Concepción
y Nacimiento de Jesús
CARNAP
En relación
al presente Tra:. Os presento el siguiente extracto acerca de la concepción de Jesús encontrada en uno
de los fragmentos del estudio de una Orden Iniciática:
“Uno de los misterios que rodea a Jesús se refiere a su
concepción. La Iglesia Católica enseña que María fue fecundada por el Espíritu
Santo y no por José, haciendo de ella la “Virgen Santa” y la “Madre del Hijo de
Dios”. Esta Orden Iniciática corrobora
este “milagro” y lo explica por el hecho de que la Inteligencia Divina es
absolutamente ilimitada en su poder de acción y de creación. Para convencernos
de esto, basta considerar la extensión y la variedad de sus Obras. Además de
esto, es importante no olvidar que la propia vida tiene su fuente en los planos
invisibles y por esto trasciende la materia. En el plano absoluto, una mujer
puede, por tanto, ser fecundada por un proceso puramente espiritual.
De acuerdo con todas estas explicaciones, el concepto de
“Inmaculada Concepción”, tiene un fundamento místico. Los Padres de la Iglesia,
entre tanto, cometieron el error tomarlo exclusivo a Jesús. Como corroboran
relatos tradicionales dignos de confianza, otros Grandes Iniciados nacieron de
una Virgen, como fue el caso de Krishna, Buda, Confucio y Sócrates. Al atribuir
un carácter único a la concepción divina del Cristo, las autoridades católicas
transformaron una verdad en dogma, lo que explica por que tantas personas también
transformaron una verdad en un dogma, y el por que tantas personas acabaron por
rechazarla con el transcurrir del tiempo.
Como
todos sabemos esta religión fue inspirada por Jesús, considerado uno de los
mayores Maestros que la humanidad haya conocido. Lamentablemente, el
Cristianismo como escuela sufrió numerosas modificaciones con el paso de los
siglos, de modo que su doctrina original fue distorsionada convirtiéndose en
religión.
Los Esenios
Parte
de las enseñanzas de los esenios a sus discípulos y que eran transmitidos en
forma verbal fueron: el desarrollo de
los centros psíquicos, el Aura, los sonidos vocales o mantras, el alma
humana, las etapas de la muerte, la transmisión del pensamiento, la curación
metafísica y auto curación.
La
primera comunidad esenia surgió en el siglo XIV antes de la era cristiana en
los márgenes del Lago Moeris, en Egipto. En los siglos siguientes, esa comunidad
estableció colonias en diversos países, particularmente en Israel. La mayoría
de ellas se instaló en los márgenes del Mar Muerto, pues esa región quedaba
junto al desierto, lejos de las ciudades. En las épocas de Jesús, dos de ellas
estaban particularmente activas. Una quedaba en Engaddi, la otra en Qumram,
donde fueron descubiertos los célebres manuscritos, en 1945. Entre tanto,
muchos esenios vivían entre la población y ejercían diversas profesiones en la
artesanía y en la agricultura. En General, todos vestían una túnica blanca para
simbolizar su idea de pureza.
Fuesen
o no miembros de una comunidad, los esenios, tanto hombres como mujeres, eran
profundamente místicos. Ellos no pertenecían a ninguna religión en particular,
pues tenían sus propias creencias, fundamentada en una Ontología procedente de
las Escuelas de los Misterios de Egipto. En ese sentido, no eran judíos en la
acepción religiosa del término. En otras palabras, no practicaban el judaísmo.
No obstante, en el año 103 antes de Cristo, un decreto los obligó a acatar la
ley mosaica. A partir de entonces, ellos tuvieron que someterse a la
circuncisión y prometer educar a los hijos con respecto a la Tora.
Naturalmente, eso no les impidió continuar fieles a sus propios ritos y vivir
según sus propias convicciones; no obstante, sin enfrentarse nunca a las
autoridades judaicas, debido a su extremo pacifismo.
María
y José, padres de Jesús, eran esenios.
Habitaban en Galilea, pero no en Nazaret, pues esa aldea no existía en
aquella época. En verdad que la Biblia se refiere a los Nazarenos, lo que
permite suponer que las personas así llamadas eran de Nazaret. En realidad, la palabra “Nazareno” era usada
por los judíos para designar a todos aquellos que no se adherían totalmente al
judaísmo o que profesaban una fe diferente a la de ellos. Más tarde, ese
término fue usado para identificar a los primeros cristianos. Algunos relatos bíblicos se refieren a la
“secta de los nazarenos”, llamada a veces “secta de los nazaritas”. Sea como
fuese, la actual ciudad de Nazaret se remonta al tercer siglo después de la era
cristiana, y esta situada en un lugar que antes era conocido por el nombre de
“En-Nasira”. Por tanto, es posterior al nacimiento de Jesús.
El Nacimiento
de Jesús
Cuando
María estaba embarazada, ella y José dejaron la aldea donde vivían para ir a
Jerusalén. Conforme al relato bíblico, ellos tuvieron que dirigirse a aquella
ciudad a fin de responder al llamado de las autoridades para someterse a un
nuevo censo de la población. Independientemente de esa explicación histórica,
fue necesario que ellos así lo hiciesen. En el camino, ella sintió que la hora
del nacimiento se aproximaba. Los dos se detuvieron en Belén, no se alojaron en
un establo y sí en una de las grutas que los Esenios ponían a disposición de
los peregrinos y, de manera general, de todos los que buscasen un abrigo por
algunos días. Algunas de esas grutas eran destinadas a recibir enfermos e
indigentes. Con relación a eso, debemos recordar siempre que la Fraternidad
Esenia tenía una vocación humanitaria y contaba con un gran número de
terapeutas. Algunos siglos más tarde, esa vocación sería retomada por una Orden
que se volvió célebre en las Cruzadas: “La Orden de los Hospitalarios”; al
respecto también tenemos que en el rito Escocés Antiguo y Aceptado de la
Francmasonería existe un cargo al que le denominan el “Hospitalario”.
Como
sugieren las explicaciones anteriores, María y José no estaban solos en el
momento del nacimiento de Jesús. Muchos miembros de la Fraternidad Esenia
estaban presentes en aquella ocasión, de tal modo que todas las condiciones
necesarias fuesen reunidas para que aquel quien se convertiría en el Cristo,
fuera rodeado de todos los cuidados al nacer. Así, algunos de
ellos cuidaron más particularmente de María y se ocuparon de ella con la máxima
atención.
Algunos
desempeñaron un papel puramente místico y se dedicaron a las oraciones y a la
entonación de sonidos vocales apropiados. Otros fueron encargados de impedir el
acceso a la gruta. Finalmente, al caer la noche, un ligero clamor se escucho:
Jesús había nacido. Una de las más
antiguas profecías se acababa de cumplir en Israel, en la pequeña ciudad de
Judea llamada Belén.
Según
la Iglesia cristiana, Jesús nació en la noche del 24 al 25 de diciembre. Entre
tanto, no existe ninguna referencia histórica que confirme esa fecha, cuya
elección se remonta recién al siglo IV de nuestra era. Por otra parte, no
coincide con el relato bíblico. El
nuevo testamento dice que los pastores cuidaban las ovejas en el momento en que
el “Niño Divino” vino al mundo. Esto hace suponer que el nacimiento ocurrió en
la primavera del hemisferio norte. Ciertos textos apócrifos, en realidad, lo
sitúan el 19 de abril al anochecer. Esa fecha haría de Jesús un nativo del
signo de Aries. Ahora bien, es interesante notar que ese signo esta
tradicionalmente asociado con los “Manús”, los Maestros que recibieron la
misión de guiar a la humanidad en cada nuevo ciclo de su evolución espiritual.
Si
Jesús nació alrededor del mes de abril, podemos preguntarnos por qué los Padres
de la Iglesia cristiana fijaron su nacimiento el 25 de diciembre. En primer
lugar, debemos saber que se atribuye a muchos dioses antiguos esa fecha de
nacimiento. Es el caso de Horus, Mitra, Adonis y Dionisio para citar sólo a los
más conocidos. En segundo lugar, los días comprendidos entre el 21 y el 28 de
diciembre corresponden al periodo en que es mayor la armonía entre los ciclos
humanos, naturales y universales. Ese periodo de gran influencia cósmica se
asocia en numerosas tradiciones con el nacimiento del Dios Sol y con el parto
de la “Reina de los Cielos”, también llamada “Virgen Vestal del Universo”, en ciertos manuscritos muy antiguos; existe
también la teoría del número siete resultado de la suma del 2 + 5 (25 de
diciembre), el cual como sabemos es el número perfecto resultado de la suma de los
números: CUATRO (simboliza lo espiritual, lo completo, la cuarta dimensión,
etc.) y el TRES (que simboliza la trinidad, la manifestación, la tercera
dimensión); por otra parte tenemos que por esas fechas se manifiesta el
Solsticio de Invierno para el hemisferio norte y el solsticio de verano en el
hemisferio del sur. Los HH:. Francmasones y los Frateres Rosacruces influyeron
en esas épocas para que se tuviera como fecha de nacimiento de Jesús el día 25
de diciembre; recordemos que en un estudio de los “Papas Masones” se atribuye a
ellos los la custodia hasta la fecha los grandes secretos que existen en el
Vaticano. Así, con la elección del día 25 de diciembre como la fecha del
nacimiento de Jesús, las autoridades cristianas lo deificaron desde su llegada
al mundo y lo convirtieron en el “Hijo de Dios”.
Ahora
debemos considerar otro punto importante, es un hecho, que los relatos bíblicos
nos dice que una estrella apareció en el cielo durante los días que precedieron
al nacimiento de Jesús. De acuerdo con los archivos existentes, un astro
realmente apareció durante aquel periodo. Hay tres explicaciones para ese
fenómeno: el paso de un cometa que aparece aproximadamente cada 25,000 años que
es el tiempo de la evolución del alma humana y una estrella muy conocida por
los estudiantes místicos de la Gran Pirámide de Giseth (leer libro “El
Simbolismo de la Gran Pirámide); una conjunción de dos planetas o el nacimiento
de una estrella. De cualquier modo, podemos ver en ese acontecimiento la contrapartida celeste de un fenómeno
excepcional en el plano terrestre, a saber, la venida de un Avatar al
mundo. Entre tanto, Jesús no es una
excepción, pues los textos relatan que lo mismo ocurrió cuando Hermes, Krisna,
Buda, Confucio, Sócrates y algunos otros Grandes Iniciados nacieron.
Como
sabemos, está escrito en los evangelios que tres Reyes Magos: Baltazar, Gaspar
y Melchor, se guiaron por esa estrella para ir hasta el lugar donde Jesús
nació. En realidad, esos tres Reyes Magos que vinieron del Oriente, partieron
varias semanas antes del surgimiento de la estrella. Por lo tanto, no fue en
ella que se fijaron para encontrar la gruta de la Natividad. Siendo miembros de
la Gran Fraternidad Blanca, ellos tenían lazos con los Esenios de Israel y
sabían perfectamente donde quedaba la gruta.
Cuando ahí llegaron saludaron a José y a María en nombre de los Maestros
de aquella Fraternidad y consagraron el nacimiento del más excelso de todos
ellos. Para ese fin, no sólo trajeron un cáliz de oro (Santo Grial), incienso y
mirra, sino también una joya preciosa atestiguando su futura misión. Enseguida
se dirigieron a Egipto, donde permanecieron por un tiempo.
En cuanto
a la educación e instrucción de Jesús antes de iniciar su ministerio
público, fue objeto de una atención muy
especial por parte de los maestros de la Gran Fraternidad Blanca (ubicados en
la Gran Pirámide de Gizeth). La Gran Fraternidad Blanca esta compuesta por
todos los Grandes Iniciados y Maestros de otras Fraternidades de esas épocas;
no debemos confundirlos con la Gran Logia Blanca que es el lugar donde moran
los Grandes Maestros; Maestros Cósmicos, Grandes Iniciados, que culminaron su
tiempo de reencarnación.
Carlos Napoleón del Carpio.
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