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miércoles, 3 de abril de 2013

LOS DOCE TRABAJOS DE HERCULES 3


Herbert Oré Belsuzarri.

Trabajo 2
Capturar el Toro de Creta
Tauro (21 de Abril - 20 de Mayo)

El segundo Portal se abrió de par en par.

Euristeo mandó llamar a Hércules y le dijo que debía capturar el toro sagrado que el rey Minos de Creta poseía, y llevarlo desde la isla a la tierra firme. No le dio más instrucciones.

 

Hércules buscó primero y persiguió después al toro sagrado, guiado por la estrella luminosa que brillaba sobre su frente. Así lo siguió hasta su refugio y él sólo, lo capturó y lo condujo hasta la costa, montado en él a horcajadas y, luego, a través de las aguar del mar, que separaban a Creta de la tierra firme, hasta la ciudad de los cíclopes.

En el trabajo de Hércules,  el toro representa el deseo animal, es decir, todos los deseos basados en la materia que, unidos, dan lugar a la gran ilusión que produce el centrar la conciencia en algo que no es real, alejándonos de lo que lo es, que es la vida del espíritu.

El discípulo es una parte del conjunto humano, separada de ese conjunto y sometida a los vaivenes del deseo material. Por tanto, ese deseo, ese toro, ha de ser perseguido y dominado hasta que se pueda “cabalgar sobre él” y atravesar así las aguas de la pasión, sin peligro alguno, hasta llegar a la tierra firme. El toro, pues, ha de ser montado y conducido por el hombre, el espíritu.

Y, para hacerlo, para controlarlo, hay que emplear el sentido común. Recordemos el lema: Una mente pura, un corazón tierno y un cuerpo sano, que deben ser utilizados, los tres, como indican las leyes del lugar en que su propio destino lo ha situado.

Si el propósito es puro y está libre de la atracción de la materia, la acción será justa y la consecuencia será una vida justa en el plano físico y en todos los planos.
  
Todo aspirante tiene en el sexo un problema importante que afrontar. Porque, si su mente no puede resistir la atracción del polo opuesto, se convierte en una víctima del sexo y puede llegar a ser controlado por la parte inferior de su animalidad. En cambio, si conoce la finalidad y correcto uso de su fuerza creadora sexual y la posibilidad de transmutarla en palabras y escritos, ideas y actos positivos y altruistas, entonces el aspirante se convierte en un puntal para la sociedad, porque comprende y defiende la familia y la reproducción como medio sagrado de proporcionar posibilidades de renacimiento a otros espíritus hermanos. Y construye y ayuda y progresa y beneficia a la sociedad en la que está integrado.

Tomado de: 

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