A.∙.L.∙.G.∙.D.∙.G.∙.A.∙.D.∙.U.∙.LOGIA SIMBOLICA “NUEVO ORDEN Nº 41” ORIENTE DE MANTA
LAS HERRAMIENTAS DEL APRENDIZ
LAS HERRAMIENTAS DEL APRENDIZ
Gonzalo de la Fuente
“Los más grandes logros del hombre no se encuentran en
la precisión de su ciencia,sino en la perfección de su arte.”
- David Viscott
la precisión de su ciencia,sino en la perfección de su arte.”
- David Viscott
1. INTRODUCCION
Toda obra requiere necesariamente de una herramienta. En la mayoría de los casos dicha herramienta es fácilmente reconocible, como la plomada que usa el albañil para confirmar la rectitud de una pared, el médico que usa el bisturí para realizar un corte quirúrgico o el músico que interpreta una pieza con su instrumento. En otros casos, la herramienta es más difícil de reconocer, como en los procesos de desarrollo de una idea o en la creación de una obra literaria; es ahí cuando la psicología viene en nuestra ayuda para explicar la forma en que funcionan los procesos sutiles del ser humano, esta ciencia afirma que “la herramienta preferida del pensamiento es el lenguaje”.
Queda claro entonces que existen herramientas físicas, visibles, y herramientas no físicas, como el lenguaje, la lógica, el análisis, la síntesis, la creatividad, etc.
Esta división está también presente en nuestros talleres donde existen herramientas físicas para el trabajo de cada grado, que se corresponden con herramientas simbólicas, o virtudes que deben ser desarrolladas por cada H:. en el transcurso de su carrera masónica, con el afán de poder otorgarse un día con justicia, el título de Francmasón.
2. DESARROLLO
Tres son las herramientas esenciales que utiliza el Aprendiz: el mazo, el cincel y la regla de veinticuatro pulgadas, herramientas que en el mundo profano, nuestros antepasados los masones operativos utilizaron para hacer de la piedra bruta una obra de arte, a golpe constante, a medida exacta, y con la precisión perfecta.
Es sabido que el Aprendiz Masón representa en sí mismo a la piedra bruta, pero a su vez es materia, obrero e instrumento, todo el proceso de desbastado y perfección debe suceder en sí mismo, producto del ejercicio y la práctica, de la voluntad y la constancia. Si a cada instante algo nos mejoramos, cumplimos con la Finalidad Masónica.
No está de más repasar la historia para comprender de dónde surgen las herramientas simbólicas y su alegoría.
La Edad Media fue la época de grandes construcciones de palacios, templos, abadías, iglesias, catedrales y en general, monumentales edificios. Las construcciones eran realizadas por expertos en la elaboración de la piedra que guardaban muy en secreto los conocimientos profesionales. Hacia fines de la Edad Media, con la decadencia del Feudalismo y la paulatina pérdida del poder de la Iglesia Católica y su división, y más adelante, ya en la Edad Moderna, con la decisión del Rey de Inglaterra de reconstruir Londres después del incendio de 1666 con ladrillos en vez de piedra, material que los Masones desconocían su aplicación y trabajo, las Logias Operativas comenzaron a perder su fuerza y poder y para financiarse y seguir usufructuando de “tráfico de influencia”, permitieron el ingreso a sus filas a personas que no tenían ningún conocimiento de la profesión de Masones o albañiles de la construcción. Estos miembros que no conocían y no trabajaban la piedra fueron denominados “Aceptados” y con ello se creó una nueva forma y estilo de Francmasonería: La Especulativa.
Hacia comienzos del siglo XVIII ya prácticamente no existían Logias Operativas. Las Logias eran Especulativas y las herramientas prácticas de trabajo ya se habían convertido en Herramientas Simbólicas.
Revisemos a continuación el simbolismo de cada herramienta del grado de Aprendiz.
EL MAZO o MARTILLO, que utiliza la fuerza de gravedad de nuestra naturaleza subconsciente, de nuestros instintos, hábitos y tendencias, es emblemático de la Voluntad, que constituye la primera condición de todo progreso, y es al mismo tiempo el medio indispensable para realizarlo. Pero debemos precavernos de los excesos a los que pudiera conducirnos el exagerado uso de la facultad volitiva, ya que esta fuerza puede llegar a ser destructiva si no se la aplica y dirige constructivamente por medio del discernimiento que se necesita para su manifestación más armónica.
EL CINCEL precisamente representa el propósito inteligente que debe dirigir la acción de la voluntad. Esa facultad que determina la línea de acción de nuestro potencial volitivo no es menos importante que esto, dado que de su justa aplicación, alumbrada por la Sabiduría que se manifiesta como discernimiento y visión ideal, dependen enteramente la cualidad y bondad del resultado.
Son el Mazo y el Cincel los instrumentos propiamente activos, ya que representan los esfuerzos que por medio de la Voluntad y la Inteligencia, necesitamos hacer para la realización efectiva de los Ideales Masónicos. Pero para que la acción combinada de ambos elementos sea realmente masónica, es decir, útil y benéfica para el propósito de la evolución individual y cósmica, tiene que ser constantemente comprobada y dirigida por la REGLA, que representa la Rectitud de nuestra visión y nuestros actos, la moderación, la templanza y la justa medida que guardan todas las cosas naturales. Las 24 PULGADAS simbolizan las 24 horas del día, donde en la práctica vivimos tres jornadas, que son el trabajo diario, la vida masónica y familiar y el descanso.
3. CONCLUSION
Cuando me asignaron este tema pensé que no era mucho lo que se podría desarrollar en torno a las herramientas del primer grado, pero como en todo, una vez que uno se mete de lleno en la tarea, empiezan a expandirse los horizontes y ampliarse las posibilidades. Muchos son los simbolismos y las enseñanzas que se pueden obtener en base a estos tres simples instrumentos que marcan el inicio de la carrera masónica y que comprometen el trabajo personal durante toda la vida, ya que un verdadero masón nunca deja de pulir su piedra bruta. Desde esa perspectiva, este trazado se queda corto.
Es por eso que para finalizar y como conclusión, me gustaría volver a la idea que encabeza esta plancha. Es evidente que vivimos en tiempos en que se ha creado casi un culto a la ciencia y tecnología, y que esta obsesión pone en gran riesgo la perfección del arte.
Vemos en la vida profana que los ideales se dirigen a la posesión de herramientas. Es irónico, por ejemplo, que con la excusa de “mejorar la comunicación” se busca la mejor tecnología: computadores, celulares, blackberrys, etc., que si bien otorgan mayores posibilidades (aunque en muchos casos se ven subutilizadas), también se convierten en factores de des-comunicación, no sólo por causar la ausencia y distracción durante las reuniones, sino también por la deformación del lenguaje con abreviaturas y contracciones que de a poco se van generalizando y aceptando como normales, prácticamente atentando contra el arte de la comunicación. Y más allá de formalismos, es evidente que en la misma proporción en que avanza en el mundo la tecnología de la comunicación, también avanzan los problemas de comunicación en las familias y la sociedad. Admitimos entonces que el problema no es de ciencia o de tecnología, sino del uso adecuado de las herramientas con las que se dispone y muy especialmente de la intencionalidad que ponemos en cada uno de nuestros actos, siendo el acto más sublime el estudio y la práctica del Arte, entendiendo a éste como cualquier actividad o producto realizado por el ser humano con una finalidad estética o comunicativa, a través del que se expresa ideas, emociones o en general, una visión del mundo.
Así, el Arte no depende de herramientas físicas o exteriores, sino de virtudes adquiridas y desarrolladas en el interior del ser humano, razón de ser del trabajo sobre la Piedra Bruta.
Nuestras herramientas simbólicas, a pesar de ser intangibles, no sólo pueden poseerse sino que tienen la particularidad de enriquecerse con la constancia y la práctica. Así como el albañil, el médico o el músico se adiestran y perfeccionan en el uso de sus herramientas, también el ser interior y el pensamiento pueden desarrollarse con el uso de las herramientas adecuadas. Lo primero es el deseo o voluntad de hacerlo, después viene la atención, la práctica y el disfrute. A medida que se domina la destreza, la fluidez y la efectividad con la que se utiliza la convierten en un disfrute. Pero como todo, es una elección. Si se está demasiado satisfecho con la actual forma de pensar y comportarse, lo más seguro es que ni siquiera se conciba la posibilidad de un mejora. También puede caerse en el exceso, ya se dijo que el lenguaje es la herramienta preferida del pensamiento y muchas veces esto salta a la vista, cuando vemos largos discursos que se quedan en palabra muerta, que no acompañan un trabajo serio, auto crítico y comprometido con uno mismo y con la sociedad.
El masón debe estar muy atento a esto, ya que no se puede caer en el error de confundir la herramienta con el trabajo. De nada serviría poseer y comprender las cualidades reales y simbólicas de una herramienta si no la usamos en la concreción de nuestra Obra. Al verdadero Artista le basta un trozo de carbón para plasmar una obra de arte, cosa que ni el más capacitado especialista podría realizar con todos los estudios y tecnología, si carece de la Sabiduría, la Fuerza y la Belleza que dirijan, sostengan y adornen su Obra. Estos son los pilares en que el masón debe sostenerse, es este el ideal que se busca alcanzar con el uso y no sólo con el conocimiento o la posesión de las herramientas.
S.·.F.·.U.·.
4. BIBLIOGRAFIA
Francmasonería en preguntas y respuestas, Goldstein Touvia / Manual de Aprendiz, Aldo Lavagnini Las herramientas del pensamiento, Edward de Bono / Wikipedia / www.rey-saolmon.blogspot.com
Toda obra requiere necesariamente de una herramienta. En la mayoría de los casos dicha herramienta es fácilmente reconocible, como la plomada que usa el albañil para confirmar la rectitud de una pared, el médico que usa el bisturí para realizar un corte quirúrgico o el músico que interpreta una pieza con su instrumento. En otros casos, la herramienta es más difícil de reconocer, como en los procesos de desarrollo de una idea o en la creación de una obra literaria; es ahí cuando la psicología viene en nuestra ayuda para explicar la forma en que funcionan los procesos sutiles del ser humano, esta ciencia afirma que “la herramienta preferida del pensamiento es el lenguaje”.
Queda claro entonces que existen herramientas físicas, visibles, y herramientas no físicas, como el lenguaje, la lógica, el análisis, la síntesis, la creatividad, etc.
Esta división está también presente en nuestros talleres donde existen herramientas físicas para el trabajo de cada grado, que se corresponden con herramientas simbólicas, o virtudes que deben ser desarrolladas por cada H:. en el transcurso de su carrera masónica, con el afán de poder otorgarse un día con justicia, el título de Francmasón.
2. DESARROLLO
Tres son las herramientas esenciales que utiliza el Aprendiz: el mazo, el cincel y la regla de veinticuatro pulgadas, herramientas que en el mundo profano, nuestros antepasados los masones operativos utilizaron para hacer de la piedra bruta una obra de arte, a golpe constante, a medida exacta, y con la precisión perfecta.
Es sabido que el Aprendiz Masón representa en sí mismo a la piedra bruta, pero a su vez es materia, obrero e instrumento, todo el proceso de desbastado y perfección debe suceder en sí mismo, producto del ejercicio y la práctica, de la voluntad y la constancia. Si a cada instante algo nos mejoramos, cumplimos con la Finalidad Masónica.
No está de más repasar la historia para comprender de dónde surgen las herramientas simbólicas y su alegoría.
La Edad Media fue la época de grandes construcciones de palacios, templos, abadías, iglesias, catedrales y en general, monumentales edificios. Las construcciones eran realizadas por expertos en la elaboración de la piedra que guardaban muy en secreto los conocimientos profesionales. Hacia fines de la Edad Media, con la decadencia del Feudalismo y la paulatina pérdida del poder de la Iglesia Católica y su división, y más adelante, ya en la Edad Moderna, con la decisión del Rey de Inglaterra de reconstruir Londres después del incendio de 1666 con ladrillos en vez de piedra, material que los Masones desconocían su aplicación y trabajo, las Logias Operativas comenzaron a perder su fuerza y poder y para financiarse y seguir usufructuando de “tráfico de influencia”, permitieron el ingreso a sus filas a personas que no tenían ningún conocimiento de la profesión de Masones o albañiles de la construcción. Estos miembros que no conocían y no trabajaban la piedra fueron denominados “Aceptados” y con ello se creó una nueva forma y estilo de Francmasonería: La Especulativa.
Hacia comienzos del siglo XVIII ya prácticamente no existían Logias Operativas. Las Logias eran Especulativas y las herramientas prácticas de trabajo ya se habían convertido en Herramientas Simbólicas.
Revisemos a continuación el simbolismo de cada herramienta del grado de Aprendiz.
EL MAZO o MARTILLO, que utiliza la fuerza de gravedad de nuestra naturaleza subconsciente, de nuestros instintos, hábitos y tendencias, es emblemático de la Voluntad, que constituye la primera condición de todo progreso, y es al mismo tiempo el medio indispensable para realizarlo. Pero debemos precavernos de los excesos a los que pudiera conducirnos el exagerado uso de la facultad volitiva, ya que esta fuerza puede llegar a ser destructiva si no se la aplica y dirige constructivamente por medio del discernimiento que se necesita para su manifestación más armónica.
EL CINCEL precisamente representa el propósito inteligente que debe dirigir la acción de la voluntad. Esa facultad que determina la línea de acción de nuestro potencial volitivo no es menos importante que esto, dado que de su justa aplicación, alumbrada por la Sabiduría que se manifiesta como discernimiento y visión ideal, dependen enteramente la cualidad y bondad del resultado.
Son el Mazo y el Cincel los instrumentos propiamente activos, ya que representan los esfuerzos que por medio de la Voluntad y la Inteligencia, necesitamos hacer para la realización efectiva de los Ideales Masónicos. Pero para que la acción combinada de ambos elementos sea realmente masónica, es decir, útil y benéfica para el propósito de la evolución individual y cósmica, tiene que ser constantemente comprobada y dirigida por la REGLA, que representa la Rectitud de nuestra visión y nuestros actos, la moderación, la templanza y la justa medida que guardan todas las cosas naturales. Las 24 PULGADAS simbolizan las 24 horas del día, donde en la práctica vivimos tres jornadas, que son el trabajo diario, la vida masónica y familiar y el descanso.
3. CONCLUSION
Cuando me asignaron este tema pensé que no era mucho lo que se podría desarrollar en torno a las herramientas del primer grado, pero como en todo, una vez que uno se mete de lleno en la tarea, empiezan a expandirse los horizontes y ampliarse las posibilidades. Muchos son los simbolismos y las enseñanzas que se pueden obtener en base a estos tres simples instrumentos que marcan el inicio de la carrera masónica y que comprometen el trabajo personal durante toda la vida, ya que un verdadero masón nunca deja de pulir su piedra bruta. Desde esa perspectiva, este trazado se queda corto.
Es por eso que para finalizar y como conclusión, me gustaría volver a la idea que encabeza esta plancha. Es evidente que vivimos en tiempos en que se ha creado casi un culto a la ciencia y tecnología, y que esta obsesión pone en gran riesgo la perfección del arte.
Vemos en la vida profana que los ideales se dirigen a la posesión de herramientas. Es irónico, por ejemplo, que con la excusa de “mejorar la comunicación” se busca la mejor tecnología: computadores, celulares, blackberrys, etc., que si bien otorgan mayores posibilidades (aunque en muchos casos se ven subutilizadas), también se convierten en factores de des-comunicación, no sólo por causar la ausencia y distracción durante las reuniones, sino también por la deformación del lenguaje con abreviaturas y contracciones que de a poco se van generalizando y aceptando como normales, prácticamente atentando contra el arte de la comunicación. Y más allá de formalismos, es evidente que en la misma proporción en que avanza en el mundo la tecnología de la comunicación, también avanzan los problemas de comunicación en las familias y la sociedad. Admitimos entonces que el problema no es de ciencia o de tecnología, sino del uso adecuado de las herramientas con las que se dispone y muy especialmente de la intencionalidad que ponemos en cada uno de nuestros actos, siendo el acto más sublime el estudio y la práctica del Arte, entendiendo a éste como cualquier actividad o producto realizado por el ser humano con una finalidad estética o comunicativa, a través del que se expresa ideas, emociones o en general, una visión del mundo.
Así, el Arte no depende de herramientas físicas o exteriores, sino de virtudes adquiridas y desarrolladas en el interior del ser humano, razón de ser del trabajo sobre la Piedra Bruta.
Nuestras herramientas simbólicas, a pesar de ser intangibles, no sólo pueden poseerse sino que tienen la particularidad de enriquecerse con la constancia y la práctica. Así como el albañil, el médico o el músico se adiestran y perfeccionan en el uso de sus herramientas, también el ser interior y el pensamiento pueden desarrollarse con el uso de las herramientas adecuadas. Lo primero es el deseo o voluntad de hacerlo, después viene la atención, la práctica y el disfrute. A medida que se domina la destreza, la fluidez y la efectividad con la que se utiliza la convierten en un disfrute. Pero como todo, es una elección. Si se está demasiado satisfecho con la actual forma de pensar y comportarse, lo más seguro es que ni siquiera se conciba la posibilidad de un mejora. También puede caerse en el exceso, ya se dijo que el lenguaje es la herramienta preferida del pensamiento y muchas veces esto salta a la vista, cuando vemos largos discursos que se quedan en palabra muerta, que no acompañan un trabajo serio, auto crítico y comprometido con uno mismo y con la sociedad.
El masón debe estar muy atento a esto, ya que no se puede caer en el error de confundir la herramienta con el trabajo. De nada serviría poseer y comprender las cualidades reales y simbólicas de una herramienta si no la usamos en la concreción de nuestra Obra. Al verdadero Artista le basta un trozo de carbón para plasmar una obra de arte, cosa que ni el más capacitado especialista podría realizar con todos los estudios y tecnología, si carece de la Sabiduría, la Fuerza y la Belleza que dirijan, sostengan y adornen su Obra. Estos son los pilares en que el masón debe sostenerse, es este el ideal que se busca alcanzar con el uso y no sólo con el conocimiento o la posesión de las herramientas.
S.·.F.·.U.·.
4. BIBLIOGRAFIA
Francmasonería en preguntas y respuestas, Goldstein Touvia / Manual de Aprendiz, Aldo Lavagnini Las herramientas del pensamiento, Edward de Bono / Wikipedia / www.rey-saolmon.blogspot.com
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