OVNIS EN LAS LEYENDAS HUMANAS
A LO LARGO DE LOS SIGLO EL HOMBRE HA SIDO TESTIGO DE EXTRAÑAS APARICIONES EN LOS CIELOS QUE EN MUCHAS OPORTUNIDADES LO HA TRADUCIDO COMO SEÑALES DEMONÍACAS O DIVINAS.
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¿ANTIGUOS “PLATOS VOLANTES”?
La historia de los avistamientos de objetos voladores no identificados y de la variada fenomenología que los acompaña, puede dividirse en dos grandes etapas: una que engloba los avistamientos habidos desde épocas prehistóricas hasta nuestro siglo XX, y otra que recoge los avistamientos contabilizados en la época tecnológica, desde aquellos nueve discos volantes que avistara Kenneth Arnold el 24 de junio de 1947 junto al monte Rainier, en Washington, hasta hoy. En el artículo que sigue voy a resumir la fenomenología de la primera de estas dos etapas. Aquella en que ninguno de los objetos avistados podía proceder de la humanidad terrestre conocida.
SIEMPRE HAN ESTADO
Desde los albores de la humanidad como tal, el hombre acepta como lógica la existencia de fuerzas inteligentes de seres supuestamente no humanos —dioses, ángeles, demonios y un sinfín de intermediarios— que intervienen directamente en el curso de nuestra vida sobre este planeta. Los textos y legados que en el curso de los tiempos han ido reflejando el acontecer de la historia de la humanidad están salpicados de testimonios que ilustran la presencia permanente de objetos volantes que evolucionan de forma inteligente a baja altura sobre la superficie terrestre. La lista de tales avistamientos en todo el mundo y en todas las épocas prueba que la actuación y la intervención de una o de varias inteligencias distintas de la nuestra forman parte integrante y continuada de la historia de la humanidad. Si prestamos oidos al bioquímico inglés Francis Crick – Premio Nobel en 1962 por haber descubierto la estructura del ADN -, habríamos sido creados por una supercivilización del espacio que en una época remota infectó al Planeta Tierra con un microorganismo destinado a desarrollarse en el tiempo hasta llegar a ser lo que hoy somos los seres humanos. Otros científicos secundan este supuesto, como por ejemplo Vsevolod Troitsky, de la Academia de Ciencias de la URSS, para quien la Tierra es un campo de experimentación de nuevas formas de vida, controlado por seres superiores y desconocidos para nosotros. Los más antiguos legados de la humanidad parecen refrendar estos supuestos. Aportaré solamente dos ejemplos.
En el Popol Vuh, el Libro del Consejo de los indios quichés, de la gran familia maya, se dice: “Y los Maestros Gigantes hablaron, así como los Dominadores, los Poderosos del Cielo: Es tiempo de concentrarse de nuevo sobre los signos de nuestro hombre construído, de nuestro hombre formado, como nuestro sostén, nuestro nutridor, nuestro invocador, nuestro conmemorador. Haced pues que seamos invocados, que seamos adorados, que seamos conmemorados, por el hombre construido, el hombre formado, el hombre maniquí, el hombre moldeado.” Algo similar recoge la Epopeya de la Creación, cuando pone en boca del dios creador y solar babilonio Marduk las siguientes palabras: «Produciré un sumiso Primitivo; ‘Hombre’ será su nombre. Crearé un Obrero Primitivo. En él recaerá el servicio de los dioses, para que ellos puedan descansar tranquilos.» Sigamos pues la pista histórica de la presencia de estos supuestos dioses -en realidad, nada más que seres inteligentes tecnológicamente superiores a nosotros- en la atmósfera terrestre.
.LOS TESTIMONIOS MÁS ANTIGUOS
El volumen II de la Introducción a la Ciencia Espacial, publicado por la Academia de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos, incluye un capítulo de estudio de los OVNIs. Se afirma allí literalmente que “los OVNIs son objetos materiales que están, o bién pilotados, o controlados por control remoto por seres que son de fuera de este planeta”. Y también se afirma que “las visiones OVNI parecen extenderse a lo largo ya de 47.000 años”. El testimonio acaso más antiguo que relaciona a los supuestos dioses con los objetos volantes no identificados, sea el que transmiten los aborígenes de los montes Kimberley, en el noroeste de Australia. Cuentan que en tiempos remotos sus dioses trazaron sobre las rocas unos dibujos antropomorfos de notable tamaño, los Wandjinas, con rostros carentes de boca y rodeadas sus cabezas por uno o dos semicírculos en forma de herradura, con finas líneas que irradia el círculo exterior. Después de ello y de instruir a los nativos, los wandjinas o dioses se transformaron en serpientes míticas y se refugiaron en charcos cercanos. Cuentan los nativos que de vez en cuando se les puede ver de noche en forma de luces que se mueven a gran altura, hace ahora unos 11.000 años. Así se desprende de los datos recogidos en los mapas de Piri Reis, que se conservan en el museo Topkapi de Istanbul. Fueron trazados en 1513 por el almirante de las flotas turcas Piri Reis, y muestran fielmente los accidentes geográficos de las costas americanas, incluyendo los de la Antártida. Con la notable peculiaridad de que en ellos el extremo Sur de la Tierra de Fuego enlaza por medio de la estrecha lengua de tierra con la Antártida, allí en donde hoy en día las aguas del estrecho de Drake enlazan entre sí a los océanos Atlántico y Pacífico. Cotejados los mapas con las fotografía infrarrojas aéreas que reflejaban el perfil submarino, se llegó a la conclusión de que realmente había existido este puente de tierra entre el continente sudamericano y la Antártida a finales de la última glaciación; o sea, hace ahora unos 11.000 años. Piri Reis había reseñado en sus mapas con asombrosa exactitud costas, islas, bahías y montañas que en parte hoy ya no son visibles, sino que están cubiertas por una considerable capa de hielo. El propio almirante Piri Reis indicó, en los textos explicativos de sus mapas, que para su confección se había servido de otros mapas anteriores, entre ellos uno requisado a un marino que había formado parte de las tripulaciones de Cristóbal Colón, y que fue capturado en aguas peninsulares ibéricas. Debemos concluir que alguien trazó con perfección la orografía terrestre de aquella zona del globo hace 11.000 años. ¿Quién fue? El cartógrafo americano Arlington H. Mallery afirmó en su día que no podemos imaginarnos como se trazó un mapa tan preciso sin el concurso de la aviación.
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ARTILUGIOS VOLADORES DE LA ANTIGUA INDIA
Vimos anteriormente como en su libro sagrado Popol Vuh, los indios quichés de la gran familia maya decían de nuestros creadores que éstos eran unos constructores. Damos ahora un salto en la geografía y nos vamos a la India, en donde podemos leer en la gran epopeya sánscrita del Mahabharata que precisamente Maia, el constructor, el ingeniero y arquitecto de los asuras, diseñó y construyó un gran habitáculo de metal, que fue trasladado al cielo. Era solamente uno de muchos habitáculos similares. Cada una de las divinidades Indra, Yama, Varuna, Kuvera y Brahma, disponía de uno de estos aparatos metálicos y voladores. El gran sabio de la antigua tradición, Narada, explica que la ciudad volante de Indra se hallaba ininterrumpidamente en el espacio. Estaba rodeada de una pared blanca, que producía destellos de luz cuando el vehículo se desplazaba por el firmamento. Otros aparatos automáticos se desplazaban libremente bajo agua y en las profundidades de los océanos de una forma similar a los modernos submarinos. El texto sánscrito del Mahabharata se refiere normalmente a los aparatos volantes con el nombre de “vimanas”. Pero habla también de grandes ciudades —colonias— espaciales, de grandes ciudades submarinas, y de ciudades subterráneas. Arjuna, una de la divinidades, disponía de un indestructible vehículo volador anfibio, pilotado por su ayudante Matali. Todas estas construcciones y aparatos voladores, submarinos y subterráneos, están descritos en la epopeya del Mahabharata con gran lujo de detalles, con detalle de sus medidas y descripción de sus características. También Valmiki, el autor de la otra gran epopeya hindú, el Ramayana, nos habla con absoluta naturalidad de los vehículos que —a voluntad de su piloto— volaban libremente por el aire. También eran metálicos y brillaban en el cielo.
LOS OVNIS EN LA BIBLIA
Leemos en los textos bíblicos cómo el profeta Ezequiel nos narra su encuentro con un vehículo volante, que se le acercó tanto —junto al río Quebar, en la inmediaciones de Babilonia— que incluso vió a uno de sus tripulantes, el cual le habló a él personalmente. Esta visión que Ezequiel tuvo, y que está descrita con lujo de detalles en los textos bíblicos, fue detenidamente analizada por el ingeniero de la agencia espacial norteamericana —la NASA— Josef Blumrich, quién concluyó que lo que vió el profeta fue efectivamente y sin ningún género de dudas una nave volante. Tanto es así, que dicho ingeniero —director de la Oficina de Construcción de Proyectos de la NASA—, rediseñó el aparato descrito por Ezequiel y patentó algunos de sus elementos. También en la Biblia, la destrucción de las ciudades de Sodoma y Gomorra refleja con precisión los efectos de unaexplosión atómica, anunciada a Lot por dos emisarios que bajan de las alturas y comen alimentos en casa de su anfitrión. Finalmente, en muchos pasajes de los textos bíblicos —comenzando por el libro del Exodo— se describen con detalle nubes inteligentemente guiadas. En el caso del libro citado, una de estas nubes —luminosa de noche y en forma de columna de humo de día— guía al pueblo de Israel en su huída de Egipto. Esta nube indica el camino a seguir, proporciona alimento, e incluso desciende hasta el suelo para que sus tripulantes (en este caso el mismo Yahveh) pueda dar órdenes verbales al caudillo de los hijos de Israel, Moisés.
Ezequiel 1-15-27
“Y sucedió que el año treinta, el día cinco del cuarto mes, estando yo en medio de los cautivos, junto al río Cobar, se abrieron los cielos, y tuve visiones de parte de Dios.
En el día cinco del mes, en el año quinto de la deportación del rey Jeconías, llegó la palabra de Yahvé a Ezequiel, hijo de Buzí, en la tierra de los caldeos, junto al río Cobar; y fue allí sobre él la mano de Yahvé. Miré, y ví como venía del norte un torbellino, una gran nube y un fuego que se revolvía dentro de si mismo.
Alrededor de ello había un resplandor y en su centro algo semejante a un metal brillante que salía del medio del fuego. En el medio había la figura de cuatro seres vivientes, cuyo aspecto era este: tenían semejanza de hombre y cada uno tenía cuatro aspectos y cada uno cuatro alas”.
¿Fue un vehiculo extraterrestre el avistado por Ezequiel?
Otra clara presencia de seres estelares, se remonta a la destrucción de Sodoma yGomorra.
Génesis 19-24-25
“Yahvé hizo llover sobre Sodoma y Gomorra azufre y fuego de Yahvé desde los cielos. Y destruyó estas ciudades y toda la llanura, todos los habitantes de las ciudades y toda la vegetación del suelo”
Como todos bien sabemos, ambas ciudades fueron completamente destruidas. La explicación bíblica no es la más lógica, ya que con misticismo suele responder a preguntas que nos quedan sin contestar.
Según el análisis que podemos realizar a simples rasgos, encuentro una cierta similitud con Hiroshima y Nagasaki. Estaríamos en presencia de armas nucleares de destrucción masiva.
¿Cual habrá sido el fenomeno que destruyó a las ciudades de Sodoma y Gomorra? ¿La ira de Dios?, ¿Una catastrofe Ntural extraña?….¿Armas Nucleares?…¿Quien tenía estos ertefactos en aquellos tiempos?…. Obviamente no en la Tierra
LOS HIJOS DEL CIELO
Los antiguos habitantes de China se autodenominaban «hijos del cielo». Y su literatura clásica proporciona una abundante selección de observaciones de objetos volantes desconocidos, con especificación muy concreta del momento histórico en que apareció cada uno de ellos. Una de las referencias más antiguas que podemos hallar figura en la obra Ciencia Natural, que en el capítulo X reza: «Bajo el reinado de Xi Ji» —hace aproximadamente 4.000 años— «fueron vistos dos soles en la ribera del río Feichang, uno de los cuales subía por el este, mientras que el otro bajaba por el Oeste. Ambos producían un ruido como el trueno.» En época mucho más reciente, el escritor Wang Jia, que vivió bajo la dinastía de los Tshin, relata en su libro Reencuentro una historia acaecida en el siglo IV antes de JC: «Durante los 30 años del reinado del emperador Yao, una inmensa nave flotaba por encima de las olas del mar del Oeste. Sobre esta nave, una potente luz se encendía de noche y se apagaba de día. Una vez cada 12 años, la nave daba una vuelta por el espacio. Por esto se la denominaba Nave de Luna o Nave de las Estrellas». En su obra Observaciones del Cielo, otro historiador, que vivió entre los años 960 y 1279 nos da una imagen todavía más clara de esta nave del cielo, afirmando de ella: «Había una gran nave voladora expuesta en el palacio de la Virtud bajo la dinastía de los Tang. Medía más de 50 pies de largo, y resonaba como el hierro y el cobre, resistiendo perfectamente a la corrosión; se elevaba en el cielo para retronar después, y así continuamente.» Por su parte, el historiador Zhang Zuo, autor de la Historia del Poder y de la Oposición, escribe también que «el 29 de mayo del año 2 bajo el reinado del emperador Kai Yuan, durante la noche, apareció una gran estrella móvil, del tamaño de una cuba, que volaba en el cielo del Norte, acompañada de otras estrellas más pequeñas; esto duró hasta el amanecer». Otro texto, el Nuevo Libro de los Tang, reza en su capítulo XXII, dedicado a la Astronomía: “El año 2 bajo el reinado del emperador Quian-fu, dos estrellas, una roja y la otra blanca, que medían como os veces la cabeza de un hombre, se dirigieron una junto a la otra al Sudeste. Una vez paradas en el suelo, aumentaron lentamente de tamaño y lanzaron luces violentas. Al año siguiente, una estrella móvil brilló de día como una gran antorcha. tenía el tamaño de una cabeza. Habiendo llegado del Nordeste, sobrevoló dulcemente la región, para desaparecer finalmente en dirección Noroeste.” En otro pasaje de este mismo libro podemos leer: «En marzo del año 2, bajo el reinado del emperador Tian Yu, cierta noche una gran estrella surgió de la bóveda del cielo. Era cinco veces más grande que un celemí y volaba en dirección del Noroeste. Descendió hasta treinta metros del suelo. Su parte superior lanzó luces de fuego de color rojo anaranjado. Sus luces llegaban a más de cinco metros. Se desplazaba como una serpiente, rodeada de numerosas estrellas pequeñas que desaparecieron en un abrir y cerrar de ojos. Se vió una especie de vapor que subía muy alto hacia el cielo.» Esta es solamente una brevísima selección de cuanto puede leerse en los textos clásicos chinos acerca de los OVNIs.
.EL OVNI DE BELÉN
La estrella de Belén, cuya aparición está tan íntimamente ligada al fenómeno Jesús, es —como se puede repasar en los Evangelios— una «estrella» que se mueve y que, además, tiene la facultad de detenerse. No es extraño que una estrella esté aparentemente «parada» en el firmamento, como parece que lo están todas las que vemos normalmente, ni tampoco que una estrella se mueva, como es el caso de las estrellas fugaces o de los cometas. Lo que sí se sale realmente de lo usual es que haga ambas cosas: moverse y pararse. Y que, además, demuestre ser inteligente: «Salieron, y la estrella que habían visto en Oriente» —podemos leer en los Evangelios— «iba delante de ellos hasta que se detuvo encima de donde se hallaba el niño.» Se le ha querido dar una explicación astronómica a este fenómeno de la llamada estrella de Belén, aduciendo que se habría tratado de la conjunción —tercera conjunción por aquellas fechas— de los planetas Júpiter y Saturno. En dicha conjunción los citados planetas se juntaron ópticamente en dirección Sur de tal manera que los magos de Oriente, en la ruta que seguían de Jerusalén a Belén, siempre tenían a estos dos planetas que formaban una sola estrella, delante de ellos. La estrella iba efectivamente, como dicen los Evangelios, precediéndoles. Hasta aquí, todo correcto. Pero si hubieran caminado siempre en la dirección que les indicaba esta conjunción de Júpiter y Saturno —y dado que se trataba de un fenómeno extraatmosférico que por lo tanto, por mucho que avanzasen los magos, siempre habría estado situado por delante de ellos— a donde habrían llegado es a las aguas litorales del mar Rojo. Pero no: se detienen a 7 km escasos de Jerusalén. ¿Por qué? Porque no iban en pos de la conjunción Júpiter-Saturno, sino de un objeto brillante que finalmente se detuvo a baja altura encima del lugar encima del lugar en el que se hallaba el niño: Jesús. Un objeto volador que se movía inteligentemente dentro de nuestra atmosfera.
¿Que fue la misteriosa estrella de belen?…¿un espectacular y casual fenomeno astronómico? ¿mística biblica?…¿O fue realmente un artefacto dirigido intelegente?
OVNIS DURANTE LA CONQUISTA DE AMÉRICA
Alguna inteligencia seguía sobrevolando a los humanos en tierras americanas siglos más tarde. Así, Bernal Díaz del Castillo, cronista de Hernán Cortés, escribe en su Historia verdadera de la conquista de la Nueva España: «Dijeron los indios mexicanos que vieron una señal en el cielo que era como verde y colorada y redonda como rueda de carreta y que junto a la señal venía otra raya y camino de hacia donde sale el Sol y se venía a jnutar con la raya colorada». Y, un poco más adelante: «Lo que yo vi y todos cuantos quisieron ver, en el año 27» —1527— «estaba una señal del cielo de noche a manera de espada larga, como entre la provincia de Pánuco y la ciudad de Tezcuco, y no se mudaba del cielo, a una parte ni a otra, en más de veinte días.» Son, una vez más, solamente dos pinceladas de los mucho objetos volantes no identificados que —en este caso— refieren las crónicas de la conquista de América.
Diario de Cristóbal Colón, revela avistamientos de OVNIS
La primera referencia a supuestos hechos extraños en el cielo americano, ocurrió el sábado 15 de septiembre 1492. Colón escribe en esa fecha lo siguiente:
“Navegó aquel día con su noche veintisiete leguas su camino al Oeste y algunas más. Y en esta noche al principio de ella vieron caer del cielo un maravilloso ramo de fuego en la mar, lejos de ellos cuatro o cinco leguas.”
Pero hay más, el jueves 11 de octubre de 1492, momentos antes de que Colón viera tierra por primera vez, dice:
“Después del sol puesto, navegó a su primer camino al Oeste. Andarían doce millas cada hora, y hasta dos horas después de medianoche andarían noventa millas, que son veintidós leguas y media [...] Puesto que el almirante a las diez de la noche, estando en el castillo de popa, vio lumbre, aunque, como fue cosa tan cerrada, que no quiso afirmar que fuese tierra, pero llamó a Pedro Gutiérrez, repostero de estrados del rey, diciéndole que parecía lumbre, que mirase él, y así lo hizo y la vió. Diciéndole también a Rodrigo Sánchez de Segovia, que el rey y la reina enviaban en el por veedor, el cual no vio nada porque no estaba en un lugar donde la pudiese ver. Después que el almirante lo dijo, se vio una vez o dos, y era como una candelilla de cera que se alzaba y levantaba, lo cual a pocos pareciera ser indicio de tierra, pero el almirante tuvo por cierto estar junto a la tierra.”
Si bien para algunos esa “candelilla de cera que se alzaba y levantaba” era una fogata en tierra, para otros, como el investigador Juan José Benítez, la posibilidad es nula, tomando en cuenta la distancia a la cual se observó.J.J. Benítez señala que, de acuerdo a los estudios del español Manuel Audije (quien fuera oficial de la Armada), cuando Colón y otros hombres vieron la extraña luz, se encontraban a 14.5 leguas de tierra. Es decir, a poco más de 80 kilómetros, concluyendo que esa distancia es excesiva para lograr distinguir una hoguera en tierra. Por lo tanto, muchos conocedores de la materia afirman que Cristóbal Colón presenció luces que aparecieron hasta dos veces yendo de arriba hacia abajo en el horizonte americano. Estas luces han sido consideradas como OVNIS que estarían presenciando (¿o acaso dirigiéndole?) a el descubrimiento de América.
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LOS EXTRAÑOS DISCOS DROPA
En los grandes montes de Karakorum, en la parte occidental de China, es donde se encuentra la provincia de Sinkiang, cuando en 1938 el profesorChi Pu Tei halló unos túneles subterráneos. Adentro de estas cuevas se encontró con cosas muy desconcertantes para su asombro. Se trataba de ciertas pinturas rupestres de unos seres con cascos, rodeados de círculos con líneas- El Sol, Los Planetas, y Las Estrellas fueron una parte de este hallazgo. Aunque algo más extraño había sido cuando el profesor descubrió unos esqueletos de humanoides de muy baja estatura, con un cráneo bastante grande en proporción al cuerpo. En otro costado, se encontraron cerca de unos 700 discos de granito aproximados, los cuales tenían un agujero en su centro, con unas dobles líneas que rodeaban a dicho disco para regresar a su centro.
Muchos estudiosos del caso pensaron que estos restos pertenecían a las tribusDropa y Kham, quienes vivieron en dicha región. Aunque los estudios decían todo lo contrario, porque los cráneos de estos seres eran muy grandes para comprobar que se trataban de pobladores o tribus del lugar; con lo cual esta teoría quedaría descartada por completo.
Años más tarde, en 1962, el profesor Sum Um Nui, perteneciente a la Academia de Prehistoria de Beijing, quien de alguna manera volvió a reabrir el caso, donde descubrió que los llamados Discos Dropa en algún momento “de una historia que desconocemos” estuvieron expuestos a un grado muy alto de energía eléctrica, para determinar que aun todavía conservaba indicios de ciertas tensiones eléctricas.
Estos indicios se basaban en un “código de algún mensaje grabado en estas pistas ondulantes de los discos”, que de alguna forma tenía que existir la manera en poder reproducirlos. El profesor y científico Sum Um Nui parece que había podido traducirlo.En ese entonces se había publicado una nota en la revista de Moscú, llamada Sputnik, donde revelaba la codificación por escrito, del más atrapante caso de los extraños Discos Dropa, en base al descubrimiento realizado por Sum Um Nui, que contaba lo siguiente:
“Hace unos 10.000 años aproximadamente una nave espacial llegó a la Tierra, la cual tenía un tamaño gigante. En esta misma transportaba a cientos de seres, la cual fue a descender en los montes de Baian Kara Ula de forma imprevista para estos seres, ya que la gravedad de nuestro planeta era muy pesada para dicha nave, siendo que quedaron imposibilitados en poder despegar tiempo después hacia el infinito para volver a tomar el control, quedando definitivamente toda esta raza de seres, y expuestos en aquellas tierras casi inhóspitas de China. Mientras tanto, los habitantes de estos lugares reaccionaban ante el susto de la presencia de estos seres extraños y macrocefalitos, con lo cual los habitantes de la tierra persiguieron a estos seres del cosmos para aniquilarlos“.
Algunas leyendas de toda esta región parecen confirmar la autenticidad de esta extraña historia, quienes dicen que un día unos seres de piel amarillenta descendieron del cielo en un ave resplandeciente que largaba fuego, produciendo un sonido atronador. Al parecer algunos tripulantes pudieron sobrevivir. En este sentido se considera que esta civilización del cosmos fueron quienes se mezclaron con las razas terrestres, generando un mestizaje para dejar un legado descendiente para las futuras generaciones. Es una historia bastante dicifil de aceptar, quienes lo conocen por primera vez, y también para aquellos quienes lo conocieron hace años. Parece que estas historias son calcadas unas con otras, cuando se analiza detalladamente otros casos comparados de visitantes de otros mundos, y en distintos puntos del planeta, bajo la consideración de “Dioses” por los habitantes terrestres.
PINTURAS DE LA ANTIGUEDAD
Aquí pueden apreciar algunas pinturas que tienen muchísimos años de antiguedad, sin embargo, existen ciertos elementos que pueden rememorarnos hacia ciertas cosas o factores que conocemos perfectamente bien desde la literatura, o a través de la Ciencia Ficción. Que si bien en este caso no tendrían nada de ficción, en la medida que hayan sido elementos bien interpretados por dichos autores. Juzgue por sí mismo.
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¿OVNIS EN LA ROMA IMPERIAL?
El Libro De Los Prodigios (Liber Prodigiorum)
“El Libro de los Prodigios” es una rareza inclasificable. Un libro maldito. Una obra que recoge un amplio compendio de hechos extraordinarios e inexplicados ocurridos durante el reinado romano. Estos acontecimientos fueron recopilados por un misterioso autor, Julio Obsecuente, que quiso dejar testimonio escrito de los mismos. Tal y como señala Ana Moure Casas, autora de la magnifica traducción al castellano del libro de Julio Obsecuente (Iulius Obsequens): “del autor de la única monografía de prodigios que existe en la literatura clásica, es muy poco lo que puede decirse con certeza. Ningún escritor de la antigüedad lo menciona; parece que, además, se perdió la parte inicial de su obra, con lo que tampoco existe un proemio que pudiera indicarnos quien era ni por qué escribió un libro de prodigios“.
¿Pero que son los prodigios?, de nuevo tomamos la erudita opinión de la autora cuando escribe; “R. Bloch en su estudio sobre los prodigios de la Antigüedad clásica ha señalado que el prodigio es un fenómeno inmanente de psicología religiosa y social. Para el hombre primitivo -continua Ana Moure- todo fenómeno antinatural implica una transgresión del orden cósmico, rompe la paz con los dioses y exige un ritual sagrado de reparación para volver al curso normal de la vida“. Por tanto todos los acontecimientos sobrenaturales y no tantos (3), ocurridos en distintas épocas de la humanidad eran tomados como presagios enviados por la “divinidad“, para enmendar un error humano, presagiar una derrota o una victoria en el campo de batalla, erigir o derrocar a un rey, entre otros.
Naturalmente estos prodigios eran interpretados por la casta sacerdotal, o por los más altos escalafones del poder reinante, que sabían “exactamente” que hacer ante tales eventos (4). En su “Liber Prodigiorum” Julio Obsecuente, hace una exhaustiva antología de toda clase de extraños fenómenos registrados desde el año 737 antes de Cristo al 9 a.C.; lluvias de piedras, sangre, leche y carne, voces extrañas que vaticinan acontecimientos, misteriosas tormentas eléctricas que destruyen selectivamente templos, murallas y estatuas, animales que hablan (sic), estatuas que emanan sangren, animales y objetos que arden y no se consumen, ríos de sangre, estatuas que lloran, nacimiento de animales monstruosos y por supuesto, no podían faltar, extraños fenómenos celestes. Precisamente ese será el eje central de nuestro articulo, exponer los diferentes prodigios observados en los cielos de la antigua Roma (5). Muchos de estos relatos, como comprobara el lector, obedecerán a causas naturales, pero algunos tienen una sugerente relación con el moderno fenómeno de los OVNIs (6):
500 a. C. “Durante el II Consulado de Publio Postumo Tuberto y I de Agripa Menenio Lanato, se vieron en el cielo, hasta muy avanzada la noche, lanzas de guerra en llamas“. Este peculiar prodigio sobre la observación de llamas en el cielo, se repite con cierta frecuencia en el libro de Obsecuente, como por ejemplo en el 463 a.C., 461 a.C., 460 a.C., 221 a.C. y 198 a.C..
221 a.C. “Siendo Cónsul Gayo Quintio Flaminio y Publio Furio Filón, en Rímini brilló resplandeciente el día cuando era muy de noche y aparecieron tres lunas en zonas distintas del cielo“. Obviamente por su tamaño, y extremada luminosidad no podían tratarse de simples estrellas…
215 a.C. “Bajo los Cónsules Cneo Servilio Gémino y Gayo Quintio Flaminio, en Roma se vieron en el firmamento apariciones de naves. (…) en Arpi se vio un escudo en el cielo, un combate entre la Luna y el sol y, además, dos lunas durante el día. (…) en Capua se vio el firmamento en llamas y se contemplaron apariciones de naves en el cielo“. Estos testimonios hablan claramente de hechos que poco o nada tienen que ver con cuestiones relacionadas con los fenómenos atmosféricos y astronómicos. La forma de escudo, de naves… etc, evocan la presencia física de objetos inusuales en los cielos…
212 a.C. “En el IV Consulado de Quintio Fabio Máximo Verrugoso y III de Marco Claudio Marcelo, en Adria se vio un altar en el cielo y, a su alrededor, apariciones de hombres vestidos de blanco“. ¿Un objeto Volador No Identificado con sus respectivos tripulantes…?
202 a.C. “En época de los Cónsules Marco Cornelio Cetego y Publio Semprenio Tuditano, se vieron dos soles y durante la noche hubo destellos de claridad. En Sezza se observó un meteoro que se extendía desde el nacimiento del sol hasta el poniente“. Si bien lo ocurrido en Sezza pudo deberse a la caída de un simple meteorito… el primer fenómeno reseñado por la pluma de Obsecuente es mas difícil de identificar…. y volvería a repetirse..
201 a.C. “En el Consulado de Cneo Servilio Cepión y Cneo Servilio Gémino, en Anagni se observaron, primero, destellos intermitentes en el cielo y, luego, un meteoro luminoso en el firmamento“.
202 a.C. “En el Consulado de Gayo Claudio Pulcro y Tiberio Sempronio Graco, un aerolito enorme cayó desde el cielo al bosque de Marte en la comarca de Crustumerio“. Aquí reseñamos también que en el año 165 a.C. “en Lavinio se divisó en el firmamento un lucero ígneo“.
Y en el 92 a.C. “apareció un meteoro en el firmamento y todo el cielo se vio envuelto en llamas“.
172 a.C. “Siendo Cónsules Sempronio Paulo y Publio Mucio Escévola, en el foro romano, brillaron al tiempo tres soles; durante la misma noche se deslizaron por el firmamento muchos astros errantes en Lanuvio“.
171 a.C. “En el consulado de Lucio Postumio Albino y Marco PopilioLenate, en Lanuvio se vieron apariciones de una gran escuadra en el cielo“.
161 a.C. “El Consulado de Tiberio Graco y Marco Juvencio, en Capua se vio el sol por la noche. (…) en Formia se vieron dos soles durante el día. (…) por la noche brilló en Pisauro una especie de sol“. Referencias a extraños “soles” la encontramos también varios años antes, en el 164 a.C. en Cassino, donde “durante algunas horas de la noche se vio el sol“. Y más tarde en el 132 a.C. en Armiterno donde “se vio el sol por la noche y se observó su resplandor durante algún tiempo“. En el 25 a.C. “un resplandor celeste que se extendía del sur al norte hizo que la noche se iluminase como el día“.
152 a.C. “En época de los Cónsules Lucio Opimio y Quinto Postumo, en Conza se vieron armas en el cielo“. Para hacer referencia a extraños objetos voladores, se utilizaban palabras comunes tales como lanzas, escudos y estandartes, por ejemplo Obsecuente escribe que hacia el 138 a.C. “En Preneste y en Celalonia se vieron caer estandartes del cielo”.
145 a.C. “Durante el Consulado de Publio Africano y Gayo Livio, en Lavinio entre las 8 y las 11 horas rodearon al sol dos círculos de distinto color, uno de tono rojizo y otro blanco. Una estrella destello durante treinta y dos días“.
102 a.C. “Siendo Cónsules Gayo Mario y Gayo Flaco, en Rímini a pleno día, desde las ocho a la una de la tarde, apareció la luna y una estrella“.
100 a.C. “Bajo el Consulado de Gayo Mario y Quinto Lutacio, en la Galia resplandeció de noche una luz sobre un campamento“.
98 a.C. “Durante el Consulado de Gayo Mario y Lucio Valerio, en Tarquinio se vio a gran distancia un astro centelleante que se deslizo a un vertiginoso descenso. A la puesta de sol se divisó un objeto circular parecido a un escudo, que cruzaba desde el oeste al este“.
91 a.C. “El Consulado de Gayo Valerio y Marco Herennio, al amanecer se observó en Bolsena una llama centelleante en el firmamento; después de concentrarse en un solo punto la llama dejó ver una embocadura de color ferruginoso; pareció que el cielo se abría y en su apertura aparecieron las puntas de la llama” (7).
89 a.C. “El Consulado de Lucio Marcio y Sexto Julio, Hacia el amanecer brilló un globo ígneo en la zona norte acompañado de un gran estrépito en el firmamento. (…) en Espoleto un globo de fuego de color dorado cayó rodando a la tierra; pareció dirigirse desde el suelo hacia el oriente, aumentando de tamaño, y ocultó con su volumen el sol” (¡). También hallamos extraños objetos llameantes en el 61 a.C. donde “una viga en llamas se extendió en el cielo por el poniente.”
42 a.C. “El Consulado de Marco Antonio y Publio Dolabela, Gayo Octavio se unió a la familia Julia por testamento de su padre, Cesar, en Bríndisi. Cuando entraba en Roma, a las ocho de la mañana acompañado de una gran muchedumbre, que se había concentrado alrededor, el sol, ceñido de un pequeño disco en un cielo azul y sereno, lo rodeó con una aureola de muy tenue contorno, tal como suele ponerse el arco iris sobre las nubes. (…) se observó un lucero en el firmamento, que se desplazaba hacia el poniente. Una estrella luminosa centelleó de manera especial durante siete días. Brillaron tres soles y, alrededor del sol mas bajo, resplandeció una corona parecida a una espiga en forma de circulo; seguidamente, el sol se redujo a un solo halo y durante muchos meses, su luz fue tenue“.
40 a.C. “En época de los Cónsules Marco Lépido y Munacio Planco, en Módena se vieron tres soles alrededor de las ocho de a mañana, que, seguidamente, se concentraron en un único disco“.
Y hasta aquí llegan estos “prodigios celestes” de Obsecuente, al que cualquier lector aficionado a la literatura ufológica podría extraer interesantísimos paralelismos con el Fenómeno OVNI (8). No hay que olvidar, para terminar, que el primer incidente que señala Julio Obsecuente en su “Liber Prodigiorum” se refiere a la súbita y misteriosa desaparición de Rómulo, fundador y patriarca de Roma, que también concuerda con ciertos episodios OVNIs (9); Rómulo“celebraba una reunión con los soldados junto al lago de la Cabra, una tormenta que estalló de forma inesperada con grandes rayos y truenos, envolvió al rey en una nube tan densa que lo quitó de la vista de la asamblea sin que nunca jamás volviera a aparecer sobre la tierra”…
NOTAS:
(1) El Libro de los Prodigios. Ediciones Clásicas, S.A. Magnolias 9, bajo izquierda. 28029 Madrid. 1990. Libro de recomendada lectura para todos aquellos interesados tanto en cuestiones ufológicas como “forteanas”.
(2) Varios autores piensan que quizás Julio Obsecuente sea el seudónimo de un escritor pagano en época posterior cristiana, ya que tampoco se tiene la certeza de cuando fue confeccionada esta obra, que se inspira en parte en la propia de Tito Livio, Ab Urbe Condita.
(3) Algunos de estos “presagios” podían ser simples terremotos, fenómenos naturales desconocidos en la época, nacimiento de niños hermafroditas, el aparente extraño comportamiento de un animal, una fuerte tormenta, etc.
(4) Normalmente un prodigio era contestado con alguna suerte de ceremonia ritual o sacrificio, a la espera de la buena providencia.
(5) Se ha respetado fielmente la traducción realizada por Ana Moure de los distintos prodigios, que aparecerán debidamente entrecomillados para que se distingan perfectamente de nuestros particulares comentarios.
(6) La propia autora hace constar en una de las notas del libro, concretamente la 119, la enorme similitud entre algunos fenómenos reseñados por Obsecuente y los reportados actualmente bajo el contexto del fenómeno OVNI. Aunque deja claro eso si, su natural escepticismo ante tales hechos.
(7) Según muchos autores contemporáneos esta descripción puede pertenecer a la observación de una aurora boreal. Señalando que en otros textos antiguos pertenecientes a Séneca y T. Livio entre otros, se encuentran reseñados fenómenos semejantes. Naturalmente muchos de los portentos reseñados por Obsecuente se corresponden a fenómenos totalmente naturales mal interpretados, no obstante hemos querido exponer los principales prodigios celestes que se encuentran en el Libro de los Prodigios para que el lector extraiga sus propias conclusiones…
(8) Quien sí lo hizo fue R.G. Wittmann en su articulo “Flying Saucers or Flying shields”, publicado en el Classical Journal, LXIII, 1968.
(9) En la literatura OVNI actual encontramos decenas de incidentes donde se describen el extraño comportamiento “nada natural” de algunas nubes. En ocasiones y tal como aseguran los testigos, habiendo incluso pruebas fotográficas, los mismos OVNIs han “fabricado” alrededor de ellos una especie de nube para camuflarse. Se nos viene a la memoria solo a modo de ejemplo, la famosa columna de humo que condujo al pueblo de Israel en su peregrinaje por el desierto y de la que muchos investigadores entre ellos el exjesuita Salvador Freixedo sospechan pudo ser un OVNI.
http://kronicasdeloimpensable.wordpress.com/2013/01/27/98/
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