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jueves, 2 de agosto de 2012

EL M:.M:. VICTOR RAUL HAYA DE LA TORRE


EL M:.M:. VICTOR RAUL HAYA DE LA TORRE.

 Escribe: Herbert Oré Belsuzarri

 El marxista latinoamericano más importante antes de Fidel, el Che y Allende, fue el peruano Víctor Raúl Haya de la Torre. Esa afirmación podría ser todavía insuficiente. Fidel, el Che y Allende están hoy de moda. Sus actuaciones tuvieron y siguen teniendo un eco inmenso por su carácter de desafío directo al poder norteamericano, lo cual les ganó no sólo la amplificación magistral que el movimiento comunista internacional sabe hacer de todo cuanto vaya en su favor, sino además la audiencia y la simpatía de toda Europa Occidental, la cual también sufre, no demasiado secretamente, por el exceso del poder norteamericano desde 1945, y se alegra (a veces un tanto masoquistamente) con los reveses de la po1ítica exterior de Washington.

En cambio Haya de la Torre chocó muy temprano con la Tercera Internacional, y desde entonces, tanto él como sus discípulos en toda América Latina han sido víctimas de una igualmente magistral campaña de difamación, tal como sólo saben hacerla, con igual intensidad y perseverancia los mismos sectores pro-soviéticos que han puesto por las nubes a Fidel, Allende y Che Guevara. (Carlos Rangel, Del Buen Salvaje al Buen Revolucionario, Monte Ávila Editores C.A. Caracas, Venezuela, Agosto 1982,  Pág. 187).


Desterrado del Perú en 1923, Víctor Raúl Haya de la Torre se inició en la Masonería a la edad de 33 años conjuntamente con el nicaragüense Sandino, en la Respetable Logia Simbólica “Acacia” Nº 7 practicante del R:. E:. A:. y A:. En el Oriente de Yucatán – Mérida – México, el 27 de junio de 1928 E:. V:. y obtuvo el segundo y tercer grado de la Masonería Simbólica, a la vista en la misma Logia mejicana , otorgados  en ella “por su preparación, cultura y calidad humana”.

Haya retorna a la patria, arribando a Talara, el 12 de julio de 1931, como candidato presidencial por el Partido Aprista, fundado en su ausencia. Meses después, en Trujillo, el 11 de octubre, y conocido el triunfo de su oponente, pronuncia un bello discurso:

Este no es un día triste para nosotros; es más bien el día inicial de una etapa de prueba. Vamos a probar en el crisol de una realidad dolorosa la consistencia de nuestra organización, la fe en nuestra doctrina y la sagrada perennidad de nuestra causa....Quienes han creído que nuestra misión era llegar a Palacio, están equivocados. A Palacio llega cualquiera, porque el camino que conduce a él se compra con oro o se conquista con fusiles; pero nuestra misión era llegar a la conciencia del pueblo antes de llegar a Palacio. Y a la conciencia del pueblo se llega, como hemos llegado nosotros: con la luz de una doctrina, con el profundo amor a una causa de justicia, con el ejemplo glorioso del sacrificio

En enero de 1932, el gobierno del señor Sánchez Cerro, inicia una sangrienta persecución contra Haya y sus seguidores, siendo detenido y encarcelado. Las protestas contra este hecho se dieron de inmediato, como el pedido de la R:.L:.S:. Galileo Nº 3 del Or:. de Yucatán, México, el 7 de setiembre de ese año.

Fue afiliado ala R:. L:. S:. Virtud y Unión Nº 3 del Vall:. de Lima, el 23 de octubre de 1933 E:. V:. Practicante del rito York.

Estuvieron presentes en su Ceremonia de Afiliación los entonces Q:. H:. Luis Alberto Sánchez Sánchez, y los QQ:. HH:. Antenor Orrego Espinoza (Inic:. el 16 de setiembre de 1933 E:. V:.) y el Q:. H:. Luis Emiliano Heysen Incháustegui (Inic:. el 17 de setiembre de 1933 E:. V:.), por citar otros.

A fines de 1933, tuvo que volver a la clandestinidad que se prologaría hasta mayo de 1945, donde es elegido el señor Bustamante, cuyo mandato terminó abruptamente el 27 de octubre de 1948, a manos del señor Odría, M:.M:. de la R:.L:.S:. Manco Cápac  Nº 35. Luego de un nuevo destierro, Haya regresa al país en julio de 1957 y habló del martirio de muchos compatriotas y de un dolor “...que no fue el de la bestia herida, sino el del hombre superior que perdona a sus verdugos, transformándose y purificándose para hacerse cada vez más digno...” Hermoso mensaje masónico con un gran contenido humano.

En 1961, Prado realizó elecciones generales, en la cual Haya de la Torre obtuvo la primera votación. Las Fuerzas Armadas vetaron a este democrático triunfo, atropello que fue repudiado en el mundo entero. En un esfuerzo desesperado por salvar la democracia, renunció a sus aspiraciones, pero vino el golpe militar.


En 1963 con el triunfo de Belaúnde, cuando ningún partido lograba mayoría parlamentaria, en aras de la estabilidad institucional olvidando agravios y teniendo en mente los altos intereses de la patria, el PAP firmó un documento de alianza parlamentaria con la Unión Nacional Odriísta.

Solo conociendo a Haya de la Torre como Masón, se puede comprender al Haya de la Torre Político que aceptó aliarse con los que tanto daño le hicieron a él y a los apristas en las persecuciónes del año 1948 – 56. Víctor Raúl, en un mensaje masónico diría, “No se puede vivir mirando el pasado, no se puede aunar voluntades agitando venganzas, no se puede construir un Perú nuevo levantando odios, resentimientos y pasiones inferiores. A un país como el nuestro, atomizado siempre por luchas intestinas, hay que enseñarle a olvidar y también a perdonar…”, magistral lección masónica.

Y sigue entonces un período donde en la vida del país se alternan la democracia y las dictaduras, en medio de las cuales la presencia de Haya era de indiscutible liderazgo como pensador y defensor de los derechos civiles. En 1978, el gobierno militar imperante convoca a elecciones para una Asamblea Constituyente en la que Haya, que había obtenido la más alta votación, es elegido su Presidente.

Haya no disfrutaría del resultado final de su trabajo, la vida sólo le permitiría suscribir, a duras penas, la Constitución de 1979, que con tantos desvelos contribuyó a crear. El 2 de agosto de 1979, víctima de un cáncer irreversible, y en la casa que le prestaron sus familiares, luego de 84 fructíferos años al servicio de su pueblo, el hombre que pudo haber tenido toda la riqueza material y todos los honores y gozar de todas las sensualidades, muere en la más absoluta humildad y estrechez económica, legándonos nada más que su ejemplo y su mensaje.

Como se había previsto que los restos de Haya descansaran en Trujillo, se programó que el cortejo partiera en un viaje por tierra. Durante los más de500 Km que distan entre Lima y Trujillo, Haya recibió multitudinarios homenajes de la membrecía y los ciudadanos a lo largo de toda la ruta.

Para conocer al masón Víctor Raúl Haya de la Torre, es necesario leer  su fecunda producción, que explica como se formo las ideas básicas sobre los cuales descanso el  ideario, doctrina y política del Apra.

Además de una amplia producción periodística y panfletaria, Haya de la Torre publicó: Dos cartas de Haya de la Torre(1923); Por la emancipación de América Latina (Buenos Aires, 1927); Ideario y acción aprista (Buenos Aires, 1930); Teoría y táctica del aprismo (1931); Impresiones de la Inglaterra imperialista y la Rusia soviética (Buenos Aires, 1932); El plan del aprismo (Guayaquil, 1932); Construyendo el aprismo (Buenos Aires, 1932); Política aprista (1933); ¿A dónde va Indoamérica? (Santiago de Chile 1935, 1936 y 1954); El antiimperialismo y el APRA (Santiago de Chile, 1936, tres edic.; Lima 1970, 1972 y 1986); Ex-combatientes y desocupados (Santiago de Chile, 1936); La verdad del aprismo (1940); La defensa continental (Buenos Aires 1942; Lima, 1946); Cartas a los prisioneros apristas (1946); ¿Y después de la guerra, qué? (1946); Espacio-tiempo-histórico (1948); Treinta años de aprismo (México, 1956); Mensaje dela Europanórdica (Buenos Aires, 1956); y Toynbee frente a los problemas de la Historia(Buenos Aires, 1957). También publicó una colección de Obras escogidas (5 vols., 1961), a cargo de Andrés Townsend y otros colaboradores; y sus Obras completas (7 vols., 1977).

Es un hecho simbólico de enorme dimensión y testimonio del por que trasciende Haya de la Torre, el haber cobrado solo un sol como miembro de la Asamblea constituyente. Ello muestra al maestro de juventudes, al jefe de un partido, al líder continental, al hombre libre, al maestro masón, cuya tumba es marcada por una piedra bruta con una sencilla frase: “Aquí yace la luz”.

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