Las brujas bisexuales que aterrorizaron al Führer y al ejército alemán

Las brujas bisexuales que aterrorizaron al Führer y al ejército alemán

Por Diana Garrido

Se ha vuelto una tradición denigrar los méritos de algunas mujeres aún en la actualidad. Estamos en la segunda década del siglo XXI y hay quien sigue viendo a Stevie Nicks como una bruja practicante de la religión wicca, que consiste en ritos neopaganos popular en Inglaterra y países escandinavos. Nicks es una de las chicas patea-traseros de la música. Junto a Janis Joplin, Blondie y Joan Jett, la cantante de Fleetwood Mac se posiciona como una de las mujeres más influyentes en el medio musical, mostrando que el género femenino es sólo un mote. Todo ser humano es capaz de realizar grandes acciones y triunfar en la vida con esfuerzo e interés.

Así como ella, hubo otras brujas que hicieron historia. Las más memorables durante la Segunda Guerra Mundial por su valentía e inteligencia, fueron las famosas “brujas bisexuales” de procedencia rusa, cuya escoba era un poderoso avión desde el cual tiraban bombas a Hitler y su ejército.

En 1942, un comandante recibió en su batallón a cuatro mujeres que se decían aviadoras. Al mirarlas no pudo evitar esbozar una risa sarcástica, seguido de una petición un tanto absurda: que evitaran llorar seguido. No obstante, las cuatro chicas le demostraron ser tan valientes como cualquier soldado de cualquier parte del mundo. Mujeres como Lidiya Litviak o Nadezhda Popova pertenecían a grandes escuadrones de pilotos que tenían el mismo entrenamiento y capacitación que los que estaban formados en su totalidad por hombres. 

En el afán de terminar con más fritz (como se le llamaba a los alemanes), comenzaron a reclutar mujeres no sólo para labores de enfermería, profesión netamente femenina en aquellos años, sino para combatir en el campo. Sin embargo, la desventaja corporal de la mayoría de las reclutas con los hombres, las ponía muy detrás de sus compañeros. Aún con ello, muchas féminas se animaron a irrumpir en el campo de batalla; mientras que otras, no menos valientes, fueron colocadas en los aires dentro de un avión que no sólo pilotarían, sino que usarían de escondite para lanzar bombas en contra del dictador y su ejército.

Marina Raskova, probablemente la aviadora civil más influyente de la Segunda Guerra Mundial, se enfundó en su amplio uniforme y subió al aeroplano de la URRS que la esperaba listo para ser dirigido por sus habilidades. No pasó mucho tiempo para que otras mujeres siguieran sus pasos y la colocaran en un pedestal de heroísmo. No sólo las chicas pertenecientes al ejército rojo lo hicieron, sino también las contrincantes alemanas a las que les dejó lo peor de ella: influenciarlas a enrolarse en el ejército y ser tan poderosas como el mismo Hitler.

Stalin aceptó la petición de formar un escuadrón únicamente por mujeres al cual llegaron mecánicas, navegantes y por supuesto, más pilotos. Ese escuadrón se multiplicó y poco después eran varios los que surcaban los cielos con misiones distintas como “Los Cazas”, cuyo objetivo era combatir en el aire contra otros aviones y “La Rosa Blanca”, que le debe el nombre a Lidiya “Lylia” Litviak, quien también era apodada así ya que era muy hermosa, femenina y guardaba una ferocidad increíble que demostraba haciendo maniobras en los cielos derribando aviones enemigos con la destreza de un ave. En alguna batalla resultó herida, no obstante, logró derribar al enemigo sin caer ni replicar por el dolor. Murió en la batalla de Kursk bajo circunstancias sospechosas.

Todas ellas provenían de una sociedad conservadora que les había enseñado a ser meticulosas y aprender trucos y remedios que fueran de utilidad al casarse. Era lógico que su plan de vida había​cambiado drásticamente, pero esas habilidades adquiridas seguían muy presentes en sus vidas diarias. Claro ejemplo es el de la aviadora anónima que fue herida de gravedad en el estómago. Aún así siguió volando y disparando a todo avión nazi que se le ponía enfrente. Cada que estaba a punto de perder la razón, su copiloto, le daba sal, lo que le devolvía la conciencia. Ese truco lo aprendieron cuando estaba siendo educadas para ser buenas amas de casa. Una vez que tocó tierra, recibió más ataques lo que la impulsó a dar otras vueltas en el aire hasta poder aterrizar sin aviones a su alrededor. Una vez que los vio derribados, se dio licencia para colapsar. Posteriormente le hicieron 7 cirugías para salvarle la vida y unos meses después ya estaba otra vez montada en sus escoba de acero para hechizar cuanto avión nazi miraba.

Uno de los batallones más imponentes y que es justamente bien recordado en los libros de historia, es el 588 Regimiento de Bombardeo Nocturno. Las famosas “Brujas de la Noche” acosaban a los nazis por horas lanzándoles pequeñas bombas desde cazas que iban a gran velocidad. Los hitlerianos les temían pues no sabían en qué momento o lugar llegarían​ a atacar. A veces, las brujas lanzaban una sola bomba durante la noche. Pero en otras ocasiones, lanzaban una cantidad interminable. Rara vez podían derribar sus aviones, ya que eran expertas para volar encubiertas y por supuesto, impredecibles. Algunos nazis les llamaban “bisexuales” pues creían que eran mitad hombres por la valentía que emanaban. 

Como era de esperarse, todas ellas seguían poniendo sus toques de feminidad en todo lo que hacían. Confeccionaban vestidos con las telas de los paracaídas, o bordaban en sus uniformes detalles que las hacían sentirse más bonitas. Se arreglaban en cabello y usaban mateareis como pólvora y derivados, para adornarse. Así que Stevie Nicks con su música y las aviadoras rojas en sus batallas demostraron que la feminidad no está peleada con la valentía. Al final de cuentas eran brujas y con un hechizo a base de valor, lograban lo que se proponían.

Si quieres conocer más de mujeres importantes en la historia lee sobre Eva y cómo el machismo ha estado presente en la iglesia y cómo han sido elevadas al grado de considerarlas deidades como a las mujeres aztecas.

http://culturacolectiva.com/aviadoras-rusas-hitler-nazis/