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lunes, 2 de diciembre de 2019

DIALOGO ENTRE MASONES DICIEMBRE 2019 N° 72

YA CIRCULA
DIALOGO ENTRE MASONES DICIEMBRE 2019 N° 72


Artículos Publicados
- Sobre el procedimiento de entrada al Templo
- ¿Mi pareja es masón? Los 7 síntomas más comunes
- El verdadero misterio de la sesión masónica llamada tenida en el primer grado
- El desarrollo de la religión y el pensamiento en el Antiguo Egipto
- El simbolismo más profundo de la masonería
- Historia de “Table Lodge”
- Movimiento Scout: Hijo de la masonería

PARA LECTURA EN ESTA MISMA PAGINA.

viernes, 15 de noviembre de 2019

LA MISTICA DE LOS NUMEROS

LA MISTICA DE LOS NUMEROS
*HERBERT ORE BELSUZARRI.

La civilización mesopotámica empezó a conformarse como tal varios milenios antes de nuestra era. Su importancia reside en ser la primera que deja testimonio escrito de sus logros, los instrumentos usados para la resolución de sus problemas cotidianos, la importancia de los dioses, la adivinación de sus designios, la estructura social de sus gentes, los avatares de su historia.

Conceptos como clases sociales, construcción de ciudades, enseñanza de conocimientos, imperialismo, defensa de intereses económicos, expansión y control de la tierra, aprovechamiento agrícola, comercio y otros tantos, encuentran en Mesopotamia su primera expresión constatable.

Destaca la utilización instrumental de conocimientos matemáticos para la resolución de problemas económicos cotidianos. Desde el registro numérico de bienes depositados en los templos o intercambiados entre los distintos agentes económicos, hasta los cálculos geométricos y algebraicos necesarios para la construcción de canales de irrigación en los campos, las matemáticas se van constituyendo desde una perspectiva eminentemente práctica, alejada de todo planteamiento abstracto.

Las matemáticas no existen como tales sino que son un mero instrumento para la resolución de problemas y, desde este punto de vista, los cálculos generadores de una solución se van constituyendo como algoritmos cuyos pasos deben seguirse en el orden adecuado.

El estudio de la matemática mesopotámica sigue hoy en día teniendo interés para los investigadores que producen estudios cada vez más completos pero aún insuficientes. Miles de tablillas quedan por estudiar aún, muchas de ellas de carácter contable. Durante el siglo pasado, en que las excavaciones promovidas por diversos países europeos permitieron avanzar mucho en el conocimiento de las antiguas culturas del Medio Oriente, muchos de los esfuerzos en este sentido se dedicaron a las excavaciones en Egipto, indudablemente más agradecidas en cuanto a sus resultados dada la perdurabilidad de sus restos. El interés por Mesopotamia es más reciente, así como el desciframiento de su escritura cuneiforme, que permitió adentrarse en los testimonios dejados por los escribas de aquel tiempo.

Mesopotamia ocupaba la tierra que coincide en gran medida actualmente con Irak. El recorrido por el país puede comenzar precisamente en la desembocadura de ambos, en el Golfo Pérsico. Dos ríos atraviesan el país, el Éufrates y el Tigris, ambos mencionados por la biblia y que los refiere cuando habla de la ubicación del Jardín del Edén (Génesis 2: del 10 al 14), así como el hecho que señala que en las llanuras de Sinar se construyo una gran torre conocida como la Torre de Babel (Génesis 11: 2 al 9) y que de la ciudad de Ur, partió Abram (Génesis 11:31, Génesis 12: 2 al 5) para dirigirse a Canaán. Y es esas tierras donde se inicia a darle un significado esotérico y simbólico a los números, que posteriormente es mejorado y ampliado por los egipcios hasta llegar a Grecia donde Pitágoras le dará una importancia relevante de primer orden. Los datos verificables sobre la vida de Pitágoras son escasos dado que no existen textos de su autoría ni biografías firmadas por contemporáneos. Los primeros escritos detallados, que datan de entre 150 y 250 años después de su muerte, se basan en historias transmitidas de manera oral y muestran grandes diferencias entre sí. Asimismo, muchos mitos y leyendas se forjaron en torno a su persona, motivados probablemente por el mismo Pitágoras, pero también debido a la naturaleza de la doctrina pitagórica y sus seguidores: una confraternidad hermética, regida por símbolos místicos y costumbres esotéricas.

De las “ciencias” metafísicas –tarot, astrología, quiromancia...- la numerología es la menos conocida o entendida. Muchos hombres y mujeres, a lo largo de la historia de la humanidad ha utilizado los valores numéricos para “conocer el secreto” que esconde la fecha de nacimiento, o el nombre de las personas. Pero la Numerología es mucho más que ello, los números tienen significado místico.




(*) Herbert Oré Belsuzarri, es un escritor y autor de muchos trabajos, que han surgido de sus investigaciones dentro de una orden iniciática, las mismas que los comparte, con el único propósito de ayudar a quienes buscan la luz.







http://es.scribd.com/doc/85618094/Herbert-Ore-La-Mistica-Del-Numero

jueves, 14 de noviembre de 2019

El Desarrollo De Las Facultades Psíquicas

El Desarrollo De Las Facultades Psíquicas
Autor: Fr R+C Pedro Raúl Morales
Cortesía: R:.H:. Fr. R+C Carlos Napoleón del Carpio Palacios

En uno de los grados del R.A. así como aquellos H:. y miembros de otras Ordenes Iniciáticas que por sus estudios requieren desarrollar o ingresar al mundo Psíquico, (no obstante en las Log:. Sim:. La interpretación de la Sim:. De nuestros Ttem:. Para una mejor comprensión, requiere de este mundo psíquico); deben primero estar capacitados mental y espiritualmente. Además, es necesario estar bien de salud, ser muy optimista y también muy jovial.

Posiblemente muchos consideren estos requisitos como innecesario, pero debemos tener en mente los siguientes puntos de vista:

a) Estar bien de salud: Aquellos que conocen algo acerca del tema, saben muy bien que la exposición a ciertos campos de fuerza psíquicos, o la pérdida de energía psíquica, pueden causar debilidades y gran pérdida de energía psíquica. Por otro lado, la energía psíquica también puede ser usada para mejorarla salud. Pero una persona que esté enferma o muy débil, no debe exponerse a experimentos psíquicos, pues estaría corriendo el riesgo de empeorar.

b) Ser muy optimista y jovial: Fue comprobado que los escépticos tienen poco o ningún éxito con los experimentos psíquicos. La confianza en uno mismo y en los demás parece que cuenta como factor importante en los resultados. Más allá de eso, las personas joviales contagian a las demás positivamente y parece que esto estimula las capacidades psíquicas latentes de las personas que están bajo investigación.

En el desarrollo de las facultades psíquicas fueron encontradas por lo menos tres tipos de personas:

1. Aquellas que no tienen ninguna aspiración espiritual, sino apenas curiosidad científica sobre las facultades y fenómenos psíquicos. Esas personas tendrán una necesitarán tener una mente abierta y amplia, pues de lo contrario no estarán capacitadas para aceptar y analizar las experiencias profundas que les pueden ocurrir.

2. Los que desean el desarrollo psíquico para obtener provecho o ventajas personales sobre las demás personas (Similar con lo que sucede con aquellas personas que desean practicar de la Santa Cabalá). Sus motivos deben ser más elevados y se recomienda que abandonen esas prácticas, pues el mal uso deliberado de las facultades psíquicas traerá resultados fatales para quién así proceda. Esas fuerzas sólo deben ser usadas para hacer el bien; de lo contrario, no deben ser puestas en acción.

3. Los que buscan una relación más armoniosa con las fuerzas cósmicas y que desean conocerse mejor a sí mismos para también ayudar a los demás. Esta debe ser una de las metas de todas aquellas personas que la estudian.

Es importante notar que es posible que una persona sea muy psíquica y poco espiritual. Un ser muy espiritual es generalmente psíquico. Pero existen muchos seres psíquicos que no se preocupan ni por las disciplinas espirituales ni por la ética, haciendo, incluso, mal uso de sus dones.

Si usted desea ser psíquico, pregúntese: ¿Por qué lo deseo? ¿Cuáles son mis motivos?¿Cuál es mi intensión?

miércoles, 13 de noviembre de 2019

Alquimia e Iglesia Católica

Alquimia e Iglesia Católica
Autor: Gustavo Fernández en 23-08-2013
Cortesía F+R+C Arduino Baglieto y R:.H:. F+R+C Carlos Napoleón del Carpio Palacios


Si el Microcosmos replica el Macrocosmos e inevitablemente la parte del Todo refleja al Todo, el tan mentado “salto cuántico” de la Humanidad debe tener su contraparte a nivel individual. Todavía especulo sobre el salto colectivo. Pero sería poco sincero si no aceptara que en mi pedestre experiencia humana no he tenido mis propios “saltos cuánticos” que me lleven a evolucionar.

El lector atento, que viene siguiendo mis artículos y reflexiones de los últimos tiempos, ya habrá percibido una pista: mi interés creciente en la Alquimia. Interés que se disparó “cuánticamente” cuando mi profundizar en el Campo Junguiano me estimuló a una relectura de esos viejos textos que ya había conocido en mi adolescencia pero, seguramente como muchos, interpretado como una aplicación literal de enseñanzas veladas de confusiones y sombras. Como en la “Carta Robada” de Poe el hecho está ahí, a la vista de todos. Pero será que cuando nos sumergimos en la Alquimia estamos esperando algún otro áureo hallazgo, en las mismas palabras de los alquimistas está dicho: quien busca solamente fabricar el oro material es apenas un “soplador”. El verdadero alquimista busca otro oro. El espiritual.

El rey y la reina, yin y yang, masculino y femenino: la Obra implica la complementaria de opuestos Digámoslo de una vez para los recién llegados: hallazgos químicos y hasta supra químicos son, en el proceso de la operación alquímica, apenas una consecuencia colateral. Seguramente beneficiosa en muchos casos, pero no lo que buscaba el operador. ¿De qué se trata entonces?. La Alquimia es una gimnasia de cuerpo, mente y espíritu, un Yoga de laboratorio donde, al realizar disciplinadamente ciertas rutinas materiales repetidas a través del tiempo, se producen específicos cambios espirituales y mentales en el operador. Es una gimnasia del espíritu. Y este enfoque nunca fue ocultado por los mismos alquimistas. Lo que sí lo fue, y con lógica, fueron los procedimientos. Y precisamente porque se trataba de un entrenamiento mental y espiritual así debía ser, para que busque quien tenga voluntad de encuentro. Ya que si todo estuviera allí, meramente al alcance de una lectura superficial, ¿qué mérito trascendente tendría?. Un simbolismo tan rico como el de la Alquimia debe siempre su existencia a una razón suficiente y nunca a mero capricho o a juegos fantasiosos. En ella se expresa cuando menos una parcela del alma.

En consonancia con ello, debo al enfoque junguiano las herramientas que me han permitido levantar algunos velos. Y reflexionar, desde otro lado, las conclusiones circunstanciales que deseo acercarles.

No está en mi espíritu (hoy) hacer ningún comentario crítico a la institución católica. Que, para solaz de exitistas y oportunistas pasa por sus quince minutos de fama al entronizarse un Papa argentino. Ya me he extendido sobre algunas consideraciones políticas e históricas en otra oportunidad: respecto a esto, no puedo evitar el irónico pensamiento de recordar que, si es cierto como dice el popularísimo refrán popular de tierras gauchas “Dios es argentino”; ésta vez quedó completamente demostrado: acomodó a un pariente.

Mi interés absolutamente intelectual y sin duda profano trasciende hoy la mundanidad de la institución: la historicidad de la Iglesia la mantiene blindada contra tejes y manejes financieros, manipulaciones partidarias y oportunismos sociales. Si tenemos la capacidad –sé que no es fácil para muchos, quizás el autor incluido- abstraer nuestra observación de ese marco sociopolítico, humano, material, quizás reparemos en la fuerza oculta de una religión que, como todas otras religiones, deben ser diferenciadas de las iglesias. “Iglesia”, que proviene de “ekklesía”, “reunión de hombres” es la institución terrenal. “Religión”, “religio”, “religare”, lo que permite al ser humano refundirse con el Uno, la Totalidad, el Cosmos. Es tentador – desde el laicisismo librepensador que me define- sumarme a la quinta columna de fustigadores de lo eclesial. Y no tengo problemas en hacerlo, si es oportuno. Pero de lo que quiero escribir hoy remite a otra cosa.

Esa “otra cosa” es una lectura desde lo alquímico que permite comprender algunos contenidos de la misma y también señalar, con la humildad de un “outsider”, ciertos bemoles que le quitarían lo que debe ser el bien más preciado de todo Esoterismo milenario (y que alguien venga a discutirme que la Iglesia Católica no lo tiene): su Tradición. Porque más allá de Papas y Bancos Ambrosianos, de curas pederastas y confesores de genocidas, en ésta, como en cualquiera, hay un poder oculto, secreto, que escapa a los propios Illuminati: la entelequia de su Tradición.

Desde ese lugar, hay algo más que evidente: la iglesia cambia lo que no debería cambiar y no cambia lo que sí debería cambiar. De lo segundo, su incapacidad de aggionarse a las políticas sociales, al paradigma cultural dominante, a la propia evolución de la Humanidad. Curas que no se pueden casar y monjas que no pueden dar misa son apenas el eczema de una gangrena que, si no reaccionan a tiempo, puede enfermarla de muerte. Y aquí permítaseme una digresión: muchas voces se levantan aplaudiendo los “cambios” que Francisco, el actual Papa, está imponiendo en su papado. Uno no puede ser ciego a esos gestos. Y, como estudioso de lo inconsciente –individual y colectivo- uno sabe que todo gesto es por definición un símbolo, con una gran carga metafórica, que habla a las profundidades del alma aunque no lo comprendan los sentidos físicos. Pero esos mismos espíritus entusiastas continúan en una espiral de ilusiones, en primer lugar definiendo a esos gestos como “cambios” y, en segundo lugar, pronosticando que son apenas la antesala de los cambios que se vienen. Amigos, lamento el baldazo de agua fría. Los cambios, de haberlos, serán apenas cosméticos. Y más allá de presiones de poder u obligaciones de hermandad, no habrá tales cambios profundos, revolucionarios (¿acaso hay un oxímoron mayor que hablar de un “Papa revolucionario”?) porque por definición no puede haberlos ya que la fuerza de la iglesia es su Tradición y un Dogma que sólo será su columna vertebral mientras se mantenga impertérrito.

Entonces, ¿de qué hablamos si no esperamos ese tipo de cambios que todos aguardan?. Déjenme, siempre desde la óptica alquímica, hacer algunas puntualizaciones:

- Llevar adelante la Misa en la lengua local: la cacofonía, las remembranzas y ecos del latín lo asimilan a un cantar “mántrico”. La fuerza de los sonidos, sus letanías, sus ecos corales, hablan al espíritu, no a la mente. No sería problema dar charlas introductorias a los fieles o distribuirles material explicando cuál es el contenido y, eventualmente, la traducción literal de esos párrafos. Pero hacerlo en el idioma nativo creyendo que se llega más al corazón de los fieles sólo se comprende si consideramos que buena parte del clero contemporáneo ha perdido (o le ha sido negado) el conocimiento esotérico inmanente a su religión.
- Hacerlo de cara a la feligresía en lugar de espaldas a ésta, porque no es darle la espalda a la gente: es ocupar el puesto, el rol de guía que lleva a su rebaño hacia dios. En la metáfora de los movimientos hay todo un lenguaje gestual que apunta también a lo profundo de nuestra alma: ningún guía lo hace caminando de espaldas. El sacerdote que conoce la vena mística profunda sabe que tiene que mirar hacia el frente, ahí, delante de todos sus seguidores, indicando un camino a seguir.
- Por eso es importante señalar el valor fundamental de la Reforma luterana para preservar –supongo que Martín Lutero lo sabía- la esencialidad de la Tradición. Que no significa ser retrógrado, reaccionario, ni siquiera ultra conservador: significa no dejar que la “religio” se transforme en un protocolo de fórmulas vacías carentes de espíritu. Por eso el error de Calvino, quien descreyó del “hecho mágico” de la Misa (¿alguien cuestionaría que toda Misa es un ritual de Alta Magia Blanca?) y la convirtió en una “celebración”, en el sentido de representación, despojándola, inevitablemente, de su espíritu.
- Aceptar con naturalidad la cremación. Sí, este es un tema que, propuesto a debate, puede parecer casi retrógrado. Desde lo profiláctico, lo sentimental y hasta la planificación urbana puede haber muchas razones sensatas para sostener y aceptar la cremación de cadáveres. Pero desde lo alquímico, hay un detalle. Planteo aquí el razonamiento alquimista y no diré más; sea cada uno quien concluya lo que desee. Pues para la Alquimia, lo correcto es sepultar el cuerpo sin ataúd directamente a la tierra. Así, se consumirá completamente, sirviendo de abono y fertilizando nuevas formas de vida pero también haciéndose un favor espiritual: así como la materia trabajada en el “atanor”, en el horno alquímico, debe pasar por la etapa de “putrefactio” para luego cumplir las sucesivas de “nigredo”, “rubedo” y “albedo” (estoy simplificando; en realidad las etapas de la Obra son doce), es decir, podrirse para que en su seno surja la “estrella matutina” que indica el nacimiento de la sustancia Filosofal, en el cuerpo del difunto deben producirse esas etapas (otra vez; lo Macro cósmico se replica en lo Micro cósmico) para que la chispa del espíritu se libere “transmutada” en una naturaleza de orden superior.
- Cierta cultura progresista nos hace ver como sadomasoquismo la “mortificación” de los ascetas históricos. Uno (yo) tendría que ser cínico y aceptar que sí, que uno mismo así lo ha visto pero, por otro lado, nobleza obliga y debemos aceptar que la apertura mental necesaria –especialmente al asistir a las “Danzas del Sol” mexikas donde los danzantes se cuelgan de las ramas de un árbol con ciertas sogas y espinos que les atraviesan la piel- tiene otras connotaciones. La primera: la “mortificatio” provoca el estado de “nigredo” alquímico.

Pero ocurrirá, seguramente, que habrá quien cuestione la “raíz esotérica” del Catolicismo en particular y el Cristianismo en general. Excede los alcances de este trabajo abordarlo; pero se nos permitirá hacer algunas observaciones, tal como la rica simbología histórica sobre la cual, consultados los mismos sacerdotes, reconocen ignorar su significado u origen que resulta, inevitablemente, encontrarse en la Alquimia.

Cruz de evangelización


Tal el caso de la cruz de evangelización, con una “manta” cruzada sobre el travesaño horizontal que es en puridad la transfiguración de la serpiente de Esculapio. O la propia, solar figura del Cristo. Generalmente el acento cae sobre la ”realidad histórica” de la existencia de ese Redentor, con lo que su naturaleza simbólica queda en tinieblas, aunque el haberse hecho dios hombre constituyera una parte esencial del símbolo: la confesión de fe. Pero la eficacia del dogma no se funda en modo alguno en la realidad histórica, verificada una sola vez e irreparable, sino sobre la naturaleza simbólica, en virtud de la cual es la expresión de un supuesto psíquico relativamente ubicuo, que existe aún sin la existencia del dogma. Hay, pues tanto un Cristo pre cristiano como un Cristo no cristiano, en la medida que el Cristo es un hecho psíquico que existe por sí mismo. Y se sentiría uno tentado a interpretar el ritual de transmutación alquímico como una caricatura de la misa, si no fuera el ritual de origen pagano y en milenios anterior a aquella.

Lo que es importante comprender es que a la Alquimia (como a la Psicología Junguiana) no le interesa “prima facie”, si Jesús es quien los cristianos dicen que es, ni siquiera si históricamente existió. Les interesa como hecho psicológico. A ese respecto, el mismo Jung, sobre un tema al que volveremos repetidamente, los OVNIs, escribió en “Sobre Cosas que se ven en el Cielo” (Editorial Sur, Buenos Aires, 1961) que a los efectos de su abordaje (sólo a esos efectos) no importaba si estos objetos existían o no físicamente, sino su significado psicológico. Pero figures hieroglyphiques d’Abraham le Juif (siglo XVI).jpg fue más allá cuando sostuvo que su conclusión era que el fenómeno existía tanto en lo físico como en lo psíquico. Y en este punto, la psicología jungiana ve en la figura de Cristo el Arquetipo del Avatar, innato de nuestra naturaleza. Es cuando, entonces, un cristiano podría decir –con buen criterio- que el hecho fáctico de Jesús cristaliza el Cristo arquetípico. Y eso es obra alquímica. Como elementalmente es Alquimia la interpretación y efecto en la vida cotidiana de las acciones conscientes hechas en los planos sutiles, las observaciones que anteceden en cuanto al valor ancestral de la Tradición y la desnaturalización que la pérdida de ellas significa compete absolutamente a la exploración intelectual de aquella. Pero aún más: he escrito y declamado numerosas veces que, entre las distintas causas

La vida como laboratorio


De la pauperización moral de la sociedad contemporánea tiene un rol no menor la “desacralización” de la vida cotidiana. Ver la vida, el trabajo, las relaciones sociales y todo el orbe de nuestro andar por este mundo como individuo y como sociedad de una manera “sagrada”, no significa estar de rodillas elevando preces todo el día ni encendiendo cirios a cada santo a cada paso: es ser voluntariamente consciente de la trascendencia de esos actos cotidianos. Que comer, trabajar, disfrutar del ocio es eso y mucho más. Que nuestras acciones objetivas tendrán un resultado, sí, quizás meramente material, pero una consecuencia espiritual. “Nuestras acciones en esta vida tendrán un eco en la Eternidad”, decía Máximo Décimo Meridio, “El Español”, personaje de la película “Gladiador”. De eso se trata. Y esa desacralización de la vida cotidiana va de la mano con la pérdida de la capacidad de simbolización y abstracción del mundo contemporáneo, donde es responsable cierto una “cultura popular” que apunta al estímulo sensorial y quizás intelectual, pero no espiritual. En todas las eras, la danza era sagrada, el consumo de vino, de tabaco, de enteógenos era sagrado. El flirteo y seducción estaba cargado de erotismo sagrado. Hoy, bailamos por lo sensorial, nos atiborramos de drogas y alcohol para embotar los sentidos, tenemos sexo sin tantos preámbulos. Y perdimos la carga sagrada de las acciones. Eso, satisfecho lo sensorial, desnuda el vacío interior; allí nacen muchas de las angustias existenciales que se precipitan como “penurias”. El individuo siente que “cae” a un remolino pero percibe que allí, en el vórtice, ya no está su Selbst, sino lo espera el vacío. Y para evitar la succión arroja allí los estímulos que toma del exterior, buscando llenar un pozo sin fondo. La angustia de sentirse atraído a esas profundidades vacuas aumenta su desesperación vivencial e, incapaz de interpretarlo, trata de dilatar la irremediable atracción arrojando más desechos de estímulos sensoriales que son cada vez más escasos para llenar el vacío que siente que crece. Éste es el Infierno que la iglesia católica disimula bajo símbolos prefabricados. Y con toda esa manipulación, la iglesia católica manipuló a las masas: convirtió su latente Arquetipo del Avatar en el Arquetipo del Consolador. Por esta razón, quien no comprenda y realice conscientemente la alquimia subyacente en las pueriles y al parecer infantiles enseñanzas del catolicismo queda excluido del potencial trasmutador de su Tradición. Si algo debe señalarse, entonces, como corolario de estas reflexiones, es que sin duda habrá mentes en el Vaticano que conocen perfectamente (y sin duda, con mayor profundidad que un servidor) estos matices: pero son a la vez conscientes que el poder mundano e la institución no se sostendría con una feligresía (ni siquiera con sus propios cuadros inferiores) conscientes y plenos de ese significado, sino embotados en la nube turbia de los simplismos, dejando sólo, otra vez, a ciertas élites la capacidad de comprender, saber, osar. Y callar, claro.

martes, 12 de noviembre de 2019

La Crisopeya.

La Crisopeya. 

Poseer la Piedra filosofal está muy bien; pero si ella no transmuta el plomo en oro, está desprovista de interés práctico. El Masón que se ha tallado a sí mismo, y se ha convertido en una Piedra Cúbica irreprochable, está lógicamente llamado a continuar hasta el fin la Gran Obra; ¿Cómo utilizará su Polvo de Proyección?. 

Aquí lo esperan las pruebas de la Maestría. El las sufrirá volviendo sobre sí mismo, en retrogradación, como el Sol, después de desaparecer a la tarde, por el Occidente. Volviendo sobre todo lo que ha podido aprender, él lo profundizará a medida que se hunde más y más en las tinieblas del septentrión. A medianoche, llega al Nadir donde los Maestros se reúnen en Cámara del Medio. 

Es un lugar lúgubre, en el que sólo se penetra luego de haber perdido toda ilusión. La realidad se muestra en todo su horror, despojada de cuanto la disfraza ante los débiles ojos humanos. Los esqueletos sonríen, y sólo se escuchan sordos gemidos. 

Los Masones son rarísimos, y nadie puede jactarse de poseer integralmente la Maestría. Pero podemos aproximarnos tanto a ello que hayamos aprendido a morir. Saber morir, tal es el secreto supremo de la Iniciación, el arcano de los arcanos. 

Quien sabe morir, por ese mismo hecho renace en un plano superior. Debernos resucitar sabios y comprensivos, mas también plenos de amor, y abnegación, Sin amor no somos nada. San Pablo se expresaba como Iniciado cuando escribía a los Corintios (Cor, I-XIII) : "Si hablo todas las lenguas humanas, y aún las angélicas, y no tengo Amor, soy como metal que resuena o címbalo que retiñe. Y si tuviese el don profético y conociese todos los misterios, y poseyese todas las ciencias; y si tuviese toda la fe de manera que pudiese traspasar los montes, y no tengo Amor, nada soy." 

En Iniciación quien no sabe amar permanece muerto; eso que parece vivir no es sino un fantoche que se agita, privado de verdadera existencia. Para ser de verdad, es necesario participar del Gran Ser Permanente; y por lo tanto, practicar la vía unitiva de los místicos. El programa es siempre el mismo, dentro de la variedad de simbolismos que lo traducen. 

Quemémonos con el sagrado Fuego del ferviente amor de los verdaderos Sabios y Santos, y de nuestra Piedra filosofal se desprenderá un Polvo de proyección verdaderamente activador, ejerceremos así una influencia mágica sobre quienes nos aman. Ellos serán psíquicamente transmutados. 

De su plomo haremos oro, y así practicaremos la Verdadera Medicina, la Panacea Universal. Curaremos al mundo y a la sociedad humana. Así se realizará el sueño sublime de la Crisopeya.. La alquimia

Qda:.Hna:. Sofia Cardenas

lunes, 11 de noviembre de 2019

LA MASONERÍA.

LA MASONERÍA.

Se entiende por Masonería el estudio de la Filosofía Moral para conocer las prácticas de las Virtudes. Deberíamos decir Franc-Masonería, que es su verdadero nombre; pero el uso ha hecho que sólo le llamemos Masonería. 

Es una Orden, o Sociedad secreta, filantrópica, filosófica y progresiva, que está esparcida por todo todas partes del globo, y cuyos miembros se reconocen entre sí por medio de ciertos signos, palabras, tocamientos, etc. 

La Masonería es la institución orgánica de la moralidad, considerada como uno de los elementos necesarios para alcanzar el ideal de la Humanidad, con la Moral Universal, practica la Ley Natural, cuyos principios son dictados por la Razón y definidos por la Ciencia. Nuestra Orden constituye una escuela de enseñanza mutua y no admite más diferencia en los hombres que el mérito o el demérito de cada uno. Como principio fundamental, la Masonería practica la tolerancia de los distintos credos, opiniones y sistemas filosóficos, pues su acción, en la vida práctica, se dirige precisamente contra la intolerancia en todas sus formas.

Los masones se consideran hermanos y se dan mutuamente ese trato. Se ayudan unos a otros en cualquier lugar donde se encuentren, en cualquier nación, sin importar la clase social a la que pertenezcan; pues la Masonería no tiene fronteras: su campo de acción es el Universo. 

Se es admitido en la Orden previa ceremonia de iniciación y con los solemnes juramentos de honor que señalan los rituales de cada Rito, pues hay varias.

Masónicamente se entiende por liturgia el orden y la forma adoptadas y establecidos para celebrar tenidas (sesiones), tanto en lo referente a los trabajos administrativos, como a los ceremoniales. Cada rito, cada sistema y aun cada grado masónico, tiene su liturgia especial. No deben confundirse las palabras liturgia y ritual, como tampoco ritual y rito, que son distintas. La Ceremonia es un acto litúrgico.

Entendemos por ritual (del latín ritualis) al libro o cuaderno que enseña y conduce el orden del trabajo litúrgico. Rito (del latín ritus o mejor aún, del sánscrito ritu, orden, costumbre), es el sistema y la regla establecido por la Masonería y dividido en grados en lo que se refiere al símbolo, filosofía, ceremonias, usos, costumbres, estilo, prácticas y fórmulas de las doctrinas esotéricas, según determinado método de instrucción e iniciación. 

A pesar de los diversos ritos masónicos, que hacen parecer la Masonería como dividida, su moral, su dogma, su simbolismo y sus leyes fundamentales, en nuestra orden son uniformes y universales.

La Masonería, cualquiera que sea el rito que practique, se divide en dos grandes grupos autónomos, pero estrechamente enlazados, como partes de una organización: la Masonería Simbólica y la Filosófica. De sus denominaciones no se desprende que la primera no haga estudios filosóficos y la segunda simbólicos. Por el contrario, en la Simbólica se abarca toda la enseñanza masónica, pero de manera condensada, de tal manera, que los símbolos principales pueden aun estar, obscuros y hasta incomprensibles para el masón. En el desarrollo explicativo y metódico que hace de la Masonería Filosófica, el comentario y la clave de la Simbólica se enriquece más y puede ser entendido a cabalidad.

La independencia de la Masonería Simbolica respecto a la Filosófica, es reconocida en todos los países en que se practica la Masonería, y se establece que la Masonería Simbólica se divide únicamente en tres grados: Aprendiz, Compañero y Maestro, cuya enseñanza masónica se da por una serie de iniciaciones sucesivas que se llaman grados.

Es indebido y presuntuoso, ostentar grados filosóficos, o las insignias que a ellos corresponden, en el seno de las Logias Simbólicas, donde todos los Masones Filosóficos, por más elevado que sea su grado son sencillamente Maestros Masones, con iguales obligaciones y derechos que los masones del 3er grado. Nadie debe, pues, usar en las actas, planchas, cuadros logiales y demás documentos simbólicos otros grados que los de A:.M:., C:.M:. y M:.M:.

En los escritos masónicos, no unir a los tratamientos litúrgicos, los títulos profanos, tales como Doctor, Licenciado, Ingeniero, etc., sin dejar de reconocer por esto lo honroso de estos títulos.

La Masonería Simbólica se denomina también Universal o Azul, porque sirve de base a todos los ritos conocidos, sin ser parte integrante de estos mismos ritos. 

La Masonería es muy antigua. La historia de nuestro mundo renovado (porque hay certidumbre física de que lo que los pueblos occidentales llaman principio del mundo, no es más que una renovación luego del diluvio), esta historia, que no data de ayer, nos muestra que las iniciaciones existían en Sumeria hace 4,000 a. C., en Egipto hace 3,500 a. C. Pero es evidente que el Egipto, alto o bajo, no fue habitado sino largo tiempo después que en otras partes del globo se desarrollaron culturas, y por consiguiente, han habido pueblos anteriores a los egipcios como muestra la arqueología, y ese pueblo es el sumerio; en estos pueblos se establecieron doctrinas secretas, purificadas, que no querían o no se podían comunicar a una multitud supersticiosa, ignorante y corrompida, y que para la conservación de estas doctrinas, por su carácter misterioso, tenían símbolos, signos, rituales de iniciaciones, en las que no admitían más que a los hombres severamente escogidos y rigurosamente probados. Así, la iniciación es de la más alta antigüedad, y no podernos conocer su cuna. Se encuentran trazas en algunos pueblos muy antiguos conocidos: Los Sumerios, Los Caldeos, Los Caralinos, Los Indues y Los Etíopes, que la ciencia actual los llama como los 7 centros civilizatorios más antiguos del mundo: Mesopotamia (3700 a.C) en el Cercano Oriente, Egipto (3500 a.C) en el África, Caral (3000 a.C) en Sudamérica, India (2500 a.C) en el Lejano Oriente, China (1900 a.C) en el Asia, Los Olmeca (1200 a.C) en Centro América y Creta (1000 a.C) en Europa.

Herbert Oré Belsuzarri.

domingo, 10 de noviembre de 2019

La Exaltación

La Exaltación 

El nivel nos enseña que el corazón sigue siempre sus inclinaciones y mi corazón siempre quiso, apasionadamente, aprender el oficio de la Masonería. 

Al encontrar esta Logia, siempre tuve la sensación, no de llegar, si no de volver; de volver, por fin, a casa después de un largo peregrinaje y de encontrar aquí a mis verdaderos hermanos. 

Y así, empecé a deletrear, con la esperanza de que un día pudiera articular las partes, reuniendo lo disperso. 

El aumento de salario, al grado de compañero, me evoca, sobre todo, el inmenso trabajo a realizar; trabajo de profundizar en los conocimientos tradicionales de nuestra hermandad y trabajo, sobre mi mismo, de desbaste y pulido de la compleja personalidad. Pero me enseño, sobre todo, el verdadero compañerismo y de que forma tan honda, el espíritu masónico y el sentimiento de la fraternidad, iba calando en mi interior. 

La exaltación a Maestro, supone para mi, en primer lugar un gran honor. La sensación que tengo es la de obtener algo muy querido, muy esperado, aunque también de algo que me sobrepasa, de algo inmerecido, puesto que la palabra Maestro evoca la imagen de alguien que ha alcanzado la cima de su Arte o Ciencia y que puede, por tanto, ejercer su Magisterio. 

De esta doble sensación, de alcanzar algo muy querido y a la vez inmerecido, surge un firme compromiso del deber, siento aun mas fuerte el deber de edificarme a mi mismo, el compromiso de trabajar en la talla personal para llegar a ser, cada día mas, un humilde pero digno, merecedor de tal nombre. 

Por lo tanto, aunque la exaltación a Maestro, represente la culminación de la carrera masónica, yo la considero mas como un principio. 

No he sentido que las iniciaciones sean un punto de llegada, si no siempre un comienzo. Un acontecimiento importante, un hito iluminando el camino, pero mas bien como algo que irradia su influencia a través del tiempo, que nos acompañara siempre, haciéndonos reflexionar sobre el profundo simbolismo que encierra y que rendirá sus frutos, probablemente, mucho tiempo después de acontecer el evento. 

Por otra parte, se que, mas que respuestas, obtendré preguntas; pero esto es mucho, puesto que el buen planteamiento, el enunciado de una buena pregunta, es el primer paso para obtener la respuesta. Más aun, sabemos que las preguntas no son más que otras formas de expresión de las respuestas. 

Al recibir el honor de pasar del cuadrado al circulo, mostrándome como el compás que tiene sus dos puntas sobre la escuadra se que se me invita a recorrer el camino del gradual acercamiento al verdadero lugar del maestro masón, en la cámara del medio, entre el cielo y la tierra, ejerciendo su función de mediador. 

VICENTE ALCOSERI.

sábado, 9 de noviembre de 2019

EL ELEGIDO DE LOS NUEVE

EL ELEGIDO DE LOS NUEVE 

Al término de los funerales de Hiram, Salomón quiso vengar la muerte de su Gran Maestro Arquitecto. La desapanción de los tres Compañeros del lugar de sus trabajos descubría la identidad de los asesinos. Mientras Salomón meditaba sobre esto, apareció un desconocido -Guardián de los Rebaños, o sea, la Constelación de la Cabra- quien pidió audiencia y luego revelo que conocía el lugar donde los tres malhechores estaban ocultos. 

El Rey reunió a los Maestros mas ancianos, los cuales eran quince, de los que escogió nueve para la peligrosa expedición, depositando sus nombres en una urna con ese propósito. El primero en salir fue el nombre de Johaben quien, de esta forma, fue designado jefe de la expedición; a continuación, de la misma manera, fueron elegidos los otros ocho Maestros que lo acompañarían.Después Salomón se recogió en un lugar más aislado solamenle con los nueve Maestro elegidos, revelándoles el lugar desconocido y determinando con ellos la manera con que capturarían a los criminales para vengar el asesinato de Hiram. 

A fin de pasar inadvertidos, los nueve Maestros salieron esa misma noche, guiados por el pastor Desconocido que se había ofrecido para servir de guía. A punt de caer el sol, todos llegaron al lugar de la caverna, llamada Ben-Achar (que significa “hijo del extranjero”, según algunos),en la que acostumbraban recogerse. 

Dos de los asesinos regresaban a la caverna cuando advirtieron la presencia de los Maestros y huyeron precipitadamente a través de las rocas. 

Con excepción de Johaben, ocho Maestros los persiguieron a pesar de los obstáculos del terreno y de estar cansados por el viaje, y acortaron distancia respecto de los perseguidos hasta que, los asesinos, viéndose finalmente perdidos, sin salvación, ya frente a un abismo, 
sin otra via de escape, prefirieron lanzarse al vacío antes de que los tomaran prisioneros. Asi fue como sus perseguidores sólo lograron encontrar sus cadáveres. 

Johaben, alejado de los demás y a la espera de que tuvieran éxito en su descansar. 

Al verse descubierto por el Maestro, sin poder resistir la mirada de éste, el asesino tomó un puñal con el que pensaba defenderse y lo clavó en su propio pecho, traspasándose el corazón antes de que Johaben pudiese impedirlo. 

Otra leyenda dice que Johaben mató al culpable Y le cortó la cabeza, pero los Misterios de la verdadera Iniciación no permiten que el Iniciado se vengue y mate al delincuente con sus propias manos, porque ese derecho es propio de la Ley. 

Entonces los nueve Maestros descansaron hasta la alborada del día siguiente, y luego se apresuraron a cortar la cabeza de los tres criminales; a continuación emprendieron viaje hacia Jesuralén, llegando al anochecer (del día siguiente, tal vez) porque la distancia desde el puerto de Jaifa hasta la Capital es de sesenta kilómetros en línea recta. 

Satisfecho Salomón con el resultado de la expedición, y en recompensa por el celo puesto de manifiesto por los nueve expedicionarios, permitió que siguieran gozando del muy merecido titulo de Elegidos Secretos. 

Después se sumaron a ellos otros Maestros que se distinguieron por sus servicios, y así llegaron a ser quince Elegidos, entre los cuales se hallaba aquel Pastor Desconocido que guió a los nueve Maestros en busca de los asesinos. 

Las tres cabezas y los instrumentos de construcción,cuya finalidad los asesinos habían pervertido tan criminalmente, fueron exhibidos durante tres días para que los obreros los vieran de forma exclusiva. De esta manera, (ante el crimen como el castigo permanecieron en secreto; únicamente los iniciados pueden enterarse de esto, y tan sólo los Maestros pueden comprender. 

Los Elegidos adoptaron, para diferenciarse, una faja negra extendida desde el hombro izquierdo hasta el derecho, y de cuyo extremo colgaba un puñal con el cual se mató Abibalac el asesino, tal como siglos después, Judas se mató tras vender a su Maestro. Para reconocerse entre si, usaron palabras y signos relacionados con la acción llevada a cabo por los nueve primeros y, así, los ascendidos a este Grado fueron los vigilantes de los obreros y Maestros de la Obra para que no se repitiera el hecho doloroso ocurrido con el Gran Arquitecto del Templo. 

La Leyenda del Grado del Elegido de los Nueve explica extensamente el Mito Solar. La propia leyenda de Hiram y de la persecución de los asesinos enmascara en cierto sentido mitos y misterios simbólicos más antiguos que nos muestran la constante lucha entre la Luz y las tinieblas, el bien y el mal, la verdad y el error, y los ideales y las pasiones del hombre. 

En el Mito Solar, del que fueron extraídas todas las leyendas de las religiones, los nueve Maestros son los nueve signos zodiacales o nueve meses de luz en oposición a los tres meses más oscuros, terrenales y animales, Escorpión Sagitario y Capricornio. Además, es la lucha entre la Luz y las tinieblas, el nacimiento y la muerte, lo activo y pasivo, y lo oscuro y negativo: es la lucha de las estaciones luminosas contra la estación oscura. Es la lucha de los dioses del Olimpo contra los Tilanes y Gigantes deseosos de dominar en el orden celestial mediante las pasiones brutales. Es la lucha de los Devas contra los Asuras, de Indra, Agni y Mitra contra Varuna, quien, igual que Lucifer, es lanzado al Inferior (Infierno), dejando de ser el dios de la noche estrellada. Es la lucha de Osiris reencarnado en Horus. y de Isis, contra Tifón; de Hércules, prototipo del héroe consciente de su propia iniagen divina, contra los monstruos o pasiones animales, que se encuentran en su ciclo zodiacal evolutivo, como residuo de su propio pasado con el cual debe enfrentarse para superarlo. Es la lucha de Mitra (el Sol), la Divinidad-Luz de la última época de la región iránica,contra el Toro (Tauro) que es emblema de la naturaleza animal (léase Octavo Grado), a quien mata y transmuta para absorber sus cualidades positivas. Es la lucha tanto en la Naturaleza como en la vida; la Luz, el Poder Supremo, ahuyenta las tinieblas y la oscuridad. 

Ante su claridad, el misterio de la noche huye llevando consigo los temores y el cansancio que se apoderan de nuestro organismo cada vez que anochece. Y en la medida en que se haga la luz en nuestra mente, se aclararán nuestras preocupaciones y problemas para que nuestra vida sea crecimiento en la Luz. 

La ignorancia y el fanatismo sustituyen a la Verdad y a la comprensión en cada uno de nosotros, pero, al dedicarnos al estudio para cultivar nuestra mente, la ignorancia y el fanatisimo, tal como lo hicieron los dos asesinos, se lanzan al abismo de la aniquilacion. La ambición (compañera de la ignorancia y del fanatismo), que se oculta en la cueva del corazón del hombre, se destruye a si misma, como lo hicieron Abibalac, el asesino de Hirarn, y Judas Iscariote, hasta que un rayo del más puro amor llegue a esa gruta. 

Esta versión de la Leyenda de Hiram nos enseña con total claridad la Ley de Causa y Efecto, como más adelante la explicaremos, y que consiste en: "Con la vara que midiereis seréis medidos". 

El Iniciado debe matar en su corazón la ignorancia, el fanatismo y la ambición, sustituyéndolos con sabiduría, tolerancia y altruismo, o con verdad, comprensión y desprendimiento. 

La Justicia, representada por la balanza, nunca significa venganza. La justicia es el equilibrio divino perfecto o la expresión de la Ley Divina del Equilibrio Perfecto. Esta Ley es presentada por el número dos, o la dualidad en la trinidad del hombre. 

Impulsado por la ignorancia, el fanatismo y la ambición, el hombre hace que, injustamente, prevalezca uno de los platillos de la balanza, induciendo a que quien sufre injusticia alce el peso de su espada. 

Entonces, quien sufre ignominia se eleva y encumbra hasta el cielo por ese mismo hecho, mientras que el tirano se precipita con igual peso, en sentido contrario. 

De manera que la Justicia Diviria (Ley del Equilibrio, y de Causa y Efecto), al ser tergiversada, actúa en sentido contrario por el efecto que sigue a toda causa, y por reacción, la cual acompaña a toda acción. 

Por consiguiente tenemos que tratar de buscar, en la propia persecución de los asesinos de Hiram, un sentido profundo de lo que aparentemente significa. En relación con los Misterios de Egipto, Plutarco dijo: "...debes pensar que ninguna de esas cosas se refieren a lo que aparentemente cuentan...". De esta manera deducimos que el Noveno Grado encierra muchos Misterios Iniciáticos ocultos, que exigen que el Maestro se perfeccione a fin de eliminar sus vicios y pasiones que más quiere y a los que está apegado (para que mate a sus primos y parientes como el Bhagavad Gita o Canto del Señor lo enseña con alegorías). Sin embargo, no como los detractores de la Masonería han procurado difundirlo: que en este Grado se exigía al iniciado el compromiso o juramento de ejecutar las sentencias de los tribunales secretos, siendo él mismo sacrificado por los hermanos si no cumplía su promesa. Sin duda, el Grado tiene, como emblemas, cabezas cortadas, puñales ensangrentados, lágrimas y atributos fúnebres, y en su Ritual se emplea con frecuencia la palabra venganza y la divisa: "Vincere aut Mori". No obstante ello, esos calumniadores nunca vieron la Luz de la Verdad para ser capaces de interpretar el simbolismo iniciático. 

Después de estas explicaciones, todo nos induce a creer que el Grado de Maestro Elegido fue instituido por los Templarios o al menos, éstos lo conocían. La ambición -simbolizada en el Noveno Grado por el traidor Abiram, o Jubelón, o Abibalac según el Rito Francés- es 
asesinado, a su vez, con el puñal del altruismo y del desprendimiento; y todos los males de la sociedad desaparecen al morir la ambición. El Noveno Grado se confiere mediante iniciación y, a tal efecto, el candidato debe tener inteligencia, moralidad y conocimientos masónicos, además de la "edad suficiente".

Vicente Alcoseri.

NOTA DE DIALOGO ENTRE MASONES: Siempre que leo o escucho opiniones, respecto a la reserva que se debe tener sobre los "secretos masónicos", me siento confundido, debido a que en el INTERNET se encuentra los denominados "Libros Clásicos de la Masonería" de todos los autores más destacados incluidos los rituales y otros, publicados para el deleite de quienes desean encontrar la luz. Y en todos ellos, se trata los temas masónicos sobre los cuales se debería tener la discreción correspondiente, pero ocurre un hecho real y singular: NO TODOS LOS QUE LO LEEN, PUEDEN COMPRENDERLO, por eso, he llegado al convencimiento, que el mejor lugar para guardar un secreto, es aquel donde pueda estar a la vista de todos. 

Antes de publicar el presente leí un comentario muy acertado: "Es grato leer los comentarios y criterios de la Discreción, no se puede tapar el Sol con un dedo si " llueve " o no, cada quien sabrá comprender lo aprendido según sus grados, también conozco la acacia, me sigo ignorarte, quien tendrá la verdad absoluta y quien comprenderá lo vertido en nuestros comentarios ????"