¿QUIÉNES SON LOS VASCOS?
Andrew Thomas
Existe entre los vascos una leyenda que habla de un cataclismo en el curso del cual libraron combate el agua y el fuego. Los antepasados de los vascos encontraron refugio en las cavernas y sobrevivieron.
La lengua vasca tiene una afinidad, difícil de explicar, con los dialectos de los indios de América. Un misionero vasco predicó en su lengua natal a los indios de Peten, en Guatemala, y los indígenas le comprendieron perfectamente.
Se conserva entre los vascos una creencia en una serpiente mítica de siete cabezas, la «Erensuguía», que los relaciona con el culto a la serpiente profesado por los aztecas, al otro lado del Atlántico. La vieja costumbre vasca de contar por veintenas, y no por decenas, encuentra su paralelo en América Central, donde se utilizaba una aritmética del mismo género. Y los franceses, a su vez, han heredado de los vascos la palabra quatrevingts.
Del mismo modo, el juego de pelota vasca «Jai alai», jugado con un guante de mimbre atado a la muñeca (la cesta), nos hace pensar inmediatamente en el juego maya de «pok-a-tok».
Si se compara a los vascos con los demás pueblos europeos, se advierte al punto que son únicos en su género en lo que se refiere a la comunidad de grupos sanguíneos. Se encuentra con gran frecuencia entre ellos el grupo «O», mientras que el grupo «A» es relativamente raro, y el grupo «B» tiene la frecuencia más baja de toda Europa. En lo que atañe a los grupos sanguíneos «Rh», muestran la frecuencia en «Rh» negativo más elevada de todas las poblaciones europeas y, con la posible excepción de algunas tribus bereberes, la más elevada del mundo. Todos estos síntomas indican que los vascos son diferentes de los franceses o de los españoles.
Se considera que los vascos de los Pirineos están emparentados con los hombres de Cro-Magnon que ocupaban zonas de Francia y España al final de la Era glacial. No se asemejaban a los habitantes de estos países y no estaban emparentados con ninguna raza del Este. Hablando de los vascos en su Historia de España, Rafael Altamira llega a la conclusión siguiente: «Tal vez sean los únicos superviventes de las tribus prehistóricas que habitaban en las cuevas de los Pirineos, y que tantas pruebas dejaron en ellas de su habilidad técnica y de su sentido artístico (8).»
Sólo ellos entre los pueblos de la Europa occidental, han conservado la costumbre de las danzas animales y totémicas de las razas primitivas. Compartían con los antiguos egipcios y los incas la creencia en la inmortalidad de un cuerpo no sepultado. La costumbre de reducir artificialmente las cabezas se había mantenido entre los vascos lo mismo que entre los indios de América Central.
Los hombres de Cro-Magnon tenían estatura elevada —alrededor de 1,83 metros—, y su caja craneana era más grande que la de los hombres actuales, cosa que no se habría esperado descubrir en un habitante de las cavernas. Con su frente amplia y lisa y sus pómulos prominentes, se parecían a los guanches de las islas Canarias, que están considerados como descendientes de los atlantes. Los hombres de Cro-Magnon eran artistas de talento, aunque sus armas y utensilios estuviesen fabricados en piedra. Por falta de materiales apropiados, a los que se habían acostumbrado en su país de origen, los hombres de esta raza empleaban la piedra para fabricar objetos cuyos modelos provenían de su civilización ancestral.
Las pinturas sobre rocas, los dibujos y las esculturas de los Cro-Magnon de la época magdaleniense, que datan de 11.000 años, y más, ocupan un lugar destacado en la historia del arte. A menos que su civilización les hubiera sido legada por unos antepasados, resulta difícil comprender cómo estos hombres de las cavernas vascas pudieron dar pruebas de un talento artístico superior a su realismo dinámico y en su presentación dramática al del antiguo Egipto o al de Sumer.
Los azüienses, raza prehistórica de España, fueron enterrados invariablemente con el rostro vuelto hacia el Oeste. Tenían reputación de ser excelentes pescadores y navegantes. ¿No llegarían en barcos, procedentes de un país occidental?
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