A.∙.L.∙.G.∙.D.∙.G.∙.A.∙.D.∙.U.∙.LOGIA SIMBOLICA “NUEVO ORDEN Nº 41” ORIENTE DE MANTA
EL TEMPLO DE SALOMÓN Y SU CORRESPONDENCIA
CON NUESTRO TEMPLO
EL TEMPLO DE SALOMÓN Y SU CORRESPONDENCIA
CON NUESTRO TEMPLO
Gonzalo de la Fuente
1. INTRODUCCION
Cuando se piensa en reyes sabios, sin duda uno de los principales nombres que vienen a la mente es el del Rey Salomón, conocido no sólo por sus virtudes, forma de gobernar, pensar e impartir justicia, sino también por la construcción de una de las obras más notables de la arquitectura de las antiguas civilizaciones, el famoso Templo de Salomón.
Construido en el año 968 a.C., en el monte de Jerusalén, este magno edificio fue lugar santo durante varios años, hasta que fue destruido en el 587 a.C. por el rey babilónico Nabucodonosor, quien no dejaría en pie una sola piedra. Sin embargo, las descripciones del edificio y las leyendas en torno a él, lo convirtieron en el arquetipo ideal del Templo, influyendo durante siglos en la configuración de los edificios religiosos occidentales.
La Masonería, como orden constructiva, no pasa esto por alto, incluso en su Tradición aparece Hiram de Tiro, quien fuera encargado por el mismo Salomón para la construcción de su Templo, como primer maestro masón. Es así que surge una concordancia entre el primer Templo de Salomón y el Templo Masónico, concordancia que se confirma al remitirse al texto bíblico que narra uno de los detalles más peculiares de la construcción: las columnas J y B a la entrada del templo (Reyes I, 7:21). Las Escrituras no agregan nada más sobre las columnas, ni explican por qué están allí, es evidente sin embargo que Hiram y Salomón tenían de ellas una idea particular, y demostraron al hacerlas que eran parte imprescindible del Templo. Esta coherencia entre ambas tradiciones: la bíblica y la Masónica, nos llevan a pensar en una correlación y mismo origen, sin embargo hay todavía un punto muy importante de analizar y es el que se refiere a la orientación del templo, ya que a saber, la entrada del Templo de Salomón daba hacia el este (oriente), a diferencia del templo masónico cuya entrada da al occidente. Este es el tema de fondo que intentaremos dilucidar.
2. DESARROLLO
Determinar la orientación del Templo Masónico resulta muy sencillo, basta remitirse a los manuales de masonería e incluso una simple búsqueda en internet proveen toda la información. Pero no sucede lo mismo con el antiguo Templo de Salomón.
Esto es así por dos razones: Por un lado está el hecho de que esta construcción fue destruida por completo y hoy en día es lugar santo de tres de las principales religiones, lo que imposibilita un estudio arqueológico profundo que permita determinar su disposición inicial. La segunda razón es el romanticismo con que la masonería, al ser una orden que se fundamenta en el simbolismo, envuelve toda su historia, tradición y ritual. Esto lleva a que varios autores masónicos determinen sin mayor argumento que la disposición de su templo corresponde a la de Salomón.
Veamos primero lo que se puede saber sobre la tradición e historia del Templo de Salomón, lejos de cualquier interpretación masónica:
Antiguamente era común que todo edificio sagrado era cósmico, en el sentido de que estaba hecho a imitación del universo, y así decía Flavio Josefo -historiador judío- sobre el Templo de Salomón: “la razón de ser de cada uno de los objetos del templo es recordar y figurar el cosmos”. El precedente al Templo de Salomón fue la Tienda Santa, cuyas dimensiones y características fueron dadas por Dios a Moisés en el Éxodo. Luego es Salomón quien se encarga de la construcción de un templo fijo en Jerusalén. Contrario a lo que se cree, el papel de Salomón en la construcción del templo no fue demasiado grande, ya que la idea y las trazas se realizaron en el reinado de su padre, David; los arquitectos y artesanos eran fenicios y los gastos de construcción fueron financiados por los mineros, marineros, comerciantes y soldados. En la Biblia se dan todos los detalles de construcción del templo, pero resulta difícil determinar su orientación. Aún así, la mayoría de los estudios concuerdan en que su puerta daba hacia el este, ya que al fondo, hacia el occidente se encontraba el Sancta Sanctórum, o Debir, lugar sagrado por excelencia. El sentido cósmico de este templo se subrayaba por las tres esferas que comprendía: la tierra, el mar y el cielo. La tierra estaba representada por el tabernáculo, en el que estaban los elementos litúrgicos del candelabro, de la mesa de las proposiciones y de altar de los perfumes; al mar y al agua aludía el atrio con el Mar de Bronce; finalmente, el cielo estaba figurado por la cámara oscura del Sancta Sanctorum, que era la morada de Yahvé.
Algunos científicos sostienen que la orientación hacia el este se debería a ciertos rituales en que la luz del sol naciente brilla a través de los corredores y pasando por las tres esferas, entra hasta al lugar más santo. Otros apuntan a que esta orientación se debe a que el templo da la cara al punto más alto del Monte de los Olivos, desde donde se realizaban rituales de sacrificios mientras las puertas del templo se abren, dejando ver el Sancta Sanctórum. También hay quienes apuntan a que al mirar hacia el sol naciente, el sacerdote desde el lugar santo podía determinar los solsticios de verano e invierno, marcados por las columnas J y B. Sea como sea, parece no haber discusión en que la orientación del templo era en sentido este-oeste. Veamos qué opina a este respecto la Masonería…
Muchas son las razones para corresponder el Templo de Salomón con el templo masónico. En primer lugar está lo que ya se dijo antes del Templo de Salomón como modelo del templo perfecto, unión del Hombre con Dios. Autores como Jorge Adoum son más específicos en comparar el templo a nuestro cuerpo, donde se lleva este proceso de unión: “El Tabernáculo en el desierto es el símbolo del cuerpo físico en el desierto de la materia. Cuando el hombre fue dotado de mente perdió la vista espiritual porque dedico todos sus pensamientos al mundo externo. Entonces el Señor revelo a los guías de la humanidad la manera de volver al mundo espiritual por el camino de la mente o el pensamiento. Así el Tabernáculo o cuerpo le fue dado al hombre para hallar a su Dios.”.
Otros autores como Francisco Ariza prefieren revivir la leyenda y la tradición masónica, poniendo al Templo de Salomón “como la esencia misma de la Masonería, que actualiza permanentemente su contenido espiritual a través de sus ritos y símbolos, empezando por el de la propia Logia, que tiene en él su modelo o prototipo”. Actualiza también los mitos que recogen los episodios más significativos de su historia sagrada, como aquella que recoge la leyenda de Hiram, primer maestro masón.
Al respecto Serge Raynaud en su Libro Negro de la Francmasonería, minimiza el carácter histórico o mítico de la relación con el Templo de Salomón y se enfoca más en lo simbólico, incluso acudiendo a composiciones etimológicas quizás un poco forzadas: “En efecto, aun admitiendo que no hubo bajo Salomón construcción de Templo ni todo lo que se ha traído en la leyenda simbólica de nuestra Institución, la sola etimología del nombre Salomón revela para los Iniciados datos de gran importancia y suministra elementos inequívocos. Salomón es un epónimo que (…) no representa solamente un personaje sino también una casta, una secta, una raza o una época. Así el nombre de Salomón se compone de tres sílabas fundamentales: SOL-OM-ON”. Y continúa: “De un lado tenemos la sílaba SOL que representa el sol, es decir el polo positivo, la ciencia, la objetividad, el Occidente y la columna J. De otro lado tenemos la sílaba MON que en todas las lenguas semíticas y sajonas significa la luna, por consiguiente el polo negativo, la religión, el misticismo, la subjetividad, el Oriente y la columna B. Estas dos sílabas con su significado, su polaridad y su sitio en la palabra indican bien las dos corrientes de pensamiento que existen en el mundo y su indispensable presencia para servir de bases, de columnas y de soportes a la creación del Templo de elevación hacia Dios. Tal es el significado de la sílaba central: OM el mantram de saludo a la divinidad”.
Siguiendo el significado del nombre, sabemos que Salomón quiere decir “El Pacífico”, lo que simbólicamente concuerda con la conjunción de los nómadas y los sedentarios que se hizo posible a partir de la construcción del templo; y ya en el contexto bíblico se refiere a la “reconciliación” de los descendientes de Caín y Abel, presentados respectivamente en Hiram y Salomón, abriéndose así una nueva página de la historia que repercutirá en el posterior desarrollo de la civilización occidental, especialmente durante la Edad Media, en la que el Templo de Jerusalén fue considerado siempre como la imagen misma del centro espiritual y prototipo de la arquitectura sagrada.
A pesar de las muchas analogías que se puedan encontrar, ningún autor parece detenerse a analizar la orientación opuesta de ambos templos. Un tema que a veces se discute es el de las columnas J y B que constituyen el nexo más obvio entre Salomón, Hiram y la Masonería. El texto bíblico menciona que: “Estas columnas erigió en el pórtico del templo; y cuando hubo alzado la columna del lado derecho, le puso por nombre Jakim, y alzando la columna del lado izquierdo, llamó su nombre Boaz”. Esto está en clara contradicción con las columnas del templo masónico que se hallan en sentido inverso, pero el error es sólo de observación. En esto Guenon aclara: “la cuestión es fácil de resolver remitiéndose directamente a los textos bíblicos, a condición de saber que en hebreo, la «derecha» significa siempre el Sur y la «izquierda» el Norte”. Lo que estaría confirmando la orientación del Templo de Salomón hacia el este, pero no resuelve la diferente orientación.
3. CONCLUSION
En definitiva, la cuestión de las orientaciones de ambos templos parece que no tiene una explicación que justifique la diferencia. Resulta increíble pensar que una tradición que se ha transmitido desde el inicio de los tiempos haya caído en un error de orientación por una mala interpretación. Resulta más coherente pensar que el cambio responde a una necesidad simbólica o de algún otro orden. El Diccionario Masónico explica que la ubicación del Venerable se debe a que: “así como el Sol sale por el Oriente para dar principio a su carrera del día, así el Maestro se coloca en este punto para abrir la Logia, ilustrar los trabajos y dar ocupación a los obreros”.
Sólo como referencia se puede citar que en la época de los Caballeros Templarios (quienes tomaron su nombre por el Templo de Salomón), los peregrinos llegaban a pensar que la Cúpula de la Roca era el desaparecido Templo de Salomón. Este dilema se dio durante toda la Edad Media hasta el siglo XIV y se vio en la construcción de muchas iglesias y catedrales de base octogonal, pero con alegoría al Templo de Salomón.
Sin pretensiones de metafísica se podría concluir que el cambio de orientación respondió quizás a una necesidad de los tiempos. El hombre ha cambiado y ha cambiado también la manera de ver al cosmos, y a sí mismo. El antiguo culto del Templo de Salomón evoca un proceso de iluminación por etapas, ascendente, donde es el hombre el propio obrero de su Templo Interior. Remite a la antigua tradición hebrea de la Kábala, desde Maljut a Kether, la Corona. En la tradición oriental es la energía Kundalini que se eleva desde el chakra base hasta el de la coronilla para encontrarse con el Sí Mismo. Nos dibuja la unión de dos principios que se unen para formar el Sello de Salomón, la unión de la Tierra con el Cielo.
La inversión del Templo es quizás evidencia de un proceso inverso, que es el que ha caracterizado a la humanidad en los últimos dos milenios. Dejemos que sea Guenon quien lo explique mejor a manera de conclusión: “la preeminencia de la derecha está asociada a la «Vía del Cielo» y la de la izquierda a la «Vía de la Tierra»; ahora bien, la primera es necesariamente superior a la segunda, y, se puede decir que es porque los hombres han perdido de vista la «Vía del Cielo» por lo que han llegado a conformarse a la «¬Vía de la Tierra», lo que marca bien la diferencia entre la época primordial y las épocas ulteriores de degeneración espiritual.”
S.·.F.·.U.·.
4. BIBLIOGRAFIA
Aprendiz Masón, Jorge Adoum / El Templo de Jerusalen, Francisco Ariza / La Gran Triada, Rene Guenon / El Libro Negro de la Francmasonería, Dr. Serge Raynaud / Espiritualidad y Masonería, Jorge Sanguineti / Diccionario Masónico, Anónimo / Biblia Reina Valera 1960 / El Rey Salomón y su templo, Esquina Mágica / New Proposed Location for Solomon's Temple, John Pratt, Norman, Harding / Wikipedia y varias páginas.
Cuando se piensa en reyes sabios, sin duda uno de los principales nombres que vienen a la mente es el del Rey Salomón, conocido no sólo por sus virtudes, forma de gobernar, pensar e impartir justicia, sino también por la construcción de una de las obras más notables de la arquitectura de las antiguas civilizaciones, el famoso Templo de Salomón.
Construido en el año 968 a.C., en el monte de Jerusalén, este magno edificio fue lugar santo durante varios años, hasta que fue destruido en el 587 a.C. por el rey babilónico Nabucodonosor, quien no dejaría en pie una sola piedra. Sin embargo, las descripciones del edificio y las leyendas en torno a él, lo convirtieron en el arquetipo ideal del Templo, influyendo durante siglos en la configuración de los edificios religiosos occidentales.
La Masonería, como orden constructiva, no pasa esto por alto, incluso en su Tradición aparece Hiram de Tiro, quien fuera encargado por el mismo Salomón para la construcción de su Templo, como primer maestro masón. Es así que surge una concordancia entre el primer Templo de Salomón y el Templo Masónico, concordancia que se confirma al remitirse al texto bíblico que narra uno de los detalles más peculiares de la construcción: las columnas J y B a la entrada del templo (Reyes I, 7:21). Las Escrituras no agregan nada más sobre las columnas, ni explican por qué están allí, es evidente sin embargo que Hiram y Salomón tenían de ellas una idea particular, y demostraron al hacerlas que eran parte imprescindible del Templo. Esta coherencia entre ambas tradiciones: la bíblica y la Masónica, nos llevan a pensar en una correlación y mismo origen, sin embargo hay todavía un punto muy importante de analizar y es el que se refiere a la orientación del templo, ya que a saber, la entrada del Templo de Salomón daba hacia el este (oriente), a diferencia del templo masónico cuya entrada da al occidente. Este es el tema de fondo que intentaremos dilucidar.
2. DESARROLLO
Determinar la orientación del Templo Masónico resulta muy sencillo, basta remitirse a los manuales de masonería e incluso una simple búsqueda en internet proveen toda la información. Pero no sucede lo mismo con el antiguo Templo de Salomón.
Esto es así por dos razones: Por un lado está el hecho de que esta construcción fue destruida por completo y hoy en día es lugar santo de tres de las principales religiones, lo que imposibilita un estudio arqueológico profundo que permita determinar su disposición inicial. La segunda razón es el romanticismo con que la masonería, al ser una orden que se fundamenta en el simbolismo, envuelve toda su historia, tradición y ritual. Esto lleva a que varios autores masónicos determinen sin mayor argumento que la disposición de su templo corresponde a la de Salomón.
Veamos primero lo que se puede saber sobre la tradición e historia del Templo de Salomón, lejos de cualquier interpretación masónica:
Antiguamente era común que todo edificio sagrado era cósmico, en el sentido de que estaba hecho a imitación del universo, y así decía Flavio Josefo -historiador judío- sobre el Templo de Salomón: “la razón de ser de cada uno de los objetos del templo es recordar y figurar el cosmos”. El precedente al Templo de Salomón fue la Tienda Santa, cuyas dimensiones y características fueron dadas por Dios a Moisés en el Éxodo. Luego es Salomón quien se encarga de la construcción de un templo fijo en Jerusalén. Contrario a lo que se cree, el papel de Salomón en la construcción del templo no fue demasiado grande, ya que la idea y las trazas se realizaron en el reinado de su padre, David; los arquitectos y artesanos eran fenicios y los gastos de construcción fueron financiados por los mineros, marineros, comerciantes y soldados. En la Biblia se dan todos los detalles de construcción del templo, pero resulta difícil determinar su orientación. Aún así, la mayoría de los estudios concuerdan en que su puerta daba hacia el este, ya que al fondo, hacia el occidente se encontraba el Sancta Sanctórum, o Debir, lugar sagrado por excelencia. El sentido cósmico de este templo se subrayaba por las tres esferas que comprendía: la tierra, el mar y el cielo. La tierra estaba representada por el tabernáculo, en el que estaban los elementos litúrgicos del candelabro, de la mesa de las proposiciones y de altar de los perfumes; al mar y al agua aludía el atrio con el Mar de Bronce; finalmente, el cielo estaba figurado por la cámara oscura del Sancta Sanctorum, que era la morada de Yahvé.
Algunos científicos sostienen que la orientación hacia el este se debería a ciertos rituales en que la luz del sol naciente brilla a través de los corredores y pasando por las tres esferas, entra hasta al lugar más santo. Otros apuntan a que esta orientación se debe a que el templo da la cara al punto más alto del Monte de los Olivos, desde donde se realizaban rituales de sacrificios mientras las puertas del templo se abren, dejando ver el Sancta Sanctórum. También hay quienes apuntan a que al mirar hacia el sol naciente, el sacerdote desde el lugar santo podía determinar los solsticios de verano e invierno, marcados por las columnas J y B. Sea como sea, parece no haber discusión en que la orientación del templo era en sentido este-oeste. Veamos qué opina a este respecto la Masonería…
Muchas son las razones para corresponder el Templo de Salomón con el templo masónico. En primer lugar está lo que ya se dijo antes del Templo de Salomón como modelo del templo perfecto, unión del Hombre con Dios. Autores como Jorge Adoum son más específicos en comparar el templo a nuestro cuerpo, donde se lleva este proceso de unión: “El Tabernáculo en el desierto es el símbolo del cuerpo físico en el desierto de la materia. Cuando el hombre fue dotado de mente perdió la vista espiritual porque dedico todos sus pensamientos al mundo externo. Entonces el Señor revelo a los guías de la humanidad la manera de volver al mundo espiritual por el camino de la mente o el pensamiento. Así el Tabernáculo o cuerpo le fue dado al hombre para hallar a su Dios.”.
Otros autores como Francisco Ariza prefieren revivir la leyenda y la tradición masónica, poniendo al Templo de Salomón “como la esencia misma de la Masonería, que actualiza permanentemente su contenido espiritual a través de sus ritos y símbolos, empezando por el de la propia Logia, que tiene en él su modelo o prototipo”. Actualiza también los mitos que recogen los episodios más significativos de su historia sagrada, como aquella que recoge la leyenda de Hiram, primer maestro masón.
Al respecto Serge Raynaud en su Libro Negro de la Francmasonería, minimiza el carácter histórico o mítico de la relación con el Templo de Salomón y se enfoca más en lo simbólico, incluso acudiendo a composiciones etimológicas quizás un poco forzadas: “En efecto, aun admitiendo que no hubo bajo Salomón construcción de Templo ni todo lo que se ha traído en la leyenda simbólica de nuestra Institución, la sola etimología del nombre Salomón revela para los Iniciados datos de gran importancia y suministra elementos inequívocos. Salomón es un epónimo que (…) no representa solamente un personaje sino también una casta, una secta, una raza o una época. Así el nombre de Salomón se compone de tres sílabas fundamentales: SOL-OM-ON”. Y continúa: “De un lado tenemos la sílaba SOL que representa el sol, es decir el polo positivo, la ciencia, la objetividad, el Occidente y la columna J. De otro lado tenemos la sílaba MON que en todas las lenguas semíticas y sajonas significa la luna, por consiguiente el polo negativo, la religión, el misticismo, la subjetividad, el Oriente y la columna B. Estas dos sílabas con su significado, su polaridad y su sitio en la palabra indican bien las dos corrientes de pensamiento que existen en el mundo y su indispensable presencia para servir de bases, de columnas y de soportes a la creación del Templo de elevación hacia Dios. Tal es el significado de la sílaba central: OM el mantram de saludo a la divinidad”.
Siguiendo el significado del nombre, sabemos que Salomón quiere decir “El Pacífico”, lo que simbólicamente concuerda con la conjunción de los nómadas y los sedentarios que se hizo posible a partir de la construcción del templo; y ya en el contexto bíblico se refiere a la “reconciliación” de los descendientes de Caín y Abel, presentados respectivamente en Hiram y Salomón, abriéndose así una nueva página de la historia que repercutirá en el posterior desarrollo de la civilización occidental, especialmente durante la Edad Media, en la que el Templo de Jerusalén fue considerado siempre como la imagen misma del centro espiritual y prototipo de la arquitectura sagrada.
A pesar de las muchas analogías que se puedan encontrar, ningún autor parece detenerse a analizar la orientación opuesta de ambos templos. Un tema que a veces se discute es el de las columnas J y B que constituyen el nexo más obvio entre Salomón, Hiram y la Masonería. El texto bíblico menciona que: “Estas columnas erigió en el pórtico del templo; y cuando hubo alzado la columna del lado derecho, le puso por nombre Jakim, y alzando la columna del lado izquierdo, llamó su nombre Boaz”. Esto está en clara contradicción con las columnas del templo masónico que se hallan en sentido inverso, pero el error es sólo de observación. En esto Guenon aclara: “la cuestión es fácil de resolver remitiéndose directamente a los textos bíblicos, a condición de saber que en hebreo, la «derecha» significa siempre el Sur y la «izquierda» el Norte”. Lo que estaría confirmando la orientación del Templo de Salomón hacia el este, pero no resuelve la diferente orientación.
3. CONCLUSION
En definitiva, la cuestión de las orientaciones de ambos templos parece que no tiene una explicación que justifique la diferencia. Resulta increíble pensar que una tradición que se ha transmitido desde el inicio de los tiempos haya caído en un error de orientación por una mala interpretación. Resulta más coherente pensar que el cambio responde a una necesidad simbólica o de algún otro orden. El Diccionario Masónico explica que la ubicación del Venerable se debe a que: “así como el Sol sale por el Oriente para dar principio a su carrera del día, así el Maestro se coloca en este punto para abrir la Logia, ilustrar los trabajos y dar ocupación a los obreros”.
Sólo como referencia se puede citar que en la época de los Caballeros Templarios (quienes tomaron su nombre por el Templo de Salomón), los peregrinos llegaban a pensar que la Cúpula de la Roca era el desaparecido Templo de Salomón. Este dilema se dio durante toda la Edad Media hasta el siglo XIV y se vio en la construcción de muchas iglesias y catedrales de base octogonal, pero con alegoría al Templo de Salomón.
Sin pretensiones de metafísica se podría concluir que el cambio de orientación respondió quizás a una necesidad de los tiempos. El hombre ha cambiado y ha cambiado también la manera de ver al cosmos, y a sí mismo. El antiguo culto del Templo de Salomón evoca un proceso de iluminación por etapas, ascendente, donde es el hombre el propio obrero de su Templo Interior. Remite a la antigua tradición hebrea de la Kábala, desde Maljut a Kether, la Corona. En la tradición oriental es la energía Kundalini que se eleva desde el chakra base hasta el de la coronilla para encontrarse con el Sí Mismo. Nos dibuja la unión de dos principios que se unen para formar el Sello de Salomón, la unión de la Tierra con el Cielo.
La inversión del Templo es quizás evidencia de un proceso inverso, que es el que ha caracterizado a la humanidad en los últimos dos milenios. Dejemos que sea Guenon quien lo explique mejor a manera de conclusión: “la preeminencia de la derecha está asociada a la «Vía del Cielo» y la de la izquierda a la «Vía de la Tierra»; ahora bien, la primera es necesariamente superior a la segunda, y, se puede decir que es porque los hombres han perdido de vista la «Vía del Cielo» por lo que han llegado a conformarse a la «¬Vía de la Tierra», lo que marca bien la diferencia entre la época primordial y las épocas ulteriores de degeneración espiritual.”
S.·.F.·.U.·.
4. BIBLIOGRAFIA
Aprendiz Masón, Jorge Adoum / El Templo de Jerusalen, Francisco Ariza / La Gran Triada, Rene Guenon / El Libro Negro de la Francmasonería, Dr. Serge Raynaud / Espiritualidad y Masonería, Jorge Sanguineti / Diccionario Masónico, Anónimo / Biblia Reina Valera 1960 / El Rey Salomón y su templo, Esquina Mágica / New Proposed Location for Solomon's Temple, John Pratt, Norman, Harding / Wikipedia y varias páginas.
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