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viernes, 21 de abril de 2017

EL ARRIANISMO

EL ARRIANISMO

Arrio sostenía que Jesús fue creado por Dios como el primer acto de la Creación, que Jesús fue la coronación gloriosa de toda la creación. Entonces, el arrianismo, es la opinión de que Jesús fue un ser creado con atributos divinos, pero no divino en y por Sí mismo. La naturaleza de Jesús era el problema más complejo de los primeros siglos del cristianismo, como lo revelan las discusiones teológicas. En los primeros siglos del cristianismo se planteaba el problema de la relación del Hijo y de Dios. A esto se le llamó las disputas cristológicas…

EL ARRIANISMO

En la Iglesia cristiana primitiva se creía que Cristo había preexistido como Hijo de Dios ya antes de su encarnación en Jesús de Nazaret, y que había descendido a la Tierra para redimir a los seres humanos. Esta concepción de la naturaleza de Cristo trajo aparejados varios debates teológicos, ya que se discutió si en Cristo existía una naturaleza divina o una humana, o bien ambas, y si esto era así, se discutió la relación entre ambas, fundidas en una sola naturaleza, completamente separadas: Nestorianismo, o relacionadas de alguna manera.


El encarnacionismo prendió fuertemente en el mundo gentil, y especialmente en el occidente del Imperio romano. Arrio había sido discípulo de Pablo de Samosata, un predicador oriental del siglo III, y creía que Cristo era una criatura, la primera criatura que había sido formada por el Creador antes del inicio de los tiempos. Según Atanasio de Alejandría, éstas son algunas de las enseñanzas arrianas, citadas en su obra Discurso contra los arrianos:

“Dios no siempre fue Padre” sino que “hubo un tiempo en que Dios estaba solo y aún no era Padre, pero después se convirtió en Padre.” “El Hijo no existió siempre;” pues, así como todas las cosas se hicieron de la nada, y todas las criaturas y obras existentes fueron hechas, también la Palabra de Dios misma fue “hecha de la nada” y “hubo un tiempo en que no existió” y “Él no existió antes de su origen”, sino que Él y otros “tuvo un origen de creación”. Pues Dios, dice, “estaba solo, y la Palabra aún no era, ni tampoco la Sabiduría. Entonces, al desear darnos forma, Él hizo a cierto ser y lo llamó Palabra, Sabiduría e Hijo, para que pudiera darnos forma por medio de Él.”

Atanasio de Alejandría, Primer discurso contra los arrianos

Finalmente, en el Primer Concilio de Nicea del año 325 se aprobó el credo propuesto por Atanasio de Alejandría, y la cerrada defensa de la naturaleza divina del Hijo de Dios hecha por Atanasio consiguió incluso el destierro de Arrio. Cuando éste fue perdonado el año 336, murió en misteriosas circunstancias probablemente envenenado. La disputa entre partidarios de la Trinidad, arrianos y los llamados “semiarrianos” iba a durar durante todo el siglo IV, llegando incluso a haber emperadores arrianos, el propio Constantino I el Grande fue bautizado en su lecho de muerte por el obispo arriano Eusebio de Nicomedia. Ulfilas, obispo y misionero, propagó el arrianismo entre los pueblos germánicos, particularmente los visigodos, vándalos, burgundios y ostrogodos. Después del Concilio de Constantinopla del año 381, el arrianismo fue definitivamente condenado y considerado como herejía en el mundo católico. Sin embargo, el arrianismo se mantuvo como religión de algunos pueblos germánicos hasta el siglo VI, cuando Recaredo I, rey de los visigodos, se bautizó como católico en el año 587 e impuso el catolicismo como religión oficial de su reino dos años después, tras el III Concilio de Toledo del año 589. En Italia, las supervivencias arrianas en el Reino longobardo persistieron hasta muy avanzado el siglo VII y el rey Grimoaldo(662-671) puede considerarse como el último monarca arriano del Reino y de Europa[1].


Tras la celebración en 325 del Concilio de Nicea, resurgió con fuerza en la propia Constantinopla la idea de arrianismo gracias al apoyo de su obispo, Eusebio de Nicomedia, quien logró convencer a los sucesores del emperador Constantino para que apoyaran el arrianismo y rechazaran la línea ortodoxa aprobada en Nicea y sustituyeran a los obispos nicenos por obispos arrianos en las sedes episcopales de Oriente…[2]

[1]Richard E. Rubenstein, When Jesus Became God, Harcourt, San Diego, 1999, pág. 139; José Orlandis, Historia de la Iglesia: iniciación teológica,, Ediciones Rialp, 2002, pág. 67; José Orlandis, La conversión de Europa al cristianismo, Ediciones Rialp, 1988, pág. 93.
[2]El arrianismo es el conjunto de doctrinas cristianas desarrolladas por Arrio, presbítero (anciano) de Alejandría, probablemente de origen libio, así como por algunos de sus discípulos y simpatizantes. Uno de los primeros y probablemente el más importante punto del debate entre los primeros cristianos fue el tema de la deidad de Cristo. El arrianismo fue condenado como herejía inicialmente en el Primer Concilio de Nicea (325) y, tras varias alternativas en las que era sucesivamente admitido y rechazado, fue definitivamente declarado como herético en el Primer Concilio de Constantinopla (381). No obstante, se mantuvo como religión oficial de algunos de los reinos establecidos por los godos en Europa tras la caída del Imperio romano de Occidente. En el Reino Visigodo de Toledo pervivió hasta el III Concilio de Toledo (589), durante el reinado de Recaredo I. El arrianismo es definido como aquellas enseñanzas atribuidas a Arrio opuestas al Dogma Trinitario determinado en los dos primeros concilios ecuménicos y mantenido en la actualidad por la Iglesia Católica, las Iglesias Ortodoxas Orientales y la mayoría de las Iglesias protestantes. Este término también se utiliza en ocasiones de forma inexacta para aludir genéricamente a aquellas doctrinas que expresen negación de la naturaleza divina de Jesús

https://factoriahistorica.wordpress.com/2011/08/30/el-arrianismo/

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