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martes, 3 de julio de 2012

HERBERT ORE: EL LIBERTADOR DON JOSE DE SAN MARTIN ( II )

Herbert Oré Belsuzarri.

EL LIBERTADOR DON JOSE DE SAN MARTIN ( II )

Organizada la logia Lautaro, llegó a servir de enlace de los trabajos entre él y el Director Supremo Juan Martín de Pueyrredón, también hermano de la orden. Tal era la importancia que San Martín concedía a la logia, que estableció en todas partes adonde se dirigía y organizó las sociedades secretas en Mendoza, Córdoba. Santa Fe, Chile, Perú. Todas ellas denominadas Lautaro y manteniendo entre sí activa coordinación y cooperación, mientras se preparaban las fuerzas que irían sobre el Perú, para destruir el foco más poderoso de la resistencia colonial y donde también habría de fundar la Lautaro en Lima. Todas ellas con los mismos principios y constitución que la Lautaro porteña, a la que habían de someterse O’Higgins en Chile y el propio San Martín en Lima, como encargados del poder ejecutivo de estos países.

No solo las logias lautarinas fundó San Martín, también fundó la logia del Ejército del Norte, donde Belgrano fue iniciado y que a su vez creó la Logia Argentina de Tucumán, sino también la del Ejército de los Andes, con sus más dilectos compañeros de armas.

Luego del histórico abrazo de Guayaquil con Simón Bolívar, con intervención de la Logia Estrella de Guayaquil, inicia su retiro, despojándose San Martín del mando supremo en Perú, para radicarse en Bruselas, donde se incorporó a la Logia La Perfecta Amistad.

En honor de San Martín, esa logia mandó acuñar una medalla de plata cuyo facsímil se encuentra en la masonería argentina. Además, el capítulo Rosacruz "Los Amigos de Bruselas" hizo acuñar otra medalla, cuyo original se encuentra en el Museo Mitre. Estas medallas tienen la particularidad de mostrar a San Martín de perfil y son debidas a un distinguido masón, el artista europeo Henri Simons.

Masones son sus amigos íntimos, masones son los principales oficiales de su ejército y masones son sus compañeros de militancia política. Las máximas para su hija tienen el tono de la retórica masónica; su testamento utiliza los términos clásicos de los masones de su tiempo.

Antes de morir, el Gral. Don José de San Martin, redacto 12 máximas para entregar a su hija, para que recorra el resto de su vida.

1° Humanizar el carácter y hacerlo sensible aun con los insectos que nos perjudican. Stern ha dicho a una Mosca abriendo la ventana para que saliese: Anda, pobre Animal, el Mundo es demasiado grande para nosotros dos.
2° Inspirarla amor a la verdad y odio a 1a mentira.
3° Inspirarla gran Confianza y Amistad pero uniendo el respeto.
4° Estimular en Mercedes la Caridad con los Pobres.
5° Respeto sobre la propiedad ajena.
6° Acostumbrarla a guardar un Secreto.
7° Inspirarla sentimientos de indulgencia hacia todas las Religiones.
8° Dulzura con los Criados, Pobres y Viejos.
9° Que hable poco y lo preciso.
10° Acostumbrarla a estar formal en la Mesa.
11° Amor al Aseo y desprecio al Lujo.
12° Inspirarla amor por la Patria y por la Libertad.

Como masón practico la proverbial reserva, el secreto con el que rodean sus actos y la discreción de sus declaraciones, estas actitudes corresponden a la clásica disciplina personal de los masones. Desconocer esta relación de San Martín es una torpeza o algo peor. En todos los casos, ninguna de las consideraciones que se hagan en esa línea alcanza a ocultar lo evidente. San Martín, como muchos guerreros de la Independencia, fue masón. Para bien o para mal, pero es lo que fue. Sus pares fueron Francisco de Miranda, Militar y Político; Gustavo Córdova Valenzuela, Docente Universitario y Periodista; El Gral. Simón Bolívar, Masón y Libertador; El Gran Mariscal de Ayacucho Antonio José de Sucre y Alcala, Triunfador en la Batalla de Junín y Ayacucho; Bernardo O´Higgins Riquelme, Político y Militar y muchos otros nombres más como los peruanos José de la Riva Agüero, Marquez de Goyoneche, Marquez de San Miguel , José de Torre Tagle , Vizconde de San Donal, Beringoaga , José Baquijano y Carrillo Conde de Vista Florida , José Matías Vásquez de Acuña, Conde de la Vega del Ren, Mariano José de Arce, Martín George Guisse, Hipólito Unánue, Francisco de Zela, León La Chica, Francisco López Aldana, Miguel Tafur, José de la Mar, Francisco de Paula Quiroz, Francisco Javier de Luna Pizarro, Toribio Rodríguez de Mendoza, Bartolomé de las Heras, José Faustino Sánchez Carrión, Francisco Javier Mariátegui y Telleria, Bernardo Monteagudo, Mariscal Juan Millar, Manuel Péres de Tudela, José Joaquin Olmedo y Cecilio Tagle.

Los masones que participan en la Independencia de los países de Sudamérica, constituyen una pleyade a los que sumamos: José Gabriel Condorcanqui “Tupac Amaru”, Mateo Pumacahua, Francisco de Zela, los hermanos Catari, Julian Apaza “Tupac Catari”, Mariano Moreno, Santiago Nariño, Andrés Bello, Luís Méndez, José Miguel Carrera, Tomas Guido y Manuel Belgrano, que bebieron del fuego idealista de Miranda y  fue sellada en la Batalla de Ayacucho. Estos héroes de mil batallas o combates, llevaban junto a la espada, lanza o fusil, el Mandil, la Escuadra y el Compás. (Herbert Oré Belsuzarri, El Origen de la Masonería, 2010, Lima Perú, Pág. 80 http://es.scribd.com/doc/55441603/La-Masoneria-en-el-Peru)

San Martín estuvo en contacto con la masonería inglesa. En esta versión, según Lappas, afirma que Sir Charles Stuart participó con San Martín en la fundación de la Logia de Caballeros Racionales Nro. 7 de Londres. En esa ciudad fue recibido fraternalmente por prominentes masones quienes arreglaron los pormenores de su viaje a Buenos Aires, donde tomó contacto con el Venerable Maestro de la Gran Logia Independencia, el doctor Julián B. Alvarez, quien lo introdujo en la sociedad porteña y lo ayudó en la fundación de la Logia Lautaro.

Se especulaba que San martín estuvo al servicio de los ingleses,  quienes una vez derrotados militarmente por los españoles, en las dos invasiones inglesas al Río de la Plata, los ingleses habrían alentado las aspiraciones independentistas de algunos militares americanos, y se afirma que el gobierno inglés se valió de la masonería para infundir ideas libertarias en los militares americanos. Esta versión es expuesta por el argentino Fabián Onsari en su obra “La Logia Lautaro y la Francmasonería.”

Finalmente debemos recordar que la tumba de San martín en Francia tiene abundante simbología masónica, suficiente diríamos como para zanjar cualquier duda.

II.- SAN MARTIN MESTIZO Y PLEVEYO.

En los libros de Historia del Perú, de Argentina y otros países, oficialmente se dice que San Martín nació en Yapeyú el 25 de febrero de 1778.

Pero en realidad la fecha no está probada. Bartolomé Mitre, que es masón argentino, la impuso históricamente y posteriormente los historiadores empezaron a indagar en los archivos y descubrieron que lo que se presentaba como evidente no era así. El primer motivo de asombro se produjo cuando se supo que la fe de bautismo no estaba o había desaparecido. Algunos aseguran que las quemaron los portugueses cuando pasaron por Yapeyú a sangre y fuego en 1817, otros sostienen que el acta no está porque nunca estuvo, porque José no fue hijo de Gregoria Matorras y Juan San Martín.

¿Es importante hablar del tema? Pues claro, para la historia ningún tema está prohibido y mucho menos aquellos que tengan que ver con la filiación de un importante protagonista, sin dejar de mencionar que si era hijo de indios o mestizos, o hijo de blancos, no altera en nada su rol histórico, en todo caso engrandece la figura del Libertador.

Los prejuicios de ser hijo “natural” ya no importan ahora, tampoco importan  si es rubio, de ojos azules o nacido en un hogar aristocrático.  El valor de los hombres se mide por sus actos y millones de peruanos, argentinos y chilenos,  a San Martín lo respetamos  y admiramos por lo que hizo, no por el lugar donde nació o si era hijo de blancos o de indios.

Un acta de bautismo publicada en 1921, de la cual nunca apareció el original, posiblemente porque era una invención para salvar aquella laguna documental,  incurrió en varios errores, al mencionar a su padre como coronel y gobernador de Misiones y a su madre como Francisca de Matorras, Bartolomé Mitre se atuvo a la misma para dictaminar que el Libertador había nacido el 25 de febrero de 1778 y por lo tanto era el cuarto hijo del capitán San Martín con Gregoria Matorras 

 Dos amigos de San Martín, el encargado de negocios chileno  Francisco J. Rosales y el abogado y periodista francés Adolfo Gerard, hicieron constar en el acta de defunción que tenia setenta y dos años, cinco meses y veintitrés días.

Oficialmente se sabe que José Francisco de San Martín es el hijo menor del matrimonio formado por Juan de San Martín y Gregoria Matorras. Las dudas que se tengan sobre su filiación no alteran el hecho cierto de que fue criado por ellos, que después de haber nacido en Yapeyú, o en algunos de las poblaciones vecinas, se trasladó con sus padres a Buenos Aires y luego marchó de la mano de ellos a España en la fragata Santa Balbina. Si entonces tenía seis años o siete o cuatro, no afecta esta hipótesis central acerca de quienes fueron los responsables de su crianza.

Juan de San Martín, su padre, nació en España, en la localidad de Cervatos de la Cueza, el 3 de febrero de 1728, fecha sugestiva porque ochenta y cinco años después, el hijo habrá de librar el combate de San Lorenzo. Gregoria Matorras nació el 12 de marzo de 1738 en Paredes de Nava, un pueblito vecino al de quien luego sería su esposo. Se dice que la pareja se formó en España, pero no se casaron allí sino en Buenos Aires. El matrimonio se celebró en Buenos Aires en 1770 y se asegura que se hizo por poder, porque don Juan no estaba en Buenos Aires sino en uno de sus habituales destinos militares. El matrimonio va a vivir al principio en el departamento oriental de Calera de las Vacas y a fines de 1774 don Juan es designado teniente gobernador del pueblo de Yapeyú donde se instala con su esposa y sus tres hijos. En Yapeyú nacerán Justo Rufino y José Francisco.

No le va a ir bien a don Juan los pagos de su carrera militar, signada por las postergaciones y las sanciones. En los tiempos de Carlos III y el Virrey Vertiz eran importantes los contactos y las recomendaciones y don Juan carecía de ambos beneficios porque no pertenecía a la nobleza, ni siquiera a la nobleza provinciana. Por estas razones el matrimonio para principios de los años ochenta decide regresar a España. El cargo que desempeñaba don Juan en Yapeyú lo pierde porque no supo organizar adecuadamente la defensa de estas poblaciones que en otros tiempos pertenecieron a los jesuitas y que después de su expulsión son amenazadas por los bandeirantes paulistas que avanzan sobre estos territorios con ánimo de conquista y decididos a capturar indios para someterlos a la esclavitud.

Ineficaz o desprovisto de recursos, lo cierto es que don San Martín es sancionado y regresa con su mujer y sus cinco hijos a Buenos Aires donde vivirán dos años. Tampoco les va bien en la ciudad levantada frente al río, si bien compra una casa, en su correspondencia se queja de las ingratitudes de los funcionarios y los bajos sueldos. Palabras más palabras menos, el 6 de diciembre de 1783 los San Martín retornan a España.  Nuestro héroe para esa fecha es un niño y poco importa saber si tiene seis, cinco o tres años.


¿San Martín nació en la Argentina? Desde el punto de vista histórico no puede hacerse esa afirmación, ya que para esa fecha la Argentina aún no existía. Pero San Martín no sólo no es argentino en el sentido histórico de la palabra, sino que además no lo es en el sentido cultural porque se cría en un hogar español que nunca renunció a esa condición y que, a juzgar por sus decisiones, tampoco quisieron saber nada con vivir en estas tierras americanas.

Para 1810 San Martín es un español en el sentido pleno de la palabra. Nace en tierras que pertenecen a España, se cría en un hogar español, estudia en colegios españoles e inicia su carrera militar en ejércitos españoles. Habla como un español. El tono de la voz de San Martín no es americano, es español. Como se diría entonces, y se dice ahora, San Martín es un “gallego” y, sin embargo, nada de ello le impide ser el libertador, el padre de la patria.

¿Qué cosa no se sabe? En primer lugar, su fecha de nacimiento. San Martín cuando se casa en 1812 dice que tiene 31 años. Si vamos a creer esta afirmación, nació en 1781. Su foja de servicios militares de 1803 le otorga veinte años, por lo que habría nacido en 1783. En el pasaporte de 1824 dice tener 47 años, por lo que habría nacido en 1777. En una carta que envía en 1848 al Mariscal Ramón Castilla dice tener 71 años y cuando viaja a España con su padres en diciembre de 1783 lo anotan con seis años. Por lo que la hipótesis de que nació el 25 de febrero de 1777 parece ser la más probable. Años más, años menos, San Martín fue el que fue.

Un historiador militar español puntualiza que las Ordenanzas del Ejercito instituidas por Carlos III en 1768 establecían el mínimo de doce años para el ingreso de los cadetes, y da ejemplos de que el requisito se observaba rigurosamente; por lo cual San Martín tendría que haber nacido antes de julio de 1779. En realidad, esto no hace más que reforzar la presunción de que sus datos personales fueron manipulados para adecuarlos a las exigencias reglamentarias. Al embarcarse para España la familia San Martín y Matorras, en noviembre de 1783, en la fragata Santa Balbina registraron que José Francisco tenía seis años, de lo que podría deducirse que nació en 1777; pero las edades de los niños seguramente fueron declaradas en forma aproximada, sin verificación documental, pues a Juan Fermín le adjudican diez años, que recién iba a cumplir en febrero del año siguiente. En vista de la exigua certeza que aportan los documentos, solo es posible afirmar que José Francisco de San Martín había nacido alrededor de 1778.

Otro tema que ha causado molestias a algunos y curiosidad en otros es que si efectivamente fue hijo de Juan y Gregoria. También en este caso la ausencia del acta de bautismo despierta sospechas. Lo que se dice es que don Juan pudo haber cometido alguna picardía con una india o que la pícara fue Gregoria. Al respecto no existe ninguna prueba, salvo generalidades al estilo, “si el padre era bajo, rubio y de ojos azules y la madre de tez blanca, ¿por que el hijo es alto y morocho?”

La otra hipótesis postula que Jose es hijo de Diego de Alvear, el padre de Carlos de Alvear. Para esos años don Diego andaba por Misiones haciendo de las suyas y de ello se infiere que tuvo un hijo con una india y lo entregó a don Juan para que lo adopte. La única prueba que avala esta afirmación es un documento firmado en Rosario el 22 de enero de 1871 por Joaquina Alvear Quintanilla, nieta de don Diego. Los que conocieron a doña Joaquina, aseguran que su credibilidad era la de un jugador. Pero los amigos del indigenismo aprueban con entusiasmo esta hipótesis porque probaría que el Libertador es indio o por lo menos mestizo. Algunas cartas de San Martín a favor de los indios corroboran esta tesis, las cuales se refuerzan por su aspecto físico: morocho, ojos oscuros y rasgos aindiados. Indio o blanco, mestizo o español, lo que está fuera de discusión es que San Martín se forjó a si mismo para su propio orgullo y para honra de todos los argentinos, chilenos y peruanos.

Tomado de "El Libertador Don José de San Martín" Del Q:.H:. Herbert Oré Belsuzarri.

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