GENESIS 6: La Tierra se Corrompió
Hay muchas teorías extrañas sobre los primeros versículos del capítulo seis de Génesis, tales como historias de extraterrestres o ángeles caídos.
(Génesis 6:1-4) Y aconteció que cuando los hombres comenzaron a multiplicarse sobre la faz de la tierra, y les nacieron hijas, (2) los hijos de Dios vieron que las hijas de los hombres eran hermosas, y tomaron para sí mujeres de entre todas las que les gustaban. (3) Entonces el SEÑOR dijo: No contenderá mi Espíritu para siempre con el hombre, porque ciertamente él es carne. Serán, pues, sus días ciento veinte años. (4) Y había gigantes en la tierra en aquellos días, y también después, cuando los hijos de Dios se unieron a las hijas de los hombres y ellas les dieron a luz hijos. Estos son los héroes de la antigüedad, hombres de renombre.
Pero la Biblia es la historia de la Tierra, no de galaxias lejanas. Los ángeles no son seres sexuales como el ser humano. No tenemos que acudir a la ciencia ficción para entender el mensaje. Hay una simple explicación relacionada con el contexto. En los capítulos anteriores, encontramos los linajes de Caín y de Set, cada cual tomando un curso diferente. Unos se pervirtieron, mientras que los otros procuraron mantener el vínculo con Dios.
Pero con el paso del tiempo, los dos linajes que se habían mantenido separados, comenzaron a mezclarse. Lo que está claro a lo largo de la Biblia es que la mezcla no es buena, debido a la contaminación resultante.
(II Corintios 6:14) No estéis unidos en yugo desigual con los incrédulos, pues ¿qué asociación tienen la justicia y la iniquidad? ¿O qué comunión la luz con las tinieblas?
(Deuteronomio 7:3-4) Y no contraerás matrimonio con ellos; no darás tus hijas a sus hijos, ni tomarás sus hijas para tus hijos. (4) Porque ellos apartarán a tus hijos de seguirme para servir a otros dioses; entonces la ira del SEÑOR se encenderá contra ti, y El pronto te destruirá.
(Esdras 9:1-3) Y acabadas estas cosas, se me acercaron los príncipes, diciendo: El pueblo de Israel, los sacerdotes y los levitas no se han separado de los pueblos de las tierras y sus abominaciones: de los cananeos, hititas, ferezeos, jebuseos, amonitas, moabitas, egipcios y amorreos; (2) sino que han tomado mujeres de entre las hijas de ellos para sí y para sus hijos, y el linaje santo se ha mezclado con los pueblos de las tierras; es más, la mano de los príncipes y de los gobernantes ha sido la primera en cometer esta infidelidad. (3) Y cuando oí de este asunto, rasgué mi vestido y mi manto, y arranqué pelo de mi cabeza y de mi barba, y me senté atónito.
El problema de mezclarse es que el mal contamina el bien, así como una gota de veneno en un vaso de agua pura lo convierte en contaminado, y hasta peligroso.
(I Corintios 5:6) Vuestra jactancia no es buena. ¿No sabéis que un poco de levadura fermenta toda la masa ? (otra ref. Gal. 5:9)
(I Corintios 15:33) No os dejéis engañar: Las malas compañías corrompen las buenas costumbres.
Esto fue lo que sucedió al inicio de la historia de la humanidad. El linaje de Set (las hijas de Dios) se mezcló con el de Caín.
(Génesis 6:4-5) Y había gigantes en la tierra en aquellos días, y también después, cuando los hijos de Dios se unieron a las hijas de los hombres y ellas les dieron a luz hijos. Estos son los héroes de la antigüedad, hombres de renombre. (5) Y el SEÑOR vio que era mucha la maldad de los hombres en la tierra, y que toda intención de los pensamientos de su corazón era sólo hacer siempre el mal.
Si el linaje de Set se estaba mezclando con el de Caín, pronto ya no quedaría nadie que invocara el nombre de Dios sobre la faz de la Tierra.
(Génesis 6:6-8) Y le pesó al SEÑOR haber hecho al hombre en la tierra, y sintió tristeza en su corazón. (7) Y el SEÑOR dijo: Borraré de la faz de la tierra al hombre que he creado, desde el hombre hasta el ganado, los reptiles y las aves del cielo, porque me pesa haberlos hecho. (8) Mas Noé halló gracia ante los ojos del SEÑOR.
La destrucción de la humanidad suena drástico, pero Dios sabía que si no salvaba al único hombre justo que quedaba, la humanidad se contaminaría por completo y se destruiría a si misma.
(Génesis 6:9) Estas son las generaciones de Noé. Noé era un hombre justo, perfecto entre sus contemporáneos; Noé andaba con Dios.
RAZONES DEL DILUVIO
La Torá menciona dos razones por las que Dios decidió mandar el Diluvio.
1) Maldad del hombre:
(Gen. 6:5-7) Y el SEÑOR vio que era mucha la maldad de los hombres en la tierra, y que toda intención de los pensamientos de su corazón era sólo hacer siempre el mal. (6) Y le pesó al SEÑOR haber hecho al hombre en la tierra, y sintió tristeza en su corazón. (7) Y el SEÑOR dijo: Borraré de la faz de la tierra al hombre que he creado, desde el hombre hasta el ganado, los reptiles y las aves del cielo, porque me pesa haberlos hecho.
La corrupción del hombre no sólo contamino a la humanidad, sino al resto de la creación, que fue dejada a cargo del hombre…
2) Corrupción de la tierra:
(Gen. 6:11-13) Y la tierra se había corrompido delante de Dios, y estaba la tierra llena de violencia. (12) Y miró Dios a la tierra, y he aquí que estaba corrompida, porque toda carne había corrompido su camino sobre la tierra. (13) Entonces Dios dijo a Noé: He decidido poner fin a toda carne, porque la tierra está llena de violencia por causa de ellos; y he aquí, voy a destruirlos juntamente con la tierra.
Dadas estas circunstancias, Dios decidió destruir la creación y comenzar de nuevo.
LE PESÓ
La Biblia dice que a Dios “le pesó” haber creado al hombre.
(Génesis 6:6) Y le pesó al SEÑOR haber hecho al hombre en la tierra, y sintió tristeza en su corazón.
Algunas versiones dicen que “Dios se arrepintió”, pero sabemos que no es así.
(Números 23:19) Dios no es hombre, para que mienta, ni hijo de hombre, para que se arrepienta. ¿Lo ha dicho El, y no lo hará?, ¿ha hablado, y no lo cumplirá?
La palabra que se traduce como pesar o arrepentirse en este versículo, en el original en hebreo esNajam, que también se puede traducir como: lamentar, consolar, tener compasión o piedad.
La percepción general del Diluvio es que es un castigo y juicio…y en parte es así. Pero no podemos quitar el elemento de compasión de esta historia. Dios no envió el juicio sin antes haberle dado a la humanidad la oportunidad de arrepentirse. Los muchos años que a Noé le tomó construir el Arca sirvieron para darle tiempo a la humanidad de volverse de su maldad…pero no lo hicieron.
La misericordia se extendió y se extendió, hasta que sólo quedaba una familia que temía a Dios. Por lo tanto, decidió sacar “el cáncer” del mundo, y salvar los únicos miembros relativamente sanos que quedaban en el mundo. La medicina sería: el Diluvio.
PLAN DE SALVACIÓN
Dios le reveló a Noé su Plan de destruir todo el mal y la corrupción del mundo, pero también le reveló la forma en que podrían salvarse—quienes creyeran.
(Génesis 6:13-14) Entonces Dios dijo a Noé: He decidido poner fin a toda carne, porque la tierra está llena de violencia por causa de ellos; y he aquí, voy a destruirlos juntamente con la tierra. (14) Hazte un arca de madera de ciprés; harás el arca con compartimientos, y la calafatearás por dentro y por fuera con brea.
El Arca sería el vehículo de salvación. El Señor les dio instrucciones específicas para hacerla. Pero hay un detalle interesante que no debemos pasar por alto. Dios pidió que se “calafateara el arca por dentro y por fuera con brea”. En hebreo, hay un juego de palabras, con implicaciones proféticas. “Calafatear” (heb. Kafar) y “Brea” (heb. Kofer) vienen de la misma raíz que “Kippur”, que literalmente significa “Expiación”.
Así como la brea protegió a los que estaban dentro del Arca en el juicio del Diluvio, también cuando venga el juicio final serán salvos lo que se hayan “calafateado” con la sangre del Cordero de Dios.
(Romanos 3:23-26) por cuanto todos pecaron y no alcanzan la gloria de Dios, (24) siendo justificados gratuitamente por su gracia por medio de la redención que es en Cristo Jesús, (25) a quien Dios exhibió públicamente como propiciación por su sangre a través de la fe, como demostración de su justicia, porque en su tolerancia, Dios pasó por alto los pecados cometidos anteriormente, (26) para demostrar en este tiempo su justicia, a fin de que El sea justo y sea el que justifica al que tiene fe en Jesús.
SALVOS POR FE
Noé se salvó por fe.
(Hebreos 11:7) Por la fe Noé, siendo advertido por Dios acerca de cosas que aún no se veían, con temor preparó un arca para la salvación de su casa, por la cual condenó al mundo, y llegó a ser heredero de la justicia que es según la fe.
Noé era justo y temeroso de Dios, pero no era perfecto. Él y su familia se salvaron por fe. Fue advertido de algo que no veía, pero con temor se preparó para salvarse él y su casa.
Noé se salvó por fe, no por obras (no por ser perfecto). Pero sus obras (su obediencia en hacer todo lo que Dios le dijo) dieron testimonio de su fe. Lo mismo es para con nosotros el día de hoy.
Luego del Diluvio, Dios dijo que haría un pacto con Noé y sus descendientes.
(Génesis 6:17-18) Y he aquí, yo traeré un diluvio sobre la tierra, para destruir toda carne en que hay aliento de vida debajo del cielo; todo lo que hay en la tierra perecerá. (18) Pero estableceré mi pacto contigo; y entrarás en el arca tú, y contigo tus hijos, tu mujer y las mujeres de tus hijos.
Noé creyó e hizo todo lo que Dios le mandó.
(Génesis 6:19-22) Y de todo ser viviente, de toda carne, meterás dos de cada especie en el arca, para preservarles la vida contigo; macho y hembra serán. (20) De las aves según su especie, de los animales según su especie y de todo reptil de la tierra según su especie, dos de cada especie vendrán a ti para que les preserves la vida. (21) Y tú, toma para ti de todo alimento que se come, y guárdatelo, y será alimento para ti y para ellos. (22) Y así lo hizo Noé; conforme a todo lo que Dios le había mandado, así hizo.
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