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jueves, 12 de septiembre de 2019

Contactando con esa poderosa Gran Luz Interior.

Contactando con esa poderosa Gran Luz Interior. 

El descubrimiento de Nuestra Propia Luz tiene por objeto fomentar nuestra relación directa con el Ser Consciente y expandir nuestra muy propia identidad remediando, de ese modo, la negatividad de nuestras actitudes profanas o mundanas habituales, haciéndonos uno con nuestras profundidades lumínicas del Yo consciente o Yo Superior. 

Así apangándonos a la idea esotérica milenaria, de la cual la Masonería es heredera directa «descubrir y llegar a Nuestro propio y Real Yo Interno nos permite estar en el lugar correcto del modo correcto». 

Cuando mantenemos una relación correcta con esa Gran Luz el inconsciente antes tenebroso deja de ser un monstruo diabólico ya que, como señalaba el Eminente Q:.H:. Carl Jung, «la sombra sólo resulta muy peligrosa cuando no le prestamos la debida atención». Cuando mantenemos una relación adecuada y muy correcta con la Gran Luz interior restablecemos también el contacto con nuestros poderes y capacidades ocultas. 

El trabajo de contactar con nuestra Luz a partir de la Iniciación Masónica –“Iniciación” un término acuñado para referimos al esfuerzo constante por desarrollar una relación creativa con la Gran Luz Interior, con esa partícula de Dios dentro de Nosotros- nos permite: 

• Aumentar el autoconocimiento y, en consecuencia, aceptamos de una manera más completa de Vida, ser uno con el Todo el Cosmos. 

• Conducir adecuadamente las bajas pasiones o emociones negativas que negativamente irrumpen inesperadamente en nuestra vida cotidiana. 

• Liberamos del sentimiento culpa, la envidia y la vergüenza asociadas a nuestros sentimientos y acciones más negativas. 

• Reconocer que aquellas opiniones que negativamente tiñen de continuo nuestra idea de los demás, no son más que mirarnos en un espejo al ver a nuestro prójimo, pues criticamos sólo lo que nosotros somos. 

• Sanar nuestras relaciones amistosas, familiares y sociales mediante la observación sincera de nosotros mismos y la comunicación directa y fraterna. 

• Y utilizar Nuestro Poder creativo desarrollando nuestro potencial interior -vía sueños, pintura, escritura y rituales masónicos, música, lectura, poesía, trabajos manuales, ayuda fraterna a los demás etc.- para hacernos dueños por fin de nuestro yo desequilibrado, esa personalidad negativa a la que encausamos. 

Seguro... y muy seguros de que de ese modo dejemos de oscurecer la densidad de la sombra colectiva con nuestras propias tinieblas personales. En el mundo de los profanos se premia la maldad, se galardona al que mas corazones destroza, y al que más dignidades pisotea para llegar a una meta nunca gloriosa y siempre falsa, de ahí, naturaleza paradójica de la sombra de nuestra personalidad como depositaria de la oscuridad y que obstaculiza tanto el camino hacia la luz. 

Por esa vida profana que niega la Luz, que niega el Alma y niega a Dios que: «El lado más mórbido, enfermizo y doliente de nuestra personalidad encierra simultáneamente a la sombra oscura que se niega a cambiar y al redentor interior que puede transformar nuestra vida y modificar para bien nuestros propios valores. 

En cierto modo este Sabio Maestro que todos llevamos dentro este redentor es anormal para el mundo de los profanos porque lleva consigo algún tipo de estigma, del darnos a los demás fraternalmente, todos juzgan de tonto al bondadoso, y en habilidoso e inteligente al que aplasta a sus hermanos para sobresalir de los demás, en masonería que es un laboratorio social, vemos como los infiltrados en las Logias Masónicas se van en contra del que fraternamente destaca, quieren aniquilarlo y destrozarle, envidan su luz y su idea de fraternizar . 

Por ello el Masón puede descubrir el tesoro escondido, salvar a la gema y matar al dragón de su ignorancia. La Gran Luz Masónica es, al mismo tiempo, aquello que redime y el sufrimiento de no ser comprendido » Nosotros en Realidad somos el Verbo encarnado del que habla - El Libro de la Ley dice: Juan 1:11-21 (La Biblia Reina-Valera)11 A lo suyo vino, y los suyos no le recibieron. 12 Mas á todos los que le recibieron, dióles potestad de ser hechos hijos de Dios, á los que creen en su nombre: 13 Los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, mas de Dios. 14 Y aquel Verbo fué hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad. 15 Juan dió testimonio de él, y clamó diciendo: Este es del que yo decía: El que viene tras mí, es antes de mí: porque es primero que yo. 16 Porque de su plenitud tomamos todos, y gracia por gracia. 17 Porque la ley por Moisés fué dada: mas la gracia y la verdad por Jesucristo fué hecha. 18 A Dios nadie le vió jamás: el unigénito Hijo, que está en el seno del Padre, él le declaró. 19 Y éste es el testimonio de Juan, cuando los Judíos enviaron de Jerusalem sacerdotes y Levitas, que le preguntasen: ¿Tú, quién eres? 20 Y confesó, y no negó; mas declaró: No soy yo el Cristo. 21 Y le preguntaron: ¿Qué pues? ¿Eres tú Elías? Dijo: No soy. 

¿Eres tú el profeta? Y respondió: No.

Alcoseri.

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