La posición de las columnas en el Rito Francés
Todos los ritos que practicamos ubican a las dos columnas simbólicamente en el interior, a derecha y a la izquierda de la entrada; una lleva la letra J y la otra la letra B.
Mas allá de esa armonía, aparece una primera disonancia, que hacen que los ritos modernos ubiquen la columna J a izquierda en tanto que los ritos antiguos colocan la columna B en esa posición.
Trataremos ante todo de comprender el origen de esas columnas. En los documentos masónicos más antiguos aparecen una columna en ladrillos y otra de mármol, erigidas por los hijos de Lameck para inscribir allí las artes y las ciencias que ellos habían descubierto, para protegerlos del diluvio.
Flavio Josefo escribía en sus “ Antiguedades judaicas”: “- Porque ellos habían aprendido de Adán que el mundo perecería por el agua y el fuego…así que levantaron dos columnas, una de ladrillos y la otra de piedra sobre las cuales grabaron los conocimientos que habían adquirido”.
El manuscrito Cooke, fechado alrededor de 1410, retoma la misma idea: “.. habiendo comprendido que Dios deseaba vengarse del pecado por el fuego y por el agua, se esforzaron en salvar las ciencia que habían inventado y se dice que existía una piedra que resistía al fuego y que se llamaba “ Mármol” y otra que flotaba sobre el agua y que llamaban “ Lacerus”…
David Stevenson en su “ Los orígenes de la francmasonería” indica al respecto: “ Las dos columnas de los antiguos deberes representan las columnas sobre las cuales se grabó el conocimiento vital para la supervivencia de la especie humana…”Las leyendas sobre tales columnas son originarias de medio oriente y representan una variante de la idea de un conocimiento de valores traídos del pasado”.
Ese primer simbolismo de las columnas cayó poco a poco en el olvido a partir de los años 1725, frente a la importancia tomada por el desarrollo del tercer grado y el simbolismo de la edificación del Templo de Salomón.
La transición se constata en la lectura del manuscrito Dumfries Num.4 ( alrededor de 1710) donde se encuentra a la vez una versión simplificada del relato original y de las explicaciones detalladas de las columnas del Templo que Salomón hizo edificar en Jerusalén.
El Rito Francés conserva en parte la traza de la primera leyenda, a través de la palabra de pase del Aprendiz “Tubalcain”, preservada en la instrucción del primer grado como el nombre de uno de los hijos de Lamekh que inventó el arte de trabajar los metales.
Mas allá de esta referencia en el simbolismo de origen, la presentación hecha en el Cuadro de Logia presentado a todo novel aprendiz, indica claramente la importancia tomada por el Templo de Jerusalén: “ ved la entrada del Templo que Salomón hizo erigir en Jerusalén a la gloria del Gran Arquitecto del Universo, y fue durante la construcción de ese edificio famoso que, según la tradición, la francmasonería recibió la organización que aún conserva hoy… Ved que la entrada está precedida de dos columnas y que la de septentrión lleve la letra J, letra inicial de la palabra sagrada que ya se os ha comunicado”
Esta aproximación entre columna y palabra sagrada nos anima a estudiar el origen de esas palabras. Conviene recordar que entonces la masonería no se componía más que de dos grados y que al que se denominaba “Maestro” era el Maestro de la logia, es decir el Venerable.
La palabra sagrada era a la vez J y B que no constituía más que una sola palabra en el primer grado, donde una era la respuesta para la otra.
El manuscrito Kevan indica: “ La palabra está en Reyes 1-7-21 último versículo, todo el versículo y especialmente J y B”.
El tratado de Robert Kirk precisa: “ la palabra del masón es como una tradición rabínica en materia de comentarios sobre j y B, las dos columnas erigidas en el templo de Salomón”.
Los dos documentos precitados muestran la unidad de la palabra pero comprendiendo J y B. El manuscrito Sloane precisa la forma en que se dan: pregunta: -¿Cuál es vuestro nombre? Respuesta: .J o B.
En “ A mason examination “ de 1723 se tiene la pregunta: “ Supongo que habéis sido aprendiz” y la respuesta “ He visto J y B”.
“The Whole Institution of Free Masons Opened” sigue el mismo espíritu: “.. os saludo mis hermanos, tengo un gran deseo de conocer vuestro nombre. Respuesta- J y el otro debe decir que la suya es B”.
De todos modos con la aparición del grado de Maestro, los ritos separaron a J y B en dos palabras sagradas diferentes, afectando una al primer grado y la otra al segundo y además relacionándolos a una y otra columnas.
¿Cómo se hizo ese desglose? ¿ a partir de qué simbolismo?
Se han evocado distintas hipótesis, y nos atendremos a la que por más tiempo se ha considerado como la clave explicativa de la posición inversa de las columnas entre los diferentes ritos. Esta explicación parte del postulado de que la separación de la palabra J y B donde una responde al otro en dos palabras distintas, ha colocado a B como palabra de Aprendiz y la J como la de Compañero.
Una divulgación de 1727, “A mason confession” indica en efecto: “… respecto a la palabra, ellos dicen que B es la palabra del mason y J la palabra de Compañero. La primera se muestra al aprendiz al prestar un juramento, la segunda se muestra a aquel que ha sido aprendiz por un año cuando sea admitido a un grado superior en su logia después que haya prestado un nuevo juramento”.
Entonces, la columna de los Aprendices situada al norte tomaría el nombre de B en tanto que la de los Compañeros la letra J. A partir de esta posición que en sus principios fue la de la Gran Logia de Londres, una inversión se impuso voluntariamente, producto de los desórdenes que aparecieron en los años 1730-1740 y produjo impostores que, conociendo las palabras, se introducían en las asambleas masónicas.
Una decisión que se tomó para tenderles una trampa, debido a los reclamos para que finalizaran los constantes desórdenes.
La última versión de las constituciones de Anderson informa en efecto que “ algunas variaciones se dieron a las formas establecidas” con el fin de poner un límite a los constantes abusos.
Francia, donde la joven masonería estaba ligada a la Gran Logia de los Modernos, le siguió en el movimiento de inversión, en 1740.
Esa es en todo caso la disposición en la primera divulgación francesa de 1742 del abate Perau, “ le secret des francmaçons”, que posiciona la columna J en el lado de los Aprendices y la columna B en la de los C, al mediodía.
Los sostenedores de esta hipótesis explican que la Gran Logia de los Modernos aproximándose a su rival, la Gran Logia de los Antiguos, había restablecido la posición original, incluso antes del Acta de Unión, pero debido al bloqueo, Francia no pudo conocerlo, o que debido a la antinomia profunda entre Inglaterra y Francia, el Gran Oriente no consideró el seguir los movimientos británicos, en lo mas fuerte de las guerra napoleónicas.
Frente a esta explicación que ha conocido horas de gloria pero que actualmente es rechazada por el conjunto de historiadores serios de la masonería, la que emerge de un conjunto de investigaciones, es de orden simbólico.
La diferencia entre los ritos proviene de una disposición diferente de los símbolos, en una coherencia propia.
El origen simbólico de la columna se encuentra en el árbol que, por sus raíces subterráneas, su tronco y sus ramas que se elevan hacia el cielo, simboliza el lazo entre cielo y tierra.
La prestancia de los grandes árboles, su robustez, su edad secular, el renacimiento de su follaje al final del invierno, es la marca de antigüedad que agrega majestad a cualquier sitio.
Así en el origen de una geografía sagrada evocan como el roble de San Luis, el derecho de buscar justicia, protección y comunicación.
.En los comienzos del arte de la construcción, la columna ha ocupado el sitio del árbol, pero en una posición idéntica, es decir que esta columna es única y no interviene en el sosten del edificio o incluso de alguna escultura.
Es en ese espíritu de los obeliscos se ubicaban delante de los templos egipcios y de las dos columnas que se erigieron a la entrada del templo de Salomón, lado exterior, a fin de marcar el eje de comunicación entre los humano y lo divino- divino y humano.
Situada en ese contexto simbólico, la posición de las columnas, tal cual se ha fijado en los ritos modernos, estaría en todo conforme. Los trabajos simbólicos se efectúan “ en logia” que es la primera frase pronunciada por el Venerable en la apertura de los trabajos del primer grado del Rito Francés.
El templo está en el exterior. Es en efecto, la humanidad entera, conforme al artículo 4 de la reglas de doce puntos de la francmasonería que constituye el templo y su obra:
“ La francmasonería trabaja en el perfeccionamiento moral de sus miembros y de la humanidad toda entera”.
La columna J, en el interior de la logia está a la derecha, la columna B a la izquierda conforme a la posición bíblica: En el exterior del templo, a derecha para J, a izquierda para B. Libro de los Reyes: “ Ubica las columnas a las puertas del Templo, la columna de derecha es la llamada J, y a la izquierda la llamada B”.
En verdad, en un plan arqueológico, sería falso decir, como lo hace la instrucción del Rito Francés en grado de Aprendiz, que la columna J está en el septentrión del templo de Salomón.
Ella está a derecha y al mediodía.
En efecto, los templos de la antigüedad estaban orientados hacia el este, el santo de los santos se situaba en el oeste , y nuestras logias tienen su apertura al oeste y ubican al Venerable al este.
Pero en el Rito Francés, en el lado norte se halla en oriente la luna; sobre el sitio del segundo Vigilante la esfera celeste, la columna donde se sientan los aprendices que no soportan mas que una débil luz y trabajan en desbastar la piedra bruta; pero en el complemento simbólico normal debe ser la columna J.
A la inversa, sobre la columna del mediodía, encontramos el sol, la esfera terrestre y los Compañeros en la búsqueda de su obra maestra.
La columna B se ubica naturalmente si releemos la divulgación de 1725 “ The Whole Institution of free masons opened”: J significa fuerza y B belleza.
El manuscrito Graham-MS de 1726 confirma el tema de las palabras sagradas: “Su nombre significa Fuerza y su respuesta es Belleza”. La conformidad de esta posición con el Templo de Jerusalén se encuentra en los escritos de Pinhas Ben Yaïr, talmudista del siglo 2 después de JC, que estableció una serie de correspondencias entre las partes del templo y los distintos elementos del universo, y coloca en relación a la columna J con la luna teniendo el papel de establecer el calendario y las fiestas, y atribuye la B al sol que brilla sobre el mundo pleno de poder, revelando la belleza.
El sitio del Aprendiz, como se dice en el ritual de segundo grado está en el exterior del templo donde se ejercita en desbastar la piedra bruta y al pie de la columna J.
El sitio del Compañero, en el mismo ritual indica “ es al trabajo del espíritu al que debéis entregaros ahora”, encontrando naturalmente su lugar cerca de la columna B.
Si se recuerda el origen primero de la presencia de las columnas presentadas como conocimiento de valores del pasado que se han transmitido al hombre, la lectura de los Antiguos Deberes esclarecerá aun mas acerca del simbolismo al que se adhiere el Rito francés con respecto a J y B.
El Dumfries Un. 4 de 1710 indica: “ esos dos nombres parecen dsignar dos Iglesias, la de los judíos y de los gentiles. La de los judíos por J y la de los gentiles por B.”
The Whole Institution of masonry, ya citada, precisa en 1724: “ J significa fuerza y B belleza y se asocian a los dos hijos de Abraham, uno de mujer libre y otro de esclava, y también a las dos alianzas, una de trabajos y otra de libre gracia”. Esto último hace pensar inmediatamente en lo dicho por Pablo a los Gálatas: “ Esta escrito que Abraham tuvo dos hijos, uno de esclava y otro de mujer libre. El de la esclava fue el hijo de la silla, el de la mujer libre el hijo de la promesa. Todo eso es alegórico ues esas mujeres son las dos Alianzas”.
El célebre grabado de Alexander Slade ( 1754), “ un masón formado usando objetos de su logia” comporta un elemento que prueba que la aclaración de las citas precedentes era la que se percibía en esa época, pues ubica bajo una de las columnas la fecha de 1754 y bajo la otra la de 5754, ilustrando bien el Antiguo y el Nuevo Testamento que constituye la clave de nuestros trabajos.
El Aprendiz comienza entonces por la columna J que figura el Antiguo Testamento y la fuerza brutal de Yawveh: Está en la oscuridad y emprende la marcha de los hijos de la esclava. Llegará el día en que habiendo desbastado la piedra bruta, reciba la luz de la Nueva Alianza y la marcha de los hijos de la mujer libre.
Contemplará la piedra cúbica en punta y recibirá su salario al pie de la columna B, inicial de BOOZ, bisabuelos de David, abuelo de Jesse. Cuando Isaías anuncie al Mesias dirá: “saldrá un retoño del tronco de Jesse y una flor nacerá de sus raíces.
Por fin, nos vamos al museo de la Gran Logia Unida de Inglaterra donde podremos admirar un mandil del siglo 18 que prueba muy bien que el simbolismo de origen del rito moderno es el practicado en el seno del Rito Francés.
Se distingue en él netamente una plomada sostenida por una mano rodeada de nubes, asociado a la esfera celeste en tanto que un nivel aparece igualmente pero asociado con la esfera terrestre.
El lugar de los Vigilantes, el lugar de los símbolos, el de las columnas, la realidad de la logia y la concepción del Templo no son debidas a avatares históricos, sino al perfil de un rito perfectamente coherente, heredero de la Gran Logia inglesa de los Modernos.
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Este artículo cuenta con autorización del blog Hauts Grades Maçonniques que a su vez lo reproduce del original que está en el sitio de la logia Phenix Rite Français 1801, al oriente de Perpignan.
TOMADO DE: EL BLOG RITO FRANCES, http://www.ritofrances.net/2013/06/la-posicion-de-las-columnas-en-el-rito.html
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