El
Factor Karma
Parte
I
(Del sánscrito karma, hecho,
acción).
¿Qué es el Factor karma?
Cortesía: R:.H:. F+R+C Carlos
Napoleón del Carpio Palacios
A todos los
seres humanos que comenten errores - sea en forma intencionalmente o no -,
comprendan esto: Existe una gran Ley que establece que se cosecha lo que se ha
sembrado, es la Ley Divina de Causa y Efecto denominado Karma. Es el nombre que
le dan algunas doctrinas orientales a la Suprema Ley de causas y efectos. El
Karma es un dicho muy común en la filosofía oriental, estar “karmatizado”
significa que la persona carga su karma hasta el final de sus días. En algunas
religiones de la India es una fuerza espiritual, una energía de acción y reacción
derivada de los actos que condiciona al espíritu en cada una de las vidas hasta
que se alcanza la evolución.
Karma es
acción física, metafísicamente es la ley de retribución, de causa y efecto o de
causación ética, y existen dos tipos de karma, el de los brahmanes de la India,
el cual justifica violaciones, asesinatos, guerras masivas, justifica todo. Es
un karma que dice que son culpas a pagar a nivel fatalista y se tienen que
cumplir. También se interpreta como desastre, consecuencias dolorosas, error,
castigo y acontecimientos funestos para el ser humano.
El otro Karma
está basado en la doctrina de Buddha, en la “Moyejúa” Doctrina Mah y na, - la
rama principal del budismo -, la cual dice que el karma es amor y lecciones a
aprender, donde cada ser humano tiene la obligación de honrar su pasaje por la
vida y rendir cuentas al Tribunal Kármico. Es un Karma donde interviene el Alma
y es factor determinante en la evolución. En este siglo XXI, aquellos que creen
en el karma, es decir, las personas que razonan, cumplen su karma basados en las
enseñanzas de la doctrina budista. También existe el karma de mérito y karma de
demérito. Es el poder que domina todas las cosas, la resultante de la acción
moral y el efecto moral de un acto cometido para el logro de algo que satisface
un deseo personal. Muchos asocian el karma con culpas a pagar, pero es solo una
lección a aprender.
En las
religiones de Occidentales se rechaza la doctrina del Karma, pero se conoce la
Ley de Causas y Efectos, donde se estima que el ser humano es el único hacedor
de su propio destino, es decir, no interviene para nada el Alma. El Karma es
sólo es una deuda espiritual que los seres humanos han adquirido en otras
vidas, la cual queda registrada en el Archivo Akashico, la memoria individual
que contiene la información en cada sistema planetario, de los millones de
ECP’s que moran en cada uno de los planetas habitados.
Los Lípikas
son los señores del karma que llevan el registro kármico. No son un mito ni
unidades simbólicas, sino entidades de elevada inteligencia que aplican la ley
en beneficio de la humanidad, permitiendo a los hombres ser plenamente
autoconscientes y confiar en sí mismos. En sentido oculto, los señores del
karma son creadores, conocen los deseos humanos, su voluntad y sus fines, y a
Ellos se le confía el cumplimiento de la Ley.
El karma es
una forma de ajuste, como resultado de condiciones auto-iniciadas por el
rol-personalidad. Debe ajustarse por los errores cometidos de acuerdo a la Ley
de Causa y Efecto.
El Karma y el Ego
Sabemos que
el karma está basado en el ego, la cual nos sitúa en un plano que no es de luz,
y algunas personas dominadas por el ego. Los egoícos siempre cometen los mismos
errores una y otra vez, y son castigados de nuevo cada vez, y en lugar de
revertir la lección que produce errores, lo que hacen es “karmatizarse”,
acarrean más karma. Estar “karmatizado” es un dicho muy común en las escuelas
filosóficas de Oriente. Significa que las personas cargan su karma como un
“bacalao a cuesta” hasta el final de su existencia.
Si una
persona comete un error, no debe vacilar en decirse a sí mismo: “¡¡¡…Muy bien,
cometí un error, estoy dispuesto a corregirlo…No cometeré más errores y sobre
todo no cometeré errores de omisión…!!! De hacer esto, lograrán un gran
progreso, pero si su ego le dicta que no cometió errores, entonces estará
cometiendo más, porque su ego está actuando constantemente, y gran parte del
tiempo, su mente analítica no está consciente de ello. Se pueden cometer
errores, y por medio de éstos el ser humano aprende y se enriquece.
Muchos
asocian el karma con culpas a pagar, pero el karma es una “lección a aprender”.
Si bien, la acción a seguir es la forma habitual para superar los errores
cometidos, también se paga una lección pendiente, la cual muchas veces es una
lección mayor que engloba a otras más pequeñas quedando la mayor superada. El
karma es una forma de ajuste, como resultado de condiciones auto-iniciadas por
el rol-personalidad. Siempre existe la puerta por donde el ego puede actuar,
algunos errores originados por el ego son imposibles, y sólo pueden corregirse
con la acción correcta, pero es necesaria la intuición para reconocerlos.
Eliminando el
karma, se eliminan las causas de rebelión, resentimiento y desdén por lo que todavía
no es perfecto, en el núcleo de la corriente de vida. Cuanto mayor sea su Luz,
tanto más ancho será el alcance de la comprensión, tanto más sabia será la
mente, tanto más puros será el cuerpo y más humilde será la persona. Mientras
los sentimientos, pensamientos y memorias están perturbados, esas directrices
dominarán la acción vibratoria de su personalidad, por lo que debe aprender a
auto-controlarse y a aquietarse en su interior. Las personas no están “presas”
del karma, pero tienen que aprender la lección y después luchar para que el
karma desaparezca.
Ejemplo: Una
persona se muere y se lleva la lección que no cumplió en la última vida, y en
la siguiente tiene que saldar esa deuda. Al encarnar se olvida, vuelve a
cometer errores y se queja de la mala suerte que ha tenido. Si la parte
espiritual olvida lo que vino a hacer y no lo hace, es otro concepto. Si no
cumplió bien, se puede llevar más karma del que trajo para esta vida, depende
de la memoria re-encarnativa. Debe ajustarse de acuerdo a la Ley de Causa y
Efecto. Una persona inteligente por lo general le basta una “nalgada” para no
volver a cometer los mismos errores. Más adelante, en un remoto ciclo cuando
hayan agotado el karma, y la Gran Ley haya exigido el pago, entonces el
karmatizado empezará a desarrollar el aspecto amor y a trasmutar sus móviles.
El Karma y la Enfermedad
El
Karma rige todas las enfermedades, abarca el individual, grupal, nacional y
humano en su totalidad. Algunas personas divagan menudo en los laberintos de la
preocupación, luchan durante años para vencer la tensión interna y las
ilusiones que lo abruman con tanta frecuencia. Es un presión que se materializa
como sensación de fatiga y culmina en el período de enfermedad, la cual es el
resultado de ese “terrible dolor” originado por la tensión interna. –La tensión
interna se materializa en el plano físico como mala salud, la cual culmina en
un período de enfermedad–. El “terrible dolor” es un gran e incontrovertible
hecho en la conciencia humana, un aspecto que ha sido acentuado para
conocimiento del colectivo humano, tanto por la enfermedad como por el aprendizaje.
Los
ECP’s, — Energías Conceptuales Pensantes ó espíritus—, deciden que enfermedad
padecer en la materia donde van a encarnar, que dolencias tener, que
padecimientos tener que sufrir para saldar las viejas deudas, porque las
enfermedades limitan y hace que a los ECP’s evolucionen a través del dolor
físico, porque es la mejor forma de aleccionar, es la disciplina es vivir en
forma más elevada respecto a cualquier idea auto-impuesta sobre la vida y a la
verdad.
Las
enfermedades son resultado de las frustraciones del medio ambiente, las
incomprensiones familiares, algún grave accidente, etc., de allí el “terrible
dolor”. Son brumas que tratan de envolver a las personas que están relacionadas
kármicamente, dolor que todos los seres humanos deben aprender a vivir y a
sufrir inevitablemente, pero algunos no aceptan la disciplina, divagan en los
laberintos de la preocupación y en las brumosas hondonadas del espejismo. Con
el tiempo, esas causas se agotan y sigue un período de liberación y reajuste,
por lo tanto, no permitir que continúe la tensión interna. si no se dispersa en
esta vida esa presión, entonces en otra se retornará como antiguas culpas a
pagar.
La
mayoría del colectivo humano ignora que no todo Karma es malo y acarrea poco
sufrimiento, pero por total carencia de reflexión comenten errores que conducen
a la irresponsabilidad y no creen que exista un sentido de culpabilidad kármica.
Cuando las causas internas se agotan como efectos físicos, sigue un período de
liberación y reajuste donde el ser humano ha agotado su karma y es liberado de
esa esclavitud, por lo tanto, no debe permitir que continúe la tensión interna
y así se proseguirá en el camino evolutivo sin el “terrible dolor”. Un buen
karma pone en actividad fuerzas que pueden actuar como energías sanadoras,
permiten la sanación de enfermedades no originadas por el Factor Kármico.
El Ritmo Kármico
Es
un ritmo que se establece por acciones y reacciones de otras vidas y es allí
donde entra en vigencia la gran Ley de Retribución, y donde está implicado el
factor condicionante, el cual es un factor decisivo y duradero. En gran parte
es punitivo y doloroso, pero debe considerarse así hasta que la Ley sea
aceptada por el colectivo humano como el principal factor de Causas y Efectos,
no sólo en amplia escala, sino en relación con las vidas individuales, porque
el Karma es una imposición generada por las circunstancias y condiciones de la
vida de las cuales no hay escapatoria posible. El individuo que se crea Karma,
debe aceptarlo y no tratar de aminorar, ni siquiera mejorar la lección a
aprender. Es importante recordar la premisa
Los vinculo Kármicos
Los
vínculos Kármicos de acuerdo a la Ley de Causas y Efectos se basan en el
pasado, son vínculos que se desarrollan por hábitos establecidos. Son
cualidades y tendencias de los ECP’s cuando están encarnado y lograron
expresión en vidas pasadas. Es un proceso de interacción entre lo que fue y lo
que es ahora. Es un vínculo que “aflora” en un momento dado. De todos los
acontecimientos, si pudiera comprenderlo, el menos importante y grave, es
romper los vínculos externos del plano físico, esto origina una situación que
afecta los “lazos” en las futuras encarnaciones. Es un rompimiento que produce
graves reacciones.
Se
puede tener una relación kármicas con un familiar y también con otras personas
del entorno con las cuales están vinculadas por obligaciones. Un vinculo kármico
familiar es tener una relación con una familia, o con apegos originado en el
trasfondo de otras vidas, dando por resultado una seria y ansiosa búsqueda de
ese antiguo vínculo. Son almas que vivieron en el pasado –y que por sus
vínculos también viven en el presente–. En la cadena de afinidad familiares
cuando se “rompe ese eslabón”, deja de existir el vínculo, de ese modo deja de
existir la afinidad con la persona que “rompe la cadena familiar”, y no se
puede integrar nuevamente en el núcleo. Si no dispensa en esta vida, en la otra
se podrá retornar las antiguas relaciones kármicas.
Los
vínculos se desarrollan por hábitos establecidos. Son cualidades y tendencias
de los ECP’s cuando están encarnado y lograron cierta expresión en vidas
pasadas. Ejemplo: En un núcleo familiar un ECP perciben con claridad que tiene
un definido vínculo con esa determinado familia y busca encarnar en ese núcleo,
el cual se da como resultado de una seria y ansiosa búsqueda de antiguos
vínculos, es por empatía hacia esa familia, la cual pudo haber tenido ”raíces”
en el trasfondo de otras vidas. Regularmente son almas afines o almas gemelas
que vibran en la misma sintonía.
También
Como resultado de una seria y ansiosa búsqueda de antiguos vínculos, se puede
tener afinidad con grupos, con quienes kármicamente se está relacionado. La
mutua relación interrelación con el grupo puede ser por igualdad de
aspiraciones, o para crear interrogantes que puedan establecer y mantener
contactos espirituales que permitan al grupo, trabajar con más facilidad como
ente o unidad. Quizás no sean vínculos kármico, sino vínculos que permiten
establecer una mutua relación con almas que en el pasado tuvieron contacto y
mantienen el apego abierto al siempre fluyente río de luz viviente que rodea a
todo los seres en la vida.
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