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sábado, 12 de enero de 2013

MANDILES MASONICOS


Mandiles Masónicos
Siphonic Americo

En cierta ocasión un hombre llega a un país remoto y desconocido  llamado Olvido. 

Fue aceptado por los amables habitantes, los cuales le brindaron todo  tipo de ayuda. 

Luego de un tiempo, el visitante empezó a notar algo extraño en la  gente de ese país. Tenían una memoria muy limitada. Esto hacía difícil para ellos el comprender la  esencia de la realidad, incluso no podían transmitir sus experiencias a las nuevas generaciones, y esto los limitaba a comprender la ciencia divina, pues no podían recordar absolutamente nada de un día a otro. 


Como resultado,  cada hombre tenía que empezar de nuevo; y siempre  cada persona tenía que experimentar la misma cosa una y otra vez, en  lugar de poder beneficiarse de la acumulación de experiencias. 

El viajero que era masón se percató que si portaba a la cintura el  característico  mandil de piel de cordero, este le servía para  mantener su propio recuerdo: si no lo usaba se volvía cada vez más vulnerable al hechizo que dominaba a ese pueblo, que era  el olvido de sí mismo y de sus circunstancias. 

Se dio cuenta que el mandil, de alguna manera, contrarrestaba la  influencia maléfica que hacia que los habitantes de ese país olvidaran  todo incluso su propia identidad. De manera que esta prenda se  convirtió, en la vestimenta que distinguiría al viajero. 

Los habitantes del país del olvido respetaban principalmente al  viajero por su buena memoria. Él pensó poder  ayudarlos y comenzó a  manufacturar mandiles e intentó que las personas lo usasen. 

 Esto iba,  sin duda en contra de las costumbres, y muchos temían  portarlos porque los asociaban con el gran poder y superioridad del  visitante. 

Sin embargo, el visitante logró  convencer  a alguna gente a que  vistiesen los mandiles. Ellos, siempre que portaban los mandiles  olvidaron los esfuerzos por recordar, y estaban dotados de buena  memoria, ya sabían incluso quienes eran y se reconocían unos a otros. 

La mayoría de los habitantes continuó sin utilizar el mandil, o bien a  usarlos sin comprender su significado, y en el curso del tiempo todo  quedó con la simple idea de quien portara el mandil, tendría otras  perspectivas equivocadas  y olvidaron que era lo que debían recordar. 

Usaron el mandil, pero, no recordaban su propósito real.  Como el que  compra pastillas para mejorar la memoria, las tiene a la mano, pero  olvida el beneficio que otorgaba el  tomarlas, y por ello dejan de  tomarlas. El portar el mandil sin saber su propósito no servia de  nada. 

Como la mayoría de las veces, pasa un tiempo y el objetivo principal  se olvida, dando paso a especulaciones sin sustento. 

Ese país del olvido aún esta allí. Sus habitantes han olvidado porque  usan mandiles, el viajero regreso al reino  donde todos recuerdan  quienes son.  Los mandiles continúan realizando su función decorativa  y en ocasiones alguien intenta sin existo recordar cuál era su  verdadero propósito. 

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