EL DEDO DE DIOS Y EL PUÑAL DEL DIABLO
Yo, como la mayoría he tenido todas las estaciones dentro de mi, quiero decir que por mi cabeza han pasado todos los climas. Primaveras luminosas, donde la luz lo inundaba todo, todo eran promesas de días mejores y la venida del Conocimiento era solo cuestión de esperar, el tiempo pasito a pasito me darían la sabiduría porque la luz era diáfana. Creía.
Luego comenzaron a secarse los arroyos, los prados se tornaron monótonos y las flores que lo inundaban todo desaparecieron, el paisaje se tornaba baldío… mi primavera había desaparecido, la luz sublime y hermosa se torno cegadora y por momentos dolorosa. ¿Donde estaba aquella fuerza vivificadora llana de promesas?. ¿Donde aquel dios que lo inundaba todo y respondía en cada roca, en cada huevo, en cada flor, en cada canto, en cada gota de lluvia.
Poco a poco llegó el estío inmisericorde, el verano, días de calor y polvo, de dudas y desazones. Habría que emigrar, buscar otros valles donde la primavera aún hiciese correr los arroyos, la lluvia fuese mansa y las promesas de días mejores fueran certezas. Peregrinar en busca del Vellocino de oro, tener respuestas a mis dudas sobre las certezas, beber del Grial que saciase mi sed de inmortalidad… tener el conocimiento de ser hijo amado de Dios.
Nada. Contra más buscaba más desierto encontraba, no había oasis donde saciar mis certezas y el polvo de las dudas cegaban mis ojos.
La religión estaba enterrada entre montañas de libros, dios solo era un pensamiento imaginado, frente a la ciencia, frente al puñal duro y frío del diablo, puñal que cortaba, hería, curaba, y, que su lengua de acero podía ser tocada la mayoría de las veces.
El pensamiento abstracto de dios frente al puñal que actúa y es.
No hay reconciliación posible en este mundo, tal lo habrá habido en otra época pero no ahora. Eso sí, queda muy elegante hacer la ecuación de que son posturas complementarias, que sí son compatibles y todo eso. Creo que solo son disculpas para no ver la sequía.
Trataré de volar bajo para que se vea bien la matricula y al piloto, dejaré los altos vuelos abstractos para el hermano Cardinal.
Las páginas más bellas de la historia de la humanidad han sido inspiradas por la religión. Bach, el cuerpo desnudo de la diosa Nut arqueando la bóveda celeste en la tumba de los faraones… mi humilde y sublime románico, el silencio alfombrado de las mezquitas, el canto monótono del chaman junto a la hoguera o bien los pergaminos miniados del Beato de Liebana, o el Apocalipsis en la indescriptible fachada de Conques…. o el silente don del Buda.
¿Qué soy yo sino el trabajo de todo ello?. No reniego, lo asumo y lo amo.
Pero…
Pero si mezclas clorato potásico carbón y azufre en las proporciones adecuadas y acercas una llama tienes todas las posibilidades de que te vueles las manos, seas musulmán o católico de Sydney. A uno y a otro solo se lo tienes que explicar un par de veces para que lo entiendan. Simple. No importa ni el lugar ni la religión.
La religión te da mil, un millón de vueltas para que no lo entiendas o lo comprendas a la primera si no cuestionas el libro de turno.
Los cristianos primitivos nada tienen que ver con los cristianos de Justiniano, ni estos con los de Carlomagno, el cristianismo del siglo dieciocho está a larga distancia del pensamiento católico de 1920 y este del concilio Vaticano de Juan 23, y el del año 2000 sería completamente desconocido para San Ambrosio de Alejandría. Y hablo del cristianismo por poner un ejemplo que todos conocemos, podría servir para cualquier otra.
No logro entender porque tanto barullo para explicar lo inexplicable y justificar lo que no tiene justificación.
Pero lo entiendo,( y me explico). Lo entiendo porque yo he pasado por dicha desazón primaveral, donde la verdad era diáfana y los puntos de duda eran solo ligeros nubarrones de mi ignorancia. En el mejor de los casos el planteamiento era que todas poseían la verdad y que todo era cuestión de vías o caminos, las contradicciones a lo largo del tiempo y la historia eran pelillos sin importancia que había que ignorar por bien de la tranquilidad de la conciencia y del espíritu. No escarbes y así no encontrarás cadáveres, parecía ser la consigna. La religión es pensamiento y como pensamiento es ambiguo, polivalente y abstracto.
Algunos a estas alturas dirá que la ciencia también a cambiado con el paso del tiempo.
Que yo como científico medieval crea que la tierra es plana, o que el átomo como su propio nombre indica es indivisible, es solo una creencia, una hipótesis, no es ciencia, ciencia es hacer que las cosas, las hipótesis se repitan hasta el infinito independientemente de quien las realice sea musulmán, o negro ateo del Bronx.
La ciencia es aséptica, ni buena ni mala. Es.
Un día yo en mi ignorancia creía que la ciencia era mala, que el bien estaba en un gobierno teocrático y en un retorno a las fuentes. No seré yo quien arroje piedras a los que así crean, no lo haré porque yo también lo creí con sinceridad y solo era un sarampión de juventud, una mañana de primavera soñada.
No hay marcha atrás ni camino juntos, agarrados de la mano, eso son vendas en los ojos para reconciliar a todas las partes.
La terrible hermosura de una explosión nuclear, la insulina metabolizando la glucosa, la transformación del hidrógeno y el oxígeno en agua, la doble hélice del ADN, no están reñidos con las creencias religiosas dicen los religiosos. Si yo pregunto que soy me dicen unos, tu era carbono, oxigeno, hidrogeno, agua, calcio, hierro… química. Yo sé, ellos saben que no soy solo eso, hay algo más que pone todo eso en orden. Estoy vivo. Pregunto y me responden que no saben, que no saben porque una vez derrumbado el sistema no puede ponerse de nuevo en marcha, porque llegados a la fase de cadáver el proceso es irreversible. Hipótesis científicas muchas al respecto pero de ciencia nada. Los otros no, afirmarán categóricamente la validez de su verdad que dios el suyo está detrás de todo, si presionas te dicen que es una verdad revelada ¿A quién? Al iluminado de turno, al tocado por el dedo divino, al agraciado con la lotería cósmica de comprender lo incomprensible. Es cuestión de fe, y en algunos casos el dudar de la fe o el no comprender o el alzar la mano para preguntar supone que te apliquen la ciencia pura. Ec= V.m2, energía cinética es igual a masa por la velocidad al cuadrado, si la masa que tenemos es de cien gramos y por una reacción química la impulsamos a una velocidad de 850km/h y ponemos en su trayectoria kilo y medio de cerebro protegido por una carcasa de hueso, tenemos todas las posibilidades que el kilo y medio de materia se desparrame por el campo con dudosas posibilidades de que intervenga dios para detener el proceso. Quiero decir que el debate entre ciencia y religión es un tema estéril.
La ciencia es lo tangible, los hechos y las soluciones a problemas cotidianos o especulativos. La religión siempre es especulativa, emocional, de dudosa procedencia, es la satisfacción a las ansias de trascendencia de esa química ordenada que tiene la facultad de replicarse y que piensa. Por la ciencia pocos han muerto, por la religión, por el mío es más verdad que el tuyo, porque el mío nació en Belén y el tuyo lo encontraste debajo de un cesto, porque ya es hora de que creas por las buenas o por las malas, por el que mi dios es amor y el tuyo tiene cara de mono, por el que has corrido una coma en el texto del Libro sagrado, porque has quitado una coma en el libro sagrado, porque me ha tocado el dedo de dios y sé toda la verdad y nada más que la verdad… por todo ello te reunirás con el, con mi dios aunque tu no quieras.
La ciencia la podemos aplicar bien o mal, eso es problema de ética y de intereses, es neutra.
Los dioses y por ende la religión entran en la esfera de lo privado, no puede salir a la luz pública sin que conlleve la manipulación y la muerte, pues es condición humana el manipular para alcanzar el poder el sexo y el dinero, y si no somos conscientes de nuestras sombras, jamás distinguiremos nuestras luces.
No reniego de todo lo que de hermoso me ha dado el pensamiento religioso, de todas sus obras de cohesión social y aveces de poner freno a nuestro natural desenfreno, seguiré mostrando respeto ante la mezquita y seguirá mi espíritu, si es que lo tengo, emocionándose con la música de Bach, cantada con fe firme a dios, su dios, seguiré admirando la belleza de la diosa Nut arqueada sobre la bóveda de la tumba egipcia, defenderé la esencia de mi pensamiento occidental en los capiteles románicos y en los arcos ingrávidos de nuestro gótico que apuntan al cielo buscando la elevación del espíritu, sin complejos escribiré poemas a la Madre, a la Diosa, como lo hicieron mis antepasados del neolítico, hombres como nosotros, como yo, que se preguntaban esperanzados con cada invierno, si de nuevo regresaría la primavera.
Nada sé. Cada día dudo más, por eso tal vez esté con vosotros, para espantar mis propios fantasmas en compañía.
La ciencia me aporta bienestar, confort y satisface mi insaciable curiosidad, cada recodo es una nueva sorpresa, me sigue sorprendiendo el ver germinar las bellotas en Abril, y que mi móvil, de forma incomprensible me ponga en contacto con los que amo. Me reconforta que un hombre como yo si se lo pregunto con interés me responderá el porqué y el cómo funciona el chisme, sin especulaciones, sin dogmatismo y yo podré comprobarlo una y otra vez, sea lo que sea y piense lo que piense.
Me gustaría terminar con un poema que escribí hace algún tiempo, tiene de original que no es nada original, está dicho desde la oscuridad de nuestra especie, manoseado desde que el hombre alzó la vista en las noches estrelladas y vio de forma distinta la cambiante faz de la Luna.
Dentro de mi el me observa,
siempre callado,
siempre en silencio.
A veces pregunto:
-¿Quién eres?.
Y a veces responde:
– ¿Quién pregunta?.
https://centauro996.wordpress.com/2007/06/20/ciencia-y-religion/
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