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lunes, 17 de agosto de 2020

VIVIERON LOS DIOSES ENTRE LOS HOMBRES 7


VIVIERON LOS DIOSES ENTRE LOS HOMBRES 7
Autor: Herbert Oré Belsuzarri.

LOS INTERMEDIARIOS.

“La Epopeya de Etana” descifrada de las tablillas, proporciona luz de las deliberaciones que tenían lugar entre los dioses. En los días que siguieron al Diluvio, dice:

Los grandes Anunnaki que decretaban el destino
se sentaron para intercambiar opiniones respecto a la tierra.
Ellos, que habían creado las cuatro regiones,
que levantaron los asentamientos, que supervisaron la tierra,
eran demasiado elevados para la Humanidad.

Los nefilim llegaron a la conclusión de que necesitaban un intermediario entre ellos y las masas de seres humanos. Ellos eran, así lo decidieron, los dioses -Elu en acadio-, que significa “los nobles”, “los elevados”. Asi pues, como puente entre ellos, los señores, y la Humanidad, introdujeron la “Realeza”, el “Reino” en la Tierra, nombrando un soberano humano que asegurara el servicio de la Humanidad a los dioses y canalizara las enseñanzas y las leyes desde los dioses hasta el pueblo.

Tanto los textos sumerios como los acadios dicen que los nefilim retuvieron el “señorio” sobre las tierras, e hicieron que la Humanidad reconstruyera primero las ciudades antediluvianas exactamente donde habían estado originalmente, y tal como habían sido planificadas: “Que los ladrillos de todas las ciudades se pongan en los lugares que les corresponden, que todos [los ladrillos] descansen en lugares sagrados”. Eridu, por tanto, fue la primera en ser reconstruida.

Después, los nefilim ayudaron a los humanos a planificar y construir la primera ciudad real, y la bendijeron. “Que la ciudad sea el nido, el lugar donde la Humanidad repose. Que el Rey sea un Pastor”.

Hasta hace unos cincuenta años, no se sabía nada de la primera civilización indoeuropea importante. Pero, en estos momentos, esta plenamente aceptado que, en tiempos muy antiguos, hubo una avanzada civilización en el valle del Indo, con grandes ciudades, una agricultura desarrollada y un floreciente comercio. Según creen los expertos, esta civilización apareció unos mil años después del comienzo de la civilización sumeria.

Tanto los textos antiguos como las evidencias arqueológicas atestiguan los estrechos lazos culturales y económicos que había entre estas dos civilizaciones de valles fluviales por una parte y la civilización sumeria por otra. Además, existen evidencias, tanto directas como circunstanciales, que las civilizaciones del Nilo y el Indo no solo estaban conectadas entre si, sino que eran, además, descendientes de la civilización mas antigua, la mesopotámica.

Se ha descubierto que los monumentos mas impresionantes de Egipto, las pirámides, son, por debajo de su “piel” de piedra, imitaciones de los zigurats mesopotámicos, y existen razones para creer que el ingenioso arquitecto que diseño los planos de las grandes pirámides y superviso su construcción era un sumerio al que se veneraba como un dios.

El antiguo nombre de Egipto en su propio idioma era el de “Tierra Levantada” y en su memoria prehistórica se afirmaba que “un dios muy grande apareció en tiempos antiguos” y encontró aquella tierra bajo el agua y el lodo. Este dios llevo a cabo grandes obras de restauración, levantando literalmente a Egipto desde debajo de las aguas. La “leyenda” describe con pulcritud el bajo valle del Nilo después del Diluvio; este dios de antaño, no fue otro que Enki, el ingeniero jefe de los nefilim.

La civilización del valle del Indo, también veneraban el doce como numero divino supremo al igual que los sumerios, que representaban a sus dioses como seres de aspecto humano que llevaban tocados con cuernos, y que reverenciaban el símbolo de la cruz.

Si estas dos civilizaciones eran de origen sumerio, por que son diferentes sus lenguajes escritos? La respuesta es que los lenguajes no son diferentes. Esto se reconoció en 1852, cuando Charles Foster (The One Primeval Language) demostró que todas las lenguas antiguas descifradas entonces, incluido el chino primitivo y otras lenguas del lejano oriente, provenían de una única fuente primitiva -que, después-, resultaría ser el sumerio.

Así pues, tenemos un único lenguaje escrito que, por algún motivo, se diferencio en tres lenguas: mesopotámica, egipcia/camita e indoeuropea. Es posible que esta diferenciación acaeciera por si misma con el tiempo, la distancia y la separación geográfica, pero los textos sumerios afirman que ocurrió como consecuencia de una decisión deliberada de los dioses; una decisión auspiciada, una vez mas, por Enlil. Las historias sumerias sobre el tema se corresponden con la bien conocida historia bíblica de la Torre de Babel, en la cual se nos cuenta “que toda la Tierra era de un mismo lenguaje y de las mismas palabras”. Pero, después de que la gente se estableciera en “Sumer”, de que aprendiera el arte de hacer ladrillos, de construir ciudades y de levantar altas torres (zigurats), planearon hacerse un shem y una torre de lanzamiento. Entoces dios “el Señor embrollara la lengua de la Tierra”.

La narración de este pasaje lo encontramos en “Las Hazañas y Proezas de Ninurta” en la Duodecima Tablilla:

ENLIL » El dios del cielo de Mesopotamia

Suficiente ha sido mi humillación!, le gritó Marduk a su padre Enki.
Inmediatamente, exigió de Enlil una ciudad sagrada para sí mismo en el Edin.
Pero Enlil no tuvo en cuenta la petición de Marduk, y Marduk tomó en sus propias manos el hado.
Consideró un lugar que había sido seleccionado para la llegada de Anu, antes de que se decidieran por Unug-ki, llamó a Nabu, a los Igigi y a sus descendientes desde sus tierras dispersas, ¡para fundar una ciudad sagrada para Marduk, un lugar para naves celestes!
Cuando sus seguidores reunidos en el lugar no encontraron piedras con las que construir, Marduk les mostró cómo hacer ladrillos y cocerlos al fuego, para que sirvieran como piedras; con todo esto, empezaron a construir una torre cuya cima pudiera alcanzar los cielos.
Enlil se apresuró en ir al lugar para frustrar el plan, intentó aplacar a Marduk con palabras de calma; pero no consiguió detener a Marduk y a Nabu en su empresa.
Enlil reunió a sus hijos y nietos en Nibru-ki; consideraron todos qué podían hacer.
¡Marduk está construyendo un Pórtico al Cielo no permitido, se lo está confiando a los Terrestres!
Así dijo Enlil a sus hijos y nietos.
¡Si permitimos que esto ocurra, nada de cuanto se proponga la Humanidad dejará de alcanzarlo!
¡Hay que detener este malvado plan!, dijo Ninurta; todos coincidieron en ello.
Era de noche cuando, desde Nibru-ki, llegaron los Anunnaki enlilitas, desde sus naves celestes dejaron caer sobre la torre en construcción fuego y azufre; a la torre y a todo el campamento dieron fin por completo. Entonces, Enlil decidió dispersar al líder y a sus seguidores, Enlil decretó confundir sus consejos en lo sucesivo, destruir su unidad:
Hasta ahora, todos los Terrestres tenían un solo lenguaje, en una única lengua hablan.
¡En lo sucesivo confundiré su lenguaje, para que no se comprendan entre sí!

Todo esto sucedió en el año trescientos diez desde que comenzara la cuenta de los años de la Tierra: En cada región y en cada tierra hizo hablar a la gente en lenguas diferentes, después le dio a cada pueblo una forma diferente de escritura, para que no se pudieran comprender unos a otros.
Veintitrés reyes reinaron en Kishi, durante cuatrocientos ocho años fue la Ciudad del Cetro; también fue en Kishi que un amado rey, Etana, fue llevado a un viaje celestial

Con el transcurso del tiempo, los dioses guardaban celosamente cada uno de ellos su territorio, la industria o la profesión sobre la cual se les había dado dominio. Los reyes humanos eran los intermediarios entre los dioses y una humanidad que seguía creciendo y expandiéndose. Las demandas de los antiguos reyes para que fueran a la guerra, conquistaran nuevas tierras o sojuzgaran a pueblos distantes “por orden de dios” no se podían tomar a la ligera. Los dioses conservaban los poderes para dirigir los asuntos exteriores, pues estos asuntos involucraban a otros dioses en otros territorios, de modo que tenían la última palabra en materias de guerra o paz.

Con la proliferación de pueblos, estados, ciudades y villas, se hizo necesario encontrar formulas para recordarle al pueblo quien era su señor o “elevado” particular. En el Antiguo Testamento resuena el problema de hacer que la gente se adhiera a su dios y no “se prostituya con otros dioses”. La solución consistió en establecer muchos lugares de culto, y en poner en cada uno de ellos los símbolos y la semejanza de los dioses “correctos”. La era del paganismo había comenzado.

Los textos sumerios nos dicen que, después del Diluvio, los nefilim sostuvieron prolongadas reuniones para sopesar el futuro de los dioses y del Hombre en la Tierra. Como resultado de estas reuniones, “crearon cuatro regiones”. En tres de ellas -Mesopotamia, el valle del Nilo y el valle del Indo- se instalo el Hombre.

La cuarta región era “sagrada” -un termino cuyo significado literal original era “dedicado, restringido”. Dedicado solo a los dioses, era una “tierra pura”, una zona a la que solo se podía acceder con autorización; entrar en ella sin permiso podía llevar rápidamente a la muerte, propiciada por fieros guardianes con “armas terroríficas”. A esta tierra o región se le llamo TIL.MUN (literalmente, “el lugar de los misiles”).

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