La Sabiduría
Autor: R:.H:. Carlos Napoleón del Carpio Palacios
Según los rituales egipcios, en sus diferentes Templos, la “Virgen Vestal”, era la encargada de custodiar el “Fuego Sagrado”, que representa, en efecto, a la “Luz Divina” o “Luz del Conocimiento y del comportamiento” del cual debemos ser portadores a la humanidad y que también cada uno de nosotros aspiramos. De igual forma, La Menorha, simboliza las más bellas virtudes del Alma Humana y el Camino Real que debemos seguir para desarrollarlas en nosotros; entre las virtudes, siete deben llamarnos la atención: La Humildad, El Desapego, La Constancia, La Tolerancia, La Sinceridad, La Compasión y La Sabiduría. En esta oportunidad trataré acera de la Sabiduría.
La Sabiduría, es la más bella de todas las virtudes, por que incluye a las seis anteriores. En efecto, es la expresión humana de la Perfección Divina. Quien quiera que la posea es verdaderamente Un Maestro, es decir, un instrumento de las Leyes por medio de las cuales el G:.A:.D:.U:. se manifiesta en toda la creación, es de recordar, que el G:.A:.D:.U:. solo creó el universo y sus Leyes Naturales o Divinas que son las que gobiernan y le dan simetría. Entonces, ser sabio, en el sentido más noble de éste término, es dominar el conocimiento de las Leyes Naturales, universales y espirituales. Es también pensar, hablar y actuar en armonía perfecta con el bien. Por último es ponerse constantemente al servicio de la humanidad, con el fin de ayudarla a evolucionar hacia un nivel superior de consciencia y permitirle, así, cumplir con su misión en este plano.
Sabiduría, palabra pequeña, pero muy importante, y que para muchos, es un preciado ideal que anhelan. Pero ¿la Sabiduría es tan absoluta como pensamos, o quizás es algo más personal y relativo a nuestras necesidades comunes????...
Aunque somos bombardeados con información y estímulos sensorios todo el tiempo, afortunadamente retenemos solamente una pequeña fracción de todo esto. La mayoría de las impresiones pasan completamente por nuestra consciencia objetiva y tiene muy poco efecto en nosotros. Nuestra mente está sintonizada perfectamente para que automáticamente evalúe y clasifique todas las impresiones que recibimos y solamente permita que penetren en la mente objetiva aquellas impresiones que no pueden manejarse de manera rutinaria por el subconsciente o que han sido etiquetadas previamente como siendo particularmente importantes para nosotros. En la mayoría de los casos simplemente notamos la impresión rápidamente y la “olvidamos”, dejándole que vaya a los niveles más profundos de nuestro ser para futura referencia, sea en la presente o para futuras encarnaciones.
La información y conocimiento que recibimos de un instante a otro, sin importar que tan compleja sea, es evaluada con el máximo cuidado por la mente, y la sabiduría que derivamos de esas impresiones es claramente vinculada no solamente con el número de veces que recibimos las impresiones y la urgencia con la que llegan, sino también queda unida a nuestro estado de alerta. Es este estado de alerta que nos da el límite crucial que necesitamos cuando buscamos convertir hechos, figuras e impresiones en algo significativo, en información integral que todo nuestro ser puede comprender y relacionar a algo. En otras palabras, es nuestra rapidez de comprensión lo que nos permite convertir simple conocimiento en sabiduría.
No es asombroso cuánta información inútil recordamos simplemente porque decidimos, consciente o inconscientemente retener nuestra atención en ella…, aunque sea dañina para nosotros. Tenemos una gran responsabilidad para con nosotros mismos, esto es, vivir nuestra vida de tal forma que sólo retengamos en nuestra mente lo que verdaderamente es importante…, y relegar a la periferia todo lo que es de relevancia temporal. Hay cosas que conscientemente tratamos de retener en nuestra inmediata memoria objetiva, que no tiene ninguna importancia para nuestra búsqueda interna de la maestría del ser. Como místicos aspirantes, nuestra búsqueda personal para una mayor maestría de nuestro ser externo…, la búsqueda para una inspiración y mayor control se nuestra vida…, seguramente demanda que seamos más cuidadosos con lo que permitimos y no permitimos que llame nuestra atención.
Ahora más que nunca, todo tipo de información es fácil y rápidamente accesible para quienes la buscan. Sin embargo, el deslumbrante volumen de información con laque somos bombardeados todos los días en los diferentes medios de comunicación, nos pide que seamos grandemente selectivos y sepamos como evaluar la información que recibimos. Podemos (y con frecuencia lo hacemos) desperdiciar tiempo precioso llevando a cabo acciones que terminan por ser de poco valor practico para nosotros en relación con nuestra búsqueda mística. Por lo tanto, nuestro tiempo debe manejarse con discernimiento, de manera de acumular sólo el conocimiento que nos preparará con una vida más completa y más útil y, por supuesto, con el fin de obtener la maestría de la vida.
Desafortunadamente la mayoría de las personas van por la vida simplemente existiendo…., llenando su tiempo con asuntos muy fácil de manejar…, viviendo solamente al día y obteniendo casi nada de sus experiencias. Como Mass:. Sabemos que el cambio perdurable para mejorar es un proceso necesariamente lento y acumulativo.
Al buscar conocimiento y experiencia, necesitamos darnos cuenta que obtenemos más en la contemplación silenciosa y meditando, que leyendo y estudiando largamente, esto se debe a que por medio de la contemplación silenciosa y la meditación, verificamos y transmutamos en sabiduría el conocimiento que hemos adquirido. Con la sabiduría, finalmente somos capaces de comprender, y verdaderamente vivir, los resultados lógicos de nuestros esfuerzos bien dirigidos. Es mediante estos preciosos momentos que somos capaces de interiorizar el conocimiento adquirido y obtener la habilidad de vivir completamente.
La Contemplación congrega y sintetiza nuestro conocimiento acumulado y lo une en un patrón ordenado que cuando se interioriza y se vive verdaderamente, resulta en lo que llamamos “Sabiduría”. En este sentido, La sabiduría es por supuesto relativa y no absoluta, pero poco importa esto, ya que sirve menor para nuestras necesidades que la sabiduría realizada por cualquier otra persona.
El objetivo principal del conocimiento está en su aplicación en nuestra vida personal, y es durante los periodos contemplativos que logramos una comprensión detallada de cómo aplicar específica e inteligentemente el conocimiento que hemos adquirido. Francis Bacón escribió que un gran error que con frecuencia cometemos, es comprender erróneamente el propósito final del conocimiento: “… algunos lo buscan (el conocimiento) por simple curiosidad, otros por entretenimiento, otros más lo buscan por reputación, algunos otros por el triunfo en la contienda y otros más por dinero. Finalmente, algunos buscan el conocimiento para el uso y el beneficio de la humanidad”, y eso se espera que se aplique a todos los Mmas:., recordemos que según lo esotérico y místico, los conocimientos no son patrimonio de una sola persona… son patrimonio de la humanidad, pues todos integramos el Gran Alma Universal… ¿o no?...
Parece ser un ideal noble, ya que muchas personas encuentran difícil ver por que el conocimiento adquirido debería utilizarse principalmente para el beneficio de los demás y no para sí mismo. En estos días, es costumbre pensar principalmente en lo que uno quiere. Vivimos en una sociedad del “Yo Primero”, sin embargo, cuando ingresamos en el camino del desarrollo místico, nos alejamos de ese tipo de sociedad, por lo menos de cierta manera, y vamos más allá de los estándares aceptados de la sociedad. Entramos en un mundo nuevo de pensamiento y revelación en el que se trascienden los estándares normales de la sociedad, o de otra manera, nos hundiríamos con seguridad.
Las creaciones de arte y los descubrimientos de la ciencia originan en las mentes excepcionales de hombres y mujeres, y nosotros aspiramos gradualmente alcanzar esa misma esfera de inspiración de pensamiento. Por que son estas ideas inspiradas y nuestros pensamientos creativos, los que tendrán el mayor efecto en el futuro bienestar de la humanidad…, una humanidad de la que perfectamente podemos formar parte por décadas o centurias por venir.
Por lo tanto, debemos tener siempre en cuenta el propósito de todos nuestros esfuerzos en el estudio y práctica de nuestras enseñanzas. Estos no están ahí simplemente para ayudarnos personalmente, sino para que podamos asistir a nuestros HH:. Y semejantes. Cuando pensamos de esta manera, por la Ley de Atracción, atraemos hacia nosotros inspiración y la guía que necesitamos…, y viene en abundancia cuando estamos listos. Con motivos egoístas experimentamos poca inspiración, pero con motivos benévolos el universo es como un libro abierto. Una cosa es estar bien informado, y otra es ser Verdaderamente un Sabio.
Los místicos verdaderos son selectivos en lo que permiten que permanezcan en sus pensamientos. Saben cuáles impresiones y pensamientos son irrelevantes para su búsqueda interna (quizás hasta dañinos) y cuales hay que darles su cuidadosa atención. Utilizando el proceso de contemplación para evaluar y tejer un telar, usan su sabiduría adquirida para evaluar lo que es práctico y de utilidad para ellos. Como místicos aspirantes, nunca descubriremos el darnos suficiente tiempo para pensar contemplativamente, y retirarnos mentalmente en un mundo de soledad tan frecuentemente como podemos. Esta es el alimento, el aire y el agua de la vida mística.
En estados de soledad, podemos ir profundamente al interior de nosotros mismos y recibir la inspiración y la iluminación que necesitamos para vivir sabiamente y con maestría. Sin la guía divina que viene en estos contactos inspiracionales, el conocimiento que tenemos permanece en estado académico, no se interioriza (como es el caso de algunos HH:.), y no se vuelve parte de nuestra sabiduría personal. A través de los contactos internos frecuentes y el uso práctico de nuestros conocimientos Mmas:. Personales en la vida diaria, aprendemos a ser una influencia real para el bienestar creativo de la humanidad y que es nuestra razón de ser.
El desarrollo místico nunca ha sido fácil, pero el dominio de las artes de concentración, meditación y contemplación trae consigo la recompensa más apreciada que la vida tiene para ofrecer y eventualmente nos inicia en una nueva forma de pensar más allá de las experiencias comunes de la mayoría…, concediéndonos es esta vida el sagrado regalo de la Sabiduría.
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