La Trinidad en la Historia de las Religiones
Tan remota como la misma aparición de las religiones antiguas, en su mayoría politeístas, es la idea de una trinidad dentro de ellas. Aunque quizá la más famosa de las trinidades sea la cristiana, este concepto no es exclusivamente monoteísta, y de hecho, si se estudian sus orígenes, podemos notar que es mayor su vinculación con las triadas de dioses antiguos que con el marco religioso judeo-cristiano. No en vano se puede presumir que hablamos de una de las tantas adaptaciones paganas que el cristianismo inmerge dentro de su seno. De cualquier forma, la trinidad cristiana, aceptada tanto por católicos como por protestantes, claro está, con diferencias dogmáticas, no es la única que pervive hasta nuestros días. Otras religiones, sectas o grupos adoptan la idea trinitaria. El Hinduismo, el Catolicismo y El Movimiento de los Santos de los Últimos Días servirán a nuestros intereses en esta investigación.
La idea de la trinidad cósmica es tan antigua como el hombre. Antropológicamente los estudiosos han concluido que para el hombre primitivo el número 3 representaba la primera idea de estabilidad, el primer conteo numérico, el primer concepto de armonía. De esta manera, psicológicamente, el ser humano asocia la noción de la triada como un ente cósmico-religioso desde tiempos inmemoriales (Muñoz, 1973).Mencionemos que la idea trinitaria existía ya en religiones muy antiguas, hecho por el cual siempre se ha tratado de involucrar al trinitarismo cristiano con una influencia ascendente pagana. Lejos de las enseñanzas de los cristianos monoteístas, quienes mantienen el concepto de que el Dios Trino es tres personas, pero aún así, es un solo Dios, algunas religiones paganas politeístas, a pesar de poseer un amplio panteón de Dioses, sobreponían a una triada divina sobre el resto de sus deidades. La triada egipcia Horus-Osiris-Iris puede ser un ejemplo claro de ello. El vínculo pagano-cristiano enmarcado en el concepto de la trinidad siempre ha sido un tema polémico. De hecho, es difícil hallar información sobre otros cultos trinitarios que no posean comparaciones con el cristianismo. Por otra parte, muchos teóricos y teólogos cristianos tratan de refutar esa conexión. “Las tríadas egipcias, babilónicas, asirias, hindúes y budistas, así como el platonismo, son todas declaradas como influyentes en el desarrollo de la Trinidad. Pero es absurdo afirmar que todas estas influenciaron de manera significativa a los trinitarios. En tercera,muchas de estas presuntas ‘influencias’ eran, demasiado tempranas, demasiado tardías, o estaban muy removidas geográficamente para haber tenido alguna influencia significativa. Lo irrefutable en este caso es la presencia de ideas trinitarias en varias religiones más allá del cristianismo, e incluso, dentro de los grupos cristianos, el gran revuelo que se cierne sobre el concepto divino de la trinidad. Trinitarios y antitrinitarios se han debatido durante siglos sobre la veracidad y validez del dogma de la trinidad en el caso cristiano. Si hablamos del hinduismo este concepto se encuentra más armonizado en el ámbito religioso. Y si de grupos cristianos que han reformulado el concepto trinitario se trata, el Movimiento de los Santos de los Últimos Días es un ejemplo destacable.La Trinidad del Hinduismo
El concepto de trinidad quizá no sea el mas apropiado para definir la triada de Dioses hindúes que gobierna el panteón religioso. Lo que realmente hallamos en el hinduismo es una cosmogonía centrada en la idea de un Dios supremo que puede ser representado de diferentes maneras y formas. La idea de Dios está contenida en la palabraBrahma, que posee un carácter neutro muy peculiar, y que significa el origen y la causa de toda existencia. Dios se muestra de distintas formas y es adorado o representado en diferentes dioses. Dentro del marco cosmogónico hindú, encontramos que por encima de todas las deidades se encuentran tres dioses masculinos, que constituyen el máximo exponente del ciclo continuo de la vida formado por la creación, la preservación y la destrucción. Brahma, y Siva son estos dioses. Si observamos bien las características de esta triada religiosa, notamos que en el hinduismo las deidades mayores se encuentran estrechamente relacionadas a la evolución de los ciclos naturales.
Brahma es el señor de toda la creación. Está por encima de la adoración humana y tiene dedicados muy pocos templos. Se le representa con cuatro caras orientadas hacia las cuatro direcciones del espacio, porque es el creador del universo. Según la mitología hindú, originariamente tenía cinco rostros, pero Siva destruyó el quinto porque Brahma le ofendió. En sus ocho manos sujeta los Cuatro Vedas, que representan el conocimiento; un collar con forma de rosario, que significa el tiempo; un recipiente con agua, que simboliza la fertilidad, y un instrumento para los sacrificios, ya que el mundo fue creado mediante el sacrificio. Brahma aparece sentado sobre una flor de loto que simboliza la creación y un cisne o un ganso, que son su vehículo y representan la sabiduría (Coward, 1989). Brahma es todo, es parte del todo y se encuentra en todo. Visnú, el segundo dios de esta triada es el llamado dios preservador. El encargado de preservar la vida y a todos los seres vivos. Es el responsable del destino de los hombres. Se le representa bajo diez encarnaciones distintas -llamadas avatara-, de las cuales las dos más representativas son las de Krishna y Rama, y se le asocia con el amor altruista, lo cual induce a pensar que su culto podría derivar de otro destinado a un antiguo héroe erótico. Con una mano sujeta un disco solar o una maza dorada, que representa los elementos de la fuerza de la naturaleza, de los que se derivan los poderes físicos y mentales. En la otra mano sostiene un caracol marino, que simboliza el sonido, que es el que emerge de la creación. Su ojo izquierdo es oscuro y simboliza la noche, mientras que el derecho es claro y representa al día. El Sol emerge de su boca, su vestido está compuesto de llamas, en su cinturón aparece el arco iris y las nubes son el cabello de su cabeza. En su representación avatar como Krishna es de color azul, el color del infinito. Visnú se apoya sobre mil cabezas de serpiente, y su esposa, Lakshmi, es la diosa de la fortuna y aparece en cada una de sus diez encarnacaciones bajo una forma simbólica. El último de los dioses que componen la cúspide del panteón religioso hindú es Siva, el destructor. Siva, el dios de la destrucción, también es conocido como dios del tiempo. En él convergen -y en él se resuelven- todos los extremos. Se le considera responsable tanto de la destrucción como de la creación, así como de la no creación: el comienzo es el fin y el fin es un nuevo comienzo (Windengren, 1971). Aparece representado danzando dentro de un círculo de fuego que significa el eterno movimiento del universo, y reconciliando las fuerzas opuestas de la oscuridad y la luz. La danza representa la destrucción de Maya, el mundo ideal. Siva se representa despeinado, como símbolo de desprecio a la sociedad: sus cabellos representan los siete ríos sagrados de la India; por ello es el protector de las aguas del río Ganges que, para los hindúes, significan la vida eterna. En el rostro de Siva se observan otros símbolos, como un tercer ojo que significa el grado más alto de percepción, porque con él puede descubrir y destruir con fuego a los enemigos. Este tercer ojo apareció cuando su esposa, Parvati, le cubrió los otros dos durante un juego. Sobre el tercer ojo se encuentra la representación de la Luna creciente, que a su vez es el símbolo del toro Nandi, que representa la fertilidad. La trinidad hindú contempla todos los ciclos de la vida y esta en contacto absoluto con la naturaleza, cada uno de los dioses que forman esta triada, y su simbología, están relacionados con los ciclos vitales, los aspectos geográficos y la composición social del pueblo hindú.
La Trinidad del Cristianismo
Una de las doctrinas fundamentales de la llamada Cristiandad es La Santísima Trinidad, definida como tres personas divinas en una sola esencia. Es decir, se define como que El Padre, el Hijo, y el Espíritu Santo son tres personas divinas que comparten una sola esencia. Luego se plantea que estas tres personas son distintas pero a la vez son un solo Dios verdadero. La Trinidad es considerada como un misterio, pues no se la puede concebir totalmente con nuestra mente finita. En realidad resulta muy difícil comprender cómo tres personas divinas y distintas puedan constituir un solo Dios. El tema de la trinidad dentro de la cristiandad siempre ha sido fuente de discusión entre distintos grupos y sectas cristianas, desde los primeros tiempos de esta religión. Existen corrientes trinitarias y antitrinitarias, y dentro de los grupos trinitarios la disputa entre la esencia divina del Padre, el Hijo y el Espíritu Santo se remonta hasta los primeros tiempos de nuestra era. Sí, la Trinidad fue desconocida por un espacio de casi 400 años partiendo del nacimiento de Cristo, y sólo fue formulada de a poco en los Concilios de Nicea, en el año 325, y de Constantinopla, en el año 381. En el Concilio de Nicea se formuló lo que algunos autores llaman la semi-Trinidad, es decir, se llegó a una conclusión, el Hijo era igualmente Dios con el Padre, de su misma substancia y esencia. Por tanto el Hijo es verdadero Dios del verdadero Dios. Del Espíritu Santo nada se discutió ni se concluyó durante este concilio.Fue en el Concilio de Constantinopla, para el año 381, donde se incluyeron frases en el credo por las cuales se afirmaba que el Espíritu Santo habría de ser adorado y glorificado con el Padre, que él procedía del Padre, y que era él quien hacía la revelación. Y en el Concilio de Calcedonia, en el año, se hizo más explícita la declaración hecha en el Concilio de Constantinopla. Por esto, la Enciclopedia Católica, publicada en 1967, se refiere a la Trinidad de la siguiente manera: “...la fórmula dogmática ‘Un Dios en tres Personas’... fue el producto de tres siglos de desarrollo doctrinal".
Durante los primeros tres siglos del cristianismo no se encuentran evidencias de la idea trinitaria que luego aparecería en Nicea y Constantinopla. "...La moderna doctrina de la Trinidad no se halla en ningún documento o reliquia perteneciente a la Iglesia de los primeros tres siglos..." (Lamson, 1982, pág. 32). De aquí parte el problema de la aceptación del concepto trinitario por los grupos cristianos. "Si el paganismo fue conquistado por el cristianismo, es igualmente cierto que el cristianismo fue corrompido por el paganismo. El Deísmo puro de los primeros cristianos...fue cambiado, por la iglesia, por el incomprensible dogma de la Trinidad. Muchos de los dogmas paganos, inventados por los egipcios e idealizados por, fueron retenidos como merecedores de ser creídos." (Gibbon, 1988, pág. 15) Dentro de la cristiandad existen iglesias unitarias e iglesias antitrinitarias, así como iglesias que han modificado el dogma original de la trinidad.
La Trinidad del Movimiento de los Santos de los Últimos Días
El entendimiento de los Santos de los Últimos Días de la Trinidad y la naturaleza de Dios tienen sus raíces en las visiones divinas de José Smith, profeta fundador de esta iglesia. Los mormones creen firmemente en la aparición del Padre y el Hijo a Smith en persona, y estos dos miembros de la Trinidad eran claramente dos personajes separados y distintos, (Libro de Mormón, Testimonio de José Smith). Estos dos personajes con el Espíritu Santo constituyen la Trinidad del Padre, Hijo y Espíritu Santo. Son absolutamente uno en amor, voluntad, propósito y dirección, según la iglesia mormona. El padre y el hijo poseen cuerpo físico, mientras que el Espíritu Santo mantiene su carácter incorpóreo, y para subrayar esta unidad, aunque no es una unidad ontológica, los Santos de los Últimos Días a menudo definen la doctrina de la Trinidad como la “Doctrina del Triángulo Sagrado Social”,subrayando mediante ella la unidad indivisible de los tres. En el pensamiento de los Santos de los Últimos Días, hay un subordinamiento dentro de la Trinidad. El Padre reviste las inteligencias del Hijo y del Espíritu Santo con forma de espíritu y es por lo tanto superior a ellos (McElveen, 1989). Él da direcciones que ellos pueden llevar a cabo en total unidad y unanimidad con Él. Cada uno de los tres es Dios, pero el Padre reina en modo supremo. Generalmente para definir la relación del Padre y el Hijo, se basan en (1 Cor. 15:28) “luego que todas las cosas le estén sujetas, entonces también el Hijo mismo se sujetará al que le sujetó a él todas las cosas, para que Dios sea todo en todos.”Como es claro, los Santos de los Últimos Días no se adhieren a la doctrina tradicional de la Trinidad como se define en Nicea en el año 325. La doctrina mormona no se deriva de una interpretación de la escritura de la filosofía neo-Platónica. La iglesia mormona surge enmarcada en los movimientos de la restauración del siglo XIX, dentro de las premisas de los movimientos de restauración se encuentra la idea del tabernáculo físico de Dios, otorgándole el carácter de la recreación tanto física como espiritual al Dios Padre. En esta iglesia impera la idea de que la doctrina tradicional de la Trinidad no se puede encontrar o defender desde el Antiguo o Nuevo Testamentos, sino que es una adición filosófica innecesaria a la doctrina bíblica, tratando de responder una pregunta que no necesita respuesta. El planteamiento definitivo en torno a la Trinidad mormona puede ser expresado a través del siguiente cuestionamiento: ¿Cómo puede haber un Dios en el Antiguo Testamento, y aún tres personas que reciben atribución divina en el Nuevo? La respuesta Nicena es que son tres personas que coexisten simultáneamente – Padre, Hijo y Espíritu Santo – en la Trinidad, y para mantener el un Dios del Antiguo Testamento, ellos deben ser de “una esencia” o “una naturaleza”. Cualquier teólogo protestante o católico dirá, sin embargo, que esto es EL misterio de Dios y no es totalmente comprensible. En cambio, la idea de la trinidad mormona se basa en revelaciones proféticas modernas, puesto que, si Dios puede aparecer físicamente a Smith, lo que pueda trasmitirle se sobrepone a cualquier revelación bíblica. Los Santos de los Últimos Días no ven tal problema, porque ellos creen que en el Nuevo Testamento se aprende algo nuevo acerca de Dios. El que se conoce en el Antiguo Testamento como Dios, o Jehová, se ha encarnado como Jesús, y desde él aprendemos que no hay sólo un Dios, sino una Trinidad compuesta de tres personas que coexisten simultáneamente – Padre, Hijo y Espíritu Santo – que son uno en todos los aspectos salvo su naturaleza, y quienes juntos componen una Trinidad Social.
La quaestio de las Trinidades
Como observamos en esta investigación la idea trinitaria se halla en varias religiones, desde oriente hasta occidente. Claras diferencias pueden ser apreciadas entre las distintas religiones que contemplan una idea trinitaria. El hinduismo es una de ellas, pero debemos destacar que la idea de la trinidad dentro de esta religión politeísta está relacionada con el carácter cíclico de la vida, la naturaleza y los espacios geográficos del pueblo hindú. El cristianismo, por otra parte, además de ser una religión que se considera a si misma monoteísta, y que contempla la idea de una trinidad suprema de igual forma, traspasa sus barreras geográficas de manera definitiva a la hora de convertirse en la religión oficial del Imperio Romano. Dentro de la cristiandad nos encontramos con varios movimientos de reforma tardíos, como los movimientos reformistas del siglo XIX, en cuyo marco surge el Movimiento de los Santos de los Últimos Días. Estas tres religiones confrontan sus ideas trinitarias tanto en génesis como función. Las trinidades que se estudiaron en el presente trabajo pueden confrontarse en un plano amplio desde el politeísmo Hindú en contraposición con la doctrina de un Dios único en las posturas cristianas, tanto mormona como católica. Dentro de este marco amplio las diferencias son obvias, el carácter vital que representa en el hinduismo, lo constituyen tres deidades que simbolizan la vida, desarrollo y muerte espiritual del devoto y el mundo que le rodea. Para el cristiano la Trinidad es la guía, el misterio de fe, por lo tanto representa la eternidad, nada de destrucción en sus dogmas, ni de vinculación con la naturaleza. Complejo resulta comparar este misterio divino dentro del propio seno de la cristiandad, pero la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, rompe con el misterio de fe tradicional, y sitúa, primero, entidades separadas, segundo, subordinadas y tercero, con cuerpo glorificados a través de la exaltación del alma, constituyendo, para el Movimiento de los Últimos Días, el real misterio no la trinidad, sino la exaltación de las almas de los creyentes.
Bibliografía
BROWMAN, R. (1989). Why you should relieve in trinity. Nueva York: Watchtower
COWARD, H. (1989). Hindu-Christian Dialogue: Perspectives and Encounters. Nueva York: Orbi Books
GIBBON, E. (1995). Historia del Cristianismo. México: FCE
LAMSON, A. (1982). La Iglesia de los primeros tres siglos. Madrid: Kodos
MUÑOZ, J. (1973). Tratado del verdadero origen de la religión y sus principales epocas. Madrid: Espinosa
MCELVEEN, F. (1988). Los mormones: su doctrina. Madrid: Clie
WINDENGREN, A. (1971). Historia Religionum. Handbook for the history of religion. Madrid : CRIS
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