¿Por qué la vida de Jesús se parece tanto a la de otros dioses antiguos?
Por Alonso Martínez
¿Recuerdas el juego del teléfono descompuesto?
Un mensaje tenía que pasar por varias personas y llegar lo más íntegro al final de la cadena. Por lo general, la frase se distorsionaba y llegaba una versión ajena a la original. No era un juego fascinante, pero mostraba la ruptura en la comunicación de nuestra sociedad.
No es algo nuevo. Desde hace milenios perturbamos las interacciones a nuestra conveniencia y moldeamos los hechos para que encajen con la percepción que poseemos. Es el caso de las religiones y los mitos que han nacido a lo largo de la historia; una mezcla de fábulas fantásticas que pasaron por generaciones, cambiando datos y adaptándolos para crear una identidad. Por ese motivo podemos encontrar similitudes entre la vida de Jesucristo y otros entes míticos, aportando mayor prueba a la teoría de que el personaje no es más que una invención de un colectivo de personas de una época determinada.
Antes de hablar acerca de las similitudes, es necesario resaltar algunas de las consecuencias de este teléfono descompuesto. De acuerdo a distintos expertos, las principales religiones parten de mitos similares, pero sostienen distintos dogmas; tanto así que 200 millones de personas han muerto en nombre del cristianismo –según un cálculo que suma los decesos de las guerras de ese tipo–, sin contar los crímenes de odio y demás casos aislados.
¿Por qué existen similitudes?
Existe un término acuñado por el antropólogo C. Scott Littleton llamado “mitología comparativa”, que se refiere al estudio y búsqueda de similitudes entre las creencias de diferentes religiones y comunidades monoteístas o politeístas. La mayoría de las investigaciones de este tipo experimentaron un alza desde el siglo XVIII, cuando los historiadores compararon las distintas religiones a través de la historia. Al notar que no existían paralelismos claros sobre los hechos reales que tuvieron lugar, descubrieron que existían vínculos entre cultos, particularmente desde sus concepciones mitológicas.
Es decir, se dieron cuenta de que había elementos de estructura lingüística y psicología que compartían, creando así la teoría de que la mayoría nacieron de los mismos puntos y se dividieron en múltiples facciones, dependiendo de sus contextos o el mundo que querían crear. Las leyendas que cuentan en sus textos tienen características similares, no sólo en el cristianismo, sino desde la mitología griega, hindú, budista y hasta la azteca. Por otro lado, hay un elemento que ha generado más controversia desde su concepción: Jesucristo, quien a su vez, tiene paralelismos en religiones que no son la suya. Haciendo una revisión de esos personajes, se explica con mayor plenitud el sistema del teléfono descompuesto.
¿A quién se parece Jesucristo?
Distintos historiadores hallan un agudo parecido entre el mesías cristiano y el Dios griego Dionisio, quien es el único nacido de una madre humana y una figura divina que también murió y resucitó (una escena constante en casi todas las mitologías). Otra figura a la que se asemeja es la deidad principal del Mithraismo, una religión mística que nació en tiempos del Imperio Romano, con rituales similares a los del cristianismo, pero no tan calmos y positivos. Algunos aseguran que la idea de Jesús nació a partir de ese movimiento, pero también es mezcla de otros personajes.
De acuerdo con estas investigaciones, gran parte de los mitos judíos y cristianos fueron influenciados por conceptos egipcios, particularmente la historia de Horus, Isis, Osiris, Set y Neftis, las principales deidades de sus cultos. Además tiene unas cuantas características similares a las de Buda, con excepción de que en el budismo no hay una historia de génesis, y tal filosofía no comparte la visión de un mundo posterior a la muerte, sino que la realidad se desdobla en un único plano.
Joseph Campbell, uno de los investigadores más dedicados a ese tema, afirmó que existe un mito que le da vida a Buda, Apollonius de Tanya, Krishna, y por supuesto a Jesús, entre otros. En términos más simples: se creó un arquetipo, como un héroe de película. Cuando se creaban cultos, fue inevitable acceder a esa tradición y tomar elementos de un mito más antiguo para ganar credibilidad. Después de todo, las religiones del planeta responden más a una explicación de la cosmovisión y la realidad material de los distintos pueblos a lo largo de la historia, que a una explicación sobre el origen divino de lo que existe a nuestro alrededor.
Es increíble que aún creamos en cuentos falsos. El adoctrinamiento comienza desde que somos niños para tenernos bajo control, usando un mito destruido desde hace miles de años y nos encerramos en una historia falsa. Los paralelismos que existen en la mitología son demasiados y muy específicos como para dejarlos ir; afortunadamente estamos en una época en la que incluso el Papa ha admitido que su religión tiene fallas y que ha sido malinterpretada. Así que –por fortuna– el teléfono se arreglará y las consecuencias serán mínimas.
http://culturacolectiva.com/por-que-la-vida-de-jesus-se-parece-tanto-a-la-de-otros-dioses-antiguos/
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