Los primeros, los brahmanes eran la casta sacerdotal superior, seguida de la clase gobernante o guerrera, luego la clase de los mercaderes y agricultores, así como la sudra, la última de todas, representaba a la clase de los trabajadores. Como vemos la comparación va desde la parte de arriba del cuerpo a la de abajo. Con el tiempo se llegaron a incrementar algunas otras clases tales como los parias y los intocables. Este sistema de castas más allá de clasista es racista, pues los tres primeros grupos son considerados arios, los últimos no. Por otra parte es un régimen del cual el hindú promedio no intenta salir, generando que millones queden en la pobreza por generaciones. A todo esto entonces, ¿qué sentido tiene ser hindú?, al parecer buscar la liberación de aquellas “vidas constantes”, el fin del viaje del alma, el Nirvana, para unirse al individuo o entidad suprema, Brahmán o Brahm. Con esto hemos tocado el asunto de los dioses. Como hemos ya citado, el hinduismo parece tener millones, y aún entre los principales, la cifra no es nada pequeña, sin embargo lo reduciremos a tres: Brahma, el creador, Visnú el preservador y finalmente Siva. Están casados con Sarasuati, Laksmi y Sati respectivamente. Sin embargo Brahma, a pesar de que aparentemente es la deidad principal, recibe muy pocas alabanzas o templos dedicados en su nombre, y más bien algunos como Shiva es más conocido, inclusive a nivel internacional. Pero aquí viene lo complicado: esos millones de dioses para los hindúes, son sólo manifestaciones de la idea de Dios, es decir que en realidad son monoteístas, creen en una sola divinidad verdadera la cual puede tomar o bien la forma de una mujer sensual, un ser de varios brazos, o hasta de un elefante. Esta noción de un “Dios”, expresada en múltiples formas, genera no pocas veces largas confusiones con respecto a la interpretación que los estudiosos occidentales puedan mostrar por esta religión.

Los dioses hindúes, al igual que otras culturas como en el caso del Éufrates y el Nilo, están estrechamente relacionados al entorno natural de sus creyentes, en particular hacia el río Ganges, el cual al parecer existía en el espacio, en la Vía Láctea, y que descendió de los cielos gracias a la complacencia del dios Shiva, para poder dar vida en la tierra firme y seca. Ganga, de donde deriva el nombre Ganges, era otro dios por supuesto, y al parecer su misión en la tierra era además, purificar al maharajá Sagara, quién había perdido unos 60 mil hijos, cuyas almas debían también pasar por la misma limpieza. Gracias a esta gesta, además el dios llevó la civilización a la India. Es por eso que los hindúes creen que este río tiene la habilidad para limpiar las almas, purificarlas, liberarlas y hasta sanarlas. Al Ganges se llevan flores, y otras ofrendas, y el creyente recibe del sacerdote el tilak o la mancha de pasta roja (también amarilla) en la frente. Luego los hindúes entran a bañarse, a orar y hasta a beber sus aguas con el fin de obtener paz, redención o bendición. Hay que tener en cuenta que es tan sagrado que la mención acerca de que los hindúes toman el agua debe ser tomada como cosa seria, pues el río está muy contaminado, lo cual no parece importarles. Allí también se llevan algunos cadáveres, para que el alma del difunto tenga plena felicidad en su viaje. Reiteramos que los seguidores de esta fe creen en la inmortalidad del alma, siendo una creencia adoptada desde tiempos de Babilonia, y que se manifiesta en muchas religiones del mundo. A propósito, y para terminar de incrementar las coincidencias, los hindúes también creen en el Infierno. Finalmente y para redondear, las creencias de las “manifestaciones” del dios único o Ser supremo, que a veces pueden ser de animales, han llevado a que los hindúes tengan respeto hacia monos o vacas, evitando matarlos o comerlos bajo ningún tipo de circunstancia. Lo curioso es que millones mueren de hambre, pero en sus corrales pueden tener la suficiente cantidad de ganado vacuno para nutrirlos. De todas maneras, aquellas reces permanecerán intactas debido a la total entrega y la convicción de los hindúes con respecto a su fe, la cual no ha dejado de generar muchas controversias, sobre todo en el mundo occidental…[1]

[1]Agud, Ana, y Francisco Rubio (traducción del sánscrito, introducción y notas): La ciencia del Brahman: once Upanisad antiguas. Madrid: Editorial Trotta, 2000. ISBN 978-84-8164-367-1; Coomaraswamy, Ananda Kentish: Los Vedas: ensayos de traducción y exégesis. Madrid: Sanz y Torres, 2007. ISBN 978-84-96808-74-4; De Palma, Daniel (edición y traducción): Upanisads (con prólogo de Raimon Panikkar). Madrid: Siruela, 2001. ISBN 84-7844-292-8; Díez de Velasco, Francisco: Introducción a la historia de las religiones. Madrid: Trotta, 1995/2002 (tercera edición revisada y aumentada). ISBN 978-84-8164-564-4; Enterria, Álvaro: La India por dentro: una guía cultural para el viajero. Mallorca: José J. Olañeta Editor, 2006/2007 (tercera edición). ISBN 978-84-9716-490-0; Flood, Gavin: El hinduismo. Madrid: Akal Cambridge, 1998/2003. ISBN 978-84-8323-032-9; Ilárraz, Félix G., y Óscar Pujol (edición y traducción del sánscrito): La sabiduría del bosque. Antología de las principales Upanisads. Madrid: Trotta, 2003. ISBN 978-84-8164-594-1; Kramrisch, Stella: La presencia de Siva. Madrid: Siruela, 2003. ISBN 978-84-7844-679-7; Martín Diza, Consuelo: Upanishad con los comentarios advaita de Śankara. Madrid: Trotta, 2001 [2.ª edición: 2009]. ISBN 978-84-8164-453-1; —, Bhagavad Gita con los comentarios advaita de Śankara. Madrid: Trotta, 1997 [6.ª edición: 2009]. ISBN 978-84-8164-545-3; —, Brahma-sutras. Con los comentarios advaita de Śankara. Madrid: Trotta, 2000. ISBN 978-84-8164-385-5; —, Conciencia y realidad. La Mandukya Upanisad con las karika de Gaudapada y los comentarios de Śankara. Madrid: Trotta, 1998. ISBN 978-84-8164-269-8; —, Discernimiento. Estudio y comentario del tratado Drig-Driśya-Viveka de Śankara. Madrid: Trotta, 2006. ISBN 978-84-8164-843-0; —, Gran Upanisad del Bosque con los comentarios advaita de Śankara. Madrid: Trotta, 2002. ISBN 978-84-8164-548-4; Störig, Hans Joachim: Historia universal de la filosofía. Primera parte: La sabiduría de Oriente. Capítulo primero: La filosofía de la India antigua. Madrid: Tecnos, 1995. ISBN 978-84-309-2636-7; Vyasa, Bhagavān: Los Vedas. Madrid: Ediciones Ibéricas, 1982 (1.ª ed., 5.ª imp.). ISBN 978-84-7083-093-8

https://factoriahistorica.wordpress.com/2011/09/09/el-hinduismo/

lunes, 24 de abril de 2017

Las bodas homosexuales de la Edad Media aceptadas por la Iglesia

Las bodas homosexuales de la Edad Media aceptadas por la Iglesia

No hace falta perderse por horas en los textos bíblicos ni acudir cada semana a misa para conocer las bases de la moral cristiana. Basta con mirar alrededor y preguntarse críticamente por el origen de cada uno de los juicios de valor que operan en el seno de la sociedad para enterarse de todo lo que resulta aceptado, deseable o prohibido para la religión más popular del mundo. 

Sin advertirlo demasiado, el cristianismo se difundió a lo largo y ancho del globo; no sólo como un credo con su propio cuerpo mitológico, también como un sistema ético que hoy funciona de rasero y determina qué es bueno y malo para la mayoría de las personas.


Cualquiera sabe que bajo la categoría de pecado, se agrupan aquellas prácticas que resultan opuestas e indeseables para los preceptos de cultos que tienen una deidad como figura central. En el caso del cristianismo y sus distintas vertientes, uno de los pecados más penados es la lujuria, definida como el deseo incontrolable por poseer y experimentar algo, con especial énfasis en el plano sexual. 

Según los textos bíblicos, el deseo exacerbado del placer y la excitación corresponden a una conducta impura e indigna de Dios, mucho más si se trata del adulterio, mantener relaciones sexuales antes del matrimonio o con un fin únicamente placentero; mas ningún acto resulta más repugnante para la moral cristiana que las relaciones sexuales entre personas del mismo sexo, una práctica denigrada a depravación y tachada de antinatural. Es común asociar la figura eclesiástica con el conservadurismo y la cerrazón hacia la diversidad de orientaciones y preferencias sexuales; sin embargo –y por más increíble que parezca– no siempre fue así.


Durante la Edad Media, cuando la influencia de este credo se apoderó del pensamiento y la vida de Europa, existió un rito particular que demuestra que el pensamiento del catolicismo contra la homosexualidad era radicalmente distinto en esta época: se trataba del adelfopoiesis (unión entre hermanos), una ceremonia litúrgica consentida por la autoridad eclesiástica entre personas del mismo sexo, especialmente hombres.

El acto ritual tenía como objetivo “hermanar” a dos hombres uniéndolos de por vida, en un espacio preparado para tal fin y con la presencia optativa de un sacerdote. Ante el altar, ambos leían versículos de la Biblia con pasajes sobre el valor de la amistad y, acto seguido, eran rodeados con un lazo mientras sostenían una vela. Después de seguir con más oraciones, intercambiaban besos y la ceremonia finalizaba con una plegaria a Dios para mantener viva la unión entre ambos.


A pesar de la poca información y la negativa de la Iglesia para tratar el tema con apertura, las interpretaciones más precisas sobre el adelfopoiesis apuntan a que nació como un contrato religioso que rayaba en lo civil con el fin de preservar los bienes materiales entre familias, utilizando la fraternidad como principio moral: cuando dos hombres con parentesco directo se mantenían solteros en su madurez, la tradición dictaba que debían formar una unión económica similar a la familia donde ambos aportaran en su manutención y compartieran sus bienes. 

No obstante, con el paso del tiempo la ceremonia tomó un carácter distinto y, gracias a su flexibilidad, fue aprovechada por personas con preferencias homosexuales para unirse a través de la Iglesia, siempre so pretexto de su utilidad original. El rito que nació como una muestra de amor fraternal, compasión y lealtad –valores centrales del ascetismo cristiano– se transformó inesperadamente en un nicho que consintió las relaciones sentimentales entre individuos del mismo sexo mucho antes de la aparición del concepto moderno de homosexualidad.


En el fondo y desde un punto de vista crítico, es posible que la naturaleza de esta antigua ceremonia coincida con el objetivo primordial de las ceremonias que utilizamos en la actualidad para legitimar una relación de pareja. Más que responder a una etapa de apertura sexual y tolerancia, la adelfopoiesis era una forma común de asegurar la propiedad. Se trata del denominador común de los rituales de matrimonio modernos, moldeados por la influencia religiosa y delineados a través de las instituciones civiles que sirven para tal fin. 

http://culturacolectiva.com/bodas-homosexuales-de-la-edad-media-aceptadas-por-la-iglesia/

domingo, 23 de abril de 2017

LA REVOLUCIÓN CULTURAL DE INGLATERRA DURANTE EL SIGLO XVIII

LA REVOLUCIÓN CULTURAL DE INGLATERRA DURANTE EL SIGLO XVIII

A fines del siglo XVIII, Inglaterra pasaba por uno de sus mejores momentos. La era la Ilustración había calado hondo en los corazones de millones de europeos y Gran Bretaña no podía ser la excepción. Tierra innata de grandes científicos e inventores el ámbito de las letras, las humanidades y el arte no podía quedar de lado. Empecemos con la filosofía. En este ámbito destaca John Locke, filósofo de los whigs inglés y creador del liberalismo de la modernidad. Se le puede considerar también el padre de los filósofos europeos y que marcaría profundamente el pensamiento de los ilustrados durante todo el siglo XVIII. Para Locke el humano es un ser con razón, y que puede llegar a respetar ciertas leyes consideradas leyes morales. No vamos aquí a detallar su pensamiento, pues tardaríamos muchos párrafos; sólo diremos que él inspiró los no muy lejanos: Contrato Social de Rousseau, los Derechos Humanos y la Independencia de Estados Unidos. Ni hablar de la Revolución Francesa y los ilustrados galos en general. Pese a que pueda sonar contradictorio, Locke tuvo más repercusión en Francia que en Inglaterra y esto se debió a la natural necesidad del pueblo galo de un poco más de “libertad”…

LA REVOLUCIÓN CULTURAL DE INGLATERRA DURANTE EL SIGLO XVIII

También debemos citar a David Hume, escocés, aunque con una gran alma británica. Publicó su célebre Tratado sobre la naturaleza humana con tan sólo 26 años, y es otro de los pilares de la filosofía del siglo XVIII. También fue historiador, y entre sus obras podemos citar por ejemplo a la Historia de Inglaterra; aunque su narrativa, para algunos, no es imparcial a juzgar por sus juicios, por lo cual le quita bastante crédito. Otro escocés, pero británico, de fama mundial e histórica y que no podemos soslayar y amigo de Hume, era Adam Smith, considerado el padre de la economía moderna. Su obra, “Investigación de la naturaleza y causa de la riqueza de las naciones”, le tardó unos diez años y apareció en 1776. La teoría allí expresada es considerada la base y madre del liberalismo económico, prácticamente forjando las bases para transformar la economía en una ciencia. Habló de capital, crédito, comercio, banca, el estatus quo económico mundial, haciendo un análisis histórico y a futuro. Su frase “laisser faire” o “dejar hacer”, en referencia a que el comercio y el capitalismo en ascenso no debían tener intervención estatal es considerada una máxima para los liberales económicos. No en vano tal pensamiento es un cliché del inglés del siglo XIX e inicios del siglo XX, sino lo es hasta hoy en día. Tampoco debemos soslayar al inglés Ephraim Chamberscreador de la Cyclopaedia (o Diccionario Universal de las Artes y Ciencias), publicada en 1728. Toda un hito para la época y considerada la madre de todas las enciclopedias, incluida la francesa de décadas posteriores.


La sociedad inglesa estaba cambiando, y a todas luces era la más gloriosa de todas en el mundo. Rica, prospera, a menudo alejada de los problemas de la Europa continental por típicos asuntos fronterizos al ser una isla. Llena de clubes, donde se podía asistir a concursos, conciertos, recitales y demás. Era el centro de moda de los teatros, la música, la actuación, ópera, literatura y otras artes. Todo este entorno atraía a personajes de varias partes de Europa y el mundo, uno de ellos fue Haendel, nacido en Alemania pero más tarde naturalizado inglés, quién se mudó a Londres donde sus obras alcanzaron gran reconocimiento. Las óperas italianas tenían también gran éxito y él se encargó de componer algunas suyas. Sin embargo, la competencia hizo que se marchara a Irlanda, donde escribió una obra maestra llamada El Mesías. Sus ingresos, según su testamento, estuvieron destinados a un orfanato en Londres. De la música debemos irnos a la literatura. El poeta Alejandro Pope, quién escribió sus célebre Ensayos sobre el criticismo, estableciendo reglas para distintos géneros literarios, así como varias hojas dedicadas a crítica y teoría literaria. Esto le convirtió en un exponente del ámbito y un escritor rotundo de la sátira. Otro de los representantes de aquella época fue el sátiro irlandés Jonathan Swift, muy conocido por sus Viajes de Gulliver, que en su tiempo él las escribió con el fin de que sea una sátira política, pero que hoy en día, por cosas de la historia, es más un cuento dirigido al público infantil. Después también tenemos a los ensayistas que publicaban sus trabajos acerca de literatura o política en diarios como “El espectador” donde dos amigos eran los dueños: Addison y Steele. y también clubes donde se hacían discusiones constantes sobre las ciencias humanas, religión y política. El director del club El Espectador era Rogelio Coverley, también gran novelista.


Así entonces llegamos a Daniel Defoe, inglés, el célebre escritor de Robinson Crusoe. Su vida, como la de muchos hombres de la letra, fue bastante sufrida. Sobre todo, tuvo que adolecer malos negocios que lo dejaron endeudado, y luego de pasar varias penurias y un tiempo en la cárcel, decidió dedicarse al periodismo, convirtiéndose en ser uno de los primeros en el mundo en ejercer dicha disciplina. Fundó su periódico llamado La Revista, de tan solo cuatro páginas pero considerado el precursor de los diarios modernos. La célebre novela que lo haría inmortal recién llegó a su cabeza cuando tenía unos sesenta años, al conocer a un marino escocés Alejandro Selkirkquién le narró sus aventuras pero no quiso que el protagonista llevase su nombre. Daniel entonces le puso Robinson Crusoe, un nombre que él había visto en una lápida en sus tiempos de juventud mientras se escondía de las autoridades. De la literatura nos vamos ahora hasta la pintura. Hasta esta época, llegado el siglo XVIII no habían existido pintores ingleses destacados. Uno de los primeros fue William Hogarth. Nacido en un hogar muy pobre, se dedicó a realizar desde decorados pasando por algunos grabados hasta llegar a sus típicos cuadros en los que retrataba una historia, episodio tras episodio. Algo así como una historieta plasmada en gigantescos cuadros. Tuvo una serie: Casamiento a la moda, donde refleja las bodas por interés. Prácticamente era una tragedia llevada a los pinceles. Debido a esta honestidad en su arte, tuvo pocos clientes. Uno de los preferidos de los cortesanos era Josué Reynolds, algo así como el mimado de los nobles. Fundó la Real Academia en Inglaterra en el año 1769, y fue él su primer presidente. Pronto se convirtió en el mejor retratista que tuvo Londres. Como había estudiado en Italia, se notaba claramente sus influencias latinas renacentistas. Richard Wilson fue otro gran pintor inglés instruido en Italia que pintaba paisajes, aunque no tuvo mucho éxito pues había más campo para el retrato por aquella época. Otro gran paisajista fue Tomás Gainsborough, aunque también se defendía en el retrato llegando a ser un adversario de Reynolds, sobre todo de senderos y árboles, como los elementos favoritos. Probablemente fue uno de los pintores ingleses más emocionales, y es considerado el padre del paisaje inglés. Uno de sus seguidores fue John Constable, quién perfeccionó el arte paisajístico. Aunque hay que admitir, que al menos en esta etapa de despegue de la pintura en Inglaterra durante el siglo XVIII, el retrato, siguió teniendo la ventaja. Entre otros debemos también señalar a William Blake, poeta y pintor, y a propósito de sus óleos, eran bastante extraños, sus dibujos parecían mal hechos, aunque intencionalmente porque era su estilo, y no llegaron a gustar mucho a los de la corte. Ahora debemos volver otra vez a las letras. El inglés Samuel Johnson publicó el Diccionario, una obra sin precedentes a juzgar por el fin de su creación; mejorar el lenguaje y la correcta pronunciación de la lengua. Fue un escritor dedicado de novelas, ensayos y críticas. Uno de sus mejores amigos fue Jaime Boswell, quien escribió La vida de Johnson, en honor de Samuel. Fue otro escritor de pulcro estilo, dedicado y entregado a la obra de su vida. Al igual que Oliverio Goldsmith, quien escribió una obra fundamental de la época “El vicario de Wakefield”. A todo esto hay que sumarle la algarabía en los teatros, cuyo esplendor no se veía desde la época de Shakespeare. ¿Nombres?, sobran: Drury Lane, Haymarket, Covent Garden, entre otros. Goldsmith por ejemplo, creó algunas obras para el ámbito teatral. Esto generó que surjan actores y actrices famosos, tales como Sara Kemble, especialista en interpretaciones de personajes de Shakespeare. Otro gran dramaturgo y escritor fue Richard Sheridan, famoso entre la nobleza londinense por sus aventuras románticas creadas en especial para ser llevadas a escena. Comedias y otros géneros le valieron ser famoso entre el Club Literario del doctor Samuel Johnson, creador del Diccionario. Además de escritor, Richard también fue administrador del Drury Lane, un famoso teatro londinense. Más tarde dirigió su mirada a la política.


Hemos entonces podido analizar todo este gran despertar cultural de Inglaterra, el cual no debe ser interpretado de modo casual, pues los ingleses solo respondían a un fenómeno socio-cultural de la época: la Era de la Ilustración. Y por supuesto no podemos cerrar este capítulo sin dejar de mencionar una soberbia obra: la Enciclopedia Británica. Sus fundadores originales fueron Andrew Bell y Colin Macfarquhar, contando con el asesoramiento de muchos sabios e intelectuales más de la época. Fue publicada por primera vez entre 1768 a 1771 en Edimburgo. Como ha quedado claro, durante la Era de la Revolución y Napoleónica, Inglaterra volvería a recuperar, muy rápidamente como podemos analizar, su estatus de gran potencia. A este país, le esperaba un glorioso siglo XIX, con sus propios aciertos y fracasos…[1]

[1]Bermudo, J.M. La Filosofía moderna y su proyección contemporánea. Barcanova. Barcelona 1983; Russell, B. Historia de la Filosofía Occidental. Espasa. Madrid 1984; Touchard, J. Historia de las ideas políticas. Tecnos. Madrid, 1988

https://factoriahistorica.wordpress.com/2011/09/03/la-revolucion-cultural-de-inglaterra-durante-el-siglo-xviii/

sábado, 22 de abril de 2017

Las mujeres que murieron trágicamente por fabricar relojes con radiación

Las mujeres que murieron trágicamente por fabricar relojes con radiación

¿Podrías dormir sabiendo que fuiste el responsable de la muerte de decenas de inocentes?

Es difícil pensar en la falta de humanidad que debe existir en una persona (o en varias) para cargar con el peso de los cadáveres de individuos cuyos rostros o almas jamás fueron conocidos. Es posible mencionar a Hitler y su falta de remordimiento al mandar asesinar miles de judíos y arrestar millones; al genocidio de las culturas prehispánicas por parte de los europeos –quienes los veían como salvajes– o la crudeza con la que el presidente Truman determinó lanzar bombas atómicas en Hiroshima y Nagasaki, asesinando a miles de ciudadanos.

¿Habrán podido dormir con la culpa o dentro de sus mentes existió un consuelo mayor que los hizo justificarse hasta el final?

Una historia de inicio de siglo nos recuerda esa negligencia hacia los inocentes en nombre del dinero. 
Durante la primera mitad del siglo XX una controversia acaparó los espectaculares y presentaba a un grupo de mujeres que peleaban contra la Radium Luminous Material Corporation (RLMC), empresa que las contrató para realizar un trabajo que tuvo como consecuencia la muerte de un gran número de ellas.


El suceso llamó la atención del mundo y las jóvenes fueron llamadas “Las chicas radioactivas”. Su importancia histórica es mucho más grande de lo que se cree.

Alrededor del año 1910 se descubrió la radioluminiscencia, una forma de crear luz permanente en la oscuridad, la cual –como su nombre indica–, usa radiación ionizante para funcionar. Aunque la empresa sabía que era peligroso tratar con materiales radioactivos, entre 1917 y 1926, reclutó alrededor de 70 mujeres para que entraran en contacto directo con la sustancia y así pintar los números y las manecillas de relojes que se verían en la oscuridad. La RLMC pensó que nada sucedería, pero pronto comenzaron a sufrir las consecuencias irreversibles.


A pesar de que los químicos y expertos de los niveles más altos de la empresa usaban trajes especiales, máscaras y demás objetos aptos para tratar con el radio, las mujeres no tenían ni siquiera guantes para manejarlo. Para pintar los relojes se utilizaba una mezcla de polvo de radio, agua y pegamento; para darle fineza a los pinceles –que se desgastaban rápidamente– los mojaban con saliva. 

Debido a que el empleo era frustante y ellas ignoradas por la empresa, para divertirse se pintaban las uñas con la sustancia sin saber que se ponían en mayor peligro. De hecho, se dice que más de mil empleados estuvieron expuestos a ese tipo de daño y no existe un número exacto de las muertes que causó.


La diversión no duró demasiado; algunas de las chicas comenzaron a sufrir de anemia y de una condición llamada “quijada de radio”, una enfermedad que daña por completo los huesos de la quijada, hace que las encías sangren y que el paciente sea propicio a desarrollar tumores malignos en la estructura ósea de la mandíbula. No tardaron mucho en darse cuenta del origen del problema, así que comenzaron a demandar respuestas de sus jefes y las personas involucradas.


Grace Fryer fue la primera que se atrevió a demandar a la empresa en enero de 1928, mas no encontraba un abogado que creyera su historia o que entendiera por completo los daños de la radioactividad. Mientras tanto, otras dos mujeres comenzaron juicios que se llevaron a cabo en sus hogares debido a que no podían moverse de cama ni levantar los brazos para prestar juramento. Fue cuando Fryer y otras cuatro mujeres se les unieron y la prensa las llamó “Chicas radioactivas”. Poco después también fueron conocidas como “las muertas vivientes”, debido a que era inevitable que murieran.


Distintos expertos, científicos y catedráticos trataron de denigrar a las mujeres y disminuir su credibilidad al afirmar que habían contraído sífilis, una enfermedad de transmisión sexual que también degenera el cuerpo, pero el proceso no duró demasiado. Las pruebas eran demasiado contundentes y por miedo a tener un castigo grave, la empresa decidió hacer un acuerdo con las mujeres. A cada una se le entregó lo que actualmente sería alrededor de 140 mil dólares y ocho mil 400 anualmente, además de que la RLMC pagaría cualquier gasto médico.


Todo suena a final feliz, pero no fue así. Tan sólo durante el proceso, 12 mujeres fallecieron y aquellas que estaban en cama no tardaron mucho en perecer. Después del caso, las trabajadoras se desvanecieron poco a poco. La tragedia marcó un punto crucial por dos factores: mostró que las empresas estaban dispuestas a poner en riesgo la vida de sus empleados (desde entonces se ha prestado atención especial a los derechos de los trabajadores y las leyes de seguridad). El segundo fue que finalmente los trabajadores podían demandar directamente a las empresas por abuso laboral y recibir compensación por daños.


Los líderes de las empresas pagaron pero nunca aceptaron por completo sus homicidios en tercer grado, ¿habrán podido dormir en los años siguientes? 

Lo más probable es que sí. La falta de moral y humanidad en las personas es mucho más común de lo que a la gente le gusta pensar. Es parte de la condición humana. Las mujeres no recuperarían sus vidas jamás y ante el avance de la radiactividad en sus cuerpos, no hubo nada más que hacer al respecto.

http://culturacolectiva.com/las-mujeres-que-murieron-tragicamente-por-fabricar-relojes-con-radiacion/

viernes, 21 de abril de 2017

EL ARRIANISMO

EL ARRIANISMO

Arrio sostenía que Jesús fue creado por Dios como el primer acto de la Creación, que Jesús fue la coronación gloriosa de toda la creación. Entonces, el arrianismo, es la opinión de que Jesús fue un ser creado con atributos divinos, pero no divino en y por Sí mismo. La naturaleza de Jesús era el problema más complejo de los primeros siglos del cristianismo, como lo revelan las discusiones teológicas. En los primeros siglos del cristianismo se planteaba el problema de la relación del Hijo y de Dios. A esto se le llamó las disputas cristológicas…

EL ARRIANISMO

En la Iglesia cristiana primitiva se creía que Cristo había preexistido como Hijo de Dios ya antes de su encarnación en Jesús de Nazaret, y que había descendido a la Tierra para redimir a los seres humanos. Esta concepción de la naturaleza de Cristo trajo aparejados varios debates teológicos, ya que se discutió si en Cristo existía una naturaleza divina o una humana, o bien ambas, y si esto era así, se discutió la relación entre ambas, fundidas en una sola naturaleza, completamente separadas: Nestorianismo, o relacionadas de alguna manera.


El encarnacionismo prendió fuertemente en el mundo gentil, y especialmente en el occidente del Imperio romano. Arrio había sido discípulo de Pablo de Samosata, un predicador oriental del siglo III, y creía que Cristo era una criatura, la primera criatura que había sido formada por el Creador antes del inicio de los tiempos. Según Atanasio de Alejandría, éstas son algunas de las enseñanzas arrianas, citadas en su obra Discurso contra los arrianos:

“Dios no siempre fue Padre” sino que “hubo un tiempo en que Dios estaba solo y aún no era Padre, pero después se convirtió en Padre.” “El Hijo no existió siempre;” pues, así como todas las cosas se hicieron de la nada, y todas las criaturas y obras existentes fueron hechas, también la Palabra de Dios misma fue “hecha de la nada” y “hubo un tiempo en que no existió” y “Él no existió antes de su origen”, sino que Él y otros “tuvo un origen de creación”. Pues Dios, dice, “estaba solo, y la Palabra aún no era, ni tampoco la Sabiduría. Entonces, al desear darnos forma, Él hizo a cierto ser y lo llamó Palabra, Sabiduría e Hijo, para que pudiera darnos forma por medio de Él.”

Atanasio de Alejandría, Primer discurso contra los arrianos

Finalmente, en el Primer Concilio de Nicea del año 325 se aprobó el credo propuesto por Atanasio de Alejandría, y la cerrada defensa de la naturaleza divina del Hijo de Dios hecha por Atanasio consiguió incluso el destierro de Arrio. Cuando éste fue perdonado el año 336, murió en misteriosas circunstancias probablemente envenenado. La disputa entre partidarios de la Trinidad, arrianos y los llamados “semiarrianos” iba a durar durante todo el siglo IV, llegando incluso a haber emperadores arrianos, el propio Constantino I el Grande fue bautizado en su lecho de muerte por el obispo arriano Eusebio de Nicomedia. Ulfilas, obispo y misionero, propagó el arrianismo entre los pueblos germánicos, particularmente los visigodos, vándalos, burgundios y ostrogodos. Después del Concilio de Constantinopla del año 381, el arrianismo fue definitivamente condenado y considerado como herejía en el mundo católico. Sin embargo, el arrianismo se mantuvo como religión de algunos pueblos germánicos hasta el siglo VI, cuando Recaredo I, rey de los visigodos, se bautizó como católico en el año 587 e impuso el catolicismo como religión oficial de su reino dos años después, tras el III Concilio de Toledo del año 589. En Italia, las supervivencias arrianas en el Reino longobardo persistieron hasta muy avanzado el siglo VII y el rey Grimoaldo(662-671) puede considerarse como el último monarca arriano del Reino y de Europa[1].


Tras la celebración en 325 del Concilio de Nicea, resurgió con fuerza en la propia Constantinopla la idea de arrianismo gracias al apoyo de su obispo, Eusebio de Nicomedia, quien logró convencer a los sucesores del emperador Constantino para que apoyaran el arrianismo y rechazaran la línea ortodoxa aprobada en Nicea y sustituyeran a los obispos nicenos por obispos arrianos en las sedes episcopales de Oriente…[2]

[1]Richard E. Rubenstein, When Jesus Became God, Harcourt, San Diego, 1999, pág. 139; José Orlandis, Historia de la Iglesia: iniciación teológica,, Ediciones Rialp, 2002, pág. 67; José Orlandis, La conversión de Europa al cristianismo, Ediciones Rialp, 1988, pág. 93.
[2]El arrianismo es el conjunto de doctrinas cristianas desarrolladas por Arrio, presbítero (anciano) de Alejandría, probablemente de origen libio, así como por algunos de sus discípulos y simpatizantes. Uno de los primeros y probablemente el más importante punto del debate entre los primeros cristianos fue el tema de la deidad de Cristo. El arrianismo fue condenado como herejía inicialmente en el Primer Concilio de Nicea (325) y, tras varias alternativas en las que era sucesivamente admitido y rechazado, fue definitivamente declarado como herético en el Primer Concilio de Constantinopla (381). No obstante, se mantuvo como religión oficial de algunos de los reinos establecidos por los godos en Europa tras la caída del Imperio romano de Occidente. En el Reino Visigodo de Toledo pervivió hasta el III Concilio de Toledo (589), durante el reinado de Recaredo I. El arrianismo es definido como aquellas enseñanzas atribuidas a Arrio opuestas al Dogma Trinitario determinado en los dos primeros concilios ecuménicos y mantenido en la actualidad por la Iglesia Católica, las Iglesias Ortodoxas Orientales y la mayoría de las Iglesias protestantes. Este término también se utiliza en ocasiones de forma inexacta para aludir genéricamente a aquellas doctrinas que expresen negación de la naturaleza divina de Jesús

https://factoriahistorica.wordpress.com/2011/08/30/el-arrianismo/

jueves, 20 de abril de 2017

Razones por las que es necesario recordar la lucha de las mujeres

Razones por las que es necesario recordar la lucha de las mujeres

“Los hombres me explican cosas, a mí y a otras mujeres, independientemente de que sepan o no de qué están hablando. Algunos hombres. Todas las mujeres saben de lo que estoy hablando. Es la arrogancia lo que lo hace difícil, en ocasiones, para cualquier mujer en cualquier campo; es la que mantiene a la mujeres alejadas de expresar lo que piensan y de ser escuchadas cuando se atreven a hacerlo”, afirma Rebecca Solnit en su libro “Los hombres me explican cosas”.

Es también que por eso el 8 de marzo más que una celebración, se conmemora al grupo de obreras a quienes les arrebataron el aliento mientras exigían mejores condiciones de vida, aquellas mujeres que sufrieron las atrocidades de las guerras, y a todas las que se arriesgaron y fueron más allá del lugar que la sociedad les “permitía”. 

Es una recapitulación histórica de todos los retos, logros y también de los tropiezos, es preguntarnos qué hacemos para mejorar nuestra condición, y demostrar nuestra igualdad en una sociedad habitada, en su mayoría, por mujeres, pero controlada por hombres. Es mandar a volar los estereotipos de quedarse en casa al cuidado del hogar y tener lista la cena, de ir a misa cada domingo, vestir recatadas y no opinar sobre fútbol. 


Darnos cuenta que esa igualdad inicia con cosas tan sencillas, como hacer y decidir lo que deseamos, y no quedarnos calladas ni limitarnos sólo porque lo dicen los demás; es vivir y ser libres de hablar, reír, fumar, tomar, tener relaciones sexuales y gritar sin ser criticadas; tener acceso a oportunidades y ser tomadas en cuenta en todos los ámbitos. No guardar silencio, solidarizarnos y exigir justicia por todas aquellas que aún no han parpadeado y viven reprimidas, repudiar la violencia, el acoso y el maltrato en todas sus expresiones.


Cabe reconocer que ha existido un cambio positivo en cuanto la inclusión y reconocimiento de los derechos de las mujeres; sin embargo, falta aún mucho por lograr para llegar a la cumbre de la igualdad, y vivir en un país donde el Congreso de la República esté conformado por la misma cantidad de hombres como de mujeres, para que podamos caminar libremente en la calle sin escuchar absurdos intentos de piropos que lejos de halagar, dan asco.

Hoy es más que necesario cambiar el casete rallado que vive en la mentalidad de las mismas mujeres, y nos priva de defendernos, de actuar, según nuestras creencias. Hoy debemos salir y hacer lo que nos dé la gana, vestirnos para nosotras, tomar nuestras decisiones, cumplir únicamente nuestras expectativas, aceptarnos y amarnos.