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sábado, 25 de mayo de 2013

EL PIE DESCALZO Y LA POSTURA RITUAL


SOBRE DOS ASPECTOS DEL RITUAL:
EL PIE DESCALZO Y LA POSTURA RITUAL 
DURANTE LOS TRABAJOS DE LOGIA
Lascaris


El pie descalzo 
"Antiguamente, era costumbre en Israel, en caso de rescate o de compra, que para ratificar todo negocio, uno se quitara la sandalia y la entregara al otro. Esta era la manera de atestiguar en Israel. Dijo, pues a Boaz el que tenia derecho de rescate: Cómpralo tú; y se descalzó la sandalia." (Rut 4, 7-8). 
Considerando la cantidad de elementos hebraicos presentes en la Tradición Masónica no puede sorprendernos que uno de los primeros actos que el graduante realiza sea descalzar su pie derecho. Este simple acto, en apariencia, lo vincula con Boaz, nombre presente en el simbolismo del grado de Aprendiz como sabemos, y a través de él entra a formar parte de la filiación espiritual de Salomón, el constructor del Templo. 
"El relato de Rut, entre otros aspectos, exalta la intervención de la Providencia Divina." Sabemos que en el orden iniciático poco o nada depende de nuestros esfuerzos, sino de la Gracia que nos pueda ser concedida, lo que no quiere decir que uno no haya de esforzarse, por el contrario hay que poner la parte que a cada cual corresponde en el trabajo; pues, ¿a quién sino a la Providencia debe el graduante haber ligado con la Iniciación, alcanzando así la posibilidad de la muerte en vida y por tanto el segundo nacimiento? ¿Quién sino la Providencia ha dispuesto que su existencia desemboque en el camino de la  Regeneración? 
Que tremenda responsabilidad y que soberbio don ante el cual lo demás resulta empequeñecido. 
El graduante, lo sepa o no, sea o no consciente de ello, al quitarse el calzado y desnudar su pie está realizando el más importante negocio que se pueda hacer, en realidad el único que merece la pena, a través de la Orden y por el vínculo iniciático con el G:. A:., Principio Constructor del Universo. 
Negocio que no es otro que el rescate de su propio Ser y la compra de la parte de Conocimiento que desde siempre le corresponde. De él exclusivamente depende llevar a buen término semejante negocio. "Si os ha llamado el Amo a trabajar, es que la empresa es de la mayor envergadura, digna de los proyectos divinos (...) Este es un negocio en grande y nuestros egos pequeños no tienen cabida, por su propia condición."1 
El Sepher Yetsirah por su parte vincula el pie derecho con el signo de Aries y con la facultad del habla. 
Respecto a su sentido astrólogico señalemos tan sólo que Aries simboliza el comienzo de la Primavera, y que ésta es señalada como la estación adecuada para iniciar los trabajos de la Obra. 
Sobre la facultad del habla la instrucción del Aprendiz dice que este no sabe leer ni escribir, sólo deletrear, y hasta que sea capaz de hablar debe ejercitarse en la disciplina del silencio. 
La postura ritual durante los trabajos 
"-¿Está vacía la silla donde estás sentado? 
- Eso es rídiculo! ¿Cómo es posible? 
- Es cierto, no es posible... pues de hecho tú estas sentado en ella.   
- Pero sí es posible que la persona que está sentada en esa silla se sienta vacia.
- Entonces esa silla está vacia, aún estando ocupada!"2
En todas las tradiciones existen posturas rituales; sentado, de pie, caminando, incluso las hay especialmente diseñadas para comer e incluso para dormir acostado. El objetivo y la finalidad de estas posturas no es otro que promover, facilitar y mantener una actitud meditativa o, cuanto menos, concentrada cualquiera sea la actividad que se esté realizando, siempre en el contexto de la práctica espiritual. 
También en la Masonería existen las posturas rituales; hay una postura para permanecer de pie inmóvil, para caminar, para estar sentado, hay, si no una postura, sí un ritual para comer, y si se piensa en ello hay también una postura para permanecer acostado. 
La postura más frecuente y en la que trascurren la mayor parte de los trabajos en Tenida es la de sentado. Y no se permanece sentado por comodidad, o porque de alguna manera hay que estar; antes bien responde a una práctica ritual, a la parte individual que a uno le toca trabajar dentro del trabajo colectivo ritual de la tenida. 
Julius Evola, en su obra El Yoga tántrico, dice hablando de los "asana" o posturas rituales: "El punto de partida reside en una imagen vivificada y, en cierto sentido mágica, que el gesto del hombre debe reproducir ritualmente. Hay pues en la inmovilidad del cuerpo algo de igualmente mágico...". Más adelante continúa diciendo: "En la doctrina de la antigua realeza egipcia, por ejemplo, se concebían la estabilidad y la inmovilidad como un verdadero fluido que poseía un poder sobrenatural y penetraba en el soberano. En los misterios clásicos, el rito que exigía que estuviera sentado inmóvil sobre el trono, tenía una importancia tal que estaba en una relación estrecha con la iniciación o con la identificación con un dios." 
Todo esto nos lleva a la certeza de que permanecer sentados inmóviles en unos asientos no especialmente cómodos, responde a una ascesis cuyo objetivo es ejercitar la voluntad en el dominio de ese fuego interior que nos impulsa a agitarnos continuamente; si conseguimos dominar ese movimiento expresado exteriormente en la incapacidad o dificultad de permanecer en una postura durante un cierto tiempo dominaremos la agitación mental y lograremos "fijar el espíritu", de manera que la inmovilidad y el silencio se transformarán en el gesto preciso y la palabra justa. 
Al inicio de los trabajos, el V:. M:. invoca la presencia del G:. A:. . mantengamos una actitud adecuada para que esa presencia espiritual invocada encuentre receptáculos dignos de Ella.


Notas 
1
En el vientre de la Ballena. Textos alquímicos. Federico González. 
2 La silla vacía. Rabí Nachman de Breslau. 

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