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lunes, 7 de agosto de 2017

LA IGLESIA Y LA MASONERÍA

A.∙.L.∙.G.∙.D.∙.G.∙.A.∙.D.∙.U.∙.
LOGIA SIMBOLICA “NUEVO ORDEN Nº 41” ORIENTE DE MANTA
LA IGLESIA Y LA MASONERÍA
Por: Marcelo Barragán



INTRODUCCIÓN

A lo largo de su historia la Iglesia católica ha condenado y desaconsejado a sus fieles la pertenencia a asociaciones que se declaraban ateas y contra la religión, o que podían poner en peligro la fe. Entre estas asociaciones se encuentra la masonería.

Actualmente, la legislación católica se rige por el Código de Derecho Canónico promulgado por el Papa Juan Pablo II el 25 de enero de 1983, que, en su canon 1374, señala:

"Quien se inscribe en una asociación que maquina contra la Iglesia debe ser castigado con una pena justa; quien promueve o dirige esa asociación ha de ser castigado con entredicho".
Esta nueva redacción, sin embargo, supuso dos novedades respecto al Código vigente en 1917: la pena no es automática y no se menciona expresamente a la masonería como asociación que conspire contra la Iglesia.

Previendo posibles confusiones, un día antes de que entrara en vigor la nueva ley eclesiástica del año 1983, fue publicada una declaración firmada por el Cardenal Joseph Ratzinger, en ese entonces Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe. En ella se señala que el criterio de la Iglesia no ha variado en absoluto con respecto a las anteriores declaraciones, y la nominación expresa de la masonería se había omitido por incluirla junto a otras asociaciones. Se indica, además, que los principios de la masonería siguen siendo incompatibles con la doctrina de la Iglesia, y que los fieles que pertenezcan a asociaciones masónicas no pueden acceder a la Sagrada Comunión.
En este sentido, la Iglesia ha condenado siempre la masonería. En el siglo XVIII los Papas lo hicieron con mucha más fuerza, y en el XIX persistieron en ello. En el Código de Derecho Canónico de 1917 se excomulgaba a los católicos que dieran su nombre a la masonería, y en el de 1983 el canon de la excomunión desaparece, junto con la mención explícita de la masonería, lo que ha podido crear en algunos la falsa opinión de que la Iglesia poco menos que aprueba a la masonería
DESARROLLO

Es difícil hallar un tema —explica Federico R. Aznar Gil, en su ensayo La pertenencia de los católicos a las agrupaciones masónicas según la legislación canónica actual (1995)— sobre el que las autoridades de la Iglesia católica se hayan pronunciado tan reiteradamente como en el de la masonería: desde 1738 a 1980 se conservan no menos de 371 documentos sobre la masonería, a los que hay que añadir las abundantes intervenciones de los dicasterios de la Curia Romana y, a partir sobre todo del Concilio Vaticano II, las no menos numerosas declaraciones de las Conferencias Episcopales y de los obispos de todo el mundo. Todo ello está indicando que nos encontramos ante una cuestión vivamente debatida, fuertemente sentida y cuya discusión no se puede considerar cerrada.

Casi desde su aparición, la masonería generó preocupaciones en la Iglesia. Clemente XII, en "In eminenti", había condenado a la masonería. Más tarde, León XIII, en su encíclica "Humanum genus", de 20 de abril de 1884, la calificaba de organización secreta, enemigo astuto y calculador, negadora de los principios fundamentales de la doctrina de la Iglesia. Manifestaba la preocupación de la Iglesia ante la gravedad del avance de la Masonería en Italia, cuyo principal objetivo es "insultar al Papado, intentando reemplazar la Fe Católica, con la más absoluta libertad de examinación, de criterio, de pensamiento, y de consciencia"
En el canon 2335 del Código de Derecho Canónico de 1917 establecía que "los que dan su nombre a la secta masónica, o a otras asociaciones del mismo género, que maquinan contra la Iglesia o contra las potestades civiles legítimas, incurren ipso facto en excomunión simplemente reservada a la Sede Apostólica".

Las siguientes son las bulas papales mediante las cuales la Iglesia persiguió a la Masonería:
• “In Eminenti Apostolatus Specula” de Clemente XII del 24 de abril de 1738. (Sobre esta encíclica se basó Felipe V en l740 para legislar en contra de los masones, ejemplo que se imitó en el Real Decreto del 2 de Julio de l751 y otras sucesivas medidas de las autoridades españolas hasta hace algunos años, en que el gobierno franquista condenaba el “delito de Masonería” con una pena mínima de doce años de prisión);
• “Próvidas Romanorum” de Benedicto XIV del 14 de Mayo de l751.”
• “Ecclesiam a Jesu-Christo” de Pio VII del 13 de Setiembre de l821”
• “Quo Graviora” de León XII del 13 de Mayo de l825”
• “Traditi Humilitati Nostrae” de Pio VIII del 21 de Mayo de l829.
• “Mirari Vos” de Gregorio XVI del 15 de Agosto de l832.
• “Qui Pluribus” de Pio IX del 9 de Noviembre de l846
• “Syllabus” de Pio IX del 9 de Noviembre de l846.
• “Multiplicer Inter” de Pio IX del 21 de Setiembre de l865
• “Apostolicae Sedis” de Pio IX del 12 de Octubre de l86
• “Etsi Multa” del Pio de 21 de Noviembre de l873.
• “Humanum Genus” de León XIII del 20 de Abril de l884, seguida de una instrucción pública del Santo Oficio “De Secta Massonum” del 7 de Mayo de 1884, “Proeclara” del 20 de Junio de l894, “Annum Igressi” del 18 de Marzo de l902, sin contar la declaración hecha oficialmente el l9 de Marzo de l950, a través de las columnas del Osservatore Romano, en el sentido de que las condenaciones a la Masonería se mantienen en toda su integridad.

Cabe mencionar que a través de las bulas del 30 de Enero de l816 del Papa Pío VII y las del 24 de Setiembre de l824 y 10 de Febrero de 1825 de León XII, la Iglesia condenaba a los Movimientos Libertadores de América, e indirectamente a la Masonería.
Los motivos que argumentaba la Iglesia católica para su condena a la masonería eran fundamentalmente: el carácter secreto de la organización, el juramento que garantizaba ese carácter oculto de sus actividades y los complots perturbadores que la masonería llevaba a cabo en contra de la Iglesia y los legítimos poderes civiles.

Las condiciones establecidas para proceder a la absolución de esta excomunión, consistían en el alejamiento y la separación de la masonería, reparación del escándalo del mejor modo posible, y cumplimiento de la penitencia impuesta.
Las consecuencias de la excomunión incluían, por ejemplo, la privación de la sepultura eclesiástica y de cualquier misa exequial, de ser padrinos de bautismo, de confirmación, de no ser admitidos en el noviciado, y el consejo —en este caso a las mujeres— de no contraer matrimonio con masones, así como la prohibición al párroco de asistir a las nupcias sin consultar con el Ordinario.

A partir de la celebración del Concilio Vaticano II, un incipiente diálogo entre masones y católicos hizo que la situación comenzara a cambiar. Algunos Episcopados (de Francia, Países Escandinavos, Inglaterra, Brasil o Estados Unidos) empezaron a revisar la actitud ante la masonería; por un lado, revisando desde la historia los motivos que llevaron a adoptar a la Iglesia su actitud condenatoria.

La Congregación para la Doctrina de la Fe retomó los estudios sobre la masonería y publicó tres documentos que supusieron una nueva interpretación del canon 2335. En ellos se explica que, durante un amplio examen de la situación, se había hallado una gran divergencia en las opiniones, según los países, pero se advertía sin embargo, que existían casos particulares, pero que continuaba la misma pena para aquellos católicos que diesen su nombre a asociaciones que realmente maquinasen contra la Iglesia. La novedad en esta carta residía en la admisión, por parte de la Iglesia católica, de que podían existir asociaciones masónicas que no conspiraban en ningún sentido contra la Iglesia católica ni contra la fe de sus miembros.
Las dudas no tardaron en plantearse: ¿cuál era el criterio para verificar si una asociación masónica conspiraba o no contra la Iglesia?; y ¿qué sentido y extensión debía darse a la expresión conspirar contra la Iglesia?

El clima generalizado de acercamiento entre las tesis de algunos católicos y masones fue roto por la declaración del 28 de abril de 1980 de la Conferencia Episcopal Alemana sobre la pertenencia de los católicos a la masonería. Como recoge Federico R. Aznar Gil en su publicación, la declaración explicaba que, durante los años 1974 y 1980, se habían mantenido numerosos coloquios oficiales entre católicos y masones; que por parte católica se habían examinado los rituales masónicos de los tres primeros grados; y que los obispos católicos habían llegado a la conclusión de que había oposiciones fundamentales e insuperables entre ambas partes:

"La masonería —decían los obispos alemanes— no ha cambiado en su esencia. La pertenencia a la misma cuestiona los fundamentos de la existencia cristiana" (…) Las principales razones alegadas para ello fueron las siguientes: la cosmología o visión del mundo de los masones no es unitaria, sino relativa, subjetiva, y no se puede armonizar con la fe cristiana; el concepto de verdad es, asimismo, relativista, negando la posibilidad de un conocimiento objetivo de la verdad, lo que no es compatible con el concepto católico; también el concepto de religión es relativista (…) y no coincide con la convicción fundamental del cristianismo, el concepto de Dios, simbolizado a través del "Gran Arquitecto del Universo" es de tipo deístico y no hay ningún conocimiento objetivo de Dios en el sentido del concepto personal del Dios del teísmo, lo cual mina los fundamentos de la concepción de Dios de los católicos (…)

El 17 de febrero de 1981, la Congregación para la Doctrina de la Fe publicaba una declaración en la que afirma de nuevo la excomunión para los católicos que den su nombre a la secta masónica y a otras asociaciones del mismo género, con lo cual, la actitud de la Iglesia permanece invariable, e invariable permanece aún en nuestros días.

CONCLUSIÓN

Luego de investigar en internet en las múltiples páginas que hablan acerca de las relaciones entre la Iglesia y la masonería, he encontrado que en la mayoría de casos se aborda el tema desde el punto de vista de la iglesia católica y dejan en claro una incompatibilidad entre el pensamiento masónico y el catolicismo; pero hay muy pocos sitios en los que se exprese la opinión de los masones acerca de la iglesia, y es que, desde mi punto de vista, la posición de la masonería es clara, la masonería abre sus puerta a todas las creencias religiosas y no intimida a sus miembros con expulsarlos por ejercer su derecho a la libertad de culto.
Pude decirse que en la masonería a causa de las persecuciones que ha sufrido durante los últimos siglos, han tenido lugar cambios en el sentido de una mayor apertura hacia los demás grupos sociales; pero en su mentalidad, en sus convicciones fundamentales y en sus trabajos en las logias, ha permanecido absolutamente idéntica.

Considero además que entre los varios motivos que desde hace mucho tiempo han causado preocupación e incomodidad en ciertos círculos eclesiásticos frente al avance de la masonería, está la influencia que han tenido muchos de los H.•.M.•. tanto en la política como en los negocios en los diferentes países y sociedades, pues es conocido que cuando los masones han tomado control de un gobierno, como en Francia en 1877 y en Portugal en 1910, han establecido leyes para restringir las actividades de la Iglesia.

En el Ecuador el Q.•. y R.•. H.•. Eloy Alfaro sufrió la férrea oposición y condena de la iglesia católica, puesto que esta ya no tenía incidencia en la educación pública y en la administración del Estado y, por que les fue confiscado algunos latifundios y bienes de uso público, con la justificación de cubrir gastos de defensa.

El Rector mayor de los Salesianos, Pascual Chávez, ha denunciado que "los nuevos padres de Europa son masones" y han puesto en marcha un "plan para descristianizar" el Viejo continente, que pasa por relegar la religión y construir una Europa laica y laicista. Chávez, ha dicho también que la Iglesia católica tiene que entender que en Europa es hoy una minoría creativa, en una sociedad que vive una situación cultural en la que el elemento religioso está en crisis.
BIBLIOGRAFÍA

http://www.hispanidad.info/masone.htm
http://masoneriaparatodos.blogspot.com/2007/04/iglesia-arremete-contra-masones.html
http://www.quintadimension.com/televicio/index.php?id=165



S.·.F.·.U.·.

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