Mandiles Masónicos
Siphonic
Americo
Fue aceptado por los amables habitantes, los
cuales le brindaron todo tipo
de ayuda.
Luego de un tiempo, el visitante empezó a notar
algo extraño en la gente
de ese país. Tenían una memoria muy limitada. Esto hacía difícil para ellos el comprender la esencia de la realidad, incluso no podían transmitir sus experiencias a
las nuevas generaciones, y esto los limitaba
a comprender la ciencia divina, pues no podían recordar absolutamente nada de un día a
otro.
Como resultado, cada hombre tenía que
empezar de nuevo; y siempre cada persona tenía que experimentar la misma cosa una y otra vez, en lugar de poder beneficiarse de
la acumulación de experiencias.
El viajero que era masón se percató que si
portaba a la cintura el característico
mandil de piel de cordero, este le servía para mantener su propio recuerdo:
si no lo usaba se volvía cada vez más vulnerable
al hechizo que dominaba a ese pueblo, que era el olvido de sí mismo y de sus
circunstancias.
Se dio cuenta que el mandil, de alguna manera,
contrarrestaba la influencia
maléfica que hacia que los habitantes de ese país olvidaran todo incluso su propia
identidad. De manera que esta prenda se
convirtió, en la vestimenta que distinguiría al viajero.
Los habitantes del país del olvido respetaban
principalmente al viajero
por su buena memoria. Él pensó poder ayudarlos y comenzó a manufacturar mandiles e
intentó que las personas lo usasen.
Esto iba, sin duda en contra de las
costumbres, y muchos temían portarlos
porque los asociaban con el gran poder y superioridad del visitante.
Sin embargo, el visitante logró convencer
a alguna gente a que vistiesen
los mandiles. Ellos, siempre que portaban los mandiles olvidaron los esfuerzos por
recordar, y estaban dotados de buena
memoria, ya sabían incluso quienes eran y se reconocían unos a otros.
La mayoría de los habitantes continuó sin
utilizar el mandil, o bien a usarlos
sin comprender su significado, y en el curso del tiempo todo quedó con la simple idea de
quien portara el mandil, tendría otras
perspectivas equivocadas y olvidaron que era lo que debían
recordar.
Usaron el mandil, pero, no recordaban su
propósito real. Como el que
compra pastillas para mejorar la memoria, las tiene a la mano, pero olvida el beneficio que
otorgaba el tomarlas, y por ello dejan de tomarlas. El portar el mandil
sin saber su propósito no servia de
nada.
Como la mayoría de las veces, pasa un
tiempo y el objetivo principal se
olvida, dando paso a especulaciones sin sustento.
Ese país del olvido aún esta allí. Sus habitantes
han olvidado porque usan
mandiles, el viajero regreso al reino donde todos recuerdan quienes son. Los
mandiles continúan realizando su función decorativa y en ocasiones alguien intenta
sin existo recordar cuál era su verdadero
propósito.
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