SOBRE DOS ASPECTOS DEL RITUAL:
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EL PIE DESCALZO Y
LA POSTURA RITUAL
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DURANTE LOS TRABAJOS DE LOGIA
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Lascaris
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El pie descalzo
"Antiguamente, era costumbre en Israel,
en caso de rescate o de compra, que para ratificar todo negocio, uno se quitara
la sandalia y la entregara al otro. Esta era la manera de atestiguar en
Israel. Dijo, pues a Boaz el que tenia derecho de rescate: Cómpralo tú; y se
descalzó la sandalia." (Rut 4, 7-8).
Considerando la cantidad de elementos hebraicos presentes en la Tradición Masónica no puede sorprendernos que uno de los primeros actos que el graduante realiza sea descalzar su pie derecho. Este simple acto, en apariencia, lo vincula con Boaz, nombre presente en el simbolismo del grado de Aprendiz como sabemos, y a través de él entra a formar parte de la filiación espiritual de Salomón, el constructor del Templo.
"El relato de Rut, entre otros
aspectos, exalta la intervención de la Providencia Divina." Sabemos que
en el orden iniciático poco o nada depende de nuestros esfuerzos, sino de la
Gracia que nos pueda ser concedida, lo que no quiere decir que uno no haya de
esforzarse, por el contrario hay que poner la parte que a cada cual
corresponde en el trabajo; pues, ¿a quién sino a la Providencia debe el
graduante haber ligado con la Iniciación, alcanzando así la posibilidad de la
muerte en vida y por tanto el segundo nacimiento? ¿Quién sino la Providencia
ha dispuesto que su existencia desemboque en el camino de la
Regeneración?
Que tremenda responsabilidad y que soberbio
don ante el cual lo demás resulta empequeñecido.
El graduante, lo sepa o no, sea o no
consciente de ello, al quitarse el calzado y desnudar su pie está realizando
el más importante negocio que se pueda hacer, en realidad el único que merece
la pena, a través de la Orden y por el vínculo iniciático con el G:. A:.,
Principio Constructor del Universo.
Negocio que no es otro que el rescate
de su propio Ser y la compra de la parte de Conocimiento que desde siempre le
corresponde. De él exclusivamente depende llevar a buen término semejante
negocio. "Si os ha llamado el Amo a trabajar, es que la empresa es de la
mayor envergadura, digna de los proyectos divinos (...) Este es un
negocio en grande y nuestros egos pequeños no tienen
cabida, por su propia condición."1
El Sepher Yetsirah por su
parte vincula el pie derecho con el signo de Aries y con la facultad del
habla.
Respecto a su sentido astrólogico
señalemos tan sólo que Aries simboliza el comienzo de la Primavera, y que
ésta es señalada como la estación adecuada para iniciar los trabajos de la
Obra.
Sobre la facultad del habla la
instrucción del Aprendiz dice que este no sabe leer ni escribir, sólo
deletrear, y hasta que sea capaz de hablar debe ejercitarse en la disciplina
del silencio.
La postura ritual durante los
trabajos
"-¿Está vacía la silla donde
estás sentado?
- Eso es rídiculo! ¿Cómo es posible? - Es cierto, no es posible... pues de hecho tú estas sentado en ella. - Pero sí es posible que la persona que está sentada en esa silla se sienta vacia. - Entonces esa silla está vacia, aún estando ocupada!"2
En todas las tradiciones existen
posturas rituales; sentado, de pie, caminando, incluso las hay especialmente
diseñadas para comer e incluso para dormir acostado. El objetivo y la
finalidad de estas posturas no es otro que promover, facilitar y mantener una
actitud meditativa o, cuanto menos, concentrada cualquiera sea la actividad
que se esté realizando, siempre en el contexto de la práctica espiritual.
También en la Masonería existen las
posturas rituales; hay una postura para permanecer de pie inmóvil, para
caminar, para estar sentado, hay, si no una postura, sí un ritual para comer,
y si se piensa en ello hay también una postura para permanecer acostado.
La postura más frecuente y en la que
trascurren la mayor parte de los trabajos en Tenida es la de sentado. Y no se
permanece sentado por comodidad, o porque de alguna manera hay que estar;
antes bien responde a una práctica ritual, a la parte individual que a uno le
toca trabajar dentro del trabajo colectivo ritual de la tenida.
Julius Evola, en su obra El Yoga
tántrico, dice hablando de los "asana" o posturas rituales:
"El punto de partida reside en una imagen vivificada y, en cierto
sentido mágica, que el gesto del hombre debe reproducir ritualmente. Hay pues
en la inmovilidad del cuerpo algo de igualmente mágico...". Más adelante
continúa diciendo: "En la doctrina de la antigua realeza egipcia, por
ejemplo, se concebían la estabilidad y la inmovilidad como un verdadero
fluido que poseía un poder sobrenatural y penetraba en el soberano. En los
misterios clásicos, el rito que exigía que estuviera sentado inmóvil sobre el
trono, tenía una importancia tal que estaba en una relación estrecha con la
iniciación o con la identificación con un dios."
Todo esto nos lleva a la certeza de
que permanecer sentados inmóviles en unos asientos no especialmente cómodos,
responde a una ascesis cuyo objetivo es ejercitar la voluntad en el dominio
de ese fuego interior que nos impulsa a agitarnos continuamente; si
conseguimos dominar ese movimiento expresado exteriormente en la incapacidad
o dificultad de permanecer en una postura durante un cierto tiempo
dominaremos la agitación mental y lograremos "fijar el espíritu",
de manera que la inmovilidad y el silencio se transformarán en el gesto
preciso y la palabra justa.
Al inicio de los trabajos, el V:. M:.
invoca la presencia del G:. A:. . mantengamos una actitud adecuada para que
esa presencia espiritual invocada encuentre receptáculos dignos de Ella.
Notas
1 En el vientre de la Ballena. Textos alquímicos. Federico González. 2 La silla vacía. Rabí Nachman de Breslau. |
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sábado, 25 de mayo de 2013
EL PIE DESCALZO Y LA POSTURA RITUAL
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