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miércoles, 3 de mayo de 2017

La masonería de los ancianos

La masonería de los ancianos
Tomado de:
http://masonerialaimprentadebenjamin.blogspot.com.es/2014/02/que-clase-de-masoneria-era-la-masoneria.html
Título original: La Maçonnerie des "Ancients"
Publicado con autorización del blog Truthlurker, donde el autor se identifica con C.G.U, y al final del trabajo revela ser el traductor del libro de Joel Jacques, “Mahabone”.
Artículo Original en Francés:
http://truthlurker.over-blog.com/page-6394830.html
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A menudo se afirma que la francmasonería especulativa tuvo su nacimiento en Londres, junio de 1717, en el barrio de “Fleet Street”. Pero siempre se olvida precisar que al mismo tiempo integraba un buen número de clubes de convivencia más o menos pintorescos y con tendencias festivas, tales como los Gorgomons, el Gran Kheibar y otros grupos de taberna muy propios de la Inglaterra de ese tiempo.

En efecto, eso que se fundó en el solsticio de 1717, no era ni más ni menos que una Sociedad de Taberna que federaba a otros clubes del mismo orden alrededor de la idea de organizar en común una Fiesta de San Juan de verano, con el fin de que fuera menos costosa para cada uno.

Lo que queda como particular de esta fundación es la apropiación a que dio lugar.

En la medida en que ese reagrupamiento se componía de personalidades científicas y culturales de importancia, se convino en darle un nombre que lo refiriera a una sociedad existente asegurándose de una buena imagen, una tradición de protección y hasta una cierta libertad de acción.

La masonería antigua fue así arbitrariamente liberada de sus deberes y misterios propios para devenir en “libre”, “free”,y tomó la denominación de“freemasonry”.

Se dotó de un órgano de gestión y desarrollo que, siempre en relación con la antigua sociedad, pasó a llamarse “Gran Logia”.

En esto es principalmente en lo que reside la originalidad de la creación. Antes de 1717 jamás existió ninguna “Gran Logia”…de la reivindicación de la “libertad” nació la más grande restricción de la masonería: la Obediencia.

Como ese club tenía vocación de universalidad, su asiento se fijó en Londres y en ninguna otra parte y así fue como la “Gran Logia de Londres” vio la luz.

El presidente fue nominado en la persona de Anthony Sayer, un hombre de poca personalidad que pasó del ingrato papel de secretario de Newton al de presidente del Club.

Bien pronto dejó su puesto a Jean-Theophile Désaguliérs, pastor calvinista presbiteriano, hombre de corte y frecuentador de la pequeña nobleza del “tout Londres”, quien decidió hacer de ese club de barrio una organización importante y cercana al poder.

La vio como un excelente medio de ascenso social y de reconocimiento sin relación a lo religioso y para conseguirlo invita de inmediato a la alta nobleza
A fin de garantizar la leyenda y de mantener el misterio, le pide a un amigo, el pastor James Anderson, presbiteriano también pero sobre todo especialista en armoriales dudosos y genealogías de familia imaginarias, construir la de la Orden, bajo la forma de Constituciones.

Ese club de sociabilidad, habiendo conseguido ser protegido por la nobleza, comenzó a tratar de obtener un renombre, pasando igual de rápido a un juego de influencias entre católicos (jacobitas) y protestantes ( Hanoverianos).

Fue exportado a París el 12 de junio de 1725 fecha en la cual se creó, a instancias de Lord Derwenwater, refugiado católico jacobita, la logia Saint Thomas que se instala en una taberna muy frecuentada por inmigrantes ingleses, en Barnabé Hute, calle de la carnicería.

Una logia rival fue instalada por los protestantes calvinistas en 1732, algunas calles más lejos en el Auberge du Louis d´Argent(Posada del Luis de Plata).

Pero el proyecto protestante de “redireccionar” la francmasonería francesa bajo la égida de los presbiterianos se extinguió rápidamente en un país extremadamente católico, que se apropió por su cuenta de una estructura muy a propósito para reunir el espíritu místico de su época.

Ese nacimiento de la primera Gran Logia de Francia y la apropiación por parte de los franceses de esa forma de sociedad, separa de inmediato los destinos de dos órdenes que dio como consecuencia una evolución particular en la rama continental.

Esa evolución sustrajo a la francmasonería francesa de la influencia del conflicto que oponía, en suelo británico, la corriente de quienes se denominaban antiguos, en referencia a una larga tradición a la que supuestamente pertenecerían, desde las logias de York y las guildas de constructores, con la de los intelectuales nobles y cortesanos, nuevos adeptos de un protestantismo rigorista y a los cuales se calificaba despectivamente de modernos por no decir impostores.

La francmasonería francesa no podía involucrarse en esto ya que si bien era, hablando con propiedad, heredera de la corriente de 1717 por otra parte había acentuado las limitaciones y multiplicado las disparidades.

No discutiremos más a fondo por ahora esta problemática que sería más especialmente relativa a la introducción de facto de una nobleza brillante y orgullosa en un orden con reivindicaciones igualitarias e intelectuales, más que para analizar los eventuales contenidos místico-esotéricos más que dudosos en su mayor parte.
Tal debate sería demasiado ajeno a mi intervención de esta tarde, aún si no se opondría a nuestro asunto.

La estructura actual de la francmasonería inglesa se reivindica como la única “regular” y será de la que hablaremos esta tarde, y lleva como título “Gran Logia Unida de Inglaterra”. Tal denominación se refiere exclusivamente a la federación de logias que sabemos se constituyó después del Acta de Unión de 1814 como continuación de la sorprendente idea que justificaría que la Gran Logia exista… esto es, que el funcionamiento en forma de Gran Logia permitió evitar la bancarrota de la masonería de 1717, totalmente endeudada por la construcción del Masonic Hall y puso fin al conflicto que oponía a las dos formas en presencia, las de Ancients y Moderns en 1813.

Esta Gran Logia con vocación universalista fue consagrada el 30 de mayo de 1816 durante una tenida de ceremonia llamada “Gran Logia” presidida por el Muy Venerable Gran Maestre, Su alteza Real el Duque de Sussex sobre la base de una ceremonia donde el ritual se formó especialmente con una base del 80% del ritual de los “Ancients”, y que hoy día conocemos bajo el apelativo de “Perfect Ceremonies” o “Ritual de Emulación”.

¿Quiénes eran los masones Antiguos?...

Los masones “Ancients” se presentan el siglo XVIII bajo la forma de una reagrupación muy dispar de pequeñas logias independientes unas de otras, alrededor de eso que Patrick Negrier llama “La Palabra del Masón”.

Son de diversos orígenes, mayoritariamente del noreste de Inglaterra, de Irlanda o Escocia. Presentan todas un carácter nómade heredado de su tradicional desplazamiento de obra en obra.

Pretendían ser de la antigua confraternidad de Oficio donde la organización se constituyó hacia el siglo VIII con los monasterios culdeos pasando, para resumir, por los estatutos Schaw y la vieja Logia de York que no devino en autodenominada Gran Logia de Toda Inglaterra sino en 1725, en reacción a los “Moderns” pero que el Rey de Inglaterra y sus obispos gobernantes habían dirigido desde el siglo IX...

Antes de ese período del XVIII, la masonería de los antiguos jamás se había reagrupado en federación general sino solamente en guildas estatutariamente independientes y dirigidas por los Maestros de Obra designados por el Rey, tal como William Shaw.

Las logias no existían más que por los que la componían y se constituían según las necesidades. Se reconocían según los conocimientos y no según la presentación de un “recibo de capitación”.

Lo que aún sorprende hoy en día es la energía empleada en competir con una sociedad que le era totalmente extraña y donde su existencia hasta cierto punto fortuita fue declinando poco a poco.

En efecto, el origen de los antiguos como siendo puramente operativos, se reivindicaba a justo título, como los únicos miembros verdaderos de la antigua masonería que provenían de logias arcaicas y detentadoras de secretos de Geometría.

Ellos basaban su antigüedad en el hecho de que su corporación habría sido fundada y estructurada por el legendario rey Athelstan en el siglo IX.

En consecuencia, se presentaban como los únicos practicantes del rito regular de la masonería y los únicos habilitados para comunicar las palabras, signos y toques secretos…secretos más antiguos, decían, que los formulados y sobretodo inventados o desnaturalizados por los fundadores de 1717.

Aparte del sitio de las columnas, se trataba más bien de la naturaleza misma de la enseñanza de la Palabra del Masón y de la construcción organizativa que marcaba la diferencia.

Ese grupo fue general y tardíamente denominado Gran Logia de los Antiguos, tal apelativo dio por resultado que desde 1717 fuera más fácil hablar de la masonería por referencia a una Obediencia antes que por la calidad de masón.

Esto es especialmente cierto para los historiadores franceses. Sin embargo, sabemos hoy día un cierto número de cosas a propósitos de esos “antiguos y de su organización ritual.

Los grados interiores, las Órdenes, sus vínculos y todo eso que formaba el enfoque de progresión, pues sus rituales y conocimientos eran enseñados progresivamente. Ya al comienzo la totalidad del curso era presentada a los Aprendices y después los elementos iban siendo estudiados en progresión hasta la transmisión de los secretos del Arco.
Esos secretos siempre fueron considerados como “el corazón”, la médula” de la masonería por los antiguos, a tal punto que una de las palabras más utilizadas es “médula en los huesos”… “marrow in the bone”… “ mahhabone”.

La francmasonería de los “antiguos” presenta otra diferencia, y de talla. Se organiza, al menos desde las tradiciones de los masones de York, alrededor de los aprendices y compañeros, donde estos últimos devienen en “hombres de marca” antes de poder ser Maestros de logia y por fin Excelentes Compañeros del Real Arco.
Habrá que esperar a la exportación del rito a las colonias americanas para ver la separación de la Marca y el Arco respecto a los tres grados y hasta 1728 para que fuera integrada la leyenda de la maestría en el thesaurus de los modernos.

Puede entenderse ahora porque esos masones, principalmente inmigrantes irlandeses y escoceses quedaron muy sorprendidos al ver rechazado el acceso a las logias de Londres y, las raras veces en que fueron aceptados, de constatar que los de 1717 no se contentaron con organizarse alrededor de un poder central que en realidad no tenía competencia sobre ninguna jurisdicción masónica particular ni en la organización de los grados.

El reagrupamiento de sus logias «antiguas» se realizó con seis de entre ellas, independientes, bajo la égida de Laurence Dermott, artesano peletero e intelectual burgués de origen irlandés.

La verdadera denominación de esta asamblea, un reagrupamiento interesante, fue primeramente: «La más antigua y honorable Fraternidad de los masones libres y aceptados”, más adelante «Gran Logia de los Masones Libres y Aceptados según las Antiguas Instituciones» (Grand Lodge of Free and Accepted Nasonbs of England according to the old Constitutions».

La asamblea que determinó la existencia colectiva de los« antiguos» en tanto que Gran Logia, fue celebrada el 17 de julio de 1751 en la taberna «Cabeza de Turco» (Turk´s Head tavern) en la «Greek Street” del barrio londinense del Soho, es decir del otro lado del barrio del Strand, barrio de tenderos, en el lado geográfico opuesto al sitio de fundación de la logia de 1717.

Las crónicas de John Morgan, que trabajaba en la secretaría, indican la presencia de siete logias, ninguna de las cuales, y por buenas razones, estaba afiliada a la Gran Logia de Londres de 1717.

Durante esta fundación, para el historiador masonológico inglés Bernard Jones no había más de ochenta personas, todos tenderos, mecánicos y pequeños artesanos, inmigrantes en su mayor parte de origen irlandés, instalados en Londres.

Esta nueva estructura tomo enseguida el hábito de reunirse en una taberna ocupada por una octava logia que se unió a ellos y ofreció su local; la logia «Temple and Sun» sobre Shire Lane en Temple Bar, otro barrio de Londres.

Esta Gran Logia de los Antiguos, era igualmente conocida, en la época, bajo el nombre de Gran Logia Atholl, por el nombre de los Duques de Atholl, protectores de larga data de la Corporación y que ocuparon la Gran Maestría a partir de 1771. Esta nueva institución pretendía reagrupar todo a la vez, la Gran Maestría de los Antiguos y la de la Gran Logia de Escocia, constituida recién en 1736 después de los Saint-Clair de Roslyn fueron removidas de su cargo de protectores hereditarios de la masonería escocesa.

Otra particularidad, los miembros de la Gran Logia de los Antiguos, es que reivindicaban una denominación particular, la de «free and accepted masons» es decir «masones libres y aceptados»

El calificativo de «Libre» estaba en la denominación general de la masonería especulativa y poco a poco fue transformándose para devenir en «freemason»-

Hoy en día existe mucha literatura relativa a ese calificativo desarrollando el hecho de que los obreros masones, además de su cualidad de artesanos itinerantes, disponían de una cierta libertad, una franquicia, de acción y de reagrupamiento entre las distintas guildas obreras que existían bajo el sistema feudal.

Algunos autores, como Eric Ward, hacen derivar el nombre de free-masons del término que calificaba a la piedra franca, free-stone que generalmente iría acompañada del nombre de quien la trabaja, el masón. Esa fórmula verá su primera aparición en el siglo XIV con la instauración de una suerte de primer derecho del trabajo; los estatutos de los Obreros (Statutes of Labourers), en 1351 que definían un estatuto de master free-stone mason más de un siglo antes de la redacción del Regius. Todo eso producirá con el tiempo un término genérico de freemason, frimason, freymason o free-stone mason. Estas explicaciones concernientes al origen del término freemason se derivan directamente de las teorías que destacan la filiación operativa de la orden y hasta hoy son sostenidad como garantía de la regularidad de origen de las obediencias.

Eric Ward, autor de manuales de Aprendiz-Compañero-Maestro del rito de Emulación, hace remontar esas fuentes históricas a los siglos XIII y XIV, cosa que parecería estar confirmada por ciertos documentos de época.

Esa explicación, basada a la vez sobre la mutación lingüística y las afirmaciones más o menos realistas de una mayoría de talladores de piedra en el seno de las corporaciones de masones, se enfrenta sin embargo a las estadísticas de las antiguas logias escocesas dadas por David Stevenson en los años 1980s y que dejan ver que en las logias se encontraban diferentes categorías de oficios de la construcción y que los talladores de piedra estaban lejos de ser los únicos miembros de las guildas de masones… de allí, es válido preguntarse porqué denominar a los miembros de una sociedad como esa con el nombre de solo una parte de sus miembros?

Esta Libertad, esta franquicia, que califica al masón es omnipresente en los diferentes escritos relativos a las guildas de constructores y a las antiguas logias de constructores donde los oficios concurrían en participar en la construcción de edificios. Todos esos hombres se reagruparon bajo el nombre de masones « operativos», es decir con el de aquellos cuyo oficio era el de participar en la operación de la construcción.

Y ese término aún está en uso en nuestros días. Sin embargo se sabe que fueron francmasones los que formaron la Orden, al menos entre los «Antiguos» y si se desea comprender una de las realidades culturales de fines del siglo XVIII, debemos detenernos un instante sobre eso que dicen los catecismos masónicos más viejos, a saber, que un masón debe ser «nacido libre» y/ o de una «mujer nacida libre» según los distintos ritos en uso.

Así que un masón no puede ser ni esclavo ni nacido de esclava, pero tampoco puede ser «comprometido» queriendo decir» estatutariamente constreñido». Esos términos nos darán una aproximación a la vez, de las fuentes y de las consecuencias de las corrientes internas en la masonería, ya sean simbólicas o puramente sociales.

Las disposiciones relativas a la libertad, la franquicia del masón y a su libre nacimiento son todavía hoy, asociadas a los Candidatos que desean recibir la iniciación y que ya no son obreros de oficio.

La comprensión total del sentido de esta problemática de « nacimiento libre », no puede lograrse más que ubicándola en el contexto particular de una sociedad que la tenía inscripta entre sus reglas.

Es evidente, en el estudio, que una gran parte de los ritos anglosajones de estilo Emulación y una parte menor del Rito Escocés Antiguo y Aceptado, presentan una fuerte inclinación a ofrecer una imagen ordenada de la sociedad victoriana del siglo XIX con el fin de promover el modelo social como referencia de una civilización que a veces debe justificar las diferencias.

La mayor parte de los autores ingleses de esa época estaban íntimamente persuadidos de la superioridad del modelo británico y del hecho de que debía servir de referencia. Del mismo modo, las sociedades muy católicas o protestantes, calvinistas y luteranas del continente, comenzaron a revisar algunos principios a fin de integrarse en sus prácticas y modelos sociales.

Por extensión, el 99% de los historiadores continentales de la francmasonería no hablan más que de sí mismos, como los ingleses. Es así que «el buen renombre», la recomendación de excelencia del obrero de los antiguos rituales, se transforma en las « buenas costumbres» entre los cristianos rigoristas, protestantes y católicos preocupados de una mejor afirmación del decoro social, garantía de educación de un linaje sin tacha.

En lo que concierne a esta afirmación particular de ser «nacido libre», debe destacarse que la exclusión de los «Cowans» ha desaparecido de la ritualistica moderna y continental, muy probablemente porque pocos historiadores o historiadoras de la masonería han abordado el asunto de la definición de tal término y de las poblaciones que recubre y que los francmasones mismos no saben muy bien a qué corresponde.

Para algunos, se trataría de obreros bajo contrato que trabajaban en las obras pero de modo intermitente y que, por su estatuto no tenían la libertad necesaria para independizarse.

Para otros en los que me cuento, se trata de una antigua distinción entre los masones que edificaban sin mortero (próximos a las técnicas celtas y nórdicas tradicionales que darían nacimiento a la masonería de oficio, de aquellos que utilizaban mortero (método importado por los cristianos del imperio romano) que habrían perdido por esa causa, el Arte de la Geometría exacta.

Una vez más, sería bueno abordar la cuestión con detenimiento, pues todo parece indicar que los miembros de la Fraternidad, de la Corporación, no podían ser obreros «jornaleros», sujetos a los términos de un contrato que les pondría bajo dependencia, privados de libertad. Esto invalidaría la explicación contractual.

Entre los Compañeros de las antiguas logias, y al menos desde el siglo XVI, se constata la presencia de otros miembros cuyo oficio no era ni la construcción ni la arquitectura. Mantenían lazos con los constructores más allá de sus competencias y particularmente la de saber leer y estar versados en el conocimiento de la ley y las costumbres… para lo que había que conocer el latín… Se les denominará « gentlemens masons» o más frecuentemente «masones aceptados».

Será esta terminología «isabelina» la que será retomada para calificar a los fundadores de la Gran Logia de 1717 mucho antes que se empleara el calificativo de« moderns».

Para poder entender la diferencia entre los «aceptados» y los « especulativos», hay que mantener en mente que el oficio de masón es el de un artesano que no tiene una tienda y que el oficio le obliga a desplazarse de obra en obra. Ese es el corazón de la estructura de la antigua masonería: el nomadismo y la propagación del saber por el viaje. Las logias tenían una existencia efímera y se levantaban para construir..

Los profesionales de la construcción seguían a los obras e iban adonde se encontraban. Con la evolución de la sociedad y la progresiva desaparición del feudalismo, las guildas se vieron obligadas a aceptar nuevos cuerpos de oficios para salvaguardar sus intereses y fundar las reglas sobre las cuales podrían apoyar sus corporaciones.

Esas transformaciones y las negociaciones político-económicas que suponían, demandaban la presencia de esquires, gentlemen farmers, miembros de cierta categoría social nacida de la revolución agraria o de representantes de la nueva burguesía cultivada, a fin de asegurar la tutela de la corporación y salvar sus intereses.

Así los primeros Supervisores Generales de las Obras del Rey, como William Shaw en el siglo XVI, no eran masones de oficio, sino personas instruidas, próximas al poder y reconocidas con cualidades para gerenciar una Corporación de la que a menudo dependía la imagen del soberano por la calidad de las obras que marcarían su estilo. La guilda y su dirección ofrecían además la garantía de estabilidad del poder que les nombraba y, con el tiempo, devendrían en la imagen de grupos que podrían reivindicar una apariencia semejante.

Para ser más precisos, se sabe hoy en día que esa «aceptación» que en lo que toca a todas las personalidades de las que se ha podido hallar algún rastro de recepción en logia entre el siglo XVI y el XVII, concierne a personas de la pequeña nobleza o de la reciente burguesía, admitidos para ser recibidos entre los masones de oficio. Y si esos son los únicos de los que se han encontrados trazas es justamente eran los que tenían la función de asegurar las crónicas que hasta entonces no existían.

Por el contrario, no existe, por lo que sé, ninguna fuente que pueda responder a las siguientes dos cuestiones:

  1. ¿Existían rituales y prácticas secretas además de la transmisión de los secretos y palabras, en las logias de masones antiguos? Entendiendo por ritual una serie de actos y formulas repetidas de manera ordenada alrededor de una situación alegórica o mitológica portadora de un ideal paradigmático.
  2. Y sobre todo, los masones aceptados en las antiguas logias, ¿eran admitidos a compartir los misterios confidenciales propios de los hombres de oficio, formando una sociedad interior aportando en el seno de la guilda los arcanos y misterios de los que ellos mismos eran detentadores, o bien el acceso a los misterios de la Geometría era en sí el Misterio?

Ahora podemos, reagrupando el conjunto, obtener una imagen de la movida masónica más arcaica, es decir la de los Ancients. Se trata de un reagrupamiento de hermanos artesanos, practicantes de un oficio y que disponían de una cierta libertad de reunión y desplazamiento de una obra a otra sin tener los inconvenientes de un contrato restrictivo.

Se unían a otros Compañeros, extraños al oficio y eran recibidos en la Corporación por sus cualidades y saberes a fin de gestionar los intereses de las obras, de las logias y de sus miembros, en un entorno económico y jurídico más y más complejo.

Se trataba entonces de un grupo de masones Antiguos, Libres (con franquicia) y Aceptados ( Ancient Free and Accepted Masons).

Estas cuestiones son tanto más inquietantes para la investigación en masonería que la naturaleza y hasta la existencia de ceremonias masónicas o teatralizaciones conceptualizadas, dramatizadas o psicodramatizadas, que serán las practicadas por los «especulativos» antes de 1730; es un asunto por lo menos incierto y reposa sobre bases igualmente inciertas.

Puede entonces preguntarse si la célebre obra de Samuel Prichard Masonry Dissected es una verdadera Divulgación o una pura invención.

Esa es la cuestión, los de 1717 y la masonería continental lo respondieron, pero ¿qué es realmente?

En el primer caso, ¿se podría pensar que describe una práctica muy antigua, pero ¿cuál?, ¿de dónde provendría?
En el segundo caso, en la medida en que Prichard era notoriamente reputado como antimasón, surge la cuestión de la fiabilidad de las fuentes o de la eventual patraña.

Por extensión tenemos el derecho de inquietarnos por el hecho de que sirvieron de modelo y referencia a numerosas logias y de argumento a muchos historiadores desde entonces. La inquietud se hace más grande cuando se sabe que los secretos son de  «palabras, signos y toques y que los masones herederos de Prichard tomaron como testimonio eso que no puede ser otra cosa que una caricatura pintoresca…

Entonces, aunque se pueda admitir que las referencias mitológicas y más frecuentemente veterotestamentarias propuestas por los Old Charges y los antiguos catecismos, forman un sustrato coherente de comunicación de Palabras y Secretos relativos a los Misterios de la masonería de Oficio, ninguno presenta una forma ritual anterior a la publicación de la Masonry Dissected.

Se trata de algún tipo de ceremonias sin teatralización que devela particularmente la obra que he traducido, Mahhabone; rituales construidos según una forma reconocible hoy día. Por no decir que fueron una de las fuentes de su elaboración.

Se comprende que los diferentes calificativos relativos a los masones que acabamos de presentar sean directamente derivados de lo que representa la historia de la masonería, inseparable de la historia política del Reino Unid, son las formas convergentes de esta masonería especulativa que fueron transpuestas al continente. Pero esta es otra historia más lejana de Antiguos y Modernos… al menos a primera vista.

A continuación y como complemento de este trabajo presentamos un extracto de Masonic papers by Brother Yasha Beresiner. Some judaic aspects of Freemasonry: Dermott´s Ahiman Rezon
Se encuentra completo en (Pietre stones review of Freemasonry)
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Como bien dice el autor de este artículo, nuestros rituales siempre se refieren a relatos y leyendas inspiradas en los escritos bíblicos de carácter veterotestamentarios, pero en la Gran Logia de los Antiguos, además, se hacía uso en sus escritos, de palabras y caracteres de la lengua hebrea, como se demuestra en el ejemplo presentado, en este caso el propio Libro de las Constituciones de esa Gran Logia.
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La descristianización de los Modernos y la actitud de los Antiguos.

Cuando consideramos la frecuencia con que nuestro ritual enfatiza la cercana relación al templo del Rey Salomón, no es sorprendente que para los profanos, la francmasonería se considere asociada al judaísmo.

Y es tanto más irónico siendo que nuestros ancestros, debido a la naturaleza trinitaria de los antiguos cargos, excluyeron a los judíos y todos los no cristianos de participar en la francmasonería.

El énfasis en la naturaleza Cristiana del Oficio en los antiguos días, se comprueba leyendo el preámbulo de las primeras regulaciones de los masones operativos, conocidos como Old Charges, desde el más antiguo que conocemos, el Regius Poem de 1390. Cada uno de esos preciosos documentos, escritos en pergaminos y rollos, comienza todos con una plegaria al Padre de los Cielos, el Glorioso Hijo Jesús Cristo y la gracia del Espíritu Santo.

Las páginas de las actuales Constituciones de la GLUI comienzan con un sumario de los Antiguos cargos que esencialmente son las mismas reglas primeramente promulgadas en los Antiguos Cargos de que hablamos antes.
Y esos Cargos se leen a todo Maestro Electo antes de ser instalado en el Oficio más elevado de su logia.

Para 1698 apareció en las calles y cafés de Londres un folleto dirigido ”a toda la gente piadosa de la ciudad de Londres.” Allí se condenaba a los masones por antirreligiosos, pero como bien explican los investigadores Knoop y Jones, en realidad se referían a que todo masón cristiano anti trinitario, era sencillamente un impío.

Puede que a causa de esto, la francmasonería ya hubiera adoptado una actitud abierta y tolerante hacia la religión, antes de las Constituciones de Anderson de 1723, que se considera como fecha oficial de lo que se llamó “des –cristianización” del Oficio.

El término “des-cristianización”, en realidad no se refiere a que a partir de entonces se permitiera a judíos y no cristianos ser masones, sino a la eliminación que hizo Anderson en sus Constituciones y la adopción de un amplio punto de vista acerca de la religión, aceptando una creencia en Dios, sin referencia a ningún culto en especial. Y se la expresa en el conocido cargo “de Dios y la religión”, excluyendo a los “ateos estúpidos y libertinos”.

Hay quien opina que más que una apertura de la francmasonería a toda religión, la intención de Anderson habría sido declarar una conformidad con el movimiento deísta que estaba siendo cada vez más popular. El Deísmo, al contrario que el Teísmo, que cree en un Dios personal que interviene en las acciones de los hombres, profesa igualmente una creencia en Dios, pero sin tener en cuenta la religión.

Cuando se crea la Gran Logia de los Antiguos, Laurence Dermott su infatigable Gran Secretario, en sus ataques a la primera Gran Logia, la de los Modernos, de todos los reproches y acusaciones, la primera es justamente el asunto de la descristianización de las ceremonias y el abandono de las plegarias cristianas.
Para la época de su aparición, ya se contaban en las logias de antiguos y modernos algunos miembros judíos, y en la propia Gran Logia Antigua por ejemplo, lo era el Gran Tyler, David Lyon en 1760.

Ahora bien,, con estas afirmaciones, no sería esperable que los Antiguos trataran de animar a unírseles a nadie que no fuera cristiano.

Pero lo cierto es que en las Constituciones que se dio la Gran Logia de los Antiguos, hay muchas alusiones y referencias judaicas, empezando por el propio título que se le dio al Libro de las Constituciones, hasta hoy un enigma no descifrado..

Para los Antiguos era importante contar con su propio Libro de las Constituciones, que apareció en 1756 dedicado a su Gran Maestre como un noble de sangre.

Lleva un título en hebreo “Ahiman Rezon”.

En la cubierta del Libro se puede leer:

“… mostrando la Excelencia del Secreto y la Causa Primera o motivo de la Institución de la francmasonería…. Como así las plegarias empleadas en las logias judías y cristianas…..”
A primera vista esto implicaría que había hermanos de fe judía activos en la Gran Logia Antigua para esa época.

¿Qué sucedió para que Dermott cambiara su punto de vista respecto a la admisión de no cristianos que tanto reprochaba a los Modernos?.

Una hipótesis es que en los primeros años, la incorporación de miembros no hubiera sido importante y que no tuvieron más remedio que abrir las puertas de su GL a gentes de todas religiones, como medio de asegurar la supervivencia de los Antiguos.
Por otra parte, no tenemos pruebas que Dermott seriamente intentara excluir a nadie de su GL. Su semántica parece haber estado dirigida solo para los oídos de los Modernos. Lo cierto es que no contamos con ninguna prueba de que tales logias de judíos hayan existido y eso sin hablar de las plegarias para abrir una de esas logias.

El extraño título de las Constituciones: Ahiman Rezon.

La razón por la que Dermott eligió ese extraño título, permanece en el misterio. El sub- título que le dio es “Ayuda a un hermano”, que no parece estar en relación al anterior.

Abundan las teorías de estudiosos del hebreo, pero me inclino por la interpretación del H. Shaftesley que sostiene que Ahiman Rezon es una transliteración incorrecta del hebreo AHIM MIN RATZON, que podría traducirse como Hermanos por voluntad.

Tampoco es usual que no haya comentarios de este título en escritos de su época.
No parece que los Hermanos de entonces, familiarizados con el título hayan notado su sentido, ¿o se contentaban con la simplista explicación que gradualmente fue convirtiéndose en criptica y misteriosa?.

En sus Constituciones, Dermott intercaló otros elementos que pueden explicar la elección de un título hebreo para ellas.
Si se observa con cuidado la página de la primera acta de los Antiguos, puede verse como apéndice o “cola” de su firma, el delineado de una pluma y tintero, seguido por la firma de Dermott tanto en caracteres latinos como hebreos, con la palabra SOFER escrita en hebreo, que significa Secretario.

Sobre la firma hay letras hebreas intercaladas dentro de otros símbolos masónicos con el Pentalfa ubicado centralmente, la sigla OMINI en lo alto, pero en letras latinas y Aleluya debajo, pero en hebreo.

¿Era esta una demostración de conocimiento de la lengua hebrea de Dermott, o era un intento de congraciarse con hermanos de la fe judía que ahora ya eran miembros de la Gran Logia Antigua?

Alguna de esas opciones pudo haber sido la razón para dar un título en hebreo a sus Constituciones, y probablemente jamás lo sepamos.

Además los Antiguos adoptaronun Escudo de Armas, emulando al de la GL de los Modernos, y que aparece en la segunda edición del Ahiman Rezon de 1764, con símbolos que son muy familiares para todo masón Real Arco.
Los cuatro símbolos bíblicos del Hombre, León, Buey y Águila están muy visiblemente exhibidos en cada convocatoria de un Capítulo Real Arco.

Esos mismos emblemas se usaron como símbolos judíos en un formato similar durante el siglo 17.

El propio Dermott, en una extensa nota en página xxxiv da una completa descripción de las circunstancias de su adopción y declara que lo encontró en la colección del famoso y erudito hebraísta, arquitecto y hermano, Rabi(sic) Jacob Jehudah León.”.

Es más, Dermott menciona en la introducción a la primera edición del Ahiman Rezón, al Rabino León, que llama Mr.Lyon, como una de las autoridades en que se basó para compilar las Constituciones. El Rabino Jacob Jehudah León (1603-1680) era español y llegó a dirigir las comunidades judías de Hamburgo y Amsterdam.

Su fama, sin embargo la tuvo por su famoso modelo del Templo de Salomón que fue exhibido en Londres y que Dermott afirma haber contemplado en una visita.

La cuestión es saber cómo y de dónde obtuvo Dermott autorización para usar el escudo de armas atribuido al Rabino León. A pesar de esto, en la extensa bibliografía de las obras del rabino, no aparece mención alguna al dibujo de un escudo de armas, ni tampoco hay ninguna prueba de que hubiera sido un masón como afirma Dermott.

Se encuentra aún otro error en el escudo, donde las palabras hebreas Kodesh La Adonai, están incorrectamente trasliteradas a letras latinas. Esta sentencia en inglés ha pasado a ser Holiness to Lord (Santidad al Señor).

Dermott es hoy en día considerado como un dedicado y erudito masón cuyas actividades se dedicaron enteramente a extender la GL de los Antiguos en un modo por completo devocional. Pero sus acciones y motivos necesariamente hacer surgir preguntas cuya respuesta aún está por encontrarse.

Bibliografía

Adams, Cecil. Ahiman Rezon the Book of Constitutions AQC 46 1937
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Tomado de la Revista Dialogo Entre Masones N° 8 Agosto 2014

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