AMIGOS DEL BLOG

lunes, 16 de julio de 2012

EL ENIGMATICO REY SALOMON (VII)


Posted: 09 Jul 2012 10:13 AM PDT MASONES DE LA LENGUA ESPAÑOLA NUEVA YORK
El enigmático Rey Salomón y la misteriosa Arca de la Alianza

Como el rey más poderoso de Oriente Medio, Amenhotep no envió a cambio a ninguna de sus propias hijas a otros reyes, ni lo hizo ningún otro faraón de esta dinastía (ni probablemente ningún otro en toda la historia de Egipto). Denegó específicamente una petición del rey de Babilonia para una esposa egipcia. De forma pretenciosa, la Biblia da énfasis a la pretendiente egipcia de Salomón, pero no menciona que Salomón tuviera alguna esposa hebrea. Roboam, del que se dice haber sucedido a Salomón, fue el hijo de una princesa amonita. La corte de Amenhotep III era extremadamente liberal, y reflejaba cada posible exceso de un reinado poderoso y seguro. El erotismo en el arte y en la vida de la corte alcanzó su plenitud durante el reinado de Amenhotep. La famosa pintura mural de las “bailarinas desnudas” data del reinado de Amenhotep.Al igual que Salomón, Amenhotep “no negó a sus ojos ninguna cosa que desearan” y “apartó su corazón de cualquier placer” (Eclesiastés). Sin embargo, los últimos años de los treinta y ocho del reinado de Amenhotep no fueron agradables. Los largos años de indulgencia habían pasado factura y tuvo muchas dolencias. Como gesto compasivo, su cuñado le envió un ídolo de la diosa Ishtar (Astoret). La conclusión es que la historia de Salomón fue tomada después y específicamente de la vida de Amenhotep III. El mismo nombre de Salomón, que literalmente significa “paz” o “seguridad“, apunta a Amenhotep III, cuyo largo y penetrante reinado en el siglo XIV a. C. no incluyó ninguna gran campaña militar, pero se caracterizó por una estabilidad sin precedentes a lo largo del Próximo Oriente. Después de la XVIII Dinastía egipcia, la región entre los dos grandes ríos no fue controlada de nuevo por ningún poder individual hasta el imperio asirio de Asurbanipal (el nieto de Senaquerib), que invadió Egipto y saqueó Tebas en el siglo VII a. C., y el imperio de Ciro, de Persia, en el siglo VI a. C., que también conquistó Egipto y lo convirtió en una provincia persa.


No hay ningún indicio de ningún imperio de estos tiempos que controlara esta región y cuya capital fuese Jerusalén.Se dice que Salomón tuvo “mil cuatrocientos” carros (Reyes). Esto representa un ejército prodigioso según los cánones antiguos, y el cual sólo pudo haber sido reunido en un largo periodo de tiempo por una civilización estable. A pesar de eso, se nos dice que sólo cinco años después de la muerte del gran rey Salomón, el faraón egipcio Sisak y sus aliados invadieron Judá y capturaron sus ciudades fortificadas con poca o ninguna resistencia militar. La Biblia añade que la misma Jerusalén fue perdonada sólo después de entregar a Sisak la totalidad de las riquezas acumuladas por el rey Salomón. La rapidez con la que se estableció el imperio de Salomón, como se describe en la Biblia, y la facilidad con la que fue sometido después al poder extranjero en un corto plazo de tiempo, tampoco es consistente con el modelo fijado para otras grandes civilizaciones antiguas. Leemos en la Biblia, “Yahvé se apareció á Salomón… y le díjo: Pide lo que quisieres que yo te dé. Y Salomón dijo:… Da pues á tu siervo un corazón dócil para juzgar á tu pueblo, para discernir entre lo bueno y lo malo [para poder gobernar. Y respondió Dios: lo he hecho conforme á tus palabras: he aquí que te he dado corazón sabio y entendido” Cabe destacar que dicha Sabiduría estaba basada en seguir los mandamientos o estatutos: "Salomón amó a Yahvé, andando en los estatutos de su padre David". Él tenía muy claro que "La Ley de Yahvé hace sabio al ingenuo". A ese tipo de sabiduría se refería el profeta Baruc: “ Él [Dios] halló todos los caminos de la sabiduría, y la ha dado a Jacob, su siervo, a Israel, a quien ama. Así apareció en la tierra la sabiduría y ha vivido con los hombres.”. También el apóstol Pablo habla de ella: “Hablamos sabiduría entre los que han alcanzado madurez; y sabiduría, no de este siglo, ni de los príncipes de este siglo, que perecen. Mas hablamos sabiduría de Dios en misterio, la sabiduría oculta, …la que ninguno de los príncipes de este siglo conoció; porque si la hubieran conocido, nunca habrían crucificado al Señor“.




Esa “rectitud” y “justicia” que se difundía en la sociedad al aplicar la Ley de Dios lograba la prosperidad del reino de Salomón, alcanzando el mayor esplendor de la monarquía israelita. Mantuvo en general la paz con los reinos vecinos, y fue aliado del rey Hiram I de Tiro, quien le auxilió en muchas de sus empresas. Emprendió numerosas obras arquitectónicas, entre las que destaca por encima de todas la construcción del Templo de Jerusalén como lugar para la permanencia del Arca de la Alianza, aunque destaca también la erección de un fabuloso palacio y la construcción de un terraplén que unía el templo con la ciudad de Jerusalén. En sus construcciones participaron un gran número de técnicos extranjeros, como albañiles y broncistas de Tiro o carpinteros de Gebal. Entre todos ellos destacaba el arquitecto Hiram, y se importaron lujosos materiales procedentes de Fenicia. Durante el transcurso de su reinado la monarquía hebrea tuvo su momento de mayor prosperidad y el esplendor de su nación llamó la atención de la reina de Saba. Se hablaba también del llamado Juicio de Salomón. Gobernante y pueblo se regían bajo la Ley de Yahvé. Finalmente se había establecido el Reino de Dios en la tierra: “Salomón …en el trono del reino de Yahvé sobre Israel… Y se sentó Salomón por rey en el trono de Yahvé en lugar de David su padre, y fue prosperado; y le obedeció todo Israel”. Vivían ‘siguiendo los preceptos del Señor’. Dios les concedía tranquilidad en sus fronteras y el orden y la alegría dominaban. No obstante, para consolidar el poder político de Israel en la región, contrajo matrimonio con una de las hijas del faraón del Antiguo Egipto: Siamón. Salomón se fue rodeando de todos los lujos y fue adquiriendo la grandeza externa de un monarca oriental. Esto hizo, sin embargo, que en la segunda mitad de su reinado cayera en la idolatría, inducido por sus numerosas esposas extranjeras. De acuerdo con Reyes, «tuvo, contrariando la Ley, setecientas mujeres reinas y trescientas concubinas, y esas mujeres le desviaron el corazón».

La seguridad interna y el control de las vías de comunicación habían facilitado una amplia expansión del comercio hebreo. Se dice en la Biblia que sus naves llegaron hasta Ofir, en algún lugar del Mar Rojo, donde cargaron 14.300 kg de oro. Tanto el rey como el pueblo se dedicaron a comerciar. Pero fueron atrapados por el ansia de riquezas y cayeron en el materialismo. Aquí se dio el punto de inflexión hacia un modo de vida que posteriormente sería causa de reproches por parte de los profetas: “andan descarriados, todos se han pervertido. No hay quien practique el bien, no hay ni uno”. En vez de administrar justicia, los propios hebreos… “oprimían a los pobres, acechaban a las personas. Sus casas estaban llenas de fraudes; con esos fraudes se han engrandecido y se han hecho ricos…”. En las transacciones, el rey demostraba que ya no era justo. Reavivó el tema de la esclavitud en los infieles y permitió sacerdotes que en muchos casos eran indignos. Se dotó de equipamiento de guerra, tales como carrozas y caballos. Aquél pecado de Salomón, “priorizar la obtención de riquezas por sobre la Ley de Dios”, fue la causa de que a su muerte se dividiera el reino de Israel. La división de Israel era inexorable, pero ocurriría en la generación de su hijo. Pero aunque cometió este pecado de caer en la vanidad y la soberbia, se arrepintió y luego escribió el Libro de Eclesiastés para aconsejar a otros a que no siguieran su ejemplo. Allí menciona «vanidad de vanidades, todo es vanidad» y esto se refiere a su vida inicua. Salomón escribe este libro como un testimonio y ejemplo de que las cosas de este mundo no son duraderas. Le sucedió su hijo Roboam, cuya madre era Naamá, de origen ammonita. Pero pronto, la parte norte aparecería como rebelde, estando formada por 10 de las doce tribus de Israel. En realidad todas excepto Judá y Benjamín. Así quedaría dividido el reino.




La reina Hatshepsut reinó durante 17 años, gobernando Egipto en la época de un nuevo renacimiento. Y su sucesor, Tutmosis III, fue uno de los faraones más importantes de Egipto, habiendo sido superado únicamente por Ramsés II, durante la siguiente dinastía. El templo de Hatshepsut, construido sobre terraplenes en el Valle de los Reyes, tiene dos rampas que lo conectan entre sí y su arquitectura modular es mucho más avanzada que cualquier otra de su época. La espectacularidad y adaptación al entorno donde está colocado lo hacen quizás el templo más sofisticado e importante de Egipto, compitiendo en popularidad solamente con Abú Simbel. Existe una coincidencia entre esta arquitectura modular y la descrita por Platón en relación a los edificios atlantes. La arquitectura inca en Perú y los edificios modulares de la cultura azteca en Uxmal presentan un sistema arquitectónico común. De acuerdo con la teoría propuesta por Velikovsky, se identifica a Hatshepsut con la legendaria reina de Saba, que fue la soberana que sedujo con sus encantos e inteligencia al rey Salomón A ella se refieren sus cánticos cuando exalta a la mujer, presentándola como el mayor tesoro del hombre si es virtuosa. La reina de Saba por su parte, había asesinado a su primer marido, un malvado ministro de la época del reinado de su padre, siendo tan grandes sus encantos y su inteligencia que logró eclipsar a las 700 esposas y 300 concubinas del rey Salomón. Según la leyenda, tenía las piernas peludas y un pie de cabra, lo que coincide curiosamente con algunas imágenes de la época sumeria representando a dioses, que fue sanado al pisar un espejo de vidrio que simulaba agua. Esta fue una trampa de Salomón para obligarla a levantarse la falda a fin de no mojarla cuando tuvo que cruzarlo. El templo funerario de Hatshepsut parece haber sido utilizado por el mismo rey Salomón para guardar parte de sus inmensas riquezas en el corazón de la montaña. Pero no se ha encontrado aún ninguno de los legendarios tesoros de Salomón y de la reina Hatshepsut.

Es posible que el Arca se perdiese durante la destrucción de Jerusalén (586 a.C). Hay que seguir esta pista, pero antes tenemos que resumir los hechos. La máquina había dejado de producir maná y no había nadie que la cuidase. A pesar de su prolongada inmovilización, la máquina todavía funcionaba, dando una tensión eléctrica de valor suficiente para fulminar a Oza, un joven encargado del cuidado del arca, que quiso sujetarla durante un bamboleo para que esta no se estrellase contra el suelo. Los reyes Saúl, David y Salomón tuvieron miedo del Arca y la ocultaron. Al correr del tiempo, el Arca perdió la significación religiosa que había tenido durante la travesía del desierto, ya que los extraterrestres, evidentemente, se habían marchado. En tiempos del profeta Jeremías (627-585 a.C.) y de su contemporáneo Ezequiel, los extraterrestres parece que regresaron súbitamente. Jeremías recibió la orden de hacer desaparecer el aparato, que aún seguía emitiendo una peligrosa radiactividad. Jeremías, uno de los profetas mayores del Antiguo Testamento, era un personaje incómodo. Nacido en la pequeña ciudad de Anatot, al norte de Jerusalén, de estirpe sacerdotal, pronto se hizo muy impopular entre sus contemporáneos por censurar su idolatría, exhortarles a la penitencia y criticar sus malas costumbres. En pocas palabras, obligaba a sus paisanos a mirarse en un espejo, en el que no se veían muy favorecidos. Como todos los profetas, Jeremías tuvo buen olfato. Predijo la ruina de Israel y la destrucción del Templo de Jerusalén. Fácilmente se comprenderá que las prédicas de Jeremías gustasen poco o nada al rey de Judá, Joaquín (608-598 a.C). Tan pronto como éste subió al trono, Jeremías pronunció uno de sus más incendiarios discursos en el atrio del Templo, con frases lapidarias que causaron gran impresión al auditorio. Jeremías molestaba, y por eso se trató de suprimirle o por lo menos de silenciarle.


No hay comentarios:

Publicar un comentario