Del divertido y común origen de las palabras "Caribe" y "caníbal"
Luis Antequera
Si hace unos días les hablaba del origen de una de esas palabras que yo llamo “viajeras”, en aquel caso “mermelada”, quiero hoy hablarles del de otras dos que, por extraño que parezca, tienen ambas igual lugar y fecha de nacimiento, aunque su significado tenga poco o nada que ver. Porque seguramente no imaginan Vds. que ambas palabras, “Caribe” como nombre propio de un mar, y “caníbal” como sinónimo de antropófago, tienen el mismo origen. Un origen que remite nada menos que al viaje de Colón y los Pinzones que culmina con el descubrimiento del Nuevo Mundo, y más concretamente, al diario que Colón llevaba de sus navegaciones.
Colón descubre América. José Garnelo Alda (1892). Museo Naval de Madrid.
Acontece que en dicho diario titulado “Diario, relaciones de viajes” (Sarpe. 1985), Colón va apuntando todo lo que va haciendo y encontrándose. En él nos informa de cosas tales como que “y como d’esta isla vide otra mayor al güeste cargué las velas por andar todo aquel día fasta la noche, porque aun no pudiera aver andado al cabo del Güeste a la cual puse nombre de isla Sancta maría de la Conçepción” (op.cit.pag. 47); y “avía en ella doze leguas fasta un cabo a qui yo llamé el Cabo Hermoso” (op. cit. pag. 53), o “estando a medio golpho d’esta dos islas [hallé otra] a la cual pongo el nombre la Fernandina”(op.cit.pag. 53), o “levanté las anclas de donde yo estava con la nao surgido en esta isla de Saometo al cabo del sudueste , adonde yo puse nombre el cabo de la Laguna y a la isla de Isabel” (op.cit.pag. 55)
Pes bien, después de esta vorágine bautizadora de Colón que a todo le pone nombre, de repente en la reseña correspondiente al 23 de noviembre nos encontramos lo siguiente:
“Y sobre este cabo encavalga otra tierra o cabo que también va al Leste, a quien aquellos indios que llevaban llamaban Bohío, la cual dezían que era muy grande y que había en ella gente que tenía un ojo en la frente, y otros que se llamaban caníbales, a quien mostravan tener gran miedo; y desque vieron que lleva este camino, diz que no podían hablar porque los comían y que son gente muy armada”. (op. cit. pag 79)
Y más adelante, en la correspondiente al día martes 11 de diciembre de 1492, escribe lo siguiente:
“Y parece dar a entender ser tierra firme, qu’es aquí detrás d’esta Española, a que ellos llaman Caritaba, y que es cosa infinita, y quasi traen razón que ellos sean trabajados de gente astuta, porque todas estas islas biven con gran miedo de los de Caniba” (op. cit. pag 97).
Con lo que ya tenemos bautizados por un lado una tribu, la de los caníbales aquélla de los que los indios que con él viajaban no podían hablar “porque los comían y que son gente muy armada” y una tierra “detrás d’esta Española, a que ellos llaman Caritaba”, a ninguno de los cuales Colón pone nombre distinto del que los propios indios utilizan y respeta en todo momento el que ellos les dan.
¿Y cómo así cabe preguntarse, habiendo hecho lo opuesto en todo momento antes y después?
La respuesta no es difícil de conocer porque nos la da el propio Colón:
“Y así tornó a decir como otras veces dixe”, dize él, “que caniba no es otra cosa sino la gente del Gran Can, que debe ser aquí muy vezino; y terná navíos y vernán a captivarlos y como no buelven, creen que se los han comido” (op. cit. pag 97).
Quedando así para siempre que “Caribe” sea el mar que rodea la Isla Española, como se sabe la que hoy comparten la República Dominicana y Haití, y “caníbal” esas tribus antropófagas que tanto pavor causaban a sus víctimas. Por la sencilla razón de que el Almirante creyó ver en ambas palabras la raíz etimológica emparentada con el Gran Can, el ansiado objetivo de su arriesgadísima expedición y sobre quien había prometido:
“Mas todavía tengo determinado de ir a la tierra firme y a la ciudad de Quisay y dar las cartas de Vuestras Altezas al gran Can y pedir respuesta y venir con ella” (op.cit.pag. 57).
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