La Iniciación Cósmica
CARLOS NAPOLEON DEL CARPIO
Christian Bernard, consagró dos capítulos a la
Iniciación, uno para definir lo que es,
y el otro para explicar cómo prepararse. En relación al presente Tra:. Que trata sobre la Iniciación Cósmica, les entrego
un pasaje de “La Iniciación Mística (Definición)”.
“independientemente de que tenga consciencia de
ello o no, el fin último del hombre es
evolucionar hacia la Perfección y preparar su alma para recibir el conocimiento de los
misterios, ¿Cómo? Siguiendo el sendero de la Iniciación, ya que es el único que
conduce al “Conócete a ti mismo” Pero, ¿En qué consiste la Iniciación Mística?
¿Dónde comienza? ¿Dónde termina? ¿Cuál es su objetivo? ¿Cuál es su naturaleza?
Hay que empezar comprendiendo que la Iniciación no es algo puntual. No es un
acontecimiento que pueda ser localizado en el tiempo. Es un proceso que
continúa de encarnación en encarnación y que, después de un largo recorrido
interior, debe conducir al hombre a su propia realización. Esto significa que
cada pensamiento, cada palabra y cada acto es una iniciación pues todos forman
parte de la Gran Obra que se realiza a través de nosotros desde la noche de los
tiempos…
Esta vía ha sido trazada por todos los Iniciados
que, en el transcurso de los siglos han legado a nuestra augusta Orden el fruto
de los esfuerzos que debieron desplegar para hacer que la Iniciación Mística
fuera algo tangible y transmisible. No todos estos Iniciados eran perfectos ni
tampoco pretendían serlo aunque hubo muchos que lo consiguieron, ya que no se
puede pasar la vida entera sembrando para otros las semillas de la Luz, sin
recoger algún día los frutos de la propia Iluminación. Algunos alcanzaron el
estado más alto de Iluminación, y desde entonces forman parte integrante de lo
que tradicionalmente se ha denominado la “Gran Logia Blanca”. Paralelamente al
servicio cumplido a favor del Alma Colectiva de la humanidad, se convirtieron
en guardianes de la Tradición. Esta Misión Cósmica no les ha sido impuesta, la
escogieron voluntariamente, puesto que al haber hecho de los ideales de la
Orden la base de la mayoría de sus encarnaciones terrenales, son los más
capacitados para vigilar que este ideal permanezca en toda su pureza y sea
accesible a todos los buscadores de la buena voluntad.
Los señalamientos anteriores me llevan a definir
ahora en qué consiste la Iniciación Suprema hacia la que se dirige todo
iniciado. Como adeptos formamos parte de una Orden que, desde el día en que la
Tierra fue iniciada en la Tradición Primordial, es una de las Organizaciones
visibles a la que los Maestros Invisibles de la Gran Logia Blanca conceden
constantemente su apoyo y su inspiración.
La Iniciación Suprema que podemos y debemos
recibir en una de nuestras encarnaciones, es precisamente la que nos elevará
del status de estudiante al de Maestro de la Gran Logia Blanca. Cuando
lleguemos a ese estado de realización, comprenderemos que todas las corrientes
tradicionales, de hecho, solo son cruces de los diferentes caminos sobre los
que debe abrirse un único camino. Seremos uno con la Armonía Cósmica y, del
plano de consciencia en el que nos encontremos, recibiremos el poder de
manifestarla sobre la Tierra. Nos será revelado el conjunto del Plan de la
Creación y conoceremos el éxtasis del que piensa, habla y actúa en el nombre de
Dios y en beneficio de toda la humanidad”.
Christian Bernard (Siglo XX)
El Término “Iniciación”, en un sentido más
tradicional, denota una “introducción a los Misterios Menores y Mayores”. En la
antigüedad, la palabra “Misterio” no se refería a alguna cosa extraña,
misteriosa u oculta. Se empleaba para designar una Gnosis, es decir un
Conocimiento secreto que no era conocido ni del pueblo, ni de la religión
oficial, sino únicamente de los Místicos, de los Iniciados. Esta Gnosis se
refería a las Leyes Cósmicas, tal como se expresan en el Universo, en la naturaleza
y en el hombre mismo. Ella era considerada sagrada, y para evitar que fuera
profanada, era presentada solo a aquellos que habían experimentado pruebas las
pruebas deseadas y que se habían comprometido a no revelar nada.
En este sentido, podemos decir que la Iniciación
consistía y consiste todavía en preparar a un candidato para recibir una
enseñanza que tiene un gran alcance místico y cuyo contenido debe permanecer
confidencial.
En el sentido puramente etimológico, la palabra
“Iniciación” proviene del latín “Initiare”, que podemos traducir como “Ser
admitido (a hacer alguna cosa nueva)” o
“Comenzar (alguna cosa nueva)”. Al respecto, la vida del hombre es una sucesión
de iniciaciones Tal como lo es en la Mas:. Iniciar a un candidato, iniciar en
el Seg:. Gra:.; Iniciar en el Ter:. Gra:. Iniciar en el Ran:. De V:.M:.; de
P:.V:.M:.; En los diferentes grados de los estudios del Real Arco o del Supremo
Grado 33; como también lo es en la vida profana cuando aprendemos a caminar, a
hablar, a escribir, en la Universidad, etc. Aplicada a una búsqueda mística, la
iniciación marca el comienzo de un nuevo estudio relativo a los a los Misterios
de la existencia y al Conocimiento relacionado con ellos. Por otro lado
vosotros habrán notado que las iniciaciones recibidas en Log:. en los
diferentes grados de la Mas:. Entran absolutamente dentro de este marco, pues
cada una de ellas se enlaza a una ceremonia durante la cual se nos prepara para
recibir las Instrucciones del grado en el que fuimos admitidos.
En el sentido más amplio, la iniciación mística
no se limita a las ceremonias que precedieron a los diferentes grados
simbólicos; corresponde igualmente a un proceso
interior que permanece año con año y que nos conduce a estar más conscientes,
no solamente del alma divina que nos anima, sino también a la inteligencia, del
orden y de la armonía que prevalecen en la Creación.
A través del estudio y la aplicación de las
Leyes y de los principios esotéricos que nos instruyen, el velo que separa
nuestra consciencia objetiva de nuestra consciencia espiritual se aparta
gradualmente. A esto le siguen las revelaciones en forma de experiencias
místicas, gracias a las cuales la Realidad Cósmica se nos presenta cada vez más
clara. En la mayoría de los casos, esta nueva comprensión se adquiere
progresivamente. Sin embargo, puede ser que se revele de golpe y que se parezca
a una Iniciación Cósmica, es decir a una Iniciación que el G:.A:.D:.U:. nos
confiere directamente.
¿Cómo
prepararse para una Iniciación Cósmica?...
No es únicamente estudiando e interiorizando
nuestros rituales o instrucciones recibidas
en los diferentes grados, aunque es un hecho que juegan un papel muy importante.
De hecho, es la vida misma que nos prepara para ella. En efecto, a lo largo de
nuestra vida cometemos errores de juicio y de comportamiento que, conscientemente
o no, nos hacen comprender y aprender de qué manera las Leyes Divinas obra en
nosotros y alrededor de nosotros. Mientras más vivimos en armonía con las Leyes
Divinas y trabajamos para nuestro perfeccionamiento, menos errores cometemos en
nuestra manera de pensar, hablar y actuar. Esto equivale a decir que mientras
más sabios somos, en el verdadero sentido de la palabra, menos nos oponemos al
Divino que está en nosotros, lo que da como resultado volvernos más receptivos
a la Iniciación Cósmica.
De acuerdo con la Ley del Karma, que también
conocemos como “Ley de la compensación”
o “Ley de Causas y Efectos”, todos nuestros errores de juicio y de
comportamiento se convierten tarde o temprano en las pruebas correspondientes durante
nuestra existencia. Pero Dios no es un Ser antropomórfico, y no es El quien
prescribe estas pruebas y nos las infringe. Tal forma actuar seria arbitrarias y
supondría que las Leyes Divinas actúan intencionalmente, es decir en oposición con
el principio de impersonalidad. Tomemos un ejemplo sencillo, si sufrimos de indigestión
después de haber ingerido una comida demasiada abundante, experimentamos
simplemente un “karma físico”, al que una causa menor, corresponde un efecto de
la misma naturaleza. En este caso, no es ni Dios ni el Cósmico el que nos
castiga, pues no hacemos más que “Cosechar lo que hemos sembrado”. El mismo
principio se aplica a todas las pruebas karmicas que conocemos, tengan su
origen en la vida actual o en una de nuestras encarnaciones pasadas.
¿En qué
momento se produce La Iniciación Cósmica?...
No Hay alguna edad para recibirla. Como lo
muestra la historia del misticismo, alguno Grandes Iniciados accedieron a ella
desde muy jóvenes, otros a la mitad de su vida, otros durante su vejez, otros
más unos días antes de su muerte. De hecho el tiempo importa poco en este
terreno, porque toda iniciación atañe al alma y no al cuerpo. Como Mas:.
Sabemos que se trata más que nada de una cuestión de predisposición interior.
En este sentido, el adagio que anuncia que “El maestro aparece cuando el Alumno
está listo” es muy significativo. Esto quiere decir que somos susceptibles de
recibir la Iniciación Cósmica desde el momento que nuestra alma personalidad o
el espíritu alcanza el nivel de consciencia deseado y que estamos listos para
aprovecharla al máximo, no solamente para nosotros mismos, sino también para
los demás.
Es de igualmente evidente que la Iniciación Cósmica
obedece a Leyes precisas y que ciertas circunstancias se presentan más que otras.
Aunque todo sea posible en el absoluto, no nos imaginamos recibirla en pleno
medio día, cuando estamos muy activos en el plano objetivo, cuando todo está
muy agitado a nuestro alrededor, o cuando estamos preocupados por algún
problema,… Por razones que cada uno comprenderá, tal experiencia tiene más posibilidades
de llegar cuando estamos en un estado interior favorable: En un periodo de
oración, de meditación, de ensoñación… con un contacto con la Jerarquía
Esotérica,…. Durante el estudio de algún libro místico,… durante la noche,
cuando dormimos, constituir igualmente un periodo privilegiado para vivir tal
Iniciación, pues entonces nos situamos en el plano del alma.
¿Cómo se
manifiesta la Iniciación Cósmica en los hechos?...
Según el caso, nos puede aportar la solución a
un problema mayor, alejar temores o angustias que nos afectan gravemente,
revelarnos nuestra verdadera misión en la vida,… También puede manifestarse a
través de un sentimiento inefable de Paz Profunda, es decir, por una quietud
interior indescriptible. En su expresión más elevada, se manifiesta por una
iluminación total y definitiva. Aquel que experimenta tal iluminación accede a
una comprensión aguda del Plan Divino.
Esto no quiere decir que de repente se vuelve
perfecto y que ha alcanzado el fin último de su evolución espiritual. Más bien
significa que su consciencia de abre a la Consciencia Cósmica y abraza las
Leyes más sublimes de la Creación, lo que equivale a decir que su
alma-personalidad o espíritu esta entonces en resonancia perfecta con el Alma
Universal.
En la literatura esotérica, se hacen referencia
a los “Iniciados” o a los “Grandes Iniciados” lo que supone una gran diferencia
entre los dos términos. Pienso que efectivamente existe una, en el sentido de
que podemos considerar que un Gran Iniciado es un Iniciado que ha recibido la
Iluminación, es decir la Iniciación Cósmica, en su más elevada expresión. Es
por lo tanto un iluminado en el sentido tradicional del término, porque su
consciencia es iluminada en permanencia por la Luz Divina.
En este sentido, Grandes Iniciados como
Zoroastro, Akhenatón, Buda, Jesús,
fueron iluminados. Como tales, tuvieron la misión entre los hombres y
encarnaron al Verbo Divino, pero también es cierto que fueron seres
excepcionales e insistieron en el hecho de que todos estamos destinados a
alcanzar el nivel de consciencia que ellos manifestaron. Debemos tomar de su
obra el deseo de proseguir incansablemente nuestra búsqueda y de consagrarnos
en cuerpo y alma a la Mas:. Mística……
Tomado de la revista: Dialogo Entre Masones Enero 2015
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