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martes, 15 de diciembre de 2015

La energía libre de Nikola Tesla, ¿es real o ficción? (1)

La energía libre de Nikola Tesla, ¿es real o ficción? (1)

Silenciados durante décadas, las dificultades energéticas que sufre el planeta en el siglo XXI está reavivando el interés, entre la propia comunidad científica, por los científicos heterodoxos. La existencia del éter y de la energía “punto cero”, antigravitatoria o el orgón sitúa el debate científico actual a un paso del espiritual. Aunque en las diferentes tradiciones espirituales siempre se ha creído en la existencia de esta energía ilimitada, Nikola Tesla fue el primer científico moderno que formuló una teoría sobre ella; a finales del siglo XIX la llamó “energía cósmica”. Y no se quedó ahí; incluso la llevó a la práctica. En 1931, el convertidor de energía de Nicola Tesla puso en funcionamiento un lujoso coche, marca Arrow, llevándolo hasta alcanzar los 128 km/hora. Con matices muy sutiles, la energía cósmica de Tesla ha sido rebautizada posteriormente como “energía taquiónica”.

 

Durante el siglo XX, la física cuántica volvió a emparentar a la ciencia con la alquimia. A la luz de experimentos hoy asumidos por la ciencia oficial, muchos conceptos se están redefiniendo, y otros, parecen difusos, por lo que nos movemos por terrenos movedizos. ¿Se imaginan lo que sería nuestro mundo si pudiésemos tener energía libre? SegúnNikola Tesla “La potencia eléctrica está presente por todas partes de forma ilimitada y puede hacer funcionar toda la maquinaria del mundo sin necesidad de carbón, petróleo, gas ni ningún otro combustible”. Albert Einstein nos dice: “La mayoría de las ideas fundamentales de la ciencia son esencialmente sencillas y por regla general pueden ser expresadas en un lenguaje comprensible para todos”. Y Arthur C. Clarke añade: “Cualquier tecnología suficientemente avanzada es indistinguible de la magia”. Ciencia y magia se confunden. 


La ciencia ha creado complejas formulas matemáticas, vocabularios oscuros y cajas negras para apartar al pueblo del poder de la tecnología. La energía taquiónica alberga similitudes con el “orgón” de Wilheim Reich. Ambas tienen connotaciones místicas, aunque el orgón está más relacionada con la vibración. El orgón o energía orgónica es una idea propuesta y promovida en la década de 1930 por el psicoanalista Wilhelm Reich (1897-1957), que creó originalmente ese término para describir una fuerza vital universal. La idea fue rápidamente desacreditada y descartada, y el consenso actual de la comunidad científica es que la teoría orgónica es un ejemplo de pseudociencia. Reich, originalmente parte del círculo de Sigmund Freud en Viena, creía que el concepto de libido de Freud tenía en realidad una base biológica, y desarrolló una práctica terapéutica ostensiblemente diseñada para liberar esta energía corporal, debido a que -de acuerdo a Freud- la salud mental dependía de un flujo libidinal sin inhibiciones. Esta teoría biofísica eventualmente culminó en el desarrollo del concepto de orgón (palabra derivada de la misma raíz que “organism” y “orgasmo”), que según Reich era una substancia sin masa y omnipresente, similar al éter, pero fuertemente asociada con la energía vital en lugar de la materia inerte.La orgonita es una sustancia compuesta por briznas de metal, cuarzo y resina de poliéster en proporciones aproximadamente iguales, que ordenaría y potenciaría esa energía según las tesis de Reich. El invento de la orgonita se atribuye al doctor Wilhelm Reich, quien habría descubierto una energía vital (conceptualmente similar al prana, qi, kundalini, etc. de diversas religiones y filosofías místicas orientales) presente en todas partes, pero que puede ser básicamente positiva o negativa, teniendo según esta polaridad efectos buenos o malos sobre los organismos vivos. Según su teoría, la orgonita “ordena” esa energía provocando consecuencias positivas en el entorno más inmediato. Existen diversos tipos de comunidades alrededor de este tema, algunas pertenecen a creencias minoritarias que emplean la orgonita como herramienta, otras buscan negocio con la venta de dispositivos de orgón, pero ninguna ha demostrado científicamente ninguna de las utilidades que le atribuyen a la orgonita. La orgonita y sus supuestos beneficios entrarían pues en el campo de la pseudociencia, ya que no existen estudios científicos fiables que lo puedan convertir en un campo científico comprobable, y experimentado según el método científico. El heterodoxo psicoanalista alemán, otro de los innombrables de la ciencia oficial, conoció en vida las mismas calamidades que otros heterodoxos como Tesla o Schumann. Su trabajo fue censurado por un organismo tan ajeno a las cuestiones científicas como el FBI. En esencia, los defensores de la energía “punto cero” argumentan, apoyándose en los fundamentos de la física cuántica, que “el espacio no es vacío, sino que está sumergido en un campo magnético muy concentrado, compuesto de partículas que se mueven más rápidamente que la luz y que constituyen una fuente de energía libre, situada fuera del campo electromagnético, independiente de la luz y el sol”. La ciencia oficial, por su parte, replica que, tanto en el interior del átomo como del cosmos, donde no hay materia (partículas, planetas o soles) existe vacío, es decir, no hay nada, incluido energía. Sin embargo, los experimentos con aceleradores de partículas y el descubrimiento de la antimateria han tendido un puente entre ambas posturas, que el Zen ya anticipó al sostener que “la naturaleza última es vacío” y “el todo está contenido en la nada”. Todo ello desemboca en varias preguntas filosóficas que hoy día dividen a los propios científicos: ¿el vacío es ausencia de materia pero también de energía?


En 1915 Reuters informó que Nikola Tesla y Thomas Edison compartirían el Premio Nobel de Física de aquel año. Numerosos medios informativos de todo el mundo publicaron esta noticia como verdadera. Sin embargo, la distinción jamás fue recibida por ninguno de estos dos científicos. Nadie conoce la verdadera historia, pero muchos creen que Nikola Tesla se negó a aceptar el premio. Su trabajo fue aprovechado por otros para generar fortunas; pero él vivió los últimos años de su vida en extrema pobreza y murió sin reconocimiento alguno. Si es verdad que Tesla rechazó el Premio Nobel, este hecho se debió seguramente a una cuestión de principios. Desde la perspectiva de Tesla, Edison era un simple inventor que desarrolló varios dispositivos científicos muy útiles. El se consideraba a sí mismo un descubridor de nuevos principios científicos, y sólo incidentalmente, un inventor. Según Tesla, un descubridor sobrepasaba en importancia a un inventor. Otros creen que fue Edison el que rechazó el premio. Quizás era un modo de manifestar su enojo por la renuncia de Tesla a la Compañía Edison y su ingreso a Westinghouse, la empresa competidora. ¿Quién era este genio tan admirado durante el siglo XIX? Nikola Tesla nació en 1856 en el seno de una familia serbia que vivía en una ciudad croata del sur del Imperio Austro-Húngaro. Su padre abandonó la carrera militar para convertirse en sacerdote de la Iglesia Ortodoxa Serbia. Si bien su madre no recibió educación formal alguna, era brillante y tenía una memoria excepcional. Tesla siempre decía que su madre era la fuente de sus capacidades intelectuales. Su materia favorita en la escuela eran las matemáticas. Si le daban a resolver un problema, no necesitaba de una pizarra o una hoja de papel. Tesla tenía la extraordinaria capacidad de registrar en su mente todos los pasos necesarios para solucionar el problema, como si él mismo lo hubiese inventado. Esta habilidad para resolver problemas matemáticos y visualizar diseños de ingeniería le fue de gran utilidad en distintas etapas de su vida. Nikola tenía una memoria prodigiosa y era un ávido lector. También aprendió varios idiomas. Esto le permitió acceder a textos escritos en diversas lenguas. Desde su más temprana edad, Tesla armaba complejos dispositivos mecánicos con cualquier material que tuviera disponible.




Durante su juventud se dedicó tanto al estudio que su familia temió por su salud. Su padre advirtió que la ingeniería, disciplina que requiere años de intensos estudios, y a la cual aspiraba Nikola, podía comprometer su bienestar físico y mental. Intentó convencerlo, entonces, de que tomara los hábitos religiosos. A lo largo de su carrera Tesla padeció diversas enfermedades generadas por su extremada dedicación al trabajo. A pesar de su debilidad física y de haber contraído malaria, Nikola completó exitosamente la carrera de ingeniero. Fue durante este período que Tesla decidió dedicar su vida a la experimentación eléctrica. Al retornar a su hogar, sus padres le manifestaron su preocupación, ya que su salud aún era débil, e insistieron nuevamente para que siguiera una carrera religiosa. Enseguida, Nikola recibió otros contratiempos al contraer cólera y recibir la llamada a filas del ejército de su país. Tesla se desanimó hasta el punto de estar al borde de la muerte. Sabía que de sobrevivir al cólera, debía entrar en el ejército y luego continuar una carrera religiosa. Se desesperanzó y en su lecho de enfermo estaba todo el tiempo malhumorado. Al percibir su estado, su padre se arrepintió y le dio permiso para que siguiera la carrera de ingeniería eléctrica. Mientras estaba en la Universidad, Tesla pensó que podría ser posible operar un motor eléctrico sin chispas. Pero el profesor le dijo que tal motor requeriría una perpetua moción, y por ello, era imposible. Tesla estaba determinado a probar que su profesor estaba equivocado. En ese tiempo (1889), a pesar de la mofas de los profesores, Tesla patentó el generador de corriente alterna. Durante esta década, investigó intensamente otros métodos de generación de energía, incluyendo un colector de partículas cargadas, patentado en 1891. Cuando el New York Times, en junio de 1902, publicó un artículo sobre un inventor que afirmaba que había inventado un generador eléctrico que no requería una fuente externa de combustible, Tesla le escribió a un amigo, que él ya había inventado tal dispositivo. Tesla pregonaba que la invención era un generador eléctrico que no consumiría ningún combustible. Tal generador sería su propio motor principal y era completamente imposible, según los científicos modernos.Por otro lado en aquella época todos “sabían” que una máquina más pesada que el aire no podía volar. Violaría las leyes de la física. Esta era la opinión aprendida de prácticamente todos los llamados expertos en la materia. Por ejemplo, Simon Newcomb declaró en 1901: “La demostración que ninguna combinación posible de sustancias conocidas, formas conocidas de máquinas y formas conocidas de fuerza, pueden ser unidas en una máquina práctica por la cual el hombre volaría largas distancias a través del aire”. Afortunadamente, unas pocas personas, como los Hermanos Wright no aceptaron tales pronunciamientos. Ahora aceptamos normalmente el vuelo de objetos más pesado que el aire. Ahora, físicos y otros científicos están diciendo cosas similares en contra de la idea de las tecnologías de energía libre. Utilizan términos negativos, tales como pseudociencia y moción perpetua. Y citan leyes físicas que aseveran que la energía no puede ser creada o destruida (1ª ley de la termodinámica), y hay siempre una disminución de la energía útil (2ª ley de la termodinámica). Las invenciones de energía libre son dispositivos que pueden captar un ilimitado suministro de energía del universo, sin quemar ninguna clase de combustible, creando la solución perfecta a la crisis mundial de energía y su contaminación asociada, degradación y destrucción del medio ambiente. Al contrario de los dispositivos solares o de viento, los dispositivos de energía libre necesitan poca o ninguna capacidad de almacenamiento de energía, porque pueden captar tanta energía como se necesite y cuando se necesite. Apropiadamente diseñados, los dispositivos de energía libre no tienen ninguna clase de limitaciones. En el periódico Brooklin Eagle, Tesla anunció, el 10 de Julio de 1931 que: “Yo he atrapado los rayos cósmicos y los he hecho operar un dispositivo de movimiento“. Qué son los rayos cósmicos? Nuestro planeta recibe constantemente una lluvia de partículas cargadas. Cada segundo 1000 partículas por metro cuadrado golpean las capas más exteriores de la atmósfera terrestre. Este flujo de partículas (llamado rayos cósmicos), proveniente en su mayoría de nuestra Galaxia, y consisten en un 90% de protones, 9% partículas alfa y el resto son núcleos más pesados que el hidrógeno. Desde épocas muy remotas, los astrónomos han observado la aparición repentina de estrellas en lugares donde antes no se veía ningún objeto astronómico. Estas estrellas nuevas o supernovas, se producen en una explosión termonuclear que proyecta una gran cantidad de partículas energéticas en el espacio interestelar. La fuente más importante de rayos cósmicos son las supernovas en nuestra galaxia.



El viento solar también contribuye al flujo de partículas que llegan a la Tierra. Cada segundo, el Sol emite un promedio de 300 mil toneladas de materia en forma de gas ionizado que sopla como un viento en una región que cubre todo el sistema solar. En cercanías de la Tierra el viento solar consiste de un flujo de 100 millones de protones y electrones por centímetro cuadrado cada segundo. La existencia del viento solar fue predicha en 1958 por las teorías del físico Eugene Parker de la Universidad de Chicago y fue directamente observado en 1961 por los detectores de la sonda espacial Explorer 10. Las partículas de mayor energía en los rayos cósmicos se originan en otras galaxias. Además de las supernovas, en una galaxia existen otras fuentes de partículas energéticas, tales como los agujeros negros, las estrellas pulsares y los núcleos galácticos activos. Los rayos cósmicos primarios que golpean las capas más externas de la atmósfera, sufren colisiones con los núcleos que allí se encuentran. De estas colisiones resultan lluvias de nuevas partículas elementales de todo tipo (como electrones, positrones, mesones pi, muones, etc) que eventualmente llegan a la superficie. Esta lluvia de rayos cósmicos secundarios puede alcanzar una extensión de varios kilómetros cuadrados. Los rayos cósmicos no se propagan en línea recta. Debido a que estos poseen carga eléctrica sus trayectorias son afectadas por el campo magnético terrestre. Una partícula cargada viajando en un campo magnético sigue una trayectoria curva o en forma de hélice. Los rayos cósmicos con energías dentro de un rango determinado quedan atrapados por el campo magnético, moviéndose en trayectorias en forma de hélice, en una región llamada cinturones de Van Allen, en honor de James Van Allen quien los descubrió en 1958. El confinamiento de partículas cargadas en regiones determinadas da origen a la emisión de luz en la atmósfera polar cuando éstas chocan con moléculas de aire. La luz así emitida generan las espectaculares aurora boreal o aurora austral.


Más tarde en el mismo artículo, Tesla dijo: “Hace más de 25 años, yo comencé con mis esfuerzos para atrapar los rayos cósmicos, y ahora puedo afirmar que he tenido éxito”. En 1933 hizo la misma afirmación en un artículo para el periódico New York American, bajo el título: Dispositivo para Atrapar la Energía Cósmica. En dicho artículo, Tesla afirmaba: “Esta nueva energía para conducir la maquinaria del mundo será derivada de la energía que opera el universo, la energía cósmica, cuya fuente central para la tierra es el sol, el cual está por todas partes presente, en cantidades ilimitadas”. Esto significaría que el dispositivo del que Tesla hablaba se debía haber construido antes de 1908. Casi con toda seguridad, la idea se le había ocurrido a Tesla años antes. Una información más exacta está disponible a partir de su correspondencia, ahora en la Biblioteca de la Universidad de Columbia. El 10 de junio de 1902, en una carta a su amigo Robert U. Johnson, editor de Century Magazine, Tesla incluyó un recorte de New York Herald del día anterior, en que hablaba de Clemente Figueras, un ingeniero experto en maderas y bosques, de las Islas Canarias, que inventó un dispositivo para generar electricidad sin quemar combustible. Lo que sucedió con Figueras y su generador sin combustible no se sabe, pero su anuncio en el periódico impresionó a Tesla, que en su carta a Johnson afirmaba que él ya había desarrollado tal dispositivo y revelado las leyes físicas subyacentes. Otras patentes estadounidenses, que habían sido archivadas, informaban de motores que operan exclusivamente con energía continua, aparentemente usando energía que circula a través del campo magnético de la tierra. Requieren una red de retroalimentación para poder ser operativos. Otra patente, descrita en la revista Ciencia y Mecánicas, en la primavera de 1980) requiere imanes especiales, pero no requiere ninguna retroalimentación. Tal motor podría operar un generador eléctrico o una bomba de calor reversible en cualquier hogar, todo el año y gratis.


Según Oliver Nichelson, quien ha hecho estudios extensivos de Tesla y sus máquinas de energía libre, dice que el dispositivo que, en principio, parece encajar mejor con las afirmaciones de Tesla, se encuentra en su patente para un “Aparato para Utilización de Energía Radiante”, nº 685,957, que fue solicitada el 21 de marzo de 1901, y concedida el 5 de noviembre de 1901. El concepto detrás del lenguaje técnico es aparentemente simple: una plancha aislada de metal es puesta lo más alto posible en el aire. Otra plancha de metal es puesta en el suelo. Un alambre va desde la placa de metal, a un lado del condensador y un segundo alambre va desde la plancha en el suelo hacia el otro lado del condensador. Partículas minúsculas de materia electrificada positivamente actúan sobre la plancha superior, transfiriendo continuamente una carga eléctrica a la misma. El terminal opuesto del condensador, conectado al suelo, puede ser considerado como un inmenso almacén de electricidad negativa. Una débil corriente fluye continuamente en el condensador y ya que las partículas se cargan a un potencial muy alto, esta carga del condensador puede continuar casi indefinidamente. Ahora llamaríamos a este dispositivo un panel solar-eléctrico. Aunque la invención de Tesla es muy diferente, lo más cercano en tecnología convencional es el foto-voltaje. Una diferencia radical es que los paneles solar-eléctricos convencionales tienen un substrato cubierto con silicón cristalino, mientras que el de Tesla usa silicón amorfo. Los paneles solares convencionales son caros. Pero el panel solar de Tesla es solo una plancha brillante de metal con un recubrimiento transparente de un material aislante. Se consigue que la energía solar cargue este condensador. Conectando alguna especie de dispositivo interruptor, para que pueda ser descargado a intervalos, ya se tendría una salida eléctrica. La patente de Tesla nos dice que es muy simple conseguir energía eléctrica. Mientras más grande sea el área de la plancha aislada, más energía se consigue. No obstante, esto es más que un panel solar, porque no necesariamente necesita luz solar para operar. También produce energía por la noche. Por supuesto, esto es imposible, según la ciencia oficial. Por esta razón, no se puede conseguir una patente de tal invento actualmente. El receptor de energía libre de Tesla se refiere al sol, así como a otras fuentes de energía, como los rayos cósmicos. El dispositivo funciona por la noche debido a la disponibilidad de rayos cósmicos durante la noche. Tesla también se refiera al suelo como un inmenso almacén de electricidad negativa.Tesla estaba fascinado por la energía radiante y sus posibilidades como energía libre. El llamó al radiómetro de Crooke un bellísimo invento. El radiómetro de Crookes o molinillo de luz (light-mill) es un dispositivo inventado en 1873 por el químico Sir William Crookes. Consiste en cuatro brazos que sostienen cada uno un álabe o placa en sus extremos, pintados de blanco de un lado y de negro del otro. Los cuatro brazos que soportan las placas están suspendidos en una aguja y sostenidos por un eje de vidrio para disminuir en lo posible la fricción. Este molinito se encuentra dentro de una esfera de vidrio sellada y en la que se ha realizado un vacío no total. Los álabes rotan al ser expuestos a luz, siendo más rápido el giro cuanto más intensa es la luz incidente. Eso proporciona una medida cuantitativa de la intensidad de la radiación electromagnética. La explicación de la rotación de este dispositivo ha sido históricamente el motivo de mucha controversia científica. Crookes tuvo la idea a raíz de algunas investigaciones químicas que realizaba. En el curso de experimentos químicos que exigían medidas cuantitativas muy precisas, se hallaba pesando muestras en una cámara a vacío parcial, con el objeto de reducir el efecto de las corrientes de aire. De pronto, notó que el valor de las pesadas era perturbado cuando sobre la balanza incidía luz solar. Investigando ese efecto, creó el dispositivo que lleva su nombre. Todavía se fabrican y venden radiómetros de Crookes con propósitos recreativos o didácticos. Tesla creía que se volvería posible atrapar energía directamente conectándose a la misma rueda de la naturaleza. Este parece un diseño que parecería cumplir con su afirmación de haber desarrollado un generador sin combustible, energizado por los rayos cósmicos. Pero, en 1900, Tesla escribió su artículo más importante, que describe como una máquina auto-activante que hallaría energía en el medio ambiente, un generador sin combustible diferente de su Dispositivo de Energía Radiante. El artículo “El Problema de Incrementar la Energía Humana – A Través del Uso del Sol”, fue publicado por su amigo, Robert Johnson en la revista mensual El Siglo (The Century), en su edición de junio de 1900. El título del capítulo en donde el discute su dispositivo es “Una Salida de Métodos Conocidos – Posibilidad de una Máquina o Motor “Automático” inanimada”. Tesla afirmó que comenzó a pensar acerca de la idea cuando leyó una declaración hecha por Lord Kelvin, quien dijo que era imposible construir un mecanismo capaz de abstraer calor del medio circundante y operar por este calor. Tesla tuvo la visión de un paquete muy largo de barras de metal, extendiéndose desde la Tierra al espacio exterior.La tierra es más cálida que el espacio exterior, por lo cual el calor sería conducido por las barras a lo largo como una corriente eléctrica. Entonces, todo lo que sería necesario sería un cable de energía muy largo que conectara los dos extremos de las barras de metal a un motor. El motor continuaría funcionando hasta que la tierra se enfriase a la temperatura del espacio exterior. Por supuesto, ahora no necesitaríamos un cable de energía para conectar los dos extremos, ya que servirían las microondas. Este sería un motor que estaría enfriando una porción del medio, por debajo de la temperatura del entorno. Y sería operado por el calor abstraído. Es decir, produciría energía directamente del ambiente, sin consumir ningún material. Tesla continúa describiendo cómo trabajó en el desarrollo de tal dispositivo de energía. Comenzó a pensar sobre derivar energía directamente del ambiente cuando estuvo en París, durante 1883. Pero fue incapaz de hacer avanzar la idea durante varios años, debido a la salida comercial de sus generadores de corriente alterna y motores. No fue hasta 1889 cuando, de nuevo, tomó la idea de la máquina automática. En 1893, Tesla obtuvo una patente de una bobina eléctrica (“Bobina para electro-imanes”) que era la candidata ideal para ser un extractor de energía no-mecánico. Es un curioso diseño, nada parecido a una bobina ordinaria, que se hace mediante un alambre que se dobla en forma de tubo. El de Tesla utiliza dos alambres puestos uno al lado del otro, pero con el extremo del primero conectado al comienzo del segundo. En la patente, Tesla explica que esta doble bobina almacenará muchas veces la energía de una bobina convencional. La patente, sin embargo, no da pista de lo que puede haber sido su capacidad. En un artículo para la Revista Century Magazine, Tesla compara la energía extraída del ambiente al trabajo de otros científicos que estaban intentando condensar los gases atmosféricos en líquidos. En particular citó el trabajo del Dr. Karl Linde, que descubrió lo que Tesla describió como un método auto-enfriador para licuar el aire. Como dijo Tesla, “Esta es la única prueba experimental que yo estaba todavía queriendo, que la energía era obtenible del medio, del modo contemplado por mí”.


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