La fiesta de San Juan de Invierno y el solsticio invernal
Os ofrecemos esta plancha de Solsticio de Invierno cedida por el M.·. Q.·. H.·. Ramon Llull.·.
El término solsticio viene del latín sol state, se refiere al punto anual del ciclo solar en el que el sol queda estático y parece que se detiene. A lo largo del año solar esto sucede en dos ocasiones, las cuales corresponden a los dos puntos en que el sol alcanza su máxima declinación septentrional y meridional.
En el hemisferio norte el 21-22 de Diciembre el sol alcanza la mínima altura sobre el horizonte y parece que se detenga, y así comienza el invierno. En el solsticio de invierno el sol alcanza el punto más bajo en la constelación de Capricornio. Abre el paso de la naturaleza, que se encuentra como replegada sobre sí misma y dormida, el ascenso de la luz. Las fuerzas de la naturaleza se van despertando y empieza la fase ascendente del ciclo anual.
Durante la Edad Media, el gremio de los constructores fue uno de los mejores organizados y más exclusivos y como sabemos constituyeron las logias de masones operativos que más tarde darían lugar a la Masonería especulativa. Según la tradición estas logias de masones operativos medievales habrían heredado las costumbres y los ritos de los Collegia fabrorum de Roma, que tenían sus propios cultos mistéricos y guardaban y transmitían los secretos del arte de la construcción y ciertos secretos y tradiciones de naturaleza religiosa.
Se sabe que en Roma los Collegia fabrorum celebraban la fiesta de Jano en los dos solsticios. En el ciclo anual Jano abre y cierra las puertas solsticiales. La puerta del descenso a la caverna se encuentra en la constelación de Cáncer, cuando el sol alcanza su punto más alto, esta puerta también ha sido llamada por los pitagóricos: puerta de los hombres o de los antepasados, a través de la cual se accede en la oscuridad, es el solsticio de verano. La puerta llamada de los dioses es por la que se accede a la fase luminosa (solsticio de invierno), a un plan sobrehumano o la caverna cósmica.
Jano ha dado su nombre al mes de Enero (Januarius) que es el primero, aquel por el que se abre el año cuando comienza en el solsticio de invierno. Con el cristianismo las fiestas solsticiales de Jano pasaron a ser las de los dos San Juan, el San Juan de invierno (el evangelista) y el San Juan de verano (el bautista), que se siguen celebrando en las mismas épocas, en los alrededores inmediatos de los solsticios de invierno y de verano.
Es también muy significativo que el aspecto esotérico de la tradición cristiana haya sido considerado siempre como “joanes”. Ello confiere a este hecho un sentido que sobrepasa el simple ámbito religioso y exotérico. Y es que Jano era el dios de la iniciación, y este atributo es de gran importancia, sobre todo desde el punto de vista en que ahora nos situamos. El motivo es que hay una conexión manifiesta entre la función iniciática de ciertas imágenes del mundo, tal como las puertas solsticiales, la montaña y caverna cósmicas, entre otros.
Así pues, la herencia de los antiguos Collegia fabrorum se transmitió a los gremios de constructores, que a lo largo de la Edad Media mantuvieron el mismo carácter iniciático que aquellos. La Masonería operativa tuvo por patrones a los dos santos Juan, de ahí la conocida expresión de logia de San Juan que se ha conservado en la masonería especulativa moderna, la cual preservado siempre, como uno de los testimonios más esclarecedores de su antiguo origen gremial, las fiestas solsticiales consagradas a los dos San Juan, después de haberlo sido en los dos rostros de Jano.
El emperador Constantino impuso el cristianismo como religión oficial del Imperio Romano hacia el año 324. Y con ello la religión de una sociedad esclavista se convirtió en superestructura y con la ideología de la clase dominante. El cristianismo era un monoteísmo masculino, solar e intransigente, como correspondía a sus antecedentes hebreos, y no podía convivir de ninguna manera con las religiones más antiguas. El cristianismo tuvo a menudo una actitud inflexible con las manifestaciones religiosas más antiguas.
Algunos dioses y diosas salieron mejor parados que otros. Como el área del Mediterráneo, donde se acostumbró a asimilar las deidades locales como santos y santas. En general el paganismo fue fuertemente reprimido en todos sus aspectos. Pero los Collegia fabrorum resolvieron adaptar sus tradiciones paganas a la nueva fe con cierta habilidad, así se sustituyó la leyenda de la construcción del Templo de Salomón por otra transmitida anteriormente, y se adaptó los nombres de santos y personajes cristianos a los antiguos dioses paganos. De esta manera nació un santo Dionisio y los dos santos Juan fueron honrados como protectores de la Orden en lugar del antiguo dios bifronte Jano.
San Juan de invierno o el evangelista simboliza el espíritu del masón en recogimiento y el encuentro con la luz interior, aunque San Juan de verano, o el bautista, sería el símbolo del masón en expansión y en comunicación con toda la creación. En San Juan a quien se consagra la fiesta solsticial de invierno se le considera el autor del Apocalipsis o libro de la revelación y del evangelio de Juan. En el simbolismo masónico estas dos festividades solsticiales se representan con un círculo y dos tangentes verticales y paralelas.
El solsticio de invierno señala el tiempo cósmico de nacimiento de los dioses solares, los dioses-hombres de las religiones mistéricas que mueren y resucitan anualmente a lo largo del ciclo del año. Hermano y amante de la diosa Isis, Osiris será un dios benéfico en Egipto, el nacimiento del que fue anunciado por una misteriosa voz que resonó en el templo de Tebas el día 25 de diciembre.
También se celebra el 25 de diciembre el nacimiento de Mitra, dios iraní del cielo y de la luz, tutelar de las legiones romanes. Mitra nació milagrosamente dentro de una roca y los pastores fueron los primeros en dirigir sus plegarias al bebé desnudo, cubierto sólo por una gorra frigia. Su nacimiento se celebra bajo la advocación del: natalis solis invictus, ya que coincide con la ascensión solar astronómica solsticial.
Igualmente, en fechas similares, en Grecia se celebraba la fiesta de Dionisos, en Fenicia la de Adonis y Frigia la de Atis, hermano y amante de la diosa Cibeles. Para contrarrestar la gran influencia pagana en la fiesta de la Navidad, los cristianos cambiaron el año 355 la fecha del nacimiento de Cristo (Epifanía) del 6 de enero al 25 de diciembre. Más tarde, en 381, el emperador Teodosio declaró el cristianismo como la única religión oficial y el culto a Mitras fue abolido.
Como comenta Celso en el siglo II, a quien Orígenes combatió tan encarnizadamente, “muchas de las ideas de los cristianos las han expresado mejor, y antes, los griegos. Detrás de estos puntos de vista hay una doctrina antigua que ha existido desde el principio". Esto nos lo transmite Orígenes en su célebre obra en ocho libros: “Contra Celso", la cual es, sin duda, la obra maestra de la apologética de la antigüedad cristiana, antes de “la Ciudad de dios" de San Agustín.
Frazer, el célebre antropólogo inglés, en su no menos famoso libro de: "La Rama dorada", cuando nos habla del culto a Adonis, nos explica lo que sigue, repitiendo una afirmación muy conocida de San Jerónimo. Nos dice que en Belén, lugar donde tradicionalmente se sitúa el nacimiento de Cristo, había un bosque consagrado a Adonis, y que donde el niño Jesús lloró, había sido llorado el amante de la diosa Venus. Adonis era considerado como el espíritu del cereal, difícilmente se puede encontrar, pues, para su mansión un nombre más apropiado que el de Bethlehem: "La casa del pan". Y es posible que Adonis fuera adorado allí en su casa del pan, mucho tiempo antes de lo que dijo: "Yo soy el pan de la vida". La semejanza entre los ritos que conmemoran la muerte y resurrección de Adonis y de Cristo es muy grande, como han puesto de manifiesto numerosos autores, entre ellos el hermano francés Robert Ambelás.
Astarté, la divina amante de Adonis, era identificada con el planeta Venus, y sus cambios de estrella del día a estrella de la noche fueron cuidadosamente observados por los astrónomos babilónicos. Los festivales de Adonis eran fechados con regularidad y coincidían con la primera aparición de Venus como estrella matutina o vespertina. Se puede pensar también que fue Venus la estrella matutina que guió a los reyes magos de Oriente hasta Belén, el lugar santo que sintió, como dice San Jerónimo, los llantos del niño Jesús y los lamentos por Adonis. Y. .., es que un sitio no es sagrado porque se hace culto, sino que se hace culto porque es sagrado.
El conocido antropólogo Joseph Campbell dice que la fiesta de la visita de los reyes magos se celebra ahora el 6 de enero, la cual en la Alejandría egipcia era la fecha del festival del nacimiento del nuevo Aion (una personificación sincrética de Osiris) de Core, "la doncella". En la Alejandría a Core se la identificaba con Isis, de quien la brillante estrella Sirio (Sothis) elevándose en el horizonte había sido durante milenios el signo esperado. La elevación de la estrella anunciaba la subida de nivel de las aguas del Nilo, a través de las cuales la gracia renovadora del señor Osiris, el muerto y resucitado, se extendería por toda la tierra. Es conocido el efecto fertilizante de las crecidas del Nilo sobre los cultivos de las orillas en el antiguo Egipto.
San Epifanio (315-402 dC) cuando escribe sobre el festival de Core en su templo de Alejandría, afirma que la vigilia de aquel día había la costumbre de pasar la noche cantando y atendiendo las imágenes de los dioses. En la madrugada se bajaba a una cripta y se sacaba una imagen de madera, la cual tenía el signo de una cruz y una estrella de oro marcada en las manos, rodillas y cabeza. Se la llevaba en procesión y luego se la volvía a la cripta. Se decía que esto se hacía porque "la doncella" había engendrado a Aion.
Así tenemos tres mitos y dos fechas que marcan la escena de la Navidad cristiana, el 25 de diciembre y el 6 de enero, con asociaciones que señalan por un lado en Persia (Mitras) y Fenicia (Adonis), y por el otro el antigua esfera egipcia de Alejandría con Core y el nacimiento de Aion (Osiris).
Mi definición favorita de religión, nos comenta Joseph Campbell, dice que es una mala interpretación de la mitología. Y la mala interpretación consiste exactamente en atribuir referencias históricas a símbolos que hablando con propiedad son sólo espirituales.
Ramon Llull.·.
M. FM del REAA
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