El mundo Virtual
QQ.´. HH.´. y HHnas.´., los humanos
dependemos de la comunicación para proyectar nuestra humanidad. Desde los
gruñidos y gestos, hasta el internet; pasando por la pintura rupestre, el símbolo,
el lenguaje articulado, la escritura, la música, la pintura, la escultura, la
literatura; todo es comunicación. Pero, ¿qué es comunicación?
La capacidad de llevar lo concreto a lo
abstracto, que puede transmitir mediante un código conveniente ese abstracto en
algo concreto; eso es comunicar. Es importante aclarar, porque la mayoría de
los individuos, confunden la comunicación con el código lingüístico o
comunicativo.
En las mil y un formas en que los
humanos solemos comunicarnos, virtualizamos nuestro mundo; lo deconstruimos en
lo abstracto para reconstruirlo en lo concreto; o eso pensamos, si es que lo
pensamos. Hay quienes ni eso hacen, por ende, no comunican, pero si copian,
como en todo, un producto cuyo proceso no comprenden; profanando de tal forma
lo que a la comunicación corresponde. La virtualización del fenómeno, es el
acto de su deconstrucción en el abstracto para poder analizarlo y sintetizarlo,
revalorarlo en lo concreto en cuanto a su significancia. Pero, ¿qué pasa que
pasa si somos incapaces de poder analizar y sintetizar? ¿Qué pasa si somos
hasta incapaces, por ignorancia obviamente, de analizar el propio fenómeno en
sí mismo? ¿Qué pasa si somos tan ignorantes, que hasta somos incapaces de
aplicar la ley de la transposición de la apariencia en esencia? ¿Qué pasa si
somos incapaces de poder admitir que ignoramos, para poder admitir el estudio
de todo aquello que no conocemos? ¿Qué pasa si pensamos que estudiar nos quita
el tiempo para poder comunicar todo aquello que no sabemos? ¿Qué pasa si
vivimos en un mundo de apariencias, en donde justifico mi ignorancia en vez de
combatir mi realidad?
Para 1936, en el estado de California,
en los Estados Unidos de América, un programa de radio anunciaba la llegada de
una fuerza invasora extraterrestre, suscitándose con ello la paranoia entre la
población de dicho estado, compras de pánico, muertes accidentales, saqueo,
etc. El mencionado programa radiofónico no era sino una radio novela que, sin
ser evaluada por quienes de tal forma reaccionaron, confundieron el espectro
virtual de un medio de comunicación electrónico, con la realidad en sí misma.
A partir del surgimiento de la
televisión, los ingenieros en comunicaciones, los diseñadores de contenidos,
los pedagogos y psicólogos; habiendo tomado como parangón el fenómeno
radiofónico anteriormente descrito, comenzaron a experimentar directamente con
la capacidad de manipulación virtual en la mente de los telespectadores, y con
la dicotomía entre la realidad y la virtualización que este nuevo medio masivo
de comunicación ofrecía. Nacen no solo los programas de espectáculo, sino las
telenovelas que están diseñadas para moldear la conducta de los telespectadores
a partir de “vidas” idealizadas, a partir de las cuales la audiencia pueda
inhibir su comportamiento y soñar en otros, lo que desearían para sí mismos;
los programas de deportes que suelen sustituir el deseo de lucha por una
competencia “civilizada”, enmascaran la división de la sociedad en sectores y
entre intereses particulares y comunes. De la misma forma que el cine, las
series televisivas han sido diseñadas para que el espectador viva en su psíque,
las aventuras que en la práctica le están prohibidas… en México, los niños
sueñan con ser futbolistas, y las niñas con ser cantantes, antes que soñar con
ser útiles a su sociedad.
Se confunde en el postmodernismo el
deporte y entretenimiento con cultura y arte, desde los medios masivos de
comunicación se dictan la moral y la ética propias de los pueblos, existe tal
contraposición de valores, que las apologías a la violencia, la prostitución,
la corruptela y narcotráfico son hoy por hoy, los sueños de grandeza de los
jóvenes latinoamericanos. México y Latinoamérica resultan territorios en donde
tener cultura e identidad nacional son motivo de escarnio social, en donde los
individuos mediocres, basándose en la fuerza del número, puesto que carecen de
argumentos, intentan aislar a quienes estudian, pues evidencian su ignorancia y
con ella, el grado de manipulación que pasivamente aceptan. La mediocridad critica,
pero no propone, es su principal característica.
Las masas son tan ignorantes, que además
de repetir formulas caducas e inoperantes de organización “civil”, confunden lo
escrito con historia; cual si Superman como personaje de comic para niño existiera,
aun se asustan de un coco igual de inexistente, igual de indemostrable. ¿Qué
evidencia poseen de su existencia? Solo la referencia amañada producto del
concilio de Nicea que dio como resultante el libro más vendido y editado, pero
no por ello verdadero, que nos propone la antítesis del héroe, es decir, no del
hombre que lucha y avanza, sino del que murió por todos los que marchan hace
2000 años, dicen, haciendo viacrucis de los mártires del hoy y siempre, sin aprender
que el transito desorganizado, aun cuando sea en una misma dirección, no
produce sino malestar en la ciudadanía. Y cual copia de su redentor que no
redimió a nadie, puesto que el mundo sigue igual o peor, solo coleccionan
tragedias ajenas, ¿también habrán muerto por todos?
Nada llevan de lo abstracto a lo
concreto, pero si toman prestado de lo concreto todo, para poder vivir en el
abstracto en donde tampoco existe sociedad, pero si un imaginario colectivo que
ellos creen habrá de lograr algo caminando…
Entre más desarrollo de los medios masivos
de “comunicación”, más aislamiento entre los individuos que componen ese
imaginario colectivo. Los proletarios llegan a casa cansados, miran la
televisión y se olvidan de que existe un mundo real que sirve de contexto a su
explotación. Y para colmos, las redes sociales que las clases medias usan como
una adicción dada su incapacidad de análisis, como todo, tergiversan y
profanan, como otrora la radio y la televisión, han pasado de ser medios de
comunicación, a medios de entretenimiento…
Facebook, Twitter, Instagram… la panacea
del virtualismo humano, submundos selectivos de amistades vacuas y carentes de
existencia práctica, acercan a los de lejos alejando a los de cerca. Submundos
en donde todo lo que no me guste puede ser eliminado, en donde la pluralidad es
entendida como el bloqueo de lo incomodo, en donde organización significa
posteo para que me aplaudas, ego metro del que en realidad es incapaz de
razonar el deber ser del humano en sociedad; submundos de 5000 amistades máximo
con las que creemos que el mundo es nuestro, y que como todo, lo que no nos
llama la atención, no existe, el mundo está cambiando… Según Facebook todos
somos conscientes; según twitter, todos somos congruentes y unas luminarias;
según Instagram, todos somos felices… en ese mundo virtual todos somos iguales,
libres y fraternos… no lo dudamos, pero nosotros queríamos una libertad,
igualdad y fraternidad culta y responsable, progresista y evolutiva; no una
libertad, igualdad y fraternidad hacia la mediocridad, la ignorancia y la
injusticia…
Virtualmente, todos somos guapos, todas
son heroínas… ¿pero y la realidad? Todo sigue igual, nada ha cambiado; en el
mundo sobran los traidores, los incongruentes, los mercenarios, los corruptos,
los usureros, los analfabetas, los viciosos, los ilusos… y las ilusiones. Pero
eso sí, ¿qué es la realidad? Lo relativo que puede traducirse en subjetivismo
puro, idealismo de siglos, sofisma que perdura… los conservadores se creen
revolucionarios… pobres postmodernistas del medioevo hecho moda de spas y
sincretismo auto impuesto, rezadores de consignas, manipulados de provocaciones
de los neo reality shows… síndrome del sisma de las contradicciones propias de
los modos de producción en decadencia…
Para todos,
todo, nada para nosotros…
Por el triunfo de
la verdad científicamente demostrada;
Por la unión,
solidaridad y cooperación entre todos los francmasones;
Por el progreso
del género humano;
Por la libertad,
igualdad y fraternidad universales;
Saber es poder…
M.´.R.´.G.´.M.´.
David O. Ben-oni 9⁰ y 33⁰
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