Dios entrevistado por un francmasón.
¡Vaya qué fue difícil subir hasta aquí! Fueron las primeras palabras del francmasón, al subir hasta donde estaba Dios. El francmasón pensaba, no habría otra manera de llegar hasta ahí “Hasta Dios”,una manera más sencilla, digamos un atajo, una maquina de tele trasportación, un elevador, pensaba hasta en un helicóptero.
Pero, era claro, no había otra manera más que la tradicional, subir ahí cuesta arriba, paso a paso; ni tan por lo menos había escalones, sino sólo un penoso escalar.
Pero, al mismo tiempo pensaba el francmasón todo valdría la pena para escuchar las palabras de Dios de forma directa y sin intermediarios, pensaba en una entrevista atrevida. Mientras tanto el francmasón ya en la cúspide se sacudía el polvo, ese polvo acumulado propio de los escaladores, mientras se sacudía sintió la mirada de Dios, pensó sería la mirada de Dios inquisitiva o justiciera, pero se percibía digamos amigable, lo que le provocó cierta comodidad. Volteo hacia la mirada y logró percibir una figura perfectamente humana pero luminosa, y pensó para sí: esto ha de ser fruto de mi forma de percibirlo; digamos si un pulpo llegara aquí vería la figura propia de un pulpo luminoso en un ambiente acuático.
Al Francmasón le llamó la atención no ver una corte de ángeles y arcángeles alrededor de Dios, más bien era una figura solitaria. Para el francmasón Dios no le parecía alguien extraño, sino como sí lo conociera de Siempre, algo que provocó en el francmasón cierta extrañeza. En cuanto Dios se aproximaba al Francmasón, se veía claramente la figura de un hombre común, así tal cual un hombre con el que nos toparíamos en cualquier parte del mundo, la única diferencia era la mirada, la forma de mirarle fijamente y claro un brillo inusual en sus ojos. Al mirarle el francmasón decidió no esquivar la mirada de Dios, pensó sería lo más apropiado, lo que provocó en el masón una sensación de iluminación y familiaridad, con simplemente mirarle las cosas comenzaban a ponerse en claro. Hola Dios, fueron las primeras palabras del Francmasón a Dios, Dios no contestó el saludo, lo que le dijo fue, aquí no nos saludamos porque nunca nos despedimos, y por lo tanto… al decir esto Dios se encogió de hombros y alzó un poco los brazos, mientras hacía una mueca algo graciosa; el francmasón comprendió y sonrío, diciendo sí, si lo sé o mejor dicho lo entiendo.
Fue entonces cuando el Francmasón le dice a Dios: – Dios tengo tantas preguntas que hacerte en esta entrevista.- Dios le dice: entonces, reformula tus preguntas, no me preguntes lo que todos me preguntarían ya han vendido otros con esas preguntas ahora te las contesto – No, no sé quién es Cristo, no sé quién diablos es el Diablo, yo no dicte ningún libro, el universo no se rige por leyes matemáticas, no existe la creación , yo no soy creador, eso de la velocidad de la luz no es real, del 3.141592 es mentira, yo no cree nada, ni el Cielo ni el Infierno existen, 2+2 no son 4, no, no sé nada de religión ni de ciencia, el mal ni el bien existen, no hay vida ni muerte, por lo tanto no necesitas morir físicamente para estar aquí conmigo. Ah además no sé que es francmasonería, pero si es algo que te hizo llegar hasta mi algún merito debe tener.
El francmasón al escuchar esto quedo abrumado, y dice – Vaya si, estas eran algunas preguntas que te pretendía hacer pero… sí, esas respuestas anticipadas, me dan cuenta que cualquier otra cosa que te pregunte recibiría una respuesta en ese mismo sentido.
El francmasón volteó entonces la cabeza para mirar alrededor y dijo: si dese aquí arriba las cosas se ven desde otras perspectivas. Dios entonces la dice al Francmasón – eres inteligente, otros que han llegado hasta aquí se aferran a sus posturas, defienden sus actitudes religiosas, científicas, sociales, filosóficas y mil cosas más; y al final se alejan de mi creyendo vieron a su diablo o a un impostor.
El francmasón entonces le dice a Dios: Si, desde que me inicie masón poco a poco comencé a Dudar de la Ciencia y la Religión, de lo Social y de lo Político, de lo Filosófico y de todo lo demás, a todo lo puse en tela de juicio, y concluí que Ciencia y Religión solamente eran patrañas, si, por ello busque otras respuestas más serias, y sí que es difícil ir contra la corriente social. Bueno, ahora es que comenzamos a comprendernos le dice Dios al francmasón.
Si Dios, ahora sé que preguntarte y sé tú respuesta – sólo es una pregunta y solamente hay una respuesta – Te preguntaría ¿Somos seres Separados? Tú me contestarías: No, no somos Seres Separados somos un solo Ser.
Así es, así es concluye Dios, esa es la pregunta y esa es la respuesta. En ese momento justo el Francmasón se dio cuenta que comenzaba a entenderlo todo claramente, él Era Una Gran Luz y que Dios Era Una Gran Luz, nunca separados siempre unidos.
VICENTE ALCOSERI
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