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miércoles, 20 de septiembre de 2017

La Iniciación Cósmica

La Iniciación Cósmica

CARLOS NAPOLEON DEL CARPIO

Christian Bernard, consagró dos capítulos a la Iniciación, uno para definir lo que  es, y el otro para explicar cómo prepararse. En relación al presente Tra:. Que  trata sobre la Iniciación Cósmica, les entrego un pasaje de “La Iniciación Mística (Definición)”.

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“independientemente de que tenga consciencia de ello o no, el fin  último del hombre es evolucionar hacia la Perfección y preparar su  alma para recibir el conocimiento de los misterios, ¿Cómo? Siguiendo el sendero de la Iniciación, ya que es el único que conduce al “Conócete a ti mismo” Pero, ¿En qué consiste la Iniciación Mística? ¿Dónde comienza? ¿Dónde termina? ¿Cuál es su objetivo? ¿Cuál es su naturaleza? Hay que empezar comprendiendo que la Iniciación no es algo puntual. No es un acontecimiento que pueda ser localizado en el tiempo. Es un proceso que continúa de encarnación en encarnación y que, después de un largo recorrido interior, debe conducir al hombre a su propia realización. Esto significa que cada pensamiento, cada palabra y cada acto es una iniciación pues todos forman parte de la Gran Obra que se realiza a través de nosotros desde la noche de los tiempos…

Esta vía ha sido trazada por todos los Iniciados que, en el transcurso de los siglos han legado a nuestra augusta Orden el fruto de los esfuerzos que debieron desplegar para hacer que la Iniciación Mística fuera algo tangible y transmisible. No todos estos Iniciados eran perfectos ni tampoco pretendían serlo aunque hubo muchos que lo consiguieron, ya que no se puede pasar la vida entera sembrando para otros las semillas de la Luz, sin recoger algún día los frutos de la propia Iluminación. Algunos alcanzaron el estado más alto de Iluminación, y desde entonces forman parte integrante de lo que tradicionalmente se ha denominado la “Gran Logia Blanca”. Paralelamente al servicio cumplido a favor del Alma Colectiva de la humanidad, se convirtieron en guardianes de la Tradición. Esta Misión Cósmica no les ha sido impuesta, la escogieron voluntariamente, puesto que al haber hecho de los ideales de la Orden la base de la mayoría de sus encarnaciones terrenales, son los más capacitados para vigilar que este ideal permanezca en toda su pureza y sea accesible a todos los buscadores de la buena voluntad.

Los señalamientos anteriores me llevan a definir ahora en qué consiste la Iniciación Suprema hacia la que se dirige todo iniciado. Como adeptos formamos parte de una Orden que, desde el día en que la Tierra fue iniciada en la Tradición Primordial, es una de las Organizaciones visibles a la que los Maestros Invisibles de la Gran Logia Blanca conceden constantemente su apoyo y su inspiración.

La Iniciación Suprema que podemos y debemos recibir en una de nuestras encarnaciones, es precisamente la que nos elevará del status de estudiante al de Maestro de la Gran Logia Blanca. Cuando lleguemos a ese estado de realización, comprenderemos que todas las corrientes tradicionales, de hecho, solo son cruces de los diferentes caminos sobre los que debe abrirse un único camino. Seremos uno con la Armonía Cósmica y, del plano de consciencia en el que nos encontremos, recibiremos el poder de manifestarla sobre la Tierra. Nos será revelado el conjunto del Plan de la Creación y conoceremos el éxtasis del que piensa, habla y actúa en el nombre de Dios y en beneficio de toda la humanidad”.
Christian Bernard (Siglo XX)

El Término “Iniciación”, en un sentido más tradicional, denota una “introducción a los Misterios Menores y Mayores”. En la antigüedad, la palabra “Misterio” no se refería a alguna cosa extraña, misteriosa u oculta. Se empleaba para designar una Gnosis, es decir un Conocimiento secreto que no era conocido ni del pueblo, ni de la religión oficial, sino únicamente de los Místicos, de los Iniciados. Esta Gnosis se refería a las Leyes Cósmicas, tal como se expresan en el Universo, en la naturaleza y en el hombre mismo. Ella era considerada sagrada, y para evitar que fuera profanada, era presentada solo a aquellos que habían experimentado pruebas las pruebas deseadas y que se habían comprometido a no revelar nada.

En este sentido, podemos decir que la Iniciación consistía y consiste todavía en preparar a un candidato para recibir una enseñanza que tiene un gran alcance místico y cuyo contenido debe permanecer confidencial.

En el sentido puramente etimológico, la palabra “Iniciación” proviene del latín “Initiare”, que podemos traducir como “Ser admitido (a hacer alguna cosa nueva)”  o “Comenzar (alguna cosa nueva)”. Al respecto, la vida del hombre es una sucesión de iniciaciones Tal como lo es en la Mas:. Iniciar a un candidato, iniciar en el Seg:. Gra:.; Iniciar en el Ter:. Gra:. Iniciar en el Ran:. De V:.M:.; de P:.V:.M:.; En los diferentes grados de los estudios del Real Arco o del Supremo Grado 33; como también lo es en la vida profana cuando aprendemos a caminar, a hablar, a escribir, en la Universidad, etc. Aplicada a una búsqueda mística, la iniciación marca el comienzo de un nuevo estudio relativo a los a los Misterios de la existencia y al Conocimiento relacionado con ellos. Por otro lado vosotros habrán notado que las iniciaciones recibidas en Log:. en los diferentes grados de la Mas:. Entran absolutamente dentro de este marco, pues cada una de ellas se enlaza a una ceremonia durante la cual se nos prepara para recibir las Instrucciones del grado en el que fuimos admitidos.

En el sentido más amplio, la iniciación mística no se limita a las ceremonias que precedieron a los diferentes grados simbólicos; corresponde igualmente a un  proceso interior que permanece año con año y que nos conduce a estar más conscientes, no solamente del alma divina que nos anima, sino también a la inteligencia, del orden y de la armonía que prevalecen en la Creación.

A través del estudio y la aplicación de las Leyes y de los principios esotéricos que nos instruyen, el velo que separa nuestra consciencia objetiva de nuestra consciencia espiritual se aparta gradualmente. A esto le siguen las revelaciones en forma de experiencias místicas, gracias a las cuales la Realidad Cósmica se nos presenta cada vez más clara. En la mayoría de los casos, esta nueva comprensión se adquiere progresivamente. Sin embargo, puede ser que se revele de golpe y que se parezca a una Iniciación Cósmica, es decir a una Iniciación que el G:.A:.D:.U:. nos confiere directamente.

¿Cómo prepararse para una Iniciación Cósmica?...

No es únicamente estudiando e interiorizando nuestros rituales o instrucciones  recibidas en los diferentes grados, aunque es un hecho que juegan un papel muy importante. De hecho, es la vida misma que nos prepara para ella. En efecto, a lo largo de nuestra vida cometemos errores de juicio y de comportamiento que, conscientemente o no, nos hacen comprender y aprender de qué manera las Leyes Divinas obra en nosotros y alrededor de nosotros. Mientras más vivimos en armonía con las Leyes Divinas y trabajamos para nuestro perfeccionamiento, menos errores cometemos en nuestra manera de pensar, hablar y actuar. Esto equivale a decir que mientras más sabios somos, en el verdadero sentido de la palabra, menos nos oponemos al Divino que está en nosotros, lo que da como resultado volvernos más receptivos a la Iniciación Cósmica.

De acuerdo con la Ley del Karma, que también conocemos como “Ley de la  compensación” o “Ley de Causas y Efectos”, todos nuestros errores de juicio y de comportamiento se convierten tarde o temprano en las pruebas correspondientes durante nuestra existencia. Pero Dios no es un Ser antropomórfico, y no es El quien prescribe estas pruebas y nos las infringe. Tal forma actuar seria arbitrarias y supondría que las Leyes Divinas actúan intencionalmente, es decir en oposición con el principio de impersonalidad. Tomemos un ejemplo sencillo, si sufrimos de indigestión después de haber ingerido una comida demasiada abundante, experimentamos simplemente un “karma físico”, al que una causa menor, corresponde un efecto de la misma naturaleza. En este caso, no es ni Dios ni el Cósmico el que nos castiga, pues no hacemos más que “Cosechar lo que hemos sembrado”. El mismo principio se aplica a todas las pruebas karmicas que conocemos, tengan su origen en la vida actual o en una de nuestras encarnaciones pasadas.

¿En qué momento se produce La Iniciación Cósmica?...

No Hay alguna edad para recibirla. Como lo muestra la historia del misticismo, alguno Grandes Iniciados accedieron a ella desde muy jóvenes, otros a la mitad de su vida, otros durante su vejez, otros más unos días antes de su muerte. De hecho el tiempo importa poco en este terreno, porque toda iniciación atañe al alma y no al cuerpo. Como Mas:. Sabemos que se trata más que nada de una cuestión de predisposición interior. En este sentido, el adagio que anuncia que “El maestro aparece cuando el Alumno está listo” es muy significativo. Esto quiere decir que somos susceptibles de recibir la Iniciación Cósmica desde el momento que nuestra alma personalidad o el espíritu alcanza el nivel de consciencia deseado y que estamos listos para aprovecharla al máximo, no solamente para nosotros mismos, sino también para los demás.

Es de igualmente evidente que la Iniciación Cósmica obedece a Leyes precisas y que ciertas circunstancias se presentan más que otras. Aunque todo sea posible en el absoluto, no nos imaginamos recibirla en pleno medio día, cuando estamos muy activos en el plano objetivo, cuando todo está muy agitado a nuestro alrededor, o cuando estamos preocupados por algún problema,… Por razones que cada uno comprenderá, tal experiencia tiene más posibilidades de llegar cuando estamos en un estado interior favorable: En un periodo de oración, de meditación, de ensoñación… con un contacto con la Jerarquía Esotérica,…. Durante el estudio de algún libro místico,… durante la noche, cuando dormimos, constituir igualmente un periodo privilegiado para vivir tal Iniciación, pues entonces nos situamos en el plano del alma.

¿Cómo se manifiesta la Iniciación Cósmica en los hechos?...

Según el caso, nos puede aportar la solución a un problema mayor, alejar temores o angustias que nos afectan gravemente, revelarnos nuestra verdadera misión en la vida,… También puede manifestarse a través de un sentimiento inefable de Paz Profunda, es decir, por una quietud interior indescriptible. En su expresión más elevada, se manifiesta por una iluminación total y definitiva. Aquel que experimenta tal iluminación accede a una comprensión aguda del Plan Divino.

Esto no quiere decir que de repente se vuelve perfecto y que ha alcanzado el fin último de su evolución espiritual. Más bien significa que su consciencia de abre a la Consciencia Cósmica y abraza las Leyes más sublimes de la Creación, lo que equivale a decir que su alma-personalidad o espíritu esta entonces en resonancia perfecta con el Alma Universal.

En la literatura esotérica, se hacen referencia a los “Iniciados” o a los “Grandes Iniciados” lo que supone una gran diferencia entre los dos términos. Pienso que efectivamente existe una, en el sentido de que podemos considerar que un Gran Iniciado es un Iniciado que ha recibido la Iluminación, es decir la Iniciación Cósmica, en su más elevada expresión. Es por lo tanto un iluminado en el sentido tradicional del término, porque su consciencia es iluminada en permanencia por la Luz Divina.
  
En este sentido, Grandes Iniciados como Zoroastro, Akhenatón, Buda,  Jesús, fueron iluminados. Como tales, tuvieron la misión entre los hombres y encarnaron al Verbo Divino, pero también es cierto que fueron seres excepcionales e insistieron en el hecho de que todos estamos destinados a alcanzar el nivel de consciencia que ellos manifestaron. Debemos tomar de su obra el deseo de proseguir incansablemente nuestra búsqueda y de consagrarnos en cuerpo y alma a la Mas:. Mística……


Tomado de la revista: Dialogo Entre Masones Enero 2015

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