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miércoles, 13 de diciembre de 2017

¿Es La Masonería Una Ciencia?

¿Es La Masonería Una Ciencia?
Juan de Mairena


¿Es la Masonería una ciencia?, ¿es científica?, y si no lo es… ¿debe repudiarse como pseudociencia?

La Masonería se propugna como un método para ayudar a las personas a perfeccionarse como seres humanos y, a la vez, contribuir al Progreso de la Humanidad.

El método que utiliza se basa en el simbolismo, es decir, en la interpretación subjetiva del valor moral o espiritual de un determinado símbolo y su aplicación a su mejora personal o de la sociedad, asimismo utiliza el ritual como una forma de impactar el “subconsciente” de sus miembros, y conseguir que, durante las tenidas, estén “libres de metales” o influencias irracionales y emocionales, y puedan desarrollar mejor su raciocinio y su libre pensamiento, un pensamiento no sujeto a dogmas.

Otro aspecto muy importante en la masonería es el aspecto iniciático. En cada grado se dan, mediante unos rituales, una serie de “herramientas simbólicas” para que las utilice, no se facilita la enseñanza, sino que, pedagógicamente, y no muy de acuerdo con las teoría actuales, se intenta que sea el propio iniciado el que demuestre su interés y su deseo de pertenecer a la Orden y de avanzar en su perfeccionamiento como un método de que desarrolle su esfuerzo, su constancia y su tesón.

Todas estas máximas, pruebas, herramientas, afirmaciones no están verificadas por el método científico,¿eso quiere decir que sean falsas, repudiables o inútiles?

La ciencia actual se basa en la utilización de una potente herramienta, el método científico. Este método tiene una serie de pasos que podemos resumirr diciendo que busca ratificar una posible explicación, a la que llamaremos hipótesis, a una pregunta o un fenómeno, mediante una serie de pasos seriados, verificables y replicables.

En las ciencias experimentales podemos verificar nuestra explicación o nuestra afirmación realizando una serie de experimentos en los que nuestra explicación debe replantearse como una serie de resultados esperados y contrastables. Si intervienen poblaciones deberíamos seleccionar una muestra suficiente de la misma y hacerlo de forma aleatoria.

Por poner ejemplos, la existencia de los átomos o los electrones no se ha verificado “observándolos”, sino que la teoría de su existencia sirve para explicar una serie de fenómenos observados y no explicados hasta el momento, sobre esta base teórica se realizan una serie de hipótesis o “predicciones” sobre la ocurrencia o no de determinados fenómenos que prueben la teoría, se realizan estos experimentos y si las previsiones son verificadas, podemos afirmar que el átomo o el electrón deben existir mientras no se encuentre otra teoría que expliquen los fenómenos observados.

En poblaciones, para poder afirmar o no que el sexo de las personas influye o no en la potencia de un medicamento, se aplica dicho tratamiento de forma correcta a una población suficiente, seleccionada aleatoriamente y se verifica si el efecto que se produce es o no distinto. Las complejidades estadísticas hacen que en muchos casos se utilice la no verificación de la “hipótesis nula” que quiere decir que lo que se hace es plantear una hipótesis “No hay diferencia” y si no se consigue demostrar, es decir, si no hay evidencia de esta ausencia de diferencia, se plantea que es muy probable que sí la haya.

Otro elemento fundamental en el método científico es la replicación, es decir, que el experimento se pueda repetir y verificar de nuevo, esto hace que sea de difícil aplicación a fenómenos históricos, políticos, sociológicos, e incluso psicológicos.

Esto plantea una serie de limites, por ahora, a las ciencias humanas. Principios éticos impedirían que a determinados sujetos o países se les pudiera aplicar determinados experimentos (además deberían ser seleccionados aleatoriamente) o dejar de aplicar determinados tratamientos para verificar su idoneidad.

En estas ciencias, además se necesita un grupo experimental y otro al que se llama “control” al que no se le aplica el tratamiento para poder afirmar que el efecto terapéutico no se debe a otras causas, entre ellas al efecto llamado placebo que supone que el creer firmemente una persona en que un determinado tratamiento tiene un efecto curativo, y se pueda producir ese efecto mediante “sugestión”, ni que decir tiene que es efecto placebo no se ha demostrado científicamente ni se han visto sus mecanismo, es solo una teoría explicativa no científica, es decir, no verificada por el método científico.

Muchas de las teorías que llamamos científicas comparten esta característica, son explicaciones hacia atrás, que intentan aclarar fenómenos pasados y que no se pueden experimentar, ni replicar.

Entre ellas la teoría de la evolución de Darwin, basada en las mutaciones y en la supervivencia del más fuerte, no tiene ninguna evidencia científica, lo cual no quiere decir, ni mucho menos, que sea falsa, simplemente no se ha podido demostrar, lo mismo sucede con la teoría de la relatividad, ambas explican una serie de fenómenos mediante una explicación “convincente” por los modelos culturales de la época.

Esto último es importante, y entra de lleno en la teoría (tampoco verificada científicamente) de los paradigmas de Kuhn, que dio a este concepto su significado actual, el conjunto de prácticas que definen una disciplina científica durante un período específico de tiempo, definiéndolo como aquel modelo que hace que, en una determinada época, los científicos seleccionen:

Lo que se debe observar y escrutar y aquello que no.
El tipo de interrogantes que se supone hay que formular para hallar respuestas en relación al objetivo
Cómo deben estructurarse estas interrogantes, y el tipo de hipótesis explicativa
Cómo deben interpretarse los resultados de la investigación científica.

Por ejemplo, la teoría Darwinista de la evolución no es separable, según esta teoría de los paradigmas, de la noción capitalista e imperialista de la sociedad británica donde nació, ya que incide en la explicación genética de los mecanismos de aparición de diferencias, y no da ninguna importancia al ambiente, como hacía el lamarckismo, la otra teoría explicativa de la evolución, esto unido a la supervivencia del más fuerte, era muy compatible con la explicación clasista y racista de la sociedad británica de la época, que no responsabilizaban al ambiente, a la educación o las condiciones sociales de la pobreza de las clases bajas, sino a sus genes, y daba carácter “científico” a la explotación del débil o a su eliminación mediante el colonialismo y a técnicas eugenésicas.

La explicación de que por mutaciones al “azar” un insecto adopte la forma de la hoja donde vive y sobreviva porque así no es comido por sus enemigos no solo no está demostrada científicamente, sino que aplicando la teoría de Kuhn es pausible en una sociedad clasista y colonialista basada en la superioridad científica del hombre anglosajón, pero sería incomprensible y complicada en la sociedad católica españole del siglo XV, en la que parecería más simple, y por ello más científica, según la noción de la navaja de Ockham según el cual, «en igualdad de condiciones, la explicación más sencilla suele ser la correcta», la explicación de que era así por que la Virgen había hecho un milagro.

Según la teoría de Kuhn un paradigma (por ejemplo la física tradicional o la explicación infecciosa de las enfermedades en la medicina) va explicando fenómenos hasta que empieza a fracasar en su aclaración de otros fenómenos que van surgiendo, cuando llega un momento en que se acumulan muchos fracasos explicativos, la teoría antigua se derrumba y surge una nueva teoría explicativa (la física cuántica o la explicación genética en la medicina). La ciencia no avanzaría de forma continua, sino a saltos y esos saltos y muchas explicaciones “geniales” se basarían en buscar hipótesis más allá de lo conocido hasta ahora, mediante intuiciones alejadas de las teorías científicas de la época

En la psicología clínica, para poder aplicar el método científico, se ha desarrollado mucho el método del caso, que aún presenta amplias dificultades metodológicas, entre ellas el subjetivismo o teoría placebo o teoría de la autoeficacia. En estos momentos no existe una clasificación de problemas suficientemente exacta para poder decir que a todos los individuos con el mismo problema, se aplica el mismo tratamiento, además es imposible que dos terapeutas apliquen los mismos métodos, e incluso un mismo terapeuta, en cada momento puede variar, el efecto que produce en cada sujeto es distinto…

Eso lleva a que muchos terapeutas apliquen el viejo principio clínico aún muy utilizado en medicina de que a cada individuo se le aplica lo que la ciencia y tu “propia experiencia” te hace saber que es adecuado, ya que cada persona es distinta.

En las ciencias sociológicas, organizativas, industriales, etc se ha intentado aplicar el método científico mediante metodologías como la investigación acción, de Kurt Lewin, o los círculos de calidad, basados en los círculos PDCA de Deming (planifica, actúa, verifica si se ha conseguido lo que querías y rectifica).

Como vemos el método científico, importantísimo y crucial, aún presenta algunas limitaciones que está consiguiendo disminuir.

Otros campos como la filosofía parecen desterrados por el método científico, pero muchos piensan que la ciencia describe cómo se producen los fenómenos, como se formó el universo, o como se forma un embrión, o los mecanismos de atracción y repulsión de partículas, pero no explican qué es el universo, o qué es la vida o qué es esta “sustancia” que la forma o porqué existe y cuales son sus límites y como puede tener esas leyes y propiedades tan extraordinarias.

Otras preguntas tienen que ver también con ese aspecto filosófico, es decir, si esas partículas organizadas de determinado modo en nuestro cerebro pueden tener creatividad, pensamiento, conciencia de si mismo… implica que esas propiedades están en esas partículas?

Hay personas que consideran que la ciencia y la creencia en dios son antagónicas y, desde luego, desde un punto de vista en el que dios es el ser externo que hace que se mueva el sol o que crezcan las plantas… la ciencia le quita protagonismo y existencia, pero desde otras concepciones, las explicaciones de la ciencia no hacen sino acrecentar las maravillas de las leyes que forman la arquitectura del universo en una concepción de dios como esencia última de las cosas (el espíritu del universo de ciertas concepciones islámicas o de algunas tribus).

La ciencia derriba mitos divinos como explicación de efector de las causas, al igual que las explicaciones dadas por algunos ateos referente al “azar” como hacedor último es derribada por la ciencia que cada vez elimina más elementos al azar, el último la teoría del caos que permite formular modelos matemáticos a fenómenos que antes solo se explicaban por el azar, el ateismo y el deísmo tiene el mismo componente científico.

Lo que está claro es que las cosas existen o no, antes e independientemente de que se haya o no dado una explicación científica al hecho. La gravedad, la electricidad, etc existían antes de tener una explicación y poder por tanto ser manejadas por nosotros.

Y así, ¿cual es la aplicación de la ciencia a la vida cotidiana?, pues depende, en muchos casos es crucial pero en otros…por ejemplo, saber que los objetos no son como los vemos, que todo está hecho de las mismas partículas, que la materia no existe… ¿tiene utilidad?

La música, el arte, las sensaciones de belleza, de éxtasis, ¿son útiles?, más allá de sus explicaciones científicas… ¿nos sirven?

Los consejos, la amistad, el amor, el humanismo, ¿son útiles?, ¿nos sirven para ser más felices y sentirnos más útiles?

Tal vez la masonerías sea más un arte, entendido como decía Erich Fromm: mezcla de vocación y hábil dedicación y entrenamiento, que una ciencia.

Lo importante es si nos es o no útil, si contribuye en nosotros a sentirnos mejores y más encajadas nuestras piezas dentro de nosotros mismos y nosotros y todos dentro del edificio social que queremos construir.

Desde un fanatismo cientificista (que no científico) la masonería, con sus métodos no experimentales ni sujetos al método científico, sus rituales, sus simbolismos y expresiones, debería ser borrada de la faz de la tierra, y es que todos los que se creen en posesión de la verdad, cual darwinianos, desprecian o (en el mejor de los casos) sienten compasión por sus congéneres extraviados y se afanan con todos los métodos (incluidos los violentos) por corregirlos

Tal vez por ello la masonería ha hecho tanto énfasis en el relativismo y la tolerancia y la ha hecho tan vilipendiada por los poseedores de la verdad sean estos la jerarquía católica, el fanatismo islamista, los estalinistas y los nazis.

Dudemos de nuestra propia duda y que esa duda no nos impida disfrutar de una buena música, una buena compañía, de un amanecer, un cuadro, del amor y de trabajar para nuestra mejora y el progreso de la Humanidad

https://masoneriamixta.es/2013/01/es-la-masoneria-una-ciencia/#.Wi_l5VXiaM8

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