LA MITOLOGÍA MAYA EXPLICADA ESOTÉRICAMENTE
En la mayoría de las mitologías antiguas se encuentran aspectos de la enseñanza esotérica, oculta a través de símbolos y parábolas, detrás de las narraciones. Vamos a constatarlo aquí con la mitología maya.
¿QUÉ ES EL POPOL VUH?
Es considerado como uno de los documentos más importantes de Mesoamérica. Revestido de un atuendo altamente legendario, contiene la cosmogonía, la mitología y la historia del pueblo maya quiché (quien vivió mayoritariamente en Guatemala). Lamentablemente, después de la conquista, los monjes quemaron casi todos los textos sagrados de los nativos para imponerles el catolicismo. Esta circunstancia indujo posteriormente a un indígena quiché, a escribir de forma anónima, en el idioma quiché pero con caracteres latinos, una versión adaptada del original para salvaguardar algo del texto sagrado de su pueblo.
« Ahora el Popol Vuh (como se le nombra) no puede verse más... El trabajo original, escrito hace mucho tiempo, existió, pero no se le está permitido ver al investigador y al pensador actual. … Deberíamos suponer que sería un libro de pinturas con jeroglíficos que los sacerdotes interpretaban al pueblo para mantener vivo el conocimiento del origen de su raza y los misterios de su religión. »
(Popol Vuh, Delia Goertz y Sylvanus G. Morley, p79-80)
Siendo muchos los temas que trata, aquí sólo consideraremos la narración sobre la formación del hombre y sus correspondencias teosóficas.
Ahora veamos cómo este historiador del tiempo de los mayas narra a su gente cómo el hombre aparece aquí en la Tierra, cómo fue perfeccionado con la ayuda de los dioses y cómo finalmente cayó de su grandeza. Se muestra claramente y narrado en forma amena, la relación íntima entre las acciones de estos dioses y los destinos de los mortales.
LOS CREADORES
Durante el prólogo del drama de la creación cuando todo estaba todavía en suspenso y en silencio, y nada existía hasta ahora que se moviera o produjera sonido alguno, ya existían los “dioses”, que el Popol Vuh los llama los Creadores, los Hacedores o los Progenitores. Ellos inauguran sus actividades creativas por el proceso de la meditación. El libro se refiere a ellos como grandes sabios y grandes pensadores que conforman la Tierra y sus seres por medio del pensamiento y las artes de magia. Es después del proceso subjetivo del pensamiento cuando las cosas objetivas por primera vez aparecen. El Popol Vuh nos cuenta que la creación fue como una niebla o como una nube de polvo, o sea, altamente sutil.
Esotéricamente se están refiriendo a los Dhyan Chohans que son las Inteligencias Divinas que crean y supervisan el Kosmos, siendo éstas, los agentes activos del Espíritu Supremo que la gente llama Dios.
« Cada vez que un mundo o sistema de mundos se está desarrollando, allí el Plan ha sido establecido en la Mente Universal, La fuerza original viene del Espíritu [Universal] y la base es la materia – la cual es de hecho [al inicio] invisible [o sea etérea]. … Y para enunciarlo de otro modo. El Plan llega primero en la Mente Universal, después de lo cual se hace el modelo astral, y cuando se ha completado ese modelo astral, todo el proceso se repite a fin de condensar la materia. »
(W. Judge, El Océano de la Teosófica, 15-16 y 27-28)
LOS PRIMEROS SERES CREADOS SON LOS ELEMENTALES
Después viene la creación de los seres y los primeros en aparecer son:“los animales salvajes pequeños, los guardianes de los bosques, los espíritus de las montañas” que parecen ser las diferentes clases de seres elementales (los espíritus que revivifican a la naturaleza) llamados en el Popol Vuh “los hombrecillos del bosque”. Una nota en el texto añadida aquí por Adrián Recinos nos dice que “los indígenas en tiempos remotos creían que los bosques estaban poblados de estos seres pequeños, guardianes, espíritus de los bosques, una especie de duendes parecidos a los aluxes de los Mayas.” (Popol Vuh, p84)
Esto coincide con lo que dice el Maestro Kuthumi cuando describe el comienzo de la vida de un planeta:
« Nada en la Naturaleza surge a la existencia repentinamente, estando todo sujeto a la misma ley de evolución gradual. … Se forma un centro en la materia nebulosa de la condensación del polvo solar diseminado a través del espacio y ocurren en sucesión una serie de tres evoluciones invisibles al ojo físico; es decir, evolucionan tres reinos de elementales o fuerzas de la naturaleza. En otras palabras, se ha formado el alma animal del futuro globo, o como lo expresaría un Kabalista, se han creado los gnomos, las salamandras y las ondinas. »
(Las Cartas Mahatma, 13, p70 y 15, p94)
EL OBJETIVO DE LA EVOLUCIÓN EN EL PLANETA ES EL HOMBRE
Blavatsky nos enseña en su obra La Doctrina Secreta que “al comienzo de una ronda, todo en la Naturaleza tiende hacia el Hombre. Todos los impulsos de la dualidad, las fuerzas centrípetas y centrífugas se dirigen hacia un punto: el Hombre.” (II,p70)
En forma parecida encontramos que en el Popol Vuh todas las aspiraciones de los dioses, desde muy al principio de sus actividades demiúrgicas, son dirigidas hacia el mismo fin. Están muy conscientes de que en su creación no habría grandeza hasta la aparición en escena del ser humano y todos sus esfuerzos tienen esa meta. Pero esta última no se obtiene con facilidad; se describen varios fracasos con las correspondientes desilusiones de los dioses.
LA CREACIÓN DE LOS ANIMALES
La primera restricción y frustración les llega cuando, después de haber completado la creación de los animales, se percatan de que estos últimos están inconscientes de la existencia de aquellos que les dieron vida. No son capaces de pronunciar sus nombres o de invocarlos; tampoco hay una base común de comunicación entre las diferentes especies de animales. Por esta razón los dioses consideran a los animales únicamente aptos para ser mortales y vivir en la jungla.
Y los dioses dicen: ¡Tratemos de nuevo! Ya se aproxima el alba. Hagamos a aquel que nos nutrirá y sustentará.
« ¿Qué haremos para que se nos invoque, para que seamos recordados en la tierra? » (Popol Vuh, p86)
Vemos aquí lo que los dioses tienen en mente. Deseaban la creación de un ser que pudiera “recordar” aquí en la tierra a los dioses, o sea, que estuviera consciente de su ascendencia espiritual, además de ser capaz de contribuir por medio de acciones a la esencia del alma del mundo donde moran los dioses, de este modo dándoles “nutrición” para confirmar el dicho que dice “los dioses se alimentan del hombre”. Naturalmente que los animales no fueron capaces de satisfacer esta exigencia.
Esto me recuerda que el ángel en el libro La Respuesta del Ángel pone al humano entre el mundo creado y el mundo creador. Entre los dos mundos existe un abismo que los separa y la función del hombre es ser el puente para que las energías respectivas circulen libremente entre los dos mundos y así cada mundo se nutra del otro.
CREACIÓN DE LOS HOMBRES DE BARRO
Los dioses hacen un segundo intento de crear seres inteligentes. Proceden a conformar al hombre haciendo uso del barro. Pero el resultado es poco satisfactorio ya que la forma es flácida, se derrite, no puede sostenerse, su vista es turbia porque no tiene mente. Los Constructores destruyen su propia creación.
Estas formas como humanos sin mente y de constitución suave e inestable, nos hacen pensar en seres todavía con su vestimenta de materia astral con sus características proteicas. Parecen las criaturas de una evolución pre-humana.
En esta sección del Popol Vuh se hace una frecuente referencia a la aparición del alba y las fuerzas creadoras están siempre preocupadas de que el alba las va a tomar de improviso antes de estar preparadas para ello. Obviamente esta idea del alba denota el inicio de un nuevo ciclo, para el cual los dioses tienen que proveer el plan.
CREACIÓN DE LOS HOMBRES DE MADERA
Las divinidades superiores ordenan a aquellos que se les confió la hechura del hombre, hacer otra prueba para conformar un ser inteligente que “invocara, nutriera y recordara a los dioses”. Dos divinidades invocan al destino para que les responda si la madera sería un material apropiado para ser utilizada en esta ocasión. Habiendo obtenido una respuesta afirmativa del destino:
« En un instante las figuras se hicieron de madera. Se parecían al hombre, hablaban como el hombre, y poblaron la superficie de la tierra.
Existieron y se multiplicaron; estas figuras de madera tuvieron hijas, tuvieron hijos; pero no tuvieron almas ni mente. » (Popol Vuh, p89)
Aunque podemos considerar a la madera un paso más avanzado con respecto al barro, el hombre todavía no es “un alma viviente”. Todavía es incompleto y como esas formas de madera tampoco recordaron a sus Creadores, tuvieron también que ser destruidas. “Sólo fue una prueba, un intento hacia el hombre”, dice el libro.
Entonces sigue una escena de destrucción en la cual el cielo y la tierra unen sus fuerzas y les ponen un fin a estos maniquíes sin alma. Todos son aniquilados con excepción de algunos descendientes que, el Popol Vuh nos dice:
« Son los simios que ahora habitan los bosques; estos son todos los que quedan de ellos porque su carne se hizo únicamente de madera por el Creador y el Hacedor. Y por lo tanto los simios se parecen al hombre, y es un ejemplo de una generación de hombres que fueron creados y hechos pero sólo eran figuras de madera. » (p92)
Lo cual tiene similitud con lo que nos dice la Doctrina Secreta:
« El hombre primordial fue hombre únicamente en su forma externa. No tenía alma ni mente en el tiempo en que se engendró, con una hembra y animal monstruo, el predecesor de una serie de simios. » (II, p189)
De esto se puede ver que el Popol Vuh y La Doctrina Secreta concuerdan con la naturaleza sin alma y sin mente de aquellos que procrearon a los simios. Sea lo que sea que los Padres, Hacedores y Creadores representen en esta parte del Popol Vuh, de su fracaso en sus ambiciosos intentos de moldear seres inteligentes, difícilmente se les puede considerar como superiores en la escala de los poderes creativos. Tal vez podremos encontrar su igual y un paralelismo con este episodio del Popol Vuh en la siguiente cita de La Doctrina Secreta:
« Este intento fue de nuevo un fracaso. Alegoriza la vanidad de la naturaleza física en su intento de construir sin ayuda un animal perfecto, sin mencionar el hombre. Ya que los Padres, los Ángeles inferiores, son todos espíritus de la Naturaleza y los Elementales superiores también poseen su propia inteligencia; pero esto no es suficiente para construir a un hombre PENSANTE. Se necesitaba Fuego Viviente, ese fuego que le da a la mente humana su auto percepción y su auto consciencia o el Manas... Entonces, los primeros creadores fueron los Pigmaliones del hombre primitivo; fallaron en animar la estatua intelectualmente. »
(II, p102)
CREACIÓN DE LOS HOMBRES DE MAÍZ
Ahora entramos al último acto del drama cuando los dioses finalmente obtienen su meta: la creación de una humanidad inteligente. Sin embargo, el lector del Popol Vuh que espera ser informado del procedimiento metafísico que produjo esta obra maestra de la naturaleza (el hombre auto consciente e inteligente) se queda desilusionado ya que el modo de operación se nos da más del lado físico que del metafísico, mas del lado lunar que del solar. No aparece ningún dios solar, ningún Prometeo maya con el fuego celestial en su carrizo. En cambio es Xmucané, la Diosa Lunar, quien juega el rol principal de esta parte.
Para empezar el proceso, los dioses de nuevo se vuelven a reunir para discutir con qué elemento se deberá construir a los siguiente hombres. Éste es por cuatro animales: el gato montés, el coyote, un periquito y la urraca. Cuando se ha obtenido el maíz con su ayuda, Xmucané hace nueve pociones de ello de donde saldrán la carne y la fuerza de esta nueva humanidad.
Las nueve pociones de Xmucané traen a la memoria ese episodio de la mitología Griega en donde Baubo, la matrona, prepara la mezcla de un brebaje para la diosa Ceres, cuando esta llega a las fronteras de Eleusis deambulando por la superficie de la tierra en busca de su hija. De acuerdo con Thomas Taylor, las artes utilizadas por Baubo y la mezcla del brebaje que le ofrece a la diosa simboliza la vida corpórea, mezclada e impura, hacia donde el alma tiene que descender. (The Platonist, p404; cf. Isis Develada II, p112)
Parece ser que el número nueve es un indicativo de tal vida, Ya que la misma autoridad nos cuenta que durante los Misterios Eleusianos, en donde tuvo lugar el drama de la caída del alma en la materia, se mostró que en este proceso “pasa a través de ocho esferas para conectarse con el mundo sublunar y un cuerpo terrenal en la novena y la mas degradante de su descenso”. Esto tomó lugar en el noveno día de estos ritos sagrados (Ibidem p400). Blavatsky nos dice que “Tres por tres, según Pitágoras, es el gran símbolo de lo corpóreo o la materialización del espíritu, por lo tanto de la materia burda” (revista Lucifer V, p358).
Todo esto tiende a demostrar que con las nueve pócimas de Xmucané llega el tiempo cuando se completa la caída del hombre en la materia; su cuerpo físico está ahora listo para convertirse en el vehículo para la esencia del alma, el regalo de los dioses.
Tendremos que dejar sin verificar si los cuatro animales que muestran el camino al lugar donde se puede obtener el maíz tienen el mismo significado que los cuatro animales sagrados de la Biblia, que de acuerdo con La Doctrina Secreta “son en realidad los símbolos de los cuatro elementos y de los cuatro principios inferiores del hombre”.
Los dioses quedan satisfechos con esta última humanidad. Resultaron en seres bien parecidos e inteligentes, dotados de grandes poderes de percepción. Está dicho que podían ver cosas a la distancia, en los rincones más alejados de la tierra sin tenerse que mover de donde estaban. Nos dice el Popol Vuh que su conocimiento abarcaba todo el mundo y grande era su sabiduría (p168).
Ahora bien, La Doctrina Secreta nos dice:
« Su ciencia era innata en ellos. Los Lemuro-Atlanteanos no tenían necesidad de descubrir y fijar en su memoria aquello que su Principio Informante sabía al momento de su encarnación. Sólo el tiempo y el continuo crecimiento obtuso de la materia con la cual se cubrieron los Principios, pudieron, la una, debilitar la memoria de su conocimiento prenatal, y la otra, embotar y aun extinguir cada chispa de lo divino y espiritual en ellos. » (II, p285)
CONTACTO ENTRE LOS HOMBRES Y LOS DIOSES
Pero antes de llegar a este punto bajo, tenemos la Época de Oro del hombre primitivo cuando los dioses se rozaban con la gente. Vemos en el Popol Vuh como los dioses hacen que el ser humano se percate de sus poderes maravillosos y sus facultades nobles. Como resultado de esta comprensión ellos se vuelven conscientes de su parentesco con los dioses y surge en su naturaleza un sentimiento de gratitud profundo hacia aquellos que los moldearon, expresándose en un ferviente agradecimiento.
Algo semejante a este sentimiento de parentesco y afinidad con los dioses se da en La Doctrina Secreta con las siguientes palabras:
« Cuando los Señores de la Sabiduría, movidos por la ley de la Evolución, infundieron en el humano la chispa de la consciencia, el primer sentimiento que despertó a la vida y a la actividad fue un sentido de solidaridad, de unidad con los creadores espirituales. Así como el primer sentimiento de un hijo es hacia su madre y nodriza, así fueron las primeras aspiraciones despertadora de la consciencia en el hombre primitivo hacia aquellos cuyo elemento sentía él en su interior, y que sin embargo estaban fuera e independientes de él. » (I, p210)
Sin embargo, en esta condición superior y feliz del hombre prístino pronto sobreviene un cambio porque los dioses se arrepienten de haber hecho al hombre su igual en poderes y conocimiento y deciden cambiarlo. El Popol Vuh dice:
« Entonces el Corazón del Cielo sopló niebla en sus ojos, que obscureció su vista como cuando se le echa vaho a un espejo. Sus ojos quedaron cubiertos y sólo pudieron ver lo que les quedaba cerca, sólo eso les era claro. » (p169)
Esta niebla del Corazón del Cielo con la que ofusca la vista del hombre parece ser la consecuencia kármica del hombre sucumbiendo a la influencia del mundo de la materia, manchando al alma con su impureza y resultando en la pérdida del poder y el conocimiento. Y así llega a su fin la condición feliz del hombre en su juventud cuando los dioses los nutrían. Este alejamiento de lo divino lo vemos también en otras religiones, tanto occidentales con la expulsión de Adán y Eva del Edén, como orientales (ver las yugas del hinduismo).
COMPARACIÓN CON LA ENSEÑANZA ESOTÉRICA
Es muy interesante ver como los ciclos del Popol Vuh se corresponden con los ciclos que los Mahatmas enseñan sobre el desarrollo oculto del ser humano. Ellos explican que:
Durante la primera Ronda que corresponde a “la creación de los animales” el hombre era una abstracción con sus principios apenas formándose en él.
Durante la segunda Ronda que corresponde a “la creación de los hombres de barro”, su cuerpo se va condensando, aunque todavía es etéreo y su mental a penas se está desarrollando.
Durante la tercera Ronda que corresponde a “la creación de los hombres de madera”, el hombre por fin llega a tener un cuerpo concreto, aunque en un principio con la forma de un gran simio, para progresivamente convertirse en un ser más racional – aunque todavía sigue siendo más un simio que un hombre.
Es solo durante la cuarta Ronda que corresponde a “la creación de los hombres de maíz”, que el hombre se vuelve como lo conocemos. Desarrolla enormemente el intelecto y adquiere la capacidad de hablar.
Al final de cada Ronda, la humanidad desaparece del mundo manifestado, entrando en el Nirvana, para posteriormente reaparecer para un nuevo ciclo evolutivo. Lo que el Popol Vuh interpreta como “es destruida”.
(Esta evolución la detallo en rondas: desarrollo del hombre)
OTRAS ANALOGÍAS
Los siete Ahpú que el Popol Vuh dice fueron producidos del gran Padre y de la gran Madre, y que tienen un papel muy importante en el escenario de la vida primordial, porque son los poderes creativos activos, en contraste con la Deidad Suprema, que se dice es pasiva. Pues bien, el esoterismo dice exactamente lo mismo, solo que los llama los “Siete Señores Supremos”, quienes son los primeros seres a ser emanados de la Unidad Divina, al momento de formarse el Cosmos, y cada uno de ellos está a la cabeza de un Rayo, el cual va impartir un atributo divino en todos los niveles de la Creación. En el oriente se les conoce como Nagas y en el catolicismo como Serafines. (Esto lo detallo en Serafines)
Sospecho que los cinco soles que se han sucedido, corresponden a las cinco Razas Raíces que también se han sucedido en la cuarta Ronda.(Ver las razas humanas: introducción)
Y así hay muchos más ejemplos.
CONCLUSIÓN
Como pueden ver detrás de la mitología se esconde el eco de laSabiduría Universal, adaptada, como debemos asumir al folklor y tradiciones de aquella gente. Es probable que los antiguos sabios mayas hayan tenido grandes conocimientos esotéricos, pero que desafortunadamente, a medida que su cultura fue decayendo, estos se fueron perdiendo por la falta de herederos adecuados a esos conocimientos. Y lo que fue en un tiempo, un sistema de pensamiento de la más alta concepción, ahora se le interpreta como leyendas, pero eso sucede en todas las culturas, incluso en el cristianismo (ver el aspecto secreto de la confesión religiosa)
NOTAS SUPLEMENTARIAS
Al leer este artículo es imperativo tomar en consideración las enseñanzas teosóficas con respecto a la naturaleza dual del hombre. En estas enseñanzas, el hombre considerado físicamente, es sólo un animal superior, mientras que el hombre interior, o sea el hombre con sus poderes y cualidades mentales, así como sus características espirituales, es algo muy diferente.
Por lo tanto los dos procesos de formación o evolución del uno y del otro difieren considerablemente, y el Popol Vuh trata principalmente del proceso físico. Probablemente la otra parte del proceso en donde al hombre se le dota con mente y cualidades más elevadas, se encontraba más detallado en aquel libro que el autor anónimo del Popol Vuh decía que existía en tiempos pasados.
Mientras que la luna y las divinidades lunares tuvieron que ver con la formación del hombre físico, las divinidades solares estuvieron involucradas con el desarrollo de la mente y las cualidades morales. La leyenda del Prometeo Griego, que roba el fuego de los dioses para traerlo al hombre en un carrizo, tiene que ver con lo anterior.
El hombre físico tuvo que pasar, a través de muchos millones de años, por una gran variedad de formas, en un principio etéreas y muy simples en su constitución, pero progresivamente volviéndose más completas y sólidas conforme iba avanzando en el proceso de diferenciación, hasta que el hombre animal llegó a ese estado de perfección en donde estuvo listo para recibir la chispa divina de los dioses solares. Esto pone al hombre en la cúspide de la evolución en este planeta, y esto es lo que los dioses del Popol Vuh se esforzaron por llevar a cabo y los llamados fracasos fueron simplemente las etapas preliminares de la evolución.
El detalle es que al dotar al hombre con poderes mentales, también llegó la auto consciencia y el libre albedrío, y como consecuencia natural, la responsabilidad moral del hombre, que no existe en el reino animal. La ley del Karma o la ley de la compensación moral se afianza ahora con más fuerza a él, porque ahora el hombre tenía en su poder el ir conscientemente en contra de las leyes de la naturaleza y por lo tanto tenía que sufrir las consecuencias kármicas. (Ver ¿Existió el jardín de edén?)
Las consecuencias fueron muy drásticas. Se dice que todavía tenemos que cargar a cuestas el karma causado por nosotros cuando estuvimos en cuerpos Atlanteanos. Por esto el sentido de arrepentimiento de los dioses en el Popol Vuh de haber hecho al hombre libre y como un dios, porque muchos abusaron de esta libertad y de sus poderes. El ofuscar (empañar) la vista por los dioses significa la pérdida de los conocimientos superiores, la intuición, etc., la consecuencia kármica del abuso y el mal vivir.
http://esoterismo-guia.blogspot.pe/2012/12/popol-vuh-mitologia-maya-esoterismo.html
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