GRAN LOGIA FEMENINA DE FRANCIA
A L:.G:.D:.G:.A:.D:.U:.
Libertad Igualdad Fraternidad
Libertad Igualdad Fraternidad
GRAN LOGIA FEMENINA DE FRANCIA
Por M:.V:.H:. Yvette NICOLAS
Gran Maestra de la Gran Logia Femenina de Francia
Asociación sin ánimo de lucro regida por la ley de julio de 1901, la Gran Logia Femenina de Francia reúne a mujeres de todas las edades, de todos los confines, de todas las culturas. Primera Obediencia femenina en el mundo, cuenta hoy con unos 10500 miembros que se reparten en 360 logias.
Está presente en el conjunto del territorio metropolitano; en los departamentos y territorios de Ultramar: Martinica, Guadalupe, Guyana, Isla de la Reunión, Tahití y Nueva Caledonia; en 6 países de Europa: Luxemburgo, España, Alemania, Hungría, Polonia y la República Checa; en 6 países de África: Togo, Camerún, Costa de Marfil, Gabón, Congo y Benin, así como en la Isla Mauricio; en ultramar, también está presente en Venezuela y Quebec.
Espacio privilegiado de reflexión e intercambio para las mujeres que deseen participar en la construcción de un nuevo humanismo, la Gran Logia Femenina de Francia progresa apoyándose en la tradición y la modernidad.
ESPECIFICIDAD FEMENINA
La especificidad femenina no significa que las masonas se aparten de los hombres o se nieguen a trabajar con ellos. Esta actitud no tendría ningún sentido en una sociedad mixta por antonomasia.
Esta elección responde entonces a la necesidad de encontrar un tiempo, un espacio de reflexión y de palabra propio y que nos permita tomar plenamente conciencia de nuestra identidad femenina y de nuestra responsabilidad en el desarrollo de nuestro papel de mujer en el mundo.
Pensamos, como lo decía Jean Rostand, que "si te niegas a tu propio combate, los demás te convertirán en el combatiente de una causa que no es la tuya".
Las logias femeninas son un lugar privilegiado en el que las mujeres pueden desarrollar sus ideas, dejar expresar su palabra de mujer, ir hasta el final de lo que se exige puesto que, para citar a una hermana mayor, Gisèle Faivre, "Una francmasona es una persona cualquiera que además se exige a sí misma".
Sin embargo, dado nuestro apego a los principios de apertura y de negativa a cualquier exclusión, piedra angular de la Francmasonería adogmática y liberal, recibimos en nuestras logias a todos los francmasones o francmasonas de otras Obediencias reconocidas que quieran compartir nuestros trabajos.
NUESTROS VALORES
Gran Maestra de la Gran Logia Femenina de Francia
Asociación sin ánimo de lucro regida por la ley de julio de 1901, la Gran Logia Femenina de Francia reúne a mujeres de todas las edades, de todos los confines, de todas las culturas. Primera Obediencia femenina en el mundo, cuenta hoy con unos 10500 miembros que se reparten en 360 logias.
Está presente en el conjunto del territorio metropolitano; en los departamentos y territorios de Ultramar: Martinica, Guadalupe, Guyana, Isla de la Reunión, Tahití y Nueva Caledonia; en 6 países de Europa: Luxemburgo, España, Alemania, Hungría, Polonia y la República Checa; en 6 países de África: Togo, Camerún, Costa de Marfil, Gabón, Congo y Benin, así como en la Isla Mauricio; en ultramar, también está presente en Venezuela y Quebec.
Espacio privilegiado de reflexión e intercambio para las mujeres que deseen participar en la construcción de un nuevo humanismo, la Gran Logia Femenina de Francia progresa apoyándose en la tradición y la modernidad.
ESPECIFICIDAD FEMENINA
La especificidad femenina no significa que las masonas se aparten de los hombres o se nieguen a trabajar con ellos. Esta actitud no tendría ningún sentido en una sociedad mixta por antonomasia.
Esta elección responde entonces a la necesidad de encontrar un tiempo, un espacio de reflexión y de palabra propio y que nos permita tomar plenamente conciencia de nuestra identidad femenina y de nuestra responsabilidad en el desarrollo de nuestro papel de mujer en el mundo.
Pensamos, como lo decía Jean Rostand, que "si te niegas a tu propio combate, los demás te convertirán en el combatiente de una causa que no es la tuya".
Las logias femeninas son un lugar privilegiado en el que las mujeres pueden desarrollar sus ideas, dejar expresar su palabra de mujer, ir hasta el final de lo que se exige puesto que, para citar a una hermana mayor, Gisèle Faivre, "Una francmasona es una persona cualquiera que además se exige a sí misma".
Sin embargo, dado nuestro apego a los principios de apertura y de negativa a cualquier exclusión, piedra angular de la Francmasonería adogmática y liberal, recibimos en nuestras logias a todos los francmasones o francmasonas de otras Obediencias reconocidas que quieran compartir nuestros trabajos.
NUESTROS VALORES
Como lo declara el artículo 1 de la Constitución, el objetivo que persigue la Gran Logia Femenina de Francia es "la búsqueda constante y sin límite de la verdad y de la justicia en el respeto de los demás con el fin de contribuir al perfeccionamiento de la humanidad".
Es a la vez:
Una escuela de vida que se apoya en los valores de libertad, de tolerancia, de respeto a los demás y a la persona misma. Apoyándose en su reflexión filosófica humanista pretende superar las discrepancias y rechazar las medidas de exclusión para ser "el centro de la unión".
Una alianza universal fundada en la solidaridad, en la reunión de mujeres que optaron libremente por objetivos comunes, que trabajan y progresan juntas.
Es a la vez:
Una escuela de vida que se apoya en los valores de libertad, de tolerancia, de respeto a los demás y a la persona misma. Apoyándose en su reflexión filosófica humanista pretende superar las discrepancias y rechazar las medidas de exclusión para ser "el centro de la unión".
Una alianza universal fundada en la solidaridad, en la reunión de mujeres que optaron libremente por objetivos comunes, que trabajan y progresan juntas.
Una orden iniciática, a la que se adhiere con plena libertad. En su búsqueda espiritual, la Francmasonería rechaza los dogmas, respeta las creencias sin exigir ninguna.
Es el arte de construirse para mejorar la construcción de la sociedad.
Trabajar en las logias para llevar al exterior sus ideas y sus valores, pensar el mundo, para poder construirlo con más eficacia, nutrirse de la herencia del pasado para ser los arquitectos del porvenir, éste es el ideal de las Francmasonas de la Gran Logia Femenina de Francia.
Es el arte de construirse para mejorar la construcción de la sociedad.
Trabajar en las logias para llevar al exterior sus ideas y sus valores, pensar el mundo, para poder construirlo con más eficacia, nutrirse de la herencia del pasado para ser los arquitectos del porvenir, éste es el ideal de las Francmasonas de la Gran Logia Femenina de Francia.
Este ideal se mantiene gracias al compromiso de cada francmasona para participar activamente en su logia a dicho trabajo de construcción y defender fuera, con más eficacia, un ideal de dignidad humana, de justicia, de democracia.
Fiel a los principios fundadores de la Francmasonería Universal, la Gran Logia Femenina de Francia respeta formalmente las leyes del país. Ha hecho suya la divisa de la República francesa, "Libertad, Igualdad, Fraternidad".
UNA TRADICIÓN
Fiel a los principios fundadores de la Francmasonería Universal, la Gran Logia Femenina de Francia respeta formalmente las leyes del país. Ha hecho suya la divisa de la República francesa, "Libertad, Igualdad, Fraternidad".
UNA TRADICIÓN
Una herencia
La Francmasonería reivindica varias herencias:
• La herencia simbólica de las sociedades iniciáticas que, desde la más remota antigüedad, se dedicaron a la reflexión colectiva y a la transmisión gradual del Conocimiento.
• Una herencia más directa, la de los compañeros que edificaron las catedrales y de las "logias" en las que se reunían para preparar la obra y transmitir a los aprendices los secretos del arte.
De dichos edificadores hemos conservado:
• El nombre, el de "Francmasón" que llevaban estos "masones" que se volvieron "francos", habiéndose liberado de toda jurisdicción y carga correspondiente;
• Un modelo iniciático de organización y transmisión;
• Tradiciones y símbolos vinculados con la construcción y el trabajo de la piedra.
La tradición masónica
El articulo 5 de la Declaración de Principios de la Gran Logia Femenina de Francia afirma que: "la Gran Logia Femenina de Francia se refiere a la tradición masónica, en particular para el acatamiento estricto del ritual y del estudio del simbolismo como medio de acceso al contenido iniciático de la Orden".
¿De qué tradición se trata?
La Tradición que invocan todas las masonas y todos los masones no tiene que considerarse como un saber pasivo, fruto fosilizado de las inteligencias de nuestros antepasados, quienes sabían combatir las ideas recibidas, buscar la verdad hasta el martirio, derribar los dogmas y revolucionar la ciencia de su época. La tradición a la que nos referimos es una tradición humanista formada de libertad de conciencia, de tolerancia recíproca, de progreso, de fraternidad, de concordia voluntaria y de amor.
Quien habla de Tradición, habla de transmisión: hemos recibido de las masonas y de los masones que nos precedieron un método y herramientas. Tenemos que descubrirlas, aprender a utilizarlas para ser capaces de construir en armonía, enriquecer el patrimonio recibido para que la cadena siga viva generación tras generación.
Este modo de actuar común a todas las Obediencias tiene una expresión específica en la Gran Logia Femenina de Francia por ser constituida exclusivamente de mujeres. Es, como hemos dicho, un lugar privilegiado donde las mujeres pueden expresar libremente su palabra de mujer.
LA TRANSMISIÓN
¿Qué hemos recibido que sea tan valioso como para obligarnos a transmitirlo?
La Francmasonería llamada especulativa se organizó, desde principios del siglo XXVIII, con y alrededor de personas de varias orígenes que buscaban un espacio de libertad para expresar su búsqueda de tolerancia recíproca y de unión.
De los masones y de las masonas que nos precedieron, hemos recibido este método que se revela gradualmente: cuando los conocimientos del grado anterior han sido asimilados, se puede incorporar a esta base conocimientos complementarios. El trabajo no se acaba nunca, cada situación nos lleva a la necesidad de estudiar, comprender, rectificar con humildad, pero con dignidad; hemos recibido las herramientas necesarias: los símbolos y el ritual.
El eje del método es el desarrollo del pensamiento simbólico, verdadera herramienta de evolución. Se revela en el ámbito individual, íntimo, y se afirma gracias a la confrontación fraterna y colectiva de la logia.
Porque todo… ocurre en logia, donde todo está ordenado, orientado, separado, diferenciado. El ritual da ritmo y orden a todas las cosas, sitúa a cada una, constituye un espacio de aprendizaje de los vínculos entre sí mismo y sí mismo, entre sí mismo y los demás, entre sí mismo y el mundo.
Es la vivencia, día tras día, de la búsqueda permanente en el interior de las logias que permite la relación de la francmasona consigo misma, con el grupo, y luego con la sociedad. El camino de la iniciación masónica constituye una búsqueda de sentido, un deseo de progreso, de entendimiento, para actuar más allá de las opiniones partidarias, de las barreras sociales, de los tópicos reductores.
Nuestro método masónico se inspira en todo esto para que podamos encaminarnos hacia el ideal que nos hemos impuesto libremente: el perfeccionamiento espiritual, moral y material de la humanidad.
La Francmasonería reivindica varias herencias:
• La herencia simbólica de las sociedades iniciáticas que, desde la más remota antigüedad, se dedicaron a la reflexión colectiva y a la transmisión gradual del Conocimiento.
• Una herencia más directa, la de los compañeros que edificaron las catedrales y de las "logias" en las que se reunían para preparar la obra y transmitir a los aprendices los secretos del arte.
De dichos edificadores hemos conservado:
• El nombre, el de "Francmasón" que llevaban estos "masones" que se volvieron "francos", habiéndose liberado de toda jurisdicción y carga correspondiente;
• Un modelo iniciático de organización y transmisión;
• Tradiciones y símbolos vinculados con la construcción y el trabajo de la piedra.
La tradición masónica
El articulo 5 de la Declaración de Principios de la Gran Logia Femenina de Francia afirma que: "la Gran Logia Femenina de Francia se refiere a la tradición masónica, en particular para el acatamiento estricto del ritual y del estudio del simbolismo como medio de acceso al contenido iniciático de la Orden".
¿De qué tradición se trata?
La Tradición que invocan todas las masonas y todos los masones no tiene que considerarse como un saber pasivo, fruto fosilizado de las inteligencias de nuestros antepasados, quienes sabían combatir las ideas recibidas, buscar la verdad hasta el martirio, derribar los dogmas y revolucionar la ciencia de su época. La tradición a la que nos referimos es una tradición humanista formada de libertad de conciencia, de tolerancia recíproca, de progreso, de fraternidad, de concordia voluntaria y de amor.
Quien habla de Tradición, habla de transmisión: hemos recibido de las masonas y de los masones que nos precedieron un método y herramientas. Tenemos que descubrirlas, aprender a utilizarlas para ser capaces de construir en armonía, enriquecer el patrimonio recibido para que la cadena siga viva generación tras generación.
Este modo de actuar común a todas las Obediencias tiene una expresión específica en la Gran Logia Femenina de Francia por ser constituida exclusivamente de mujeres. Es, como hemos dicho, un lugar privilegiado donde las mujeres pueden expresar libremente su palabra de mujer.
LA TRANSMISIÓN
¿Qué hemos recibido que sea tan valioso como para obligarnos a transmitirlo?
La Francmasonería llamada especulativa se organizó, desde principios del siglo XXVIII, con y alrededor de personas de varias orígenes que buscaban un espacio de libertad para expresar su búsqueda de tolerancia recíproca y de unión.
De los masones y de las masonas que nos precedieron, hemos recibido este método que se revela gradualmente: cuando los conocimientos del grado anterior han sido asimilados, se puede incorporar a esta base conocimientos complementarios. El trabajo no se acaba nunca, cada situación nos lleva a la necesidad de estudiar, comprender, rectificar con humildad, pero con dignidad; hemos recibido las herramientas necesarias: los símbolos y el ritual.
El eje del método es el desarrollo del pensamiento simbólico, verdadera herramienta de evolución. Se revela en el ámbito individual, íntimo, y se afirma gracias a la confrontación fraterna y colectiva de la logia.
Porque todo… ocurre en logia, donde todo está ordenado, orientado, separado, diferenciado. El ritual da ritmo y orden a todas las cosas, sitúa a cada una, constituye un espacio de aprendizaje de los vínculos entre sí mismo y sí mismo, entre sí mismo y los demás, entre sí mismo y el mundo.
Es la vivencia, día tras día, de la búsqueda permanente en el interior de las logias que permite la relación de la francmasona consigo misma, con el grupo, y luego con la sociedad. El camino de la iniciación masónica constituye una búsqueda de sentido, un deseo de progreso, de entendimiento, para actuar más allá de las opiniones partidarias, de las barreras sociales, de los tópicos reductores.
Nuestro método masónico se inspira en todo esto para que podamos encaminarnos hacia el ideal que nos hemos impuesto libremente: el perfeccionamiento espiritual, moral y material de la humanidad.
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