Experimento Edén:
Anunnaki, Lu.Lus y Nefilim
Juan Schreiber
Los mitos ancestrales y textos sagrados
originales de prácticamente todas las culturas coinciden en resaltar la
ascendencia “celestial” de la Humanidad en general y, más acusadamente, de
ciertas “élites” “escogidas” en su seno. Precisamente en ellos se basa
toda la elaborada teología y supe ideología que enaltece a unos pueblos, etnias
y estirpes o linajes “selectos y tocados por un poder superior” sobre los
restantes “simples mortales terrenales”, no mezclados con los “dioses”. Y, como
es de esperar, cada comunidad cree firmemente o es indoctrinada a pensar que
“ellos” son los “predilectos” y todos los demás no, claro. Esta es la
piedra angular justificadora del insaciable ímpetu avasallador y la estructura
política y social de todos los viejos y modernos sistemas de dominación y
opresión, de forma más o menos explícita o hipócrita, consciente o
inconsciente, primaria o intelectualizada.
Actualmente, desde las tribunas y cátedras del “saber oficial”, suele tratar de
explicarse tan ancestral y arraigada pulsión de los individuos y grupos humanos
como algo “natural e inevitable”, cual el “Lado Oscuro” o peaje a pagar por el
valioso trofeo de la inteligencia y la imaginación creativas y procesadoras de
sueños, símbolos y abstracciones, obtenido a lo largo de nuestra ardua
evolución a partir de los homínidos... Pero, muy bien oculta tras esta
acomodaticia y fácil fachada justificadora, bien puede esconderse una Verdad
mucho más fascinante y, a la par, profundamente perturbadora... Lo que no
sería de extrañar, pues sabemos que “la Realidad siempre supera a la
Ficción”... Intentaremos adentrarnos más allá de los velos y la bruma del
olvido, el Tiempo, el disfraz, la fábula y las nuevas vendas del paradigma
estrictamente mecanicista, atisbando con la trémula pero persistente antorcha
de la razón y la intuición..., con rigor, pero manteniendo la mente
abierta.
Según múltiples restos arqueológicos
antiquísimos y dichos libros e iconografías primordiales, las diversas razas
humanas proceden de los “Elhoim”, también denominados por otras fuentes
“Anunnaki”, “Zalmoxitas”, “Dioses-Serpentinos”, “Dioses-Dragones”, “Divinas
Sierpes” y muchos otros nombres, ligados a cada diferente tradición
religioso-cultural.
Hablamos de relatos orales, escritos,
ideográficos, jeroglíficos o visuales, grabados en tablillas, piedras, estolas,
frisos, paredes cavernarias o templos majestuosos de hasta 15000 años atrás –
(no, no es un error, consulten si desean comprobarlo los conmocionadores
hallazgos de los yacimientos arqueológicos de Gobleki Tepe, en el kurdistán
turco, y otros de análoga índole) –. Y mucho más, si incluimos el arte rupestre
del Paleolítico, repartidos por muy variados y lejanos puntos de todas las
regiones del planeta, pero muy concentrados en torno al legendario enclave del
supuesto “primer contacto” con los “Seres de los Cielos”, algún lugar
indeterminado entre el sureste de las presentes fronteras turcas, en plena
Meseta de Anatolia, cerca de la asimismo mítica y misteriosa ciudad de
Sanliurfa, la antigua Ur de donde procedía Abraham, hasta Oriente Medio, en el
equivalente a Israel, Egipto e Irak (la histórica sede de Babilonia y Sumeria),
así como la Meseta de Irán.
Todos ellos proclaman sin ambages, por más
que se halle mixtificado, seguramente exagerado y poetizado por el lenguaje
mágico-religioso alegórico, épico y simbolista, que determinadas “líneas de
sangre” o “linajes predilectos” de los “dioses” – a los que llamaremos
“Nefilim” (del término hebreo original, el cual se traduce por “descendidos o
caídos de los Cielos”), son el producto de la unión carnal o mestizaje entre
unos enigmáticos y poderosos “ángeles o enviados al servicio de los dioses”, y
las “hijas de los hombres, a las cuales vieron hermosas, tomando de entre ellas
a las que gustaron” (en la versión bíblica del Antiguo Testamento: Génesis 6, 2-3).
Los misteriosos “amantes celestiales” son
denominados “Igigi” en Sumer, “Vigilantes u Observadores” en los documentos
judíos, “Grigori” o “Guardianes” entre los griegos, pero casi siempre
predominantemente masculinos. Aunque en algunos de los documentos de las
tradiciones sumerias, faraónicas y del Extremo Oriente, tanto chinas, hindúes
como japonesas, al igual que en los de las grandes civilizaciones precolombinas
ya extintas o completamente decadentes al llegar las tropas españolas al Nuevo
Continente, también aparecen potentes “diosas fecundadoras del más elevado
rango” –. Por otro lado, todos ellos, pese a sus fuertes variaciones culturales,
vuelven a ponerse de acuerdo en otro punto esencial: Los hipotéticos
“visitantes” eran extraordinariamente altos, muy fuertes – como “entre veinte y
treinta o más hombres” –, dotados de ciertos poderes psíquicos – o
“mágico-divinos/infernales”, en función del punto de vista de sus autores
primitivos – y “descendieron de los Cielos o las Estrellas”.
Además, poseían armas destructoras de
increíble alcance y potencia y vehículos voladores. Asimismo, frecuentemente
son representados o descritos desarrollando extrañas y sofisticadas
“operaciones médicas” o “manipulaciones biológicas” (“Vasos de Vida”, etc...),
sobre determinados humanos escogidos... Lo que hoy nosotros llamaríamos
“ingeniería genética” o algo semejante, lo que explica que pudiesen fertilizar
a otra especie completamente diferente engendrando híbridos viables adecuados a
su desconocido interés y necesidades... Por último, destaca otro factor común:
Estos seres – sin duda estimados, adorados, obedecidos y venerados como “dioses
creadores/generadores” o temidos cual “demonios destructivos, vengadores y
justicieros” a causa de su impresionante tecnología y superior psiquismo por
unos pueblos nativos infinitamente más atrasados, toscos y primarios – son
siempre de naturaleza vagamente reptiliana o anfibia, aunque “emplumados” y
lactantes.
O sea, a la luz de los conocimientos
científicos evolutivos modernos, el razonable resultado de un prolongado y
exitoso progreso biogenético de cientos de millones de años a partir de algunos
tipos de dinosaurios bípedos cazadores en manadas y provistos de un primer
atisbo de lenguaje sónico e infrasónico, como los velociraptors o algo similar.
Un curso más que aceptable si uno o dos
grandes impactos meteóricos no lo hubieran impedido en nuestra propia Tierra a
finales del Cretácico. Una vez engendradas las estirpes de “los selectos o
híbridos”, los divinizados “extraños” les consagraron como los líderes
religiosos, militares y políticos de las comunidades humanas, transfiriéndoles
una limitada y ritualizada parte de su Legado, en verdad conocimientos
psíquicos, sociológicos y científico-tecnológicos disfrazados de más o menos
elaborados métodos, técnicas, rituales y ceremoniales religiosos y
“esotérico-iniciáticos”..., y encargándoles gobernar a los demás “terrenales”
no “bendecidos por la sangre y la sabiduría de los dioses” en Su Nombre.
Tras milenios de maniobras, intervenciones
directas revestidas de “prodigios” o “milagros”, unas veces pacíficos,
didácticos y constructivos y otras castigadores, violentos y aniquiladores,
provocando inclusive colosales cataclismos – en particular un Gran Diluvio que
casi aniquila a toda la incipiente Humanidad y sus propios “mestizos
predilectos”, recogido de un modo u otro en todas las crónicas mitológicas del
remoto pasado – así como bastantes y en ocasiones salvajes intrigas, luchas,
alianzas, traiciones, batallas y sangrientas guerras entre ellos, en las que
arrastran a las diversas tribus y reinos erigidos bajo su inspiración
“sobrenatural”, se retiran, desaparecen de la primera plana del escenario
terrestre, al menos en apariencia... Y, desde entonces, las estirpes Nefilim se
propagan, desde las regiones antes indicadas – sede y anfiteatro de las
primeras grandes Civilizaciones – emigran hacia el Norte y el Oeste y, desde el
Oriente de Europa, a toda Asia, Norteamérica, Centroamérica y Sudamérica.
Estos supuestos hechos habrían acontecido
en un periodo aproximado entre 15,000 y 6,000 años antes de nuestra Era.
Pero todavía queda algo mucho más
grandioso, en cierto modo terrible y sorprendente...
Otro conjunto de referencias y fuentes de
procedencia o inspiración en tradiciones orales, chamánicas y mágico-religiosas
aún más primigenias – que se adentran en la plena penumbra muy anterior a la
escritura del Neolítico y la misma Edad de Piedra, representan o narran que una
enorme cantidad de milenios antes del “pequeño desliz y sus innumerables consecuencias”
de los Annunaki-Elhoim con las más hermosas y supongo sensuales y receptivas
mujeres de nuestra especie, esta misma, como entidad biológica definida, no
sería más que el resultado de un Gran Experimento de estos “dioses procedentes
de los Cielos” – . Un experimento cuya primera sede es llamado “Éden”, “Edén”,
“Paraíso”, “Jardín del Paraíso” o “Edad de Oro”, por citar únicamente las
fuentes más cercanas a nuestra civilización occidental –. Tal “recinto del
origen” es denominado de variopintas formas, pero quizá la palabra “Jardín”
sea, a la postre, la más adecuada, en el sentido de una granja/parque
natural-laboratorio. La hibridación recombinante compleja de ADN entre el
genoma de un homínido precursor y el propio material genético de los “Anunnaki”
o la avanzada biotecnología extraterrestre que fuese, daría lugar a las
primeras líneas genéticas humanas en nuestra más remota Historia antes de la
Historia oficialmente registrada. Sería – por tanto – extremadamente previa al
Gran Diluvio, cataclismo geoclimático de génesis no bien conocida pero
relacionada con los enfrentamientos ulteriores entre los “dioses”, asimismo
compartido en las tradiciones multiculturales de todo el Globo.
Por lo que se puede deducir del examen
minucioso de todos esos relatos o crónicas mixtificadas y deformadas por el
tiempo, los intereses, ambiciones y la lógica ignorancia supersticiosa
primitiva de su auténtico significado, podemos estimar que la llegada de esos
“Visitantes” se situaría en torno a los 450,000-400,000 años antes de nuestro
presente.
No hay más que acudir a las tablillas
cuneiformes sumerias, los “Textos de las Pirámides”, el Gilgamesh babilonio, el
Bahavad-Ghita hindú, el Popol-Vuh maya, ciertos textos toltecas, chinos y
nipones, la célebre cita del Génesis bíblico y los Libros Sagrados mosaicos y
rabínicos en los que éste se apoya, el Testamento de Baruc, el famoso Libro de
Enoc, algunos evangelios o manuscritos “apócrifos” de Qumrán, los misteriosos y
reveladores mitos geto-dacios asociados a la singular figura del “demasiado
carnal” dios-fundador Zalmoxis cárpato-danubiano y las mismas leyendas y
compilaciones orales de multitud de pueblos, etnias y tribus dispersos por toda
África (credo Mutwa, los Dogones, fundamentos de la religión yoruba), Asia, la
Europa Celta, eslava, escandinava y germánica prerromana, toda la América
indígena de Norte (indios hopi) a Sur (mapuches chilenos) y Oceanía (Isla de
Pascua, Micronesia, Ponapé…), para hallar el rastro del mismo concepto
elemental, una vez “limpiado” de sus innumerables y policromos adornos
mágico-supersticiosos.
Además, es posible descubrir un hilo
conductor o eje principal de difusión central “triangular” que nace entre Anatolia-Armenia,
Sumer-Babilonia y Egipto, para después irradiar y ramificarse hacia el Noreste
y Poniente, con una fuerte escala-concentración realimentada por la emigración
judía ashkenazí a la zona balcánico-carpatiana y adyacentes tras la destrucción
de Jerusalén por las tropas del general Tito y la ulterior Gran Diáspora.
Este fenómeno recicló y revivió
determinadas leyendas y creencias ya activas entre las etnias geto-dacias
asimiladas por los tracios y romanizadas tras la conquista de Trajano, difundidas
luego hacia Europa Occidental por dos medios independientes y a la larga
sinérgicos o mutuamente reforzados: Las caravanas de la Ruta de la Seda y la
expansión goda – conjunto de pueblos descendientes de los geto-dacio-tracios
romanizados – que tomó el relevo del poder tras el derrumbe del Imperio Romano.
Tan dispares fuentes apuntan en una misma
dirección: Hace cientos de milenios, mucho antes del Diluvio, seres muy altos,
robustos, poderosos y “bajados del cielo o de las estrellas” – los “dioses”,
Anunnaki, Elhoim... etc – llegaron a la Tierra, escogieron ciertas mujeres para
lo que hoy describiríamos como inyectar su esperma en óvulos femeninos nativos
y manipularon con su tecnología genética molecular superior el proceso para
lograr hacerlo viable. Implantaron dichos huevos o zigotos embrionarios
modificados en úteros adecuados y crearon una subespecie híbrida a la que
adiestraron para determinados trabajos o servirlos como ídolos o deidades
sobrenaturales.
En un principio, del estudio detallado de
tales relatos ancestrales deformados puede colegirse que los humanos primitivos
u “homínidos alterados” eran poco más que una suerte de “mascotas” o
“marionetas biológicas programadas” para un trabajo de esclavos u obreros
manuales, según algunos de ellos destinados a la ganadería, el cultivo de
ciertas plantas y la minería. Eso encaja bien con la hipotética naturaleza de
sus diseñadores e instructores amaestradores o condicionadores: Una especie
extraterrestre centenares de miles de años más avanzada, de rasgos entre
reptiliano-reptoides, de ave rapaz y temible depredador, con una dieta
sustancialmente basada en el consumo de carne fresca, sangre y otros fluidos
orgánicos similares, como el líquido cefalorraquídeo y linfático; Así, la
ganadería – y las propias “víctimas de humanos nativos no elegidos” o
modificados – aportaría el imprescindible “alimento para los dioses”, la
agricultura el pienso base para sus operarios en recintos sedentarios y
controlados, y la extracción minera un caudal de materias primas preciosas para
la tecnología alienígena, ricos y abundantes en un Nuevo Mundo virgen por
explotar.
Adicionalmente, hay pasajes o episodios
concretos en tales sagas épico-mitológicas que parecen señalar que algunos de
los “Elhoim” más sabios y poderosos – particularmente los de género femenino –
habrían desarrollado un fuerte gusto y posterior adicción por la elaboración y
consumo de ciertas drogas de potente efecto psicoactivo, preparadas a partir de
las raíces, hojas o frutos de determinadas especies vegetales cultivables
autóctonas de diferentes regiones terrestres, entre las que destacan las
solanáceas, opiáceas y cactáceas alcaloideas, así como por bebidas alcohólicas
producto de la fermentación de levaduras (cerveza), la uva y variados elementos
botánicos (licores espiritosos). Lo cual sin duda añadió atractivos al
sistemático entrenamiento de las cobayas primates en las artes agrícolas y
herbolarias.
A este respecto, entre otros muchos
ejemplos, descuella el de Sekhmet, la Diosa-Leona del panteón egipcio antiguo,
la Señora Poderosa, la Terrible, la Invencible...la Castigadora, Azote Letal de
Rebeldes y Réprobos, “Portadora de Plagas”, pero a la vez llena de belleza,
encanto, dulzura y compasión con los fieles a su potestad y embelesadora seducción,
cuya afición por los baños de sangre y las mortandades atroces de los
“primates” molestos, subversivos o simplemente “necios e irritantes” solo era
comparable a sus maravillosos talentos como sanadora, inmensa sed de lujuria,
opio y cerveza, según relata el “Libro de la Vaca Sagrada”, perteneciente a los
Textos de las Pirámides plasmados en la Primera Dinastía Faraónica...
Sekhmet..., o la Kali de la enigmática India inmortal, o la Kirké
(Circe-Hécate) grecorromana... Posiblemente, todas ellas inspiradas como
deidades-arquetipos – o portadoras de genes en sus más “recientes avatares” o
descendientes de estirpes Nefilim – de una remota “bioquímica-biomédica y
exploradora/colonizadora genial y de alto rango militar”, nacida bajo la luz de
un lejano Sol, tan inteligente y creativa como dotada de... digamos... una
fuerte personalidad...
Sin embargo, en todas esas referencias
mítico-religiosas y legendarias se narra – alegórica y “mistéricamente”, por
descontado – un hecho posterior y de importancia capital que, de nuevo,
traduciremos a un lenguaje menos “poético”: Pronto, la disensión y más adelante
un tremendo conflicto de inmensas e insospechadas consecuencias se desata entre
los “dioses” acerca del régimen, grado de control y destino de su creación o “Experimento
Homínido”: Las dos principales figuras femeninas del “Panteón” (o comandancia
directiva de la misión/proyecto colonizador experimental), a quienes se
identifica como “hermanas” o “gemelas” entre sí en un sentido simbólico, pero
quienes – dado el aparente carácter fuertemente jerarquizado y obsesionado por
el Linaje y la Genética que parece mostrar su especie tampoco podría
extrañarnos que fuesen en todo caso realmente parientes muy próximas dentro del
escalafón de la “aristocracia” militar-tecnocrática de la comunidad alienígena
visitante y manipuladora – y su ”tío” o quizás “tío-abuelo” – sobre el exacto
nivel de parentesco-relación de este último con las poderosas e influyentes
damas hay cierta confusión genealógica entre las diferentes teogonías, pero
siempre insisten en su mayor madurez y personalidad a la par brillante,
innovadora, paradójica, ambigua, apasionada, impetuosa y rebelde – coinciden en
ver en el nuevo “prototipo” de primate terrícola “mejorado” algo más que un
simple muñeco teledirigido encargado de trabajar como capataz de reses, labrar
duramente la tierra aún salvaje y excavar galerías en las entrañas de un mundo
virgen a la busca de oro, hierro, plomo, cobre, metales preciosos,
semiconductores y materiales raros de alto valor nanotecnológico y extremada
escasez en toda la Galaxia... Una de las “Anunnaki” partidarias de abrir el
abanico de opciones psicobiológicas de lo que – en lengua sumera y recogido en
las sorprendentes tablillas cuneiformes más antiguas – se refleja denominaban
Lu.Lus – algo así como “ensayos-mascotas” – literalmente, por más que pueda
doler al orgulloso “Homo Sapiens” quien tan pomposo y arrogante se mostró
milenios después al bautizar a su propio ramal filogenético final diferenciado
a partir del Homo Erectus o el Homo Rhodesiensis como “Sabio”, fue otra
supuesta “reptiliana emplumada” de exuberante belleza seductora y asimismo
marcado carácter, no tan violento y combativo como el de su hermana, pero
igualmente inteligente, ambiciosa, egocéntrica, belicosa y de gran poder de
subyugación emocional incluso entre los de su estirpe...
Por supuesto, recibió muchos nombres al ser adorada como deidad-arquetipo entre las abigarradas tribus y culturas Lu.Lus, milenios más tarde; Entre ellos, por ceñirnos a la “Zona Zero” vinculada al experimento, la Inanna sumeria, Ishtar acadio-babilonia, Isis egipcia y Astarté semita. Y otros en focos de irradiación secundarios más lejanos, como la Rati/Lakshmí hindú/védica, la Freya escandinavo/germánica, la Maeve celta, la Venus griega, la Afrodita romana la Nu-Kua china – su Diosa Madre/Serpiente, venerada como ancestro de la Primera Dinastía de Emperadores – o la muy análoga Amaterasu japonesa. Nosotros la denominaremos Inanna en homenaje a la fuente más arcana, la de Sumer, para simplificar.
De personalidad sensible, y temperamental,
“miel en el lecho y cobra en la intriga y la batalla”, arrolladora sensualidad
y tórrido erotismo, su mayor anhelo era ser adorada por los Lu.Lus, así como
experimentar nuevos juegos y refinados placeres con ellos. Lo que la represiva,
estrecha y castradora mentalidad judeo-cristiana y patriarcal en general
imperante muchos miles de años más adelante en nuestra Tierra consideraría una
“perversión zoofílica” evidente.
Por eso sus cultos ulteriores se fundamentaron siempre en la magia sexual y la prostitución sagrada de sus sacerdotisas. Su “gemela oscura” (hermana mayor en los más antiguas y elaboradas genealogías o panteones), en cambio, se complacía en otra clase de diversiones psicofísicas con los primates “terrenales”: Lo que en nuestro entorno denotaríamos cual “magia negra o brujería”, magia roja y retorcidos rituales de dolor/éxtasis con abundante fluir de la sangre..., aparte de sus patentes tendencias a utilizarlos como cobayas y al tormento y la masacre con los infieles, estúpidos o resistentes a su voluntad, ya fuere por propia iniciativa u orden de la lejana y suprema Autoridad de los “Elhoim”, tal se describió unos párrafos más arriba.
Como es natural, también fue invocada,
temida y recordada bajo múltiples advocaciones: Ereshkigal en
Sumeria/Babilonia, la Anat/Lilith semítica, Sekhmet en Egipto, Kali/Durga en la
India, Hela entre los pueblos germánicos y escandinavos, la Morrigan céltica,
la Kirké/Circe helena, la Hécate romana, la Izanami nipona... etc. Aquí la
nombraremos Sekhmet en homenaje a la otra Gran Civilización Madre de la
simbología arquetípica y el saber oculto Occidental. El tercer gran actor de la
polémica y sus posteriores y cruciales efectos fue el único miembro masculino
de esta Trinidad Libertariana: El Enki sumerio, Ea acadio, la “Serpiente
Antigua” del “Paraíso” del judaísmo, personificado y confundido – por desgracia
– con su mucho más traicionero, sanguinario y retorcido hijo Baal-Marduk.
Baal-Marduk es el Seth de las tierras del Nilo, mucho después el
Belzebuth/Moloch semita y, finalmente, al alcanzar la cumbre victoriosa de su
Magna Traición contra sus sobrinas y su padre Enki y, a la larga, usurpar
simbólicamente el mismo Trono Divino ante los hombres del Monarca Galáctico
Anu, su abuelo, el “Emperador de los Elhoim”, a través de su Gran Estafa
Monoteísta, el Yahvé judío. Enki fue su poderoso y sabio padre, hermano del
progenitor de las “Gemelas Divinas”, el asimismo potentísimo e influyente
Enlil, el Heredero al Trono pero no el Primogénito del Líder Supremo,
Comandante Militar de la Misión Edén como Enki-Lucifer fue su Director
Científico... Este último no es otro que Enki/Ea, el Oanes caldeo, el Ptah
egipcio, el Hefestos/Vulcano encarnado en el Titán/Avatar (Nefilim) Prometeo
grecorromano, el Shiva hinduísta, el Amatsu Mikaboshi en el Imperio del Sol
Naciente... Señor de Menfis, “Creador de Creadores”, Mago Supremo, “Rey de la
Oscuridad, desde la que porta la Luz de la Ciencia, “Señor de los Océanos, las
Serpientes y los Peces”, “el más cercano y querido por el Dios Supremo”, el
“más bello e inteligente de los Elhoim”... El muy distorsionado – en fin –
“Luzbel” o “Lucifer” de síntesis cristiana; Aglutinación sincrética increíble y
vejatoriamente distorsionada por cierto, debido al miedo paradójico reprimido a
la Sombra y el Eros Sagrado de los que nacen la auténtica Luz de la Inspiración
y el Conocimiento, tan desgraciadamente adherida a la falsa memoria del auténtico
Enki-Luzbel a expensas y despecho de la verdadera personalidad liberadora del
Maestro Yeshua o Jesús, funesta derivación degenerativa y confusa de la que
volveremos a ocuparnos más tarde –. Él fue el Ángel/Anunnaki Rebelde donador
del “Fuego” o “Sabiduría” de los “dioses”, en suma... O, dicho de un modo más
racional, realista, actualizado y sincero: El Ingeniero Biogenético-Jefe, el
autor del “diseño Lu.Lu.”, nuestro auténtico, genial, malagradecido e
injustamente vilipendiado e incomprendido Padre...
La pequeña, perseguida y acosada comunidad
kurda de los yezidíes le adoran todavía hoy en nuestra Tierra bajo la
advocación de Malek-Taus, el “Ángel Pavo Real”... Hagámoslo nosotros igual
desde ahora a lo largo de este ensayo, como señal de reconocimiento a los
escasos descendientes de los homínidos lo bastante lúcidos como para no haberse
dejado engañar por la fraudulenta, falaz y vil propaganda de la mayoría de
restantes Anunnaki represores y tiránicos, y por ello aún siguen honrándole
como Redentor parcial de la Humanidad...
Aunque, en este caso en concreto, lo
emplearemos al unísono o alternativamente con el de Luzbel o Lucifer, tanto a
causa de la belleza y rotundidad fonética y eufónica del sonido de tal
nominativo como por evidentes razones de difusión, popularidad y claridad, ya
que, desafortunadamente, los Yezidíes, su fascinante cultura y sugestivas
costumbres, son muy poco conocidas por el gran público en nuestro planeta, como
consecuencia de la desalmada, sistemática y concienzuda labor de marginación,
ocultamiento falsario y exterminio genocida llevada a cabo contra ellos por los
custodios de las Religiones y Credos dominantes creados por Marduk/Yahvé, a
pesar de su hipócrita, cínica y cacareada prédica de los supuestos valores de
la piedad, la compasión, el perdón y el amor al prójimo...
Cada uno de los “discrepantes” con el Plan
original de los Elhoim tenía – pues – una motivación personal y diferente para
anhelar un rumbo más diverso y a la vez arriesgado si bien innegable e
incomparablemente más digno e interesante para la nueva especie cobaya
engendrada por la refinada biotecnología nanogenética de los Anunnaki: La
complaciente y radiante Inanna su infatigable deseo erótico y constante
necesidad de ser idolatrada, su sombría y astuta pero asimismo hermosa hermana
Sekhmet su desenfrenada sed de sangre-lujuria y juegos psíquicos retorcidos de
posesión/dominación, Malek-Taus una mezcla compleja de los dos factores
anteriores algo más atemperados por su personalidad fría y racional de
científico y el impulso más potente e irrefrenable que define a todo
sabio-investigador creativo: Una ardiente e inacabable curiosidad y ansia de
conocimiento sin límites, unida al típico “enamoramiento perfeccionista o
Síndrome de Pigmalión” del Autor/Artista para con su Obra Maestra...
Conjurados los tres, las dos jóvenes y exuberantes Princesas y nietas del “Supremo Anu”, el “Dominador de Mundos” y el maduro pero atractivo tío de ambas e hijo mayor del Todopoderoso Monarca del Imperio Niburu (el nombre del Planeta Metropolitano de origen de los Reptilianos en la tradición sumeria), y para desafiar la severa negativa de la Comandancia Interestelar y los lejanos Soberanos de un vasto Imperio Cósmico de férreos e imbatibles Conquistadores de Estrellas, según algunos indicios primariamente provenientes de algún Sol de Orión, de Sirio o de la Constelación Alfa-Draconis – fue finalmente Malek/Lucifer quien tomó la más decisiva e irreversible iniciativa.
Al menos en el área medio-oriental y occidental de la Tierra – incluyendo las Américas, recordemos al dios anfibio civilizador Viracocha (Perú inca), a Cuculcán (la “Serpiente Alada” maya) o a su análogo Quetzalcoatl, la “Serpiente Emplumada” azteca (actual México y resto de Centroamérica).
Todos ellos de identidad nítidamente
masculina y coincidentes con asombrosa similitud en su perfil “prometeico” a
“nuestro” Luzbel. Aunque en este caso los datos disponibles referentes a sus
atributos y la más tardía cronología de los supuestos hechos reales en que se
inspiraron las mitologías locales incas o toltecas-mayas y aztecas
respectivamente, parecen señalar que el personaje iluminador/fundador fue en
estas ocasiones un Anunnaki de alto linaje de la siguiente Generación de Sangre
Real Elhoim, otro de los hijos de Enki/Lucifer que habría heredado similar
pasión por la Ciencia y la promoción intelectual y psicosexual de los Lu.Lus de
su padre, el sumero-babilonio Ningishzidda, el Brujo-Guardián del Inframundo
(Abismo) y sus Secretos de Oculta Sabiduría, al servicio de su poderosa sobrina
Ereshkigal/Sekhmet, quien juega un papel relevante en el célebre y poético
episodio descrito con gran belleza lírica y profundidad en el pasaje “Descenso
de Inanna”. En él se narra la “Caída” a los Abismos (interiores, obviamente),
despojamiento-”muerte”-resurrección de la seductora “Reina de los Cielos”, para
emerger de vuelta en un plano de poder y conocimiento superior en un típico
proceso iniciático. Así, Ningishzzida – el Thoth egipcio, el Prometeo griego, y
muy espectacularmente el Viracocha peruano y el Cuculcán o Quetzalcoatl
mesoamericano (no hay más que consultar las fuentes escritas e iconográficas
para darse cuenta) – habría colaborado con su precoz y brillante sobrina y a la
par Maestra y Consorte Sekhmet en el doloroso pero imprescindible entrenamiento
de su otra sobrina más destacada, de modo que ella aprendiese a asumir su
propia Sombra y adquirir por ende una nueva “vida” con el inestimable dominio
de los enormes poderes latentes en su Lado Oscuro.
Lo que comúnmente llamamos “madurar”, pero
a escala elhoim, vamos. Ello hace pensar que lo de “Gemela Luminosa” es una
simple metáfora, más bien es lógico deducir que era la hermanita y sobrinita
pequeña preferida de los dos grandes Sabios Magos Anunnaki, en ese momento aún
“adolescente” o muy joven, guiada por ellos en un duro pero controlado y
valioso “Ritual de Paso” o entrenamiento psicofísico. En contraste, vemos que
en China, Japón y otros lugares el papel “iniciador/tentador/iluminador” recae,
en función de cada Tradición, sobre la versión local de la Diosa Oscura, su
hermana “Radiante/Amorosa” o una fusión sincrética de los atributos
arquetípicos de ambas, tan ambigua como deliciosa y matriarcal. Así que parece
ser que se repartieron la subversiva, valiente y brillante tarea como una buena
familia..., lo que mide la inmensa magnitud y relevancia del hecho y los deseos
que lo impulsaron, porque dicha “cooperación fraterna” resulta muy infrecuente
entre los agresivos, territoriales y competitivos reptilianos Anunnaki.
De todas formas, aunque con un acento acusadamente diverso según los correspondientes patrones culturales, la reacción descrita por parte de los jerarcas Elhoim fue la que cabe esperar de todo poder ejecutivo establecido cuando es contrariado y puesto en jaque por una facción contestataria brotada en el interior de su misma élite indiscutida y “todopoderosa”, llena de arrogante soberbia y “auto-convicción” de su “superioridad ideológica y moral” fundada en la “Sagrada Tradición”: Ira altanera, colérica y sañuda represión violenta sin reparar en medios ni escrúpulos algunos y absoluta e impúdica difamación/denigración/satanización del Adversario/Disidente... Todo ello, claro, alimentado en un profundo y subconsciente terror larvado e inconfesable...
O quizás no tan inconsciente del todo..., cual encaja con unos seres tan fríos, pragmáticos y maestros en estrategia guerrera como los grandes saurios o aves rapaces..., a escala sobrehumana; A este respecto, resulta más que significativo reseñar la versión rabínico bíblica-judeocristiana del “discurso” de los enojados Elhoim justo tras el Gran Pecado Nefando de Rebelión cometido por MalekTaus/Lucifer – la famosa “Serpiente Antigua” – consistente, cual ya se dijo, en liberar a un escalón superior de auto-consciencia a los Lu.Lus terrenales a través de la activación de los chakras de la “sierpe Kundalini” cerebro-espinal asociados a la poderosa descarga bioenergética iluminadora del Sexo/Orgasmo modulado y Consciente (“rituales” o técnicas tántricas o de Magia Roja), al parecer operados primero en la más sensitiva y receptiva hembra, para después inducir a “comulgar con él” al macho por un procedimiento obviamente tan simple como efectivo... :
“¡He ahí al Hombre, que ha llegado a ser como uno de nosotros por el conocimiento del Bien y del Mal! No vaya ahora a tender su mano y tome del Árbol de la Vida, y comiendo de él, viva para siempre!”. (Génesis 3, 22).
Esto en supuestas palabras de Marduk, Set, Yahvé o Jeovhá, el dios o “Señor de los Ejércitos” de lo que llegarían a ser las Doce Tribus de su “Pueblo Elegido” de Israel, uno de los más prominentes y posiblemente el más pendenciero, iracundo, terrible, vengativo, celoso y rencorosamente justiciero de todos los líderes Elhoim de selecto Linaje rigurosamente fieles – en un principio – a la naturaleza meramente esclavista y explotadora de los primates homínidos como simple fuerza sumisa de trabajo, mental y psíquicamente castrada. Nótese, además, que habla en plural, tal cual reflejo mediante el resaltado en cursivas..., como si se dirigiese a una Asamblea inter pares, imaginemos celebrada con alarmada urgencia a bordo de la colosal Nave Nodriza Insignia de la Flota Colonizadora... Hay otros muchos vestigios escritos en distintas mitologías, culturas y civilizaciones de la desbordada y al mismo tiempo preocupada por no decir temerosa actitud de los “dioses venidos de las estrellas” al comprobar el “Terrible Crimen” emancipador perpetrado por su díscolo y “descarriado” colega, secundado con más o menos manifiesta o silenciosa complicidad desde las bambalinas por sus más jóvenes pero sinuosas, caprichosas y manipuladoras “parientes próximas” en confuso e indeterminado grado...
El plural utilizado por Yahvé en este celebérrimo pasaje del Antiguo Testamento – igualmente canónico y aceptado en común por las tres grandes Religiones del Libro derivadas del Gran Inspirado primigenio designado por éste, el Patriarca Abraham, progenitor ancestral de judíos, cristianos e islámicos – se antoja clamorosamente contradictorio y absurdo con sus mucho más tardías pretensiones usurpadoras y monopolísticas de aglutinar sobre su “persona” el poder, atributos y adoración de todos los demás integrantes de su familia, sorprendente y patológico fenómeno de “avaricia divina” conocido entre sus fieles e infieles como “monoteísmo”... En ello, como en casi todo, el tal “Jeovhá” demostró un nivel colosal de astucia, ilusionismo farsante e impostura tan solo comparables con su descomunal altanería, ambición taimada y sed incontrolada de sangre, dolor, tormento psicológico y represión moral en las que llegarían a ser en el futuro ingentes muchedumbres de sus por lo habitual fanáticos, violentos, intolerantes e insoportables seguidores en cada una de las tres principales ramas en que se bifurcó el tronco genealógico-religioso inusitadamente prolífero de Abraham... Dicho sea de paso, tan exitoso, invasor y opresivo como mal avenido y ferozmente sanguinario entre “padres, hermanos, hermanastros, tíos, sobrinos, nietos y primos” como el mismísimo e intrincado Árbol Genealógico “Celestial”, lo cual no deja de ser notable y sumamente indicativo de la fuerte influencia de la genética “Nefilim” entre sus castas dirigentes tanto civiles como sacerdotales, por un simple razonamiento que explicaré poco más adelante. Y si no, echemos una mera ojeada a la incesante, brutal e incorregible lista de barbaries, masacres e infamias, desde la Yihád, las Cruzadas y las diversas “Inquisiciones” contra “brujas”, “herejes” y simples librepensadores, hasta el “infinito” y despiadado conflicto palestino israelí y el terrorismo internacional contemporáneos, pasando por las salvajes guerras de religión entre católicos y protestantes en Europa, para poner de manifiesto lo bien avenidos y “hermanados” que se han mostrado y se muestran entre sí las diferentes ramas y ramitas brotadas del frondoso árbol del Padre Abraham, supuestamente inspirado por un “dios” benevolente y justo... Tanto, como para haber perdonado una sola víctima de inmolación sacrifical (su primogénito Isaac, al parecer siguiendo una costumbre ancestral de ofrenda a los Elohim, siempre tan adictos al derramamiento ritual de sangre extremadamente impregnada de crítico horror)..., a cambio de cobrarse cientos de millones de ellas en el transcurso de los siglos venideros, tan sólo por discutir entre “primos-hermanos” quiénes son los “favoritos” de su “Señor”... Un dios muy “compasivo” y “misericordioso”..., no hay más que verlo...
Pero incluso a alguien tan astuto, serpentino y exquisitamente especializado en
el más consumado ejercicio del camuflaje, la mentira y la propaganda
demonizadora de los rivales y adversarios como el Maestro del Gran Patriarca
originario y exiliado de Ur – y por ende a sus escribas, profetas y portavoces
entre los Lu.Lus – a veces, le traiciona el subconsciente con un acto fallido
de espontánea sinceridad... Error que luego, debido a la misma rigidez y “santo
temor divino” insuflados con cruel y bien calculada eficiencia en las almas de
sus rebaños predilectos, inculcándoles un estrecho literalismo tradicionalista
cerrado e inmovilista en la reproducción de su Sagrada e Inapelable Voz en las
Escrituras Inspiradas, le ha hecho perpetuarse hasta la misma actualidad a
semejanza de una espina de incongruencia lógica –. Y no es ni mucho menos la
única de comparable “tamaño” existente, por otro lado – tan escandalosamente
patente que hubiera hecho flaquear, tambalearse y hasta desplomarse la Fe de
los crecientes océanos de fieles, expansivos, fecundos y brutalmente
impositivos creyentes, si no fuera porque la ceguera voluntaria de la inteligencia
natural es uno de los rasgos más conspicuos, invariantes y universales de tan
abstruso como dudoso Don (la Fe del carbonero), consistente en aceptar sin
percibir, pensar ni comprobar por sí mismo en libertad.
Pero abandonemos por ahora a Yahvé y su monstruoso laberinto de engaños, de efectos fatalmente amplificados y universalizados en nuestra comunidad humana global... De hecho, esto es consecuencia exclusiva de la poderosa relevancia cobrada en la posterior línea de tiempo histórico tanto del mundo árabe-islámico y la Diáspora hebrea como, mucho más y en especial, de la Europa Occidental. Nuestra civilización, emergente, expansiva, tecnificada y hasta la fecha aún si bien ya dificultosamente predominante, “precipitada” por la síntesis de la cultura grecorromana clásica y de Israel, de la herencia de Atenas-Roma y de Jerusalén, polos dominados respectivamente por Zeus-Júpiter y Jeovhá... Ambos formas culturales del mismo Arquetipo inspirado en la personalidad y actividad del Elhoim divinizado fundacionalmente por el Abraham emigrado de las primordiales tierras de Ur y después reforzado mediante la astuta jugada Akenatón-Moisés, nueva y triunfante fusión reciclada de su Gran Proyecto Monoteísta, readaptada y potenciada milenios más tarde en una tercera y decisiva fase a través del signo de la Cruz, a pesar de que dicho Plan maquiavélico poco o nada tuvo nunca que ver con la auténtica Revolución Espiritual/Psíquica y Social anhelada y predicada por Jesús de Nazaret hasta propiciar su propio sacrificio.
Yeshua, hijo de Gabriel, un oficial
“Guardián” de máxima graduación y alto Linaje y de Miriam, la bella, generosa y
sensitiva doncella descendiente de una rica y acomodada familia de mercaderes y
sacerdotes “Lu.Lus”, portadores colaterales de la sangre real de la extinta
Casa israelita de David, otrora uno de las más potentes Estirpes de remoto
origen híbrido en este mundo... Yeshua (o Jesús, o Jesucristo, de “Chrestos”,
en griego, “Redentor”), Avatar (encarnación arquetípica) del espíritu de
Dumuzi/Osiris/Apolo/Vishnú, hijo asimismo de Enki/Dumuzi/ Osiris/Cristo, dios
solar de la vegetación, los rebaños, la curación y la Magia Blanca o Sendero de
la Mano Derecha, “que muere todos los inviernos para resucitar en primavera”...
Elhoim de Sangre Real de Cuarta Generación, dulce y entregado amante de su
preciosa y embriagadora tía Inanna/Isis, el único y último Nefilim engendrado
de elevadísimo rango tan idealista, subversivo y liberador del drama vital de
nuestra especie en nuestro planeta, y cuyo amor por la Humanidad híbrida – por
más que de diferente orientación, signo y método redentor/iluminador – puede
equipararse o hasta superar en ciertos aspectos con el profesado por el
verdadero y difamado Diseñador de nuestros cromosomas, el genial Demiurgo
científico Malek Lucifer, su maduro e igualmente hermoso Padre, transmutado en
falso Adversario por la falacia maligna del Dios-Patriarca Yahvé... Y el único
ser de sangre Anunnaki tan amplia, radical, penosa, sañuda e infamantemente
manipulado, incomprendido y grotescamente deformado por la mano perversa,
usurpadora y mentirosa pero admirablemente avezada en estrategia y maestra en
sabiduría de manipulaciones zootécnicas como criador de “ganados de Lu.Lus”,
hay que reconocerlo, del siniestro Marduk/Seth/Yahvé.
La otra gran víctima de éste, en suma, el
vástago de la Tercera Generación de la Familia Real Elhoim, resentido,
machista, impotente, homófobo, sádico y misógino, reprimido y por ende represor
y ansioso de Poder sin Fin y Tormentos Eternos, quien desde el principio se
consumió en el inextinguible Fuego de su odio mezquino hacia sus dos más
sobresalientes, desenvueltas y hermosas parientes femeninas tan maduras como
temidas, adoradas y seductoras y la envidia más venenosa contra su hermano
Thoth – está clarísimo que el “ojito derecho” de su padre y, más aún frente a
este último, Luzbel, el Artista, el Bello, el Amante Ardiente e Inagotable...,
el Rebelde Libre y Audaz..., el que era todo aquello que él anheló siempre ser
desde el silencio y una mortificante amargura... Y, por ello, el ulterior
blanco de su feroz y desesperada campaña de descrédito y satanización más
violenta, eficaz y duradera..., denigrándolo hasta el extremo del escarnio más
mendaz, cínico, desalmado, ruin y terrible: Invertir los roles entre él y su
progenitor, presentando a éste como su Hijo Primogénito Rebelde y a sí mismo
como único y exclusivo Dios-Padre Todopoderoso, Omnisciente y...
“Misericordioso”... Pero ya retomaremos con más detalle la pormenorizada
descripción de su colosal felonía...
Antes, conviene aclarar algunos puntos esenciales acerca de las características y la Genealogía de los principales “dioses colonizadores” y las profundas y destructivas series de Guerras Civiles Primordiales, intrigas, luchas y rivalidades a las que su desacuerdo fundamental respecto al Gran Acto de Rebelión de Enki/Malek-Taus y su misma naturaleza reptiliana congénita e irremediablemente agresiva, ambiciosa, territorial y competitiva les abocó... Las famosas y horrendas Guerras en los Cielos, recogidas de modo tan épico como dramático y más o menos estilizado o relativamente realista por los textos más sagrados y antiguos de todas las Tradiciones, pues arrastraron en ellas a las tribus, culturas y pueblos humanos, marcando para siempre su historia, evolución y memoria genética y colectiva... Como no podía ser de otra manera, obviamente...
Y eso será el contenido de la siguiente Sección de este ensayo.
Autor.
Juan Schreiber
Escritor,
ensayista y articulista. Publico dos libros: "Monseñor Amigo, un obispo
Franciscano" (Octubre 2,001), rd Editores; "Romances del
Apocalipsis" (Marzo 2,007), Hufeland Internacional Ediciones; Numerosas
colaboraciones (artículos de opinión), en Diarios "La Voz de Huelva"
(1,997-1,999), "Diario de Córdoba" (2,000-2,001).
Dirección-coordinación de un espacio en "Radio Giralda" (emisora
local sevillana), 2,002-2,005.
Bioquímico
y librepensador, gran aficionado a lo alternativo, científico y gótico-mítico,
investigación teórica en bioquímica y biofísica, gran interés por la docencia,
divulgación, y por la gestión de servicios de ocio, especialmente hoteles.
Tomado de la revista Dialogo Entre Masones Mayo 2014
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