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miércoles, 14 de junio de 2017

Reflexionando sobre la Acacia

Reflexionando sobre la Acacia
Lázaharo Hael,’,

Prologo:

Para algunos, el presente parecerá un tanto onírico, metafórico o utópico quizás, pero para otros no… Las palabras no son verdades por sí mismas, son símbolos de símbolos, de tal modo que no confundas las palabras, símbolos y alegorías con la verdad última.

Mi estudios y formación mística está fuertemente influenciada por el pensamiento filosófico de cuatro grandes escuelas: El Cristianismo Católico Romano, La Masonería Escocesa, El Martinismo y la Rosacruz de AMORC entre algunas más, de ahí que no os sorprenda que algunas ideas aquí expresadas, vayan de una a otra apoyándose mutuamente en su propósito final. Aunque aparentemente, todas las tradiciones místicas esotéricas y religiosas proceden o tienen un mismo y único origen: Mesopotamia y la cultura sumeria. Lo anterior es un poco paradójico, porque nada tiene una sola causa, y la cultura mística que se dio en la antigua Mesopotamia, no fue producto de una revelación divina y única, sino producto de una interacción o síntesis de historias míticas, símbolos y alegóricas místicas que se dieron entre las múltiples conquistas e invasiones por diferentes pueblos y culturas. 

“REFLEXIONANDO SOBRE LA ACACIA”

El retejador Masónico Universal de la Masonería Escocesa dice que cuando dos Maestros Masones se encuentran, se entrecruzan una serie de preguntas y respuestas con la intención de identificarse, como las siguientes: 

¿Sois Maestro Masón?: “La acacia me es conocida”.

¿Qué simboliza la Acacia?: “La inmortalidad del Alma”.

¿Dónde la conocisteis?: “Sobre la fosa de nuestro M,’, Hiram”.

¿Qué más hallasteis en ella?: “Un triangulo reluciente con el nombre de Dios”. 

“En el principio era el Verbo (Logos, Palabra), y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. Este era en el principio con Dios. Todas las cosas por él fueron hechas; y sin él nada de lo que es hecho, fué hecho. En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres. Y la luz en las tinieblas resplandece; más las tinieblas no la comprendieron” Jn. 1:1-5

El nombre de YHVH en Hebreo se compone de cuatro letras. La “YOD” es la primera letra y simboliza el fuego o energía primaria con que todo fue hecho, y desde donde se emite toda luz. El Sepher Yetzirah (1) dice que Dios formo el universo con las 22 letras del alfabeto Hebreo, y en sus formas, todas contienen la YOD; La segunda letra es “HEH” el aire, elemento imprescindible para la existencia del fuego y trasmisión de toda palabra. Aire palabra que tiene una relación con Aries el cordero de Dios y primera columna de nuestra logia; La tercera letra es la “VAU” símbolo agua, la materia primordial, elemento donde se origina la vida. Y por último y cuarta letra, es la segunda “HEH” que viene siendo la síntesis de las tres anteriores o sea la tierra, Malkuth el mundo de la manifestación y de las formas, o sea la materia primordial organizada. Esto tiene relación directa con los viajes que hace el recipiendario en su iniciación como aprendiz de Mason; La trinidad se convierte en el cuaternario sagrado, el nombre de YHVH… Pero éste no es el Dios-Primero al que los cabalistas Hebreos llaman: “AYIN” o “AIN”, que interpretan como la “nada” o “aquello que no pueden percibir” pero que intuyen su existencia. Otra definición del “Ayin”, es el espacio o el vacío, como un útero cósmico, en posibilidad potencial de concebir, gestar o crear cualquier cosa dentro de él.

La liturgia del Gr. XVIII Caballero Rosacruz, como también el primer capítulo del evangelio de San Juan, menciona la existencia de un alma y consciencia universal, la materia primordial o Cristo Cósmico. Los Elohim o la cohorte angelical que le acompañan y forman parte de él, son las fuerzas u obreros de Hiram Abiff que laboraron en la creación del templo de Salomón, y todos juntos, son uno, al cual mencionamos como el Gran Arquitecto del universo (G,’, A,’, D,’, U,’,).

Dicen que somos polvo de estrellas, otros mencionan que somos polvo de Dioses. La biblia afirma: “Jehová Dios, formo al hombre del polvo de la tierra, y soplo en su nariz aliento de vida eterna; y fué el hombre en ser (alma) viviente” Gn. 2:7 Mientras que la liturgia del Gr. XVIII Caballero Rosacruz, menciona la existencia de un maestro interior, el alma humana, la cual forma parte y está imbíbita en un alma y consciencia Cósmica.

“Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas” Ef. 2:10 A lo que se refiere San Pablo, son los cuerpos físicos y finitos. Estos son la substancia, mientras que la esencia vendría siendo el alma, el aliento que alegóricamente Dios insuflo en nuestra nariz. Sin embargo, algunos escritores mencionan que en esencia somos “consciencia”. Pero ésta no es un ser, sino una facultad del ser. Esto da lugar a que otros digan que la consciencia es producto de “La materia altamente organizada”, lo que me lleva a pensar que la consciencia es inmanente y trascendente a la materia organizada como cuerpos biológicos. Lo anterior me recuerda a Fulcanelli en su libro: “El Misterio de las Catedrales” que dice: “En el vientre oscuro de María (Materia), se gestó el que habría de ser el hombre luz (consciencia), Jesús el Cristo”.

“Conocer la acacia” o la inmortalidad, es lograr la experiencia del ser. Es lograr ser auto-conscientes de nosotros mismos como almas vivientes, porque las formas son finitas; La exaltación a Maestro Mason, alegóricamente nos revela lo anterior, y la liturgia Gr. XVIII Caballero Rosacruz nos insinúa la técnica para alcanzarla. El camino definitivamente es interior y personal. Tal experiencia nadie te la puede dar, es una “iniciación trascendental” , que solo tú podrás alcanzar en tu propio templo interior…Como lo menciona la liturgia del Gr. XVIII.

El hombre al morir biológicamente, sus elementos fisiológicos pasan a forma parte de otros cuerpos dentro de la madre naturaleza, mientras que el alma, “supuestamente” se integra al alma universal de la que forma parte. Sin embargo, en cierto sentido somos “información” de cuanto somos o creemos ser, de tal modo que alcanzar la inmortalidad, es no perder memoria o recuerdo de cuanto fuimos, somos o creemos ser, de lo contrario, a pesar de continuar viviendo en la naturaleza o el alma universal, habremos muerto definitivamente. 

“Al inicio de la creación, los Dioses dormitaban en la potencialidad del cosmos. El lenguaje apareció en el hombre, y con ello, los Dioses despertaron”; El hombre es un creador de ídolos, ha nacido y crecido bajo el “pensamiento totémico”, creando en el pensamiento mágico de las ideas: Ídolos religiosos, políticos, nacionales y raciales entre otros, que supuestamente deberían darnos unión, identidad y protección, pero a través del tiempo, hemos olvidado que fuimos sus creadores, y terminamos por aceptar que tienen una existencia y poder por sí mismos… y nos postramos sometiéndonos ante ellos o sus representantes.

El hombre es un hacedor de ideales, siendo Dios el ideal más excelso, perfecto y sublime que es capaz de imaginar. Dios para el hombre es ambivalente, como el Dios Romano Jano o Janus de doble rostro, donde una cara representa al Dios-Primero al que el hombre intuye y sin embargo nadie lo ha visto jamás, y la segunda representa al dios-Ideal, el dios que el hombre ha creado como sombra o reflejo del primero. Ambos son análogos para el hombre, y es el anhelo o deseo más recóndito y secreto que el hombre posee en su mente consciente o inconsciente; El hombre busca su dios-Ideal, pero conforme el primero evoluciona, el segundo se aleja al evolucionar también.

Quien no desea ser Dios, jamás conocerá a Dios, porque toda realidad que el hombre posee, él la ha creado experimentándola dentro de sí mismo. Para el hombre nada existe fuera de su propia experiencia y comprensión. Aunque ciertamente: “El hombre no es la medida del universo y sus Dioses, pero si la medida de su propia realidad”.

Epílogo:

La humanidad es el proyecto más preciado del universo, llamado consciencia. Nuestra psique, nos vuelve conscientes de las inmensas fuerzas y dimensiones del cosmos, sus cuerpos y estructuras cósmicas, sus enormes periodos de vida y el dramatismo de su muerte con relación a la levedad del hombre, esto nos intimida, nos causa incertidumbre y temor, despertando viejos demonios que dormitaban en nuestro interior, y es entonces, cuando ansiosos volteamos nuestros rostros en busca de nuestros dioses… Que también han despertado. 

Las historias míticas y símbolos alegóricos sobre la inmortalidad, no otorgan la vida eterna, sino te ayuda a descubrirla en ti mismo. El árbol de conocimiento es tu propio cuerpo físico, que a través de las experiencias vivenciales, te desarrollas y realizas con ser humano; El árbol de la vida eterna es tu alma, y el sendero que te lleva hacia ella, es tu consciencia, la cual es un atributo y privilegio de los Dioses, de tal modo que la acacia más que el alma, representa la consciencia con su memoria plena de recuerdos de nosotros mismos. 

Existe una fábula que dice: “A la vera del camino se encontraba un viejo sin pies ni manos, y a corta distancia, venia caminando un ciego, que tropezaba y caía constantemente, la persona sin pies ni brazos le dice: Buen hombre, tú no llegaras jamás a tu destino porque no tienes ojos para ver el camino, llévame en tus hombres y yo te guiare, así juntos llegaremos a nuestro destino”…

La mente del hombre es relativa, de tal modo que la realidad interior o exterior que el hombre percibe o comprende, no es la verdad ultima y absoluta, sino su interpretación.

La consciencia es inmanente y trascendente en el hombre. Es mi opinión, pensar y sentir.

“La consciencia es el camino que te lleva hacia los dioses y te hace uno de ellos” (3)

“De la energía provenimos y a la energía regresamos” (3).

“Yo soy el Alfa y la Omega, el primero y el último, el principio y el fin.” Ap.22:13

“No existen hechos, solo interpretaciones” (2).

Fiat Lux.

Nota:

“El secreto permanece incólume e inviolable por su propia naturaleza”

Palabras, símbolos y alegorías, no son verdades por sí mismas, solo señalan hacia ellas.

El presente son reflexiones y meditaciones personales, no representan necesariamente la opinión de la orden.

No escribo para todos, sin embargo, todo son invitados a leer.

Culiacán, Sinaloa. México. Miércoles 22 de diciembre del 2016.

Bibliografía:

Liturgia primer grado de la Masonería Escocesa.

Liturgia tercer grado. Maestro Mason.

Liturgia Gr. XVIII Caballero Rosacruz.

Biblia Reina Valera (1909)

(1).- Sepher Yetzirah.- Libro de la creación.

(2).- Friedrich Nietzsche.

(3).- El evangelio según Luzbel (Una fábula mística).-Juan Miguel Zunzunegui

https://centauro996.wordpress.com/reflexionando-sobre-la-acacia/

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