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miércoles, 2 de octubre de 2013

La carta del fin del mundo. Desde Albert Pike hasta los "Protocolos de los Sabios de Sión". Un ajuste de cuentas de la verdad.

Algunas personas se encuentran en la creencia de que una carta, supuestamente escrita por Albert Pike y que fuera enviada por éste a Giuseppe Mazzini, entre los años 1870 y 1871, la cual contendría escritos con designios -a modo de tareas a realizar en el futuro para que fuesen creadas tres guerras mundiales-, existió, o bien existe, y que la misma se halla actualmente escondida, debido a las repercusiones negativas que hoy en día -gracias a la vertiginosa velocidad con la que se transmite la información- podría generar en la sociedad.
 
La enigmática carta, que según algunos defensores de ciertas teorías absurdas de conspiración; (y digo algunas, ya que existen otras teorías que no son tan absurdas, pero eso da para otro post) además de no llegar, de parte de aquellos, a ahondar un poco mas en el contexto histórico y biográfico de este supuesto evento, antes de emitir juicio alguno; dicen que fue escrita por Albert Pike, la cual enuncia lo siguiente:
 
"Fomentaremos tres guerras que implicarán al mundo entero. La primera de ellas permitiría derrocar el poder de los zares en Rusia y transformar ese país en la fortaleza del comunismo ateo necesaria como una oposición controlada y antítesis de la sociedad occidental. Las divergencias causadas por los "agenteur" (agentes) de los illuminati entre los imperios británico y alemán serán utilizados para provocar esta guerra, a la vez que la lucha entre el pangermanismo y el paneslavismo. Un mundo agotado tras la guerra, no interferirá en el proceso de construcción de la "nueva Rusia" y el establecimiento del comunismo, que será utilizado para destruir los demás gobiernos y debilitar a las religiones.
 
La segunda guerra mundial se desataría aprovechando las diferencias entre la facción ultraconservadora y los sionistas políticos. Se apoyará a los regímenes europeos para que terminen en dictaduras que se opongan a las democracias y provoquen una nueva convulsión mundial cuyo fruto más importante será el establecimiento de un Estado soberano de Israel en Palestina que venía siendo reclamado desde tiempos inmemoriales por las comunidades judías. Esta nueva guerra debe permitir consolidar una Internacional Comunista bastante fuerte para equipararse a la facción cristiana/occidental.
 
La tercera y definitiva guerra se desataría a partir de los enfrentamientos entre sionistas políticos y los dirigentes musulmanes. Este conflicto deberá orientarse de forma tal que el islam y el sionismo político se destruyan mutuamente y además obligará a otras naciones, una vez más divididas sobre este asunto, a entrar en la lucha hasta el punto de agotarse física, mental, moral y económicamente... Liberaremos a los nihilistas y a los ateos, y provocaremos un formidable cataclismo social que en todo su horror mostrará claramente a las naciones el efecto del absoluto ateísmo, origen del comportamiento salvaje y de la más sangrienta confusión. Entonces en todas partes, los ciudadanos, obligados a defenderse contra la minoría mundial de revolucionarios, exterminará a esos destructores de la civilización, y la multitud, desilusionada con el cristianismo, cuyos espíritus deístas estarán a partir de ese momento sin rumbo y ansiosos por un ideal pero sin saber dónde hacer su adoración, recibirán la verdadera LUZ a través de la manifestación universal de la doctrina pura de "Lucifer", sacada a la vista pública finalmente. Esta manifestación resultará del movimiento reaccionario general que seguirá a la destrucción del cristianismo y ateísmo, ambos conquistados y exterminados al mismo tiempo.".
 
De hecho, y sin mediar una palabra más antes de seguir con otros análisis, esta carta es completamente falsa, y además, el mismo Museo Británico, -en donde se dice que estaba exhibida, y que fuera transcripta a mano por el oficial de Inteligencia de la Royal Canadian Navy, William Guy Carr-, le extendió una confirmación por escrito a Michael Haupt, investigador, referida a la inexistencia de tal epístola.
 
Dicho sea de paso, William Guy Carr (Inglaterra 1895 - Canadá 1959), con sus producciones literarias muy vendidas en todo el mundo, incluido el libro que contiene la "supuesta carta que él copió en el Museo Británico", titulado "Peones en el juego", es uno de los precursores de las modernas teorías conspirativas.
 
Pero, podemos ir un poco mas allá, ya que William Carr se "enteró de la existencia de esa carta", gracias al Cardenal chileno José María Caro Rodríguez, también escritor, y un sacerdote muy conservador, quién fue el supuesto custodio de dichas cartas. De todos modos, en el último libro escrito por Carr en 1959, denominado "Satán, Príncipe del Mundo", afirma lo siguiente, respecto de dichas cartas: "El custodio de estos manuscritos [la carta de Pike] recientemente informó al autor de que esta carta no está catalogada en el Museo Británico.".
 
Pierre-André Taguief (1946 - filósofo y politólogo francés, autor de numerosos ensayos de sociología) demuestra que los escritos de Carr, se encuentran relacionados con Agustín Barruel, perteneciente a la Orden de los Jesuitas, y otro propulsor, al igual que Carr, de las teorías de la conspiración. Incluso el propio autor de toda esta confusión alrededor de la carta de Pike, William Carr, fue un oficial del Ejército Real Naval Canadiense, quién uso, como fuente para la invención de la supuesta carta de Pike, los llamados "Protocolos de los Sabios de Sión", por lo cual, todo lo escrito por este autor, William Carr, se reviste automáticamente de un halo de desconfianza.
 
Los "Protocolos de los sabios de Sión", que utilizó Carr en sus escritos, es un compendio con ideas antisemitas, publicado en 1902, en Rusia. Los supuestos objetivos que tenían estos protocolos eran los de justificar por medio de ideologías, hoy comprobadas como apócrifas, los terribles linchamientos que sufrían los judíos en aquel entonces y en aquel lugar. El escrito de dichos protocolos, sería una transcripción de ciertas reuniones que supuestamente mantuvieron los "Sabios de Sion", en las que se barajan ciertos planes correspondientes a una conspiración del judaísmo, y que consistía en el control de los ideales y agrupaciones comunistas, en todo el mundo, lo cual, resultaría en lo que hoy se conoce como el Nuevo Orden Mundial.
 
Pese a todo este embrollo, lo que si estuvo en el Museo Británico, es un libro, denominado "Libreta de Le diable au XIX e siècle" (1894) escrito por Gabriel Jagond-Pager -mas conocido mundialmente como Leo Taxil, "el bromista", y que contiene entre sus páginas, la famosa y supuesta carta de Albert Pike, de forma completa, posiblemente equivalente a la que transcribí mas arriba. De todos modos, que ese escrito esté dentro de un libro de este bromista y falsificador francés, Leo Taxil, no ayuda para nada a su autenticidad. Esto mismo, lo ha declarado el propio Cardenal chileno José María Caro Rodríguez, confirmando aún mas la originalidad y procedencia atribuida de la misma.
 
Por lo tanto, el atribuir a Albert Pike la autoría de esta carta, sin conocer, aunque sea mínimamente su obra, además de todo el contexto a la misma, es exactamente igual a quedarse con una sola parte de la verdad. No debemos dar nada por seguro en este mundo, ya que no existen verdades absolutas, solo existen verdades parcialmente aceptadas.
 
Aquellas verdades parciales, mayoritariamente aceptadas, solo se transforman en verdades... aunque no absolutas... sino, mas bien, en verdades aceptadas o consensuadas, conformando todas juntas, una sola verdad mayor, por lo que el dar por seguro que sucedió algo en algún lugar y tiempo, es solo aceptar una sola de las muchas verdades que habrá sobre este tema, lo cual no constituye la verdad mas absoluta, sino, solo una sola ficha del este gran rompecabezas, y que es la epístola de Pike. Por ello, es que no tenemos que dar nada por sentado, no tomar ningún hecho como una única verdad, como en el caso de la supuesta carta de Pike, y solo aceptar los hechos como realidades parciales, las cuales, cuando uno va madurando en conocimientos, y acumulando mas verdades parciales dentro de su puro raciocinio, podremos llegar luego, a una conclusión mas cercana a la verdad absoluta. Por ejemplo, si hubiera una fotografía (o la carta misma) de ese supuesto papel escrito de puño y letra de Pike, si se comprobara a posteriori, que la caligrafía se corresponde con la de Pike luego de compararla con sus manuscritos, y si comprobáramos que en sus libros no hablara -como lo hace- tanto de la Paz mundial y con uno mismo, como base fundamental de su doctrina, para solamente acentuar temas bélicos... esas tres verdades parciales nos darían como resultado en conjunto, una verdad casi absoluta (y escribí casi) con lo que, con lo anterior, estaría en condiciones de afirmar que la carta, efectivamente provino de Albert Pike.
 
Mientras tanto, si la humanidad continúa afirmando ciertos hechos únicamente basándose en verdades parciales -los famosos chismeríos- para emitir juicios sobre algo o sobre alguien, nunca podremos llegar a madurar como seres humanos civilizados.
 


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