AMIGOS DEL BLOG

sábado, 12 de diciembre de 2015

¿Qué sabemos sobre una antigua raza serpiente? (5)

¿Qué sabemos sobre una antigua raza serpiente? (5)

Rudy Rucker, en su novela Spaceland, demuestra las hazañas de un ser de cuatro dimensiones en un mundo tridimensional. El protagonista, tridimensional, encuentra seres cuadridimensionales que realizan “milagros“. Un uso útil de la analogía dimensional en visualizar la cuarta dimensión está en la representación de un objeto n+1 dimensional en la n dimensión. Por ejemplo, las pantallas de computadora son de dos dimensiones, y todas las fotografías de objetos tridimensionales son representadas en dos dimensiones, puesto que la información de la tercera dimensión, o de la profundidad, no puede ser representada por la pantalla. En este caso, la profundidad se quita y se substituye por la información indirecta. La retina del ojo está dotada de receptores de dos dimensiones, pero puede permitir que el cerebro perciba la naturaleza de objetos tridimensionales usando la información indirecta, como la perspectiva, el sombreado, visión binocular, etc.. La perspectiva, utilizada por los artistas, da profundidad tridimensional a los cuadros de dos dimensiones. Asimismo, los objetos en la cuarta dimensión se pueden proyectar matemáticamente a las tres dimensiones, donde pueden entonces ser examinados más convenientemente. En este caso, la retina de un ojo cuadridimensional tendría receptores tridimensionales. El ser hipotético con tal ojo percibiría la naturaleza de los objetos cuadridimensionales usando la información indirecta contenida en las imágenes que recibe en su retina. La proyección de la perspectiva a partir de cuatro dimensiones produciría efectos similares que en el caso tridimensional. Esto agregaría profundidad cuadridimensional a estos cuadros tridimensionales. La analogía dimensional también ayuda a entender tales proyecciones. Por ejemplo, los objetos de dos dimensiones son limitados por límites unidimensionales, ya que un cuadrado es limitado por cuatro bordes o líneas. Los objetos tridimensionales son limitados por superficies bidimensionales. Por ejemplo, un cubo es limitado por 6 cuadrados. Aplicando analogía dimensional, uno puede deducir que un cubo cuadridimensional, conocido como teseracto, es limitado por volúmenes tridimensionales. Y de hecho, matemáticamente, el teseracto está limitado por 8 cubos. Saber esto es indispensable para entender cómo interpretar una proyección tridimensional del teseracto.


Asimismo, el concepto de sombras puede ayudarnos a entender la teoría de cuatro dimensiones. Si proyectamos una luz sobre un objeto tridimensional, éste proyectaría una sombra de dos dimensiones. Por lo tanto la luz en un objeto de dos dimensiones echaría una sombra unidimensional, en un mundo de dos dimensiones, y la luz en un objeto unidimensional en un mundo unidimensional echaría una sombra cero-dimensional, es decir, un punto de no-luz. Esta idea se puede utilizar en la otra dirección; la luz en un objeto cuadridimensional proyectaría una sombra tridimensional. Si tenemos un cubo cuadridimensional iluminado con luz de 4 dimensiones, su sombra sería la de un cubo tridimensional dentro de otro cubo tridimensional. Un espectador cuadridimensional vería todos los puntos en nuestro espacio tridimensional simultáneamente, incluyendo la estructura interna de objetos sólidos y de cosas obscurecidos a nuestra vista. Sin comprender la naturaleza pluridimensional de la vida y el universo, es imposible comprender la posible manipulación de la Tierra por una fuerza no humana. El universo consta de un número infinito de frecuencias o dimensiones de vida que comparten el mismo espacio del mismo modo que lo hacen las frecuencias de radio y televisión. Actualmente nosotros estamos sintonizados al mundo tridimensional y, por tanto, esto es lo que percibimos como nuestra realidad. Pero, como con la radio y la televisión, todas las otras estaciones están transmitiendo al mismo tiempo. Y si movemos el dial de la radio o cambiamos el canal de la TV podremos conectarnos con ellas. Cuando hacemos esto, la estación o el canal a los que antes estábamos sintonizados no desaparecen, sino que continúan transmitiendo, pero nosotros no podemos escucharlo o verlo más porque ya no estamos en su longitud de onda. Así sucede también con la conciencia humana. Algunas personas pueden sintonizar su conciencia a otras longitudes de onda y conectarse con información y conciencia operando en esta frecuencia. Llamamos esto poder psíquico, pero es simplemente la habilidad de mover su “dial” a otra “estación“. Es desde una de estas otras estaciones o dimensiones, que la Raza Serpiente, los Anunaki, está supuestamente controlando este mundo. Pero, según Icke, los controladores reptiloides de la cuarta dimensión son controlados, a su vez, por entidades de la quinta dimensión. Pero, ¿dónde termina esta sucesión de controles? Es imposible saberlo. Pero, según Icke, hay pruebas de que la “estación” desde la que los reptiloides funcionan es el nivel más bajo de la cuarta dimensión, el más cercano a este mundo físico. En el mundo esotérico se conoce como la dimensión Bajo Astral, la residencia legendaria de demonios y entidades malévolas que se remonta a la antigüedad.

El Bajo Astral, entendido generalmente como el séptimo de los siete subplanos del mundo astral, es una dimensión llena de energías terribles en que pululan sombras, demonios, magos negros, etc… Resulta complejo explicar lo que es el plano astral. Para hacerlo es necesario empezar por el hecho de que en el Universo todo vibra, y esto se da tanto en el plano de la materia-energía que es objeto del conocimiento científico, como en planos o estados más sutiles en donde son otras las partículas, la energía y las leyes de causalidad. En este contexto, el plano astral no es un estado de conciencia o un espacio concreto, sino una dimensión. A su vez, este plano se divide a su vez en siete subplanos y cada uno de ellos tiene sus propias particularidades. El séptimo subplano del Astral, conocido como Bajo Astral, es el más bajo, siniestro y peligroso de todos. La brujería, las maldiciones, la llamada “mala suerte” y algunas extrañas enfermedades, encuentran en éste subplano la fuente de su energía. Una persona, a lo largo de su vida, puede ascender o descender dentro de los subplanos astrales, en función de la mayor o menor densidad de sus vibraciones energéticas. Así, las vibraciones más densas están vinculadas con los sentimientos, pensamientos y actos más bajos, mundanos, viles, malintencionados, etc… Contrariamente, los pensamientos elevados se asocian a sentimientos, pensamientos y actos de naturaleza opuesta, y conducen a la persona a vincularse con los subplanos astrales más elevados. De los siete subplanos del mundo astral, el séptimo es el único que podría ser considerado como una especie de infierno; y, de hecho, según la Teosofía, es este infierno vivido de forma diferente según las creencias y pensamientos de los sujetos. Es el subplano que ha dado lugar al mito cultural del infierno, entendido como un lugar de castigo, generalmente concebido como eterno. Es en el séptimo subplano donde se manifiestan las peores energías espirituales, tales como las energías del odio, del rencor, de la ira, del egoísmo, de las tendencias homicidas, de las más retorcidas perversiones, etc… A este subplano van a parar los genocidas, los maltratadores, etc… Este tipo de seres vagan por el séptimo subplano en medio del sufrimiento y, generalmente, también en medio de la confusión, intentando, cuando pueden, satisfacer sus bajos deseos captando a alguien en el mundo físico para, a través de algún mecanismo parasitario, satisfacer sus deseos.


Por su parte, el sexto subplano es menos denso y no está habitado por espíritus y entidades malas, en el sentido moral, sino meramente materialistas. De ese mismo modo, a medida que se asciende, los subplanos se vuelven menos densos y con mejores habitantes. Sin embargo, tanto el séptimo subplano como los primeros o los intermedios, no deben confundirse con el cielo, el infierno o algún otro lugar de morada permanente para el alma tras la muerte. Son meras dimensiones de tránsito en las que el alma permanece por un periodo limitado de tiempo, pues posteriormente avanza al plano mental y después se reencarna. Por último, cabe decir que el plano astral interpenetra nuestra realidad, la dimensión en que vivimos, y la influencia puede darse tanto desde nuestra dimensión hacia la astral, como desde la dimensión astral a la nuestra. Es desde el Bajo Astral que los satanistas actuales convocan a sus entidades demoníacas en sus rituales de magia negra. Según Icke, están en realidad convocando a los reptiloides de la cuarta dimensión inferior. Algunos investigadores sugieren que los reptiloides pudieron ingresar en nuestra dimensión a través de portales espacio-temporales causados por las pruebas y explosiones nucleares que empezaron en los desiertos de Nuevo México a comienzos de la década de 1940. Pero Icke cree que tales portales o agujeros empezaron a ser creados hace mucho tiempo, antes de los cataclismos antes mencionados del 11000 a.C., cuando el mundo estaba en una etapa tecnológica aún más avanzada que la actual. La corriente genética reptiloide opera en todo el universo, pero no todos son malévolos. Como sucede con la humanidad, incorporan un completo espectro de actitudes, desde amor hasta odio, desde libertad a control. Pero el grupo controlador al que nos referimos vino a la Tierra desde la constelación de Draco y otros lugares. Les gusta consumir sangre humana y son los conocidos como demonios chupa-sangre de la leyenda. Las historias de vampiros también hacen referencia a este hecho. El Conde Drácula simboliza los aristocráticos linajes híbridos reptiloides – humano que los reptiloides controlan desde la cuarta dimensión inferior. Y Drácula es una referencia evidente a la constelación de Draco. Los informes del chupacabra en Puerto Rico, México, Florida y Pacífico Noroeste concuerdan con la descripción reptiloide. Han sido vistos chupando la sangre del ganado, como cabras. El programa de hibridación, vía relaciones sexuales y manipulación genética, es descrito en las Tablillas Sumerias y en el Antiguo Testamento, en que se explica que los hijos de Dios se relacionaron con las hijas de hombres. Estos linajes híbridos se convirtieron en la realeza y las aristocracias en Europa, América, África, Asia, Australia, Nueva Zelanda, etc…

Los reptiloides operan a través de todas las razas, pero predominantemente la blanca. El astrónomo Carl Sagan tenía conocimiento de la situación verdadera, y se manifestó al respecto: “No hace ningún bien en absoluto ignorar el componente reptil de la naturaleza humana, particularmente nuestro comportamiento ritualístico y jerárquico. Al contrario, el modelo puede ayudarnos a comprender todo sobre los seres humanos“. En su libro Los Dragones de Edén, Sagan añade que incluso el lado negativo del comportamiento humano es expresado en términos de reptil, como cuando hablamos de asesinos a sangre fría. Sagan, que curiosamente al revés es el nombre de los dioses reptiles de India Oriental, los Nagas, claramente sabía mucho, pero decidió no revelar abiertamente lo que sabía. Cuando el feto humano se está formando pasa por muchas fases que se conectan con los puntos evolutivos en el desarrollo de la forma física actual. Éstas incluyen conexiones con mamíferos no primates, reptiles y peces. Hay un punto en el que el embrión desarrolla branquias. El embrión humano es exactamente como los de las aves, ovejas y cerdos hasta la octava semana, cuando sigue su propio camino evolutivo. Ocasionalmente las instrucciones genéticas dejan de recordar el guión y algunos bebés nacen con colas. Éstos son llamados apéndices caudales y se forman en la región lumbar baja. La mayoría es retirada inmediatamente por lo médicos, pero en algunos países más pobres, donde tal apoyo médico no está disponible, hay personas que viven todas sus vidas con colas. La feromona es la sustancia segregada y liberada por los animales para poder ser detectados por miembros de su misma especie. Los feromonas en mujeres humanas e iguanas concuerdan químicamente. El número de formas de vida, sólo en nuestra galaxia, está más allá de nuestra imaginación. Y ello sólo en el nivel tridimensional de la existencia. Si juzgamos la posibilidad, como hacemos, sólo por lo que vemos en un pequeño planeta situado en un pequeño sistema solar, nuestra visión de lo que realmente está pasando a este mundo será imposible. La idea de que una raza de tipo reptil esté controlando nuestro planeta desde otra dimensión es tan extraña que normalmente resulta incomprensible. Según Icke, en un viaje por los Estados Unidos, en 1998, conoció a más de una docena de personas distintas que le dijeron cómo habían visto a humanos transformarse en reptiloides y volverse humanos otra vez. Algo similar a lo que se explicaba en la serie televisiva V Invasión Extraterrestre, que fue una serie de televisión de ciencia ficción transmitida entre 1983 y 1985, producida en los Estados Unidos, escrita y dirigida por Kenneth Johnson.


En este serie se explica que extraterrestres humanoides, de apariencia prácticamente humana, llegan a la Tierra desde el cuarto planeta de la estrella Sirio, en una flota de 50 enormes platillos voladores que se posan sobre las principales ciudades del mundo. Parecen ser amigables y buscan la ayuda de los seres humanos para obtener ciertos productos químicos que necesitan en su propio planeta. A cambio, prometen compartir su avanzada tecnología con éstos. Los gobiernos del mundo aceptan y los extraterrestres ganan una gran influencia en las más altas esferas de poder del mundo. Sin embargo, rápidamente empiezan a pasar cosas raras. Por ejemplo, algunos científicos empiezan a encontrar hostilidad de parte de los medios de comunicación y restricciones legales en sus actividades y movimientos. Algunos de los más renombrados hombres de ciencia empiezan a orientarse hacia prácticas subversivas y conductas extrañas, como repentinamente volverse zurdos cuando toda su vida fueron diestros. Aquellos que investigan esta situación desaparecen sin dejar rastro. El periodista Michael Donovan se escabulle dentro de una nave nodriza de los Visitantes y descubre que, debajo de su disfraz humanoide, los extraterrestres son reptiles de preferencias carnívoras, con gusto marcado por roedores, aves y, en ocasiones, tarántulas. Cuando Donovan trata de denunciar esta situación, la transmisión es bloqueada y Donovan se convierte en un fugitivo buscado tanto por la policía como por los Visitantes. Conforme la serie avanza, se revelan las verdaderas intenciones de los Visitantes. Se trata de robar toda el agua de la Tierra y cosechar a la humanidad como fuente de alimento, dejando sólo unos pocos como esclavos y soldados, carne de cañón para las guerras que los visitantes tienen con otras razas extraterrestres. Los científicos son perseguidos para desacreditarlos, pues son los que probablemente se darían cuenta primero de las intenciones de los Visitantes, aunque también para distraer la atención humana hacia otros asuntos.

https://oldcivilizations.wordpress.com/2015/07/30/que-sabemos-sobre-una-antigua-raza-serpiente/

No hay comentarios:

Publicar un comentario