Tradicionalmente la masonería se define como “un sistema moral, velado en alegorías e ilustrado por medio de símbolos”. Pero ¿qué son los símbolos y por qué su uso en las logias? ¿Por qué no decir las cosas simplemente como son y listo? Para eso debemos entender primero algo de los orígenes de esta sociedad y del método por el que transmite sus enseñanzas.
La masonería, tal y como la conocemos ahora, es la más reciente encarnación de una tradición filosófica que se remonta a tiempos tan antiguos que los estudiosos del tema no logran ubicar, pero que ha absorbido influencias de escuelas tales como los misterios egipcios, la escuela pitagórica, los misterios de Eleusis y muchas otras.
En estas organizaciones no estaba permitido poner por escrito el conocimiento impartido a sus miembros, pues se consideraba que alguien ajeno al grupo no tendría el criterio ni el entrenamiento adecuados para poder comprenderlos y utilizarlos correctamente. Además, la lectura y escritura estaban reservadas a quienes pertenecían a familias adineradas y de otras formas privilegiadas, mientras que la membresía a estas escuelas por lo general no tenía tal requisito.
Las enseñanzas se impartían por medio de historias y narraciones simbólicas, utilizando imágenes de la vida cotidiana para remitir a ideas y conceptos abstractos difíciles de explicar; no se buscaba un conocimiento meramente intelectual, sino una experiencia vital, un salto de consciencia.
Además de servir para mejorar la retención memorística, estos símbolos e historias ayudaban a conservar a buen resguardo el conocimiento contra la curiosidad de las personas ajenas al grupo (muchas de tales enseñanzas incluían conocimiento científico y secretos profesionales que se guardaban tan celosamente como cualquier gobierno o corporación actual protegería sus secretos militares o estrategias de mercado). Dichas enseñanzas se transmitieron de esta manera y, cuando salieron a la luz pública, lo hicieron en la forma de fábulas o narraciones mitológicas que no han sido correctamente interpretadas por los arqueólogos y académicos, principalmente por carecer de las bases esotéricas de tradición oral solo disponibles a los miembros de cada escuela iniciática. Es así como el sistema masónico, heredero de tales tradiciones, está “velado en alegorías”, y aunque no poseemos secretos comerciales ni científicos propiamente, sí mantenemos el método que por cientos de años ha demostrado ser extremadamente útil en el desarrollo moral y filosófico de sus miembros.
Ahora bien, los símbolos no son solamente una forma de decir las cosas de otra manera (como pretenden los semiólogos), sino una especie de “llaves” que estimulan un tipo de pensamiento poco frecuente en la mayoría de la gente. En lugar de dar una fórmula preestablecida y un conjunto de creencias y posturas fijas, la masonería pretende formar libres pensadores, capaces de lograr descubrir por sí mismos las profundas verdades filosóficas de su tradición. En lugar de decir las cosas directamente (cayendo con eso en el peligro del dogmatismo filosófico), se enseña a sus miembros a estudiar, reflexionar y meditar sobre sus símbolos, hasta que cada cual logre descubrir intuicionalmente sus antiguas verdades.
De cualquier otra forma, el estudiante recibiría una serie de datos y pautas que memorizar y seguir como receta de cocina, y se perdería la oportunidad de ejercitar el pensamiento abstracto y la intuición, además de la posibilidad de formarse un criterio propio sobre cada tema estudiado. En lugar de llegar por sí mismos a las causas y motivos detrás de sus leyendas y representaciones simbólicas, se quedaría en la superficie de un rito mecánico y una palabra vacía de experiencia vital.
El encanto del simbolismo masónico para cada generación de iniciados reside en la recreación en carne propia de la maravilla y el chispazo de consciencia que, desde tiempos remotos, han tenido sus predecesores, quienes respetaron el método tradicional y se atrevieron a buscar la verdad más allá de los disfraces externos adoptados por la sabiduría ancestral en cada época y cultura.
http://elportico.wordpress.com/2011/07/27/el-uso-de-simbolos-en-la-masoneria/
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