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viernes, 12 de abril de 2013

LOS DOCE TRABAJOS DE HERCULES 12


Herbert Oré Belsuzarri.

Trabajo 11
Limpiar los Establos de Augías
Acuario (21 Enero - 10 Febrero)

Dijo el Maestro:

- Diez veces ha girado la rueda, y ahora tú estás delante de otro Portal. Por largo tiempo has perseguido la luz, que vacilaba, primero, inciertamente, y luego crecía hasta ser un faro, y ya brilla para ti como un sol en llamas. Ahora, vuelve la espalda a la claridad; vuelve sobre tus pasos; regresa hacia aquéllos para los que la luz no es sino un punto transitorio, y ayúdalos a hacerla crecer. Dirige tus pasos hacia Augías, cuyo reino debe ser purificado de antiguos males.”

Pasó Hércules, pues, por el undécimo Portal en busca de Augías, el rey.

Cuando se aproximó al reino de Augías se vio detenido por un horrible hedor que lo hizo desfallecer. Porque el rey Augías no había quitado el estiércol que su ganado dejaba dentro de los establos reales desde hacía muchos años. Y las praderas estaban tan llenas de estiércol que ninguna siembra podía crecer. En consecuencia, una angustiosa pestilencia estaba recorriendo la región y haciendo estragos en las vidas humanas.

Hércules se dirigió al palacio y buscó a Augías. Informado éste de que Hércules limpiaría los hediondos establos, Augías se mostró desconfiado y exclamó:

- ¿Que harás esta enorme labor sin recompensa? No tengo fe en los que hacen tales alardes. Algún plan habrás tramado para arrebatarme el trono. Yo no he oído hablar de hombres que busquen servir al mundo sin recompensa, aunque le daría la bienvenida a cualquier necio que quisiera ayudar. Cerraremos este trato: Si tú, en un día, haces lo que has prometido, te daré la décima parte de mi ganado; pero si fracasas, tu vida y tu fortuna serán mías. No creo que puedas hacerlo, pero inténtalo si quieres.

Hércules, entonces, dejó al Rey. Recorrió la asolada región y vio pasar a una carreta cargada de cadáveres, víctimas de las epidemias que la pestilencia producía. Y se sintió conmovido por ello.

Observó que había dos ríos, el Alfeo y el Peneo, que discurrían cerca de las cuadras del rey. Y, sentado en la orilla de uno de ellos, la respuesta a su problema relampagueó en su mente.
 

Trabajó con fuerza y entusiasmo y logró desviar ambas corrientes de los cursos que habían seguido durante décadas. El Alfeo y el Peneo vertieron, así, juntos, sus aguas a través de los establos llenos de estiércol. Los impetuosos torrentes barrieron la inmundicia largamente acumulada. El reino fue purificado de su fétida lobreguez.

En un sólo día, Hércules había realizado la tarea imposible. Cuando, completamente satisfecho, regresó donde estaba Augías, éste frunció el ceño.

- Has tenido éxito porque has usado un ardid. – le dijo lleno de ira. - Los que hicieron el trabajo fueron los ríos y no tú. Fue una artimaña para apoderarte de mi ganado, así que no tendrás la recompensa. Vete de aquí antes de que rebaje tu estatura en una cabeza.

Así desterró a Hércules el encolerizado rey, y le dijo que nunca más pusiera el pie en su reino.

Habiendo realizado la tarea asignada, el hijo del hombre, que también era el hijo de Dios, volvió a aquel de quien había venido.

- Te has vuelto un servidor del mundo. - dijo el Maestro cuando Hércules se acercó. - Has progresado retrocediendo; has llegado a la Casa de la Luz por otro sendero; has empleado tu luz para que pueda brillar la luz de los demás. La joya que otorga el undécimo trabajo es tuya para siempre.

Los dos ríos mencionados en la labor acuariana de Hércules son una clave de los poderes de Acuario. Y el mismo significado tienen las dos columnas en el relato de Sansón en la Biblia. La nota clave de Acuario es “equilibrio”, significando la analogía o equivalencia de los opuestos Las fuerzas masculina y femenina han de estar totalmente equilibradas en cualquier plano de manifestación.

Con la adquisición de ese equilibrio, desaparecerán los cambios sucesivos de la riqueza a la pobreza, de la salud a la enfermedad, de la esperanza al miedo. Ya estamos notando la tendencia a ese equilibrio en la culturización de la mujer, en su acceso a prácticamente todos los puestos de la sociedad, incluso en el reparto de las tareas domésticas. Las que han de sostener la nueva estructura de la Era de Acuario son, pues, las columnas de la Justicia y de la Igualdad, tanto para los hombres como para las naciones.

Hay una frase muy interesante en el Nuevo Testamento, la de "El fin del mundo o el fin de los tiempos". Y, si reflexionamos un poco, podremos empezar a comprender que lo que realmente quería decir era que el signo Piscis, en el cual llegó Cristo, el Salvador del Mundo, terminaría en un tiempo concreto que es, precisamente, el momento en que nos encontramos ahorra.

Nos estamos enfrentando a un día del juicio, en el cual las ovejas y las cabras serán separadas y unas irán al ciclo y las otras al infierno. Se ha pensado siempre que las que irían al cielo serían las ovejas y las cabras al infierno. Pero, bien mirado, debe ser lo contrario. Porque la cabra, en Capricornio, es el Iniciado y, desde un cierto ángulo esotérico, las cabras van al cielo porque funcionan en el reino espiritual, que es el cielo, mientras que las ovejas permanecen en la tierra (que, después de todo, es el único infierno que uno puede posiblemente predicar) hasta que dejen de ser ovejas, es decir, hasta que aprendan a tener pensamientos propios e individuales, hasta que se transformen en cabras, escalen la montaña y cambien su carácter de seguidores por la de buscadores independientes.

La entrada en el cielo es la entrada en la era de Acuario, que empezará dentro de unos quinientos años, pero en cuya zona de influencia y de penumbra ya nos encontramos. Las fuerzas de Piscis se están retirando rápidamente. Todo lo que sucede en el plano físico se debe a fuerzas superiores, como se expone a continuación:

¿Qué quería decir el culto del toro en Tauro? No significaba la deificación de la naturaleza animal en el hombre, sino que éste, bajo el símbolo del toro, tenía que luchar con el animal que hay dentro de él.

Luego, el sol pasó a Piscis, los peces. Las fuerzas que actuaron – y siguen actuando – sobre nuestro planeta presentan ante la conciencia del hombre su dualidad esencial. Y el hombre ha empezado a darse cuenta de que es, a la vez, espíritu y cuerpo.

Cristo apareció en Piscis para demostrarnos cuál sería nuestro último logro cuando hubiéramos unido al pez símbolo de la segunda persona, y al pez nadando en la materia, símbolo del ser humano encarnado.

Estamos pasando ahora al signo de Acuario donde, a través del simbolismo del agua y la purificación, aprenderemos cómo ser el espíritu y no el ser humano. Eso es lo que ocurrirá en Acuario.

Al final de la era de Acuario, aproximadamente de aquí a dos mil setecientos años, la naturaleza animal, la naturaleza emocional y la mentalidad serán secundarias, y ese impulso universal en cada uno de nosotros que nos pone en armonía con Dios, habrá pasado a primera línea; habremos dejado atrás el
reino humano y, aunque podamos estar habitando cuerpos, nuestra conciencia estará enfocada en el quinto reino de la naturaleza, el reino espiritual.

El signo opuesto a Acuario es Leo, el signo del individuo, del hombre que se ha encontrado a sí mismo como ser humano. Él se sostenía sobre sus propios pies; era el centro de su universo, las estrellas giraban a su alrededor, todo ocurría con relación a él. Por eso aprendió ciertas grandes lecciones: que era posible que él no fuera tan importante como pensaba y que, sujetándose a cierta disciplina, podría encontrar un yo más amplio. En Acuario, el discípulo se convierte en un maestro servidor. Ése es el principio fundamental que hay que mantener in mente. Puede ser un maestro porque ha aprendido a servir, y puede servir porque es un maestro.

Siendo Hércules un Iniciado, ha de de hacer tres cosas, características de todo verdadero iniciado y que, si no están presentes en alguna medida, no se le puede denominar así:

a. Servicio desinteresado. No es el que se presta porque el es un camino hacia la liberación, sino el que se presta porque nuestra conciencia ya no es egocéntrica sino universal y no hay nada que podamos hacer sino asimilar las aflicciones de nuestro prójimo y ayudarlo. No es ningún esfuerzo para el verdadero maestro acuariano actuar así.

b. Trabajo en grupo. El mundo está lleno de organizaciones y sociedades, hermandades que son felices preparando terrenos para la era de Acuario. Desgraciadamente, esos grupos, hoy en día, son sólo focos de celos, de gente tratando de impresionar a los otros con sus conocimientos y su vida de autosacrificio. Pero esto no es trabajo grupal.El trabajo grupal consiste en permanecer solo espiritualmente en el manejo de los propios asuntos, con completo olvido del propio yo, y siempre en beneficio de la parte de la humanidad con la que estamos relacionados. El verdadero grupo niega la ambición; niega el progreso ascendente en la organización y niega toda presunción de prerrogativas oficiales.

c. Autosacrificio. La finalidad del autosacrificio es purificar el yo.

Desde la cima de la montaña en Capricornio, Hércules tiene que bajar, literalmente, a la suciedad material, y limpiar los establos de Augías. La lección que en ello se contiene es fácil de comprender: Él, que había trepado a la cima de la montaña, que había triunfado en todas las grandes pruebas, que había pasado de Capricornio al reino espiritual y conocido algo del significado del éxtasis místico, estando en el disfrute de ese estado altamente espiritual, recibe la orden, no de hacer un gran trabajo para el mundo sino, simplemente, la de limpiar unos establos.

El objeto de la prueba puede ser resumido de esta manera:

Hércules tenía que ayudar a la purificación del mundo por la recta dirección de las fuerzas de la vida a través de él.

Estamos entrando en la era de Acuario, al final de la cual, el materialismo habrá desaparecido completamente, ya que toda la vida se interpretará en términos de energía. Estamos tratando íntegramente con fuerzas. Y somos fuerzas. Tendremos un nuevo lenguaje, el lenguaje simbólico de la energía misma. Seremos todos ocultistas de hecho porque el ocultista vive y trabaja en un mundo de fuerzas, y empieza con las fuerzas de dentro de sí mismo. Ahora estamos tratando con energías y estamos malgastándolas.

Este signo inaugura la escuela de los Salvadores del Mundo. Es un signo de preparación para lo que el próximo signo de Piscis nos traerá.

Acuario se representa como un hombre sosteniendo un cántaro invertido. El hombre invierte el cántaro y de él salen dos chorros de agua, el río de la vida, y el río del amor, y esas dos palabras, vida y amor, son las dos palabras que encarnan la técnica de la era de Acuario; no la forma ni la mente, sino la vida y el amor. Dos palabras que usamos constantemente, pero tras las cuales no tenemos ningún concepto claro.

Estamos, como se ha dicho, en la zona de penumbra de Acuario, de su primer decanato, regido por Saturno y de ahí nuestras presentes dificultades, nuestro trastorno político, la división del escenario del mundo en grandes grupos, con gente que es patriótica, y gente que está empezando a vislumbrar el espíritu internacional.

En las iglesias hay asimismo división entre los que están obteniendo una imagen de la universalidad del amor de Dios, y los que se inclinan ante la autoridad y el dogma.

En el campo de la economía – Saturno - hay una división entre los que se inclinan ante las cosas materiales y los que las dejan pasar para conseguir cosas mejores; entre los que toman las posesiones por ellas mismas, los que acumulan y guardan, y los que las dejan para adquirir lo que Cristo llama "los tesoros en el cielo".

En cualquier campo del pensamiento encontramos estas dos fuerzas dominantes a causa del impacto de las energías de piscis y acuario. Hay dos grupos distintos: los que están atados al pasado y al aspecto material, y los que están adquiriendo la clarividencia y están viendo la vida, la conciencia, el propósito y el plan, emergiendo por medio de todos ellos.

Lo maravilloso es que, a pesar de los disturbios superficiales y de deplorables acontecimientos, el espíritu del hombre, que es sano y puro, se está elevando y estamos saliendo bien, pero no hemos de pensar que esto será trabajo de una semana o de un año. Depende de nosotros cuán rápido aprendamos la lección de cómo conducirnos para que la era pisceana del materialismo y la autoridad, la posesión y la mentalidad, pueda ser reemplazada por la era de la espiritualidad, la intuición y la conciencia universal.

El segundo decanato de Acuario está gobernado por Mercurio, y de aquí vendrá la iluminación. La iluminación que llegó en Leo, el opuesto de Acuario, era "yo soy el yo", la iluminación que llamamos autoconciencia. Pero la iluminación que llega en Acuario es "yo soy Eso", yo soy la conciencia del grupo. Mi autoconciencia ha desaparecido, mi individualidad no es importante, mi personalidad es sólo un mecanismo, pero mi conciencia es una con todo lo que existe.

En el tercer decanato, gobernado por Venus, tendremos el predominio del amor inclusivo. Dentro de dos mil años, podremos expresar realmente el amor fraternal. Deberá ser un hecho manifestado antes de que la humanidad en su conjunto pueda pasar a la Era de Capricornio.

El aspirante individual no puede recibir la Iniciación hasta que aprende a amar desinteresadamente, a amar a todos y no sólo a los que piensan como él y actúan como él desea.

Cuanto más refinadas son las formas a través de las que actúa la vida, más rápida es la reacción a los estímulos. Ésta es la razón por la cual llevamos esta inmensa velocidad en cada etapa de la vida, por la cual estamos todos tan constreñidos. Tenemos cuerpos pisceanos, materializados, y estamos tratando de vibrar a la velocidad de la era de Acuario. Y todavía no somos acuarianos.

Augías, el hijo de Neptuno, el dios de las aguas, guardaba manadas de animales y, durante treinta años, los establos no habían sido limpiados; de modo que la suciedad se había acumulado. A Hércules se le dijo que hiciera algo acerca de eso; muchos habían intentado limpiar los establos y fracasaron: eso era siempre superior a ellos.

Siendo Hércules un Iniciado y teniendo mucho sentido común, lo que los verdaderos Iniciados siempre tienen, bajó de la cima de la montaña y estudió el problema.

Primero destruyó el muro que rodeaba los establos, haciendo dos grandes agujeros en sus lados opuestos, y luego desvió los dos ríos a través de ellos. No trató de barrer y limpiar, como habían hecho otros, sino que destruyó barreras usando los ríos. Los establos fueron limpiados sin esfuerzo por su parte.

Cada uno de nosotros somos uno de los animales de la manada guardada por Augías, y los establos en los que vivían no habían sido limpiados en treinta años (3 x 10), siendo 3 el número de la personalidad y 10 el de la consumación).

¿Y qué hizo Hércules? Derribó las barreras. Y eso es lo primero que tiene que ocurrir en la era de Acuario.

Estamos apenas empezando a pensar en términos amplios, a dejar de ser exclusivos. Eso ocurrirá en Acuario y, para eso, habremos de destruir el prejuicio y aprender a pensar en términos generales, de totalidad. Derribar las barreras en gran escala ha de ser llevado a cabo por la opinión pública, y esto es de desarrollo lento y grandemente emocional; ésa es la dificultad.

En la era de Acuario, especialmente en el segundo decanato, gobernado Mercurio, tendremos la opinión pública moldeada por el pensamiento y no por la emoción, y tendremos el mundo lleno de pensadores. El cometido de los que escriben en este sentido, es empezar a pensar constructivamente, para que los fundamentos estén bien colocados por las fuerzas así emitidas; construyendo para el futuro.

Cultivemos el espíritu acuariano de dejar libre a la gente, la capacidad de tener confianza. Y, cuando hayamos hecho todo lo posible para derribar los muros y para expresar la vida y el amor, ayudados por nuestro espíritu, cuya naturaleza es amor-sabiduría, no busquemos reconocimiento; no lo conseguiremos. Lo duro de la tarea del pionero en cualquier campo del pensamiento, de cualquier persona que se está esforzando para expresar los nuevos ideales, es siempre la falta de reconocimiento, y a veces peor. No seremos elogiados, ni compadecidos, tendremos momentos difíciles, pero estaremos preparando el terreno para que, en el futuro, el odio y la separación desaparezcan.


Tomado de: 

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