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miércoles, 3 de enero de 2018

La Masonería Tiene La Obligación De Ser Élite

La Masonería Tiene La Obligación De Ser Élite


Decir que la masonería tiene la obligación de ser élite puede que suene presuntuoso al presentarlo de forma afirmativa, aunque tal afirmación no deja de reflejar la forma que debiera adoptar el proceso de aceptación de quienes llaman a sus puertas.

Ahora bien, ¿implica esa afirmación que la masonería deba ejercer algún tipo de discriminación que vaya más allá de la propia capacidad innata o adquirida del individuo?¿se trataría de efectuar la selección de quien llama a la puerta mediante una valoración de las personas en función de aspectos académicos, económicos, sociales … o de considerar más bien la posesión de determinados valores o su actitud y disposición para adquirirlos y transmitirlos? La respuesta, no me cabe la menor duda, se encuentra en la segunda proposición de esta pregunta. Importa más la actitud que cualquier otra consideración, importa sobre todo la actitud.

La masonería, incluso en aquellos lugares en los que presenta una mayor pujanza, ni es ni será un grupo socialmente mayoritario tanto por las propias características de la Institución como por las exigencias que conlleva la pertenencia a la misma si se asumen hasta las últimas consecuencias sus postulados. En este sentido estaríamos en la eterna cuestión entre el estar y el ser aunque esta sea, obviamente, otra historia.

Para algunos autores estudiosos del fenómeno masónico la Institución sería una “Escuela de formación de ciudadan(as)os” y no cabe la menor duda de que esto podría ser así únicamente si entendemos el concepto de ciudadano/a como la adopción de una actitud crítica ante los fenómenos sociales y el compromiso personal, en la medida de las posibilidades de cada cual, para hacer realidad los cambios propugnados por una Institución que se sustenta en los principios de Libertad, Igualdad y Fraternidad y que persigue obtener para todos los seres humanos el más alto desarrollo moral, intelectual y espiritual.

Dado que la expresión máxima del concepto de ciudadanía, tal y como yo lo entiendo, es tratar de ser una persona capaz de adoptar una posición crítica y así examinar la realidad de una forma alejada del discurso dominante, sea este el que sea, y enconsecuencia articular una respuesta para que aquellos a quienes se llegue -nuestro propio entorno por reducido que sea sería suficiente- sean capaces de reflexionar poniendo en cuestión el pensamiento único para conseguir liberarse de la opresión intelectual que supone el moverse dentro de aquello que se considera políticamente correcto y que, en el fondo, no es más que una forma de sometimiento sutil.

En definitiva, y es mi opinión, eso debe ser la masonería, eso deben ser nuestras logias, lugares de reflexión, escuelas de formación capaces de generar un discurso crítico que haga posible liberar a una sociedad abotargada, embrutecida y cada vez más castrada a la hora de pensar. No tenemos la exclusiva, por supuesto, pero sí tenemos la obligación de que en nuestros talleres se formen mujeres y hombres comprometidas y comprometidos y capaces de realizar esa tarea.

¿Puertas abiertas para todas y todos? Sí, si se presentan con la actitud de cumplir con esa expectativa, la de formarse para llevar adelante esa tarea de dar Luz en una sociedad cada vez más a oscuras. Cada cual lo logrará en función de sus capacidades y a quien da lo que tiene nada más se le puede exigir. Lo inadmisible es tener un coro mudo tanto en la reflexión interna como en la externa

https://masoneriamixta.es/2017/08/la-masoneria-la-obligacion-elite/#.WkPmuVXiaM8

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