APUNTES SOBRE EL TRABAJO IV
ROMA
Recopilado por Herbert Oré Belsuzarri
La fundación de Roma se ubica,
probablemente con más apoyo en la leyenda que ne la realidad, en el 21 de abril
de 753 a .C.
Hay quien le atribuye al nombre un origen etrusco, y otros, cierta relación en
un idioma indoeuropeo significando así “la ciudad del río”
El mundo romano podría dividirse en
una primera etapa de protagonismo etrusco, de cartagineses y de galos en la que
predomina la vida agrícola; una segunda etapa que se concentraría en el
territorio hoy conocido como Italia, con la fundación de Roma obviamente de
escaso desarrollo económico; la tercera correspondería a la integración militar
del Alto Imperio en el que subsiste el trabajo agrícola con muy poca actividad
industrial y, por último, el Bajo Imperio en el que se puede apreciar cierta
política social.
La aportación fundamental de Roma a la
organización del trabajo, más allá de su trascendencia política, militar,
jurídica y artística, se encuentra en la organización de los colegios de
artesanos.
Tuvieron cierto relieve político los
colegios que de alguna manera se relacionaban con lo que hoy podríamos
denominar “industria de guerra”. Serían los tignarii (carpinteros); los aerarii
(obreros del bronce y del cobre) y tibicines (tocadores de flauta) o cornicines
(de trompeta). Cada oficio formaba una centuria, dividida interiormente entre
jóvenes y ancianos (júniores-seniores). Otros cinco colegios de artesanos no
formaban centurias y no tenían derechos electorales.
De hecho los colegios romanos,
integraban instituciones reconocidas oficialmente aunque no todas constituyeran
organismos políticos. Los colegios eran públicos o privados. En los primeros
sus miembros gozaban de ciertas prerrogativas
como ser relevados de las funciones públicas, gravámenes municipales;
libres de toda tutela; sus miembros no podían ser sometidos a tormento en caso
de acusación y quedaban exentos del servicio militar.
Los colegios públicos eran los
navicularii, boteros encargados de transportar el trigo, los víveres, los
impuestos de las provincias; los pistores (panaderos); los suarii
(salchicheros) y los calcis coctores et vectores (transportadores de cal
destinada a las construcciones).
Los privados los formaban los
argentarii (banqueros o prestamistas), los dendrophori y los tignari
(trabajadores de los obrajes de madera), los lapidarii y marmorii (obreros de
piedra y mármol), los centonarii (fabricantes de mantas), los negotiatores vini
(mecaderes de vino); los medici y los profesores. Además de los alfareros, los
bataneros, los fabricantes de estelas de caña y los borriqueros.
La estructura de los colegios era
vertical. La primera categoría era formada por los colegiados, generalmente
hijos de un artesano de la misma profesión, yerno o heredero o simple
candidato. La segunda la integraban los magistrados de las corporaciones (patrones)
y los jefes honorarios de las corporaciones.
Los colegios romanos gozaban de
personalidad civil aunque no siempre fue así, lo que obligó a que adquirieran
bienes por interpósitas personas (esclavos, verbigracia) aunque finalmente se
les reconoció el derecho a heredar.
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